https://m.poringa.net/posts/relatos/4550368/Juguemos-al-doctor-Relato-gay-primera-parte.html (anterior)
Lo primero para comenzar fue una revisación de la espalda, pulmones, luego garganta, la boca (me metió un dedo en la boca) mientras sentí que me apoyaba su pedazo contra mi cuerpo.
A la consulta supuestamente yo iba por contractura en la espalda y una irritación en la cola. Luego de revisarme y tomar nota me hizo poner un camisolín cómo se usan antes de operar. Me lo dio y me fui a cambiar al baño y empecé a sentir la emoción del juego.
Antes de ir a cambiarme me hice el vergonzoso y le dije que estaba incómodo porque no había encontrado ropa interior para ponerme y que me había puesto algo de mi mujer, él me dijo que no había problema.
Fui al baño, me saqué toda la ropa y me quedé sólo con la tanga y el camisolín que se pone de adelante hacia atrás. Así volví al consultorio y me dijo que subiéramos al primer piso y así lo hicimos. Yo iba adelante subiendo la escalera y el atrás. En un momento me acomodo el camisolín tocándome la cola y me calentó mucho.
La sala en la que me revisaría sería su habitación con una cama muy alta que haría de camilla. Piensen que yo acomodado (parado) contra la cama quedaba a la altura de mi cintura. Me dijo que me recostara boca arriba primero y me empezó a revisar. Mi brazo quedaba acostado de la cama y yo sentía su pedazo cuando lo apoyaba.
Luego me hizo recostarme boca abajo y también fue acariciando y revisando la espalda por la contractura. Posteriormente, siempre en su papel de médico, me dijo que me levantara y me pusiera al borde de la cama dando la cola hacia afuera y que me haría un masaje relajante, también revisaría mi cola.
Me calentó mucho que me dijera que utilizaría un instrumental nuevo símil piel que se utilizaba para que sea menos invasivo. Por supuesto ese instrumento nuevo no invasivo era su lengua.
Me quitó la tanga, se puso aceite en las manos y empezó a masajear desde lo alto de la espalda hacia abajo, por supuesto él era grandote y no le costaba hacerlo. Llegaba hasta la cola y también pasaba sus manos por ahí, siempre hablando como si fuera un profesional y pidiendo permiso.
Luego siguió el camino a mí cola que se relajaba más y más. Sus manos estaban llenas de aceite y seguían haciendo masajes en mi espalda pero él se había agachado y empezó a usar el instrumental no invasivo en la entrada de mi cola (o sea su lengua empezó a hacer su trabajo).
Para esto yo ya estaba con las piernas abiertas y excitado. Fue ahí que preguntó si se podía sacar un poco de ropa porque hacía mucho calor en el consultorio y le dije que no tenían problemas.
Empezó a apoyar su pedazo que estaba duro mientras se sacaba la ropa y yo seguía con el torso sobre la cama y la cola mirando hacia afuera.
Luego me hizo subir a la cama (camilla) y ponerme en 4 apoyando el pecho en la cama y la cola levantada. Su lengua se fue abriendo camino en mi cola que ya estaba re caliente y se abria y cerraba. Yo ayudaba con mis manos abriendo los cachetes.
Me hizo dar vuelta y mi cara quedó enfrentada a su miembro, estaba duro. Confieso que no era como me gustaban, era grueso en la base y la cabeza bien chica pero como si fuese un obelisco, siempre me han gustado las vergas bien formadas. Igualmente mi nivel de calentura hizo que me prendiera a mamarla en esa posición
La mamé un rato mientras él seguía hurgando con sus dedos y manos mi cola. Le pedí cabalgar primero, para esto ya estábamos en la cama, el acostado y yo buscando protección y lubricación.
Intenté cabalgar aunque no entraba al principio y se bajaba un poco. Intentamos varias veces y ya la cabecita había logrado entrar y decidimos cambiar de posición. Fue así que me puse nuevamente en 4 al costado de la cama y ya estaba bien aceitadito como para que me cogieran, esa posición fue mejor y poco a poco fue metiéndola y disfrutamos un buen rato.
Confieso que me calentó mucho la previa, el juego del consultorio y los besos que no faltaron pero su verga no me gustó mucho. Luego de acabar fue el momento de cambiarme y la despedida del consultorio. Fue una hermosa noche, hizo la gran diferencia el juego previo a llegar y todo el acting de parte de los dos. Fue una gran sorpresa que un flaco de su edad se prestara y no quisiera algo rápido y ya. A seguir jugando y espero propuestas porque el juego calienta y mucho.
Gracias por leerme y espero me dejes un comentario.
Lo primero para comenzar fue una revisación de la espalda, pulmones, luego garganta, la boca (me metió un dedo en la boca) mientras sentí que me apoyaba su pedazo contra mi cuerpo.
A la consulta supuestamente yo iba por contractura en la espalda y una irritación en la cola. Luego de revisarme y tomar nota me hizo poner un camisolín cómo se usan antes de operar. Me lo dio y me fui a cambiar al baño y empecé a sentir la emoción del juego.
Antes de ir a cambiarme me hice el vergonzoso y le dije que estaba incómodo porque no había encontrado ropa interior para ponerme y que me había puesto algo de mi mujer, él me dijo que no había problema.
Fui al baño, me saqué toda la ropa y me quedé sólo con la tanga y el camisolín que se pone de adelante hacia atrás. Así volví al consultorio y me dijo que subiéramos al primer piso y así lo hicimos. Yo iba adelante subiendo la escalera y el atrás. En un momento me acomodo el camisolín tocándome la cola y me calentó mucho.
La sala en la que me revisaría sería su habitación con una cama muy alta que haría de camilla. Piensen que yo acomodado (parado) contra la cama quedaba a la altura de mi cintura. Me dijo que me recostara boca arriba primero y me empezó a revisar. Mi brazo quedaba acostado de la cama y yo sentía su pedazo cuando lo apoyaba.
Luego me hizo recostarme boca abajo y también fue acariciando y revisando la espalda por la contractura. Posteriormente, siempre en su papel de médico, me dijo que me levantara y me pusiera al borde de la cama dando la cola hacia afuera y que me haría un masaje relajante, también revisaría mi cola.
Me calentó mucho que me dijera que utilizaría un instrumental nuevo símil piel que se utilizaba para que sea menos invasivo. Por supuesto ese instrumento nuevo no invasivo era su lengua.
Me quitó la tanga, se puso aceite en las manos y empezó a masajear desde lo alto de la espalda hacia abajo, por supuesto él era grandote y no le costaba hacerlo. Llegaba hasta la cola y también pasaba sus manos por ahí, siempre hablando como si fuera un profesional y pidiendo permiso.
Luego siguió el camino a mí cola que se relajaba más y más. Sus manos estaban llenas de aceite y seguían haciendo masajes en mi espalda pero él se había agachado y empezó a usar el instrumental no invasivo en la entrada de mi cola (o sea su lengua empezó a hacer su trabajo).
Para esto yo ya estaba con las piernas abiertas y excitado. Fue ahí que preguntó si se podía sacar un poco de ropa porque hacía mucho calor en el consultorio y le dije que no tenían problemas.
Empezó a apoyar su pedazo que estaba duro mientras se sacaba la ropa y yo seguía con el torso sobre la cama y la cola mirando hacia afuera.
Luego me hizo subir a la cama (camilla) y ponerme en 4 apoyando el pecho en la cama y la cola levantada. Su lengua se fue abriendo camino en mi cola que ya estaba re caliente y se abria y cerraba. Yo ayudaba con mis manos abriendo los cachetes.
Me hizo dar vuelta y mi cara quedó enfrentada a su miembro, estaba duro. Confieso que no era como me gustaban, era grueso en la base y la cabeza bien chica pero como si fuese un obelisco, siempre me han gustado las vergas bien formadas. Igualmente mi nivel de calentura hizo que me prendiera a mamarla en esa posición
La mamé un rato mientras él seguía hurgando con sus dedos y manos mi cola. Le pedí cabalgar primero, para esto ya estábamos en la cama, el acostado y yo buscando protección y lubricación.
Intenté cabalgar aunque no entraba al principio y se bajaba un poco. Intentamos varias veces y ya la cabecita había logrado entrar y decidimos cambiar de posición. Fue así que me puse nuevamente en 4 al costado de la cama y ya estaba bien aceitadito como para que me cogieran, esa posición fue mejor y poco a poco fue metiéndola y disfrutamos un buen rato.
Confieso que me calentó mucho la previa, el juego del consultorio y los besos que no faltaron pero su verga no me gustó mucho. Luego de acabar fue el momento de cambiarme y la despedida del consultorio. Fue una hermosa noche, hizo la gran diferencia el juego previo a llegar y todo el acting de parte de los dos. Fue una gran sorpresa que un flaco de su edad se prestara y no quisiera algo rápido y ya. A seguir jugando y espero propuestas porque el juego calienta y mucho.
Gracias por leerme y espero me dejes un comentario.
0 comentarios - Juguemos al doctor (relato gay segunda y última parte)