You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Sabía que se venía lo peor.

Después de pensar bastante, decidí compartir una anécdota que me da mucho pudor ya que me ocurrió hace unos meses.
Trabajo como asistente legal en una empresa hace unos años. Cuando ingrese estaba de acuerdo con todo, era nueva y con tener laburo ya me conformaba. Con el correr de los años, fui pagando el derecho de piso haciendo cosas que no me correspondían o fuera del horario laboral. Hace unos meses reclame un aumento. Mi jefe, tenía unos 40 y pico, era una persona con autoridad, imponía respeto. Estaba en buen estado físico ya que hacía dietas y entrenaba todos los días, se notaban sus músculos y la espalda trabajada bajo las camisas.
Varias veces le pedi aumentos, pero siempre me postergaba. Un día me cansé y fui a su oficina, sin aviso, estaba muy molesta, diciendo que iba a renunciar. Mi jefe me dijo "entiendo tu situación, y sé del esmero que le pones, pero no podemos acceder a tu solicitud. Dame un mes para encontrar una solución". Pasaron los días y me llamó para que fuera a su oficina a hablar. Justo ese día fui con una camisa blanca y una pollera negra de cuerina, zapatos de taco aguja y medias finas color negras, me hice una cola en el pelo, respiré profundo y entré a su oficina privada.
Me había parecido raro porque nunca me quiso recibir, menos a puerta cerrada. Sin embargo estaba ansiosa de escucharlo. Me dijo que me sentara en la silla frente a su escritorio y dijo que logró que me ascendieran. Pero que debía pagarle eso, porque tuvo que insistir a los de arriba. Le pregunté si quería que trabajara para él y me respondió que no. Que le tenía que pagar de otra forma, mientras se levantaba de su silla, ponía su mano en el bolsillo acomodando su verga. Me dijo "vas a ser mi putita" Me sentí incómoda. Luego, se acercó atrás de mi silla y me agarró del cuello con su mano y me dijo "hace rato me di cuenta que me miras el bulto" . Se me erizó la piel. No sabía que decir. Me ponía nerviosa su presencia. Había fantaseado con él varias veces que me cogía arriba de su escritorio.
Mientras con una mano me apretaba el cuello, con la otra me agarraba una teta. Tenía una sensación ambigua, de detenerlo y al mismo tiempo dejarlo, era atractivo y eso me dejó paralizada. Seguía sin hablar y sin moverme. Así que él aprovechó para desabrochar mi camisa, de a poco mientras seguía manoseando una teta. A esa altura ya no pude disimular, me relajé y empecé a disfrutar de la situación, se me había acelerado la respiración. "Es tu momento de pagar putita" me dijo y con la mano que me tocaba la teta, me la puso arriba de su pantalón. Le empecé a tocar por arriba de su pantalón de vestir fino por lo que pude sentir su pija que ya estaba dura. Yo no dije una palabra, seguía frotando mi mano por arriba del pantalón. "Dale, no tengo todo el día" me dijo con un tono molesto. Era impaciente, no le gustaba esperar. Y se desabrocho el cinto y el pantalón, se bajo el boxer y ahí estaba su pija hermosa gruesa, buen tamaño, estaba re parada y dura. No podía creer lo que estaba pasando, seguía sin decir una palabra. Él puso su mano en mi cabeza y me la empujó hacia su pija. Eso me gustó, abrí la boca y se lo empecé a chupar de a poco, primero empecé pasando la lengua por la cabeza a babear todo, y después le pase la lengua por el tronco y los huevos. Ya le había dejado la saliva por todos lados y me dijo: "dale metetela" y me empujó más la cabeza hacia abajo. Abrí la boca y me la metí de una, hice una arcada al principio porque su verga estaba muy dura y gorda, después logré meterla todo hasta el fondo.
Automáticamente él tiró su cabeza hacia atrás y con una sonrisa me dijo "muy bien Hernandez" . Pensé al fin hice una bien, era bastante exigente. Y que me llamara por mi apellido me calentó más. Y que le gustará que la metiera hasta al fondo más todavía. Empecé a chupar de arriba a abajo todo , entrando y saliendo de principio a fin , recorriendo todo con la lengua, succionando la chota de la cabeza de a ratos y volviendo a meterla todo hasta el fondo. Seguia sin hablar, las palabras no me salían, pero mi cuerpo hablaba. Con las manos empecé a darle masajes a sus huevos, y alternaba los besos entre la pija y los huevos.
Después me empujó hacia atrás y me dijo "arrodillate en el sillon puta vas a pagar por todo". Me arrodille apuntando mi cola hacia él y me levanto la pollera, y me pegó una nalgada. Ay grité, no me esperaba eso.
Pero me gustó. El se dio cuenta y me volvió a pegar abriendo bien la mano.

Puntos para la 2da parte...

2 comentarios - Sabía que se venía lo peor.