Bienvenidos una vez más a esta saga, larga como el mismo anime, larga como esperanza de pobre, larga como... bueno, ya entendieron. Déjenme decirles que es un capítulo cargado de intensidad, va a contar con una famosa pokegirl debutante, con fetichismos que nunca se vieron de forma tan explícita antes y hasta con una mecánica nunca vista.
En el universo de este fanfiction todos los personajes tienen 18 años o más.
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Capítulo 52 La premonición de la psíquica
El viento nocturno mecía mansamente las cortinas refrescando dos cuerpos pegados uno sobre otro, moviéndose al incesante ritmo del sexo. Sus bocas creaban los coros que acompañaba la percusión de sus cuerpos, ella gemía mansamente conteniéndose mientras que la respiración de él, casi sincronizada, dejaba entrever disfrute.
Unas manos femeninas rematadas en uñas bastante largas surcaban una espalda musculosa dejando marcas contra el intimidante tatuaje de un Arbok. Él en cambio, despegó su cuerpo para admirar las enormes tetas de la mujer balanceándose como frutos sueltos en un bote sobre su cuerpo, iluminadas al detalle por la luz tenue de un velador.
Quizás en su afán de conseguir un equipo poderoso había llegado demasiado lejos, no obstante, desde que se propuso acabar con la carrera de Luca (lo poco que quedaba de ella) supo que necesitaba el poder insuperable de un pókemon psíquico para vencerle y sabía a quién podía cobrárselo… además de Misty, la sirena marimacho de ciudad Celeste, Álex había tenido breves y electrizantes duelos con otra maestra célebre de gimnasio, incluso años antes de que conociera a la pelirroja.
Si poder era lo que buscaba era imposible no pensar en ella, una de las mujeres más poderosas del mundo pókemon. Todos en Kanto y Teselia la conocían como Sabrina, la prodigiosa psíquica dadora de la Medalla Pantano de ciudad Azafrán, y esta estaba sometida bajo su incesante empuje que balanceaba sus senos de forma espasmódica.
Solo quienes ostentaban verdadero poder como ella gozaban de ser dominadas en la cama, y en su juventud, supo que Álex era el indicado para eso. Aunque era conocida por muchos, muy, muy pocos la conocían desnuda y en la intimidad del sexo.
- Vamos, más duro, dame más duro… - Exigió la psíquica clavándole las uñas en las nalgas.
El reconocido actor porno era uno de esos pocos, estaba sobre ella, enterrando hasta hacer tope su aún más conocido falo, que según cálculos expertos tenía el triple de minutos de metraje en internet que su rostro. Le estaba dando caña dejándose caer con todo su peso sobre la mujer, que mantenía sus piernas abiertas formando una “M”, no obstante, ella sabía que no lo estaba dando todo.
- ¿Qué pasa? Si no te esfuerzas como es debido no te recompensaré como es debido. – Dijo notando que Álex no estaba al completo con ella. – No puedes engañarme, sé que tienes más que darme.
- La última vez tenía algunos años menos. – Se excusó Álex. - ¿Cuándo fue? Uno o dos años antes de que me pusiera de novio con Misty, creo.
- Sí esa pelirroja te drenó toda la energía desde entonces, no haremos trato, vamos, cógeme duro como antes o lo lamentarás. – Lo amenazó pasándole la uña por el rostro. Estaban pintadas de color azul oscuro y le gustaba usarlas más de lo normal.
- La pelirroja no tiene nada que ver, ya no estoy con ella, sino con Serena… es la primera vez que le soy infiel, lo siento, estoy distraído. – Se disculpó deteniendo su marcha, aunque su pene ya no estaba sólido y había emergido de la vagina de Sabrina casi por su cuenta. – Diría que fue demasiado pronto.
A pesar de que había llegado hasta allí, a pesar de que se habían desnudado y besado con deseo, se habían degustado los cuerpos y comenzado a tener sexo, la idea de que conseguir un pókemon psíquico de Sabrina, uno poderoso, no valía la pena si Serena salía lastimada.
La maestra lo tomó del rostro desde abajo, como si fuera un niño, apretujándole las mejillas y mantuvo contacto visual por unos segundos. Sus ojos centellearon con un resplandor violáceo por unos segundos y el hombre sintió como si un conjunto de imágenes en su mente se proyectase contra su voluntad formando una película a una velocidad imposible.
– Sí… es demasiado pronto. Estás enamorado y los remordimientos ya te están consumiendo. Debes estar realmente desesperado al venir hasta mí. – Acepto Sabrina, volteando el rostro sin poder ocultar su decepción.
Álex rompió posiciones y se sentó en la cama… quizás si le endulzaba la oreja un poco podía salirse con la suya y obtener un pókemon psíquico de todas formas.
– Aunque me guste hacerlo contigo no voy a darte uno de mis tesoros si me dejas a medias, no… ni siquiera estoy a medias, no estoy ni a un cuarto de la satisfacción que esperaba obtener. Por lo que me diste no obtienes ni un Drowsee sin entrenar, uno recién atrapado en la ruta 11.
El hombre suspiró resignado, no podía ocultarle nada a Sabrina.
- Mi cuerpo lo sintió muy bien en un principio, no podría haber sido mejor, mi mente en cambio lo empezó a sufrir porque le fui infiel por primera vez. Los remordimientos y la idea de que ella duerme plácidamente creyendo en mi mentira me carcomió por completo…
Le había dicho a Serena que estaría en una reunión con los viejos integrantes de su pandilla de motociclistas los Venom Riders, algo así como un reencuentro de amigos de preparatoria, aunque con mucho alcohol, chistes obscenos y pókemon mal entrenados.
- No me hagas rogar, no es mi estilo hacerlo, vamos, si ese combate es tan importante amerita un sacrifico. – Expresó Sabrina pasando uno de sus afilados dedos por su hombro y su tríceps.
- Es importante para mí, sino no estaría siéndole infiel. Duke, Guzma el resto de actores de experiencia y yo tratamos de inculcarles valores a los jóvenes, intentamos diferenciar a Pokeporn del resto. No tratamos a las actrices como basuras, no las estafamos, no las despreciamos, por más que una vez que la cámara comienza a filmar nos volvamos unos cerdos… lo que le hicieron a Giselle fue espantoso y no puede quedar impune, ella era una buena compañera, querida por todos y lo que Luca hizo debe pagarlo.
- Que noble, demasiado noble para un entrenador de puros venenosos. – Dijo Sabrina girando sus ojos, sintiendo que la excitación de la noche se diluía irremediablemente.
- Sé por experiencia que los “venenosos” como los llamas causan menos problemas que tus mentalistas. – Le contestó afilado, volteando para ver a la mujer desnuda una vez más.
- Auch. Aun así, viniste a regalarte en una noche de sexo a cambio de un mentalista, uno poderoso por cierto… que decepcionante, aun cuando sabes que una noche de sexo salvaje es la cura perfecta para mis migrañas, un buen revolcón me ayudaría a conciliar el sueño por semanas…
- Lo sé, lo sé, entiendo que te es difícil dormir, enfocarte, relajarte.
- Sigh, exacto. Con los años mis poderes se incrementaron a la par que todas sus desventajas. – Confesó. – Cuando me acosté contigo hace tantos años y descubrí que gracias al sexo podía mitigar todos los maleficios de mis poderes creí que había dado con la cura a todos mis problemas.
- Lo fue por un tiempo bastaste largo. – Expresó rememorando los años en los que él y Sabrina tenían intimidades candentes casi dos veces por semana. – Lamento que las cosas se complicaran y nos hayamos separado, hoy de verdad creí que podía serle infiel y darte lo que tanto te gusta a cambio de uno de tus pókemon.
- Nada me sorprende, supe al verte llegar que las cosas no saldrían como lo planeado. Sentí una turbulencia que no sentía cuando te veía.
- Antes todo era más fácil ¿Verdad?
Todo había comenzado cuando Nidorino evolucionó a Nidoking gracias a la piedra lunar y su entrenador lo bautizó como Bulldozer, Álex contaba con que su poderoso ataque de tipo bicho, mega cuerno (potenciado por un polvo plateado) podría hacerlo acreedor de la Medalla Pantano de Sabrina, una joven Sabrina que recién comenzaba a coquetear con sus poderes psíquicos y le había quitado la concesión del gimnasio al tipo lucha.
En ese entonces el gimnasio de Ciudad Azafrán contaba con un innecesario e incómodo sistema de teletransporte diseñado para desorientar a los recién llegados, que debían teletransportarse en el orden correcto de dispositivos para dar con la mentalista. Le dio al joven aspirante a maestro del tipo veneno toda clase de dificultades, tuvo que abrirse paso a través de exorcistas (entrenadores de pókemon fantasma) médiums (entrenadores de pókemon psíquicos) y algún que otro entrenador que se creía cool en ese entonces.
A pesar de contar con un equipo compuesto de pókemon veneno, se abrió paso muy bien a fuerza de mega cuernos de Nidoking y mordisco e impresión de Golbat. Resolvió el laberinto cuadriculado del gimnasio atravesando las plataformas de teletransporte en orden hasta llegar a la peli verde que lo aguardaba en una inmensa arena compuesta de bloques de cerámico que hacían de plataformas de diversas alturas. Eran ideales para que sus pókemon se teletransportaran sin esfuerzo de un bloque a otro alrededor de la arena principal. Álex subió unas escalinatas hasta dar con su plataforma, varios metros por debajo de la de Sabrina, que observaba todo desde lo alto de su bloque con una postura imponente, casi de emperatriz.
- Sabía que vendrías... Hace tres años tuve una visión de tu llegada. Tú lo que quieres es mi medalla y aunque no me gusta luchar mi deber como líder es conceder medallas a todo aquel que se lo merezca. Como eso es lo que quieres, te mostraré mis poderes psíquicos.
En ese entonces, lucía más sobria y con menos piel descubierta que nunca. Llevaba un traje de cuerina con hombreras, mangas largas y una minifalda color rojo sangre. Las botas, del mismo material y color, estaban rematadas en puntas amarillas como las mangas de su traje y su cinturón, que evocaban la coloración de la medalla que otorgaba. Por último, su ombligo estaba cubierto por una blusa negra de cuello alto y sus piernas por una calza del mismo color. Estaba muy lejos de su futura vestimenta de artista o la que ostentaba en la última visita de Álex.
Las cosas no salieron muy bien para Álex desde un principio. La estrategia de reducción, más armadura ácida e incienso suave de su su Grimer (“The Blob”) con la que lo volvía una masa indestructible e inalcanzable, no pudo concretarse ya que le dieron tiempo al Mr. Mime de Sabrina a colocar reflejo y pantalla de luz en todas las plataformas de la arena. Para cuando Grimer quiso contraatacar con tóxico, Kadabra entro en escena y ni su armadura impidieron que un par de psicorayos lo dejaran casi derrotado… para colmo su spray tóxico no logró impactarle por culpa de las barreras invisibles y se chorreó hasta el suelo.
Álex vio a ese imponente pókemon de finos bigotes en una de las plataformas más altas, mientras que su Nidoking, recién salido de la pokebola, le rugió desafiante desde lo bajo, listo para batallar.
- ¿Otro pókemon veneno? Tienes que estar bromeando, estás demasiado crecidito como para cometer semejantes errores. – ¡Kadabra, psicorrayo, ahora!
De la cabeza del pókemon psíquico, un rayo de ondas circulares como anillos salió disparado y Nidoking pudo enterrarse en su bloque de cerámico antes de que fuera alcanzado, haciendo un escándalo tremendo al quebrar el cerámico además provocar un temblor en toda la arena.
- Espero que sus grandes cerebros les ayuden encontrándolo, con su cuerno pude cavar incluso atravesando roca sólida. – Dijo Álex cuando la polvareda se disipó, con una rodilla en el suelo, casi cayendo por culpa del ruidoso escape de su pókemon.
- Menos mal que con nuestros poderes podemos reconstruir la arena, sino los destrozos irían a tu cuenta. – Se molestó Sabrina viendo el inmenso agujero en el suelo. - ¡Kadabra, usa paz mental, despeja tu mente para predecir su siguiente movimiento!
Su obediente pókemon frunció el ceño y acercó su cuchara a la estrella roja de su frente, emanando ondulaciones luminosas, no obstante, el boque en la que se encontraba comenzó a temblar y resquebrajarse, casi al instante, Nidoking emergió como un demonio del infierno teniendo a Kadabra frente a frente entre una nube de polvo y rocas…
- ¡Mega cuerno! – Gritó Álex acertando a su predicción.
El golpe fue demoledor. Kadaba, uno de los pókemon más ofensivos y al mismo tiempo, frágiles, sintió el impacto de lleno, impactó contra las barreras psíquicas dejadas por Mr. Mime rompiéndolas desde adentro como si fueran cristal y fue atrapado en el aire por una pokebola flotante ya debilitado.
- Vaya, muy inteligente, al ingresar a su plataforma desde abajo las barreras que dejó Mr. Mime fueron inútiles… - Admitió Sabrina, atrapando la pokebola en una lluvia de cristales holográficos que dibujaban extraños resplandores en las paredes. Parecía estar atrapada en un caleidoscopio. –Que sorpresa… no predije del todo bien el resultado de la contienda.
Luego el destino le volvió a sonreír al motoquero pendenciero, ya que Mr. Mime regresó a la batalla y no pudo construir más ilusiones defensivas. Nidoking cavó un nuevo túnel hasta emerger en el nacimiento de la plataforma de Mr. Mime y con un contundente colazo férreo que sonó como el tañido de una campana hizo tambalear y caer al pókemon mimo…
- ¿Es que estás empecinado en destruir mi gimnasio? Maldito pendenciero.
- ¡Mega cuerno! – Repitió Álex, viendo como su pókemon insignia saltaba girando en pleno aire impactando a Mr. Mime en el aire… y en el aire se dio la siguiente contienda.
Golbat entro en escena, fresco, veloz y con ganas de brillar. Este no tuvo problemas en sobrevolar la arena y vencer a fuerza de ataques ala al Venomoth de Sabrina e un combate aéreo vibrante. El pókemon bicho/veneno era una curiosa elección para un gimnasio psíquico, pensó en ese momento Álex.
- Sí, sí, lo sé, es que es tan linda, esta mariposa es una de mis debilidades, te aseguro que será la última debilidad, de ahora en más conocerás mi verdadera fuerza. – Expresó capturando a su Venomoth derrotada.
- ¿Puedes leer los pensamientos? Que miedo…- Admitió pensando a propósito toda clase de obscenidades al ver desde abajo la voluptuosa cadera y el tamaño de sus senos que estiraban la cuerina de su traje. Sabrina lo notó, se ruborizó y volteó la cabeza.
- Todos ustedes son unos vulgares… vas a pagar por tener semejantes ideas ¡Puedes dejar de pensar en eso! ¡Es obsceno! ¡Argh, ¡Abra, ve, démosle una lección!
El pequeño pókemon dormilón, con mínima semblanza de un fénec, cayó a la arena con su habitual apariencia desinteresada e inofensiva.
- ¿Un Abra? Eso no estaba en mis cálculos, no debo confiarme ¡Golbat, mordisco! No quiero sorpresas…
La primera sorpresa fue que el pequeño pókemon se teletransportó y la dentadura de Golbat impactó el cerámico una y otra vez hasta que sus dientes quedaron a la miseria, perdiendo sangre de a chorros en una escena de película de terror. Fue en ese momento que Álex supo que había abusado de la buena fortuna, el pequeñín eludía cada ataque que Golbat intentará asestarle, desde ataques alas, hasta impresión y rayos confusos. Cuando quedó tan cansado debido a fallar una y otra vez, Abra se apareció sobre él y con un ataque psíquico súper efectivo derribó al gigantesco murciélago, quedando este desparramado en la arena con Abra sentado encima.
- IVs casi perfectos, naturaleza modesta, mineral evolutivo, mi Abra es mi comodín, me lo reservó para brabucones mal pensados que encima creen que se saldrán con… ¡Puedes dejar de pensar en hacerme eso, no va a pasar!
- Que carácter empantanado… me gusta eso. – Susurró, sabiendo que Sabrina lo escucharía de todas formas. – Aunque lo que no me gusta es ese Abra, bien, tengo entendido que tiene 4 pókemon, es tú última opción, Grimer, ya sabes que hacer. – Dijo dejando salir a su pókemon veneno una vez más, casi debilitado, aunque con una estrategia más que interesante.
- ¿Otra vez ese montón de gérmenes? Bien, veamos si logras sorprenderme o la resolución de esta contienda ya está predicha.
- “The Blob” te va a demostrar a no confiar tanto en tus predicciones… ¡Usa legado!
- ¡Blaaaaaarhg! – Exclamó Grimer con su expresión estúpida, a la vez que una energía maligna oscura como una sombra abandonaba su cuerpo rumbo a su rival. Si la estrategia de Álex funcionaba el último pókemon de Sabrina quedaría con sus ataques físico y especial reducidos a 0, aunque Grimer se sacrificaría en el proceso.
- Doble equipo. – Susurró Sabrina y su pókemon comenzó a moverse de izquierda a derecha a una velocidad vertiginosa, parecían varios Abra mezclándose en el aire como un mazo de cartas, formando una silueta borrosa del mismo, como un holograma muy difuso. El ataque de “The Blob” cuando parecía que alcanzaría al pequeño pókemon psíquico, pasó de largo esfumándose como una bocanada de humo y Grimer se debilitó en vano. – Como lo predije.
- Carajo, bueno, todo por el todo, vuelve a la arena, Bulldozer, pongámosle un poco de fuerza bruta a la pelea…
- Es inútil, se te acabó la suerte de principiante ¡Abra, doble equipo!
Sabrina mostró su lado más ofensivo atacando a Nidoking sin piedad, el pequeñín era imposible de alcanzar con el mega cuerno y menos con cola férrea. No necesitó más que teletransportarse a la espalda del pókemon taladro para asestar un psíquico directo a la cabeza que lo dejó fuera de combate.
Habían sido dos “headshots” consecutivos.
- En circunstancias normales respeto mi código de honor de no usar más pókemon que mi rival, no obstante, no pienso perder teniendo un solo pókemon que vencer. – Dijo Álex mirando a su cinturón de cuero, contando con dos pokebolas. Uno era un Weedle que jamás se preocupó en entrenar con seriedad, por lo que era inútil en todo sentido, el otro… quizás podía forzar la suerte una vez más.
Una pokebola se abrió y un pókemon planta/veneno con forma de campana amarilla con dos hojas a los lados emergió de la luz de la misma.
- Eso es bastante desesperado, estás tirando a la arena las sobras de tu equipo ¡Abra, esta pelea se extendió demasiado, remátalo! Tengo cosas más importantes que hacer que leer pensamientos obscenos por accidente.
- Para ser alguien que odia pelear te pusiste muy belicosa, Weepinbell, usa ácido, intenta no fallar por favor.
Weepinbell no falló una, ni dos, sino más de cinco veces. La arena quedó la parte de atrás de un local de comida chatarra, con el cerámico blanco recubierto de una pasta pegajosa y burbujeante que llenaba el lugar de un olor acre, a fruta fermentada y carne podrida… lo que ninguno, ni la psíquica pudieron prever fue que en el siguiente intento sus vidas quedarían entrelazadas para siempre.
Abra jugaba con él, eludiendo el jugo ácido a último momento para humillar a Weepinbell. El pókemon planta abandonó el pacifismo propio de su tipo y, enfurecido por ser burlado, disparó un último y potente disparo sin darse cuenta de que Abra estaba frente a Álex y al teletransportarse, roció por accidente a su propio entrenador que, tan sorprendido como dolorido, cayó del bloque marmóreo por la escalinata dándose tumbos terribles envuelto en ácido hasta chocar su cabeza violentamente contra el suelo, abriéndosela.
Álex perdía la visión, comenzaba a ver borroso mientras sentía la sangre manar de su cabeza. Para colmo sentía el ácido de Weepinbell carcomiéndole la chaqueta de cuero, el pantalón, haciéndole arder la piel de manera espantosa… Lo último que vio ese día fue a una preocupada Sabrina llegando en su socorro, gritando palabras que no alanzó oír mientras le sacaba la ropa consumiéndose contra su piel…
- Te quedaste paralizado, como recordando. – Le dijo Sabrina, de vuelta en el presente.
- No necesito decirte lo que recordaba. Nuestro primer combate, como caí de mi plataforma y me di la cabeza tan duro que quedé inconsciente… lo que vino después nunca lo voy a olvidar ni con veinte caídas como esa consecutivas.
Sabrina, dispuesta a tener su revancha se arrodillo frente a él mientras le refrescaba la memoria. Ella recordaba lo que ocurrió después al detalle tanto como él.
- Despertaste en esta misma cama dos días después, vendado, sin ropa, solo con una sábana cubriendo tus partes íntimas mientras te limpiaba el cuerpo con una esponja, te conté que estabas fuera de peligro, que el ácido no iba a dejar cicatriz porque en tu caída por la escalera lo desparramaste casi todo, que igual debías hacer reposo y, mientras te hablaba… noté como la sábana estaba levantada más de veinte centímetros a la altura de tu entrepierna, tenías la erección más grande que vi en mi vida y no pude contener las ganas de bajar la sabana.
En eso, la maestra escupió en el pene de Álex y lo cubrió con su saliva usando su mano, desde el glande hasta las bolas. Lo tenía algo flácido debido al extenso intervalo, aunque no estaría a media máquina mucho más. Tomo sus grandes tetas, envolvió la polla y comenzó a masturbarlo rítmicamente, manteniendo el miembro bien apretujado entre ellas.
– Yo también pienso mucho en nuestro primer encuentro, quizás debamos viajar al pasado para obtener buenos resultados. ¿Recuerdas ese día tan bien como yo? ¿Cómo te descubrí la erección y te dije que temía de que el veneno se te hubiera metido adentro?
- Dijiste algo como… “Una muerte en mi gimnasio dañaría mucho mi imagen y se vería espantoso en los registros, tendré que sacarte todo el veneno a como dé lugar.”
Las tetas de Sabrina eran cálidas y blandas, de la piel más suave posible, tenía dos grandes pezones rosados inflados por la excitación, la saliva no hacía más que aumentar la fricción y subir la temperatura… estaba haciendo efecto en tiempo record.
- Fue el verdadero nacimiento de White Sting, la inspiración me vino por ese episodio, cuando me la mamaste una y otra, y otra vez con la excusa de salvarme la vida, dijiste que me succionabas el veneno cuando en realidad no dejabas de tomarte mi leche. – Confeso mientras sentía un nuevo chorrito de baba cayendo en su glande, firmemente apresado entre dos grandes globos de piel.
- Descubrí que mientras succionaba un pene y su sabor y el del semen se impregnaban en toda mi boca mis migrañas desaparecían, el sexo me liberaba de todos los efectos secundarios de mis increíbles poderes, mientras más puta me comportaba y más gorda era la verga, más tiempo podía conciliar mis talentos.
- De acuerdo, de acuerdo, hare un sacrificio. Solo espero que esto nunca se sepa…
Álex cargo un bolo de saliva, blanco y abundante y lo escupió entre las tetas de Sabrina, para lubricar su falo, aceptando que sus esfuerzos por un segundo round rindieron frutos. Volvía a estar erecto, a toda máquina, y algo resignado, tomó la cabeza de Sabrina para conducirla a su miembro para que lo succionara.
Tanto ella como él siguieron salivando hasta dejar los senos perfectos de la peliverde brillantes y pegajosos, ambos comenzaban a sentir el delicioso olor de la saliva potenciado por la fricción del pene contra la piel. Lugo de que lo masturbara con sus tetas y su boca por varios minutos, Álex la tomó del rostro y le estampó un jugoso beso.
- Me encanta el olor de la saliva, te quedaron las tetas bien olorosas. – Le dijo tras probar el gustito que le había quedado en toda la boca. - ¿Podrías hacer ese truquito que hiciste la última vez?
- ¡Mis poderes no son un juego! Sigh... pero como aceptaste ponerle dos grandes cuernos a tu novia por darme mi medicina, voy a tener que hacer unas concesiones extra…
Sabrina puso una mano en cada pierna de Álex y tras cerrar los ojos, comenzó a bambolear sus tetas ayudándose de sus poderes telekinéticos. Tanto sus ojos como sus pechos se rodearon de un resplandor violáceo. El hombre sintió a su miembro estrujarse con fuerza entre la piel salivosa de Sabrina, al parecer aún le costaba ajustar un poco la fuerza y tardaba unos minutos en calibrarla.
- ¿Cuántas vergas a la vez puedes masturbar a la vez con tus poderes?
- Pervertido. Siempre usando el ingenio para tus ideas obscenas… y la respuesta es no lo sé. – Menciono muy ruborizado por estar usando sus poderes para que sus tetas gordas lo masturbaran. Intentaba concentrarse en encontrar la velocidad y el apriete adecuado.
- Tendrías que venir a Pokeporn a comprobarlo, tienes experiencia en la actuación, no sería nada nuevo para ti.
- Seria muy nuevo para mí, ser actriz no tiene nada que ver con masturbar a varios tipos con telekinesis, tienes una idea corrompida de lo que es la actuación.
- Puede ser, a veces veo buenas historias para el porno en donde no debería, no me molestaría que lo intentaras con unos diez para empezar, con o sin cámaras. – Continuó salseando a la psíquica con sus ideas pervertidas… la conocía muy bien, no solo optaba por el famoso White Sting para darse un vulgar revolcón por sus legendarias proporciones, también por su amplio repertorio de buenas y alocadas ideas.
- De seguro te gustaría, verme abusada, quebrada por varios simios como tú, hasta hacerme olvidar no solo de mis poderes sino de mi nombre, me dejarían catatónica de tantas cogidas sin pausa… - Sin que se diera cuenta, los poderes de Sabrina se incrementaban. - Tantas a la vez como les sea posible, de a 3, de a 4, quizás de a 5 si alguno de mis hoyos resiste dos vergas al mismo tiempo, mientras los que no pueden profanar mis orificios me bañan con sus fluidos sexuales incontables veces hasta que aaaaah, aaah, aah, por Arceus, no puedo soportarlo.
La velocidad y la fuerza de la telequinesis se aceleró, Álex lo había logrado, estaba entrando en trance. Comenzaba a dominar sus poderes por completo.
- ¡Vamos, dame tu leche, vamos! – Dijo apretujándose los pezones casi de forma violenta. – Te exprimiré la polla como a una baya latano si no me das tu leche ahora, aaah, aaah, aaah.
- ¿Mi leche? ¿No es vulgar para alguien de tu fama y poder recibir leche de un pervertido actor porno en las tetas?
- ¡Ahora! – Exigió y los muebles de la habitación temblaron mientras sus tetas se movían a una velocidad imposible. Era peligroso no darle lo que quería en ese momento de excitación máxima, Álex había entrado a la jaula de los Pyroar, había comenzado a hacer los trucos y las bestias respondían, si no les daba la recompensa lo devorarían. Sabrina era peligrosa y no iba a soportar una nueva decepción.
Su pene estaba apretujado con tanta fuerza que el semen brotó de su glande como un disparo de arma, un chorro jugoso y cargado llegó casi al techo mientras que las siguientes emanaciones encontraron el rostro de Sabrina y, por supuesto, se chorrearon en todas sus tetas, formando una mezcla más que interesante con la pasta salivosa que las cubría (tanta fricción había convertido a la saliva casi en pegamento). Las últimas eyaculaciones salieron sin fuerza, blancas y espesas y se le metieron entre ambos senos.
Sin previo aviso, para no darle descanso ni a su miembro ni a ella, Álex la tomó de los pelos con ambas manos y le metió la verga hasta la garganta. Sabrina dejó que usara su boca y violentara hasta su campanilla por varios minutos. Sin piedad cogió su cabeza reteniéndola de los cabellos con fuerza, hasta sentir su saliva chorrear por su tronco rumbo a sus testículos.
- Eso es, sé que te gusta que te traten así, como toda una puta, vamos a calmar a esos molestos poderes. – Mencionó manteniendo su pene casi hasta la mitad de su garganta, pujando para meterla incluso más allá de sus cuerdas vocales… por increíble que pareciera, iba ganando terreno.
- Gggggk, ggggk, gggk… Aaagck. - A pesar de que el hombre sintió que hacía arcadas no la soltó y la mantuvo sometida al extremo por varios segundos. Sabrina le golpeteó el muslo por clemencia y ni aun así la dejó respirar. Para cuando desenfundó su polla de súbito, Sabrina quedó irreconocible: agitada, despeinada, con el mentón brillante de saliva, muy sudorosa. Sus ojos también habían dejado caer algunas lágrimas y de su nariz había brotado mucosidad.
- Vamos que no termine, quiero darle una visita a tu útero…
Con violencia, sin dejarla reaccionar, la arrojó a la cama y sobre ella, sin siquiera calcular, tan solo empujando, comenzó a cogerla tomándola de los pelos, dejando caer su monumental cuerpo de más de metro noventa sobre ella, que, hundida en el colchón, gemía con la voz quebrada.
- Aaah, uuuaaaaah, uuuaaaha, aaah, aaah, ngh, ngh, ngh, ngh, nghaaaa…
- La mujer con el coeficiente más alto de Kanto y quizás del mundo, no encontraba ni una palabra que decir.
Álex la zamarreó por toda la cama una y otra vez, la cogió cayendo sobre su espalda, ensartándola hasta sentir su cérvix dilatándose peligrosamente, haciendo todo un escándalo cada vez que sus músculos golpeaban sus suaves y grandes nalgas. Le dio de perfil izquierdo, abrazado a una de sus piernas y luego de perfil derecho, agarrándose a la otra. Luego la volteó para penetrarla de frente, apretujándole las enrojecidas y pegajosas tetas con las manos.
- Mmm amo el olorón a saliva y semen que desprende tus tetas, quedaste muy sucia, incluso tenes mi leche en el rostro, vaya puta.
- ¡Siii, si, si, más fuerte, dime más cosas, más sucias, más! ¡Máaaaas! – Chilló cuando su glande pasó el orificio de su cérvix en varios centímetros y lo mantuvo así, estirado. La mujer puso los ojos en blanco mientras arqueaba su cuerpo de manera casi convulsa.
- A mi novia también tuve que sacarle lo puta de adentro a fuerza de cogidas, lo tenía bien escondido, creo que es mi especialidad, volverlas a todas ustedes mis putas, si logre que ella que era una princesita amanerada se volviera mi vertedero de semen puedo hacerlo contigo.
- Sí, sí, ah, ah, aaah, verte tu semen en mí, llena mi útero… necesito de tu leche, si no me la das la tomare por mi cuenta. – Lo amenazó tomándole los testículos con la mano a modo de intimidación.
La tenía donde quería, sometida a sus propios impulsos más internos, más intestinales, el lado más oculto de Sabrina había aflorado así cómo había hecho surgir el de Serena y tras darle empellones violentos por casi diez minutos, en los que su glande había dado un vistazo con su ojo a su interior, volvió a atravesar su cérvix para eyacular aun en mayor cantidad que el primer orgasmo, asegurándose así que cada gota de su segunda descarga fuera a parar a su útero tapizando sus paredes con su blanca descarga. A pesar de que podía considerarse una misión cumplida, Álex podía tener un 3er round.
- Creo… que con esta medicina voy a poder estar bien por unas semanas. – Susurró Sabrina, con un hilo de voz, no obstante, White Sting, jugando con fuego, le indicó que no había terminado.
- ¿Semanas? Estoy en pareja, no puedo venir en unas semanas y serle infiel de nuevo, tendré que asegurarme de que esos molestos efectos secundarios no vuelvan en unos meses.
El hombre acomodó a Sabrina en posición de Growlithe, con las clavículas pegadas al colchón y el trasero bien en alto, servido para él, trasero que abrió para verle el precioso ano.
- Siempre me gusto tu culito, el detalle de que es bastante oscuro a pesar de que tu piel es muy blanca. – Le dijo admirando su asterisco grisáceo y grande. - ¿Este es el famoso 3er ojo del que presumen ustedes los psíquicos? ¿Aquí se canalizan tus poderes?
- ¡Claro que no! – Se quejó hundiendo su rostro en la cama, muy avergonzada de estar en esa posición tan vulgar con el hombre admirándole el hoyo, una postura en la que nadie se imaginaría que una mujer como ella sería puesta. – Haz lo que tengas que hacer, solo deja de decir esas cosas tan absurdas… y deja de mirarme fijo ahí como si te tuviera hipnotizado.
- Es que me hipnotizan, en serio, es la parte más secreta y privada de una mujer, amo observarlas, mirarles el culo es conocerlas a fondo. – Sabrina refunfuño de fastidio. - De acuerdo, de acuerdo, voy a hacerte eso que imaginaba para distraerte en nuestro primer combate, no te impacientes.
Álex estiró un poco más asterisco y se dispuso a comerlo, frotando su nariz y su boca con fervor hasta sentir bien su olor, luego hundió su lengua en él lo más que pudo, besándolo con ahínco haciendo sonidos de succión demasiados obscenos hasta para ciertas producciones de porno… si hubiera replicado esos sonidos en alguna producción se hubieran considerado demasiado distractivos.
Cuando sus apetitos anales estuvieron satisfechos (como a los 10 minutos) presentó su herramienta de carne una vez más, esta vez ante el orifico que le quedaba por pugnar, frotando su miembro por toda su profunda hendidura, sintiendo su temperatura febril, empapando su glande con el sudor acumulado entre sus carnes.
Sin aviso ni permiso, hundió su cabeza seguida del duro tronco, que se deslizo por el áspero anillo hasta que encontró tope, entonces Álex adelantó las piernas y empujó un poco más, sin parar hasta que su legendario estuviera totalmente atrincherado en su recto, expandiendo cada milímetro del mismo como una media llena.
- Aaaah, aaah, aaah, ahora entiendo tu método… el dolor de culo me va a hacer olvidar el dolor de cabeza, por Arceus… - Se quejó Sabrina escupiendo saliva accidentalmente, con la cara enrojecida por frotarse contra la sábana. Lo que no fue accidental, fue que el hombre comenzó a pujarla hasta exprimirse las bolas contra su vagina, hasta pudo sentir su ardiente humedad empapándole las bolas.
A pesar de sentir su culo apretado y hasta rasposo, no se contuvo y meneó su cadera para cogerla a cada vez más velocidad, de pie sobre ella, dejándose caer con su peso, manteniéndole el culo abierto con las manos. Álex, aunque era maleable en la cama, tenía mucha brutalidad contenida en su interior debido a que Serena no estaba lista para esa clase de rudeza. Quizás en un futuro, no obstante, en esos días cercanos a su debut pornográfico no podía desquitarse con ella de esa forma, quizás hasta no lo resistiría y tendría que posponer su gran día.
Sabrina, en cambio podía resistirlo, de hecho, ella de querer se lo podía sacar de encima en un pestañeo, era él quien la servía a ella en realidad, la mujer sabía que sus sentidos se alineaban después de una noche semejante, el sexo era como una purga de todas las impurezas mentales que su mente y cuerpo acumulaban, aunque sintiera su recto al borde del desgarro, se dejaba taladrear de manera bestial, sin miramientos, casi como si hubiera perdido toda su personalidad arrolladora y se hubiera vuelto una simple muñeca vacía.
- Amo tu culo, Sabrina, tienes un culo fantástico, a toda prueba. - Expresó retirando el pene de súbito, quedando a la miseria, muy cubierto de “desperdicio” cosas a las que estaba acostumbrado.
- ¿Eres actor porno o un niñato virgen? ¡No te me quedes mirando al agujero como si nunca hubieras visto uno!
Al hombre no le importo, con sus manos estiró aún más las nalgas para admirar el enorme boquete, que mantuvo abierto con las manos: – Es que Serena no podría resistirlo, de hecho, tengo que contenerme con ella, no quiero romperle el anillo antes de su gran debut, soy afortunado de poder desquitarme con tu culo como si fuera descartable. – Dijo volviéndosela a meter, haciendo fuerza cada vez que sentía un tope para seguir avanzando, la cavidad debía amoldarse a él y no al revés.
- Nnnngh, hijo de puta… creo… que te estás excediendo, te voy a exprimir las bolas, las haré explotar como globos de helio aaaaaah, nnnnngh…
- ¿Si? ¿Recién te das cuenta que me excedo? Te estás volviendo muy estúpida ¿Y luego quien te daría tu medicina he? Parece que ese IQ del que te gusta jactarte bajo a números negativos. – Se rio mientras retomaba el intenso vaivén sobre ella, haciendo rechinar el colchón de manera peligrosa, así como peligroso era mantener a Sabrina sometida tanto tiempo, con casi 30 centímetros de carne erecta metiéndose a contra mano por su culo, una y otra y otra vez.
Cuando parecía que había terminado, tan solo fue un cambio de posición. Otra cosa que aún no podía hacer con Serena y esperaba hacerle algún día, un portentoso anal en full nelson, esa brutal posición que la mantenía abierta de piernas con sus musculosos brazos a la altura de la corva (la cara opuesta de la rodilla) atenazándolas aferrándose a su nuca como una pinza.
A pesar de ser una pose compleja, digna del Wrestling que practica Magna, la luchadora de Sinnoh, Álex la ejecutó a la perfección a pesar de la voluptuosidad de ella.
Paf, paf, paf, paf, paf, paf... sonaban ambas carnes en continuo rumbo de colisión. Aunque era una pose que estaba entre sus predilectas, hacía mucho que Álex o White Sting no realizaba un full nelson tan exquisita, tan perfectamente ejecutada que el pene y el culo parecían haberse construido para conectarse de tal forma.
- Aaah, aaah, aaah, aaah, duele mucho, aaaah, en serio… termina o lo tapizare las paredes con tus sesos… - Amenazó a duras penas, escupiendo con cada palabra, empapada en saliva, semen y sudor.
- Falta poco, vaya, ni que fuera tanto, solo estoy dándole a tu culo un buen uso, nada más. – Bromeó sintiendo a la temperatura de ese trasero crecer debido a la continua fricción, de hecho, ambos estaban tan sudados como acalorados, entre los dos estaban a punto de alcanzar la temperatura del núcleo de un Magcargo.
Los minutos pasaban y Álex parecía no decidirse a terminar… una idea más que problemática revoloteaba en su cabeza y no se decidía del todo a intentarla o no. El momento para hacerlo era propicio, sin embargo, lo estaba haciendo con nada más y nada menos que Sabrina, quien de una rabieta podía estampillarlo contra la pared dejándolo como un insecto disecado.
Aunque podría haberse corrido en su culo y haber culminado su 3er acto minutos atrás, todo el IQ que Sabrina perdía en el sexo parecía ser absorbido por él, que lo empleaba para producir ideas más perversas de lo usual. Había una cosa que siempre le había gustado y si ya había tentado al destino culeando a Sabrina brutalmente, poniendo en riesgo su vida, no se quedaría con las ganas de haberse jugado el todo por el todo.
El hombre, sin preguntar, soltó a la mujer, desenfundó su culo dejándolo abierto con la circunferencia de una pulsera y se adelantó hasta quedar a la altura de sus tetas. Antes de que Sabrina se lo pensara dos veces, le introdujo la polla embarrada en la boca. Para cuando la mujer se percató de que estaba cubierta de mierda fue demasiado tarde, la tenía toda en la boca y el fango se deslizaba hacia su interior llenándole la boca con una textura y olor que era mejor no describir.
- Entiende, no puedo caer a casa con la verga toda sucia, tendrás que limpiarla, si Serena decide mamármela y la encuentra cubierta en caca voy a tener problemas. – Se excusó sin dejar de mirarla para intentar prever un ataque… ataque que no llegó. Álex meneo su cuerpo y sintió la boca de Sabrina apresarle la polla sucia. El desperdicio le ensuciaba los labios, en especial en las comisuras, a pesar de haberse corrido dos veces, Álex no tuvo problemas en liberar una tercera descarga, algo débil, casi imperceptible debido a que la boca de Sabrina estaba muy ocupada lidiando con otros sabores y olores mucho más extremos que los del semen.
La mujer le dedico una mirada asesina cuando se dio cuenta que encima de todo, le había puesto algo de leche al chocolate. No obstante, frunció el ceño y siguió tragando. A pesar del desagrado parecía abierta a probar nuevas experiencias, experiencias que no estaban en su lista de quehaceres ni en las de nadie y, sin embargo, cuando se da la oportunidad, más de una está dispuesta a aceptar. Álex, que nunca le hizo asco a nada en la vida, inflaba el pecho de orgullo cuando podía introducir un nuevo y perverso fetiche en alguien. La primera vez en la coprofagia podía ser la última, sin embargo, la mayoría, aunque no quisiera admitirlo, repetían esa licenciosa desviación, lo sabía por experiencia.
Cuando la mujer termino, dejó la verga impecable, en cada pliegue, en cada resquicio, hasta hubiera estado adecuada para iniciar una filmación. Esta reaccionó vengándose de la mejor manera posible: con poderes telequinéticos lo levantó y mantuvo en el aire con los brazos y las piernas estiradas (haciéndole tronar las extremidades) dejándolo caer de a poco… cuando sus rostros estuvieron a la misma altura, él en el aire, ella en la cama, le estampó un beso más que sucio en los labios… Sabrina le había guardado un poco de chocolate especialmente para él. El hombre lo disfrutó y se dejó llevar, incluso hasta se sintió bien que no se saliera con la suya en el último acto y tuviera una probada de su propia medicina, un contraataque justo y certero que le demostraba que Sabrina seguía siendo Sabrina, la mujer más fuerte del mundo, y aunque pudo quebrarle las extremidades a la vez, prefirió darle un beso cargado de jugosa venganza.
No se necesitaron más palabras. Cuando sus bocas se despegaron, Sabrina dejó la cama y Álex cayó de súbito, dándose la cabeza con el borde del respaldo de la cama. Dolorido, aunque sabiendo que se lo merecía, vio a la mujer desnuda, caminando como si nada con su escultural cuerpo desparramando sensualidad a cada paso por su habitación hasta llegar a su pc personal, del que sacó una pókebola del tipo ultra.
- Digamos que obtuve mucho más de lo que esperaba, así que te pagaré con más de lo que pensaba pagarte. – Dijo relamiéndose la boca. – Si alguien sabe de esto que hice, voy a drenarte hasta la última gota de sangre por tu miembro y la voy a volver a meter por tu nariz, una y otra vez, por horas, en un ciclo interminable de…
- Auch, ya entendí… no quiero ni pensarlo, esta pequeña aventura, cada detalle, me lo llevaré a la tumba.
Sabrina sonrió, complacida por haber podido torcer una noche que parecía truncada.
- Espero que no me hagas elegir como Misty, no estoy como para esos jueguitos. – No obstante, Sabrina le acercó la pokebóla amarilla y negra haciéndola flotar por el aire con poderes telekinéticos. Cuando la esfera, rodeada de un aura violácea estuvo a su alcance, Álex intentó atraparla y esta lo eludió, no una, sino dos veces. - ¿Pasa algo? Estos juegos de niños no son de tu nivel.
- Parece que se resiste… tiene un nivel muy alto. Va a ser un desafío que puedas dominarlo. – Le advirtió conduciendo la pokebola al cinturón de Álex.
- Debo irme, se hizo muy tarde, si Serena despierta y…
- Tranquilo. – Lo interrumpió la mentalista, que tenía una mano en la sien y esta fulguraba con la típica luz liliácea. - ¿Sigues viviendo donde siempre? ¿Sobre el taller de motocicletas? Ahora puedo hacerle una visita astral, puedo incluso decirte si sospecha algo, buscar las palabras justas que quiere oírte decir… considéralo un servicio extra por el extra que me diste, aunque mañana no me podré sentar.
Álex asintió mientras la observaba concentrada. Al parecer estaba en total conjunción con sus poderes y podía darse el lujo de sacar a relucir asombrosas habilidades.
- Ella duerme, la veo desnuda… mmm tiene un cuerpo joven y sensual, te gustan jovencitas he… veo que se agita, se retuerce, gira.
- Serena, te conozco, de seguro despertaste y ya te estás tocando para volver a pegar el ojo.
- No, tonto… esta intranquila por otra cosa, la veo brillante de sudor, está soñando… no, teniendo una pesadilla, veamos si puedo ¡AAAARGH!… ¡Uuuuh! – Como si una presencia invisible le hubiera dado un puñetazo de boxeador, la peliverde giró y por poco se estrella contra el suelo de no ser porque Álex alcanzó a retenerla por poco.
- ¡Sabrina, Sabrina! ¡¿Joder, que ocurrió?! ¡Qué fue lo que viste!
La mentalista abrió lentamente los ojos, no había resplandor de ningún tipo sobre ella. Preocupado, Álex la acostó con delicadeza. – Necesito saber que pasó ¿Por qué te vi girando como si te hubieran noqueado?
- Fui tan ilusa… te dije que sentí una turbulencia cuando te vi llegar… creí que se debía… a que experimentaría actos inimaginables, pensé que eso último que me hiciste era lo que mi mente me advirtió con tu presencia… ahora veo que se debe a esto, a algo mucho más grave que un insignificante fetiche… algo me devolvió la mirada y me atacó… hay que despertarla cuanto antes.
- ¿Qué te atacó así? ¿Qué sentiste o viste al vigilar a Serena? – Preguntó cada vez más preocupado, vistiéndose a una velocidad vertiginosa.
- Que todos estamos en serio peligro.
Continuará…
¡Gracias por leer! Perdónenme por seguir dilatando el ansiado debut de Serena en Pokeporn, pero con tantas ideas y situaciones que se me ocurrieron, tenía que seguir a mi instinto y plasmarlas cuanto antes. Las ideas, por más buenas que parezcan, son difusas, si uno no las pone a trabajar se pierden para siempre.
Si se preguntan porqué chuchas esta parte tiene tan pocos capítulos es simple, el 2do no entro. Tuve que recortarlo, y después descubrí que ni así se subió todo. Ademas no cargaban imagenes, miniaturas, nada, ufff elegí una mala noche para subir el post.
Si les gustó sean buenos y muéstrenme su apoyo puntuando y comentando, no sean Ratatas y no manden solamente a favoritos, please, escribir relatos no es algo de una hora y lo tienen gratis. Si no les gustó, por supuesto que entiendo que no den puntos o comentarios.
Capítulos anteriores:
Parte 16:http://www.poringa.net/posts/relatos/4076547/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-16.html
Parte 17:http://www.poringa.net/posts/relatos/4162502/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-17-Resubido.html
Parte 18:http://www.poringa.net/posts/relatos/4259656/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-18.html
Parte 19:http://www.poringa.net/posts/relatos/4350837/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-19.html
Parte 20:http://www.poringa.net/posts/relatos/4493124/A-Serena-le-Gustan-Mayores-Parte-20.html
En el universo de este fanfiction todos los personajes tienen 18 años o más.
Starring:
Capítulo 52 La premonición de la psíquica
El viento nocturno mecía mansamente las cortinas refrescando dos cuerpos pegados uno sobre otro, moviéndose al incesante ritmo del sexo. Sus bocas creaban los coros que acompañaba la percusión de sus cuerpos, ella gemía mansamente conteniéndose mientras que la respiración de él, casi sincronizada, dejaba entrever disfrute.
Unas manos femeninas rematadas en uñas bastante largas surcaban una espalda musculosa dejando marcas contra el intimidante tatuaje de un Arbok. Él en cambio, despegó su cuerpo para admirar las enormes tetas de la mujer balanceándose como frutos sueltos en un bote sobre su cuerpo, iluminadas al detalle por la luz tenue de un velador.
Quizás en su afán de conseguir un equipo poderoso había llegado demasiado lejos, no obstante, desde que se propuso acabar con la carrera de Luca (lo poco que quedaba de ella) supo que necesitaba el poder insuperable de un pókemon psíquico para vencerle y sabía a quién podía cobrárselo… además de Misty, la sirena marimacho de ciudad Celeste, Álex había tenido breves y electrizantes duelos con otra maestra célebre de gimnasio, incluso años antes de que conociera a la pelirroja.
Si poder era lo que buscaba era imposible no pensar en ella, una de las mujeres más poderosas del mundo pókemon. Todos en Kanto y Teselia la conocían como Sabrina, la prodigiosa psíquica dadora de la Medalla Pantano de ciudad Azafrán, y esta estaba sometida bajo su incesante empuje que balanceaba sus senos de forma espasmódica.
Solo quienes ostentaban verdadero poder como ella gozaban de ser dominadas en la cama, y en su juventud, supo que Álex era el indicado para eso. Aunque era conocida por muchos, muy, muy pocos la conocían desnuda y en la intimidad del sexo.
- Vamos, más duro, dame más duro… - Exigió la psíquica clavándole las uñas en las nalgas.
El reconocido actor porno era uno de esos pocos, estaba sobre ella, enterrando hasta hacer tope su aún más conocido falo, que según cálculos expertos tenía el triple de minutos de metraje en internet que su rostro. Le estaba dando caña dejándose caer con todo su peso sobre la mujer, que mantenía sus piernas abiertas formando una “M”, no obstante, ella sabía que no lo estaba dando todo.
- ¿Qué pasa? Si no te esfuerzas como es debido no te recompensaré como es debido. – Dijo notando que Álex no estaba al completo con ella. – No puedes engañarme, sé que tienes más que darme.
- La última vez tenía algunos años menos. – Se excusó Álex. - ¿Cuándo fue? Uno o dos años antes de que me pusiera de novio con Misty, creo.
- Sí esa pelirroja te drenó toda la energía desde entonces, no haremos trato, vamos, cógeme duro como antes o lo lamentarás. – Lo amenazó pasándole la uña por el rostro. Estaban pintadas de color azul oscuro y le gustaba usarlas más de lo normal.
- La pelirroja no tiene nada que ver, ya no estoy con ella, sino con Serena… es la primera vez que le soy infiel, lo siento, estoy distraído. – Se disculpó deteniendo su marcha, aunque su pene ya no estaba sólido y había emergido de la vagina de Sabrina casi por su cuenta. – Diría que fue demasiado pronto.
A pesar de que había llegado hasta allí, a pesar de que se habían desnudado y besado con deseo, se habían degustado los cuerpos y comenzado a tener sexo, la idea de que conseguir un pókemon psíquico de Sabrina, uno poderoso, no valía la pena si Serena salía lastimada.
La maestra lo tomó del rostro desde abajo, como si fuera un niño, apretujándole las mejillas y mantuvo contacto visual por unos segundos. Sus ojos centellearon con un resplandor violáceo por unos segundos y el hombre sintió como si un conjunto de imágenes en su mente se proyectase contra su voluntad formando una película a una velocidad imposible.
– Sí… es demasiado pronto. Estás enamorado y los remordimientos ya te están consumiendo. Debes estar realmente desesperado al venir hasta mí. – Acepto Sabrina, volteando el rostro sin poder ocultar su decepción.
Álex rompió posiciones y se sentó en la cama… quizás si le endulzaba la oreja un poco podía salirse con la suya y obtener un pókemon psíquico de todas formas.
– Aunque me guste hacerlo contigo no voy a darte uno de mis tesoros si me dejas a medias, no… ni siquiera estoy a medias, no estoy ni a un cuarto de la satisfacción que esperaba obtener. Por lo que me diste no obtienes ni un Drowsee sin entrenar, uno recién atrapado en la ruta 11.
El hombre suspiró resignado, no podía ocultarle nada a Sabrina.
- Mi cuerpo lo sintió muy bien en un principio, no podría haber sido mejor, mi mente en cambio lo empezó a sufrir porque le fui infiel por primera vez. Los remordimientos y la idea de que ella duerme plácidamente creyendo en mi mentira me carcomió por completo…
Le había dicho a Serena que estaría en una reunión con los viejos integrantes de su pandilla de motociclistas los Venom Riders, algo así como un reencuentro de amigos de preparatoria, aunque con mucho alcohol, chistes obscenos y pókemon mal entrenados.
- No me hagas rogar, no es mi estilo hacerlo, vamos, si ese combate es tan importante amerita un sacrifico. – Expresó Sabrina pasando uno de sus afilados dedos por su hombro y su tríceps.
- Es importante para mí, sino no estaría siéndole infiel. Duke, Guzma el resto de actores de experiencia y yo tratamos de inculcarles valores a los jóvenes, intentamos diferenciar a Pokeporn del resto. No tratamos a las actrices como basuras, no las estafamos, no las despreciamos, por más que una vez que la cámara comienza a filmar nos volvamos unos cerdos… lo que le hicieron a Giselle fue espantoso y no puede quedar impune, ella era una buena compañera, querida por todos y lo que Luca hizo debe pagarlo.
- Que noble, demasiado noble para un entrenador de puros venenosos. – Dijo Sabrina girando sus ojos, sintiendo que la excitación de la noche se diluía irremediablemente.
- Sé por experiencia que los “venenosos” como los llamas causan menos problemas que tus mentalistas. – Le contestó afilado, volteando para ver a la mujer desnuda una vez más.
- Auch. Aun así, viniste a regalarte en una noche de sexo a cambio de un mentalista, uno poderoso por cierto… que decepcionante, aun cuando sabes que una noche de sexo salvaje es la cura perfecta para mis migrañas, un buen revolcón me ayudaría a conciliar el sueño por semanas…
- Lo sé, lo sé, entiendo que te es difícil dormir, enfocarte, relajarte.
- Sigh, exacto. Con los años mis poderes se incrementaron a la par que todas sus desventajas. – Confesó. – Cuando me acosté contigo hace tantos años y descubrí que gracias al sexo podía mitigar todos los maleficios de mis poderes creí que había dado con la cura a todos mis problemas.
- Lo fue por un tiempo bastaste largo. – Expresó rememorando los años en los que él y Sabrina tenían intimidades candentes casi dos veces por semana. – Lamento que las cosas se complicaran y nos hayamos separado, hoy de verdad creí que podía serle infiel y darte lo que tanto te gusta a cambio de uno de tus pókemon.
- Nada me sorprende, supe al verte llegar que las cosas no saldrían como lo planeado. Sentí una turbulencia que no sentía cuando te veía.
- Antes todo era más fácil ¿Verdad?
Todo había comenzado cuando Nidorino evolucionó a Nidoking gracias a la piedra lunar y su entrenador lo bautizó como Bulldozer, Álex contaba con que su poderoso ataque de tipo bicho, mega cuerno (potenciado por un polvo plateado) podría hacerlo acreedor de la Medalla Pantano de Sabrina, una joven Sabrina que recién comenzaba a coquetear con sus poderes psíquicos y le había quitado la concesión del gimnasio al tipo lucha.
En ese entonces el gimnasio de Ciudad Azafrán contaba con un innecesario e incómodo sistema de teletransporte diseñado para desorientar a los recién llegados, que debían teletransportarse en el orden correcto de dispositivos para dar con la mentalista. Le dio al joven aspirante a maestro del tipo veneno toda clase de dificultades, tuvo que abrirse paso a través de exorcistas (entrenadores de pókemon fantasma) médiums (entrenadores de pókemon psíquicos) y algún que otro entrenador que se creía cool en ese entonces.
A pesar de contar con un equipo compuesto de pókemon veneno, se abrió paso muy bien a fuerza de mega cuernos de Nidoking y mordisco e impresión de Golbat. Resolvió el laberinto cuadriculado del gimnasio atravesando las plataformas de teletransporte en orden hasta llegar a la peli verde que lo aguardaba en una inmensa arena compuesta de bloques de cerámico que hacían de plataformas de diversas alturas. Eran ideales para que sus pókemon se teletransportaran sin esfuerzo de un bloque a otro alrededor de la arena principal. Álex subió unas escalinatas hasta dar con su plataforma, varios metros por debajo de la de Sabrina, que observaba todo desde lo alto de su bloque con una postura imponente, casi de emperatriz.
- Sabía que vendrías... Hace tres años tuve una visión de tu llegada. Tú lo que quieres es mi medalla y aunque no me gusta luchar mi deber como líder es conceder medallas a todo aquel que se lo merezca. Como eso es lo que quieres, te mostraré mis poderes psíquicos.
En ese entonces, lucía más sobria y con menos piel descubierta que nunca. Llevaba un traje de cuerina con hombreras, mangas largas y una minifalda color rojo sangre. Las botas, del mismo material y color, estaban rematadas en puntas amarillas como las mangas de su traje y su cinturón, que evocaban la coloración de la medalla que otorgaba. Por último, su ombligo estaba cubierto por una blusa negra de cuello alto y sus piernas por una calza del mismo color. Estaba muy lejos de su futura vestimenta de artista o la que ostentaba en la última visita de Álex.
Las cosas no salieron muy bien para Álex desde un principio. La estrategia de reducción, más armadura ácida e incienso suave de su su Grimer (“The Blob”) con la que lo volvía una masa indestructible e inalcanzable, no pudo concretarse ya que le dieron tiempo al Mr. Mime de Sabrina a colocar reflejo y pantalla de luz en todas las plataformas de la arena. Para cuando Grimer quiso contraatacar con tóxico, Kadabra entro en escena y ni su armadura impidieron que un par de psicorayos lo dejaran casi derrotado… para colmo su spray tóxico no logró impactarle por culpa de las barreras invisibles y se chorreó hasta el suelo.
Álex vio a ese imponente pókemon de finos bigotes en una de las plataformas más altas, mientras que su Nidoking, recién salido de la pokebola, le rugió desafiante desde lo bajo, listo para batallar.
- ¿Otro pókemon veneno? Tienes que estar bromeando, estás demasiado crecidito como para cometer semejantes errores. – ¡Kadabra, psicorrayo, ahora!
De la cabeza del pókemon psíquico, un rayo de ondas circulares como anillos salió disparado y Nidoking pudo enterrarse en su bloque de cerámico antes de que fuera alcanzado, haciendo un escándalo tremendo al quebrar el cerámico además provocar un temblor en toda la arena.
- Espero que sus grandes cerebros les ayuden encontrándolo, con su cuerno pude cavar incluso atravesando roca sólida. – Dijo Álex cuando la polvareda se disipó, con una rodilla en el suelo, casi cayendo por culpa del ruidoso escape de su pókemon.
- Menos mal que con nuestros poderes podemos reconstruir la arena, sino los destrozos irían a tu cuenta. – Se molestó Sabrina viendo el inmenso agujero en el suelo. - ¡Kadabra, usa paz mental, despeja tu mente para predecir su siguiente movimiento!
Su obediente pókemon frunció el ceño y acercó su cuchara a la estrella roja de su frente, emanando ondulaciones luminosas, no obstante, el boque en la que se encontraba comenzó a temblar y resquebrajarse, casi al instante, Nidoking emergió como un demonio del infierno teniendo a Kadabra frente a frente entre una nube de polvo y rocas…
- ¡Mega cuerno! – Gritó Álex acertando a su predicción.
El golpe fue demoledor. Kadaba, uno de los pókemon más ofensivos y al mismo tiempo, frágiles, sintió el impacto de lleno, impactó contra las barreras psíquicas dejadas por Mr. Mime rompiéndolas desde adentro como si fueran cristal y fue atrapado en el aire por una pokebola flotante ya debilitado.
- Vaya, muy inteligente, al ingresar a su plataforma desde abajo las barreras que dejó Mr. Mime fueron inútiles… - Admitió Sabrina, atrapando la pokebola en una lluvia de cristales holográficos que dibujaban extraños resplandores en las paredes. Parecía estar atrapada en un caleidoscopio. –Que sorpresa… no predije del todo bien el resultado de la contienda.
Luego el destino le volvió a sonreír al motoquero pendenciero, ya que Mr. Mime regresó a la batalla y no pudo construir más ilusiones defensivas. Nidoking cavó un nuevo túnel hasta emerger en el nacimiento de la plataforma de Mr. Mime y con un contundente colazo férreo que sonó como el tañido de una campana hizo tambalear y caer al pókemon mimo…
- ¿Es que estás empecinado en destruir mi gimnasio? Maldito pendenciero.
- ¡Mega cuerno! – Repitió Álex, viendo como su pókemon insignia saltaba girando en pleno aire impactando a Mr. Mime en el aire… y en el aire se dio la siguiente contienda.
Golbat entro en escena, fresco, veloz y con ganas de brillar. Este no tuvo problemas en sobrevolar la arena y vencer a fuerza de ataques ala al Venomoth de Sabrina e un combate aéreo vibrante. El pókemon bicho/veneno era una curiosa elección para un gimnasio psíquico, pensó en ese momento Álex.
- Sí, sí, lo sé, es que es tan linda, esta mariposa es una de mis debilidades, te aseguro que será la última debilidad, de ahora en más conocerás mi verdadera fuerza. – Expresó capturando a su Venomoth derrotada.
- ¿Puedes leer los pensamientos? Que miedo…- Admitió pensando a propósito toda clase de obscenidades al ver desde abajo la voluptuosa cadera y el tamaño de sus senos que estiraban la cuerina de su traje. Sabrina lo notó, se ruborizó y volteó la cabeza.
- Todos ustedes son unos vulgares… vas a pagar por tener semejantes ideas ¡Puedes dejar de pensar en eso! ¡Es obsceno! ¡Argh, ¡Abra, ve, démosle una lección!
El pequeño pókemon dormilón, con mínima semblanza de un fénec, cayó a la arena con su habitual apariencia desinteresada e inofensiva.
- ¿Un Abra? Eso no estaba en mis cálculos, no debo confiarme ¡Golbat, mordisco! No quiero sorpresas…
La primera sorpresa fue que el pequeño pókemon se teletransportó y la dentadura de Golbat impactó el cerámico una y otra vez hasta que sus dientes quedaron a la miseria, perdiendo sangre de a chorros en una escena de película de terror. Fue en ese momento que Álex supo que había abusado de la buena fortuna, el pequeñín eludía cada ataque que Golbat intentará asestarle, desde ataques alas, hasta impresión y rayos confusos. Cuando quedó tan cansado debido a fallar una y otra vez, Abra se apareció sobre él y con un ataque psíquico súper efectivo derribó al gigantesco murciélago, quedando este desparramado en la arena con Abra sentado encima.
- IVs casi perfectos, naturaleza modesta, mineral evolutivo, mi Abra es mi comodín, me lo reservó para brabucones mal pensados que encima creen que se saldrán con… ¡Puedes dejar de pensar en hacerme eso, no va a pasar!
- Que carácter empantanado… me gusta eso. – Susurró, sabiendo que Sabrina lo escucharía de todas formas. – Aunque lo que no me gusta es ese Abra, bien, tengo entendido que tiene 4 pókemon, es tú última opción, Grimer, ya sabes que hacer. – Dijo dejando salir a su pókemon veneno una vez más, casi debilitado, aunque con una estrategia más que interesante.
- ¿Otra vez ese montón de gérmenes? Bien, veamos si logras sorprenderme o la resolución de esta contienda ya está predicha.
- “The Blob” te va a demostrar a no confiar tanto en tus predicciones… ¡Usa legado!
- ¡Blaaaaaarhg! – Exclamó Grimer con su expresión estúpida, a la vez que una energía maligna oscura como una sombra abandonaba su cuerpo rumbo a su rival. Si la estrategia de Álex funcionaba el último pókemon de Sabrina quedaría con sus ataques físico y especial reducidos a 0, aunque Grimer se sacrificaría en el proceso.
- Doble equipo. – Susurró Sabrina y su pókemon comenzó a moverse de izquierda a derecha a una velocidad vertiginosa, parecían varios Abra mezclándose en el aire como un mazo de cartas, formando una silueta borrosa del mismo, como un holograma muy difuso. El ataque de “The Blob” cuando parecía que alcanzaría al pequeño pókemon psíquico, pasó de largo esfumándose como una bocanada de humo y Grimer se debilitó en vano. – Como lo predije.
- Carajo, bueno, todo por el todo, vuelve a la arena, Bulldozer, pongámosle un poco de fuerza bruta a la pelea…
- Es inútil, se te acabó la suerte de principiante ¡Abra, doble equipo!
Sabrina mostró su lado más ofensivo atacando a Nidoking sin piedad, el pequeñín era imposible de alcanzar con el mega cuerno y menos con cola férrea. No necesitó más que teletransportarse a la espalda del pókemon taladro para asestar un psíquico directo a la cabeza que lo dejó fuera de combate.
Habían sido dos “headshots” consecutivos.
- En circunstancias normales respeto mi código de honor de no usar más pókemon que mi rival, no obstante, no pienso perder teniendo un solo pókemon que vencer. – Dijo Álex mirando a su cinturón de cuero, contando con dos pokebolas. Uno era un Weedle que jamás se preocupó en entrenar con seriedad, por lo que era inútil en todo sentido, el otro… quizás podía forzar la suerte una vez más.
Una pokebola se abrió y un pókemon planta/veneno con forma de campana amarilla con dos hojas a los lados emergió de la luz de la misma.
- Eso es bastante desesperado, estás tirando a la arena las sobras de tu equipo ¡Abra, esta pelea se extendió demasiado, remátalo! Tengo cosas más importantes que hacer que leer pensamientos obscenos por accidente.
- Para ser alguien que odia pelear te pusiste muy belicosa, Weepinbell, usa ácido, intenta no fallar por favor.
Weepinbell no falló una, ni dos, sino más de cinco veces. La arena quedó la parte de atrás de un local de comida chatarra, con el cerámico blanco recubierto de una pasta pegajosa y burbujeante que llenaba el lugar de un olor acre, a fruta fermentada y carne podrida… lo que ninguno, ni la psíquica pudieron prever fue que en el siguiente intento sus vidas quedarían entrelazadas para siempre.
Abra jugaba con él, eludiendo el jugo ácido a último momento para humillar a Weepinbell. El pókemon planta abandonó el pacifismo propio de su tipo y, enfurecido por ser burlado, disparó un último y potente disparo sin darse cuenta de que Abra estaba frente a Álex y al teletransportarse, roció por accidente a su propio entrenador que, tan sorprendido como dolorido, cayó del bloque marmóreo por la escalinata dándose tumbos terribles envuelto en ácido hasta chocar su cabeza violentamente contra el suelo, abriéndosela.
Álex perdía la visión, comenzaba a ver borroso mientras sentía la sangre manar de su cabeza. Para colmo sentía el ácido de Weepinbell carcomiéndole la chaqueta de cuero, el pantalón, haciéndole arder la piel de manera espantosa… Lo último que vio ese día fue a una preocupada Sabrina llegando en su socorro, gritando palabras que no alanzó oír mientras le sacaba la ropa consumiéndose contra su piel…
- Te quedaste paralizado, como recordando. – Le dijo Sabrina, de vuelta en el presente.
- No necesito decirte lo que recordaba. Nuestro primer combate, como caí de mi plataforma y me di la cabeza tan duro que quedé inconsciente… lo que vino después nunca lo voy a olvidar ni con veinte caídas como esa consecutivas.
Sabrina, dispuesta a tener su revancha se arrodillo frente a él mientras le refrescaba la memoria. Ella recordaba lo que ocurrió después al detalle tanto como él.
- Despertaste en esta misma cama dos días después, vendado, sin ropa, solo con una sábana cubriendo tus partes íntimas mientras te limpiaba el cuerpo con una esponja, te conté que estabas fuera de peligro, que el ácido no iba a dejar cicatriz porque en tu caída por la escalera lo desparramaste casi todo, que igual debías hacer reposo y, mientras te hablaba… noté como la sábana estaba levantada más de veinte centímetros a la altura de tu entrepierna, tenías la erección más grande que vi en mi vida y no pude contener las ganas de bajar la sabana.
En eso, la maestra escupió en el pene de Álex y lo cubrió con su saliva usando su mano, desde el glande hasta las bolas. Lo tenía algo flácido debido al extenso intervalo, aunque no estaría a media máquina mucho más. Tomo sus grandes tetas, envolvió la polla y comenzó a masturbarlo rítmicamente, manteniendo el miembro bien apretujado entre ellas.
– Yo también pienso mucho en nuestro primer encuentro, quizás debamos viajar al pasado para obtener buenos resultados. ¿Recuerdas ese día tan bien como yo? ¿Cómo te descubrí la erección y te dije que temía de que el veneno se te hubiera metido adentro?
- Dijiste algo como… “Una muerte en mi gimnasio dañaría mucho mi imagen y se vería espantoso en los registros, tendré que sacarte todo el veneno a como dé lugar.”
Las tetas de Sabrina eran cálidas y blandas, de la piel más suave posible, tenía dos grandes pezones rosados inflados por la excitación, la saliva no hacía más que aumentar la fricción y subir la temperatura… estaba haciendo efecto en tiempo record.
- Fue el verdadero nacimiento de White Sting, la inspiración me vino por ese episodio, cuando me la mamaste una y otra, y otra vez con la excusa de salvarme la vida, dijiste que me succionabas el veneno cuando en realidad no dejabas de tomarte mi leche. – Confeso mientras sentía un nuevo chorrito de baba cayendo en su glande, firmemente apresado entre dos grandes globos de piel.
- Descubrí que mientras succionaba un pene y su sabor y el del semen se impregnaban en toda mi boca mis migrañas desaparecían, el sexo me liberaba de todos los efectos secundarios de mis increíbles poderes, mientras más puta me comportaba y más gorda era la verga, más tiempo podía conciliar mis talentos.
- De acuerdo, de acuerdo, hare un sacrificio. Solo espero que esto nunca se sepa…
Álex cargo un bolo de saliva, blanco y abundante y lo escupió entre las tetas de Sabrina, para lubricar su falo, aceptando que sus esfuerzos por un segundo round rindieron frutos. Volvía a estar erecto, a toda máquina, y algo resignado, tomó la cabeza de Sabrina para conducirla a su miembro para que lo succionara.
Tanto ella como él siguieron salivando hasta dejar los senos perfectos de la peliverde brillantes y pegajosos, ambos comenzaban a sentir el delicioso olor de la saliva potenciado por la fricción del pene contra la piel. Lugo de que lo masturbara con sus tetas y su boca por varios minutos, Álex la tomó del rostro y le estampó un jugoso beso.
- Me encanta el olor de la saliva, te quedaron las tetas bien olorosas. – Le dijo tras probar el gustito que le había quedado en toda la boca. - ¿Podrías hacer ese truquito que hiciste la última vez?
- ¡Mis poderes no son un juego! Sigh... pero como aceptaste ponerle dos grandes cuernos a tu novia por darme mi medicina, voy a tener que hacer unas concesiones extra…
Sabrina puso una mano en cada pierna de Álex y tras cerrar los ojos, comenzó a bambolear sus tetas ayudándose de sus poderes telekinéticos. Tanto sus ojos como sus pechos se rodearon de un resplandor violáceo. El hombre sintió a su miembro estrujarse con fuerza entre la piel salivosa de Sabrina, al parecer aún le costaba ajustar un poco la fuerza y tardaba unos minutos en calibrarla.
- ¿Cuántas vergas a la vez puedes masturbar a la vez con tus poderes?
- Pervertido. Siempre usando el ingenio para tus ideas obscenas… y la respuesta es no lo sé. – Menciono muy ruborizado por estar usando sus poderes para que sus tetas gordas lo masturbaran. Intentaba concentrarse en encontrar la velocidad y el apriete adecuado.
- Tendrías que venir a Pokeporn a comprobarlo, tienes experiencia en la actuación, no sería nada nuevo para ti.
- Seria muy nuevo para mí, ser actriz no tiene nada que ver con masturbar a varios tipos con telekinesis, tienes una idea corrompida de lo que es la actuación.
- Puede ser, a veces veo buenas historias para el porno en donde no debería, no me molestaría que lo intentaras con unos diez para empezar, con o sin cámaras. – Continuó salseando a la psíquica con sus ideas pervertidas… la conocía muy bien, no solo optaba por el famoso White Sting para darse un vulgar revolcón por sus legendarias proporciones, también por su amplio repertorio de buenas y alocadas ideas.
- De seguro te gustaría, verme abusada, quebrada por varios simios como tú, hasta hacerme olvidar no solo de mis poderes sino de mi nombre, me dejarían catatónica de tantas cogidas sin pausa… - Sin que se diera cuenta, los poderes de Sabrina se incrementaban. - Tantas a la vez como les sea posible, de a 3, de a 4, quizás de a 5 si alguno de mis hoyos resiste dos vergas al mismo tiempo, mientras los que no pueden profanar mis orificios me bañan con sus fluidos sexuales incontables veces hasta que aaaaah, aaah, aah, por Arceus, no puedo soportarlo.
La velocidad y la fuerza de la telequinesis se aceleró, Álex lo había logrado, estaba entrando en trance. Comenzaba a dominar sus poderes por completo.
- ¡Vamos, dame tu leche, vamos! – Dijo apretujándose los pezones casi de forma violenta. – Te exprimiré la polla como a una baya latano si no me das tu leche ahora, aaah, aaah, aaah.
- ¿Mi leche? ¿No es vulgar para alguien de tu fama y poder recibir leche de un pervertido actor porno en las tetas?
- ¡Ahora! – Exigió y los muebles de la habitación temblaron mientras sus tetas se movían a una velocidad imposible. Era peligroso no darle lo que quería en ese momento de excitación máxima, Álex había entrado a la jaula de los Pyroar, había comenzado a hacer los trucos y las bestias respondían, si no les daba la recompensa lo devorarían. Sabrina era peligrosa y no iba a soportar una nueva decepción.
Su pene estaba apretujado con tanta fuerza que el semen brotó de su glande como un disparo de arma, un chorro jugoso y cargado llegó casi al techo mientras que las siguientes emanaciones encontraron el rostro de Sabrina y, por supuesto, se chorrearon en todas sus tetas, formando una mezcla más que interesante con la pasta salivosa que las cubría (tanta fricción había convertido a la saliva casi en pegamento). Las últimas eyaculaciones salieron sin fuerza, blancas y espesas y se le metieron entre ambos senos.
Sin previo aviso, para no darle descanso ni a su miembro ni a ella, Álex la tomó de los pelos con ambas manos y le metió la verga hasta la garganta. Sabrina dejó que usara su boca y violentara hasta su campanilla por varios minutos. Sin piedad cogió su cabeza reteniéndola de los cabellos con fuerza, hasta sentir su saliva chorrear por su tronco rumbo a sus testículos.
- Eso es, sé que te gusta que te traten así, como toda una puta, vamos a calmar a esos molestos poderes. – Mencionó manteniendo su pene casi hasta la mitad de su garganta, pujando para meterla incluso más allá de sus cuerdas vocales… por increíble que pareciera, iba ganando terreno.
- Gggggk, ggggk, gggk… Aaagck. - A pesar de que el hombre sintió que hacía arcadas no la soltó y la mantuvo sometida al extremo por varios segundos. Sabrina le golpeteó el muslo por clemencia y ni aun así la dejó respirar. Para cuando desenfundó su polla de súbito, Sabrina quedó irreconocible: agitada, despeinada, con el mentón brillante de saliva, muy sudorosa. Sus ojos también habían dejado caer algunas lágrimas y de su nariz había brotado mucosidad.
- Vamos que no termine, quiero darle una visita a tu útero…
Con violencia, sin dejarla reaccionar, la arrojó a la cama y sobre ella, sin siquiera calcular, tan solo empujando, comenzó a cogerla tomándola de los pelos, dejando caer su monumental cuerpo de más de metro noventa sobre ella, que, hundida en el colchón, gemía con la voz quebrada.
- Aaah, uuuaaaaah, uuuaaaha, aaah, aaah, ngh, ngh, ngh, ngh, nghaaaa…
- La mujer con el coeficiente más alto de Kanto y quizás del mundo, no encontraba ni una palabra que decir.
Álex la zamarreó por toda la cama una y otra vez, la cogió cayendo sobre su espalda, ensartándola hasta sentir su cérvix dilatándose peligrosamente, haciendo todo un escándalo cada vez que sus músculos golpeaban sus suaves y grandes nalgas. Le dio de perfil izquierdo, abrazado a una de sus piernas y luego de perfil derecho, agarrándose a la otra. Luego la volteó para penetrarla de frente, apretujándole las enrojecidas y pegajosas tetas con las manos.
- Mmm amo el olorón a saliva y semen que desprende tus tetas, quedaste muy sucia, incluso tenes mi leche en el rostro, vaya puta.
- ¡Siii, si, si, más fuerte, dime más cosas, más sucias, más! ¡Máaaaas! – Chilló cuando su glande pasó el orificio de su cérvix en varios centímetros y lo mantuvo así, estirado. La mujer puso los ojos en blanco mientras arqueaba su cuerpo de manera casi convulsa.
- A mi novia también tuve que sacarle lo puta de adentro a fuerza de cogidas, lo tenía bien escondido, creo que es mi especialidad, volverlas a todas ustedes mis putas, si logre que ella que era una princesita amanerada se volviera mi vertedero de semen puedo hacerlo contigo.
- Sí, sí, ah, ah, aaah, verte tu semen en mí, llena mi útero… necesito de tu leche, si no me la das la tomare por mi cuenta. – Lo amenazó tomándole los testículos con la mano a modo de intimidación.
La tenía donde quería, sometida a sus propios impulsos más internos, más intestinales, el lado más oculto de Sabrina había aflorado así cómo había hecho surgir el de Serena y tras darle empellones violentos por casi diez minutos, en los que su glande había dado un vistazo con su ojo a su interior, volvió a atravesar su cérvix para eyacular aun en mayor cantidad que el primer orgasmo, asegurándose así que cada gota de su segunda descarga fuera a parar a su útero tapizando sus paredes con su blanca descarga. A pesar de que podía considerarse una misión cumplida, Álex podía tener un 3er round.
- Creo… que con esta medicina voy a poder estar bien por unas semanas. – Susurró Sabrina, con un hilo de voz, no obstante, White Sting, jugando con fuego, le indicó que no había terminado.
- ¿Semanas? Estoy en pareja, no puedo venir en unas semanas y serle infiel de nuevo, tendré que asegurarme de que esos molestos efectos secundarios no vuelvan en unos meses.
El hombre acomodó a Sabrina en posición de Growlithe, con las clavículas pegadas al colchón y el trasero bien en alto, servido para él, trasero que abrió para verle el precioso ano.
- Siempre me gusto tu culito, el detalle de que es bastante oscuro a pesar de que tu piel es muy blanca. – Le dijo admirando su asterisco grisáceo y grande. - ¿Este es el famoso 3er ojo del que presumen ustedes los psíquicos? ¿Aquí se canalizan tus poderes?
- ¡Claro que no! – Se quejó hundiendo su rostro en la cama, muy avergonzada de estar en esa posición tan vulgar con el hombre admirándole el hoyo, una postura en la que nadie se imaginaría que una mujer como ella sería puesta. – Haz lo que tengas que hacer, solo deja de decir esas cosas tan absurdas… y deja de mirarme fijo ahí como si te tuviera hipnotizado.
- Es que me hipnotizan, en serio, es la parte más secreta y privada de una mujer, amo observarlas, mirarles el culo es conocerlas a fondo. – Sabrina refunfuño de fastidio. - De acuerdo, de acuerdo, voy a hacerte eso que imaginaba para distraerte en nuestro primer combate, no te impacientes.
Álex estiró un poco más asterisco y se dispuso a comerlo, frotando su nariz y su boca con fervor hasta sentir bien su olor, luego hundió su lengua en él lo más que pudo, besándolo con ahínco haciendo sonidos de succión demasiados obscenos hasta para ciertas producciones de porno… si hubiera replicado esos sonidos en alguna producción se hubieran considerado demasiado distractivos.
Cuando sus apetitos anales estuvieron satisfechos (como a los 10 minutos) presentó su herramienta de carne una vez más, esta vez ante el orifico que le quedaba por pugnar, frotando su miembro por toda su profunda hendidura, sintiendo su temperatura febril, empapando su glande con el sudor acumulado entre sus carnes.
Sin aviso ni permiso, hundió su cabeza seguida del duro tronco, que se deslizo por el áspero anillo hasta que encontró tope, entonces Álex adelantó las piernas y empujó un poco más, sin parar hasta que su legendario estuviera totalmente atrincherado en su recto, expandiendo cada milímetro del mismo como una media llena.
- Aaaah, aaah, aaah, ahora entiendo tu método… el dolor de culo me va a hacer olvidar el dolor de cabeza, por Arceus… - Se quejó Sabrina escupiendo saliva accidentalmente, con la cara enrojecida por frotarse contra la sábana. Lo que no fue accidental, fue que el hombre comenzó a pujarla hasta exprimirse las bolas contra su vagina, hasta pudo sentir su ardiente humedad empapándole las bolas.
A pesar de sentir su culo apretado y hasta rasposo, no se contuvo y meneó su cadera para cogerla a cada vez más velocidad, de pie sobre ella, dejándose caer con su peso, manteniéndole el culo abierto con las manos. Álex, aunque era maleable en la cama, tenía mucha brutalidad contenida en su interior debido a que Serena no estaba lista para esa clase de rudeza. Quizás en un futuro, no obstante, en esos días cercanos a su debut pornográfico no podía desquitarse con ella de esa forma, quizás hasta no lo resistiría y tendría que posponer su gran día.
Sabrina, en cambio podía resistirlo, de hecho, ella de querer se lo podía sacar de encima en un pestañeo, era él quien la servía a ella en realidad, la mujer sabía que sus sentidos se alineaban después de una noche semejante, el sexo era como una purga de todas las impurezas mentales que su mente y cuerpo acumulaban, aunque sintiera su recto al borde del desgarro, se dejaba taladrear de manera bestial, sin miramientos, casi como si hubiera perdido toda su personalidad arrolladora y se hubiera vuelto una simple muñeca vacía.
- Amo tu culo, Sabrina, tienes un culo fantástico, a toda prueba. - Expresó retirando el pene de súbito, quedando a la miseria, muy cubierto de “desperdicio” cosas a las que estaba acostumbrado.
- ¿Eres actor porno o un niñato virgen? ¡No te me quedes mirando al agujero como si nunca hubieras visto uno!
Al hombre no le importo, con sus manos estiró aún más las nalgas para admirar el enorme boquete, que mantuvo abierto con las manos: – Es que Serena no podría resistirlo, de hecho, tengo que contenerme con ella, no quiero romperle el anillo antes de su gran debut, soy afortunado de poder desquitarme con tu culo como si fuera descartable. – Dijo volviéndosela a meter, haciendo fuerza cada vez que sentía un tope para seguir avanzando, la cavidad debía amoldarse a él y no al revés.
- Nnnngh, hijo de puta… creo… que te estás excediendo, te voy a exprimir las bolas, las haré explotar como globos de helio aaaaaah, nnnnngh…
- ¿Si? ¿Recién te das cuenta que me excedo? Te estás volviendo muy estúpida ¿Y luego quien te daría tu medicina he? Parece que ese IQ del que te gusta jactarte bajo a números negativos. – Se rio mientras retomaba el intenso vaivén sobre ella, haciendo rechinar el colchón de manera peligrosa, así como peligroso era mantener a Sabrina sometida tanto tiempo, con casi 30 centímetros de carne erecta metiéndose a contra mano por su culo, una y otra y otra vez.
Cuando parecía que había terminado, tan solo fue un cambio de posición. Otra cosa que aún no podía hacer con Serena y esperaba hacerle algún día, un portentoso anal en full nelson, esa brutal posición que la mantenía abierta de piernas con sus musculosos brazos a la altura de la corva (la cara opuesta de la rodilla) atenazándolas aferrándose a su nuca como una pinza.
A pesar de ser una pose compleja, digna del Wrestling que practica Magna, la luchadora de Sinnoh, Álex la ejecutó a la perfección a pesar de la voluptuosidad de ella.
Paf, paf, paf, paf, paf, paf... sonaban ambas carnes en continuo rumbo de colisión. Aunque era una pose que estaba entre sus predilectas, hacía mucho que Álex o White Sting no realizaba un full nelson tan exquisita, tan perfectamente ejecutada que el pene y el culo parecían haberse construido para conectarse de tal forma.
- Aaah, aaah, aaah, aaah, duele mucho, aaaah, en serio… termina o lo tapizare las paredes con tus sesos… - Amenazó a duras penas, escupiendo con cada palabra, empapada en saliva, semen y sudor.
- Falta poco, vaya, ni que fuera tanto, solo estoy dándole a tu culo un buen uso, nada más. – Bromeó sintiendo a la temperatura de ese trasero crecer debido a la continua fricción, de hecho, ambos estaban tan sudados como acalorados, entre los dos estaban a punto de alcanzar la temperatura del núcleo de un Magcargo.
Los minutos pasaban y Álex parecía no decidirse a terminar… una idea más que problemática revoloteaba en su cabeza y no se decidía del todo a intentarla o no. El momento para hacerlo era propicio, sin embargo, lo estaba haciendo con nada más y nada menos que Sabrina, quien de una rabieta podía estampillarlo contra la pared dejándolo como un insecto disecado.
Aunque podría haberse corrido en su culo y haber culminado su 3er acto minutos atrás, todo el IQ que Sabrina perdía en el sexo parecía ser absorbido por él, que lo empleaba para producir ideas más perversas de lo usual. Había una cosa que siempre le había gustado y si ya había tentado al destino culeando a Sabrina brutalmente, poniendo en riesgo su vida, no se quedaría con las ganas de haberse jugado el todo por el todo.
El hombre, sin preguntar, soltó a la mujer, desenfundó su culo dejándolo abierto con la circunferencia de una pulsera y se adelantó hasta quedar a la altura de sus tetas. Antes de que Sabrina se lo pensara dos veces, le introdujo la polla embarrada en la boca. Para cuando la mujer se percató de que estaba cubierta de mierda fue demasiado tarde, la tenía toda en la boca y el fango se deslizaba hacia su interior llenándole la boca con una textura y olor que era mejor no describir.
- Entiende, no puedo caer a casa con la verga toda sucia, tendrás que limpiarla, si Serena decide mamármela y la encuentra cubierta en caca voy a tener problemas. – Se excusó sin dejar de mirarla para intentar prever un ataque… ataque que no llegó. Álex meneo su cuerpo y sintió la boca de Sabrina apresarle la polla sucia. El desperdicio le ensuciaba los labios, en especial en las comisuras, a pesar de haberse corrido dos veces, Álex no tuvo problemas en liberar una tercera descarga, algo débil, casi imperceptible debido a que la boca de Sabrina estaba muy ocupada lidiando con otros sabores y olores mucho más extremos que los del semen.
La mujer le dedico una mirada asesina cuando se dio cuenta que encima de todo, le había puesto algo de leche al chocolate. No obstante, frunció el ceño y siguió tragando. A pesar del desagrado parecía abierta a probar nuevas experiencias, experiencias que no estaban en su lista de quehaceres ni en las de nadie y, sin embargo, cuando se da la oportunidad, más de una está dispuesta a aceptar. Álex, que nunca le hizo asco a nada en la vida, inflaba el pecho de orgullo cuando podía introducir un nuevo y perverso fetiche en alguien. La primera vez en la coprofagia podía ser la última, sin embargo, la mayoría, aunque no quisiera admitirlo, repetían esa licenciosa desviación, lo sabía por experiencia.
Cuando la mujer termino, dejó la verga impecable, en cada pliegue, en cada resquicio, hasta hubiera estado adecuada para iniciar una filmación. Esta reaccionó vengándose de la mejor manera posible: con poderes telequinéticos lo levantó y mantuvo en el aire con los brazos y las piernas estiradas (haciéndole tronar las extremidades) dejándolo caer de a poco… cuando sus rostros estuvieron a la misma altura, él en el aire, ella en la cama, le estampó un beso más que sucio en los labios… Sabrina le había guardado un poco de chocolate especialmente para él. El hombre lo disfrutó y se dejó llevar, incluso hasta se sintió bien que no se saliera con la suya en el último acto y tuviera una probada de su propia medicina, un contraataque justo y certero que le demostraba que Sabrina seguía siendo Sabrina, la mujer más fuerte del mundo, y aunque pudo quebrarle las extremidades a la vez, prefirió darle un beso cargado de jugosa venganza.
No se necesitaron más palabras. Cuando sus bocas se despegaron, Sabrina dejó la cama y Álex cayó de súbito, dándose la cabeza con el borde del respaldo de la cama. Dolorido, aunque sabiendo que se lo merecía, vio a la mujer desnuda, caminando como si nada con su escultural cuerpo desparramando sensualidad a cada paso por su habitación hasta llegar a su pc personal, del que sacó una pókebola del tipo ultra.
- Digamos que obtuve mucho más de lo que esperaba, así que te pagaré con más de lo que pensaba pagarte. – Dijo relamiéndose la boca. – Si alguien sabe de esto que hice, voy a drenarte hasta la última gota de sangre por tu miembro y la voy a volver a meter por tu nariz, una y otra vez, por horas, en un ciclo interminable de…
- Auch, ya entendí… no quiero ni pensarlo, esta pequeña aventura, cada detalle, me lo llevaré a la tumba.
Sabrina sonrió, complacida por haber podido torcer una noche que parecía truncada.
- Espero que no me hagas elegir como Misty, no estoy como para esos jueguitos. – No obstante, Sabrina le acercó la pokebóla amarilla y negra haciéndola flotar por el aire con poderes telekinéticos. Cuando la esfera, rodeada de un aura violácea estuvo a su alcance, Álex intentó atraparla y esta lo eludió, no una, sino dos veces. - ¿Pasa algo? Estos juegos de niños no son de tu nivel.
- Parece que se resiste… tiene un nivel muy alto. Va a ser un desafío que puedas dominarlo. – Le advirtió conduciendo la pokebola al cinturón de Álex.
- Debo irme, se hizo muy tarde, si Serena despierta y…
- Tranquilo. – Lo interrumpió la mentalista, que tenía una mano en la sien y esta fulguraba con la típica luz liliácea. - ¿Sigues viviendo donde siempre? ¿Sobre el taller de motocicletas? Ahora puedo hacerle una visita astral, puedo incluso decirte si sospecha algo, buscar las palabras justas que quiere oírte decir… considéralo un servicio extra por el extra que me diste, aunque mañana no me podré sentar.
Álex asintió mientras la observaba concentrada. Al parecer estaba en total conjunción con sus poderes y podía darse el lujo de sacar a relucir asombrosas habilidades.
- Ella duerme, la veo desnuda… mmm tiene un cuerpo joven y sensual, te gustan jovencitas he… veo que se agita, se retuerce, gira.
- Serena, te conozco, de seguro despertaste y ya te estás tocando para volver a pegar el ojo.
- No, tonto… esta intranquila por otra cosa, la veo brillante de sudor, está soñando… no, teniendo una pesadilla, veamos si puedo ¡AAAARGH!… ¡Uuuuh! – Como si una presencia invisible le hubiera dado un puñetazo de boxeador, la peliverde giró y por poco se estrella contra el suelo de no ser porque Álex alcanzó a retenerla por poco.
- ¡Sabrina, Sabrina! ¡¿Joder, que ocurrió?! ¡Qué fue lo que viste!
La mentalista abrió lentamente los ojos, no había resplandor de ningún tipo sobre ella. Preocupado, Álex la acostó con delicadeza. – Necesito saber que pasó ¿Por qué te vi girando como si te hubieran noqueado?
- Fui tan ilusa… te dije que sentí una turbulencia cuando te vi llegar… creí que se debía… a que experimentaría actos inimaginables, pensé que eso último que me hiciste era lo que mi mente me advirtió con tu presencia… ahora veo que se debe a esto, a algo mucho más grave que un insignificante fetiche… algo me devolvió la mirada y me atacó… hay que despertarla cuanto antes.
- ¿Qué te atacó así? ¿Qué sentiste o viste al vigilar a Serena? – Preguntó cada vez más preocupado, vistiéndose a una velocidad vertiginosa.
- Que todos estamos en serio peligro.
Continuará…
¡Gracias por leer! Perdónenme por seguir dilatando el ansiado debut de Serena en Pokeporn, pero con tantas ideas y situaciones que se me ocurrieron, tenía que seguir a mi instinto y plasmarlas cuanto antes. Las ideas, por más buenas que parezcan, son difusas, si uno no las pone a trabajar se pierden para siempre.
Si se preguntan porqué chuchas esta parte tiene tan pocos capítulos es simple, el 2do no entro. Tuve que recortarlo, y después descubrí que ni así se subió todo. Ademas no cargaban imagenes, miniaturas, nada, ufff elegí una mala noche para subir el post.
Si les gustó sean buenos y muéstrenme su apoyo puntuando y comentando, no sean Ratatas y no manden solamente a favoritos, please, escribir relatos no es algo de una hora y lo tienen gratis. Si no les gustó, por supuesto que entiendo que no den puntos o comentarios.
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