Mi primer cosplay (relato sissy)

Ya pasaron algunos años desde que sucedió esto. Pero todavía recuerdo todo como si hubiera sucedido ayer. Una noche llegué del trabajo, mucho cansancio y aburrimiento. Decidí encender mi pc, y ponerme a jugar mi videojuego favorito, League of Legends, como solía hacer siempre que me aburría, pero después de unas cuantas malas partidas, me harté y me fui.

El aburrimiento continuaba. No sabía que hacer. Como última alternativa, decidí ponerme a ver algún anime, leí en una página web recomendaciones, pero ninguna me interesó, asi que busqué alguno por cuenta propia. Encontré uno interesante, y que me llamó la atención. En él, un chico es obligado por varias chicas a ser feminizado, lo visten como chica y le colocan una peluca para hacerle vivir una vida como si fuera una chica. Me encantó la idea del anime, ya que llevaba un tiempo practicando crossdressing.

Se veía tan bien en esa ropita, con su faldita corta. Hasta que llega un capítulo en que el chico feminizado, asiste a una convención en donde varios hombres se excitan al verlo y quieren tener sexo con él o lo toquetean. Eso me prendió el foquito.

Pasé lo siguientes días buscando por tiendas online, pelucas y vestimentas que sirvieran para parecerme al protagonista trapito de ese anime. Una vez tuve todo, fue momento de conseguir una convención a la cual ir. No encontré ninguna que me interese en mi ciudad o cercanías, por lo que tuve que viajar mas de trescientos kilómetros hasta otra ciudad. Por suerte, me habían dado vacaciones en el trabajo, por lo que no tuve problemas en viajar. Antes de ir, me preparé. Pasé horas entre maquillaje, acomodarme la peluca, vestirme y otros detalles más. Al finalizar, me miré en el espejo. Lucía hermosa. Me parecía bastante a aquel personaje. Di la vuelta para verme por detrás. La pollera era bastante corta, igual que en el anime, Se me llegaba a asomar un poquito del culito, lo que me encantó.

Mi amiga me llamó para avisarme que me pasaba a buscar con su auto para llevarme hasta allá. Ella también se había interesando en el cosplay, sólo que ella estaba como un personaje que no logré reconocer, pero podría decir con seguridad que si iba desnuda, estaría mas cubierta que con ese vestuario.

Finalmente, tras casi cinco horas de viaje. Llegamos hasta la convención. Era un mar de gente, muchos habían ido hasta allí para pasar una buena tarde. Ni bien encontramos lugar para estacionar y bajamos del vehículo, todas las miradas giraron hacia mí. Algunos miraban atónitos, otros miraban babeando y nunca faltan los que miran con asco, pero preferí quedarme con quienes quedaban hipnotizados viéndome mientras se les caían las babas.

Una vez dentro, fue muy difícil movilizarse. Mucha gente, en espacios reducidos hacían muy dificultoso ir de un lugar a otro, muchos empujones y aprietes, combinado con el fuerte olor de varias personas que se habían olvidado del desodorante. Entre la multitud, sentí repentinamente, una mano que no paraba de tocarme las nalgas. Lo hacía constantemente, tocaba, apretaba y me levantaba la falda.

En cuanto salí del problema mayor de gente, dejé de sentir esa mano traviesa y me acerqué a las personas que estaban encargadas de la inscripción al concurso de cosplay. Al finalizar, mi amiga me avisó que antes iríamos a comer algo al maid café que habían armado dentro de esa convención, le pedí que me espere, puesto que antes quería ir al baño.

Ingresé al baño de hombres, puesto que después de todo, era un aburrido joven vestido como chica, ¿no? Estaba vacío, no había nadie más, por lo que creí que podría evitar la vergüenza de orinar de pie en el urinal, estando con esta vestimenta, pero justo empecé a descargar, un hombre entra al baño y se sorprende con lo que ve.

Me sonrojé mucho. Voltié la vista para no verlo, porque la situación me había puesto un poco tensa. Habiendo varios urinales disponibles, él decidió usar el mismo que yo. Me empujó un poco para que ambos orinásemos en el mismo. Bajó el cierre del pantalón y dejó ver su gran pene, tenía un muy buen tamaño, se le notaban mucho las venas y el grosor era considerable.

Mientras vaciaba su vejiga, nunca dejó de mirarme fijamente. En cuanto terminó, usó sus manos para levantarme la faldita y toquetearme un poco. Reconocí en seguida esas manos, son las mismas que me habían estado tocando momentos antes.

Me llevó hasta un cubículo y cerró la puerta. Yo sentía mucha sorpresa por la situación, y un poco de nervios también. Sin decir una palabra, me sentó sobre el retrete, y acercó su miembro hasta mi boca, a lo cual correspondí abriéndola para que ingrese. Mi lengua comenzó, desplazándose suavemente por todo el glande húmedo por su estado de excitación, pero rápidamente, empujó para que toda su verga entrara en mi boca, sintiendo su líquido preseminal en mi garganta, y su glande provocándome algunas arcadas. Pude sentir como su pene se endurecía y crecía un poco más dentro de mi boca, fue algo mágico.

Él quitó su miembro de mi boca, y rápidamente volvió a ingresarlo por completo. Así siguió varias veces. Me generaba muchas arcadas, y en una casi vomito, pero el hombre parecía disfrutar cada vez que metía su miembro en mi boca, asi que supuse que estaba haciendo bien en soportar esas arcadas.

Cuando su pene estaba totalmente cubierto de saliva y muy baboso, él me volteó y me colocó con las rodillas sobre la tapa del retrete, y la cara contra la pared. Me levantó la falda y me quitó fugazmente, la ropa interior femenina que me había colocado debajo. Senti sus manos, masajeando mis nalgas, y cachetéandolas, y posteriormente, sus dedos ingresando dentro de mi ano, tal vez para preparar el terreno, ya que inmediatamente, las quitó e ingresó todo su pene.

En un principio dolió bastante, ya que era de buen tamaño y casi no tenía lubricación en mi ano, mas allá de toda esa saliva. Sorprendentemente, ingresó con mucha facilidad completa. Todo mi cuerpo empezó a temblar y solté unos gemidos fuertes. Sentí un intenso calor recorriéndome desde la cabeza hasta los pies. Era una sensación indescriptiblemente maravillosa que quise que nunca terminara.

Rápidamente empezó con sus movimientos. El dolor iniciar todavía lo sentía, y era mas fuerte con cada penetración, pero al cabo de algunas pocas, ese dolor empezó a decrecer, y se convertía lentamente en una sensación de placer puro. El placer que me generaba, sentir ese gran pene dentro mío moviéndose muy rápido, disfrutando de mi culito, como nunca lo habían disfrutado, haciéndome gritar como loca histérica en cada embestida.

La penetración duró algo de veinte minutos, momento en el que el hombre lanzó una especie de gruñido y descargó toda su leche dentro mío. Ambos estábamos jadeando mucho, pero a diferencia de mí, él se levantó el pantalón y se fue inmediatamente ni bien acabó. Yo, en cambio me quedé un rato para limpiarme el enchastre de su semen, puesto que su eyaculación fue bastante cargada, e incluso cuando retiró su pene, continuaba escupiendo por lo que me cubrió con su dulce néctar.

En cuando terminé de limpiarme y acomodarme el vestuario de vuelta, regresé al café donde me esperaba mi amiga, quien se había preocupado por la tardanza. Le mentí diciéndole que fui al baño porque el intestino llamaba, y después me perdí en el regreso al café.

Justo cuando terminamos el tentempié, se escuchó el llamado para los participantes del concurso de cosplay. Ambas fuimos. Todas las personas que participaron fueron llamadas una por una para subir al escenario y realizar alguna interpretación del personaje.

Cuando me llamaron a mí, en primer lugar, me sorprendí al ver los tres jueces, puesto que uno de ellos, era el hombre que tuvo sexo conmigo en el baño, y no dejaba de verme con una mirada lasciva. Realicé mi pasada, interpretando unos diálogos del personaje. Al finalizar, escuché muchos aplausos, pero aquel hombre, sólo miró su celular.

Al final, se preparó todo para hacer el anuncio de los ganadores. Habría tres ganadores, uno elegido por cada juez, que recibirían el mismo premio. Para mi gran sorpresa, yo fui uno de los tres ganadores, aunque mayor fue la sorpresa aún, al darme cuenta que aquel hombre que me disfrutó en el baño, fue quien me eligió a mí.