Ya en este punto ninguno de los 2 supo que paso estábamos embriagados de lujuria, la razón y la conciencia no existían, solo estaban nuestros cuerpos actuando de manera automática, como si nuestras carnes supieran qué hacer, me quite el short y la camisa y me acosté sobre ella, penetrandola por primera vez, sentí la calides de su vagina y el almiscle olor de su cuerpo, ella me abrazo con fuerza con brazos y piernas me rodeo, nada más existía solo nuestros cuerpos.....
Nos besamos con pasión y al haber saciado el hambre qué nos acosaba, nos quedamos desnudos, tendidos en la cama, sudorosos, en silencio, su cabeza en mi pecho. Ambos concientes de haber hecho algo prohibido, pero que sin duda había sido revelador, esa noche nos dormimos abrazados.
Al siguiente día en compañía de nuestros familiares actuabamos o tratábamos de hacerlo con normalidad, cada uno distante del otro por temor de revelar nuestro secreto, nos lanzabamos miradas en ocasiones nos obsequiabamos una sonrisa o un alzar de cejas.
Me atrevo a decir que ambos sentíamos el impulso por estar cerca del otro, el hambre de sentir el tacto mutuo era abrumador, nublaba mi razón, comencé a observar más su forma de vestir, sus expresiones, la sonrisa cómplice que me hacia desear tenerla desnuda todo el tiempo.
Ella por su parte me atendía de una manera más especial, en los almuerzos ella me servia, en ocasiones usaba mis camisetas, de no ser por el hecho que eramos primos parecíamos una pareja recién casados.
Yo siempre tomaba la iniciativa, por las noches ella estaba vestida con su pijama nos dormíamos y en medio de la noche mientras el sonido del reloj de la sala marcaba las horas, me despertaba entre sus brazos ella ya sin su pijama jugando a estar dormida...me gustaba mucho qué fingiera, se que por su educación y valores Morales la cohibian.
Me encataba despertarla o ponerla exitada, iniciaba siempre lamiendo sus labios vaginales, podía quedarme mucho tiempo alli me gustaba su aroma, el arquear de su espalda cuando hacia una lamida particularmente placentera, ambos estábamos aprendiendo a darnos placer.
La primera vez que le puse mi pene en su mano ella estaba avergonzada y asustada, su respiración estaba agitada
Me dijo: es grande y esta caliente, a la cual respondí con un beso, tome su mano y le enseñe a masturbame, para cuando ya había aprendido el ritmo yo estaba ahogando sus tiernos gemidos con besos y caricias, se mojaba mucho, yo la masturbaba, ella retorcía mi mano entre sus piernas, una vez bien húmeda la giraba de espaldas y nos poníamos de cucharita, sabía que si la penetraba no duraría mucho, así que le ponía mi pene y la rosaba mientras la masturbaba con mis dedos, le lamia el cuello y besaba sus orejas...
En ese punto estábamos sudados ella tenía temblores en sus piernas, finalmente entraba en ella y su expresión era hooo en silencio, al sentir que me deslisaba dentro de ella me exitaba más, poco a poco metía más al fondo y más al fondo hasta que sus nalgas impedian qué estubiera más dentro, entonces ella me tomaba de las manos las entrelazaba con las mías y yo comenzaba a embestir suave y despacio acelerando el ritmo y la fuerza, no podíamos hacer ruido así que en el arrebato del órgasmo yo le daba con fuerza estrujando su trasero, sintiendo qué me venía dentro, nos quedavamos así yo dentro de ella y rodeada de mis brazos sintiendo como se escurría el sudor y la humedad de nuestros sexos....
Nos besamos con pasión y al haber saciado el hambre qué nos acosaba, nos quedamos desnudos, tendidos en la cama, sudorosos, en silencio, su cabeza en mi pecho. Ambos concientes de haber hecho algo prohibido, pero que sin duda había sido revelador, esa noche nos dormimos abrazados.
Al siguiente día en compañía de nuestros familiares actuabamos o tratábamos de hacerlo con normalidad, cada uno distante del otro por temor de revelar nuestro secreto, nos lanzabamos miradas en ocasiones nos obsequiabamos una sonrisa o un alzar de cejas.
Me atrevo a decir que ambos sentíamos el impulso por estar cerca del otro, el hambre de sentir el tacto mutuo era abrumador, nublaba mi razón, comencé a observar más su forma de vestir, sus expresiones, la sonrisa cómplice que me hacia desear tenerla desnuda todo el tiempo.
Ella por su parte me atendía de una manera más especial, en los almuerzos ella me servia, en ocasiones usaba mis camisetas, de no ser por el hecho que eramos primos parecíamos una pareja recién casados.
Yo siempre tomaba la iniciativa, por las noches ella estaba vestida con su pijama nos dormíamos y en medio de la noche mientras el sonido del reloj de la sala marcaba las horas, me despertaba entre sus brazos ella ya sin su pijama jugando a estar dormida...me gustaba mucho qué fingiera, se que por su educación y valores Morales la cohibian.
Me encataba despertarla o ponerla exitada, iniciaba siempre lamiendo sus labios vaginales, podía quedarme mucho tiempo alli me gustaba su aroma, el arquear de su espalda cuando hacia una lamida particularmente placentera, ambos estábamos aprendiendo a darnos placer.
La primera vez que le puse mi pene en su mano ella estaba avergonzada y asustada, su respiración estaba agitada
Me dijo: es grande y esta caliente, a la cual respondí con un beso, tome su mano y le enseñe a masturbame, para cuando ya había aprendido el ritmo yo estaba ahogando sus tiernos gemidos con besos y caricias, se mojaba mucho, yo la masturbaba, ella retorcía mi mano entre sus piernas, una vez bien húmeda la giraba de espaldas y nos poníamos de cucharita, sabía que si la penetraba no duraría mucho, así que le ponía mi pene y la rosaba mientras la masturbaba con mis dedos, le lamia el cuello y besaba sus orejas...
En ese punto estábamos sudados ella tenía temblores en sus piernas, finalmente entraba en ella y su expresión era hooo en silencio, al sentir que me deslisaba dentro de ella me exitaba más, poco a poco metía más al fondo y más al fondo hasta que sus nalgas impedian qué estubiera más dentro, entonces ella me tomaba de las manos las entrelazaba con las mías y yo comenzaba a embestir suave y despacio acelerando el ritmo y la fuerza, no podíamos hacer ruido así que en el arrebato del órgasmo yo le daba con fuerza estrujando su trasero, sintiendo qué me venía dentro, nos quedavamos así yo dentro de ella y rodeada de mis brazos sintiendo como se escurría el sudor y la humedad de nuestros sexos....
1 comentarios - Mi Primita part 2