Gustavo, de alrededor de 40 años, desde hacía 2 años estaba saliendo con Nazarena Vélez. La relación iba bien y se fueron a vivir juntos a Nordelta. Era personal trainner y trabajaba en un gimnasio de la zona.
Un viernes a la tarde llegó temprano a la casa. Iba a estar solo todo el fin de semana porque Naza estaba de gira por el interior con una obra de teatro y recién volvía el lunes. Como hacía calor se puso una sunga y se quedó recostado en una reposera al costado de la pileta. En un momento se puso a mirar porno en el celular y mientras se masajeaba la pija con la intención de arrancar una paja.
Cuando estaba por pelar, se abre la puerta de la casa. "Hola, soy yo, Barbie ¿estás Gustavo?", escuchó desde el fondo. Confundido y con la pija medio parada, fue a ver qué pasaba y se encontró a Barbie con una mochila y un bolso. "No sabía que venías, ¿qué haces acá?", preguntó sorprendido.
"¿No te avisó mi mamá? Es una boluda. En mi casa están haciendo arreglos y es un quilombo, entonces me vine para acá para quedarme el fin de semana", contó Barbie, que se dio cuenta del bulto que tenía el novio de la madre, pero se hizo la distraída.
Barbie subió a un cuarto libre en el primer piso a dejar las cosas. Media hora después apareció Barbie con una micro bikini y casi en bolas. Le pidió a Gustavo si la podía ayudar a sacarle unas fotos y grabar unos videos con el celular para subir a las redes y promocionar la marca de la bikini.
Gustavo hacía tiempo que tenía ganas de cogerse a Barbie, pero nunca había encontrado una chance como esta y sabía que no la podía dejar pasar. Mientras le sacaba las fotos, no dejaba de mirarle el culo.
¿Te gusta la bikini?", preguntó Barbie. " Me encanta, te queda perfecta", respondió Gustavo, con unas ganas terrible de cogerla. Además, le duraba la calentura por la paja que no pudo arrancar.
Se tiraron en la reposera a tomar algo y a hablar boludeces un rato largo. En esa charla Barbie le contó que hacía bastante tiempo que estaba sin sexo. Mientras le decía eso empezó a acariciar la pierna de Gustavo. "Mi mamá dice que sos muy bueno en la cama. Quiero probar si es verdad", dijo Barbie tocándole la pija.
Barbie bajó la sunga y empezó a pajear a Gustavo, cada vez más al palo. "Es cierto que tenes un pijón", dijo Barbie, que empezó a chupar desesperada.
- Haces mejores petes que Naza.
- Y si, soy mucho más puta que ella.
Barbie se sacó la bikini y quedó completamente en bolas. No le largaba la pija a Gustavo y lo chupaba, lo pajeaba y le lamía los huevos.
Después de un rato Barbie montó a Gustavo y empezó a cabalgar. "Métemela hasta el fondo, bien adentro", pedía desesperada. "Nunca me cogieron con una pija tan grande" decía mientras le daban bien fuerte.
Gustavo le daba duro, le pegaba cachetadas en el culo, le apretaba las tetas y la cagaba bien a puteadas. Acostó a Barbie en la reposera y le empezó a chupar la concha bien mojada que tenía y la volvió a clavar con más fuerza. Se estaba sacando las ganas de cogerse a la hija de su pareja.
La puso en 4 y le enterró toda la pija en la concha. "Mira como me pusiste con esa bikini, puta de mierda", le decía Gustavo. "Me lo merezco por ser tan puta", decía Barbie entre gemidos. Hasta que en un momento Gustavo no aguantó mas y le largó el lechazo en el culo.
Le había pegado una buena cogida a Barbie, pero sabían que la calentura no había terminado y esto recién estaba empezando. El viernes a la noche Gustavo se dio el gusto de cogerse a Barbie en la misma cama donde se coge a Nazarena.
Al otro día Barbie se tuvo que ir porque a un evento que no podía suspender. La habían contratado desde hacía 1 mes y le pagaron muy buena guita, pero ella prefería quedarse a coger con Gustavo.
Cuando volvió, entró a la casa y no vio a Gustavo. Se fue a la habitación para cambiarse, mientras se sacaba la remera, siente que la agarran fuerte de atrás de sorpresa. "Por fin volviste, puta", le dice Gustavo, que la empujó a la cama y se le tiró encima.
"Necesito tu pija", pedía desesperada Barbie mientras Gustavo le bajaba la tanga y le chupaba la concha. Cuando Barbie estuvo bien mojadita, Gustavo la clavó de una una. "Acá tenés mi verga puta de mierda", le decía mientras la cogía bien duro y ella gritaba como trola.
Cuando no aguantó mas, Gustavo sacó la pija y se empezó a pajear en la cara de Barbie hasta que, sin avisar, le largó toda la leche en la cara.
Barbie se fue a lavar y Gustavo quedó tirado en la cama con la pija todavía dura. Cuando Barbie volvió y vio que la pija seguía dura la empezó a chupar. "Quiero tu cola", le insistía Gustavo, pero Barbie no entregaba. Decía que ya había tenido una mala experiencia, pero Gustavo no aceptaba un no: "A Naza le hago la cola y nunca se queja, le encanta".
Descansaron un rato y cuando se despertaron se pegaron otra cogida. Gustavo seguía pidiéndole la cola. La deseaba y sentía que era la único que faltaba para que Barbie definitivamente sea suya.
El sábado a la noche se prepararon unos tragos al costado de la pileta. Ya con Barbie un poco borracha, Gustavo, apoyándole la pija que se iba parando, mientras la abrazaba y bailaban le pedía que le entregara la cola. Barbie dijo que no, pero igual terminaron cogiendo.
Mientras le daba en 4, Gustavo empezó a meter los dedos en el culo de Barbie. Primero se los sacó, pero al final terminó cediendo y entregó el orto. Gustavo fue despacio, usando los dedos, saliva, crema y un consolador de Nazarena.
Después de un rato largo, Gustavo vio el culo estaba listo para recibir su pija. Le empezó a meter la cabeza y de a poco fue entrando el resto. "La tenes muy grande", decía Barbie en 4. La puso de frente a un espejo y le empezó a dar cada vez más duro.
Gustavo estaba bien abierto de piernas y la clavaba bien hasta el fondo a Barbie, que no paraba de gritar. "Como te gusta puta. Ahora si sos mía" le decía mientras le tiraba del pelo y rompía un culo que prácticamente estaba virgen. En el momento de mayor intensidad, Barbie tuvo un orgasmo. Gustavo casi no se detuvo y siguió dándole hasta que largo un brutal lechazo en el culo.
Al otro día estaban tirados en la cama. La pija de Gustavo estaba muerta después de un pete. Barbie lo empezó a pajear y en un momento le pidió que le hiciera la cola otra vez. Le pegó una cogida más fuerte que la anterior.
El lunes a la mañana Barbie se fue. Al mediodía llegó Nazarena. "¿Cómo estuvo el fin de semana con Barbie", preguntó. "Casi no la vi porque los dos estuvimos mucho tiempo afuera", respondió Gustavo todavía con la calentura del fin de semana con Barbie.
Un viernes a la tarde llegó temprano a la casa. Iba a estar solo todo el fin de semana porque Naza estaba de gira por el interior con una obra de teatro y recién volvía el lunes. Como hacía calor se puso una sunga y se quedó recostado en una reposera al costado de la pileta. En un momento se puso a mirar porno en el celular y mientras se masajeaba la pija con la intención de arrancar una paja.
Cuando estaba por pelar, se abre la puerta de la casa. "Hola, soy yo, Barbie ¿estás Gustavo?", escuchó desde el fondo. Confundido y con la pija medio parada, fue a ver qué pasaba y se encontró a Barbie con una mochila y un bolso. "No sabía que venías, ¿qué haces acá?", preguntó sorprendido.
"¿No te avisó mi mamá? Es una boluda. En mi casa están haciendo arreglos y es un quilombo, entonces me vine para acá para quedarme el fin de semana", contó Barbie, que se dio cuenta del bulto que tenía el novio de la madre, pero se hizo la distraída.
Barbie subió a un cuarto libre en el primer piso a dejar las cosas. Media hora después apareció Barbie con una micro bikini y casi en bolas. Le pidió a Gustavo si la podía ayudar a sacarle unas fotos y grabar unos videos con el celular para subir a las redes y promocionar la marca de la bikini.
Gustavo hacía tiempo que tenía ganas de cogerse a Barbie, pero nunca había encontrado una chance como esta y sabía que no la podía dejar pasar. Mientras le sacaba las fotos, no dejaba de mirarle el culo.
¿Te gusta la bikini?", preguntó Barbie. " Me encanta, te queda perfecta", respondió Gustavo, con unas ganas terrible de cogerla. Además, le duraba la calentura por la paja que no pudo arrancar.
Se tiraron en la reposera a tomar algo y a hablar boludeces un rato largo. En esa charla Barbie le contó que hacía bastante tiempo que estaba sin sexo. Mientras le decía eso empezó a acariciar la pierna de Gustavo. "Mi mamá dice que sos muy bueno en la cama. Quiero probar si es verdad", dijo Barbie tocándole la pija.
Barbie bajó la sunga y empezó a pajear a Gustavo, cada vez más al palo. "Es cierto que tenes un pijón", dijo Barbie, que empezó a chupar desesperada.
- Haces mejores petes que Naza.
- Y si, soy mucho más puta que ella.
Barbie se sacó la bikini y quedó completamente en bolas. No le largaba la pija a Gustavo y lo chupaba, lo pajeaba y le lamía los huevos.
Después de un rato Barbie montó a Gustavo y empezó a cabalgar. "Métemela hasta el fondo, bien adentro", pedía desesperada. "Nunca me cogieron con una pija tan grande" decía mientras le daban bien fuerte.
Gustavo le daba duro, le pegaba cachetadas en el culo, le apretaba las tetas y la cagaba bien a puteadas. Acostó a Barbie en la reposera y le empezó a chupar la concha bien mojada que tenía y la volvió a clavar con más fuerza. Se estaba sacando las ganas de cogerse a la hija de su pareja.
La puso en 4 y le enterró toda la pija en la concha. "Mira como me pusiste con esa bikini, puta de mierda", le decía Gustavo. "Me lo merezco por ser tan puta", decía Barbie entre gemidos. Hasta que en un momento Gustavo no aguantó mas y le largó el lechazo en el culo.
Le había pegado una buena cogida a Barbie, pero sabían que la calentura no había terminado y esto recién estaba empezando. El viernes a la noche Gustavo se dio el gusto de cogerse a Barbie en la misma cama donde se coge a Nazarena.
Al otro día Barbie se tuvo que ir porque a un evento que no podía suspender. La habían contratado desde hacía 1 mes y le pagaron muy buena guita, pero ella prefería quedarse a coger con Gustavo.
Cuando volvió, entró a la casa y no vio a Gustavo. Se fue a la habitación para cambiarse, mientras se sacaba la remera, siente que la agarran fuerte de atrás de sorpresa. "Por fin volviste, puta", le dice Gustavo, que la empujó a la cama y se le tiró encima.
"Necesito tu pija", pedía desesperada Barbie mientras Gustavo le bajaba la tanga y le chupaba la concha. Cuando Barbie estuvo bien mojadita, Gustavo la clavó de una una. "Acá tenés mi verga puta de mierda", le decía mientras la cogía bien duro y ella gritaba como trola.
Cuando no aguantó mas, Gustavo sacó la pija y se empezó a pajear en la cara de Barbie hasta que, sin avisar, le largó toda la leche en la cara.
Barbie se fue a lavar y Gustavo quedó tirado en la cama con la pija todavía dura. Cuando Barbie volvió y vio que la pija seguía dura la empezó a chupar. "Quiero tu cola", le insistía Gustavo, pero Barbie no entregaba. Decía que ya había tenido una mala experiencia, pero Gustavo no aceptaba un no: "A Naza le hago la cola y nunca se queja, le encanta".
Descansaron un rato y cuando se despertaron se pegaron otra cogida. Gustavo seguía pidiéndole la cola. La deseaba y sentía que era la único que faltaba para que Barbie definitivamente sea suya.
El sábado a la noche se prepararon unos tragos al costado de la pileta. Ya con Barbie un poco borracha, Gustavo, apoyándole la pija que se iba parando, mientras la abrazaba y bailaban le pedía que le entregara la cola. Barbie dijo que no, pero igual terminaron cogiendo.
Mientras le daba en 4, Gustavo empezó a meter los dedos en el culo de Barbie. Primero se los sacó, pero al final terminó cediendo y entregó el orto. Gustavo fue despacio, usando los dedos, saliva, crema y un consolador de Nazarena.
Después de un rato largo, Gustavo vio el culo estaba listo para recibir su pija. Le empezó a meter la cabeza y de a poco fue entrando el resto. "La tenes muy grande", decía Barbie en 4. La puso de frente a un espejo y le empezó a dar cada vez más duro.
Gustavo estaba bien abierto de piernas y la clavaba bien hasta el fondo a Barbie, que no paraba de gritar. "Como te gusta puta. Ahora si sos mía" le decía mientras le tiraba del pelo y rompía un culo que prácticamente estaba virgen. En el momento de mayor intensidad, Barbie tuvo un orgasmo. Gustavo casi no se detuvo y siguió dándole hasta que largo un brutal lechazo en el culo.
Al otro día estaban tirados en la cama. La pija de Gustavo estaba muerta después de un pete. Barbie lo empezó a pajear y en un momento le pidió que le hiciera la cola otra vez. Le pegó una cogida más fuerte que la anterior.
El lunes a la mañana Barbie se fue. Al mediodía llegó Nazarena. "¿Cómo estuvo el fin de semana con Barbie", preguntó. "Casi no la vi porque los dos estuvimos mucho tiempo afuera", respondió Gustavo todavía con la calentura del fin de semana con Barbie.
2 comentarios - Fin de semana con Barbie Vélez
Ahora espero que se monte un trío madre-hija con mucho amor lésbico.
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