Aqui la parte 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/4524332/Mi-esposa-y-los-rancheros-1.html
Lo siguiente es parte de lo que viy oí en los videos, y parte lo que Rodo me contó: El sábado, mi esposa llegó alrancho y Rodo le abrió para que metiera el carro, y después de un apasionadobeso, la tomó de la cintura y la llevó dentro de la casa hasta el cuarto deljacuzzi, donde Gonzo lo estaba llenando de agua tibia, ella lo saludócortésmente sin notar la sonrisa maliciosa, el vaquero la llevó a un cuartoadjunto donde ella se podría cambiar, entraron y ella se sentó en la cama yRodo le dio una bolsita con el bikini que compramos juntos, ella abrió la bocacon las manos en sus mejillas por la sorpresa y se soltó riendo, “¿qué esesto?”, “pues tu traje de baño” dijo Rodo, “¿qué esperabas?”, “¡esto no me va atapar nada, te pasas!”, él la miró como si no pasara nada y le dijo:” noexageres, de todos modos vamos a estar dentro del agua”, ella lo miraba con unamezcla de excitación, duda y vergüenza, así que él la abrazó y la besótiernamente y le dijo “mira, el chino siempre nos presumía que su prometidaesta buena”, sabía que eso la tocaba en su orgullo “ quiero que acepte que tuestas mejor que ella”, ella lo miraba dudosa “ándale, no seas malita, porfavor”. Ella siguió riendo, pero aceptó, así que rodo se acostó en la camaatento y ella se puso de pie para quitarse la ropa frente al espejo, sedesabrochó la blusa y el bra, y se puso el top, luego se sacó la tanga pordebajo de la falda y se puso la del bikini, para luego quitarse la falda. DiceRodo que se le paró fuerte el miembro, que le dieron ganas de cogérsela ahímismo, pero sabía que, si le quitaba la calentura, había posibilidad de echartodo a perder, así que se acercó a ella y manoseándole las nalgas la besaba enlos hombros por detrás, mientras ella ronroneaba como un gatito. Ella se lerepegaba a el paquete que tenía detrás, fue cuando él pasó sus manos delante deella y le acariciaba las chiches sobre la tela delgada del top, que apenascubría el pezón. “Bueno,” dijo él separándose de ella y acomodándose laerección “voy a ver si ya está el agua”, y salió del cuarto dejándola sujetarseel cabello en una trenza. Afuera, el chino ya estaba dentro del aguaburbujeante, había traído las cervezas que le encargaron y estaba ansioso porlo que iba a disfrutar, Gonzo se había ido a cambiar así que Rodo se quitó elpantalón, ya traía puesto un short largo de baño, puso música en la bocina yquitándose la playera se metió al agua y le dijo al chino de cómo el bikini notapaba gran cosa, el chino apretándose el miembro bajo el agua, dijo: “yaquiero ver” y se rieron. Unos minutos pasaron y Gonzo llegó y se metió al aguatambién, después de abrir cervezas para todos, en eso estaban cuando voltearonhacia la cámara al unísono, el ruido de la puerta del cuarto se oyó y miesposita aparece con una pequeña toalla alrededor que llegaba solo a medio trasero,si la intención era taparse, por el contrario, la hacía verse más sexy, pueslas nalgas asomaban por debajo. Se acercó a ellos para saludar al chino y alagacharse, Rodo y Gonzo tuvieron a la vista su excelente culo. “¿y la toallapara qué?” le dijo Rodo dándole la mano para entrar, “nomas para meterme aljacuzzi” contestó ella y la tiró a un lado en cuanto sus piernas se cubrieronpor el agua, los otros dos soltaron un “¡Wow!” al ver la blanca y tersa pielcubierta por los diminutos triángulos de tela negra, ella se rió y se sentójunto a Rodo, pero el agua no le cubría los pechos, así que se tapaba con unbrazo. “No te tapes, para eso es el jacuzzi” le dijo Rodo, “¿para que me veancasi desnuda?” le preguntó ella sonriendo, “para relajarse” le dijo él,“además” dijo el chino “ya vimos eso la vez pasada”, “si” contestó ella “peroeso fue antes… además estaba tomada”, “eso se arregla fácilmente” completó elchino y alargó el brazo para tomar una cerveza de la hielera, y destapándola sela pasó a mi mujer, “entonces me quieren emborrachar” dijo aceptando labotella, ”no, como crees” dijo, poniendo cara de serio, pero luego lanzando unarisotada “bueno, la mera verdad es que si” y rieron todos. Mi esposa se hacíala difícil y eso me ponía caliente, ellos traban de hacer que se abriera, perola verdad es que el alcohol estaba logrando su cometido, además, Rodo no dejabade acariciarle las piernas bajo el agua y de besarla con ardor, de vez encuando le daba rozoncitos con los dedos en la vagina sobre la tela del bikini,lo primero que hizo ella al relajarse, fue bajar el brazo que cubría su pecho,así que ahora sus tetas estaban a la vista, húmedas y con los pezones duros porla calentura, cubiertos solo por los pequeños triángulos de tela; para lasegunda cerveza, ya estaba apretando bajo el agua la verga dura de Rodo, asíque él, subió la pierna de ella sobre su muslo para tenerla abierta con laspiernas abiertas, y poder jugar con su panocha. Maggie ya estaba caliente ytomada a la vez, eso era lo que pasaba siempre que ella tomaba cerveza negramodelo, se acercó al oído de Rodo y le susurró melosa “vamos a otro lugar másprivado, ¿sí?”, “¿para qué?” le preguntó él, “ya sabes para qué” le dijo ella, “si, ya sé,pero dime para qué” insistió el vaquero, ella lo miró un tanto enfadada, peroél aceleró el ritmo de sus dedos y ella cerró los ojos, “para que me cojas”dijo al fin. Para evitar que tuviera un orgasmo en ese momento, Rodo retiró lamano, la abrazó y, después de un beso lujurioso, le pidió que le abriera otracerveza, la hielera estaba al otro lado del jacuzzi, entre el chino y Gonzo. Yadesinhibida por el alcohol, ella se puso de pie, el agua le llegaba a mitad delos muslos, se agachó y se estiró para buscar dentro de la hielera y tomar unacerveza, los otros dos se inclinaron hacia delante sonriendo para acariciarlelas nalgas con la mirada, era obvio que ella se tardaba a propósito para eso,mi esposa solo volteó y le dio al chino una manotada en la cabeza, que provocóla risa de todos. Ella se levantó para volver a su lugar, pero por causa delagua, perdió el equilibrio y cayó en medio del jacuzzi, Rodo y el chino selevantaron rápidamente para ayudarla a levantarse, mientras ella reíaincontrolablemente, el chino la sostenía por detrás, con las manos en suspechos y restregando su duro miembro entre las nalgas, mientras Rodo la teníapor la cintura. Al ver la situación, el vaquero le dio un beso a mi esposa ysus manos acariciaron su cuerpo también. El cuerpo de Maggie se movíalentamente, frotándose a los cuerpos de los otros dos, el chino movió a loslados los triangulitos de tela y le torcía los pezones con los dedos, mientrasRodo, sin dejar de besarla le acariciaba la raja metiéndole los dedos entre loslabios. Estuvieron así por unos momentos, hasta que ella, como si despertara,se apartó de ellos sin dejar de reír, “¡ya, ya, ya!” dijo “ya es suficiente” yfue a sentarse a su lugar dejando a los dos con tremendas erecciones en mediodel agua, pero ya no se acomodó el sostén, ahora si sus pezones estaban a lavista de ellos. El chino lanzó un “noooooooo” y sujetándose el miembro se fue asentar, Rodo también, trayendo las cervezas que mi esposa no pudo. “¿por qué tequitaste?” preguntó Rodo “ya se estaba poniendo bueno”, “todavía no estoy tanborracha” dijo ella, ¡¿entonces solo necesitaba más alcohol para dejarse hacerde todo?! Rodo así lo entendió, porque abrió otra botella de cerveza y se ladio, “¡salud!” y todos contestaron igual.
“¿Quién estaba detrásde mí?” preguntó mi esposa, ya con dificultad por la cerveza, mirando al chinoy a Gonzalo, “ese wey” dijo Rodo señalando al chino, quien levantó su cervezacomo brindando de nuevo y preguntó: “era yo, ¿por qué?”, ella lo miró divertidapero acusadoramente “traes pistola “dijo acomodándose la tanga por detrás;éste, sobándose el miembro descaradamente respondió:” es que tú eres purapólvora”, todos rieron menos ella, que le dio un trago a su cerveza, Rodorecordó en ese momento mis consejos y le dijo a Gonzo, que tenía el celular quecontrolaba la bocina: “quita ya esa madre” refiriéndose a la música “pon unreguetoncito”, Gonzalo buscó en el celular y pronto se escuchaba ya una músicazalamera, a lo cual mi esposa al oírla, levantó las manos bailando en suasiento y balanceando las chiches desnudas a la vista de ellos, Rodo se lasacariciaba ya sin que ella protestara, “¿saben bailar reguetón?” les preguntógustosa, los otros se miraron extrañados y negaron con la cabeza, así que ellase levantó un tanto mareada y llamó al Gonzo, que se la comía con la mirada,pero éste se negó avergonzado, el chino levantó la mano con emoción “¡¡ Yo, yo,yo !!”, ella lo ayudó a levantarse y se paró frente a él, que la mirabacaliente pero sin saber que hacer, así que ella le agarró la mano y se la pusoen la cintura, levantó las manos y movía las caderas deliciosamente al ritmo dela música, doblando las rodillas. El chino, comenzó a hacer lo mismo, perorepegándo su cuerpo y en especial su paquete en el vientre de mi esposa y ellacomo si nada, de hecho, ella se balanceaba lado a lado y él solo se restregabade arriba abajo, lo cual hacía obvio que ella lo sentía en su totalidad. Luegoella le dio la espalda, parando rico las nalgas para que el amigo se tallara enella, él subió las manos que tenía en la cintura hasta la redondez de lospechos, y sujetándolos, jalaba el cuerpo de ella contra sí; mi esposa al sentirlas manos estrujando sus chiches, en un último ataque de conciencia y decoro,se agachó un poco para que el tipo se los soltara, pero seguía moviendo eltrasero en el pito de éste, él se separó un poco para observar las nalgasdesnudas de mi mujer y el delgado hilo entre ellas, así que poniendo una manoen la espalda de ella y sujetándose la verga con la otra, cubierta por la telamojada del short de baño, talló la dura cabeza a lo largo de la rajada femeninahaciendo que un labio vaginal escapara de debajo de la tela. Mi esposa pegó ungrito de sorpresa mezclada con risa y se enderezó de golpe con los ojos bienabiertos, para luego soltar la carcajada, el chino y ella se abrazarondivertidos, “¿seguimos?” le preguntó él cuando ella se calmó un poco, ella loempujó un poco, “no, contigo ya no” dijo ella, y señalando con la mirada laerección, “hasta que te relajes”. Y se volvió hacia Gonzo, que hasta esemomento no había hecho nada más que mirar todo y acariciar su propia verga bajoel agua, él no quería pararse, pero ella lo tomó de las manos y lo hizo ponersede pie, dejando ver su tremenda erección; ella hizo como si no se diera cuenta,puso una mano de él en su cintura y levantó una pierna a la cintura de él, paraque él se la sujetara con la otra mano, “no me vayas a soltar, Gonzo” le dijoamenazándolo, le puso los brazos alrededor del cuello, y dobló la cintura haciaatrás, dejando colgar su cabeza, lo que hacía que sus chiches sobresalieranduras y antojables. Comenzó a moverse de manera sensual, rosando su pubis en elpito de Gonzo, que solo se quedaba quieto, mirando las tetas de mi esposa ysintiendo su pene acariciado por el cuerpo de ella. El frotamiento eradelicioso, la rajada de mi esposa subía y bajaba a lo largo del tronco deGonzalo, dándole placer a ambos, “ándale Gonzo” le dijo ella coqueta “muévete”,y le dio la espalda para frotar ahora las nalgas en el pito de él. Parasorpresa de todos, ella tomó las manos de él y se las puso en sus pechosdesnudos, para luego soltárselas y levantar los brazos, bailando, él se diogusto estrujando las tetas de mi esposa, apretándolas y torciendo sus pezones,ella dio un gemido largo, fue una especie de señal que estaba caliente, Rodoaprovechó y se quitó el short, y poniéndose de pie fue hasta ellos y sujetandola cabeza de mi esposa le metió la lengua en la boca, mientras su mano se abríapaso bajo la tanga y sus dedos comenzaban a jugar con el clítoris. Rodo la tomóde una mano y la guio hasta su verga dura, que ella comenzó a acariciar dearriba abajo sin dejar separar las lenguas, para luego hacerle señas al chinoque se uniera a ellos. El chino se levantó de su asiento y fue a ellosbajándose el short un poco, tan solo para sacar su pene duro, entonces Rodo,como buen amigo, guio la otra mano de mi esposa para que acariciara el pito desu amigo. Era caliente ver a esos tres manoseando a mi esposa, quien ya nobailaba, sino solo se movía al compás de los dedos que tenía hurgando su vagina.El chino desató los cordones de la tanga, que cayeron a los lados, pero por lahumedad, los triángulos de tela se quedaron adheridos a la piel de Maggie; ellaal sentir eso, dejó escapar unos pequeños “¡no!” que más bien parecían gemidos,pero Rodo los apagó con sus besos, así que, el chino, empujando un poco alGonzo, agarró la parte trasera de la tanga y la deslizó lentamente jalándolahacia arriba, para arrojarla lejos una vez fuera. Siguieron los manoseos, hastaque Rodo, tomando la nuca de mi mujer, la jaló suavemente hacia delante y haciaabajo, ella ya estaba muy caliente como para resistirse, así que empinándose,se metió la verga del vaquero en la boca y comenzó a mamarla, Gonzo al ver estoaceleró el movimiento de rose, sujetando a mi esposa de las caderas, el chinoseguía manoseando las tetas de Maggie que colgaban deliciosamente, cuando ledijo al Gonzo:” mámale su panochita”, el gordito, sonriendo y respirando condificultad respondió:” yo quiero que me la mame a mí”, “tranquilo “ le dijo elchino, “primero mámale tú”, era obvio que el Gonzo hacía lo que los otros dosle ordenaran, así que dejó el frotamiento y se puso de rodillas, con ambasmanos abrió las nalgas, y como hipnotizado miraba la panocha depiladita y elapetecible culo de mi esposa, pasó sus dedos por los labios vaginales, los jalótiernamente y toqueteó el culito arrugado, “mámasela, wey” le dijo el chinoviendo que el gordito estaba como ido. Gonzo metió su cara entre las nalgas ycomenzó a lamer la vagina caliente de mi mujer, ella al sentir las chupadas,soltó la verga de Rodo para lanzar un suspiro con los ojos cerrados, que ellosaprovecharon para cambiar de posición y el chino le acercó el pito a los labiosfemeninos, ella dio una mirada solo para ver quien era el que estaba ahí y seintrodujo la cabeza roja en la boca, succionando. De ahí, tomaba turnos mamandouna verga y otra, de vez en cuando, Rodo jalaba su pito hacia arriba para queMaggie chupara sus huevos colgantes, el chino vio esto e hizo lo mismo, perosus huevos eran distintos, se veían colgar más pegados a su cuerpo y uno másgrande que el otro, pero mi esposa no hizo distinción y los chupaba con lamisma ansiedad que al otro. La cara de Gonzo se perdía entre las nalgas de miesposa, y solo se movía arriba y abajo, trataba de meter su lengua en el culoapretado para luego lamer los jugos vaginales que escurrían “sabe bien dulce surajadita” dijo levantando por un momento su cara para dirigirse a sus amigos,“tu mámale, wey” le dijo el chino “a ella le gusta”, “pero yo quiero que me lamame a mi” protestó Gonzo, mi esposa levantó la cabeza sin dejar de acariciarlas vergas en sus manos y se enderezó “¿quieres que te la mame?” preguntó calientemirando al gordito, quien sonriendo asintió sin dejar de lamer, ella seenderezó, lo tomó de la mano y lo llevó a la orilla del jacuzzi y lo hizosentarse ahí y recargarse hacia atrás sobre los codos, “te voy a hacer algomucho mejor que eso” le dijo sensual, le bajó el short dejando salir la duraverga, con el prepucio hasta la punta, más prieta, grande y gruesa que la delos otros dos, luego se puso de rodillas entre las piernas abiertas de él, consuavidad le bajó el prepucio hasta dejar la cabeza descubierta y sujetando suspechos, se inclinó hacia adelante y los apretó alrededor del pito de Gonzo,escupió sobre la cabeza hinchada y la saliva escurrió hasta la carne dura peroa la vez suave de sus chiches y comenzó a subir y bajar masturbándolo, elgordito cerró los ojos sintiendo el placer. El chino fue hasta ellos y seinclinó para besa a mi esposa en la boca, fue un húmedo y largo beso, “¿a mí mevas a hacer eso también?” le preguntó en voz baja a manera de una orden, “claroque si” le contestó ella “lo que tú quieras”, Rodo se acercó también, y mirandoal chino y le dijo en voz baja:” trae el colchón inflable de la cochera paraestar más cómodos “, el chino se subió el short mojado y salió de ahí caminandocon rapidez. “¿Te gusta?” le preguntó ella a Gonzo, sin abrir los ojos élcontestó que sí, “y falta lo mejor” dijo ella aún más sensual, fue cuando élabrió los ojos extrañado, para verla cómo, sin dejar el subibaja, comenzaba achupar la cabezota roja que apenas le cabía en la boca. Rodo miraba la rusa quemi esposa le hacía al gordito, cuando acercó su cadera hacia la cara de ellapara que le mamara también, y ella mirándolo a los ojos obedeció, tomandoturnos para chupar las cabezas sin dejar de hacerle la rusa a Gonzo, quien devez en cuando pasaba su mano por los pechos de Maggie para sentir su suavidad.El chino volvió, jalando un colchón inflable tamaño King que apenas entró porla puerta, y lo puso junto al jacuzzi y se sentó en la orilla masturbándose,para ver la escena de mi esposa haciéndole la rusa a Gonzo y chupándole a Rodo,“¿y yo que?” le dijo a mi mujer, ella lo miro con sus hermosos ojos ylevantándose con ayuda de los otros dos le dio un largo trago a su cerveza,salió del agua y sacó por encima de su cabeza el top del bikini, quedandototalmente desnuda en medio de esos tres. Poniéndose de rodillas, trató dehacerle también al chino una rusa, pero por la posición no pudo por más que seagachó mientras los otros dos le manoseaban la cola, así que le dijo al chinoque se pusiera de pie en medio del colchón, y ella fue de rodillas hasta él ysujetándose las tetas las apretó contra la verga dura de él para empezar amasturbarlo y chuparle el glande. De momento los otros dos no sabían que hacer,así que Gonzo acercó se paró a la par del chino para ofrecerle a mi mujer supito duro, mientras Rodo, saboreándose el culo de mi esposa, se acomodó derodillas detrás de ella, y pasando con la mano su verga por en medio de lasnalgas femeninas, buscó la entrada de la vagina, para luego meter su fierroentero en la lubricada cueva. Mi esposa suspiraba de placer sin dejar de chupara los otros dos, cuando Rodo comenzó el mete y saca. A mi me parecía que miesposa se deleitaba de ser el centro de atención de aquellos tres hombres, porquesus chupadas a los miembros eran suaves, pero a la vez fuertes como si se lasquisiera devorar, y ellos disfrutaban de la boquita que los succionaba conpasión y les chupaba los huevos de vez en cuando. Ella comenzó a gemir y a suspirarmás alto, lo cual indicaba que le llegaba un orgasmo, apretó los penes confuerza y, como si estuviera llorando, se sacudió en espasmos sin saber quehacer, Rodo aceleró las metidas sujetándola por las caderas y ella cayó con lacara al colchón, temblando incontrolablemente. Rodo se separó de ella, con elpene duro, pero le hizo señas al chino para que ocupara su lugar, quien, nitardo ni perezoso se acomodó detrás de mi esposa quien parecía desmayada, conel rostro bocabajo, pero con el culo parado, luego se agachó y abriendo lasnalgas de ella con las manos, se acercó a lamerle en medio, desde el culo hastala vagina, ella dio un gemido, un saltito y se incorporó para ver quien estabaahí detrás, luego cerró los ojos para disfrutad de la lamida, Rodo se sentófrente a ella con las piernas abiertas y su tremenda verga cerca de la cara demi esposa, quien cuando lo vio, se metió todo en la boca para comenzar a mamar.Gonzo de pie, solo los miraba, masturbándose sin saber que hacer, el chino sela cogía de manera furiosa, metiendo y sacando con fuerza y su cadera golpeabalas nalgas de mi Maggie cuando de pronto, sacó su pito de la rajada femenina yjalándose con fuerza disparó su semen en la espalda de mi mujer, segundosdespués, también Rodo dejó salir sus chorros de leche en las manos de miesposa. Los tres se recostaron respirando fuerte, y Gonzo se sentó tambiénjunto a ellos, fue cuando ella se dio cuenta “¡Gonzo!” le dijo sorprendida, “ytú, ¿qué?” se rieron juntos, éste solo sonrió, apenado.
Lo siguiente es parte de lo que viy oí en los videos, y parte lo que Rodo me contó: El sábado, mi esposa llegó alrancho y Rodo le abrió para que metiera el carro, y después de un apasionadobeso, la tomó de la cintura y la llevó dentro de la casa hasta el cuarto deljacuzzi, donde Gonzo lo estaba llenando de agua tibia, ella lo saludócortésmente sin notar la sonrisa maliciosa, el vaquero la llevó a un cuartoadjunto donde ella se podría cambiar, entraron y ella se sentó en la cama yRodo le dio una bolsita con el bikini que compramos juntos, ella abrió la bocacon las manos en sus mejillas por la sorpresa y se soltó riendo, “¿qué esesto?”, “pues tu traje de baño” dijo Rodo, “¿qué esperabas?”, “¡esto no me va atapar nada, te pasas!”, él la miró como si no pasara nada y le dijo:” noexageres, de todos modos vamos a estar dentro del agua”, ella lo miraba con unamezcla de excitación, duda y vergüenza, así que él la abrazó y la besótiernamente y le dijo “mira, el chino siempre nos presumía que su prometidaesta buena”, sabía que eso la tocaba en su orgullo “ quiero que acepte que tuestas mejor que ella”, ella lo miraba dudosa “ándale, no seas malita, porfavor”. Ella siguió riendo, pero aceptó, así que rodo se acostó en la camaatento y ella se puso de pie para quitarse la ropa frente al espejo, sedesabrochó la blusa y el bra, y se puso el top, luego se sacó la tanga pordebajo de la falda y se puso la del bikini, para luego quitarse la falda. DiceRodo que se le paró fuerte el miembro, que le dieron ganas de cogérsela ahímismo, pero sabía que, si le quitaba la calentura, había posibilidad de echartodo a perder, así que se acercó a ella y manoseándole las nalgas la besaba enlos hombros por detrás, mientras ella ronroneaba como un gatito. Ella se lerepegaba a el paquete que tenía detrás, fue cuando él pasó sus manos delante deella y le acariciaba las chiches sobre la tela delgada del top, que apenascubría el pezón. “Bueno,” dijo él separándose de ella y acomodándose laerección “voy a ver si ya está el agua”, y salió del cuarto dejándola sujetarseel cabello en una trenza. Afuera, el chino ya estaba dentro del aguaburbujeante, había traído las cervezas que le encargaron y estaba ansioso porlo que iba a disfrutar, Gonzo se había ido a cambiar así que Rodo se quitó elpantalón, ya traía puesto un short largo de baño, puso música en la bocina yquitándose la playera se metió al agua y le dijo al chino de cómo el bikini notapaba gran cosa, el chino apretándose el miembro bajo el agua, dijo: “yaquiero ver” y se rieron. Unos minutos pasaron y Gonzo llegó y se metió al aguatambién, después de abrir cervezas para todos, en eso estaban cuando voltearonhacia la cámara al unísono, el ruido de la puerta del cuarto se oyó y miesposita aparece con una pequeña toalla alrededor que llegaba solo a medio trasero,si la intención era taparse, por el contrario, la hacía verse más sexy, pueslas nalgas asomaban por debajo. Se acercó a ellos para saludar al chino y alagacharse, Rodo y Gonzo tuvieron a la vista su excelente culo. “¿y la toallapara qué?” le dijo Rodo dándole la mano para entrar, “nomas para meterme aljacuzzi” contestó ella y la tiró a un lado en cuanto sus piernas se cubrieronpor el agua, los otros dos soltaron un “¡Wow!” al ver la blanca y tersa pielcubierta por los diminutos triángulos de tela negra, ella se rió y se sentójunto a Rodo, pero el agua no le cubría los pechos, así que se tapaba con unbrazo. “No te tapes, para eso es el jacuzzi” le dijo Rodo, “¿para que me veancasi desnuda?” le preguntó ella sonriendo, “para relajarse” le dijo él,“además” dijo el chino “ya vimos eso la vez pasada”, “si” contestó ella “peroeso fue antes… además estaba tomada”, “eso se arregla fácilmente” completó elchino y alargó el brazo para tomar una cerveza de la hielera, y destapándola sela pasó a mi mujer, “entonces me quieren emborrachar” dijo aceptando labotella, ”no, como crees” dijo, poniendo cara de serio, pero luego lanzando unarisotada “bueno, la mera verdad es que si” y rieron todos. Mi esposa se hacíala difícil y eso me ponía caliente, ellos traban de hacer que se abriera, perola verdad es que el alcohol estaba logrando su cometido, además, Rodo no dejabade acariciarle las piernas bajo el agua y de besarla con ardor, de vez encuando le daba rozoncitos con los dedos en la vagina sobre la tela del bikini,lo primero que hizo ella al relajarse, fue bajar el brazo que cubría su pecho,así que ahora sus tetas estaban a la vista, húmedas y con los pezones duros porla calentura, cubiertos solo por los pequeños triángulos de tela; para lasegunda cerveza, ya estaba apretando bajo el agua la verga dura de Rodo, asíque él, subió la pierna de ella sobre su muslo para tenerla abierta con laspiernas abiertas, y poder jugar con su panocha. Maggie ya estaba caliente ytomada a la vez, eso era lo que pasaba siempre que ella tomaba cerveza negramodelo, se acercó al oído de Rodo y le susurró melosa “vamos a otro lugar másprivado, ¿sí?”, “¿para qué?” le preguntó él, “ya sabes para qué” le dijo ella, “si, ya sé,pero dime para qué” insistió el vaquero, ella lo miró un tanto enfadada, peroél aceleró el ritmo de sus dedos y ella cerró los ojos, “para que me cojas”dijo al fin. Para evitar que tuviera un orgasmo en ese momento, Rodo retiró lamano, la abrazó y, después de un beso lujurioso, le pidió que le abriera otracerveza, la hielera estaba al otro lado del jacuzzi, entre el chino y Gonzo. Yadesinhibida por el alcohol, ella se puso de pie, el agua le llegaba a mitad delos muslos, se agachó y se estiró para buscar dentro de la hielera y tomar unacerveza, los otros dos se inclinaron hacia delante sonriendo para acariciarlelas nalgas con la mirada, era obvio que ella se tardaba a propósito para eso,mi esposa solo volteó y le dio al chino una manotada en la cabeza, que provocóla risa de todos. Ella se levantó para volver a su lugar, pero por causa delagua, perdió el equilibrio y cayó en medio del jacuzzi, Rodo y el chino selevantaron rápidamente para ayudarla a levantarse, mientras ella reíaincontrolablemente, el chino la sostenía por detrás, con las manos en suspechos y restregando su duro miembro entre las nalgas, mientras Rodo la teníapor la cintura. Al ver la situación, el vaquero le dio un beso a mi esposa ysus manos acariciaron su cuerpo también. El cuerpo de Maggie se movíalentamente, frotándose a los cuerpos de los otros dos, el chino movió a loslados los triangulitos de tela y le torcía los pezones con los dedos, mientrasRodo, sin dejar de besarla le acariciaba la raja metiéndole los dedos entre loslabios. Estuvieron así por unos momentos, hasta que ella, como si despertara,se apartó de ellos sin dejar de reír, “¡ya, ya, ya!” dijo “ya es suficiente” yfue a sentarse a su lugar dejando a los dos con tremendas erecciones en mediodel agua, pero ya no se acomodó el sostén, ahora si sus pezones estaban a lavista de ellos. El chino lanzó un “noooooooo” y sujetándose el miembro se fue asentar, Rodo también, trayendo las cervezas que mi esposa no pudo. “¿por qué tequitaste?” preguntó Rodo “ya se estaba poniendo bueno”, “todavía no estoy tanborracha” dijo ella, ¡¿entonces solo necesitaba más alcohol para dejarse hacerde todo?! Rodo así lo entendió, porque abrió otra botella de cerveza y se ladio, “¡salud!” y todos contestaron igual.
“¿Quién estaba detrásde mí?” preguntó mi esposa, ya con dificultad por la cerveza, mirando al chinoy a Gonzalo, “ese wey” dijo Rodo señalando al chino, quien levantó su cervezacomo brindando de nuevo y preguntó: “era yo, ¿por qué?”, ella lo miró divertidapero acusadoramente “traes pistola “dijo acomodándose la tanga por detrás;éste, sobándose el miembro descaradamente respondió:” es que tú eres purapólvora”, todos rieron menos ella, que le dio un trago a su cerveza, Rodorecordó en ese momento mis consejos y le dijo a Gonzo, que tenía el celular quecontrolaba la bocina: “quita ya esa madre” refiriéndose a la música “pon unreguetoncito”, Gonzalo buscó en el celular y pronto se escuchaba ya una músicazalamera, a lo cual mi esposa al oírla, levantó las manos bailando en suasiento y balanceando las chiches desnudas a la vista de ellos, Rodo se lasacariciaba ya sin que ella protestara, “¿saben bailar reguetón?” les preguntógustosa, los otros se miraron extrañados y negaron con la cabeza, así que ellase levantó un tanto mareada y llamó al Gonzo, que se la comía con la mirada,pero éste se negó avergonzado, el chino levantó la mano con emoción “¡¡ Yo, yo,yo !!”, ella lo ayudó a levantarse y se paró frente a él, que la mirabacaliente pero sin saber que hacer, así que ella le agarró la mano y se la pusoen la cintura, levantó las manos y movía las caderas deliciosamente al ritmo dela música, doblando las rodillas. El chino, comenzó a hacer lo mismo, perorepegándo su cuerpo y en especial su paquete en el vientre de mi esposa y ellacomo si nada, de hecho, ella se balanceaba lado a lado y él solo se restregabade arriba abajo, lo cual hacía obvio que ella lo sentía en su totalidad. Luegoella le dio la espalda, parando rico las nalgas para que el amigo se tallara enella, él subió las manos que tenía en la cintura hasta la redondez de lospechos, y sujetándolos, jalaba el cuerpo de ella contra sí; mi esposa al sentirlas manos estrujando sus chiches, en un último ataque de conciencia y decoro,se agachó un poco para que el tipo se los soltara, pero seguía moviendo eltrasero en el pito de éste, él se separó un poco para observar las nalgasdesnudas de mi mujer y el delgado hilo entre ellas, así que poniendo una manoen la espalda de ella y sujetándose la verga con la otra, cubierta por la telamojada del short de baño, talló la dura cabeza a lo largo de la rajada femeninahaciendo que un labio vaginal escapara de debajo de la tela. Mi esposa pegó ungrito de sorpresa mezclada con risa y se enderezó de golpe con los ojos bienabiertos, para luego soltar la carcajada, el chino y ella se abrazarondivertidos, “¿seguimos?” le preguntó él cuando ella se calmó un poco, ella loempujó un poco, “no, contigo ya no” dijo ella, y señalando con la mirada laerección, “hasta que te relajes”. Y se volvió hacia Gonzo, que hasta esemomento no había hecho nada más que mirar todo y acariciar su propia verga bajoel agua, él no quería pararse, pero ella lo tomó de las manos y lo hizo ponersede pie, dejando ver su tremenda erección; ella hizo como si no se diera cuenta,puso una mano de él en su cintura y levantó una pierna a la cintura de él, paraque él se la sujetara con la otra mano, “no me vayas a soltar, Gonzo” le dijoamenazándolo, le puso los brazos alrededor del cuello, y dobló la cintura haciaatrás, dejando colgar su cabeza, lo que hacía que sus chiches sobresalieranduras y antojables. Comenzó a moverse de manera sensual, rosando su pubis en elpito de Gonzo, que solo se quedaba quieto, mirando las tetas de mi esposa ysintiendo su pene acariciado por el cuerpo de ella. El frotamiento eradelicioso, la rajada de mi esposa subía y bajaba a lo largo del tronco deGonzalo, dándole placer a ambos, “ándale Gonzo” le dijo ella coqueta “muévete”,y le dio la espalda para frotar ahora las nalgas en el pito de él. Parasorpresa de todos, ella tomó las manos de él y se las puso en sus pechosdesnudos, para luego soltárselas y levantar los brazos, bailando, él se diogusto estrujando las tetas de mi esposa, apretándolas y torciendo sus pezones,ella dio un gemido largo, fue una especie de señal que estaba caliente, Rodoaprovechó y se quitó el short, y poniéndose de pie fue hasta ellos y sujetandola cabeza de mi esposa le metió la lengua en la boca, mientras su mano se abríapaso bajo la tanga y sus dedos comenzaban a jugar con el clítoris. Rodo la tomóde una mano y la guio hasta su verga dura, que ella comenzó a acariciar dearriba abajo sin dejar separar las lenguas, para luego hacerle señas al chinoque se uniera a ellos. El chino se levantó de su asiento y fue a ellosbajándose el short un poco, tan solo para sacar su pene duro, entonces Rodo,como buen amigo, guio la otra mano de mi esposa para que acariciara el pito desu amigo. Era caliente ver a esos tres manoseando a mi esposa, quien ya nobailaba, sino solo se movía al compás de los dedos que tenía hurgando su vagina.El chino desató los cordones de la tanga, que cayeron a los lados, pero por lahumedad, los triángulos de tela se quedaron adheridos a la piel de Maggie; ellaal sentir eso, dejó escapar unos pequeños “¡no!” que más bien parecían gemidos,pero Rodo los apagó con sus besos, así que, el chino, empujando un poco alGonzo, agarró la parte trasera de la tanga y la deslizó lentamente jalándolahacia arriba, para arrojarla lejos una vez fuera. Siguieron los manoseos, hastaque Rodo, tomando la nuca de mi mujer, la jaló suavemente hacia delante y haciaabajo, ella ya estaba muy caliente como para resistirse, así que empinándose,se metió la verga del vaquero en la boca y comenzó a mamarla, Gonzo al ver estoaceleró el movimiento de rose, sujetando a mi esposa de las caderas, el chinoseguía manoseando las tetas de Maggie que colgaban deliciosamente, cuando ledijo al Gonzo:” mámale su panochita”, el gordito, sonriendo y respirando condificultad respondió:” yo quiero que me la mame a mí”, “tranquilo “ le dijo elchino, “primero mámale tú”, era obvio que el Gonzo hacía lo que los otros dosle ordenaran, así que dejó el frotamiento y se puso de rodillas, con ambasmanos abrió las nalgas, y como hipnotizado miraba la panocha depiladita y elapetecible culo de mi esposa, pasó sus dedos por los labios vaginales, los jalótiernamente y toqueteó el culito arrugado, “mámasela, wey” le dijo el chinoviendo que el gordito estaba como ido. Gonzo metió su cara entre las nalgas ycomenzó a lamer la vagina caliente de mi mujer, ella al sentir las chupadas,soltó la verga de Rodo para lanzar un suspiro con los ojos cerrados, que ellosaprovecharon para cambiar de posición y el chino le acercó el pito a los labiosfemeninos, ella dio una mirada solo para ver quien era el que estaba ahí y seintrodujo la cabeza roja en la boca, succionando. De ahí, tomaba turnos mamandouna verga y otra, de vez en cuando, Rodo jalaba su pito hacia arriba para queMaggie chupara sus huevos colgantes, el chino vio esto e hizo lo mismo, perosus huevos eran distintos, se veían colgar más pegados a su cuerpo y uno másgrande que el otro, pero mi esposa no hizo distinción y los chupaba con lamisma ansiedad que al otro. La cara de Gonzo se perdía entre las nalgas de miesposa, y solo se movía arriba y abajo, trataba de meter su lengua en el culoapretado para luego lamer los jugos vaginales que escurrían “sabe bien dulce surajadita” dijo levantando por un momento su cara para dirigirse a sus amigos,“tu mámale, wey” le dijo el chino “a ella le gusta”, “pero yo quiero que me lamame a mi” protestó Gonzo, mi esposa levantó la cabeza sin dejar de acariciarlas vergas en sus manos y se enderezó “¿quieres que te la mame?” preguntó calientemirando al gordito, quien sonriendo asintió sin dejar de lamer, ella seenderezó, lo tomó de la mano y lo llevó a la orilla del jacuzzi y lo hizosentarse ahí y recargarse hacia atrás sobre los codos, “te voy a hacer algomucho mejor que eso” le dijo sensual, le bajó el short dejando salir la duraverga, con el prepucio hasta la punta, más prieta, grande y gruesa que la delos otros dos, luego se puso de rodillas entre las piernas abiertas de él, consuavidad le bajó el prepucio hasta dejar la cabeza descubierta y sujetando suspechos, se inclinó hacia adelante y los apretó alrededor del pito de Gonzo,escupió sobre la cabeza hinchada y la saliva escurrió hasta la carne dura peroa la vez suave de sus chiches y comenzó a subir y bajar masturbándolo, elgordito cerró los ojos sintiendo el placer. El chino fue hasta ellos y seinclinó para besa a mi esposa en la boca, fue un húmedo y largo beso, “¿a mí mevas a hacer eso también?” le preguntó en voz baja a manera de una orden, “claroque si” le contestó ella “lo que tú quieras”, Rodo se acercó también, y mirandoal chino y le dijo en voz baja:” trae el colchón inflable de la cochera paraestar más cómodos “, el chino se subió el short mojado y salió de ahí caminandocon rapidez. “¿Te gusta?” le preguntó ella a Gonzo, sin abrir los ojos élcontestó que sí, “y falta lo mejor” dijo ella aún más sensual, fue cuando élabrió los ojos extrañado, para verla cómo, sin dejar el subibaja, comenzaba achupar la cabezota roja que apenas le cabía en la boca. Rodo miraba la rusa quemi esposa le hacía al gordito, cuando acercó su cadera hacia la cara de ellapara que le mamara también, y ella mirándolo a los ojos obedeció, tomandoturnos para chupar las cabezas sin dejar de hacerle la rusa a Gonzo, quien devez en cuando pasaba su mano por los pechos de Maggie para sentir su suavidad.El chino volvió, jalando un colchón inflable tamaño King que apenas entró porla puerta, y lo puso junto al jacuzzi y se sentó en la orilla masturbándose,para ver la escena de mi esposa haciéndole la rusa a Gonzo y chupándole a Rodo,“¿y yo que?” le dijo a mi mujer, ella lo miro con sus hermosos ojos ylevantándose con ayuda de los otros dos le dio un largo trago a su cerveza,salió del agua y sacó por encima de su cabeza el top del bikini, quedandototalmente desnuda en medio de esos tres. Poniéndose de rodillas, trató dehacerle también al chino una rusa, pero por la posición no pudo por más que seagachó mientras los otros dos le manoseaban la cola, así que le dijo al chinoque se pusiera de pie en medio del colchón, y ella fue de rodillas hasta él ysujetándose las tetas las apretó contra la verga dura de él para empezar amasturbarlo y chuparle el glande. De momento los otros dos no sabían que hacer,así que Gonzo acercó se paró a la par del chino para ofrecerle a mi mujer supito duro, mientras Rodo, saboreándose el culo de mi esposa, se acomodó derodillas detrás de ella, y pasando con la mano su verga por en medio de lasnalgas femeninas, buscó la entrada de la vagina, para luego meter su fierroentero en la lubricada cueva. Mi esposa suspiraba de placer sin dejar de chupara los otros dos, cuando Rodo comenzó el mete y saca. A mi me parecía que miesposa se deleitaba de ser el centro de atención de aquellos tres hombres, porquesus chupadas a los miembros eran suaves, pero a la vez fuertes como si se lasquisiera devorar, y ellos disfrutaban de la boquita que los succionaba conpasión y les chupaba los huevos de vez en cuando. Ella comenzó a gemir y a suspirarmás alto, lo cual indicaba que le llegaba un orgasmo, apretó los penes confuerza y, como si estuviera llorando, se sacudió en espasmos sin saber quehacer, Rodo aceleró las metidas sujetándola por las caderas y ella cayó con lacara al colchón, temblando incontrolablemente. Rodo se separó de ella, con elpene duro, pero le hizo señas al chino para que ocupara su lugar, quien, nitardo ni perezoso se acomodó detrás de mi esposa quien parecía desmayada, conel rostro bocabajo, pero con el culo parado, luego se agachó y abriendo lasnalgas de ella con las manos, se acercó a lamerle en medio, desde el culo hastala vagina, ella dio un gemido, un saltito y se incorporó para ver quien estabaahí detrás, luego cerró los ojos para disfrutad de la lamida, Rodo se sentófrente a ella con las piernas abiertas y su tremenda verga cerca de la cara demi esposa, quien cuando lo vio, se metió todo en la boca para comenzar a mamar.Gonzo de pie, solo los miraba, masturbándose sin saber que hacer, el chino sela cogía de manera furiosa, metiendo y sacando con fuerza y su cadera golpeabalas nalgas de mi Maggie cuando de pronto, sacó su pito de la rajada femenina yjalándose con fuerza disparó su semen en la espalda de mi mujer, segundosdespués, también Rodo dejó salir sus chorros de leche en las manos de miesposa. Los tres se recostaron respirando fuerte, y Gonzo se sentó tambiénjunto a ellos, fue cuando ella se dio cuenta “¡Gonzo!” le dijo sorprendida, “ytú, ¿qué?” se rieron juntos, éste solo sonrió, apenado.
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