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Los recuerdos de un casado bisexual

Los recuerdos de un casado bisexual
Para comenzar mi relato quiero comentarles que soy un hombre casado con una bella mujer a quien he amado por muchos años y que desde hace tiempo deseo compartirla con otros hombres...Soy bisexual y todavía tengo recuerdos de la primera vez que vi a un hombre masturbandose. Yo era un joven sin experiencia y estaba orinando metido en una maleza cuando de pronto veo a uno de los amigos de mi padre acercarse justo a donde me encontraba. El tipo era un marino mercante retirado, tenia los brazos tatuados, usaba unos jeans y una correa ancha. Se paró cerca y sin darse cuenta que lo estaba mirando se bajó el zipper del pantalón, yo pensé que quería orinar pero se sacó la verga para afuera y comenzó a jalarsela para alante y para atrás. Tenía una verga larga y ancha, llena de venas y la cabeza le brillaba. Según él movía su puño agarrandola por el tronco sus bolas también se movían. Mis ojos no se apartaban de ese trozo de carne en movimiento y mi curiosidad era tanta que salí de mi escondite y me paré justo frente a él.. El amigo de mi padre no se inmutó al verme, al contrario, me preguntó si yo quería tocarle la verga, y dejó que yo se la agarrara con mis dos manos. Su verga era tan grande que apenas mis manos cubrían la mitad, la sentía bien dura, entonces él me enseñó a masturbarlo. Tenia que apretarla y moverla de arriba a abajo agarrandola por el tronco. Me dijo que se lo estaba haciendo muy bien, pero que si le lamía su cabeza con mi lengua estaría mucho mejor. Yo estaba como hipnotizado hacía todo lo que él me decía, comencé a pasarle la lengua, y aprendí a chuparsela mientras lo masturbaba, de pronto él comenzó a venirse, puso sus manos en mi cabeza y empujó su verga en mi boca, fue cuando sentí que un liquido espeso salía disparado de su verga y me llenaba la boca. Yo no sabía si podía tragarmelo o escupirlo, pero como él seguía sujetando mi cabeza, terminé tragandolo todo. Entonces su verga se fué poniendo blanda en mi boca, él la sacó y le dió una última sacudida salpicando algo de semen en mi cara. Antes de marcharse me preguntó si me gustó mamarsela y le dije que sí, entonces quedamos que lo que hicimos seria un secreto entre nosotros. Mi padre no se enteró que yo le había mamado la verga a su mejor amigo ese día y que me tragué todo su semen.

Ya unos años mas tarde, pocos meses despues de haberme casado con mi esposa tuve la oportunidad de volver a mamarle la verga a otro hombre. Fué en un cine gay que quedaba cerca de mi trabajo. Todos los días pasaba frente a ese cine y sentía unas ganas enormes de entrar, y un día por fin lo hice. Recuerdo que cuando entré al teatro estaba tan obscuro que no veía nada y me senté sin darme cuenta al lado de un tipo que se estaba haciendo una paja.

Cuando mis ojos lograron aclimatarse a la obscuridad y pude verle bien la verga me entraron ganas de agarrarsela con mi mano.

El hombre dejó que yo lo masturbara un rato y luego me susurró al oído si yo quería mamarsela. Le dije que sí y en un segundo me metí su verga en mi boca.

Su verga olía bien rico, la tenia dura ,primero le chupé la cabeza, y luego me la fuí metiendo toda hasta sentir los pelos de su ingle en mis labios. Me gustó mamarsela, tanto que seguí chupando hasta que se vino en mi boca. Su corrida fue abundante, pero me la tragué toda, sin dejar caer una gota. Luego me dió las gracias y se fué. Yo todavía me sentía con ganas de seguir experimentando y me dirigí a los baños. Allí me encontré con varios hombres haciendo lo suyo. En una esquina vi a uno que estaba solo, tenía su verga fuera del pantalón, cruzamos miradas, me agradó su figura y me dirigí hacia él. Me pareció un hombre sumamente atractivo. Sin siquiera hablarnos comencé a acariciarle la verga. El me dió un beso en la boca, y sus manos me apretaron duro las nalgas. Un deseo inmenso se apoderó de mi y de pronto me ví de espaldas a él ofreciendole mi culo. El mismo bajó mis pantalones e inmediatamente sentí sus dedos tocándome el culo, con mucha maestría logró introducirme un dedo en el culo. Al principio me dolió un poco pero me acostumbre y comenzó a gustarme lo que hacía con su dedo. Luego su verga comenzó a rozar mi culo, la sentía dura, enorme, abriéndose paso poco a poco entre mis nalgas. Para que me entrara tuvo que usar bastante saliva, pero me la empujó completa. Y
fué una experiencia inolvidable, dolorosa, rica, deliciosa. El hombre me doblaba en edad pero tenia el vigor de un semental. Después de mucho rato dandome gustó en mi culo se vino llenandome las entrañas de semen. Desde ese momento supe que mi destino sería algún día encontrar un hombre con una verga como esa para mi mujer y para mi también. 

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