Espero no ser tan extenso, pero quiero contarlo todo. Esto que van a leer pasó de verdad, fue hace cinco años, por las dudas no voy a dar nombres reales ni lugares específicos. Los protagonistas de esta aventura somos tres: mi ex novia, a quien voy a llamar “Fabiana”, mi amigo al que voy a llamar “Jeremías” y yo.
Vine de mi pueblo a estudiar a esta universidad y como muchos alquilamos un monoambiente más o menos cómodo y, por sobre todas las cosas, barato. Lo bueno que tenía este depto. es que estaba muy cerca de la universidad.
Al comienzo pegué buena onda con Jeremías, él también se venía de lejos a estudiar y estaba parando en la casa de unos tíos.
A Fabiana la fiché a los pocos días de empezar las clases, me gustó apenas la vi.Imagínense, yo pendejo recién salido de la secundaria, que no había tenido mucha suerte con las chicas, estando en un lugar ajeno a mí era como una nueva oportunidad para conocer chicas y ver qué onda.
Buscaba cualquier oportunidad para acercarme a ella y hablarle, un par de veces en la fotocopiadora, en la biblioteca o incluso en los pasillos. Saludos, alguna pregunta sobre las materias, boludeces y fue en esos encuentros casuales donde me llamó la atención su forma de vestir, como un poco aseñorada, no le quedaba mal pero no le hacía justicia.
Mejuntaba mucho con Jeremías y con la confianza que ya nos teníamos le conté queme gustaba mucho Fabiana, él me animó a que me acercara más a ella y eso empecé a hacer.
Fabiana, a las semanas de estar saliendo conmigo. Su estilo había cambiado, por suerte.
El mate es un buen iniciador de conversaciones o de juntadas, y fue con esta excusa que me empecé a acercar más a Fabiana, el grupo de ella eran dos chicas más, siempre andaban juntas y así fue como con Jeremías nos unimos al grupo de Fabiana y sus amigas.
Pasaron los días, las clases, hasta que en una oportunidad organizamos para salir; me acuerdo que fue un viernes. Nos juntamos en un barcito de esos que tienen mesas y sillas en la vereda. Fabiana estaba hermosa (en la medida que la ropa que usaba se lo permitía), no dejaba de mirarla y hablar con ella de cualquier cosa. En un momento me animé y le dije si quería a caminar a lo que me contestó que sí. Nos levantamos, saludamos y nos fuimos a caminar. Terminamos en otro bar pero ahora solo estábamos ella y yo, fue en esa charla donde me enteré que venía de una familia muy evangelista, incuso su papá era una especie de ministro, y del lado de su mamá también. Con razón esa forma de vestir, pero al menos se le notaba que estaba tratando de safarle a ese estilo (se lo reconozco).
Mucha buena onda entre los dos, el alcohol bajó las ansiedades, hablamos mucho de nuestras cosas. Cuando la noche no dio para más nos levantamos y me ofrecí acompañarla, ningún problema. En un momento de mucha confianza de mi parte la detengo, agarro su cintura y la beso; ella sin molestarse me besa llevando sus manos hacia mi cara. Nos besamos un largo rato acaricie su espalda, sus brazos. Ella hacía lo mismo.
La dejé en la puerta de su casa, no sin antes decirle que ella me gustaba, me respondió lo mismo y digamos que quedamos como novios. Volví a la pensión donde estaba loco de contento y con una calentura bárbara. Me habré echado cinco pajas, mínimo, pensando en ella, en su piel suave y su aroma algo dulce. Obviamente que mis ganas de coger eran enormes, cargaba una leche que ya se habrán dado cuenta.
El primer intento fue donde yo estaba viviendo. Besos, mimos, caricias y cuando avancé un poco más ella me sacó y me dijo que no se sentía cómoda. En realidad me contó que su única experiencia fue con un ex novio (el único) que tuvo y que no la había pasado bien. También me contó un poco más sobre su entorno familiar: muy conservador y religioso, de la iglesia evangelia con todo lo que eso implica y en especial sobre los deseos sexuales y placeres. La entendí, y si bien yo tampoco era un experto, le dije que iríamos despacio y a su ritmo. Eso la calmó bastante pero eso noche no hicimos nada más que besarnos…
Pasaron los días y los dos estábamos juntos todo el tiempo que podíamos, lo difícil era estudiar, pero lo intentábamos. Había ocasiones donde era urgente estudiar mucho entonces no nos juntábamos porque sabíamos que no íbamos a estudiar nada.
A la segunda semana yo no aguantaba más las ganas de coger. Quedamos en vernos en el departamento donde estaba viviendo, no quedaba lejos de donde yo estaba,comimos algo y estábamos en el sillón besándonos cuando de a poco la voy acariciando y llevando mis manos debajo de la remera que tenía puesta por su espalda, sus hombros, su cintura. Ella suspiraba y también hacía lo mismo. En un momento nos vamos a su pieza y nos tiramos en la cama. Recordando lo que me había contado de su mala experiencia me calmé y decidí ir de a poco,demostrándole que no todo tiene que ser a los bruto, o como sea que haya sido esa vez con su ex.
De apoco nos fuimos desvistiendo hasta quedar solo en ropa interior. Ella estaba hermosa, su piel blanca y suave, perfecta. Se sacó el corpiño y cuando terminó de hacerlo la hice recostar y de a poco fui sacándole la tanga que tenía puesta(ropa interior bastante atrevida viniendo de una evangelia) y así toda desnuda me fui hacia su concha para chupársela muy calmadamente en la medida de lo posible. Por favor que rica olía, hasta el día de hoy se me viene a la memoria su olor, su concha era hermosa, se había rasurado un poco. Comencé bien suave a besarla para que lo sintiera de a poco, después seguí con la lengua pasando por sus labios, por el clítoris, chupándolo con mucha saliva, todo esto mientras ella gemía y con sus manos acariciándome la cabeza.
Después de un rato me fui hacia sus tetas de tamaño normales, medianas y hermosas también. Besé sus pezones, jugué con ellas. Una vez encima de ella me levanté,me puse el preservativo, muy lentamente entré y empecé a moverme. Fabiana estaba ida, lo disfrutaba, se le notaba. Yo con toda la calentura que tenía encima trataba de no acabar rápido. Mis manos recorrían todo su cuerpo.
La puse de cuatro y ahí fue como si ella se soltara del todo, se movía como diciendo más fuerte. Yo agarraba sus nalgas y la penetraba con más ganas haciendo que sus gemidos fueran cada vez más fuertes.
Si les digo que yo lo estaba disfrutando lo de ella era puro goce, su cara lo decía todo. La tenía de cuatro dándole sin parar hasta que estaba por acabar, la agarro de sus tetas trayéndola hacia mí y le digo: “Voy acabar”, a lo que ella,para dejarme más loco de lo que ya estaba, me dice: “En mi boca, en mi boca”.No sé cómo lo hice pero habrán sido dos segundos donde me salí, me saqué el forro, ella se dio vuelta poniéndose boca arriba y así, estando encima de ella acabé con unas ganas como nunca lo había sentido. Acabé, ella tragó mi leche,sacó mi mano de mi pija y por unos largos segundos se hizo cargo de ese momento, yo estaba volando, disfrutando al máximo ese momento. Hizo un sonido como de disgusto o algo parecido pero siguió, sentía su lengua jugar con mi pija de una manera exquisita, me la apretaba bien fuerte.
Fue alucinante, ella estaba contenta, esperé unos segundos y me fui directo a su concha para hacerla acabar, no tardé mucho hasta que se empezó agitar y a decirme: “Voy acabar, voy acabar…”. Quiero volver a repetir que su concha era riquísima.
Esta foto se la pedí para tenerla en mi celu y mirarla cuando la extrañaba.
Cogimos dos veces más, con las mismas ganas. Al otro día volví creo que flotando a mi depto.
La imagen de Fabiana no condecía con lo que hacíamos cuando cogíamos. Es más, a pesar del peso que tenía su religión y su familia se notaba que ella quería despegarse un poco de eso. Me decía que se sentía oprimida, que no tenía libertad y que venir a estudiar lejos de su casa para ella era un alivio, como que tenía más espacio para ser ella misma y disfrutar un poco de la vida,básicamente.
De apoco fue cambiando su forma de vestir, no iba tan seguido a las misas y pasábamos mucho tiempo juntos… Cogiendo.
Estábamos mirando una peli, voy al baño y cuando vuelvo la encuentro así.
Un día me dice que quería que la acompañara al médico, yo sin ningún problema la acompañé, le pregunté si estaba todo bien, me dijo que sí. En realidad era una médica, una ginecóloga. Cuando salió me dijo: “Listo, todo bien…” Se acercó ami oído: “Hoy va a ser especial”. No me dijo más nada y nos fuimos a su depto.
Llegamos y ni bien entramos ya nos estábamos desnudando y antes de meternos en la cama le digo un poco desesperado que no había traído forros a lo que me dice: “Ya no hace falta, hace un mes y medio estoy tomando pastillas…” Se imaginarán mi cara, en eso ella pone saliva en sus dedos, la pasa por mi pija, abre sus piernas y entro. ¡Por favor! Qué sensación más hermosa coger sin forro, esos primeros momentos fueron increíbles. Sentirla de verdad, tan suave, tan húmeda y con ese calor tibio viniendo de su interior. La abrazaba fuerte y ella a mí, nos movíamos lento, disfrutándolo segundo a segundo. Ella me cabalgó un buen rato,después hicimos un largo 69, hasta que la puse de cuatro. Se notaba que esa pose le gustaba mucho, se tocaba, gemía, me pedía más. Agarrar sus caderas y ver toda su espalda perfecta me volvía loco, también me volvía loco escuchar el sonido de nuestras caderas chocando.
Cuando empezaban a venirme las ganas de acabar la penetré un poco más fuerte y le decía que la iba a llenar de leche y a preguntarle si la quería, ella con los ojos cerrados y gimiendo me decía: “Llenáme de leche, amor…”. No aguanté más y me acomodé lo más adentro que pude de su concha húmeda y tibia y empecé acabar,por cada chorro de leche que sentía que salía la metía más adentro al mismo tiempo que ella largaba un grito de placer. Describir esta primera vez, la de acabara dentro de una mujer tan hermosa como lo era Fabiana es difícil de poner en palabras porque la calentura y el placer se mezclan. Esos momentos donde estaba largando leche adentro de su concha se sentía tan bien, cuando terminé de acabar pero estando con la pija adentro de ella todavía me dice: “Se siente calentita adentro…” y empieza a reírse. Así como estábamos empecé a cogerla de nuevo, una calentura cargábamos los dos que cogimos un buen rato hasta que ella acabó y después volví acabar yo.
Los cambios por los que estaba pasando Fabiana en esos momentos, si bien eran una decisión de ella, fueron difíciles de afrontar porque siempre estaba su familia de fondo, yo admiraba mucho su seguridad para ir y hacer las cosas que hacía.En cuestión de meses cambió su forma de vestir, empezó a maquillarse más, usaba ricos perfumes, iba a la estética, a la peluquería. Empezó a encontrarse a sí misma, creo yo, a partir de estar viviendo sola y a muchos kilómetros de distancia de su familia. También se las arreglaba para que no se notaran tanto estos cambios cuando sus papás y hermanos venían a visitarla, lo hacían bastante seguido.
Siguiendo con lo nuestro, yo me sentía tocado por la fortuna. Estar con una mina linda como lo era Fabiana y poder coger todo el tiempo que queríamos, además acabara dentro, era todo. Un par de veces nos provocábamos y los dos nos enganchábamos, por ejemplo una vez estábamos en su depto. y estábamos preparando algo para comer y faltaba un ingrediente y decidimos ir a buscarlo juntos, ella tenía puesto una remera y calza. Mientras estaba acomodando algo en la cocina me acerqué detrás de ella, le bajé la calza y la tanga que tenía puesta, mojé la cabeza de mi pija con saliva y se la metí; empecé a cogérmela ahí en la cocina parados, le tape la boca y le dije al oído: “Te voy a dejar un poco de leche y así vas a salir”, ella asintió con su cabeza. Acabé, me salí,así como estaba acomodé primero su tanga pasando mi mano por su entrepierna hasta sentir la leche que salía y por último le subí la calza. Así salimos a buscar lo que nos faltaba para seguir cocinando.
Esta era la imagen que tenía todas las mañanas cuando me quedaba a dormir en su depto.
Disfrutábamos mucho coger, nos teníamos mucha confianza. El fin del primer semestre se acercaba y con ello el receso de invierno. Fabiana iba a ir a su casa, a estar con su familia, en ese contexto estábamos una noche después de coger, hablando sobre fantasías y ver hasta dónde llegaría el otro; le pregunto si se animaría a un trío y fue ahí cuando la cabeza (de mi pija) me explotó como el meme ese, “Siiii, me encantaría. A veces tengo esa fantasía”, dijo. En ese primer momento yo ni pensé si con otra chica o con un chico, solo dije un trío, ella antes deque yo dijera algo más me dijo que le encantaría con otro chico más. No sé qué cara habré puesto pero ella se mató de risa. Hablamos de las posibilidades reales, al principio pensé que sería imposible, es decir; nunca me imaginé yo siendo parte de un trío, creo que no es algo que se le da a todo el mundo. Una cosa es verlo en el porno y otra cosa es llevarlo a la vida real. En fin,empezamos a hablar de esa posibilidad, el morbo me movilizó muchísimo y quería ver hasta dónde nos llevaría nuestra charla. Le dije que si ella estaba segura yo lo haría con mucho gusto, no hizo falta pensar mucho porque el primero que se nos vino a la cabeza fue Jeremías, él cumplía todos los requisitos. Ya teníamos a la persona ahora quedaba ver cómo se lo decíamos y decidimos que lo mejor sería que se lo propusiera yo y así fue como ya al día siguiente, miércoles, me encontré con mi amigo, la excusa era ir a tomar algo después de clases. Para la segunda cerveza le dije que tenía algo para proponerle, se lo comenté, hubo un pequeño silencio, tomó un poco de cerveza, me miró y me dijo:“Hijo de puta… Gracias”, se levantó y me dio un abrazo, un par de risas y nos terminamos la cerveza. ¿Lugar, fecha, hora? El sábado en el depto. de Fabiana alas 20 hs. Todo listo.
Por esas cosas de la universidad y demás a Fabiana solo la vi el jueves y a Jeremías el viernes, hablé con ellos del encuentro, la adrenalina y la calentura se sentía a full.
Ese sábado a las 18 yo ya estaba en el depto. de Fabiana, me contó que el viernes se había ido a hacerse una depilación total, increíble ver ese cuerpo así. No pasaba nunca la hora y a las 19:30 Jeremías toca el timbre, sube, entra y cuando nos saludamos nos dice: “No aguantaba más, por eso vine”, nos reímos.Para distendernos tomamos unos shots de tequila. “Bueno, ¿Vamos?” dice Fabiana y se va a la cama, vamos con ella ya sacándonos la ropa y cuando estábamos ahí dice Jeremías: “Paren, ¿con forro, no?” La miro a Fabiana y ella: “Yo estoy tomando pastillas, si no les molesta la leche del otro me encantaría sin forro,así los disfruto más”. Fueron palabras mágicas, nos miramos y fue un “Dale que va” sin pensarlo.
Fabiana abrió sus piernas y Jeremías en ese instante ya estaba chupándole la concha,ella me agarra de la pija y me la empieza a chupar. Un buen rato así,acariciando sus hermosa tetas, cambiamos, ella se pone de cuatro y al verla así toda depilada me voy directo a chuparle la concha y el culo, ¡Dios! Tenía un aroma tan rico, pasé mi lengua de abajo hacia arriba, mientras se la chupaba a él.
Así como estábamos la penetré y la empecé a coger, teníamos todo el tiempo del mundo. Se notaba que se la estaba chupando con ganas, después de un rato salí le dije a Jeremías: “Metésela de cuatro”, ver a Fabiana con otro me calentó, se veía tan putita disfrutándolo, con la mirada me llama mostrando su boca abierta como señal para querer chupármela, me acerqué y se la puse en la boca.
Nuestro amigo se la estaba cogiendo con muchas ganas, en un momento le digo: “Aguantá, ahora vamos a cogerla entre los dos y acabarla adentro”, “Siiii” dice Fabiana riéndose. Habíamos probado antes por el culo pero no le había acabado así que esta era mi oportunidad, Jeremías se acomodó debajo, ella acomodó su pija y así como estaban empezaron a besarse, más caliente no podía estar, manoteé el lubricante que habíamos comprado, puse un poco en mi pija, un poco en el culo de ella y empecé a entrar de a poco. Una vez adentro era increíble la sensación que recorría todo mi cuerpo, pasé mis manos por sus nalgas hasta aferrarme de sus caderas, mientras tanto Jeremías estaba muy entusiasmado con sus tetas y cogiéndola por la concha. En momento empecé a moverme un poco más fuerte, se sentía tan apretado y caliente que me contenía para no desesperarme y lastimarla, pero el movimiento de ella hizo que coordináramos los tres en los movimientos. Se sentía muy bien, por momentos sentía la pija de Jeremías cómo cabezeaba adentro de la concha de Fabiana, veía cómo la acariciaba, todo eso me calentaba más. En momento Fabiana dice para los dos: “¿Me van acabar adentro? ¿Me van a llenar de leche?” Sí, sí era lo único que podíamos decir hasta que Jeremías dice voy acabar, le digo: “Yo también…” Creo que fue al mismo tiempo,no sé pero unos segundos después yo empecé a largar leche como nunca antes,estaba muy extasiado, muy caliente, la adrenalina me recorría todo el cuerpo.Nuestros movimientos en esos momentos fueron fuertes, dejé de pensar en un momento en no ser bruto y me solté metiéndome más adentro con cada latido de mi pija al acabar, lo único que escuchaba de Fabiana eran gritos de placer. Creo que fueron minutos (o menos, no sé) los que estuvimos adentro de ella moviéndonos después de acabarla adentro hasta que me salí, el culo de ella se veía hermoso latiendo con todo su cuerpo, de su concha salía la leche de él con la pija todavía adentro. Ella se salió y se puso boca arriba respirando fuerte.¡Qué intenso… y rico! Dijo ella riéndose mientras nosotros también lo hacíamos.Tomamos un poco de aire y de agua, nuestras caras de felicidad y placer se nos notaba, me fui al baño a lavarme la pija y cuando volví me estaban esperando para una segunda vuelta. “Ahora vos abajo” me dijo Fabiana, me acomodé, entré,ella se movió un poco y en eso estábamos cuando Jeremías ya había hecho lo suyo, lubricarse, y se la metió por el culo; ella largó un gemido y empezamos acogerla de manera suave subiendo la intensidad hasta quedar totalmente coordinados en los movimientos que cada uno se dedicó a disfrutarlo plenamente. Sentía la concha tibia y húmeda de Fabiana, no se había sacado la leche de Jeremías, ni me importó. Agarraba sus tetas y buscaba su boca para besarla, su lengua era un torbellino, sentía también como se desplazaba la pija de él adentro de su culo. Cogíamos como si fuera la última vez, esta vez sin decirnos nada empecé a soltarme y comencé acabar, creo que Jeremías hizo lo mismo porque hizo sonidos que señalaban eso aparte nuestros movimientos se pausaron como para disfrutar de cada chorro de leche que largábamos. “Sí, sí, sí…” decía Fabiana entre gemidos, sintiendo la leche que le íbamos dejando adentro. “Qué rico se siente”, decía ella. Acabamos pero seguíamos cogiéndola, queríamos que ella también acabe. Se empezó a mover más rápido hasta que empezó acabar, se agitó toda quedando tumbada sobre mí con una sonrisa de pura felicidad y placer en su cara. La acariciábamos todo el cuerpo mientras seguíamos con nuestras pijas adentro de ella. Salió Jeremías, después ella se salió y quedó boca arriba respirando largo y profundo, yo hacía lo mismo.
Después de dos maravillosos polvos nos sentamos y hablamos un rato de todo esto que estaba pasando, éramos pura felicidad. Nada mal para ser nuestro primer trío.Miramos la hora: ¡Las 12! Casi tres horas cogiendo, una locura. Nos limpiamos,comimos y tomamos algo y a eso de las 2 de la madrugada nos fuimos a la cama a seguir cogiendo. Esta vez lo hicimos más suave. Nos turnábamos con Jeremías para cogerla de cuatro mientras al otro se la chupaba. Fabiana estaba feliz,bueno todos lo estábamos. Se sacaba la leche de la concha y se la llevaba a la boca saboreándola, le encantaba. El tequila hizo su efecto y no recuerdo en qué momento nos dormimos, Fabiana y yo en la cama y Jeremías en un colchón en el suelo.
Fui el primero que se despertó, eran las 11 de la mañana, fui al baño, tomé un poco de agua y volví a la cama. Al toque se puso la pija dura y no tardé en buscar la concha de Fabiana para cogérmela suavecito, empecé haciéndole cucharita, ella estaba dormida pero al rato la escucho gemir de placer y más cuando acabé y le largué lo último que me quedaba de leche. Me quedo un rato adentro de ella y cuando salgo veo que estaba Jeremías mirándonos pajeándose, me pregunta si podía hacerlo una vez más, “Sí” dice Fabiana con un tono entre dormida e ida. Me siento frente a la cama, para verlos de perfil y ahí estaban: Jeremías la acomodó de cuatro mientras ella seguía con la cabeza pegada a la almohada. La cogió despacio y suave, disfrutando cada segundo de esa concha hermosa llena de nuestra leche, no pude evitar pajearme mientras los veía coger, cuando acabó también lo hizo disfrutando cada segundo, se salió y la acomodó para que ella siguiera durmiendo. Se me acercó y me dijo que se iba, lo acompañé hasta la puerta, nos abrazamos y Jeremías se fue a su casa.
El resto del día con Fabiana nos pasamos hablando de esa hermosa experiencia y cogiendo obviamente, acabarle adentro me volvía loco. El domingo no nos vimos porque yo tenía un trabajo que hacer para el que me habían llamado (instalar un aire acondicionado, era un trabajo que lo hacía con mi tío y de paso ganaba unos mangos).
Así vino el fin del primer semestre del año y con él el receso de invierno. Fabiana fue a su casa y yo a la mía, no nos pudimos ver. Nos mensajeábamos todo el día y nos llamábamos pero no era lo mismo. Cuando volvimos a las clases al principio estaba todo bien, pero la onda de Fabiana empezó a cambiar, primero en su casa no estaban contentos con su “nueva apariencia” y segundo no les gustaba que se juntara con nosotros porque no éramos “jóvenes de la iglesia” (sí,así como lo leen). Más que religión eso es una secta, en mi opinión.
Y lo otro es que sus amigas la empezaron a arrastrar a reuniones de lucha feminista,hasta ahí todo bien salvo que las amigas de ellas cortaron con sus respectivos novios y empezaron a actuar de manera muy resentida hacia el género masculino.Una vez me dijo que no iba a salir conmigo porque había una proyección de no sé qué película y después chala debate, otra vez que una marcha, algunos fines de semana no podía porque reunión con no sé quién pero lo que cambió todo fue el día que apareció por la universidad con el pelo rapado a los costados y el resto teñido de verde… ¡Ay, por toda la calentura y aprecio que yo le tenía que ese corte y estilo le quedaba ho-rri-ble! Traté de disimular, no le dije nada.
Y lo que rebasó el vaso fue ese fin de semana que estábamos en su casa cogiendo y a cada rato me decía “No, así no” si la agarraba de sus pelos, o “No, no” si le daba un chirlo me decía basta, en definitiva se notaba que estaba incómoda hasta que cuando iba acabar quise hacerlo en su boca, como muchas veces lo había hecho,me saca y me dice: “¿Qué hacés boludo?” La verdad, y para serles sincero, no entendí nada. ¿En qué momento pasamos de disfrutar y hacer de todo a coger como si fuera algo forzado y ofensivo?
Esa noche peleamos, obvio, ella me decía que yo no la entendía, que no la acompañaba a las marchas (es cierto que me “invitó” a que la acompañara pero la verdad no me siento parte de esa forma de lucha y no quisiera que me tildaran de “aliade” con todo lo que eso implica) y si bien ya lo habíamos discutido seguía con lo mismo.
A partir de ese momento todo fue en picada, Fabiana se volvió más radical en su nueva etapa, dejo de buscarme y yo a ella. Así el año terminó, volví a mí casa,recargué un poco de energías, la extrañaba muchísimo no lo voy a negar pero a esta Fabiana, extrañaba a la Fabiana que me decía para combinar el outfit, a la Fabiana que se animó a usar otro tipos de perfumes, como el que le había regalado, ese que me dijo que nunca se animó a comprárselo porque a sus padres no les gustaba, la Fabiana que sonreía de chistes tontos, no esta Fabiana que anda con ceño fruncido todo el tiempo, que huele a agrio porque se la pasa noches enteras haciendo vigías y que no usa perfumes porque dice que eso es elemento opresor del patriarcado, y así podría seguir.
Muy poco la veo por la universidad, tal vez porque tendrá otras prioridades y porque este es mi último año y estoy a fulll queriendo recibirme.
En fin, espero hayan disfrutado mi historia, traté de ser fiel a todo lo que pasó y a lo más importante: el sexo.
Disculpen lo extenso. Muchas gracias.
Vine de mi pueblo a estudiar a esta universidad y como muchos alquilamos un monoambiente más o menos cómodo y, por sobre todas las cosas, barato. Lo bueno que tenía este depto. es que estaba muy cerca de la universidad.
Al comienzo pegué buena onda con Jeremías, él también se venía de lejos a estudiar y estaba parando en la casa de unos tíos.
A Fabiana la fiché a los pocos días de empezar las clases, me gustó apenas la vi.Imagínense, yo pendejo recién salido de la secundaria, que no había tenido mucha suerte con las chicas, estando en un lugar ajeno a mí era como una nueva oportunidad para conocer chicas y ver qué onda.
Buscaba cualquier oportunidad para acercarme a ella y hablarle, un par de veces en la fotocopiadora, en la biblioteca o incluso en los pasillos. Saludos, alguna pregunta sobre las materias, boludeces y fue en esos encuentros casuales donde me llamó la atención su forma de vestir, como un poco aseñorada, no le quedaba mal pero no le hacía justicia.
Mejuntaba mucho con Jeremías y con la confianza que ya nos teníamos le conté queme gustaba mucho Fabiana, él me animó a que me acercara más a ella y eso empecé a hacer.
Fabiana, a las semanas de estar saliendo conmigo. Su estilo había cambiado, por suerte.
El mate es un buen iniciador de conversaciones o de juntadas, y fue con esta excusa que me empecé a acercar más a Fabiana, el grupo de ella eran dos chicas más, siempre andaban juntas y así fue como con Jeremías nos unimos al grupo de Fabiana y sus amigas.
Pasaron los días, las clases, hasta que en una oportunidad organizamos para salir; me acuerdo que fue un viernes. Nos juntamos en un barcito de esos que tienen mesas y sillas en la vereda. Fabiana estaba hermosa (en la medida que la ropa que usaba se lo permitía), no dejaba de mirarla y hablar con ella de cualquier cosa. En un momento me animé y le dije si quería a caminar a lo que me contestó que sí. Nos levantamos, saludamos y nos fuimos a caminar. Terminamos en otro bar pero ahora solo estábamos ella y yo, fue en esa charla donde me enteré que venía de una familia muy evangelista, incuso su papá era una especie de ministro, y del lado de su mamá también. Con razón esa forma de vestir, pero al menos se le notaba que estaba tratando de safarle a ese estilo (se lo reconozco).
Mucha buena onda entre los dos, el alcohol bajó las ansiedades, hablamos mucho de nuestras cosas. Cuando la noche no dio para más nos levantamos y me ofrecí acompañarla, ningún problema. En un momento de mucha confianza de mi parte la detengo, agarro su cintura y la beso; ella sin molestarse me besa llevando sus manos hacia mi cara. Nos besamos un largo rato acaricie su espalda, sus brazos. Ella hacía lo mismo.
La dejé en la puerta de su casa, no sin antes decirle que ella me gustaba, me respondió lo mismo y digamos que quedamos como novios. Volví a la pensión donde estaba loco de contento y con una calentura bárbara. Me habré echado cinco pajas, mínimo, pensando en ella, en su piel suave y su aroma algo dulce. Obviamente que mis ganas de coger eran enormes, cargaba una leche que ya se habrán dado cuenta.
El primer intento fue donde yo estaba viviendo. Besos, mimos, caricias y cuando avancé un poco más ella me sacó y me dijo que no se sentía cómoda. En realidad me contó que su única experiencia fue con un ex novio (el único) que tuvo y que no la había pasado bien. También me contó un poco más sobre su entorno familiar: muy conservador y religioso, de la iglesia evangelia con todo lo que eso implica y en especial sobre los deseos sexuales y placeres. La entendí, y si bien yo tampoco era un experto, le dije que iríamos despacio y a su ritmo. Eso la calmó bastante pero eso noche no hicimos nada más que besarnos…
Pasaron los días y los dos estábamos juntos todo el tiempo que podíamos, lo difícil era estudiar, pero lo intentábamos. Había ocasiones donde era urgente estudiar mucho entonces no nos juntábamos porque sabíamos que no íbamos a estudiar nada.
A la segunda semana yo no aguantaba más las ganas de coger. Quedamos en vernos en el departamento donde estaba viviendo, no quedaba lejos de donde yo estaba,comimos algo y estábamos en el sillón besándonos cuando de a poco la voy acariciando y llevando mis manos debajo de la remera que tenía puesta por su espalda, sus hombros, su cintura. Ella suspiraba y también hacía lo mismo. En un momento nos vamos a su pieza y nos tiramos en la cama. Recordando lo que me había contado de su mala experiencia me calmé y decidí ir de a poco,demostrándole que no todo tiene que ser a los bruto, o como sea que haya sido esa vez con su ex.
De apoco nos fuimos desvistiendo hasta quedar solo en ropa interior. Ella estaba hermosa, su piel blanca y suave, perfecta. Se sacó el corpiño y cuando terminó de hacerlo la hice recostar y de a poco fui sacándole la tanga que tenía puesta(ropa interior bastante atrevida viniendo de una evangelia) y así toda desnuda me fui hacia su concha para chupársela muy calmadamente en la medida de lo posible. Por favor que rica olía, hasta el día de hoy se me viene a la memoria su olor, su concha era hermosa, se había rasurado un poco. Comencé bien suave a besarla para que lo sintiera de a poco, después seguí con la lengua pasando por sus labios, por el clítoris, chupándolo con mucha saliva, todo esto mientras ella gemía y con sus manos acariciándome la cabeza.
Después de un rato me fui hacia sus tetas de tamaño normales, medianas y hermosas también. Besé sus pezones, jugué con ellas. Una vez encima de ella me levanté,me puse el preservativo, muy lentamente entré y empecé a moverme. Fabiana estaba ida, lo disfrutaba, se le notaba. Yo con toda la calentura que tenía encima trataba de no acabar rápido. Mis manos recorrían todo su cuerpo.
La puse de cuatro y ahí fue como si ella se soltara del todo, se movía como diciendo más fuerte. Yo agarraba sus nalgas y la penetraba con más ganas haciendo que sus gemidos fueran cada vez más fuertes.
Si les digo que yo lo estaba disfrutando lo de ella era puro goce, su cara lo decía todo. La tenía de cuatro dándole sin parar hasta que estaba por acabar, la agarro de sus tetas trayéndola hacia mí y le digo: “Voy acabar”, a lo que ella,para dejarme más loco de lo que ya estaba, me dice: “En mi boca, en mi boca”.No sé cómo lo hice pero habrán sido dos segundos donde me salí, me saqué el forro, ella se dio vuelta poniéndose boca arriba y así, estando encima de ella acabé con unas ganas como nunca lo había sentido. Acabé, ella tragó mi leche,sacó mi mano de mi pija y por unos largos segundos se hizo cargo de ese momento, yo estaba volando, disfrutando al máximo ese momento. Hizo un sonido como de disgusto o algo parecido pero siguió, sentía su lengua jugar con mi pija de una manera exquisita, me la apretaba bien fuerte.
Fue alucinante, ella estaba contenta, esperé unos segundos y me fui directo a su concha para hacerla acabar, no tardé mucho hasta que se empezó agitar y a decirme: “Voy acabar, voy acabar…”. Quiero volver a repetir que su concha era riquísima.
Esta foto se la pedí para tenerla en mi celu y mirarla cuando la extrañaba.
Cogimos dos veces más, con las mismas ganas. Al otro día volví creo que flotando a mi depto.
La imagen de Fabiana no condecía con lo que hacíamos cuando cogíamos. Es más, a pesar del peso que tenía su religión y su familia se notaba que ella quería despegarse un poco de eso. Me decía que se sentía oprimida, que no tenía libertad y que venir a estudiar lejos de su casa para ella era un alivio, como que tenía más espacio para ser ella misma y disfrutar un poco de la vida,básicamente.
De apoco fue cambiando su forma de vestir, no iba tan seguido a las misas y pasábamos mucho tiempo juntos… Cogiendo.
Estábamos mirando una peli, voy al baño y cuando vuelvo la encuentro así.
Un día me dice que quería que la acompañara al médico, yo sin ningún problema la acompañé, le pregunté si estaba todo bien, me dijo que sí. En realidad era una médica, una ginecóloga. Cuando salió me dijo: “Listo, todo bien…” Se acercó ami oído: “Hoy va a ser especial”. No me dijo más nada y nos fuimos a su depto.
Llegamos y ni bien entramos ya nos estábamos desnudando y antes de meternos en la cama le digo un poco desesperado que no había traído forros a lo que me dice: “Ya no hace falta, hace un mes y medio estoy tomando pastillas…” Se imaginarán mi cara, en eso ella pone saliva en sus dedos, la pasa por mi pija, abre sus piernas y entro. ¡Por favor! Qué sensación más hermosa coger sin forro, esos primeros momentos fueron increíbles. Sentirla de verdad, tan suave, tan húmeda y con ese calor tibio viniendo de su interior. La abrazaba fuerte y ella a mí, nos movíamos lento, disfrutándolo segundo a segundo. Ella me cabalgó un buen rato,después hicimos un largo 69, hasta que la puse de cuatro. Se notaba que esa pose le gustaba mucho, se tocaba, gemía, me pedía más. Agarrar sus caderas y ver toda su espalda perfecta me volvía loco, también me volvía loco escuchar el sonido de nuestras caderas chocando.
Cuando empezaban a venirme las ganas de acabar la penetré un poco más fuerte y le decía que la iba a llenar de leche y a preguntarle si la quería, ella con los ojos cerrados y gimiendo me decía: “Llenáme de leche, amor…”. No aguanté más y me acomodé lo más adentro que pude de su concha húmeda y tibia y empecé acabar,por cada chorro de leche que sentía que salía la metía más adentro al mismo tiempo que ella largaba un grito de placer. Describir esta primera vez, la de acabara dentro de una mujer tan hermosa como lo era Fabiana es difícil de poner en palabras porque la calentura y el placer se mezclan. Esos momentos donde estaba largando leche adentro de su concha se sentía tan bien, cuando terminé de acabar pero estando con la pija adentro de ella todavía me dice: “Se siente calentita adentro…” y empieza a reírse. Así como estábamos empecé a cogerla de nuevo, una calentura cargábamos los dos que cogimos un buen rato hasta que ella acabó y después volví acabar yo.
Los cambios por los que estaba pasando Fabiana en esos momentos, si bien eran una decisión de ella, fueron difíciles de afrontar porque siempre estaba su familia de fondo, yo admiraba mucho su seguridad para ir y hacer las cosas que hacía.En cuestión de meses cambió su forma de vestir, empezó a maquillarse más, usaba ricos perfumes, iba a la estética, a la peluquería. Empezó a encontrarse a sí misma, creo yo, a partir de estar viviendo sola y a muchos kilómetros de distancia de su familia. También se las arreglaba para que no se notaran tanto estos cambios cuando sus papás y hermanos venían a visitarla, lo hacían bastante seguido.
Siguiendo con lo nuestro, yo me sentía tocado por la fortuna. Estar con una mina linda como lo era Fabiana y poder coger todo el tiempo que queríamos, además acabara dentro, era todo. Un par de veces nos provocábamos y los dos nos enganchábamos, por ejemplo una vez estábamos en su depto. y estábamos preparando algo para comer y faltaba un ingrediente y decidimos ir a buscarlo juntos, ella tenía puesto una remera y calza. Mientras estaba acomodando algo en la cocina me acerqué detrás de ella, le bajé la calza y la tanga que tenía puesta, mojé la cabeza de mi pija con saliva y se la metí; empecé a cogérmela ahí en la cocina parados, le tape la boca y le dije al oído: “Te voy a dejar un poco de leche y así vas a salir”, ella asintió con su cabeza. Acabé, me salí,así como estaba acomodé primero su tanga pasando mi mano por su entrepierna hasta sentir la leche que salía y por último le subí la calza. Así salimos a buscar lo que nos faltaba para seguir cocinando.
Esta era la imagen que tenía todas las mañanas cuando me quedaba a dormir en su depto.
Disfrutábamos mucho coger, nos teníamos mucha confianza. El fin del primer semestre se acercaba y con ello el receso de invierno. Fabiana iba a ir a su casa, a estar con su familia, en ese contexto estábamos una noche después de coger, hablando sobre fantasías y ver hasta dónde llegaría el otro; le pregunto si se animaría a un trío y fue ahí cuando la cabeza (de mi pija) me explotó como el meme ese, “Siiii, me encantaría. A veces tengo esa fantasía”, dijo. En ese primer momento yo ni pensé si con otra chica o con un chico, solo dije un trío, ella antes deque yo dijera algo más me dijo que le encantaría con otro chico más. No sé qué cara habré puesto pero ella se mató de risa. Hablamos de las posibilidades reales, al principio pensé que sería imposible, es decir; nunca me imaginé yo siendo parte de un trío, creo que no es algo que se le da a todo el mundo. Una cosa es verlo en el porno y otra cosa es llevarlo a la vida real. En fin,empezamos a hablar de esa posibilidad, el morbo me movilizó muchísimo y quería ver hasta dónde nos llevaría nuestra charla. Le dije que si ella estaba segura yo lo haría con mucho gusto, no hizo falta pensar mucho porque el primero que se nos vino a la cabeza fue Jeremías, él cumplía todos los requisitos. Ya teníamos a la persona ahora quedaba ver cómo se lo decíamos y decidimos que lo mejor sería que se lo propusiera yo y así fue como ya al día siguiente, miércoles, me encontré con mi amigo, la excusa era ir a tomar algo después de clases. Para la segunda cerveza le dije que tenía algo para proponerle, se lo comenté, hubo un pequeño silencio, tomó un poco de cerveza, me miró y me dijo:“Hijo de puta… Gracias”, se levantó y me dio un abrazo, un par de risas y nos terminamos la cerveza. ¿Lugar, fecha, hora? El sábado en el depto. de Fabiana alas 20 hs. Todo listo.
Por esas cosas de la universidad y demás a Fabiana solo la vi el jueves y a Jeremías el viernes, hablé con ellos del encuentro, la adrenalina y la calentura se sentía a full.
Ese sábado a las 18 yo ya estaba en el depto. de Fabiana, me contó que el viernes se había ido a hacerse una depilación total, increíble ver ese cuerpo así. No pasaba nunca la hora y a las 19:30 Jeremías toca el timbre, sube, entra y cuando nos saludamos nos dice: “No aguantaba más, por eso vine”, nos reímos.Para distendernos tomamos unos shots de tequila. “Bueno, ¿Vamos?” dice Fabiana y se va a la cama, vamos con ella ya sacándonos la ropa y cuando estábamos ahí dice Jeremías: “Paren, ¿con forro, no?” La miro a Fabiana y ella: “Yo estoy tomando pastillas, si no les molesta la leche del otro me encantaría sin forro,así los disfruto más”. Fueron palabras mágicas, nos miramos y fue un “Dale que va” sin pensarlo.
Fabiana abrió sus piernas y Jeremías en ese instante ya estaba chupándole la concha,ella me agarra de la pija y me la empieza a chupar. Un buen rato así,acariciando sus hermosa tetas, cambiamos, ella se pone de cuatro y al verla así toda depilada me voy directo a chuparle la concha y el culo, ¡Dios! Tenía un aroma tan rico, pasé mi lengua de abajo hacia arriba, mientras se la chupaba a él.
Así como estábamos la penetré y la empecé a coger, teníamos todo el tiempo del mundo. Se notaba que se la estaba chupando con ganas, después de un rato salí le dije a Jeremías: “Metésela de cuatro”, ver a Fabiana con otro me calentó, se veía tan putita disfrutándolo, con la mirada me llama mostrando su boca abierta como señal para querer chupármela, me acerqué y se la puse en la boca.
Nuestro amigo se la estaba cogiendo con muchas ganas, en un momento le digo: “Aguantá, ahora vamos a cogerla entre los dos y acabarla adentro”, “Siiii” dice Fabiana riéndose. Habíamos probado antes por el culo pero no le había acabado así que esta era mi oportunidad, Jeremías se acomodó debajo, ella acomodó su pija y así como estaban empezaron a besarse, más caliente no podía estar, manoteé el lubricante que habíamos comprado, puse un poco en mi pija, un poco en el culo de ella y empecé a entrar de a poco. Una vez adentro era increíble la sensación que recorría todo mi cuerpo, pasé mis manos por sus nalgas hasta aferrarme de sus caderas, mientras tanto Jeremías estaba muy entusiasmado con sus tetas y cogiéndola por la concha. En momento empecé a moverme un poco más fuerte, se sentía tan apretado y caliente que me contenía para no desesperarme y lastimarla, pero el movimiento de ella hizo que coordináramos los tres en los movimientos. Se sentía muy bien, por momentos sentía la pija de Jeremías cómo cabezeaba adentro de la concha de Fabiana, veía cómo la acariciaba, todo eso me calentaba más. En momento Fabiana dice para los dos: “¿Me van acabar adentro? ¿Me van a llenar de leche?” Sí, sí era lo único que podíamos decir hasta que Jeremías dice voy acabar, le digo: “Yo también…” Creo que fue al mismo tiempo,no sé pero unos segundos después yo empecé a largar leche como nunca antes,estaba muy extasiado, muy caliente, la adrenalina me recorría todo el cuerpo.Nuestros movimientos en esos momentos fueron fuertes, dejé de pensar en un momento en no ser bruto y me solté metiéndome más adentro con cada latido de mi pija al acabar, lo único que escuchaba de Fabiana eran gritos de placer. Creo que fueron minutos (o menos, no sé) los que estuvimos adentro de ella moviéndonos después de acabarla adentro hasta que me salí, el culo de ella se veía hermoso latiendo con todo su cuerpo, de su concha salía la leche de él con la pija todavía adentro. Ella se salió y se puso boca arriba respirando fuerte.¡Qué intenso… y rico! Dijo ella riéndose mientras nosotros también lo hacíamos.Tomamos un poco de aire y de agua, nuestras caras de felicidad y placer se nos notaba, me fui al baño a lavarme la pija y cuando volví me estaban esperando para una segunda vuelta. “Ahora vos abajo” me dijo Fabiana, me acomodé, entré,ella se movió un poco y en eso estábamos cuando Jeremías ya había hecho lo suyo, lubricarse, y se la metió por el culo; ella largó un gemido y empezamos acogerla de manera suave subiendo la intensidad hasta quedar totalmente coordinados en los movimientos que cada uno se dedicó a disfrutarlo plenamente. Sentía la concha tibia y húmeda de Fabiana, no se había sacado la leche de Jeremías, ni me importó. Agarraba sus tetas y buscaba su boca para besarla, su lengua era un torbellino, sentía también como se desplazaba la pija de él adentro de su culo. Cogíamos como si fuera la última vez, esta vez sin decirnos nada empecé a soltarme y comencé acabar, creo que Jeremías hizo lo mismo porque hizo sonidos que señalaban eso aparte nuestros movimientos se pausaron como para disfrutar de cada chorro de leche que largábamos. “Sí, sí, sí…” decía Fabiana entre gemidos, sintiendo la leche que le íbamos dejando adentro. “Qué rico se siente”, decía ella. Acabamos pero seguíamos cogiéndola, queríamos que ella también acabe. Se empezó a mover más rápido hasta que empezó acabar, se agitó toda quedando tumbada sobre mí con una sonrisa de pura felicidad y placer en su cara. La acariciábamos todo el cuerpo mientras seguíamos con nuestras pijas adentro de ella. Salió Jeremías, después ella se salió y quedó boca arriba respirando largo y profundo, yo hacía lo mismo.
Después de dos maravillosos polvos nos sentamos y hablamos un rato de todo esto que estaba pasando, éramos pura felicidad. Nada mal para ser nuestro primer trío.Miramos la hora: ¡Las 12! Casi tres horas cogiendo, una locura. Nos limpiamos,comimos y tomamos algo y a eso de las 2 de la madrugada nos fuimos a la cama a seguir cogiendo. Esta vez lo hicimos más suave. Nos turnábamos con Jeremías para cogerla de cuatro mientras al otro se la chupaba. Fabiana estaba feliz,bueno todos lo estábamos. Se sacaba la leche de la concha y se la llevaba a la boca saboreándola, le encantaba. El tequila hizo su efecto y no recuerdo en qué momento nos dormimos, Fabiana y yo en la cama y Jeremías en un colchón en el suelo.
Fui el primero que se despertó, eran las 11 de la mañana, fui al baño, tomé un poco de agua y volví a la cama. Al toque se puso la pija dura y no tardé en buscar la concha de Fabiana para cogérmela suavecito, empecé haciéndole cucharita, ella estaba dormida pero al rato la escucho gemir de placer y más cuando acabé y le largué lo último que me quedaba de leche. Me quedo un rato adentro de ella y cuando salgo veo que estaba Jeremías mirándonos pajeándose, me pregunta si podía hacerlo una vez más, “Sí” dice Fabiana con un tono entre dormida e ida. Me siento frente a la cama, para verlos de perfil y ahí estaban: Jeremías la acomodó de cuatro mientras ella seguía con la cabeza pegada a la almohada. La cogió despacio y suave, disfrutando cada segundo de esa concha hermosa llena de nuestra leche, no pude evitar pajearme mientras los veía coger, cuando acabó también lo hizo disfrutando cada segundo, se salió y la acomodó para que ella siguiera durmiendo. Se me acercó y me dijo que se iba, lo acompañé hasta la puerta, nos abrazamos y Jeremías se fue a su casa.
El resto del día con Fabiana nos pasamos hablando de esa hermosa experiencia y cogiendo obviamente, acabarle adentro me volvía loco. El domingo no nos vimos porque yo tenía un trabajo que hacer para el que me habían llamado (instalar un aire acondicionado, era un trabajo que lo hacía con mi tío y de paso ganaba unos mangos).
Así vino el fin del primer semestre del año y con él el receso de invierno. Fabiana fue a su casa y yo a la mía, no nos pudimos ver. Nos mensajeábamos todo el día y nos llamábamos pero no era lo mismo. Cuando volvimos a las clases al principio estaba todo bien, pero la onda de Fabiana empezó a cambiar, primero en su casa no estaban contentos con su “nueva apariencia” y segundo no les gustaba que se juntara con nosotros porque no éramos “jóvenes de la iglesia” (sí,así como lo leen). Más que religión eso es una secta, en mi opinión.
Y lo otro es que sus amigas la empezaron a arrastrar a reuniones de lucha feminista,hasta ahí todo bien salvo que las amigas de ellas cortaron con sus respectivos novios y empezaron a actuar de manera muy resentida hacia el género masculino.Una vez me dijo que no iba a salir conmigo porque había una proyección de no sé qué película y después chala debate, otra vez que una marcha, algunos fines de semana no podía porque reunión con no sé quién pero lo que cambió todo fue el día que apareció por la universidad con el pelo rapado a los costados y el resto teñido de verde… ¡Ay, por toda la calentura y aprecio que yo le tenía que ese corte y estilo le quedaba ho-rri-ble! Traté de disimular, no le dije nada.
Y lo que rebasó el vaso fue ese fin de semana que estábamos en su casa cogiendo y a cada rato me decía “No, así no” si la agarraba de sus pelos, o “No, no” si le daba un chirlo me decía basta, en definitiva se notaba que estaba incómoda hasta que cuando iba acabar quise hacerlo en su boca, como muchas veces lo había hecho,me saca y me dice: “¿Qué hacés boludo?” La verdad, y para serles sincero, no entendí nada. ¿En qué momento pasamos de disfrutar y hacer de todo a coger como si fuera algo forzado y ofensivo?
Esa noche peleamos, obvio, ella me decía que yo no la entendía, que no la acompañaba a las marchas (es cierto que me “invitó” a que la acompañara pero la verdad no me siento parte de esa forma de lucha y no quisiera que me tildaran de “aliade” con todo lo que eso implica) y si bien ya lo habíamos discutido seguía con lo mismo.
A partir de ese momento todo fue en picada, Fabiana se volvió más radical en su nueva etapa, dejo de buscarme y yo a ella. Así el año terminó, volví a mí casa,recargué un poco de energías, la extrañaba muchísimo no lo voy a negar pero a esta Fabiana, extrañaba a la Fabiana que me decía para combinar el outfit, a la Fabiana que se animó a usar otro tipos de perfumes, como el que le había regalado, ese que me dijo que nunca se animó a comprárselo porque a sus padres no les gustaba, la Fabiana que sonreía de chistes tontos, no esta Fabiana que anda con ceño fruncido todo el tiempo, que huele a agrio porque se la pasa noches enteras haciendo vigías y que no usa perfumes porque dice que eso es elemento opresor del patriarcado, y así podría seguir.
Muy poco la veo por la universidad, tal vez porque tendrá otras prioridades y porque este es mi último año y estoy a fulll queriendo recibirme.
En fin, espero hayan disfrutado mi historia, traté de ser fiel a todo lo que pasó y a lo más importante: el sexo.
Disculpen lo extenso. Muchas gracias.
10 comentarios - Mi ex: de evangélica a feminista.Trío incluido.REAL.Fotos
Excelente. Un gran retrato escrito. Una historia muy real.
Se ve el pasaje opresión, libertad, opresión militante.
Situaciones que se ven en personas fáciles de manipular porque han vivido bajo modelos estrictos.
Suerte!
les lavan la cabeza muy fuerte