El ayudante de Arturo me acorraló con la mesa de la cocina y me empezó a besar, yo le seguí el juego pues era un simple beso, pero el empezó a subir de tono, me empezó a acariciar mi cuerpo, con mis manos intentaba quitar las de él de mi cuerpo, pero el se ponía muy duro, bajo su mano a mi nalga y me la empezó a apretar muy fuerte, a tal punto que me dejó marcada, él estaba muy desesperado por tocarme, yo ya quería irme, pero el no me dejaba.
Me siguió besando mientras una de sus manos me pellizcaba las nalgas y la otra masajeaba mi vagina, me cargó y me sentó en la mesa, junto mis piernas cerrando las para poder deslizar mi tanguita y me quitó mi ropa interior.
Mientras me tenía sentada en la mesa fría besándome apasionadamente y manoseandome toda yo sólo podía emitir pequeños gemidos de placer, me besaba y con sus manos me acariciaba todo.
Abrió mis piernas dejando a la vista mi vagina y se acercó a besarla, empezó con besos suaves, frotando mi vagina con sus dedos y dando pequeños besos, era algo muy rico y más porque estaba oscuro, sólo sentía su cuerpo caliente.
Poco a poco fué subiendo la intensidad, su lengua empezaba a entrar y a penetrar mi vagina.
Me estaba chupando mi conchita muy rico, era inevitable gemir, movía su lengua como un experto, sentía como mi vagina estaba escurriendo de tan húmeda que ya estaba, mi vagina pedía que me partieran a vergazos.
Yo quería más y más, tomé su cabeza y la hundí en mi vagina apretando su cabeza fuertemente a mi vagina.
Succionó mi panochita con su boca y sentí un enorme y placentero orgasmo, me hizo venir en su boca, las piernas me estaban temblando, pero el dejó limpia mi vagina de mis juguitos, se los empezó a tomar.
Me levantó de la mesa de la cocina y me hizo arrodillarme.
Sacó su pene de su pantalón y lo apunto a mí cara, estaba delicioso, era muy largo y ancho, era más pequeño que el de Arturo, pero estaba muy rico, abrí mí boca y lo tomé con mis manos y lo empecé a chupar.
No entraba del todo a mí boca, sólo llegaba a la mitad y ahí paraba pues no quería lastimar mi garganta ni meterlo hasta el fondo, sólo se lo chupaba y lo masturbaba.
Seguí chupanfoselo apasionadamente, pero parecía que el quería cogerme duro, quería que se lo chupara hasta el fondo:
Albañil- tragatelo todo, hasta el fondo
Yo- No puedo, está muy grande amor
Albañil- tú eres una puta que le encanta la verga, si puedes comertela toda.
Se desesperó tanto de ver que yo no me la tragaba hasta el fondo que me tomó fuerte de la cabeza y me jaló un poco fuerte haciendo que su pene entrara un poco más, todavía faltaba mucho por tragarme, pero con esa cantidad de verga en mi boca me empezó a coger por la boca un poco rápido pero no tan rápido.
Continuará......
Me siguió besando mientras una de sus manos me pellizcaba las nalgas y la otra masajeaba mi vagina, me cargó y me sentó en la mesa, junto mis piernas cerrando las para poder deslizar mi tanguita y me quitó mi ropa interior.
Mientras me tenía sentada en la mesa fría besándome apasionadamente y manoseandome toda yo sólo podía emitir pequeños gemidos de placer, me besaba y con sus manos me acariciaba todo.
Abrió mis piernas dejando a la vista mi vagina y se acercó a besarla, empezó con besos suaves, frotando mi vagina con sus dedos y dando pequeños besos, era algo muy rico y más porque estaba oscuro, sólo sentía su cuerpo caliente.
Poco a poco fué subiendo la intensidad, su lengua empezaba a entrar y a penetrar mi vagina.
Me estaba chupando mi conchita muy rico, era inevitable gemir, movía su lengua como un experto, sentía como mi vagina estaba escurriendo de tan húmeda que ya estaba, mi vagina pedía que me partieran a vergazos.
Yo quería más y más, tomé su cabeza y la hundí en mi vagina apretando su cabeza fuertemente a mi vagina.
Succionó mi panochita con su boca y sentí un enorme y placentero orgasmo, me hizo venir en su boca, las piernas me estaban temblando, pero el dejó limpia mi vagina de mis juguitos, se los empezó a tomar.
Me levantó de la mesa de la cocina y me hizo arrodillarme.
Sacó su pene de su pantalón y lo apunto a mí cara, estaba delicioso, era muy largo y ancho, era más pequeño que el de Arturo, pero estaba muy rico, abrí mí boca y lo tomé con mis manos y lo empecé a chupar.
No entraba del todo a mí boca, sólo llegaba a la mitad y ahí paraba pues no quería lastimar mi garganta ni meterlo hasta el fondo, sólo se lo chupaba y lo masturbaba.
Seguí chupanfoselo apasionadamente, pero parecía que el quería cogerme duro, quería que se lo chupara hasta el fondo:
Albañil- tragatelo todo, hasta el fondo
Yo- No puedo, está muy grande amor
Albañil- tú eres una puta que le encanta la verga, si puedes comertela toda.
Se desesperó tanto de ver que yo no me la tragaba hasta el fondo que me tomó fuerte de la cabeza y me jaló un poco fuerte haciendo que su pene entrara un poco más, todavía faltaba mucho por tragarme, pero con esa cantidad de verga en mi boca me empezó a coger por la boca un poco rápido pero no tan rápido.
Continuará......
2 comentarios - Cambio de casa parte 10