La granja a su al rededor parecía extenderse por millas y millas. Julie, con un vestido largo y vaporoso anticuado, caminó hacia el granero. Ella acunó su vientre hinchado en sus manos. Las nubes brillaban de color rosa en el horizonte, pero no sabía si era el este o el oeste. ¿Estaba el día en su inicio o final?
Un sonido rítmico de salpicaduras de agua llamó la atención de Julie. Atravesó la puerta del granero. No agua, sino leche. Una campesina sentada en un taburete ordeñaba una vaca con las ubres hinchadas. La chica era sucia, de contextura delgada y cabello rubio. Se volvió cuando escuchó los pasos de Julie.
"¿Está perdida, señora?" La sonrisa de la campesina era cálida y amistosa.
"No lo sé. No puedo encontrar mi hogar". Julie miró alrededor del granero. Había otra vaca, dos caballos y algunos patos graznando suavemente en la esquina.
"Oh, estás hablando de La Mansión Palmer. Está en la misma calle". Los ojos dela granjera se entrecerraron con preocupación. "Pero no quieres hacer tu hogar allí. No creerías lo que el Sr. Palmer le hizo a su esposa". Volvió a ordeñar, todavía hablando casualmente, como si estuviera involucrada en los chismes del vecindario. "Había un gran reloj antiguo en la parte superior de la escalera. Con furia, lo abrió, quitó sus mecanismos y fue a buscar a su esposa embarazada".
"Creo que no quiero escuchar más". Julie se estremeció de frío. Todavía no sabía si era el amanecer o el anochecer. La leche chapoteaba rítmicamente en el balde.
"Cuando encontró a la dueña de la casa, la cortó y le sacó los... Así como así. Luego metió lo que tenía del reloj dentro de ella". La granjera siguió apretando las ubres, sin mirar a Julie. "Pero eso no es lo peor. Luego, el hombre llevó sus… hasta ese reloj hueco y los colocó cuidadosamente dentro. Y... de alguna manera, el reloj comenzó a correr de nuevo. Eso enfureció al Sr. Palmer algo ferozmente, pero incluso cuando se lo llevaron, el reloj dio la hora como siempre lo hacía".
"Dios ayúdame." Julie se alejó de la chica, observando cómo su cabello rubio se sacudía ligeramente con sus movimientos.
"¿No ves?" La granjera siguió con su trabajo mientras hablaba. "Dios no quiere ayudarte. El Sr. Palmer es la mano de Dios. Necesitas buscar ayuda de aquellos a los que Él ha agraviado. No de aquellos que están haciendo cosas terribles". La leche salpicó en el balde. Chapoteo, chapoteo, chapoteo.
Julie se despertó sobre saltada. El sonido rítmico de la leche fluyendo de alguna manera la había seguido fuera de su sueño. Ella parpadeó en la oscuridad. Estaba acostada boca arriba en la cama y alguien estaba encima de ella. Julie sabía quién era. —Khadra —susurró Julie. "Te lo dije, no con George aquí".
"Mmmmmppphhhh". Khadra no respondió, siguió tragando leche del seno izquierdo de Julie.
—Ooohhhhhhh, Julie no pudo evitarlo. Tomó el cabello ondulado de la mujer y sostuvo su cabeza contra su pecho. George roncaba a sólo un pie de distancia. Esto fue demasiado. George se enteraría de todo si no podía tapar a la mujer desnuda que se retorcía encima de ella. Oh, no. Julie se dio cuenta de que Khadra había olvidado su modestia. Julie podía sentir su contacto piel con piel. La mujer era tan cálida. El muslo de Khadra se metió entre las piernas de Julie y se frotó contra las bragas de Julie. "Aaaaaahhhhhh". Julie contuvo el aliento. El muslo se frotaba y frotaba contra el coño de Julie.
Khadra levantó la boca del pezón de Julie. "Nunca me he sentido más seguro que en tu pecho. Déjame hacerte sentir bien a ti también". Ella balanceó sus caderas contra la mujer. Por los sonidos que hizo Julie, supo que estaba funcionando. El placer consumió al resto del mundo tan completamente que a Khadra ni siquiera le importó que su movimiento de balanceo pudiera despertar al esposo de Julie. Colocó su boca sobre el pezón derecho de Julie y bebió un poco más.
"Uf... uf...ooohhhhhh". A Julie le encantaba la presión de los senos de Khadra sobre el vientre redondo de Julie. "Khadra... Khadra... vas a hacerme..." Las caderas de Julie se retorcieron con las de Khadra. "Es... bueno..." Julie mordió su manta y tembló en su clímax. "Mmmmmmmppppphhhh". Cuando Julie terminó, Khadra todavía se movía encima de ella, tragando leche. "Tenemos... que...parar", susurró Julie.
"¿Jules?" George se dio la vuelta. "Qué ...?" El sueño no lo dejaba del todo mientras trataba de despertarse.
Julia entró en pánico. Empujó a Khadra fuera de ella, de modo que la pobre mujer cayó dela cama al suelo con un audible "uf". En el mismo movimiento, Julie se estiró y empujó a su esposo fuera del otro lado de la cama. Golpeó el suelo con un ruido sordo.
"Ay." George se frotó la cabeza. "¿Qué pasó?" Se incorporó y miró a su esposa en la cama a la luz de las estrellas.
"Debes haber tenido una pesadilla, George. Saltaste de la cama". Julie lo miró con sincera preocupación.
"¿Hice?" George se puso de pie y volvió a meterse en la cama. "Estaba teniendo una pesadilla".
"¿Estás herido?" Julie le frotó el hombro.
"No estoy bien." George apoyó la cabeza en la almohada. "Solo estoy cansado. Mañana tengo más trabajo en el sótano. Necesito descansar un poco". Y en veinte segundos volvió a roncar.
"¿Khadra?" Julie miró por encima del borde de su lado de la cama. La mujer oscura y desnudase abrazó al suelo frío. Al menos Khadra tuvo la sensatez de permanecer oculta. "Tenemos que hablar", susurró Julie. Se levantó dela cama, levantó a la mujer y la sacó de la habitación de la mano. Cerró silenciosamente la puerta detrás de ellos.
"Losiento." Khadra estaba desnuda en el pasillo, temblando. Miró a los ojos de Julie, pero todo estaba oscuro. "No sé qué me pasó. Yo...sólo... te necesito".
"Mira, lo entiendo". Julie, desnuda excepto por sus bragas empapadas, puso sus manos sobre los hombros de Khadra y se inclinó hacia adelante para ponerse al nivel de Khadra. Era consciente de que sus pechos ahora colgaban al aire libre. "Pero mi matrimonio es sagrado. Tenemos que respetar a George. Si me necesitas, ven a despertarme y me reuniré contigo en tu habitación".
"¿Qué?" Una sonrisa inesperada se dibujó en el rostro de Khadra. "¿En realidad?"
"Enrealidad." Julia asintió. "¿Has bebido suficiente leche por la noche?"
"¿Podría tener más, por favor?" Khadra no estaba segura de si estaba siendo codiciosa.
"Por supuesto." Julie la tomó de la mano y la condujo a la habitación de invitados. "Todo lo que tiene que hacer es preguntar."
~~
Los Anderson decidieron llenar su casa para la víspera de Año Nuevo. Invitaron a amigos de la iglesia, la escuela y su antiguo vecindario. No esperaban volver atener una casa tan amplia una vez que vendieran la mansión. Por lo tanto, el Año Nuevo era un momento tan bueno como cualquier otro para una gran fiesta.
"¿Deberíamos estar bebiendo champán?" Madison estaba de espaldas a un fuego crepitante en la sala de estar principal de la casa, Brittney tenía un brazo casualmente sobre el hombro de Madison.
"No es un champán caro. El hecho de que vivamos en una mansión no significa que seamos ricos". Brittney tenía las mejillas sonrosadas y cierta pérdida de inhibiciones. No fue su primer sorbo de champán esa noche.
"Quiero decir, todavía estoy a tres años de los veintiunos". Madison miró su vaso de plástico con su burbujeante líquido dorado.
La gente se arremolinaba alrededor de la habitación. Risas y charlas llenaron el aire.
"Vamos, niña. Tienes el pelo azul, por el amor de Dios. Bebe conmigo". Brittney golpeó su taza contra la de Madison y tomó un sorbo.
"Señora Samatar". Brittney le sonrió a su novia. "Ven a tomar una copa conmigo".
"Feliz año nuevo, Brittney". Khadra se acercó a la joven de dieciocho años, la abrazó y la besó en la mejilla. "Pero nada de alcohol para mí, gracias".
"Eres tú...?" Brittney miró el vestido largo y sin forma de la mujer. Era difícil saber si su barriga estaba creciendo. Pero, de nuevo, había visto a la mujer desnuda muchas veces esa semana, y la barriga de Khadra parecía bastante plana.
"No, no. Está prohibido por mi religión". Khadra siguió sonriendo mientras ajustaba su hiyab. Miró a la linda amiga de Brittney. La niña tenía la edad de Brittney y parecía bastante inocente. Pero Khadra no podía leer a la gente como solía hacerlo. Sintió que su rostro se calentaba. Hacía tan poco tiempo que nunca había tenido un pensamiento travieso, especialmente sobre otras mujeres. Los tiempos habían cambiado. "¿Está tu madre por aquí?"
"Ella está por ahí." Brittney señaló el otro lado de la habitación, donde Julie estaba hablando con Erin Haskins y su esposo.
"Te importa si ...?" Khadra se sintió tan avergonzado de pedir permiso para dejara un adolescente. Pero allí estaba ella.
"Adelante. Corre. Te alcanzaremos más tarde". Brittney sonrió y saludó a Khadra mientras la mujer oscura se abría paso entre la multitud.
"Eso fue raro." Madison frunció el ceño a la mujer.
"Diferentes culturas, supongo". Brittney se encogió de hombros. Su sonrisa se amplió cuando Daniel se acercó a ellos, del brazo de Penélope.
"¿El reloj te suena más fuerte esta noche?" Daniel casualmente tomó la taza de Brittney con su mano libre y tomó un sorbo.
"Lo hace." Penélope asintió, mirando el perfil de Daniel.
Brittney hizo una pausa para escuchar. Ahora que lo mencionó, ella podía oír el tictac incluso por encima del zumbido de la conversación en la habitación. "Parece más prominente".
"Um..."Madison no podía escuchar ningún reloj con la cacofonía en la habitación. Podía oír el fuego crujiendo y estallando alegremente detrás de ellos.
"Cinco minutos para la medianoche", gritó alguien en la multitud.
"Hola, Madison". Daniel miró a la amiga de Brittney, que estaba parada allí con torpeza. "¿No lo escuchas?"
"Um... uh..."Madison se preguntó por la forma en que la cuñada de Daniel lo miraba. Penélope parecía estar tan enamorada de Daniel como lo estaba Madison. Pero eso era imposible. "Um... bueno... hola".
"En realidad, he querido hablar contigo". Daniel soltó el brazo de Penélope, le devolvió su bebida a su hermana y le tendió la mano a Madison. "¿Tienes un minuto?" Con cada tic-tac el reloj sonaba más fuerte.
"Por supuesto." Madison se sonrojó profusamente y tomó la mano de Daniel.
"Vuelvo enseguida". Daniel guiñó un ojo a su hermana sonriente y a su cuñada con el ceño fruncido. Condujo a Madison a través de la habitación llena de gente, al pasillo y escaleras abajo. Afortunadamente, el sótano estaba vacío. El reloj marcaba su camino hacia la medianoche en algún lugar de la casa.
"¿Qué pasa, Danny?" Madison trató de sonar casual mientras se sentaban uno al lado del otro en el sofá. Ella alisó el elegante vestido que usó para la fiesta.
"Creo que eres hermosa, Madison". Daniel le puso una mano en el muslo.
"¿En realidad?" El rubor de Madison se profundizó.
Hubo una pausa. "Bueno, ¿qué piensas de mí?" Daniel frotó su muslo suavemente. La confianza era tan fácil una vez adquirida. Antes de la mansión, Daniel habría muerto en tal posición.
"Creo que eres lindo." Madison se reprendió a sí misma. Eso no fue lo correcto para decir. "Quiero decir que me gustas." No, eso fue demasiado atrevido. "Quiero decir, vi tu pene y..." Oh mierda, eso fue demasiado atrevido.
"No te preocupes, lo entiendo". Daniel se inclinó hacia adelante y plantó un suave beso en sus labios. Él apartó un poco de su cabello azul de su frente. Él la besó de nuevo justo cuando el reloj marcaba lamedia noche. Él se apartó y la miró a los ojos azules. "¿Escuchas eso?"
"¿El reloj? Sí, es medianoche". Madison asintió. Se dio cuenta de que había estado conteniendo la respiración. Ella lo dejó salir. La habitación zumbaba a su alrededor. No había bebido tanto champán.
"Aquí hay más besos en el nuevo año". Daniel se inclinó y le metió la lengua enla boca.
"Yyymmmmpppplllllttthh". Madison puso sus manos sobre sus hombros. Qué delicia que fuera tan buen besador. Y que tuvo la amabilidad de mirar más allá de su torpeza. Mientras las campanadas resonantes del reloj resonaban por toda la casa, Madison pensó que esta era la mejor manera de recibir el año nuevo. La multitud vitoreó la medianoche en la sala de estar. Ni siquiera apartó la mano de Daniel cuando tomó su gluteo izquierdo. El momento fue tan mágico que cuando el reloj terminó su duodécima campanada, ella sintió que las vibraciones continuaban, haciendo que la casa nadara a su alrededor. Era casi como si se hubieran perdido en el tiempo.
"Oh, lo siento." George bajó las escaleras y trató de no mirar a los adolescentes que se besaban mientras pasaba junto a ellos en el sótano. "Tengo que arreglar algo en el cuarto de lavado".
Daniel rompió su beso, pero mantuvo su mano en el puñado de tetas de Madison. "¿Papá? Es la víspera de Año Nuevo. ¿Qué diablos?"
"Lo siento." George pasó de largo. "Como tu estabas." Entró en el lavadero y cerró la puerta.
"¿Por qué tu papá está arreglando algo allí ahora?" Madison estaba un poco extrañada por el hombre mayor.
Ha estado obsesionado con una válvula allí durante un tiempo. Daniel se encogió de hombros. "¿Donde estábamos?" Volvió a besar a Madison. La sintió tensa esta vez, pero rápidamente se relajó.
Eloise se quedó en las sombras observando a los tortolitos. Claramente los poderes de la casa habían cambiado. Ella creció y Frederick disminuyó. Los Anderson fueron realmente una delicia.
Madison y Daniel se besaron durante aproximadamente media hora y la casa siguió nadando y vibrando a su alrededor. Ambos jóvenes de dieciocho años lo atribuyeron alas endorfinas, olvidándose de George en la habitación de al lado. Eventualmente, se separaron el uno del otro y regresaron a la fiesta, tomados de la mano.
~~
"Diferentesculturas, supongo". Brittney se encogió de hombros. Su sonrisase amplió cuando Daniel se acercó a ellos, del brazo de Penélope.
"¿El relojsuena más fuerte esta noche?" Daniel casualmente tomó la taza deBrittney con su mano libre y tomó un sorbo.
"Lohace." Penélope asintió, mirando el perfil de Daniel.
Brittney hizo unapausa para escuchar. Ahora que lo mencionó, ella podía oír el tictacincluso por encima del zumbido de la conversación en lahabitación. "Parece más prominente".
"Um..."Madison no podía escuchar ningún reloj con la cacofonía en lahabitación. Podía oír el fuego crujiendo y estallando alegremente detrásde ellos.
"Cincominutos para la medianoche", gritó alguien en la multitud.
"Es casimedianoche." Daniel apretó a Penélope un poco más cerca, podía sentirsu vientre expandiéndose a su lado. "¿Está Brad poraquí?" Examinó la habitación en busca de su hermano mayor.
Creo que estabaocupado hablando con uno de sus amigos. Penelope asintió a través de lahabitación.
"Bueno." Danielle guiñó un ojo a su hermana. "Nos vemos en un rato". Lesonrió a Madison, que tenía la mirada más extraña en su rostro. Condujo aPenélope por el pasillo, pasó junto a unas pocas personas que reían y hablabanjunto a las escaleras y entraron en la biblioteca. "Quería recibir elaño nuevo contigo. Espero que no te importe si no estás besando a tu esposocuando dan las doce".
"No meimporta". Penélope bajo el vestido, dejando al descubierto sus pechos. Perono quiero sólo un beso.
"Eres tan romántica, Pen". Daniel sintió su mano en su ya dolorosa duroeza. Se bajó los pantalones y los bóxers y sintió sus suaves labios.
Se dio la vuelta, abrió las piernas y se recostó sobre la cama a esperar a Daniel para empezar este año muy diferente.
"Qué buen culo". Él abofeteó su trasero de alabastro..
"Ay.Gracias, Danny". Penélope se estremeció. Lo sintió empujardeslizarse dentro. Estaba tan mojada por él. "El año que viene...ugh... voy a tener a tu bebé".
"Deberíamos...ah... ah... empezar a hablar de nombres". Daniel agarró sus caderas yse puso a buen ritmo.
"Ooohhhhh.¿Quieres... nombrar... al bebé?" Penélope se maravilló de lo fuerteque sonaba el reloj.
"Es... mío..."Daniel podía escuchar el reloj dar la medianoche. El sonido amortiguado dela multitud vitoreando se filtró desde el piso de abajo. La casa nadó a sualrededor mientras él la bombeaba con más fuerza. Él se inclinó haciaadelante, agarró su cabello rubio y giró su cabeza hacia un lado para poderdarle el tradicional beso de medianoche.
"Eso es un si." Yde repente estaba besando a Daniel por encima del hombro, mientras el relojpasaba de un año al otro. El año nuevo pasado, en su mayoría había sentidolástima por Daniel. Ahora se compadecía de su marido. Brad estaba a metrosde distancia, pero en su mente estaba a un universo de distancia. El mundoa su alrededor se volvió borroso cuando el placer se apoderó de su cuerpo.
Cuando el relojterminó de sonar, Daniel rompió el beso. Todavía sentía las vibracionesmoviéndose por la habitación. Eres mía, Pen. Pero te prestaré a mihermano.
"Sí." Penélopese estremeció, su orgasmo casi encima de ella. "El bebé es tuyo. Yosoy tuya. Para siempre, Danny".
Daniel todavíasostenía su cuello, pero le dio un poco de holgura cuando se corrió sobre supolla. Esperaba que ella no estuviera siendo demasiado ruidosa. Noquería alertar a ninguno de los invitados sobre sus actividades.
Detrás de lapareja de apareamiento, Eloise miraba, frotándose la barriga redonda. Estesería el año. Una cálida y brillante sonrisa se extendió por sus bonitoslabios. El reloj casi valió la pena. Casi. Ella los vio copularpor un tiempo más y desapareció justo después de que Daniel se vaciaraprofundamente dentro de Penélope.
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"Diferentesculturas, supongo". Brittney se encogió de hombros. Su sonrisase amplió cuando Daniel se acercó a ellos, del brazo de Penélope.
"¿El relojte suena más fuerte esta noche?" Daniel casualmente tomó la taza deBrittney con su mano libre y tomó un sorbo.
"Lohace." Penélope asintió, mirando el perfil de Daniel.
Brittney hizo unapausa para escuchar. Ahora que lo mencionó, ella podía oír el tictacincluso por encima del zumbido de la conversación en lahabitación. "Parece más prominente".
"Um..."Madison no podía escuchar ningún reloj con la cacofonía en lahabitación. Podía oír el fuego crujiendo y estallando alegremente detrásde ellos.
"Cincominutos para la medianoche", gritó alguien en la multitud.
"Es casimedianoche." Brittney miró a su hermano y le guiñó unojo. "Quédate con la bebida, Danny". Tomó la mano deMadison y la condujo fuera de la habitación. "Quiero mostrartealgo." Brittney llevó a Madison escaleras arriba, dándole un pequeñogolpe en el trasero de su amiga mientras Madison subía delante de Brittney.
"Dios,Brittney". Madison miró a su amiga y sonrió. "Manos fuerade la mercancía".
"¿Te estásguardando para mi hermano?" Brittney le dio otro ligero golpe en eltrasero mientras subían las escaleras. Arrastró a Madison juguetonamentehacia un sofá escondido en las sombras de la sala de estar abierta. Elsofá estaba colocado para mirar por una gran ventana, contemplando los camposnevados alrededor de la casa. Un lugar perfecto.
"Nobromees". Madison se sentó junto a Brittney y apoyó la cabeza en elhombro de su amiga. "Obviamente. Sabes que megusta". Madison tuvo la extraña sensación de que algo muy bueno yahabía sucedido con Daniel, pero no podía recordar qué era.
"¿Y yoque?" Brittney miró hacia la nieve iluminada por la luna. Pusoun brazo alrededor de los estrechos hombros de Madison. El tic-tac delreloj se hizo más fuerte. Parecía que estaba justo detrás de ellos, peropor supuesto que no era así.
"Tú eres miamiga." Los hombros de Madison se tensaron un poco bajo el brazo deBrittney. "A mí... um... no me gustan las chicas". El relojmarcó pesadamente la medianoche con notas musicales profundas. Madisonpodía escuchar a la multitud vitoreando en la sala de estar. La casatembló un poco y se movió... de forma poco natural. ¿Se estaba moviendorealmente?
"Bésame,puede que te sorprenda". Brittney puso su dedo en la delicadabarbilla de Madison y giró su bonito rostro hacia los labios expectantes deBrittney. Cuando un año cambió a uno nuevo, deslizó su lengua en la bocade Madison. Por un horrible segundo, Brittney pensó que a Madisonrealmente no le gustaban las chicas y que había cometido un granerror. Pero la chica en sus brazos se suavizó, su lengua se volviójuguetona y le devolvió el beso a Brittney.
"Mmmppphhhh". Madisoncedió a la sesión de besos. Realmente había pensado que no le gustaban laschicas, pero Brittney rápidamente cambió de opinión. Incluso dejó que lamano de Brittney se deslizara hacia arriba y ahuecara el seno izquierdo de Madison. Sesintió tan bien.
Brittney rompióla sesión de besos y besó su camino hasta la oreja de Madison. Lomordisqueó y miró la nieve. Podía ver a una mujer pelirroja mirándoladesde el frío exterior. La mujer estaba claramente embarazada y vestía unvestido victoriano largo. Brittney saludó a Eloise mientras Madison seretorcía y chillaba ante la lengua de Brittney en su oreja. Eloise ledevolvió el saludo a Brittney.
Los adolescentesse besaron un rato en el oscuro segundo piso y luego, a regañadientes, regresarona la fiesta.
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"Diferentesculturas, supongo". Brittney se encogió de hombros. Su sonrisase amplió cuando Daniel se acercó a ellos, del brazo de Penélope.
"¿El reloj mesuena más fuerte esta noche?" Daniel casualmente tomó la taza deBrittney con su mano libre y tomó un sorbo.
"Lohace." Penélope asintió, mirando el perfil de Daniel.
Brittney hizo unapausa para escuchar. Ahora que lo mencionó, ella podía oír el tictacincluso por encima del zumbido de la conversación en lahabitación. "Parece más prominente".
"Um..."Madison no podía escuchar ningún reloj con la cacofonía en lahabitación. Podía oír el fuego crujiendo y estallando alegremente detrásde ellos.
"Cincominutos para la medianoche", gritó alguien en la multitud.
"Brittney,¿puedo tomarte prestado por un minuto?" Daniel soltó el brazo dePenélope y le entregó el champán de Brittney.
"¿Seguro,que pasa?" Brittney tomó la mano de su hermano.
"Volveremosen un momento". Daniel le guiñó un ojo a Penelope, quien le fruncióel ceño. Madison tenía la mirada más extraña en su rostro, como siestuviera tratando de recordar algo. Se quedaron torpemente juntosmientras Daniel guiaba a Brittney a través de la habitación. "Tengola forma perfecta de recibir el año nuevo".
"Okey." Brittneyle dio a su hermano un margen de maniobra. Últimamente había demostradoser digno de confianza.
Daniel le susurróal oído a Brittney, y ella asintió.
Los gemelos seacercaron a un círculo de animada conversación. Julie sonrió a losgemelos. Khadra también estaba allí. Al igual que Erin, su esposo ysu hijo. Ted no quería hacer contacto visual con su ex novia, así que mirósus zapatos. George se paró junto a su esposa para completar el círculo.
—¿Señora Samatar…señora Haskins…? Brittney sonrió a las mujeres. "¿Podríamostomarlas prestado por un minuto?"
"¿Querido?" Erinmiró a su marido. Ella pensó que la solicitud era extraña, pero quería seruna invitada educada.
"Mientrasestés de vuelta para un beso de medianoche". Su esposo le sonrió aErin y le dio unas palmaditas en la mano.
"Porsupuesto." Erin besó a su esposo en la mejilla y se alejó con Khadray los gemelos.
Los cuatrosalieron de la sala de estar, giraron por el pasillo y descendieron alsótano. Brittney y Khadra se sentaron en el sofá y palmearon los cojines.
"¿Qué estásucediendo?" Erin miró alrededor de la habitación con incertidumbre, yvio a Daniel acercarse. Las mariposas revoloteaban en su estómago. Peronada iba a pasar. Daniel no haría nada con su dulce hermana y una invitadaallí mismo.
Khadra se acercóa Brittney. El tic-tac del reloj oculto parecía más fuerteallí. Khadra se quitó el hiyab de la cabeza y lo tiró al suelo. Eraextraño mostrarle el cabello a Erin, pero Khadra sospechaba que eso sería lomínimo que sucedería en el sótano esa noche.
"Pensamosque no habría nada mejor que recibir el año nuevo con nuestras novias". Brittneyadmiró el hermoso cabello negro de Khadra. Pasó las yemas de los dedos porla suave y oscura mejilla de la mujer.
"¿Qué es loque ella acaba de decir?" La presión arterial de Erinaumentó. Después de lo que había pasado con Daniel en la cabaña, supusoque nada debería sorprenderla, pero las palabras de Brittney ciertamente lohicieron.
"Shh. Yacasi es hora." Daniel se giró hacia Erin y logro levantar su blusa ytomar sus enormes pechos, pero la hizo tropezar con el sillón al intentarevitar el beso.
. “Danielespera…” Erin logro caer de forma perfecta sobre el sillón. El reloj marcó lamedia noche y Daniel besó a Erin en los labios Por costumbre, Erin le devolvióel beso al adolescente, incluso cuando podía escuchar a la multitud vitoreandoel año nuevo arriba. Un sudor frío brotó de su frente al pensar en sumarido sin nadie a quien besar en el piso de arriba. Pero ella no sedetuvo. La casa a su alrededor parecía inhalar y exhalar junto conella. Por un minuto se olvidó de la otra mujer y la adolescente en elsofá, pero luego las escuchó besarse también. ¿Que estaba pasando?
El reloj dejó desonar y Brittney llevó sus manos a los pesados senos de Khadra. La mujermorena gimió en respuesta. La habitación dio vueltas a su alrededor.
"Oh, losiento." George caminó hacia el sótano y trató de no mirar a losadolescentes que se besaban mientras pasaba junto a ellos en elsótano. "Tengo que arreglar algo en el cuarto delavado". Eran solo unos niños divirtiéndose después de todo, losenvidiaba.
Las cuatropersonas en el sofá dejaron de besarse y observaron a George moverse por lahabitación con poca luz con los ojos muy abiertos. Todos estaban convencidosde que los habían atrapado, pero él nunca miró en su dirección.
"Losiento." George pasó de largo. Entró en el otro cuarto y cerróla puerta.
"Mierda." Brittneymiró por encima del hombro a su hermano y se rió. Su risa prendió y muypronto los cuatro se rieron del tonto hombre de mediana edad que acababa depasar por el escándalo de su vida. Sin dejar de reír, Brittney volvió abesar a Khadra.
"Te ves tanbonita esta noche". Daniel palpó las pesadas y colgantes tetas deErin.
"Gracias,Daniel, pero debemos parar". Erin miró a su alrededor mientras lasdos mujeres se besaban en el otro extremo del sofá. "Mi esposo meestará buscando. Y esto se siente más que un poco extraño".
"Dijiste lomismo en la cabaña. ¿Recuerdas?" Daniel volvió a besar a la esposa ymadre y ella se derritió en sus manos.
Un rato después,los cuatro estaban desnudos. Todos se habían olvidado de que George estabaen la habitación de al lado, a pesar de que ocasionalmente se oía un golpe o unruido metálico mientras trabajaba en la plomería.
Erin gimiómientras montaba la gran polla de Daniel, su rodilla derecha empujando contrala rodilla izquierda de Khadra.
Khadra frotó suvagina en el muslo izquierdo de Brittney, sus caderas meciéndose al ritmo de unallamada animal profundamente arraigada.
"Deberían...ugh... besarse". Daniel miró a su gemelo con una sonrisa soñadora
"Sí." Brittneyle devolvió la sonrisa. "¿Por qué no... se besan?" Cuandolas mujeres que montaban a los gemelos no hicieron nada, golpeó el traserotambaleante de Khadra. "Vamos... Sra. Haskins y Sra. Samatar...háganlo".
Eloise se quedójunto a la puerta del cuarto de lavado, asegurándose de que George nointerrumpiera la situación en el sótano. Ella sonrió y se frotó el vientre. Losgemelos fueron hechos para esto. El dique creado por milenios de reglaspatriarcales se había reventado. Y la lujuria se desbordó.
"¿Enrealidad?" Khadra miró a la atractiva y sudorosa mujer mientrasrebotaba en el regazo de Daniel. Los grandes y pálidos pechos de Erin sedesplomaban con cada salto que daba su vagina sobre ese penehinchado. Khadra se inclinó hacia Erin, sus caderas aún apretando suvagina contra el delgado muslo de Brittney.
"Oh, Diosmío. Nunca pensé..." Erin dejó que la hermosa mujer morena labesara. Fue un toque tan suave y comprensivo de labios y lengua. Sebesaron un poco más y Erin, ahora apretando el pene profundamente dentro deella, dejó que su lengua explorara la boca de Khadra. Besarse con unamujer era totalmente diferente a besar a Daniel. Erin sintió urgencia yagresión por parte de su flaco novio. Pero con Khandra, fue paciencia ygusto. "Mmmppphhh". Erin iba a tener un orgasmo. Unogrande. Mientras hace las cosas más depravadas.
"Gggggpppphhhhh". Khadraahora había besado a tres mujeres en esa casa. Y uno de ellos era dealguna manera su novia. Se entregó a la locura, lista para el clímax.
"¿Quién...ugh... habría pensado... Brit?" Daniel miró a su hermana más allá decuatro tetas colgando. Él tomó su mano entre las suyas y la apretó.
"Somos...imparables, Danny". Brittney le devolvió el apretón. Casi se rióde todo el movimiento de tetas entre ella y Daniel, pero estaba demasiado cercade su propio orgasmo.
"Estoy... apunto de... correrme". Daniel empujó sus caderas hacia la mujertrituradora.
"Me corro...Danny..." La cabeza de Brittney se sacudió cuando un orgasmo eléctrico lagolpeó.
Los cuatrollegaron al clímax juntos en el sofá del sótano mientras Eloise miraba.
Después de unosminutos, se vistieron lentamente y regresaron a la fiesta. Erin esperabaque su esposo estuviera lo suficientemente borracho para no notar lo sudorosa ydesaliñada que estaba. Tendría que compensarlo más tarde por no estar allípara besarlo a medianoche.
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"Diferentesculturas, supongo". Brittney se encogió de hombros. Su sonrisase amplió cuando Daniel se acercó a ellos, del brazo de Penélope.
"¿El relojte suena más fuerte esta noche?" Daniel casualmente tomó la taza deBrittney con su mano libre y tomó un sorbo.
"Lohace." Penélope asintió, mirando el perfil de Daniel.
Brittney hizo unapausa para escuchar. Ahora que lo mencionó, ella podía oír el tictacincluso por encima del zumbido de la conversación en lahabitación. "Parece más prominente".
"Um..."Madison no podía escuchar ningún reloj con la cacofonía en lahabitación. Podía oír el fuego crujiendo y estallando alegremente detrásde ellos.
"Cincominutos para la medianoche", gritó alguien en la multitud.
"¿Ya?" Danielsoltó el brazo de Penélope y le devolvió la bebida de su hermana aBrittney. "Tengo que ir a hablar con mamá antes de la medianoche.Volveré". Le guiñó un ojo a Brittney, quien le devolvió elguiño. Madison y Penélope le fruncieron el ceño mientras se alejaba entrela multitud.
"¿Mamá?" Danielencontró a Julie teniendo una animada discusión con un grupo de personas,incluidos Erin, su esposo y el hijo de Erin, Ted, quien había tratado dedelatar a Daniel con Brittney. Ted se miró los zapatos.
"¿Qué pasa,calabaza?" Julie le dio a Daniel una mirada burlona.
"¿Podemoshablar?" Daniel le ofreció una pequeña sonrisa.
"Sí,claro." Julie tomó la mano de Daniel y lo llevó fuera de lahabitación. Daniel parecía necesitarla con urgencia, así que ella locondujo por el pasillo, más allá de la biblioteca y hacia elestudio. Encendió la luz y cerró la puerta detrás deellos. "¿Qué pasa, Danny?"
"Es casimedianoche, mamá". Daniel se acercó a ella y puso sus brazosalrededor de su cuerpo bien formado. Su creciente vientre presionabacontra él. Dejó caer sus manos a su trasero perfecto. "Y no haynadie a quien prefiera besar para recibir el año nuevo".
"Eres tandulce, calabaza". Julie le rodeó los hombros con los brazos y apoyóla cabeza contra la de él. El olor floral de su champú llenó sunariz. "Pero tal vez aún debería besar a tu padre a medianoche. Esuna tradición". Ella no se movió. El tic-tac de ese gran relojresonó por toda la casa.
"Papá estonto. Quédate conmigo". Él apretó su trasero, tomando grandespuñados de cada mejilla a través de su vestido.
"Sí, tupadre es un poco tonto. No sé por qué no lo vi antes". Juliesuspiró. "Pero aún así, tal vez debería volver-" Fueinterrumpida por el repique del reloj. La guarida espartana se estremecióy vibró con cada repique sonoro, casi como si no estuvi era allí en absoluto.
"Demasiadotarde, mamá". Daniel volvió su rostro hacia el de ella y encontró suslabios con los de él. Madre e hijo estaban apretados, mientras la casa sedesvanecía a su alrededor. En la distancia, podían escuchar a la multitud vitoreandoen la sala de estar.
Pasó lamedianoche, ya estaban sentados aun con los labios juntos. Ninguno notó ala mujer victoriana sentada en un sillón al otro lado de la habitación.
"Adelante",susurró Eloise.
Julie rompió elbeso. "Tenemos que volver a la fiesta". Puso su dedo en lahermosa barbilla de Daniel. "No luzco tan abatida. ¿Qué clase demadre sería si te dejara asi? ¿Crees que puedes terminar rápido?"
"Sí." Danielasintió con entusiasmo.
"Buen chico ¿Quieresmi coño o mi trasero, cariño?", Julie sintió su mano mover sus bragas a unlado y buscar en su interior.
"Esas sonunas bragas elegantes. ¿Son para papá?" Daniel se puso de pie y sebajó los pantalones y la ropa interior. Admiró su rostro mientras sesacaba el vestido.
"Me los pusepara ti, Danny. Pensé que algo así podría pasar. ¿Te gustan?" Julienotó que Eloise estaba sentada observándolos. No le dijo nada al respectoa Daniel. Parecía casi natural tener a ese fantasma pelirrojo en la habitaciónen un momento especial como el Año Nuevo.
"Losamo." Daniel le bajó las bragas hasta las rodillas deJulie. "¿Qué tal si tomo tu coño y luego tu culo?" Danielfrotó su coño mientras ella tomaba la cabeza morada de su polla que rozaba contrasu vientre.
“Como quieras.” Juliesintió sus manos en su culo y vio como la levantaba en un movimiento. “Perotenemos que ser rápidos, está bien. La gente...aaaaahhhhhhhhhh". Julie se convulsionó. Su hijo acababa dedeslizar su pene dentro de ella y ella ya estaba llegando al clímax.
Unos minutosdespués, Daniel con sus manos en su culo y un buen ritmo. "Este es el añoen que vas a tener a mi bebé, mamá".
"Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii) Juliesalió de su orgasmo, el placer hormigueaba por todo su cuerpo.
Y papá cree quees suyo. Daniel miró su anillo de bodas en su hombro. Fuera lo quefuese lo que esos diamantes habían simbolizado cuando George se los puso porprimera vez en su dedo, se había derrumbado casi por completo. "Perono es su bebé".
"No... no esde él... eh...” Solo tienes dieciocho... pero estás... haciendo crecer nuestrafamilia... Danny". La bofetada rítmica de su amplio trasero contrasus estrechas caderas llenó la habitación. “Vas a ser... padre..." Julie llegoa un gran orgasmo con esas palabras.
Daniel la beso denuevo para que su gemido no fuera más allá de la habitación. "Este es elaño de... ah... ah... ah... bebés". Daniel realmente se estabametiendo en eso. Notó a Eloise por primera vez sentada en elsillón. La matrona pelirroja le sonrió animándolo. Él le devolvió lasonrisa. "No quiero... usar esos condones, mamá. Con... nadie".
"Oh Diosmío." Julie tuvo dificultades para decir que no que quería que élesparciera su semilla. Mientras la bajaba de su polla y la recostaba sobre elsofa en el centro de la habitación.
"Voy aembarazar al mundo".
"No todo elmundo." Julie tembló, otro clímax en el camino. "No... tuhermana".
"Brittney loquiere, mamá. No... ugh... ¿quieres que nuestra familia... crezca más?"
"Oh... siiiissssssssss." Elorgasmo se apoderó de Julie. Su mente se alejó de ella. Cuando volvióa bajar de las nubes, la monstruosa polla de su hijo estaba en su culo.
"Voy allenar... a Brittney... también". Julie gruñó como un cerdo. Su hijoestaba tan hundido en sus tripas. "Dime que quieres que le ponga unbebé. Este es el año de los bebés, mamá".
"Sí...ugh... ugh..." "El año de...ugh... bebés. Pon... un bebé... ooohhhhh... en tu hermana". Las caderas deDaniel cayeron fuera de ritmo. Su mamá le había pedido que fuera rápido, ytoda la charla sobre bebés realmente lo había llevado al límite.
Un rato despuésJulie estaba con la polla de Daniel a cuatro con la cara clavada sobre el sofa.Las caderas de Julie se movieron mas rápido.
“Eres la mejormama”. Su culo se veía tan redondo, lleno y atractivo.“Oooohhh” Juliealargo su mano izquierda hacia atrás y introdujo dos dedos en su coño paralograr sentir su humedad. Sabia que había perdido la oportunidad de volver consus invitados antes de que se fueran.
"Maaammmaaaaa". Danieldejó escapar una serie de gruñidos suaves y corrió en el culo de su madre.
Eloise aplaudiócon entusiasmo y se desvaneció.
Pasaron variosminutos antes de que Daniel pudiera decidirse a retirarse. "Guau. Esofue perfecto".
"Sí..."Julie todavía jadeaba. "Y que lo fue." Automáticamente segiró, se puso de rodillas y lo limpió con la lengua. No le molestaba en lomás mínimo que esa cosa enorme acabara de estar en su trasero. Queextraño.
"¿Lo decíasen serio?" Daniel se agachó y acarició suavemente su bonito rostromientras ella terminaba de limpiar. "¿Podemos Britney y yo...?"
"Ay,Danny". Julie le dio un último beso a su pene y le subió la ropainterior y los pantalones, metiéndolo debajo de lacintura. "Simplemente no puedo decirte que no". Se puso depie y se enderezó las bragas y dejó caer el vestido sobre suspiernas. "Lo pensaré, ¿de acuerdo?"
"Graciasmamá." Daniel se inclinó hacia delante y la besó en lamejilla. Él supo cuando ella dijo que era tan bueno comosí. "Eres la mejor mamá del mundo".
Y no loolvides. Julie le dio una palmada en el trasero flacucho y lo movió haciala puerta. "Ahora volvamos a nuestra fiesta". Julie seestremeció al pensar en ser una buena anfitriona con un galón del semen de suhijo en el culo. Salieron al pasillo y se unieron a la fiesta.
Un sonido rítmico de salpicaduras de agua llamó la atención de Julie. Atravesó la puerta del granero. No agua, sino leche. Una campesina sentada en un taburete ordeñaba una vaca con las ubres hinchadas. La chica era sucia, de contextura delgada y cabello rubio. Se volvió cuando escuchó los pasos de Julie.
"¿Está perdida, señora?" La sonrisa de la campesina era cálida y amistosa.
"No lo sé. No puedo encontrar mi hogar". Julie miró alrededor del granero. Había otra vaca, dos caballos y algunos patos graznando suavemente en la esquina.
"Oh, estás hablando de La Mansión Palmer. Está en la misma calle". Los ojos dela granjera se entrecerraron con preocupación. "Pero no quieres hacer tu hogar allí. No creerías lo que el Sr. Palmer le hizo a su esposa". Volvió a ordeñar, todavía hablando casualmente, como si estuviera involucrada en los chismes del vecindario. "Había un gran reloj antiguo en la parte superior de la escalera. Con furia, lo abrió, quitó sus mecanismos y fue a buscar a su esposa embarazada".
"Creo que no quiero escuchar más". Julie se estremeció de frío. Todavía no sabía si era el amanecer o el anochecer. La leche chapoteaba rítmicamente en el balde.
"Cuando encontró a la dueña de la casa, la cortó y le sacó los... Así como así. Luego metió lo que tenía del reloj dentro de ella". La granjera siguió apretando las ubres, sin mirar a Julie. "Pero eso no es lo peor. Luego, el hombre llevó sus… hasta ese reloj hueco y los colocó cuidadosamente dentro. Y... de alguna manera, el reloj comenzó a correr de nuevo. Eso enfureció al Sr. Palmer algo ferozmente, pero incluso cuando se lo llevaron, el reloj dio la hora como siempre lo hacía".
"Dios ayúdame." Julie se alejó de la chica, observando cómo su cabello rubio se sacudía ligeramente con sus movimientos.
"¿No ves?" La granjera siguió con su trabajo mientras hablaba. "Dios no quiere ayudarte. El Sr. Palmer es la mano de Dios. Necesitas buscar ayuda de aquellos a los que Él ha agraviado. No de aquellos que están haciendo cosas terribles". La leche salpicó en el balde. Chapoteo, chapoteo, chapoteo.
Julie se despertó sobre saltada. El sonido rítmico de la leche fluyendo de alguna manera la había seguido fuera de su sueño. Ella parpadeó en la oscuridad. Estaba acostada boca arriba en la cama y alguien estaba encima de ella. Julie sabía quién era. —Khadra —susurró Julie. "Te lo dije, no con George aquí".
"Mmmmmppphhhh". Khadra no respondió, siguió tragando leche del seno izquierdo de Julie.
—Ooohhhhhhh, Julie no pudo evitarlo. Tomó el cabello ondulado de la mujer y sostuvo su cabeza contra su pecho. George roncaba a sólo un pie de distancia. Esto fue demasiado. George se enteraría de todo si no podía tapar a la mujer desnuda que se retorcía encima de ella. Oh, no. Julie se dio cuenta de que Khadra había olvidado su modestia. Julie podía sentir su contacto piel con piel. La mujer era tan cálida. El muslo de Khadra se metió entre las piernas de Julie y se frotó contra las bragas de Julie. "Aaaaaahhhhhh". Julie contuvo el aliento. El muslo se frotaba y frotaba contra el coño de Julie.
Khadra levantó la boca del pezón de Julie. "Nunca me he sentido más seguro que en tu pecho. Déjame hacerte sentir bien a ti también". Ella balanceó sus caderas contra la mujer. Por los sonidos que hizo Julie, supo que estaba funcionando. El placer consumió al resto del mundo tan completamente que a Khadra ni siquiera le importó que su movimiento de balanceo pudiera despertar al esposo de Julie. Colocó su boca sobre el pezón derecho de Julie y bebió un poco más.
"Uf... uf...ooohhhhhh". A Julie le encantaba la presión de los senos de Khadra sobre el vientre redondo de Julie. "Khadra... Khadra... vas a hacerme..." Las caderas de Julie se retorcieron con las de Khadra. "Es... bueno..." Julie mordió su manta y tembló en su clímax. "Mmmmmmmppppphhhh". Cuando Julie terminó, Khadra todavía se movía encima de ella, tragando leche. "Tenemos... que...parar", susurró Julie.
"¿Jules?" George se dio la vuelta. "Qué ...?" El sueño no lo dejaba del todo mientras trataba de despertarse.
Julia entró en pánico. Empujó a Khadra fuera de ella, de modo que la pobre mujer cayó dela cama al suelo con un audible "uf". En el mismo movimiento, Julie se estiró y empujó a su esposo fuera del otro lado de la cama. Golpeó el suelo con un ruido sordo.
"Ay." George se frotó la cabeza. "¿Qué pasó?" Se incorporó y miró a su esposa en la cama a la luz de las estrellas.
"Debes haber tenido una pesadilla, George. Saltaste de la cama". Julie lo miró con sincera preocupación.
"¿Hice?" George se puso de pie y volvió a meterse en la cama. "Estaba teniendo una pesadilla".
"¿Estás herido?" Julie le frotó el hombro.
"No estoy bien." George apoyó la cabeza en la almohada. "Solo estoy cansado. Mañana tengo más trabajo en el sótano. Necesito descansar un poco". Y en veinte segundos volvió a roncar.
"¿Khadra?" Julie miró por encima del borde de su lado de la cama. La mujer oscura y desnudase abrazó al suelo frío. Al menos Khadra tuvo la sensatez de permanecer oculta. "Tenemos que hablar", susurró Julie. Se levantó dela cama, levantó a la mujer y la sacó de la habitación de la mano. Cerró silenciosamente la puerta detrás de ellos.
"Losiento." Khadra estaba desnuda en el pasillo, temblando. Miró a los ojos de Julie, pero todo estaba oscuro. "No sé qué me pasó. Yo...sólo... te necesito".
"Mira, lo entiendo". Julie, desnuda excepto por sus bragas empapadas, puso sus manos sobre los hombros de Khadra y se inclinó hacia adelante para ponerse al nivel de Khadra. Era consciente de que sus pechos ahora colgaban al aire libre. "Pero mi matrimonio es sagrado. Tenemos que respetar a George. Si me necesitas, ven a despertarme y me reuniré contigo en tu habitación".
"¿Qué?" Una sonrisa inesperada se dibujó en el rostro de Khadra. "¿En realidad?"
"Enrealidad." Julia asintió. "¿Has bebido suficiente leche por la noche?"
"¿Podría tener más, por favor?" Khadra no estaba segura de si estaba siendo codiciosa.
"Por supuesto." Julie la tomó de la mano y la condujo a la habitación de invitados. "Todo lo que tiene que hacer es preguntar."
~~
Los Anderson decidieron llenar su casa para la víspera de Año Nuevo. Invitaron a amigos de la iglesia, la escuela y su antiguo vecindario. No esperaban volver atener una casa tan amplia una vez que vendieran la mansión. Por lo tanto, el Año Nuevo era un momento tan bueno como cualquier otro para una gran fiesta.
"¿Deberíamos estar bebiendo champán?" Madison estaba de espaldas a un fuego crepitante en la sala de estar principal de la casa, Brittney tenía un brazo casualmente sobre el hombro de Madison.
"No es un champán caro. El hecho de que vivamos en una mansión no significa que seamos ricos". Brittney tenía las mejillas sonrosadas y cierta pérdida de inhibiciones. No fue su primer sorbo de champán esa noche.
"Quiero decir, todavía estoy a tres años de los veintiunos". Madison miró su vaso de plástico con su burbujeante líquido dorado.
La gente se arremolinaba alrededor de la habitación. Risas y charlas llenaron el aire.
"Vamos, niña. Tienes el pelo azul, por el amor de Dios. Bebe conmigo". Brittney golpeó su taza contra la de Madison y tomó un sorbo.
"Señora Samatar". Brittney le sonrió a su novia. "Ven a tomar una copa conmigo".
"Feliz año nuevo, Brittney". Khadra se acercó a la joven de dieciocho años, la abrazó y la besó en la mejilla. "Pero nada de alcohol para mí, gracias".
"Eres tú...?" Brittney miró el vestido largo y sin forma de la mujer. Era difícil saber si su barriga estaba creciendo. Pero, de nuevo, había visto a la mujer desnuda muchas veces esa semana, y la barriga de Khadra parecía bastante plana.
"No, no. Está prohibido por mi religión". Khadra siguió sonriendo mientras ajustaba su hiyab. Miró a la linda amiga de Brittney. La niña tenía la edad de Brittney y parecía bastante inocente. Pero Khadra no podía leer a la gente como solía hacerlo. Sintió que su rostro se calentaba. Hacía tan poco tiempo que nunca había tenido un pensamiento travieso, especialmente sobre otras mujeres. Los tiempos habían cambiado. "¿Está tu madre por aquí?"
"Ella está por ahí." Brittney señaló el otro lado de la habitación, donde Julie estaba hablando con Erin Haskins y su esposo.
"Te importa si ...?" Khadra se sintió tan avergonzado de pedir permiso para dejara un adolescente. Pero allí estaba ella.
"Adelante. Corre. Te alcanzaremos más tarde". Brittney sonrió y saludó a Khadra mientras la mujer oscura se abría paso entre la multitud.
"Eso fue raro." Madison frunció el ceño a la mujer.
"Diferentes culturas, supongo". Brittney se encogió de hombros. Su sonrisa se amplió cuando Daniel se acercó a ellos, del brazo de Penélope.
"¿El reloj te suena más fuerte esta noche?" Daniel casualmente tomó la taza de Brittney con su mano libre y tomó un sorbo.
"Lo hace." Penélope asintió, mirando el perfil de Daniel.
Brittney hizo una pausa para escuchar. Ahora que lo mencionó, ella podía oír el tictac incluso por encima del zumbido de la conversación en la habitación. "Parece más prominente".
"Um..."Madison no podía escuchar ningún reloj con la cacofonía en la habitación. Podía oír el fuego crujiendo y estallando alegremente detrás de ellos.
"Cinco minutos para la medianoche", gritó alguien en la multitud.
"Hola, Madison". Daniel miró a la amiga de Brittney, que estaba parada allí con torpeza. "¿No lo escuchas?"
"Um... uh..."Madison se preguntó por la forma en que la cuñada de Daniel lo miraba. Penélope parecía estar tan enamorada de Daniel como lo estaba Madison. Pero eso era imposible. "Um... bueno... hola".
"En realidad, he querido hablar contigo". Daniel soltó el brazo de Penélope, le devolvió su bebida a su hermana y le tendió la mano a Madison. "¿Tienes un minuto?" Con cada tic-tac el reloj sonaba más fuerte.
"Por supuesto." Madison se sonrojó profusamente y tomó la mano de Daniel.
"Vuelvo enseguida". Daniel guiñó un ojo a su hermana sonriente y a su cuñada con el ceño fruncido. Condujo a Madison a través de la habitación llena de gente, al pasillo y escaleras abajo. Afortunadamente, el sótano estaba vacío. El reloj marcaba su camino hacia la medianoche en algún lugar de la casa.
"¿Qué pasa, Danny?" Madison trató de sonar casual mientras se sentaban uno al lado del otro en el sofá. Ella alisó el elegante vestido que usó para la fiesta.
"Creo que eres hermosa, Madison". Daniel le puso una mano en el muslo.
"¿En realidad?" El rubor de Madison se profundizó.
Hubo una pausa. "Bueno, ¿qué piensas de mí?" Daniel frotó su muslo suavemente. La confianza era tan fácil una vez adquirida. Antes de la mansión, Daniel habría muerto en tal posición.
"Creo que eres lindo." Madison se reprendió a sí misma. Eso no fue lo correcto para decir. "Quiero decir que me gustas." No, eso fue demasiado atrevido. "Quiero decir, vi tu pene y..." Oh mierda, eso fue demasiado atrevido.
"No te preocupes, lo entiendo". Daniel se inclinó hacia adelante y plantó un suave beso en sus labios. Él apartó un poco de su cabello azul de su frente. Él la besó de nuevo justo cuando el reloj marcaba lamedia noche. Él se apartó y la miró a los ojos azules. "¿Escuchas eso?"
"¿El reloj? Sí, es medianoche". Madison asintió. Se dio cuenta de que había estado conteniendo la respiración. Ella lo dejó salir. La habitación zumbaba a su alrededor. No había bebido tanto champán.
"Aquí hay más besos en el nuevo año". Daniel se inclinó y le metió la lengua enla boca.
"Yyymmmmpppplllllttthh". Madison puso sus manos sobre sus hombros. Qué delicia que fuera tan buen besador. Y que tuvo la amabilidad de mirar más allá de su torpeza. Mientras las campanadas resonantes del reloj resonaban por toda la casa, Madison pensó que esta era la mejor manera de recibir el año nuevo. La multitud vitoreó la medianoche en la sala de estar. Ni siquiera apartó la mano de Daniel cuando tomó su gluteo izquierdo. El momento fue tan mágico que cuando el reloj terminó su duodécima campanada, ella sintió que las vibraciones continuaban, haciendo que la casa nadara a su alrededor. Era casi como si se hubieran perdido en el tiempo.
"Oh, lo siento." George bajó las escaleras y trató de no mirar a los adolescentes que se besaban mientras pasaba junto a ellos en el sótano. "Tengo que arreglar algo en el cuarto de lavado".
Daniel rompió su beso, pero mantuvo su mano en el puñado de tetas de Madison. "¿Papá? Es la víspera de Año Nuevo. ¿Qué diablos?"
"Lo siento." George pasó de largo. "Como tu estabas." Entró en el lavadero y cerró la puerta.
"¿Por qué tu papá está arreglando algo allí ahora?" Madison estaba un poco extrañada por el hombre mayor.
Ha estado obsesionado con una válvula allí durante un tiempo. Daniel se encogió de hombros. "¿Donde estábamos?" Volvió a besar a Madison. La sintió tensa esta vez, pero rápidamente se relajó.
Eloise se quedó en las sombras observando a los tortolitos. Claramente los poderes de la casa habían cambiado. Ella creció y Frederick disminuyó. Los Anderson fueron realmente una delicia.
Madison y Daniel se besaron durante aproximadamente media hora y la casa siguió nadando y vibrando a su alrededor. Ambos jóvenes de dieciocho años lo atribuyeron alas endorfinas, olvidándose de George en la habitación de al lado. Eventualmente, se separaron el uno del otro y regresaron a la fiesta, tomados de la mano.
~~
"Diferentesculturas, supongo". Brittney se encogió de hombros. Su sonrisase amplió cuando Daniel se acercó a ellos, del brazo de Penélope.
"¿El relojsuena más fuerte esta noche?" Daniel casualmente tomó la taza deBrittney con su mano libre y tomó un sorbo.
"Lohace." Penélope asintió, mirando el perfil de Daniel.
Brittney hizo unapausa para escuchar. Ahora que lo mencionó, ella podía oír el tictacincluso por encima del zumbido de la conversación en lahabitación. "Parece más prominente".
"Um..."Madison no podía escuchar ningún reloj con la cacofonía en lahabitación. Podía oír el fuego crujiendo y estallando alegremente detrásde ellos.
"Cincominutos para la medianoche", gritó alguien en la multitud.
"Es casimedianoche." Daniel apretó a Penélope un poco más cerca, podía sentirsu vientre expandiéndose a su lado. "¿Está Brad poraquí?" Examinó la habitación en busca de su hermano mayor.
Creo que estabaocupado hablando con uno de sus amigos. Penelope asintió a través de lahabitación.
"Bueno." Danielle guiñó un ojo a su hermana. "Nos vemos en un rato". Lesonrió a Madison, que tenía la mirada más extraña en su rostro. Condujo aPenélope por el pasillo, pasó junto a unas pocas personas que reían y hablabanjunto a las escaleras y entraron en la biblioteca. "Quería recibir elaño nuevo contigo. Espero que no te importe si no estás besando a tu esposocuando dan las doce".
"No meimporta". Penélope bajo el vestido, dejando al descubierto sus pechos. Perono quiero sólo un beso.
"Eres tan romántica, Pen". Daniel sintió su mano en su ya dolorosa duroeza. Se bajó los pantalones y los bóxers y sintió sus suaves labios.
Se dio la vuelta, abrió las piernas y se recostó sobre la cama a esperar a Daniel para empezar este año muy diferente.
"Qué buen culo". Él abofeteó su trasero de alabastro..
"Ay.Gracias, Danny". Penélope se estremeció. Lo sintió empujardeslizarse dentro. Estaba tan mojada por él. "El año que viene...ugh... voy a tener a tu bebé".
"Deberíamos...ah... ah... empezar a hablar de nombres". Daniel agarró sus caderas yse puso a buen ritmo.
"Ooohhhhh.¿Quieres... nombrar... al bebé?" Penélope se maravilló de lo fuerteque sonaba el reloj.
"Es... mío..."Daniel podía escuchar el reloj dar la medianoche. El sonido amortiguado dela multitud vitoreando se filtró desde el piso de abajo. La casa nadó a sualrededor mientras él la bombeaba con más fuerza. Él se inclinó haciaadelante, agarró su cabello rubio y giró su cabeza hacia un lado para poderdarle el tradicional beso de medianoche.
"Eso es un si." Yde repente estaba besando a Daniel por encima del hombro, mientras el relojpasaba de un año al otro. El año nuevo pasado, en su mayoría había sentidolástima por Daniel. Ahora se compadecía de su marido. Brad estaba a metrosde distancia, pero en su mente estaba a un universo de distancia. El mundoa su alrededor se volvió borroso cuando el placer se apoderó de su cuerpo.
Cuando el relojterminó de sonar, Daniel rompió el beso. Todavía sentía las vibracionesmoviéndose por la habitación. Eres mía, Pen. Pero te prestaré a mihermano.
"Sí." Penélopese estremeció, su orgasmo casi encima de ella. "El bebé es tuyo. Yosoy tuya. Para siempre, Danny".
Daniel todavíasostenía su cuello, pero le dio un poco de holgura cuando se corrió sobre supolla. Esperaba que ella no estuviera siendo demasiado ruidosa. Noquería alertar a ninguno de los invitados sobre sus actividades.
Detrás de lapareja de apareamiento, Eloise miraba, frotándose la barriga redonda. Estesería el año. Una cálida y brillante sonrisa se extendió por sus bonitoslabios. El reloj casi valió la pena. Casi. Ella los vio copularpor un tiempo más y desapareció justo después de que Daniel se vaciaraprofundamente dentro de Penélope.
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"Diferentesculturas, supongo". Brittney se encogió de hombros. Su sonrisase amplió cuando Daniel se acercó a ellos, del brazo de Penélope.
"¿El relojte suena más fuerte esta noche?" Daniel casualmente tomó la taza deBrittney con su mano libre y tomó un sorbo.
"Lohace." Penélope asintió, mirando el perfil de Daniel.
Brittney hizo unapausa para escuchar. Ahora que lo mencionó, ella podía oír el tictacincluso por encima del zumbido de la conversación en lahabitación. "Parece más prominente".
"Um..."Madison no podía escuchar ningún reloj con la cacofonía en lahabitación. Podía oír el fuego crujiendo y estallando alegremente detrásde ellos.
"Cincominutos para la medianoche", gritó alguien en la multitud.
"Es casimedianoche." Brittney miró a su hermano y le guiñó unojo. "Quédate con la bebida, Danny". Tomó la mano deMadison y la condujo fuera de la habitación. "Quiero mostrartealgo." Brittney llevó a Madison escaleras arriba, dándole un pequeñogolpe en el trasero de su amiga mientras Madison subía delante de Brittney.
"Dios,Brittney". Madison miró a su amiga y sonrió. "Manos fuerade la mercancía".
"¿Te estásguardando para mi hermano?" Brittney le dio otro ligero golpe en eltrasero mientras subían las escaleras. Arrastró a Madison juguetonamentehacia un sofá escondido en las sombras de la sala de estar abierta. Elsofá estaba colocado para mirar por una gran ventana, contemplando los camposnevados alrededor de la casa. Un lugar perfecto.
"Nobromees". Madison se sentó junto a Brittney y apoyó la cabeza en elhombro de su amiga. "Obviamente. Sabes que megusta". Madison tuvo la extraña sensación de que algo muy bueno yahabía sucedido con Daniel, pero no podía recordar qué era.
"¿Y yoque?" Brittney miró hacia la nieve iluminada por la luna. Pusoun brazo alrededor de los estrechos hombros de Madison. El tic-tac delreloj se hizo más fuerte. Parecía que estaba justo detrás de ellos, peropor supuesto que no era así.
"Tú eres miamiga." Los hombros de Madison se tensaron un poco bajo el brazo deBrittney. "A mí... um... no me gustan las chicas". El relojmarcó pesadamente la medianoche con notas musicales profundas. Madisonpodía escuchar a la multitud vitoreando en la sala de estar. La casatembló un poco y se movió... de forma poco natural. ¿Se estaba moviendorealmente?
"Bésame,puede que te sorprenda". Brittney puso su dedo en la delicadabarbilla de Madison y giró su bonito rostro hacia los labios expectantes deBrittney. Cuando un año cambió a uno nuevo, deslizó su lengua en la bocade Madison. Por un horrible segundo, Brittney pensó que a Madisonrealmente no le gustaban las chicas y que había cometido un granerror. Pero la chica en sus brazos se suavizó, su lengua se volviójuguetona y le devolvió el beso a Brittney.
"Mmmppphhhh". Madisoncedió a la sesión de besos. Realmente había pensado que no le gustaban laschicas, pero Brittney rápidamente cambió de opinión. Incluso dejó que lamano de Brittney se deslizara hacia arriba y ahuecara el seno izquierdo de Madison. Sesintió tan bien.
Brittney rompióla sesión de besos y besó su camino hasta la oreja de Madison. Lomordisqueó y miró la nieve. Podía ver a una mujer pelirroja mirándoladesde el frío exterior. La mujer estaba claramente embarazada y vestía unvestido victoriano largo. Brittney saludó a Eloise mientras Madison seretorcía y chillaba ante la lengua de Brittney en su oreja. Eloise ledevolvió el saludo a Brittney.
Los adolescentesse besaron un rato en el oscuro segundo piso y luego, a regañadientes, regresarona la fiesta.
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"Diferentesculturas, supongo". Brittney se encogió de hombros. Su sonrisase amplió cuando Daniel se acercó a ellos, del brazo de Penélope.
"¿El reloj mesuena más fuerte esta noche?" Daniel casualmente tomó la taza deBrittney con su mano libre y tomó un sorbo.
"Lohace." Penélope asintió, mirando el perfil de Daniel.
Brittney hizo unapausa para escuchar. Ahora que lo mencionó, ella podía oír el tictacincluso por encima del zumbido de la conversación en lahabitación. "Parece más prominente".
"Um..."Madison no podía escuchar ningún reloj con la cacofonía en lahabitación. Podía oír el fuego crujiendo y estallando alegremente detrásde ellos.
"Cincominutos para la medianoche", gritó alguien en la multitud.
"Brittney,¿puedo tomarte prestado por un minuto?" Daniel soltó el brazo dePenélope y le entregó el champán de Brittney.
"¿Seguro,que pasa?" Brittney tomó la mano de su hermano.
"Volveremosen un momento". Daniel le guiñó un ojo a Penelope, quien le fruncióel ceño. Madison tenía la mirada más extraña en su rostro, como siestuviera tratando de recordar algo. Se quedaron torpemente juntosmientras Daniel guiaba a Brittney a través de la habitación. "Tengola forma perfecta de recibir el año nuevo".
"Okey." Brittneyle dio a su hermano un margen de maniobra. Últimamente había demostradoser digno de confianza.
Daniel le susurróal oído a Brittney, y ella asintió.
Los gemelos seacercaron a un círculo de animada conversación. Julie sonrió a losgemelos. Khadra también estaba allí. Al igual que Erin, su esposo ysu hijo. Ted no quería hacer contacto visual con su ex novia, así que mirósus zapatos. George se paró junto a su esposa para completar el círculo.
—¿Señora Samatar…señora Haskins…? Brittney sonrió a las mujeres. "¿Podríamostomarlas prestado por un minuto?"
"¿Querido?" Erinmiró a su marido. Ella pensó que la solicitud era extraña, pero quería seruna invitada educada.
"Mientrasestés de vuelta para un beso de medianoche". Su esposo le sonrió aErin y le dio unas palmaditas en la mano.
"Porsupuesto." Erin besó a su esposo en la mejilla y se alejó con Khadray los gemelos.
Los cuatrosalieron de la sala de estar, giraron por el pasillo y descendieron alsótano. Brittney y Khadra se sentaron en el sofá y palmearon los cojines.
"¿Qué estásucediendo?" Erin miró alrededor de la habitación con incertidumbre, yvio a Daniel acercarse. Las mariposas revoloteaban en su estómago. Peronada iba a pasar. Daniel no haría nada con su dulce hermana y una invitadaallí mismo.
Khadra se acercóa Brittney. El tic-tac del reloj oculto parecía más fuerteallí. Khadra se quitó el hiyab de la cabeza y lo tiró al suelo. Eraextraño mostrarle el cabello a Erin, pero Khadra sospechaba que eso sería lomínimo que sucedería en el sótano esa noche.
"Pensamosque no habría nada mejor que recibir el año nuevo con nuestras novias". Brittneyadmiró el hermoso cabello negro de Khadra. Pasó las yemas de los dedos porla suave y oscura mejilla de la mujer.
"¿Qué es loque ella acaba de decir?" La presión arterial de Erinaumentó. Después de lo que había pasado con Daniel en la cabaña, supusoque nada debería sorprenderla, pero las palabras de Brittney ciertamente lohicieron.
"Shh. Yacasi es hora." Daniel se giró hacia Erin y logro levantar su blusa ytomar sus enormes pechos, pero la hizo tropezar con el sillón al intentarevitar el beso.
. “Danielespera…” Erin logro caer de forma perfecta sobre el sillón. El reloj marcó lamedia noche y Daniel besó a Erin en los labios Por costumbre, Erin le devolvióel beso al adolescente, incluso cuando podía escuchar a la multitud vitoreandoel año nuevo arriba. Un sudor frío brotó de su frente al pensar en sumarido sin nadie a quien besar en el piso de arriba. Pero ella no sedetuvo. La casa a su alrededor parecía inhalar y exhalar junto conella. Por un minuto se olvidó de la otra mujer y la adolescente en elsofá, pero luego las escuchó besarse también. ¿Que estaba pasando?
El reloj dejó desonar y Brittney llevó sus manos a los pesados senos de Khadra. La mujermorena gimió en respuesta. La habitación dio vueltas a su alrededor.
"Oh, losiento." George caminó hacia el sótano y trató de no mirar a losadolescentes que se besaban mientras pasaba junto a ellos en elsótano. "Tengo que arreglar algo en el cuarto delavado". Eran solo unos niños divirtiéndose después de todo, losenvidiaba.
Las cuatropersonas en el sofá dejaron de besarse y observaron a George moverse por lahabitación con poca luz con los ojos muy abiertos. Todos estaban convencidosde que los habían atrapado, pero él nunca miró en su dirección.
"Losiento." George pasó de largo. Entró en el otro cuarto y cerróla puerta.
"Mierda." Brittneymiró por encima del hombro a su hermano y se rió. Su risa prendió y muypronto los cuatro se rieron del tonto hombre de mediana edad que acababa depasar por el escándalo de su vida. Sin dejar de reír, Brittney volvió abesar a Khadra.
"Te ves tanbonita esta noche". Daniel palpó las pesadas y colgantes tetas deErin.
"Gracias,Daniel, pero debemos parar". Erin miró a su alrededor mientras lasdos mujeres se besaban en el otro extremo del sofá. "Mi esposo meestará buscando. Y esto se siente más que un poco extraño".
"Dijiste lomismo en la cabaña. ¿Recuerdas?" Daniel volvió a besar a la esposa ymadre y ella se derritió en sus manos.
Un rato después,los cuatro estaban desnudos. Todos se habían olvidado de que George estabaen la habitación de al lado, a pesar de que ocasionalmente se oía un golpe o unruido metálico mientras trabajaba en la plomería.
Erin gimiómientras montaba la gran polla de Daniel, su rodilla derecha empujando contrala rodilla izquierda de Khadra.
Khadra frotó suvagina en el muslo izquierdo de Brittney, sus caderas meciéndose al ritmo de unallamada animal profundamente arraigada.
"Deberían...ugh... besarse". Daniel miró a su gemelo con una sonrisa soñadora
"Sí." Brittneyle devolvió la sonrisa. "¿Por qué no... se besan?" Cuandolas mujeres que montaban a los gemelos no hicieron nada, golpeó el traserotambaleante de Khadra. "Vamos... Sra. Haskins y Sra. Samatar...háganlo".
Eloise se quedójunto a la puerta del cuarto de lavado, asegurándose de que George nointerrumpiera la situación en el sótano. Ella sonrió y se frotó el vientre. Losgemelos fueron hechos para esto. El dique creado por milenios de reglaspatriarcales se había reventado. Y la lujuria se desbordó.
"¿Enrealidad?" Khadra miró a la atractiva y sudorosa mujer mientrasrebotaba en el regazo de Daniel. Los grandes y pálidos pechos de Erin sedesplomaban con cada salto que daba su vagina sobre ese penehinchado. Khadra se inclinó hacia Erin, sus caderas aún apretando suvagina contra el delgado muslo de Brittney.
"Oh, Diosmío. Nunca pensé..." Erin dejó que la hermosa mujer morena labesara. Fue un toque tan suave y comprensivo de labios y lengua. Sebesaron un poco más y Erin, ahora apretando el pene profundamente dentro deella, dejó que su lengua explorara la boca de Khadra. Besarse con unamujer era totalmente diferente a besar a Daniel. Erin sintió urgencia yagresión por parte de su flaco novio. Pero con Khandra, fue paciencia ygusto. "Mmmppphhh". Erin iba a tener un orgasmo. Unogrande. Mientras hace las cosas más depravadas.
"Gggggpppphhhhh". Khadraahora había besado a tres mujeres en esa casa. Y uno de ellos era dealguna manera su novia. Se entregó a la locura, lista para el clímax.
"¿Quién...ugh... habría pensado... Brit?" Daniel miró a su hermana más allá decuatro tetas colgando. Él tomó su mano entre las suyas y la apretó.
"Somos...imparables, Danny". Brittney le devolvió el apretón. Casi se rióde todo el movimiento de tetas entre ella y Daniel, pero estaba demasiado cercade su propio orgasmo.
"Estoy... apunto de... correrme". Daniel empujó sus caderas hacia la mujertrituradora.
"Me corro...Danny..." La cabeza de Brittney se sacudió cuando un orgasmo eléctrico lagolpeó.
Los cuatrollegaron al clímax juntos en el sofá del sótano mientras Eloise miraba.
Después de unosminutos, se vistieron lentamente y regresaron a la fiesta. Erin esperabaque su esposo estuviera lo suficientemente borracho para no notar lo sudorosa ydesaliñada que estaba. Tendría que compensarlo más tarde por no estar allípara besarlo a medianoche.
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"Diferentesculturas, supongo". Brittney se encogió de hombros. Su sonrisase amplió cuando Daniel se acercó a ellos, del brazo de Penélope.
"¿El relojte suena más fuerte esta noche?" Daniel casualmente tomó la taza deBrittney con su mano libre y tomó un sorbo.
"Lohace." Penélope asintió, mirando el perfil de Daniel.
Brittney hizo unapausa para escuchar. Ahora que lo mencionó, ella podía oír el tictacincluso por encima del zumbido de la conversación en lahabitación. "Parece más prominente".
"Um..."Madison no podía escuchar ningún reloj con la cacofonía en lahabitación. Podía oír el fuego crujiendo y estallando alegremente detrásde ellos.
"Cincominutos para la medianoche", gritó alguien en la multitud.
"¿Ya?" Danielsoltó el brazo de Penélope y le devolvió la bebida de su hermana aBrittney. "Tengo que ir a hablar con mamá antes de la medianoche.Volveré". Le guiñó un ojo a Brittney, quien le devolvió elguiño. Madison y Penélope le fruncieron el ceño mientras se alejaba entrela multitud.
"¿Mamá?" Danielencontró a Julie teniendo una animada discusión con un grupo de personas,incluidos Erin, su esposo y el hijo de Erin, Ted, quien había tratado dedelatar a Daniel con Brittney. Ted se miró los zapatos.
"¿Qué pasa,calabaza?" Julie le dio a Daniel una mirada burlona.
"¿Podemoshablar?" Daniel le ofreció una pequeña sonrisa.
"Sí,claro." Julie tomó la mano de Daniel y lo llevó fuera de lahabitación. Daniel parecía necesitarla con urgencia, así que ella locondujo por el pasillo, más allá de la biblioteca y hacia elestudio. Encendió la luz y cerró la puerta detrás deellos. "¿Qué pasa, Danny?"
"Es casimedianoche, mamá". Daniel se acercó a ella y puso sus brazosalrededor de su cuerpo bien formado. Su creciente vientre presionabacontra él. Dejó caer sus manos a su trasero perfecto. "Y no haynadie a quien prefiera besar para recibir el año nuevo".
"Eres tandulce, calabaza". Julie le rodeó los hombros con los brazos y apoyóla cabeza contra la de él. El olor floral de su champú llenó sunariz. "Pero tal vez aún debería besar a tu padre a medianoche. Esuna tradición". Ella no se movió. El tic-tac de ese gran relojresonó por toda la casa.
"Papá estonto. Quédate conmigo". Él apretó su trasero, tomando grandespuñados de cada mejilla a través de su vestido.
"Sí, tupadre es un poco tonto. No sé por qué no lo vi antes". Juliesuspiró. "Pero aún así, tal vez debería volver-" Fueinterrumpida por el repique del reloj. La guarida espartana se estremecióy vibró con cada repique sonoro, casi como si no estuvi era allí en absoluto.
"Demasiadotarde, mamá". Daniel volvió su rostro hacia el de ella y encontró suslabios con los de él. Madre e hijo estaban apretados, mientras la casa sedesvanecía a su alrededor. En la distancia, podían escuchar a la multitud vitoreandoen la sala de estar.
Pasó lamedianoche, ya estaban sentados aun con los labios juntos. Ninguno notó ala mujer victoriana sentada en un sillón al otro lado de la habitación.
"Adelante",susurró Eloise.
Julie rompió elbeso. "Tenemos que volver a la fiesta". Puso su dedo en lahermosa barbilla de Daniel. "No luzco tan abatida. ¿Qué clase demadre sería si te dejara asi? ¿Crees que puedes terminar rápido?"
"Sí." Danielasintió con entusiasmo.
"Buen chico ¿Quieresmi coño o mi trasero, cariño?", Julie sintió su mano mover sus bragas a unlado y buscar en su interior.
"Esas sonunas bragas elegantes. ¿Son para papá?" Daniel se puso de pie y sebajó los pantalones y la ropa interior. Admiró su rostro mientras sesacaba el vestido.
"Me los pusepara ti, Danny. Pensé que algo así podría pasar. ¿Te gustan?" Julienotó que Eloise estaba sentada observándolos. No le dijo nada al respectoa Daniel. Parecía casi natural tener a ese fantasma pelirrojo en la habitaciónen un momento especial como el Año Nuevo.
"Losamo." Daniel le bajó las bragas hasta las rodillas deJulie. "¿Qué tal si tomo tu coño y luego tu culo?" Danielfrotó su coño mientras ella tomaba la cabeza morada de su polla que rozaba contrasu vientre.
“Como quieras.” Juliesintió sus manos en su culo y vio como la levantaba en un movimiento. “Perotenemos que ser rápidos, está bien. La gente...aaaaahhhhhhhhhh". Julie se convulsionó. Su hijo acababa dedeslizar su pene dentro de ella y ella ya estaba llegando al clímax.
Unos minutosdespués, Daniel con sus manos en su culo y un buen ritmo. "Este es el añoen que vas a tener a mi bebé, mamá".
"Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii) Juliesalió de su orgasmo, el placer hormigueaba por todo su cuerpo.
Y papá cree quees suyo. Daniel miró su anillo de bodas en su hombro. Fuera lo quefuese lo que esos diamantes habían simbolizado cuando George se los puso porprimera vez en su dedo, se había derrumbado casi por completo. "Perono es su bebé".
"No... no esde él... eh...” Solo tienes dieciocho... pero estás... haciendo crecer nuestrafamilia... Danny". La bofetada rítmica de su amplio trasero contrasus estrechas caderas llenó la habitación. “Vas a ser... padre..." Julie llegoa un gran orgasmo con esas palabras.
Daniel la beso denuevo para que su gemido no fuera más allá de la habitación. "Este es elaño de... ah... ah... ah... bebés". Daniel realmente se estabametiendo en eso. Notó a Eloise por primera vez sentada en elsillón. La matrona pelirroja le sonrió animándolo. Él le devolvió lasonrisa. "No quiero... usar esos condones, mamá. Con... nadie".
"Oh Diosmío." Julie tuvo dificultades para decir que no que quería que élesparciera su semilla. Mientras la bajaba de su polla y la recostaba sobre elsofa en el centro de la habitación.
"Voy aembarazar al mundo".
"No todo elmundo." Julie tembló, otro clímax en el camino. "No... tuhermana".
"Brittney loquiere, mamá. No... ugh... ¿quieres que nuestra familia... crezca más?"
"Oh... siiiissssssssss." Elorgasmo se apoderó de Julie. Su mente se alejó de ella. Cuando volvióa bajar de las nubes, la monstruosa polla de su hijo estaba en su culo.
"Voy allenar... a Brittney... también". Julie gruñó como un cerdo. Su hijoestaba tan hundido en sus tripas. "Dime que quieres que le ponga unbebé. Este es el año de los bebés, mamá".
"Sí...ugh... ugh..." "El año de...ugh... bebés. Pon... un bebé... ooohhhhh... en tu hermana". Las caderas deDaniel cayeron fuera de ritmo. Su mamá le había pedido que fuera rápido, ytoda la charla sobre bebés realmente lo había llevado al límite.
Un rato despuésJulie estaba con la polla de Daniel a cuatro con la cara clavada sobre el sofa.Las caderas de Julie se movieron mas rápido.
“Eres la mejormama”. Su culo se veía tan redondo, lleno y atractivo.“Oooohhh” Juliealargo su mano izquierda hacia atrás y introdujo dos dedos en su coño paralograr sentir su humedad. Sabia que había perdido la oportunidad de volver consus invitados antes de que se fueran.
"Maaammmaaaaa". Danieldejó escapar una serie de gruñidos suaves y corrió en el culo de su madre.
Eloise aplaudiócon entusiasmo y se desvaneció.
Pasaron variosminutos antes de que Daniel pudiera decidirse a retirarse. "Guau. Esofue perfecto".
"Sí..."Julie todavía jadeaba. "Y que lo fue." Automáticamente segiró, se puso de rodillas y lo limpió con la lengua. No le molestaba en lomás mínimo que esa cosa enorme acabara de estar en su trasero. Queextraño.
"¿Lo decíasen serio?" Daniel se agachó y acarició suavemente su bonito rostromientras ella terminaba de limpiar. "¿Podemos Britney y yo...?"
"Ay,Danny". Julie le dio un último beso a su pene y le subió la ropainterior y los pantalones, metiéndolo debajo de lacintura. "Simplemente no puedo decirte que no". Se puso depie y se enderezó las bragas y dejó caer el vestido sobre suspiernas. "Lo pensaré, ¿de acuerdo?"
"Graciasmamá." Daniel se inclinó hacia delante y la besó en lamejilla. Él supo cuando ella dijo que era tan bueno comosí. "Eres la mejor mamá del mundo".
Y no loolvides. Julie le dio una palmada en el trasero flacucho y lo movió haciala puerta. "Ahora volvamos a nuestra fiesta". Julie seestremeció al pensar en ser una buena anfitriona con un galón del semen de suhijo en el culo. Salieron al pasillo y se unieron a la fiesta.
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