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Quiero que seas mi Amo 2

Habíamos quedado con la zorra de la maestrita de rodillas y saboreando mi leche en medio de la nada a pleno sol una tarde de verano.
No termino ahí la cosa, la verdad que desde ese momento sentía que tenía el total poder sobre ella, algo muy loco, porque nunca se me había ocurrido pensar en someter a nadie. Era algo con lo que había fantaseado de pendejo, pero con más de 30 ya me había prácticamente olvidado.
La pongo de pie, tirando en realidad de su pelo, largo y negro peinado en una cola, creo que la muy puta ya tenía la idea de mamarmela y que en realidad el boludo ahí era yo.
Tenía el sabor de mi pija y mi semen en su boca, la verdad que nunca me jodió eso, y en ese momento menos, el morbo era tanto que ya quería metersela pero mi pija estaba muerta luego de semejante mamada.
Mientras la beso comienzo a morderla, como que necesitaba eso, siento que fue esa vez dónde el monstruo que soy ahora comenzo a aparecer.
Ella no se quejó, solo gemia con ganas y se fregaba pegada a mí como si fuera una perra en celo.
En un momento siento ese sabor metálico, que enseguida me llevo a la cabeza esas veces que me solia cortar y lamer la herida de niño. La había mordido hasta lastimar su boca, en ese momento me di cuenta recién que estaba como sacado, como que me podía ver desde afuera mientras trataba como a una puta a una mujer que no conocía hacía una hora atrás.
Lleve una de mis manos a su nuca, para pegarla más a mi boca y con la otra baje un poco, senti sus tetas, unas tetas rotundas y suaves.
Los pezones estaban totalmente endurecidos, aprieto uno de ellos con mis dedos y ella pego un gritito, la miró y solo vi que estaba encendida así que volvi a hacerlo y volvió a gritar.
Segui bajando por su estómago y mas abajo, sentí la gloria cuando al tocar su monte de venus este estaba totalmente suave sin un solo vello.
Seguí hasta encontrar la raja de su concha y fui bajando por ella, estaba totalmente inundada la muy puta, así que subí y baje un par de veces, ella estaba pegada y gimiendo, entonces metí el dedo medio hasta adentro y se agarró fuerte a mí y senti como si se hubiera abierto una fuente sobre mi mano, ella estaba acabando con solo eso, así de caliente estaba la muy zorra.

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