You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Cómo cambió mi vida Capítulo 9A

Capítulo 9A: Consolando a Doña Montserraty aclarando las relaciones en casa.
 
Luego de llamar a mamá para avisarlede mis intenciones de ir a ver unos amigos del Dojo, salí algo distraído y sinun plan realmente fijo, por lo que, camino en dirección al paradero de buses,desistí de ir al bendito Dojo, la verdad es que no quería ver a mi único amigo…es así como en cambio se me ocurrió que podía ir a visitar a doña Montserrat,ya que su hija no iba a estar en casa. En fin, estaba apostando a verme a solascon ella y bajar la calentura que persistía desde el altercado con Ani; ya queni Ani ni Isa me habían permitido descargar mis deseos… en ese momento pensaba quepodía involucrarme con ella, pues no me podían castigar dos veces por el mismocrimen, eso lo leí en alguna parte, ¡estoy seguro! Una vez en el lugar, toquéel timbre y para mi asombro salió un hombre de unos 45 años y me dijo:
·        Padre de Montse: ¿Si que deseas?, me preguntóel padre de Montse y el marido de doña Montserrat.
·        Yo: Ehh…vengo a ver a Montse dije como excusa.
·        Padre de Montse: No está, ¿quién eres paradecirle cuando vuelva?
·        Doña Montserrat: Hola Claudio, ¿cómo estás?,pasa a servirte un refresco que hace mucho calor ahí afuera, dijo apareciendodetrás de su marido.
·        Padre de Montse: ¿Lo conoces?
·        Doña Montserrat: Sí querido, deja pasar aljoven que es el hermano de Juan el novio de Montse.
·        Padre de Montse: ¡Ah entiendo!… pasa.
El ver al padre de Montse fuetoda una sorpresa para mí, y pese a esto, me controlé y lo saludé lo máscortésmente que pude. Una vez adentro me hacen pasar a la cocina, donde doñaMontserrat le dice a su marido:
·        Doña Montserrat: Querido termina de leer túperiódico en la sala que ya te llevo un refresco.
·        Padre de Montse: Gracias querida, eh tú ayuda ami esposa, me dice sonriendo el esposo de doña Montserrat.
·        Yo: Por supuesto señor.
·        Doña Montserrat: Ay hombre deja tranquilo alchico que es solo un amigo de tu hija.
·        Padre de Montse: Pero es el hermano de sunovio….
·        Doña Montserrat: Ya sal de aquí, a la sala y noregreses.
Luego de salir su esposo, doñaMontserrat, se vuelve y me encara diciéndome en voz baja:
·        Doña Montserrat: ¿Qué haces aquí?, no te dijeque yo te llamaría cuando pudieses venir
·        Yo: Es que como Montse salió con mis parientes,yo pensé que estarías sola y necesitando compañía.
·        Doña Montserrat: Pues ya puedes ver que está mimarido que regresó de la oficina.
·        Yo: Perdone doña Montserrat, no lo haré más yme iré de inmediato.
·        Doña Montserrat: No, tómate el refresco antes.
Me acerqué y le di un beso el quesorprendió a doña Montserrat que intentó sin mucha fuerza resistir misorpresivo asedio, luego la miré a los ojos y ella me dijo:
·        Doña Montserrat: ¿Qué haces?, nos puedesorprender, dijo en voz baja, espera aquí, le iré a dejar el refresco a mimarido.
·        Yo: Está bien.
Al cabo de un rato, volviódoña Montserrat y acercándose a mí me besa, fue un beso tórrido, introduciendosu lengua en mi boca sin ninguna timidez… al sentir su pasión, reaccionétomándola por su delicioso culo apretándola contra mí, iniciando un intensomorreo… si mi temperatura que ya era alta, se elevó aún más y le levanté elvestido para meter mis manos bajo sus bragas, quería tocarle la suave pie delos maravillosos cachetes de su mágico culo… ¡Uff!, ¡que curvas posee doñaMontserrat!
·        Doña Montserrat: Para, para, para, que nospuede sorprender, me dice aún pegada a mí.
·        Yo: ¿No está leyendo el diario en vez dehacerte el amor?
·        Doña Montserrat: Aun así, él está en el otrocuarto y puede sorprendernos.
·        Yo: La volví a besar bajándole las bragas hastalas rodillas y le digo; ¡sácatelas!
Ella me obedeció sin chistar,sacándoselas con algo de apuro y temor a ser descubierta, las tomé metiéndolasen el bolsillo de mi pantalón, ella sonrió pícaramente y continuamos el morreo,mis manos recorrían su culo amasándoselo, mientras le pegaba mi verga contra sudelicioso coñito, no contento con eso, subí mis manos para sobarle las exquisitastetas por sobre el vestido y le dije:
·        Yo: Sácate el sujetador
·        Doña Montserrat: Estás loco ya te pasé misbragas, se me notarán las tetas si me saco el sujetador.
·        Yo: Eso quiero…quiero que se te noten lospezones y tus gloriosas tetas mientras te paseas delante de tu marido y yo temiro a la cara.
·        Doña Montserrat: Eres un guarro, degenerado ycochino, me respondió desabrochándose el sujetador y sacándoselo con el vestidoaún puesto.
·        Yo: Así… muy bien, le digo masajeándole lastetas sobre el vestido notando como crecen sus pezones, los que se le erizan comoescarpias. Bien vamos.
·        Doña Montserrat: ¡Estás loco!
·        Yo: Por ti, jejeje
Doña Montserrat ocultó elsujetador en una alacena y acomodándose se dirigió en dirección a la sala…Increíblemente me hacía caso sin poner reparos.
·        Doña Montserrat: Querido te venimos a acompañarmientras nos tomamos el refresco, le dice doña Montserrat a su marido.
·        Padre de Montse: Solo por un rato, ya quequiero pasar por la oficina para ver cómo están las cosas después de tan largoviaje.
·        Doña Montserrat: Pero si recién fuiste despuésde viajar, ¿no puedes esperar a mañana?
·        Padre de Montse: Solo iré un rato, regresaré enun par de horas; además, te dejo en buena compañía, levantándose para marcharse.
·        Doña Montserrat: ¿Quieres algo más antes desalir querido?
·        Padre de Montse: Mmm, sí, me apetece un cafécon galletas cariño.
·        Doña Montserrat: Encantada, pero debo calentaragua; me acompañas Claudio que quiero saber más de tu hermano.
·        Padre de Montse: Deja de interrogar tanto alchico, que se te va aburrir y no querrá regresar nunca más.
·        Doña Montserrat: Dudo que se aburra, y siquerrá regresar a ver a su amiga, además no lo estoy interrogando, soloconversamos, dijo doña Montserrat con cierta ironía y sarcasmo.
Nuevamente en la cocina con doñaMontserrat colocamos agua en el hervidor y ella la pone a calentar mientras meagacho detrás de ella y le paso la lengua por el canal que forman los cachetesdel culo hasta llagar al ojete donde me detengo, paralelamente acaricio laspiernas y le sobo el hermoso culo, aplicando todos mis conocimientos paracalentar a una hembra, ella nota mi pasión, respondiendo con profundos suspirosy en un susurro me dice;
·        Doña Montserrat: No hagas eso que nos puedenpillar…ay Dios no lo hagas que es peligroso
·        Yo: Es que tu culito es maravilloso,
Le contesté dándole besos ylamidas a cada cachete del culo de mi Montserrat, el morbo y la adrenalinagenerado por el temor a ser descubiertos nos invadía a los dos, lo sé porquepese a sus palabras ella se abría de piernas para sentir mejor mis caricias.
·        Doña Montserrat: Mmmmm…. Tengo que preparar latasa para servir el café y sacar las galletas, piedad por favor.
·        Yo: Bueno digo levantándome cuando desde lasala su marido grita.
·        Padre de Montse: Te falta mucho querida.
·        Doña Montserrat: Solo que hierva el agua enunos pocos minutos cielo, contestó con el corazón desbocado por el susto.
·        Padre de Montse: Okey, pero apresúrate
Lasituación me pone muy morboso y excitado, como si no hubiese nadie en casa, mecoloqué detrás de doña Montserrat que está ocupada con los preparativos para sumarido, saqué mi verga con calma, la ensalivé con dedicación y parsimonia,luego se la metí por entremedio de los cachetes del culo buscando el orto de lainfiel, ahora mi amante. Ella da un respingo y le dice en voz baja:
·        Doña Montserrat: Ayyy… que me haces, mi maridoestá a solo pasos de aquí ufff.
·        Yo: Nada que no te guste zorrita, contesté condesparpajo.
Fui tratando de penetrar elperfecto agujero con cierta dificultad, ella puso su culo hacia atrás y conalgo de esfuerzo logré meterle mi glande, iniciando un mete saca mientras le comencéa “dedear” en el clítoris.
·        Doña Montserrat: Ufff…. se más suave, si no voya gritar y nos descubrirán.
·        Yo: Bien, mi querida Montserrat.
Cuando el pito de la teteracomienza a sonar, le saque mi verga del hermoso culo y a doña Montserrat medice:
·        Doña Montserrat: ¡Cúbrete que ya está listo!,no podemos demorar.
·        Yo: Te ayudo en otra cosa querida.
·        Doña Montserrat: No creo, ya me has ayudadobastante, me dice sirviendo el café y llevando las galletas a su marido en unabandeja
·        Doña Montserrat: Aquí están cariño, le dicedoña Montserrat.
·        Padre de Montse: Gracias querida, no sé quéharía sin ti.
Todos nos sentamos y comentamoscosas sobre Montse y Juan, además de las preguntas sobre mis estudios y quequería ser en el futuro. Creo que llevamos una conversación bastante amenahasta que el marido de Montserrat decide marcharse.
Una vez en la puerta de casa,doña Montserrat y yo nos despedimos de su esposo, mientras subrepticiamente leagarro el culo a mi anfitriona, la que se despedía con el típico adiós con lamano destinado a su “maridito”, una vez cerrada la puerta, volví a besarla conrenovada pasión, ella suspira y se deja hacer.
·        Doña Montserrat: Eres un bribón guarro, mira tú,que agarrarme el culo delante de mi marido.
·        Yo: Es que está muy bueno, pero la pregunta delmillón
·        Doña Montserrat: ¿Cuál?
·        Yo: ¿Te gustó?
·        Doña Montserrat: No sé, fue muy morboso,pensaba que en cualquier momento se iba a dar cuenta.
·        Yo: Yo creo que sí, jejeje, dije mientras leamasaba las tetas
·        Doña Montserrat: … Mmm sí, me gusta esasensación…
Continué besándola y ledesabroché el vestido, dejándolo caer al suelo para comerle las benditas tetasque son espectaculares, mientras hacía eso, ella hacía un gran esfuerzo porsacarme la verga del pantalón, la que ya estaba en todo su esplendor y más quedispuesta a cubrir sus necesidades.
Comencé a pasársela por larajita del coñito; a lo que doña Montserrat reaccionaba muy caliente, cosa queestaba desde que la había enculado estando su marido a unos pocos pasos… sindudas quería tenerla adentro de ella. Doña Montserrat estaba como poseída de lalujuria, se dejaba hacer lo que yo quisiera, pronto comenzó a pedirme que laenvergara.
·        Doña Montserrat: Me siento muy caliente, creoque soy muy puta. Por favor métemela en el coñito que tengo deseo de ti.
·        Yo: Bueno límpiame la verga y vamos al sofápara estar más cómodos.
·        Doña Montserrat: Pásame mis bragas.
·        Yo: No entiendo para qué, pero toma aquí están.
Doña Montserrat, escupió sobremi erecta verga y la limpió con sus bragas, luego se sentó en el sofá, me tomódel culo para meterse la verga casi completa en la boca, iniciando una mamada conmás pasión que técnica, todo con el fin de dejar al “amiguito” muy limpio
·        Yo: Maravilloso, ahora te la voy a meter en elcoño.
·        Doña Montserrat: Siéntate para montarte y mepuedas comer las tetas
·        Yo: Muy bien, voy.
Sin más dilación me senté yella se montó a horcajadas, y se montó en mi verga de un solo envión, cuandollegué hasta el fondo del coñito de doña Montserrat, ella estaba locacabalgándome… Doña Montserrat al sentirse llena de mí, solo atina a gemir apretandosu pecho contra mi cara, casi asfixiándome… yo intentaba respirar con sus tetastapándome la nariz y boca, ella de alguna forma se dio cuenta de mi pequeñadificultad y relajó su abrazo… cuando me soltó un poco, inicié un frenéticomete saca, para demostrar mi agradecimiento a su fogosa actitud.
Saboreaba el exquisito cuerpo demi anfitriona, tanto con mi boca como con mis manos; doña Montserrat, gritabacomo nunca, animándome para hacerla correrse. Estaba totalmente frenética, suspalabras ya no eran las gentiles y educadas que pronunciaba delante de sufamilia o conocidos, ahora eran mucho más atrevidas, a sus gritos unió suscaricias en mi pecho y la solicitud de que la tomara por el culo paraprofundizar mis estocadas… de alguna manera intentaba tomar el control de lasituación, marcándome el ritmo de las penetraciones… de pronto me pidió que le comalas tetas más fuerte y le chupara los pezones fiereza, si bien no lo habíahecho nunca, la verdad es que no fue muy difícil, pues ella me guiaba en cuantoa intensidad.
·        Doña Montserrat: sí, cómeme las tetas, chupafuerte no sea melindroso, sí así, apriétalas, mmm sí que rico… bien cabrón
La mujer de refinados modalesy suave trato quería que la tratara más duro, como les dije no tenía tantaexperiencia como para saber hasta qué punto tratarla “mal”… no me esperaba elsalvajismo que me pedía; intenté ser lo más rudo posible y satisfacer susnecesidades aplicando mis rudimentarios conocimientos, a pesar de lo salvaje delos movimientos de doña Montserrat que estaba eufórica… con tanta energía quetenía que afirmarla de donde podía, para que mi verga no se saliera por losviolentos rebotes que daba, era como si se quisiera castigar a si misma por serputa.
En efecto esta desconocida versiónde doña Montserrat, era la más puta de todas las mujeres que había conocidoincluido los videos porno. Doña Montserrat solo se calmó cuando llegó aalcanzar el anhelado orgasmo que buscaba, no sé si fue uno largo o variosseguidos, pero su coño ordeñaba mi verga en trenes de contracciones vaginales,casi al final solté toda mi simiente en su interior, ni siquiera me pregunté siera bueno o malo hacerlo así, pero fue toda una pasada.
 Ambos quedamos derrengados en el sofá, ella nose salió de encima de mí, de hecho, se quedó a horcajadas, por lo que sentíacomo su corrida llegaba a mi ingle y resbalaba por mis piernas, comencé aacariciar su pelo y darle besos en su oreja y cabeza, ella respiraba agitada ysuspiraba de vez en cuando hasta que me dice al oído:
·        Doña Montserrat: No sé porque me vuelves loca yme dejo que hagas lo que quieres conmigo.
·        Yo: Será porque soy simpático y un amenoconversador, dije sonriendo mientras jugaba con uno de sus pezones.
·        Doña Montserrat: Jajaja…sí, eso mismo, dijo besándomecon fiera pasión.
·        Yo: Creo que nos falta algo importante.
·        Doña Montserrat: ¿Qué cosa?
·        Yo: Ya verás… siéntate a mi lado
Meincorporé sentándola en el sofá y parándome a su lado comencé a pasarle mi semierecta verga por la cara, ella me miraba incrédula, primero las orejas, luegolos ojos, sin olvidar su nariz y la boca dejando que la saboree unos instantes,para luego bajarla hasta sus tetas; a esas alturas ya tenía nuevamente mi vergatotalmente dura.
Y ellanuevamente estaba que hervía de lujuria… continué pasándosela por toda las enormesmasas de carne, apretando mi glande contra cada pezón, ella le daba lengüetazosa mi verga, por lo que la puse en el seno de sus tetas, encerrándola parainiciar una cubana que por ser tan cálida tuve que dejar inconclusa para nocorrerme, luego la bajé para recorrer su ombligo donde me deleité al ver sucara de zorra mientras miraba a mi amiguito. Doña Montserrat era toda lujuria ydeseo, la tenía como quería, ¡muy caliente!
·        Yo: Montserrat ponte en cuatro para finalizarlo que dejamos inconcluso en la cocina, espera que me pondré un condón.
·        Doña Montserrat: Sin condón esta vez quierosentirla por completo en mi culo.
·        Yo: Okey, pero no te acostumbres
·        Doña Montserrat: No, no me acostumbraré.
·        Yo: Eres una mentirosa.
·        Doña Montserrat: Veras que no soy fácil deacostumbrar, me tienes que dar muchas veces…. ¡mmmmm ahhhhh!
Le puse mi verga a la entradadel anito, y en un movimiento lento pero continuo se la metí, ella suspiraba ygemía, podía sentir como entraba mi amiguito recorriendo centímetro a centímetrosu orto, hasta a tocar con mi ingle los gloriosos cachetes de Montserrat, ¡eraestar en la gloria!, su anito era cálido y estrecho, lo sentía apretar mi vergacomo su fuera una prensa con forma de mi verga; una vez acostumbrado a suinterior, inicié nuevamente un lento mete saca, tomándola de las caderas sindejar de masajear su culo de vez en cuando; no podía dejar de pensar en lomaravilloso que era su culo y lo estrecho que sentía su orto, ¡mmmm que placer mecausaba!, luego de un buen rato, ya no podía más y por primera vez me corrí gritandoa los cuatro vientos, creo que le llené el delicioso ojete con mi leche.
·        Doña Montserrat: ¿Como estuvo tú corridacampeón?
·        Yo: Muy buena pero no te corriste conmigo.
·        Doña Montserrat: Esta vez no alcancé, pero mealegra que la hayas disfrutado, es un regalo mío, en compensación a lo que mehas dado estos días.
·        Yo: Solo te he dado por el culo, dije intentandobromear, pero cuando quieras te haré otro regalito.
·        Doña Montserrat: Jajaja,…pero que bruto eres,me refiero a que necesitaba sexo y tú no solo me lo diste, sino que descubristeel buen sexo para mí.
·        Yo: Bien ahora el regalito
Me senté en el suelo entre laspiernas de doña Montserrat que aún está en cuatro patas y tomándole los doscachetes del culo inicié una profunda comida de coño que la hace delirar, siantes estaba caliente ahora estaba que se derretía. Pronto doña Montserratinició un movimiento pélvico que simula el coito y dejando que mi lengua seadentre en su rajita, donde tome el control de su clítoris… En ese momentorecordé el momento que la conocí y de que nunca pensé que fuera posible tenerlaasí. Ella no solo gemía, si no que volvía a decir palabras soeces y cachondas… pasadounos pocos minutos, volvió a estallar en un nuevo orgasmo, más intenso si eso fueseposible.
Algo más tarde, ambos nosduchamos entre caricias, claro que sin repetir nada carnal, realmente estábamossatisfechos de sexo y caricias, claro que debo confesar que no me cansaba decontemplar lo bella que es doña Montserrat, pero la prudencia la llamó aterreno y me dijo que debía de irme, de otra forma deberíamos explicar loinexplicable.
Una vez vestidos y compuestos,inicié mi retorno a casa. Eso sí que a la salida nos dimos unos cuantos besosde despedida, nuevamente debo confesar que ella embriagaba mis sentidos… milocura por ella casi me impedía marchar a casa… finalmente salí en medio derisas y cariñosos empujones. Como la distancia era larga en el bus me fui entreensoñaciones de lo que me gustaría hacerle a doña Montserrat y recuerdos de lovivido. Llegando a mi casa al atardecer, aún recordaba mi recorrido por todoslos agujeros del cuerpo de doña Montserrat.
Al llegar, descubrí que misparientes aun no estaban en casa, por lo que me dediqué a ver televisión, entodo caso de haber estado ellas en casa, pensaba que no las podría haber atacado,ya que me encontraba totalmente agotado. Casi al anochecer, o sea bastante mástarde, todas ellas fueron llegando y nos juntamos a cenar, las miradas de mischicas o sea Isa y Ani eran de una indisimulada indiferencia, en tanto tía Daniy mamá si bien estaban cansadas, comenzaron a conversar animadamente de lohecho en el día, hasta que de pronto Ani suelta:
·        Ani: Claudio me ha confesado que se las está“Tirando”
·        Dani: ¡Qué dices niña!
·        Ani: Que Isa y yo sabemos que Claudio ha tenidosexo contigo mamá y con tía Julia.
·        Dani: Es que…intenta contestar.
·        Claudio: ¿¡Pero qué dices¡? ¿Cómo le hablas asía tu madre?
·        Ani: Con la verdad.
·        Isa: Sí, sabemos que ambas han tenido sexo contigo¿o crees que eso no debiésemos discutirlo? dijo con gran naturalidad.
·        Julia: Pero…que vergüenza.
·        Isa: Será una vergüenza pero debemos discutirlomamá.
·        Dani: Si Julia, creo que debemos discutirlo.
·        Ani: Si, y debemos ser sinceros, no como túmamá, que sabías que Claudio era mi casi novio, y te lo “tiras” en casa como sinada.
·        Dani: Hija nunca fue mi intención, fue antes desaberlo… me sentía…
·        Ani: ¿Caliente?,… ¿muy necesitada de verga?
·        Yo: Cállate Ani, yo la tenté y si quieres sermi novia, tienes que aceptar que yo soy fogoso y continuaré haciendo esto contodas.
·        Ani: No me callaré y quiero que se aclare estasituación.
·        Julia: Ani, cálmate veamos cómo podemosarreglar todo.
·        Yo: No las ataques, ellas no son culpables, elúnico culpable…
·        Ani: Yo no te culpo solo a ti Claudio, ni amamá o Julia, ¡por lo que no digas nada!, Ni tú tampoco mamá, ni tía tú tía Julia.Creo que Isa y yo lo entendemos y no tenemos nada que reprocharles, aunque mehubiese gustado que me lo dijeras cuando te confesé que estaba enamorada deesta pardillo degenerado, dijo Ani mirándome.
·        Julia: Déjanos explicarte, intentó decir mamá.
·        Isa: Mamá no tienes nada que explicar, es más,nos alegra que las haga felices a ambas, pues se les ve contentas y animadas.
·        Ani: Sí, lo único que queremos es un tratoigualitario por parte de Claudio, para que nos desvirgue a Isa y a mí, y luegotodas podamos disfrutar de él.
·        Dani y Julia: ¡¿Eso quieren?!, dijeron casi alunísono
·        Isa: Si eso queremos. Si ustedes tiran con él,nosotras también.
·        Dani: Pero son vírgenes, ¿no quieren esperar alindicado?
·        Isa: Claudio es el indicado.
·        Dani: Bueno si así lo quieren yo estoy deacuerdo, ¿no sé tú Julia?
·        Julia: Bueno… creo que es justo y no puedooponerme, solo resta preguntarle al afectado.
·        Yo: Para mí no es problema, si me tienenpaciencia y no muero en el intento.
·        Isa: Claro podemos turnarnos para no agotartedemasiado, dijo con toda soltura.
·        Ani: ¿Pero qué pasará con la madre deMontserrat? me preguntó.
·        Julia: ¡La madre de Montserrat también!, JesúsSanto!!!
·        Ani: Si también.
·        Dani: Jajaja….tenemos un sátiro en casa.
·        Julia: Creo que si puedes con todas nosotras ycon ella también, no podemos negarnos a que sea feliz
·        Yo: Las tendré a todas locas por mi amiguito,dije con indisimulada vanidad
·        Isa: No te creo.
·        Yo: Isa, debes creer lo que escuchaste, puescontinuaré tirándomelas cuantas veces pueda, a las cinco.
·        Ani: Lo veo imposible, somos mucha carne paratan poco gato, jajaja
·        Yo: Hoy mismo lo haré contigo e Isa, ya queustedes serán mis novias, tú la oficial e Isa por ser mi hermana la no oficial.
·        Ani: ¿Estás loco?, ¿te crees capaz?
·        Yo: No estoy loco ¡y sí!, me creo capaz, y parademostrártelo quiero hacerte mía hoy mismo, luego de haberme tirado a la mamáde Montse hasta por las orejas esta misma tarde, dije algo picado de mi amorpropio.
·        Ani: Aún no te he perdonado, ¿cómo lo harías? ¿mevas a violar?
·        Yo: Bueno no quiero ser violento contigo en tuprimera vez y si no quieres, solo lo haré con Isa.
·        Ani: ¿Quién dijo que no quiero?
·        Isa: ¿Y quién dijo que yo quiero?, recuerda queestoy en mi periodo
·        Yo: Para no dar más rodeos y ser más claro,quiero que vayas al dormitorio de tu madre; te pongas linda, porque hoy poseerétu virginidad, de otra forma, no seré tu novio y solo serás mi prima.
·        Ani: ¿Tan seguro estás?
·        Yo: En cuanto a ti Isa, una vez que termine dedesvirgar a Ani, iré por ti para hacer lo mismo, estés con el periodo o no…
·        Isa: Eres un guarro….
·        Yo: En cuanto a ustedes, dije mirando a Dani ymamá, acuéstense en las camas que están libres y mañana todos hablaremos de losturnos y demás temas que tenemos que coordinar, ¿está claro?
·        Julia y Dani: Si, dijeron las mayores, bastantesorprendidas por mis órdenes.
·        Yo: Las espero, no fallen.
·        Ani e Isa: …. Solo me miraron incrédulas y selevantaron con risitas

0 comentarios - Cómo cambió mi vida Capítulo 9A