Como conté en el relato anterior, mi mejor amiga Agustina se puso de novia y con eso se terminó la historia de casi dos años entre Lucas (mi garche fijo desde mi vuelta), ella y yo. Los chicos pegaron buena onda, así que solemos salir bastante seguido los 4. Pero lo que ninguno de los dos sabe es que ella y yo seguimos manteniendo encuentros a sus espaldas.
Esos encuentros venían siendo cosas a las apuradas, encuentros fugaces en su casa o la mía aprovechando que no había nadie. Unos besos, una siesta corta después de pajearnos, pero no mucho más. Hasta la semana pasada. Organizamos con mis amigas salir a un bar, onda after office. Vale y Agus se prendieron enseguida y por suerte se sumó Camila, que andaba con ganas de despejar la cabeza del lío propio de la maternidad.
Luego de pasar el rato hablando al pedo, como de costumbre, llegó el momento de partir : a Cami y Vale las vinieron a buscar, y nos ofrecieron alcanzarnos. "Yo me pediría otro más..." dijo Agus señalando su copa de gin tonic vacía, y me miró buscando aprobación. Como nos volvíamos las dos para el mismo lado, me quedé a hacerle el aguante.
Valeria miró con una sonrisa cómplice y antes de irse tiró un "ojo ustedes dos solas". Escuché a lo lejos a Camila decirle "pero si están re casadas las dos", como descontando que no íbamos a cazar (como en otras épocas), pero yo sabía a qué se refería ella. Vale sabe de la relación secreta que llevamos (aunque no sabe que la seguimos después de tanto tiempo).
Nos quedamos un rato charlando mientras terminábamos otro gin tonic. La charla no giró en nada relativo sexual. Conversación de amigas normal y corriente de cosas cotidianas (nada que ver con otra noche que nos quedamos solas y nos dedicamos a calentarle la verga a otra mesa de pibes). Cuando salimos, desbarrancó todo.
- Tenés hora para volver? - me preguntó ella
- No... no dije ninguna hora, por?
- Yo le dije a Leo que volvía tarde... y todavía es temprano - me quedé esperando que siguiera porque no sabía donde quería llegar.
Me abrazó y me dio un beso tierno en la mejilla que me desarmó toda. Me mordí los labios y pude presentir lo que quería
- En mi casa están mis viejos... - le dije como ya queriendo frenar todo para no tentarnos de más.
- Si, ya se. Y yo ahora vivo con Leo... pero tengo unas ganas, boluda - me tiró con una voz perversa mordiéndose los labios.
No le contesté nada, pero le tiré un beso casi rozando sus labios. "Vamos a un telo, ya fue" dijo desesperada y arrancó para la esquina a buscar un taxi. Yo quedé descolocada. No iba a ser la primera vez que pise un telo (fui desde antes que ser legal mi presencia ahí, shh), pero nunca me metí a uno con otra chica. "Estás loca" le repetía por lo bajo. Se paró en seco, me agarró las dos manos y se puso cara a cara conmigo.
- Julieta... quiero estar con vos. No hay otro lugar. Y yo quiero comerte toda
- Toda? - le dije sintiendo como mi concha se empapaba y mis piernas se aflojaban
- Toda... Taxi!! - salió disparada para frenar el auto. - para los rosarinos que conocen la zona, fuimos a uno de los telos cerca de la terminal. Para que se acuerden de nosotras si pasan por la zona 😉
En todo el viaje no hablamos ni una palabra. Llegamos, y ahora lo más difícil: entrar al telo. Me sentí otra vez una pendeja que por primera vez se metía a un lugar de esos y se moría de vergüenza. Casi no podía ni hablar. Agus fue la que hizo todo el trámite, aunque se notaba su voz media entre cortada con cagazo también. Entramos a la habitación, a oscuras. Solo una luz tenue en las esquinas. Ella entró primera, yo cerré la puerta y me quedé ahí parada.
- Qué pasa? - preguntó mi amiga, ya sentada en la cama.
- Por qué me trajiste acá? - le devolví la pregunta, pero ya entrando al juego. Despacio, mis manos bajaron por mi panza y empezaron a desabrochar el jean. Agus se levantó y se acercó hasta quedar frente a mi.
- Hace mucho no estamos solas - me dijo tirándome un beso para comerme la boca, pero yo se lo esquivé
- Qué me dijiste... antes de subir al taxi
- Que te quería comer toda
- Toda? - volví a preguntar yo, esquivando la boca de mi amiga y avanzando hacia la cama con ella pegada a mi. Nuestras bocas se rozaban pero ninguna daba el primer zarpazo
- Toda - me dijo; yo le saqué la remera y la tiré al piso. Ella hizo lo mismo y quedamos las dos con los pantalones desabrochados y en tetas.
- Mirá que yo también te como toda, pendeja puta
- Eso espero... me encanta como me chupás la concha, me dejás temblando...
- Ah si? vení acá que te dejo las piernitas temblando, putita - le dije pegándole un empujón hacia la cama. Terminé de desvestirla y fui derecho a su concha.
En sus muslos se notaba el flujo que ya había chorreado de su vagina. Pasé la lengua por toda la parte interna mojada del muslo hasta la concha, que era una laguna. Abrí la boca rodeando toda la concha, moviendo la lengua en círculos para tragarme toda su acabada. Con los labios apreté fuerte el clítoris para luego empezar el golpeteo intenso con la punta de la lengua.
Agus se retorcía de placer. Yo la tenía agarrada de la cintura para pegar su cuerpo a mi boca. Sus manos apretaban las sábanas, gritando desaforada; no tanto del placer de mi chupada sino más bien era un desahogo de tanto tiempo sin estar juntas. "Ay si si si, dale ahí" gritó re loca cuando encontré el ritmo que la llevaba derecho a explotar.
Sus manos ahora se aferraron de mis pelos y apretaba mi cara contra su entrepierna. Un par de lengüetazos más y Agus cerró las piernas temblando apretando mi cabeza. Cuando se calmó me soltó y quedó inmóvil en la cama. Me trepé encima de ella, y cuando estuvimos cara a cara nos besamos desesperadas.
Ella se aferró de mi cola y yo puse mis manos en sus mejillas acariciándola despacio. El beso desaforado fue cambiando a tiernos piquitos. Me fue acomodando hacia un costado, hasta dejarme boca arriba. Su boca bajó por mi cuello hasta que llegó a las tetas, mientras su mano empezaba a pajearme. Primero movió los dedos despacito en círculos y luego descaradamente empezó a penetrarme con uno y después dos dedos.
De golpe, me dio vuelta. Quedé boca abajo con la cola apuntando hacia ella. Me acomodó las caderas dejando el culo empinado. Metió la cara en mi cola, sin dejar de penetrarme la concha con los dedos. Su lengua subía y bajaba. Rozaba mi ano, bajaba a mi concha, luchaba por penetrar mi colita y volvía a chupar los dedos que no dejaban de entrar y salir de mi vagina.
No tardé en acabar. Ella sacó los dos dedos mojados. Terrible cómo quedaron. "Ay boluda mirá esto" dijo poniéndolos entre nuestras bocas. No dudamos un segundo y empezamos a lamerlos, chocando nuestros labios y limpiando todos mis flujos de los dedos de mi amiga. Nos quedamos acostadas y abrazadas abajo de las sábanas un rato. Charlando como si no fuese que estuviéramos en bolas en la cama de un telo a minutos de habernos hecho acabar la una a la otra.
Nuestras manos juguetonas no se quedaron quitas. Ella me agarró las tetas, yo metí la mano entre sus piernas. Y todo arrancó de nuevo. Empezamos a besarnos y pajearnos mutuamente. Mis dedos se movían al mismo ritmo que los de ella. Los gemidos se ahogaban en un beso intenso, con la boca abierta y la lengua penetrándola, con los labios apretándose. Ella se soltó, me acostó boca arriba y bajó su cabeza a mi concha mientras con las manos me manoseaba las tetas.
Se mordió los labios mirándome la concha empapada. Yo la agarré de los pelos y metí su cara en mi concha. Sostuve con fuerza su cabeza mientras levantaba mis caderas. Literalmente, me estaba pajeando en la lengua de mi amiga. Me movía para arriba y abajo, a los costados, en círculos. Estaba usando la cara de mi amiga para darme placer. Dejé todo su rostro embardunado con mis flujos.
Cuando empezó ella a moverse y a chupármela, sonó su celular. "Alcanzamelo, capaz es Leo" me dijo, y yo estirándome hacia la mesita de luz agarré y le tiré el celu. Siguió chupándomela mientras leía el mensaje de su novio. "Le puse que no joda, que me quedo charlando un rato más con vos", dijo y siguió con su trabajo. Segundos y sonó otra vez el teléfono. "Ay que pesado"... esta vez, un audio.
"No tengo problemas en ir a buscarte, amor... no guardé el auto todavía". Más adrenalina para mi cuerpo. Agus se empezó a reír... "Dale, vení a buscarme al telo" Salió de mi concha y se puso encima mío. "Vení a buscarme al telo, pero esperá que quiero que esta perrita se acabe toda en mi boca" me mordí los labios y sentí como mi concha se chorreaba más. No podía calentarme tanto con mi amiga.
Nos acomodamos de tal forma que nuestras conchas rozaran el muslo de la otra. La concha de Agus también estaba empapada. "Ay... esperá.. esperá" saltó ella, agarrando nuevamente el teléfono. "Este boludo es capaz de irse para el bar..." dijo, mientras otra vez apoyaba su concha en mi muslo para seguir pajeándonos. "Querés morbo, Juli?" me dijo con una mirada perversa.
Se frenó un poco en sus movimientos y se quedó como si estuviera cabalgando una pija, pero era mi pierna. Y se movía despacio. "No, lindo... no te preocupes" empezó a mandar un audio. Yo mordí la almohada porque me moría de ganas de gritar, ya que ella rozaba sus dedos en mi concha. "Juli pide un taxi y voy para allá, guardá el auto nomás".
Luego de tirar el teléfono al piso, se pegó a mi cuerpo y seguimos con la paja, pero ahora con franeleo más descontrolado sin dejar de besarnos. Primero acabó ella, gimiendo en mi boca. Cuando se aflojó, empezó a besarme el cuello mientras yo seguía moviendo mi concha en su pierna. Sus labios rozaban mi piel, sentí una electricidad bajar por mi columna y explotar en mi concha.
Apreté la pierna de mi amiga y la abracé temblando. "Ay mi amor... ay mi amor" repetía yo sin poder creer el terrible orgasmo que estaba teniendo. Justo antes de explotar, Agustina se tiró de cabeza a chuparmela. Se agarró de mi cola y con movimientos de lengua descontrolados y fuertes me hizo explotar.
Nos aflojamos un rato, quedando abrazadas sin poder movernos. "Vámonos de acá ya", reaccioné sabiendo que estaba el novio de Agustina haciendo muchas preguntas. Pedí un taxi (de una aplicación que te busca taxis manejados por mujeres, no daba salir del telo y que maneje un tipo), salimos lo más camufladas posibles y rápido nos subimos. Y cada una a su casa.
Primero se bajó ella, y luego terminó el recorrido en mi casa. Entré y casi ni saludé a mis viejos, me fui derecho a mi habitación. Mi cabeza daba mil vueltas. No podía creer lo que había pasado. No tenía dudas que a las dos nos encanta la pija (de hecho, Agustina volvió y se gachó ella al novio como la loba insaciable que es), pero los momentos que estamos solas son especiales. Ya no lucho más contra eso. Y no puedo negar que variar la dieta de vez en cuando no viene nada mal.
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Esos encuentros venían siendo cosas a las apuradas, encuentros fugaces en su casa o la mía aprovechando que no había nadie. Unos besos, una siesta corta después de pajearnos, pero no mucho más. Hasta la semana pasada. Organizamos con mis amigas salir a un bar, onda after office. Vale y Agus se prendieron enseguida y por suerte se sumó Camila, que andaba con ganas de despejar la cabeza del lío propio de la maternidad.
Luego de pasar el rato hablando al pedo, como de costumbre, llegó el momento de partir : a Cami y Vale las vinieron a buscar, y nos ofrecieron alcanzarnos. "Yo me pediría otro más..." dijo Agus señalando su copa de gin tonic vacía, y me miró buscando aprobación. Como nos volvíamos las dos para el mismo lado, me quedé a hacerle el aguante.
Valeria miró con una sonrisa cómplice y antes de irse tiró un "ojo ustedes dos solas". Escuché a lo lejos a Camila decirle "pero si están re casadas las dos", como descontando que no íbamos a cazar (como en otras épocas), pero yo sabía a qué se refería ella. Vale sabe de la relación secreta que llevamos (aunque no sabe que la seguimos después de tanto tiempo).
Nos quedamos un rato charlando mientras terminábamos otro gin tonic. La charla no giró en nada relativo sexual. Conversación de amigas normal y corriente de cosas cotidianas (nada que ver con otra noche que nos quedamos solas y nos dedicamos a calentarle la verga a otra mesa de pibes). Cuando salimos, desbarrancó todo.
- Tenés hora para volver? - me preguntó ella
- No... no dije ninguna hora, por?
- Yo le dije a Leo que volvía tarde... y todavía es temprano - me quedé esperando que siguiera porque no sabía donde quería llegar.
Me abrazó y me dio un beso tierno en la mejilla que me desarmó toda. Me mordí los labios y pude presentir lo que quería
- En mi casa están mis viejos... - le dije como ya queriendo frenar todo para no tentarnos de más.
- Si, ya se. Y yo ahora vivo con Leo... pero tengo unas ganas, boluda - me tiró con una voz perversa mordiéndose los labios.
No le contesté nada, pero le tiré un beso casi rozando sus labios. "Vamos a un telo, ya fue" dijo desesperada y arrancó para la esquina a buscar un taxi. Yo quedé descolocada. No iba a ser la primera vez que pise un telo (fui desde antes que ser legal mi presencia ahí, shh), pero nunca me metí a uno con otra chica. "Estás loca" le repetía por lo bajo. Se paró en seco, me agarró las dos manos y se puso cara a cara conmigo.
- Julieta... quiero estar con vos. No hay otro lugar. Y yo quiero comerte toda
- Toda? - le dije sintiendo como mi concha se empapaba y mis piernas se aflojaban
- Toda... Taxi!! - salió disparada para frenar el auto. - para los rosarinos que conocen la zona, fuimos a uno de los telos cerca de la terminal. Para que se acuerden de nosotras si pasan por la zona 😉
En todo el viaje no hablamos ni una palabra. Llegamos, y ahora lo más difícil: entrar al telo. Me sentí otra vez una pendeja que por primera vez se metía a un lugar de esos y se moría de vergüenza. Casi no podía ni hablar. Agus fue la que hizo todo el trámite, aunque se notaba su voz media entre cortada con cagazo también. Entramos a la habitación, a oscuras. Solo una luz tenue en las esquinas. Ella entró primera, yo cerré la puerta y me quedé ahí parada.
- Qué pasa? - preguntó mi amiga, ya sentada en la cama.
- Por qué me trajiste acá? - le devolví la pregunta, pero ya entrando al juego. Despacio, mis manos bajaron por mi panza y empezaron a desabrochar el jean. Agus se levantó y se acercó hasta quedar frente a mi.
- Hace mucho no estamos solas - me dijo tirándome un beso para comerme la boca, pero yo se lo esquivé
- Qué me dijiste... antes de subir al taxi
- Que te quería comer toda
- Toda? - volví a preguntar yo, esquivando la boca de mi amiga y avanzando hacia la cama con ella pegada a mi. Nuestras bocas se rozaban pero ninguna daba el primer zarpazo
- Toda - me dijo; yo le saqué la remera y la tiré al piso. Ella hizo lo mismo y quedamos las dos con los pantalones desabrochados y en tetas.
- Mirá que yo también te como toda, pendeja puta
- Eso espero... me encanta como me chupás la concha, me dejás temblando...
- Ah si? vení acá que te dejo las piernitas temblando, putita - le dije pegándole un empujón hacia la cama. Terminé de desvestirla y fui derecho a su concha.
En sus muslos se notaba el flujo que ya había chorreado de su vagina. Pasé la lengua por toda la parte interna mojada del muslo hasta la concha, que era una laguna. Abrí la boca rodeando toda la concha, moviendo la lengua en círculos para tragarme toda su acabada. Con los labios apreté fuerte el clítoris para luego empezar el golpeteo intenso con la punta de la lengua.
Agus se retorcía de placer. Yo la tenía agarrada de la cintura para pegar su cuerpo a mi boca. Sus manos apretaban las sábanas, gritando desaforada; no tanto del placer de mi chupada sino más bien era un desahogo de tanto tiempo sin estar juntas. "Ay si si si, dale ahí" gritó re loca cuando encontré el ritmo que la llevaba derecho a explotar.
Sus manos ahora se aferraron de mis pelos y apretaba mi cara contra su entrepierna. Un par de lengüetazos más y Agus cerró las piernas temblando apretando mi cabeza. Cuando se calmó me soltó y quedó inmóvil en la cama. Me trepé encima de ella, y cuando estuvimos cara a cara nos besamos desesperadas.
Ella se aferró de mi cola y yo puse mis manos en sus mejillas acariciándola despacio. El beso desaforado fue cambiando a tiernos piquitos. Me fue acomodando hacia un costado, hasta dejarme boca arriba. Su boca bajó por mi cuello hasta que llegó a las tetas, mientras su mano empezaba a pajearme. Primero movió los dedos despacito en círculos y luego descaradamente empezó a penetrarme con uno y después dos dedos.
De golpe, me dio vuelta. Quedé boca abajo con la cola apuntando hacia ella. Me acomodó las caderas dejando el culo empinado. Metió la cara en mi cola, sin dejar de penetrarme la concha con los dedos. Su lengua subía y bajaba. Rozaba mi ano, bajaba a mi concha, luchaba por penetrar mi colita y volvía a chupar los dedos que no dejaban de entrar y salir de mi vagina.
No tardé en acabar. Ella sacó los dos dedos mojados. Terrible cómo quedaron. "Ay boluda mirá esto" dijo poniéndolos entre nuestras bocas. No dudamos un segundo y empezamos a lamerlos, chocando nuestros labios y limpiando todos mis flujos de los dedos de mi amiga. Nos quedamos acostadas y abrazadas abajo de las sábanas un rato. Charlando como si no fuese que estuviéramos en bolas en la cama de un telo a minutos de habernos hecho acabar la una a la otra.
Nuestras manos juguetonas no se quedaron quitas. Ella me agarró las tetas, yo metí la mano entre sus piernas. Y todo arrancó de nuevo. Empezamos a besarnos y pajearnos mutuamente. Mis dedos se movían al mismo ritmo que los de ella. Los gemidos se ahogaban en un beso intenso, con la boca abierta y la lengua penetrándola, con los labios apretándose. Ella se soltó, me acostó boca arriba y bajó su cabeza a mi concha mientras con las manos me manoseaba las tetas.
Se mordió los labios mirándome la concha empapada. Yo la agarré de los pelos y metí su cara en mi concha. Sostuve con fuerza su cabeza mientras levantaba mis caderas. Literalmente, me estaba pajeando en la lengua de mi amiga. Me movía para arriba y abajo, a los costados, en círculos. Estaba usando la cara de mi amiga para darme placer. Dejé todo su rostro embardunado con mis flujos.
Cuando empezó ella a moverse y a chupármela, sonó su celular. "Alcanzamelo, capaz es Leo" me dijo, y yo estirándome hacia la mesita de luz agarré y le tiré el celu. Siguió chupándomela mientras leía el mensaje de su novio. "Le puse que no joda, que me quedo charlando un rato más con vos", dijo y siguió con su trabajo. Segundos y sonó otra vez el teléfono. "Ay que pesado"... esta vez, un audio.
"No tengo problemas en ir a buscarte, amor... no guardé el auto todavía". Más adrenalina para mi cuerpo. Agus se empezó a reír... "Dale, vení a buscarme al telo" Salió de mi concha y se puso encima mío. "Vení a buscarme al telo, pero esperá que quiero que esta perrita se acabe toda en mi boca" me mordí los labios y sentí como mi concha se chorreaba más. No podía calentarme tanto con mi amiga.
Nos acomodamos de tal forma que nuestras conchas rozaran el muslo de la otra. La concha de Agus también estaba empapada. "Ay... esperá.. esperá" saltó ella, agarrando nuevamente el teléfono. "Este boludo es capaz de irse para el bar..." dijo, mientras otra vez apoyaba su concha en mi muslo para seguir pajeándonos. "Querés morbo, Juli?" me dijo con una mirada perversa.
Se frenó un poco en sus movimientos y se quedó como si estuviera cabalgando una pija, pero era mi pierna. Y se movía despacio. "No, lindo... no te preocupes" empezó a mandar un audio. Yo mordí la almohada porque me moría de ganas de gritar, ya que ella rozaba sus dedos en mi concha. "Juli pide un taxi y voy para allá, guardá el auto nomás".
Luego de tirar el teléfono al piso, se pegó a mi cuerpo y seguimos con la paja, pero ahora con franeleo más descontrolado sin dejar de besarnos. Primero acabó ella, gimiendo en mi boca. Cuando se aflojó, empezó a besarme el cuello mientras yo seguía moviendo mi concha en su pierna. Sus labios rozaban mi piel, sentí una electricidad bajar por mi columna y explotar en mi concha.
Apreté la pierna de mi amiga y la abracé temblando. "Ay mi amor... ay mi amor" repetía yo sin poder creer el terrible orgasmo que estaba teniendo. Justo antes de explotar, Agustina se tiró de cabeza a chuparmela. Se agarró de mi cola y con movimientos de lengua descontrolados y fuertes me hizo explotar.
Nos aflojamos un rato, quedando abrazadas sin poder movernos. "Vámonos de acá ya", reaccioné sabiendo que estaba el novio de Agustina haciendo muchas preguntas. Pedí un taxi (de una aplicación que te busca taxis manejados por mujeres, no daba salir del telo y que maneje un tipo), salimos lo más camufladas posibles y rápido nos subimos. Y cada una a su casa.
Primero se bajó ella, y luego terminó el recorrido en mi casa. Entré y casi ni saludé a mis viejos, me fui derecho a mi habitación. Mi cabeza daba mil vueltas. No podía creer lo que había pasado. No tenía dudas que a las dos nos encanta la pija (de hecho, Agustina volvió y se gachó ella al novio como la loba insaciable que es), pero los momentos que estamos solas son especiales. Ya no lucho más contra eso. Y no puedo negar que variar la dieta de vez en cuando no viene nada mal.
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32 comentarios - Primera vez en un telo... sola con mi amiga
gracias por comentar!
gracias por el aguante!!
gracias por comentar
gracias por comentar!
enjoy: http://www.poringa.net/posts/relatos/3976002/San-Valentin-compartido.html
la atraccion que siento por ella no es fisica. fisicamente me gusta su cara, su mirada... si vamos a lo que les interesa a uds, tetas. pero no es que se destaque mucho fisicamente
gracias por comentar
Diría Guido K "está mal, pero no tan mal"
a través del texto se nota la química que hay entre las dos.
algún día alguna se va a casar, y pagaría por ser expectador de la despedida de soltera 😁😏😁
gracias por comentar!
van puntos
10
10
10
gracias por comentar 😉
me alegro que hayas disfrutado
gracias por tomarte el tiempo de comnetar 😉
_"Querés morbo, Juli?" me dijo con una mirada perversa.
_sus labios rozaban mi piel, sentí una electricidad bajar por mi columna y explotar en mi concha.
Yo no se si sera la edad o cada vez me encanta mas leer tus relatos, pero recuerdo leer 3 o 4 seguidos y despues no aguantar mas, ahora es de a 1 y disfrutarlos a pleno. jajaja cualquier coincidencia con la vida, es mera coincidencia.jajaja Esas parte son mis preferidas. Excelente post. Dejo puntos y fav, gracias por compartir. Besos genia.