Mi esposa y yo estuvimos juntos más de años, incluso vivimos juntos, desde los 3 años de relación me enteré por primera vez que cogía con un amigo del trabajo, Jorge.
Todo comienza con la típica historia de alguien a quien conoció en su trabajo, compartían mucho tiempo juntos, incluso lo invitaba a las fiestas que compartíamos con nuestros amigos el común. Yo nunca he sido una persona celosa, y al inicio confiaba cuando me decía que era su mejor amigo y la gente en su trabajo inventaba historias de romance sobre ellos. Me imagino al principio sí era así, pero con el tiempo empezaron a intimar más allá.
Con el tiempo empecé a sospechar sobre sus adulterios, hasta que un día, viendo sus conversaciones en WhatsApp, encontré lo que no quería saber. ¿O sí?
Aunque en ellas no se hablaba de sexo explícito, era obvio que se referían a mantener relaciones sexuales en diferentes momentos, como cuando yo me fuera a trabajar, o que ya no podían esperar para irse juntos a trabajar, otra conversación trataba sobre cómo buscarían tener un fin de semana para ellos solos en algún pueblo mágico.
Pero esta historia es sobre una noche en específico, yo siempre he tenido el sueño pesado, y cuando me pongo ebrio no me despiertan con nada. Varias veces las fiestas terminaban en nuestra casa y cuando todos se iban y yo dormía, ellos se quedaban hasta altas horas "a seguir la fiesta".
Una de las conversaciones más recientes que descubrí en ese entonces pude rastrearla hasta la fecha y hora específicos en la que estábamos en una fiesta en nuestra casa. Supe lo que se decían mientras todos estábamos en la peda. Le escribía a Jorge cosas como: -No estés triste, no sabes las cosas que quiero hacerte pero aún están todos aquí!
O: -Ten paciencia, sabes que al final te voy a atender muy bien
Yo aún tenía fresca en la memoria esa fiesta, y aunque no sé qué pasó en realidad, solo puedo imaginar las cosas que hicieron mientras yo dormía en el cuarto a unos metros, con la puerta abierta a la sala donde ellos estaban. En esa sala teníamos un sofá cama donde al día siguiente los encontré durmiendo sin sospechar que algo hubiese pasado.
Repito que nunca sabré qué pasó en realidad, pero la conocía muy bien, y sumando un poco de mis fantasías, he creado bastante material para seguir matándome a pajas hasta el día de hoy de solo pensar.
Ella era una chica que disfrutaba más de dar placer que de recibirlo, por eso le encantaba mamarme la verga a cada rato, sobre todo al principio de la relación, llegó a hacerlo en lugares públicos o mientras compartíamos casa con mis hermanos, con el riesgo de que siempre entrara alguien en cualquier momento y nos descubriera. Aunque no le gustaba tragar mi leche, sí podía recibirla en otras partes de su cuerpo, tampoco le gustaba que usáramos condón y le encantaba sentir cómo explotaba dentro de ella. Además, cuando estaba muy caliente, según sus palabras, llegaba a hacer cosas que normalmente no haría.
He imaginado varias escenas sobre cómo pudo ser esa noche, pero de las que más me excita, es aquella en la que yo me encuentro roncando y ellos solos en la sala, con varias copas encima. Pienso cómo empezó a acariciarlo y a desvestirlo poco a poco, mientras él se dejaba hacer. Imagino que tal vez tenía un plan en caso de que me despertara de repente: En cuanto me escuchara levantarme o que dejara de roncar, Jorge entraría corriendo al baño cargando su ropa, y me dirían a mí que el baño estaba ocupado.
Pero mientras eso no ocurriera, tendría a disposición el cuerpo desnudo de Jorge, mientras que ella no se arriesgaría a quitarse la ropa, se conformaría con darle placer con la boca y dejar que Jorge le metiera mano de vez en cuando. Como toda fantasía, uno imagina que el amante tiene lo que uno no, y aunque mis dimensiones son promedio, me encanta visualizarla con unos 19 centímetros de carne y un par de huevos colgantes frente a su cara.
Como ya lo supondrán, esa noche yo no desperté más después de que me fui a acostar. Por lo que tuvieron lo que quisieron de la noche para que le diera todo el placer que quisiera a su amante. Me he corrido tantas veces pensando cómo la infiel, en su borrachera, le hacía tantas cosas a ese cabrón que a mí nunca me hizo, he imaginado que incluso se arriesgaron a tener sexo, sin condón, los dos sin ropa frente a mi, y me mola verla recibiendo la leche de su amante en su boca, en su cuerpo o en su ropa, sin importarles lo que yo pudiera pensar cuando los viera dormir juntos a la mañana siguiente.
Cuando yo descubrí esas conversaciones, no tardé en reclamarle y tuvimos una pelea muy fea, nos reconciliamos, me dijo que aún me amaba y que sí quería estar conmigo aún. Pero creo que dejé de ir la oportunidad de oro para decirle que lo que hacía con su amigo en realidad me calentaba más que nada.
Veo una historia paralela en la que los dos seguimos disfrutando de nuestra relación mientras ella lleva otros hombres para cogerlos en nuestra cama o donde quiera, llegar de trabajar y encontrarla comiéndose una buena verga sin siquiera preocuparse por mi presencia. Estar desayunando en nuestro comedor mientras su amante en turno se levanta de la cama para ir directo a aderezar con leche condensada su plato o directamente su boquita. Me gusta y me gustaría conocer historias en donde el amante puede entrar a la hora que quiera a nuestra casa y cogerla sin importar que yo esté durmiendo en la misma cama o viendo una película con ella.
Esta es solo una de las historias que me ha hecho fantasear a lo largo de los años, también tengo historias de tríos e infidelidades mías con familiares de ella, y de diferentes temas que uno va atesorando en una vida de morbo, fantasías y traumas.
Me gustaría registrar y compartir mis historias y fantasías y recibir comentarios de todo tipo, para enriquecer mis pensamientos, o para reflexionar sobre ellos de otras formas tal vez.
Todo comienza con la típica historia de alguien a quien conoció en su trabajo, compartían mucho tiempo juntos, incluso lo invitaba a las fiestas que compartíamos con nuestros amigos el común. Yo nunca he sido una persona celosa, y al inicio confiaba cuando me decía que era su mejor amigo y la gente en su trabajo inventaba historias de romance sobre ellos. Me imagino al principio sí era así, pero con el tiempo empezaron a intimar más allá.
Con el tiempo empecé a sospechar sobre sus adulterios, hasta que un día, viendo sus conversaciones en WhatsApp, encontré lo que no quería saber. ¿O sí?
Aunque en ellas no se hablaba de sexo explícito, era obvio que se referían a mantener relaciones sexuales en diferentes momentos, como cuando yo me fuera a trabajar, o que ya no podían esperar para irse juntos a trabajar, otra conversación trataba sobre cómo buscarían tener un fin de semana para ellos solos en algún pueblo mágico.
Pero esta historia es sobre una noche en específico, yo siempre he tenido el sueño pesado, y cuando me pongo ebrio no me despiertan con nada. Varias veces las fiestas terminaban en nuestra casa y cuando todos se iban y yo dormía, ellos se quedaban hasta altas horas "a seguir la fiesta".
Una de las conversaciones más recientes que descubrí en ese entonces pude rastrearla hasta la fecha y hora específicos en la que estábamos en una fiesta en nuestra casa. Supe lo que se decían mientras todos estábamos en la peda. Le escribía a Jorge cosas como: -No estés triste, no sabes las cosas que quiero hacerte pero aún están todos aquí!
O: -Ten paciencia, sabes que al final te voy a atender muy bien
Yo aún tenía fresca en la memoria esa fiesta, y aunque no sé qué pasó en realidad, solo puedo imaginar las cosas que hicieron mientras yo dormía en el cuarto a unos metros, con la puerta abierta a la sala donde ellos estaban. En esa sala teníamos un sofá cama donde al día siguiente los encontré durmiendo sin sospechar que algo hubiese pasado.
Repito que nunca sabré qué pasó en realidad, pero la conocía muy bien, y sumando un poco de mis fantasías, he creado bastante material para seguir matándome a pajas hasta el día de hoy de solo pensar.
Ella era una chica que disfrutaba más de dar placer que de recibirlo, por eso le encantaba mamarme la verga a cada rato, sobre todo al principio de la relación, llegó a hacerlo en lugares públicos o mientras compartíamos casa con mis hermanos, con el riesgo de que siempre entrara alguien en cualquier momento y nos descubriera. Aunque no le gustaba tragar mi leche, sí podía recibirla en otras partes de su cuerpo, tampoco le gustaba que usáramos condón y le encantaba sentir cómo explotaba dentro de ella. Además, cuando estaba muy caliente, según sus palabras, llegaba a hacer cosas que normalmente no haría.
He imaginado varias escenas sobre cómo pudo ser esa noche, pero de las que más me excita, es aquella en la que yo me encuentro roncando y ellos solos en la sala, con varias copas encima. Pienso cómo empezó a acariciarlo y a desvestirlo poco a poco, mientras él se dejaba hacer. Imagino que tal vez tenía un plan en caso de que me despertara de repente: En cuanto me escuchara levantarme o que dejara de roncar, Jorge entraría corriendo al baño cargando su ropa, y me dirían a mí que el baño estaba ocupado.
Pero mientras eso no ocurriera, tendría a disposición el cuerpo desnudo de Jorge, mientras que ella no se arriesgaría a quitarse la ropa, se conformaría con darle placer con la boca y dejar que Jorge le metiera mano de vez en cuando. Como toda fantasía, uno imagina que el amante tiene lo que uno no, y aunque mis dimensiones son promedio, me encanta visualizarla con unos 19 centímetros de carne y un par de huevos colgantes frente a su cara.
Como ya lo supondrán, esa noche yo no desperté más después de que me fui a acostar. Por lo que tuvieron lo que quisieron de la noche para que le diera todo el placer que quisiera a su amante. Me he corrido tantas veces pensando cómo la infiel, en su borrachera, le hacía tantas cosas a ese cabrón que a mí nunca me hizo, he imaginado que incluso se arriesgaron a tener sexo, sin condón, los dos sin ropa frente a mi, y me mola verla recibiendo la leche de su amante en su boca, en su cuerpo o en su ropa, sin importarles lo que yo pudiera pensar cuando los viera dormir juntos a la mañana siguiente.
Cuando yo descubrí esas conversaciones, no tardé en reclamarle y tuvimos una pelea muy fea, nos reconciliamos, me dijo que aún me amaba y que sí quería estar conmigo aún. Pero creo que dejé de ir la oportunidad de oro para decirle que lo que hacía con su amigo en realidad me calentaba más que nada.
Veo una historia paralela en la que los dos seguimos disfrutando de nuestra relación mientras ella lleva otros hombres para cogerlos en nuestra cama o donde quiera, llegar de trabajar y encontrarla comiéndose una buena verga sin siquiera preocuparse por mi presencia. Estar desayunando en nuestro comedor mientras su amante en turno se levanta de la cama para ir directo a aderezar con leche condensada su plato o directamente su boquita. Me gusta y me gustaría conocer historias en donde el amante puede entrar a la hora que quiera a nuestra casa y cogerla sin importar que yo esté durmiendo en la misma cama o viendo una película con ella.
Esta es solo una de las historias que me ha hecho fantasear a lo largo de los años, también tengo historias de tríos e infidelidades mías con familiares de ella, y de diferentes temas que uno va atesorando en una vida de morbo, fantasías y traumas.
Me gustaría registrar y compartir mis historias y fantasías y recibir comentarios de todo tipo, para enriquecer mis pensamientos, o para reflexionar sobre ellos de otras formas tal vez.
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