A la vista de mi novio

Relato basado en fantasías

Un dia al mediodía como cualquier otro iba caminando por la calle con mi novio cuando de pronto alguien nos agarra y nos meten e una furgoneta, nos vendaron los ojos y al llegar nos introdujeron dentro de una fábrica que por cosas que los tipos decían estaba abandona.

Dos hombres me ataron por las manos a una cuerda que caía del techo, quedando en punta de pies, me sacaron las tetas x arriba de la remera y me levantaron la pollera. Mi novio ya estaba atado y amordazado a una silla viendo todo.



Pasaban sus manos con total impunidad por mi culo, me daban pequeños choques eléctricos con un aparato, me mordian y chupaban las tetas .

Uno por delante, y otro por detrás comenzaron a cojerme por la concha fuertemente con la colaless apenas corrida. Mis gritos eran enormes, ya que sus dotaciones eran enormemente largas ideal para empalarme.


- Puedes gritar todo lo que quieras, es una zona de fábricas asique nadie te salvará, es más si te escuchan se van a querer sumar más que seguro


Me subieron un poco las piernas para que la cojida sea más profunda y dolorosa. Así pasaron de dos en dos varias veces. Empezaron a buscar cosas para meterme en mi ya dolorida concha, yo lloraba, me retorcía, pero no tenía demasiadas opciones, sólo aguantar el dolor. 
Cuando se dieron cuenta que ya no ponía resistencia al estar exhausta me desataron y me llevaron a un sofá donde me tumbaron, me pusieron dos esposas enganchados en los hierros del mismo. Me abrieron las piernas al máximo y me metieron dos pijas en la concha y dos en la boca y así continuamente.


- Pasen muchachos, en un momento será toda suya la puta

Resulta que si me habían escuchado los hombres de las fábricas y se habían acercado luego de salir del trabajo, por lo que ya era de noche, para ver lo que pasaba y obviamente al ver la situación decidieron sumarse.
Cuando mis captores terminaron de usarme dejaron lugar a los empleados de las fábricas
Unos acercaron sus dedos a mi concha de manera violenta, sentía escalofríos en mi cuerpo, otros pellizcaban mis pezones, eran como 20 o más.
Uno de ellos me puso de rodillas, y me metió su pija, todos tenían unas pijas erectas gordas y largas, mientras chupaba una otras tres se metían en mi concha que si ya estaba re abierta y roja ahora iba a quedar aún más, hace horas era sometida por varios hombres sin parar y sin importar mi estado que hasta me estaban compartiendo con otros.
Así fueron pasando todos, yo ya no podía gritar no sólo por tener la boca siempre llena de pija sino porque no tenía fuerzas para nada y la noche recién empezaba