“Pesadilla”
Capítulo 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/4485799/Secretos-en-la-familia-Capitulo-l.html
Capítulo anterior: http://www.poringa.net/posts/relatos/4512329/Secretos-en-la-familia-Capitulo-IV.html
Luego de lo que ocurrió en el baño con mi tía, tomé una ducha y reflexione de lo lujurioso que me había vuelto, me sentía como un depravado, aun así me encantaba desear el cuerpo prohibido de mi madre y el de mi tía, quería tenerlos alrededor mío y jugar con ellos. Pero entonces, todo ese golpe de ansiedad que me consumía volvía al recordar a Emma con ese tal Christopher, y en mi cabeza solo gobernaba la intriga de saber ¿qué tipo de relación tenían ambos?
Después de secarme me fui a mi habitación para vestirme, en eso veo que tenía un mensaje de Agustina la cual me consultaba ¿qué hacía?, señalándome que ella había ido a correr, recordándome así que era sábado. Yo le contesté que tenía muchas cosas que hacer y averiguar, entonces ella me dijo que podía ir a su casa para ver las grabaciones, ya que había algo que quizás me iba a interesar. Ingenuo le dije que tal vez más tarde lo haría, tontamente imagine que se refería a algún coqueteo entre mamá y Jorge.
Hablando de mi madre, ella pensó que había salido junto a Emma, la cual lo más probable estaba con su amante en ese instante, por lo cual, fue una grata sorpresa para ella verme entrar a la cocina para comer algo. Estar sentado en la misma mesa con mujeres tan hermosas como mi mamá y mi tía, era un privilegio, es más, era como un sueño. Vicky estaba incomoda, por lo que había pasado, además de que la miraba fijamente, como un obsesionado.
A mamá le molestaba que yo le prestada más atención a mi tía que a ella, esa actitud celosa de mi madre, simplemente me encantaba, pues sentía que peleaba por mí y que quería que yo fuera más que su hijo. Lo mejor de todo es que Vicky poco a poco fue provocada por mi madre y tomó su característica actitud de seductora, solo para fastidiarla. Todo era felicidad para mí ¿y quién no lo estaría? con esas dos mujeres maduras, me sentía en el paraíso cuando ellas usaban sus cuerpos como recurso para llamar mi atención.
El ambiente paulatinamente se colocaba más caluroso, veía a mi mamá más atrevida incluso dispuesta a darme uno de esos sabrosos besos, para tenerme bajo su control, sin embargo, las cosas se enfriarían por los menos para mí, cuando tocaron la puerta. Eran aproximadamente las diez de la mañana en ese momento, mamá fue abrir creyendo que se trataba de Jorge, quién regresaba de unas compras.
Para la mala fortuna de mi madre, no era Jorge quien estaba detrás de la puerta, sino Pedro, nuevamente ese imbécil dejaba a mi madre muerta de miedo. Él saludo de forma muy afectuosa a mamá y le preguntó por mí, yo que había visto todo, me acerqué y le consulté de forma fría y seria, ¿para qué me necesitaba? El muy cabrón me dijo, –“Oh vamos amigo, yo preocupado por ti, porque no has ido a la escuela y tú me tratas de esta manera”- sin dejar de mirar el escote de mi madre. Yo me estaba enojando, pero antes que reaccione mal ante ese hijo de puta, mi tía se acercó y me abrazó.
Victoria: ¿Amigo? Pero si tú eres el gilipollas que siempre molesta a mi sobrino.
Expresó Victoria, Pedro al oírla apartó sus ojos de mi madre y los centró en mi tía. Sonrió como un degenerado y le contestó, que habían ocurrido muchas cosas entre nosotros, él se dio cuenta que ese odio que tenía hacía mí, no valía la pena. Mi tía al oír esa respuesta se rio y dijo, –“¿En serio esperas que me trague ese cuento?”- ella me abrazó con más fuerza, a pesar de que sus senos estaban en mi espalda, yo no me sentía cachondo, pues la actitud de ella era de una fiera que protegía a su cría. Pedro se quedaba sin argumentos, por lo que me dice que me va a enviar un mensaje, sobre un segundo encargo.
Cuando Pedro se largó, mi tía dejó de abrazarme, para pasar a una actitud más traviesa, ella se da vuelta y mostrándome su cola, me pregunta si tenía alguna mancha su pantalón. –N-no… Tía- respondí, ella riendo se vuelve a allegar a mí y me da un abrazo, a diferencia del anterior, en este la lujuria actuaba y mi pija se endureció lentamente. Mamá no tardó en actuar para llamar mi atención tal como estaba ocurriendo antes de que el estúpido de Pedro nos interrumpida. Ella abrazándome la espalda y mordisqueándome la oreja, me susurró, –“Hijo, ¿quieres acompañarme a mi cuarto por un momento?”-
La propuesta de mi madre me encanta, sin embargo, antes de que soltara a Vicky, ella se aproximó a mi otro oído y en un tono cautivador me murmulló, –“Yo, podría darte más que una simple calentura”- mi cabeza se llenó de obscenidades tras esa declaración, no sabía a quién de las dos obedecer, lo único que tenía claro, es que esas dos iban a matarme de la cachondez. Tal vez no era la respuesta que ninguna de las dos esperaba, pero nervioso y bajo presión, lo único que se me ocurrió decir en ese preciso momento fue, –Tengo que ir a comprar algo-
Separándome de ellas, salí a la calle para calmar esos deseos que me provocaban ambas, a pesar de haber atravesados ciertos límites con mamá, sentía que no estaba preparado con ir más lejos y aunque mi verga deseaba poder penetrar su vagina, mi mente de niño bueno, me decía que no. Una vez más, me sentía asqueroso por estar deseando a mi propia madre de manera sexual, aunque el sentimiento era peor al darme cuenta de que no podía sacarme a mamá de mi cabeza y solo quería hacerla mía, hacer la labor que mi padre no hacía.
Tras unas horas de pasear por la ciudad, me senté en un banquillo, el viento jugaba con mi cabello y mis ojos se centraron en una muchacha que estaba pintando. Su destreza era bastante superior a la mía, me preguntaba hace cuanto ella se dedicaba a eso. No obstante, no tenía el valor para acercarme a esa chica, tras un ligero suspiro, sentí que me rodeaban unos brazos mi cabeza quedaba entre unos senos. –“¿Quieres que me coloque celosa?”- escuche mientras levantaba la vista.
Era Agustina, quien aprovechó que coloqué mi rostro hacía arriba para besarme. Cuando ella me besaba los deseos inmorales hacía mi hermana, mi tía y mi madre, desaparecían e incluso esas preocupaciones y miedos que me rodeaban por los secretos que iba descubriendo. Al despegarme de eso labios, me saboreaba la melosa saliva de quien había llegado a mi vida para cambiarla para bien. Ella me sonrió y de pronto escucho, –“¿Bruno?”- desde la distancia.
Al mirar al frente me percato que aquella chica que estaba pintando era nada menos que Camila, la supuesta amante de mi padre. ¿Qué carajos hacía ahí? Fue lo primero que me pregunté, esa víbora como lo nombró mi padre el día anterior, se aproximó dónde estábamos nosotros. Mi vecina estaba confundida, pues no sabía de donde conocía a esa mujer, ella al quedarse parada en frente de los dos, me sonrió y luego miró a Agustina, –“Tú debes ser su novia, ¿verdad?”- le consultó directamente.
Agustina no sabía qué responder y yo tampoco, pero al ver a esa tipa tan sonriente, me entró un coraje, más al imaginarla con mi padre, riéndose de mi mamá. –Eso que te importa a ti- le respondí serio y tajante, su sonrisilla desapareció y en sus ojos pude ver tristeza, ¿qué carajos le pasaba a esa tipa?, ¿por qué me daba la impresión que le había dolido mis dichos?, Camila agachando la mirada nos pide perdón y regresa a donde estaba ella pintando.
Sin comprender la razón, me sentía mal al haber sido tan duro con esa tipa, había algo en ella que no me dejaba odiarla, sabiendo que era muy posible que tenía un romance con mi padre. Ella siguió dibujando, sin embargo, en su rostro ya no se veía alegría solo angustia, lo que me generaba más intriga y a la vez rencor conmigo mismo por la actitud. Mi vecina notó este remordimiento que me estaba matando, así que de manera directa me preguntó ¿qué me pasaba?
Yo: No lo sé con precisión pero creo que me siento mal por Camila.
Agustina: Así que se llama Camila, ¿puedo saber desde cuando tú conoces a esa tipa?
Manifestó celosa, era la primera vez que la veía así, una reacción que no esperaba ver en ella, después de que no le importará que Emma me la mamada e incluso me haya recomendado que le solicite una comida de polla a mi tía.
Yo: De ayer, cuando fui tras Emma me la encontré, ella estaba junto a mi padre y pienso que es su amante.
Luego de oír esa declaración mi querida vecina dejó de actuar hostil y apegando su boca en mi oído, me susurra.
Agustina: ¿Entonces qué esperas? Ve, pídele perdón por tu comportamiento e invítala a tomar un café con nosotros. Así vas a ir conociéndola más y averiguar exactamente si es la amante de tu padre.
El plan de Agustina no sonaba para nada mal, era el momento ideal para ir conociendo a esa tipeja y descubrir qué relación tenía con mi padre. Levantándome me acerqué a ella, Camila al verme se colocó algo inquieta, yo sin decirle nada tomé un pincel que no estaba usando y coloreé una zona de su lienzo, en aquel cuadro había dos golondrinas en el centro siendo separados por un oscuro cielo y una mano muy fina. Tenía curiosidad de saber qué significa su dibujo, pero no se lo pregunte, al mirarle le pedí disculpa y le propuse el café.
Camila estaba muy alegre después de esas palabras, tanto que me abrazó muy fuerte. Antes de que fuéramos por el café, ella llevó su cuadro al piso en donde vivía, el edificio literalmente estaba en frente en donde estábamos. Tras salir, nos desplazamos a una cafetería en donde interrogaría sutilmente a la colega de mi padre. No obstante, a diferencia del día anterior que parecía una perra coqueta, ese día actuaba tímida y no hablaba mucho, era completamente diferente a la mujer que había conocido hace un día.
Hubo un momento en que nos quedamos a solas, ya que mi vecina fue al baño, aproveche ese instante para consultarle ¿qué pretendía al jugar a ser una mojigata? Ella de manera extraña se ruborizó porque pase a tocar sus manos y tartamudeando me juró que esa era su verdadera personalidad y lo del día anterior, solo fue una actuación. Solté una carcajada al oír eso, para luego seguir interpelándola, esta vez buscaba saber ¿por qué quería que la pintara?
Camila: Era la excusa perfecta para que fueras a mi apartamento y vieras que también soy una artista como tú.
Yo: ¿Por qué? ¿Qué quieres de mí? Mi padre me dijo que no eres de fiar.
Camila: (Suspira) Bruno, yo no soy la mujer que tu padre y madre quieran que creas.
Yo: ¿Mi madre? ¿De qué hablas? Si ella no te conoce.
Su rostro era de afligido, quería decirme una verdad tal vez, sin embargo, algo se lo impedía.
Camila: Pe-perdón Bruno, gracias por el café, pero ya me tengo que ir.
No podía creer que fuera la misma tipa que conocí en ese estacionamiento, me estaba abrumando en un mar de misterios. Agustina al salir del baño se me aproxima con un rostro bastante perplejo. Al preguntarle qué le pasaba, ella me dijo que nada, terminamos de comer y caminamos hacia nuestros hogares. Antes de dirigirme al mío, mi vecina me consultó si quería ver lo que había encontrado en las grabaciones, yo pensé en decir no, porque imaginaba que era Jorge coqueteándole a mi madre.
No obstante, cuando la rubia se colocó algo nerviosa y me manifestara que mejor no la vea, que quizás eran solo ideas suyas, las incertidumbres me invadieron y le pedí que me las mostrada. Al estar dentro de su casa, Agustina prendió su ordenador y seguía inquieta, se movía de un lado a otro, como si fuera animal en una pequeña jaula, al colocar dichas grabaciones se fue a una de las ventanas y soltó un largo suspiro. Yo me concentré en el vídeo, en donde salía mamá hablando por teléfono, ella actuaba nerviosa como casi siempre.
Todo hasta ahí estaba bien, no veía nada raro y fuera de lo normal, hasta que de repente suena el timbre y Agustina me dijo, –“Mejor no lo veas, Bruno. Déjame recopilar más información y después te lo muestro”-, evidentemente esas palabras me dejaron con más intriga y quise ver lo que sucedía después. Mi madre abría la puerta y apenas lo hace unas manos rodean su cintura e intentan besarla, aun así no se le veía el rostro, ella lo detiene pero no de manera brusca, era más bien de forma cautelosa.
Mamá apoya la cara de ese sujeto entre sus senos y le dice algo en su oído, cuando ese tipejo voltea, me dio cuenta que era nada menos que Pedro, –¿Qué cojones?- murmuré. El desgraciado le dice algo a mi madre y se va, justo cuando mi tía entraba en escena y le pregunta a mamá, ¿quién era?, ella le contesta que solo era el cartero. En mi cabeza me negaba a aceptar lo que había visto, era como una pesadilla, mi madre y mi peor enemigo ¿tenían un romance?, fue lo primero que me pregunté.
Dirigiéndome a la salida, no dejaba de cuestionarme todo, la imagen de mi perfecta madre se transformaba en la de una zorra adicta a vergas. Estaba muy molesto, necesitaba respuestas a lo que acababa de ver, Agustina trató de detenerme, para que me calmada un poco y pensará en lo que haría. Sin embargo, yo solo quería averiguar la verdad, trasladándome hasta mi casa, llego y entro, percatándome que el lugar estaba completamente en silencio.
Era extraño porque podía ver las llaves de mi madre colgadas al lado de la puerta, así que ella no había salido. –¿Estará en su dormitorio?- me interpelé a mí mismo, continué caminando hasta que escuché unas risitas. Quedé alerta por estas, sabía de donde provenían, así que me desplacé hasta el baño, con el corazón palpitando cada vez más rápido. Al llegar podía ver que la puerta estaba entreabierta, me allegaba para mirar, a la vez que oía, –“Uuuff, pero que troncazo tienes chico”-
Era mi madre y estaba compartiendo la ducha con el hijo de puta de Jorge. El desgraciado estaba parado mientras que la cerda de mi madre en cuclillas, agarrando el pene de mi primo y se lo introducía en la boca. Todo mi mundo se derrumbó en ese instante, unas par de lágrimas fluyeron de mis ojos entre tanto veía y descubría el verdadero rostro de quien yo creía perfecta. –“Jo-joder tía, finalmente estamos a solas, para disfrutar como en el cumpleaños de mi padre”- expresó el mal nacido.
Quería detenerlos obviamente, aparecer de manera sorpresiva y golpear al imbécil de Jorge, desenmascarar a mi madre. Pero también quería saber más de ese lado que yo desconocía de mamá, ver hasta donde era capaz de llegar, por ese mismo motivo, me quedé quieto observándola comiendo la verga de mi primo. Ella se lo engullía la mitad de ese trozo de carne y luego se lo retiraba para saborearse con una sonrisilla guarra, mira al idiota de Jorge y coloca su erguido miembro entre sus tetas que todavía estaban enjabonadas.
Isidora: Hhmm Jorgito, no te imaginas las ganas que tenía de comer tu pollón.
Dijo apretando ese mástil venoso con sus senos, moviéndolos de arriba hacia abajo, mientras su lengua traviesa rozaba la cabezota de esa polla que llegaría fácilmente a medir 20 centímetros.
Jorge: Uuuhhh… Ti-tía… Si tan necesitaba estaba, debió haberme dicho, yo con mucho gusto la hubiera consentido en las noches…
Isidora: Fue algo que contemple, pero desde que Bruno casi me atrapa con Antonio, no he querido correr riesgos, porque no quiero que mi niño se aleje de mí.
Respondió viendo asombrada como ese tronco vigoroso sobresalía de sus senos.
Jorge: ¿Po-por qué estás obsesionada tanto con Bruno?
Consultó agarrando la cabeza de mi madre la cual jugaba con su glande, ella apartándose se relame con unas hilazas ya de semen entre sus labios.
Isidora: ¿Por qué mejor no disfrutas de mi cuerpo?
Jorge: Ooohhh... T-tía…
Mamá continuó jugando con el pene de Jorge, pasando su lengua alrededor del tallo, mordisqueando esos huevos peludos y tragándose todo ese sable dentro de su garganta. Él no lo soportó más y eyaculó dentro de su boca, mamá bien cerda se tragó todo esa esperma. Ella se preparaba para volver a jugar con esa verga, sin embargo, justo suena mi celular, haciendo que se separe de mi primo y asustada se levante. Yo por mi parte corrí de forma sigilosa y contesté mi móvil fingiendo que recién había llegado.
–Sí, dime Agustina- expresé sin saber quién me estaba llamando, a la vez que mi madre cubriendo su cuerpo con una delgada bata de baño se asomaba. Por muy molesto que estaba por haberla descubierto devorándole la polla a mi primo, no podía dejar de excitarme con ella, lucia increíblemente sensual y por dentro me moría de envidia por la suerte del maldito cabrón de Jorge. –“¿Agustina?, no cariño soy yo tu tía, quería pedirte si podías venir a buscarme”- comentó Victoria.
–Claro, dime en dónde estás y en un par de minutos estaré por ahí- le respondí sin dejar de admirar la figura todavía húmeda de mi madre. Mi tía me daba su ubicación y apenas le corto, mamá se me acerca para consultarme si había llegado recién. Yo guardé silencio por unos segundos, porque al tenerla tan de cerca se me venían aquellas recientes imágenes del baño. –Sí, mamá- declaré, ella sonriendo me abrazó y llevó mi rostro a sus pechos.
Aquello me irritó porque tan solo hace unos minutos atrás el miembro de mi primo estaba entre medio de esos redondos y acogedores senos. Quise apartarme inmediatamente de ella, no obstante, la lujuria fue mayor. De manera extraña toda esa rabia se transformó en calentura, quería abrirle su bata y jugar con esas tetas tal como lo había hecho Jorge. No sé si era por el aroma que desprendía su lascivo cuerpo o el miedo de perderla, algo que no quería hacerlo.
–Ma… Mami- murmuré aguantando la tentación, –“¿Qué pasa bebé? ¿Quieres un beso de mami?”- consultó con un tono travieso. Yo quería decirle que sí y que fuéramos a su cuarto a consumir ese fantástico deseo que nos domaba. Sin embargo, ella declaró antes, –“Con gusto te daré un beso, pero debes prometerme algo Bruno, dejarás de ver a esa tal Agustina. Ya sabes que esa niñita no me gusta para nada, además solo te lleva a un mal camino”-
Si bien en el tono que lo dijo fue serio, lo que más me aterró era su mirada, parecía estar determinada a hacer lo necesario para que Agustina se alejada de mí. Obviamente no respondí, no podía aceptar aquello, por más que mamá me calentara, pudo que en el pasado me haya alejado de alguna chica que se me acercó hablar conmigo, por petición de mamá, pero esta vez era diferente, Agustina era más que una simple chica, para mí.
Entonces fui viendo el rostro enojado de mi madre, porque de seguro esperaba que le respondiera, –Sí mami, lo que tú digas-, ella iba a manifestar algo, cuando justo apareció Emma, la cual al vernos se nos une. Mi hermana me abrazó por la espalda y sus manos juguetonas acariciaban ligeramente mi entrepierna, en donde destacaba el bulto que originó mi madre.
Emma: Veo que tienes un juguete por aquí hermano.
Dijo la muy puta agarrando mi tronco, estar entre ellas el estímulo que estaba invadiendo mi cuerpo cada vez parecía difícil de contener. Pero otra vez mi celular suena, recordaba que tenía que ir a buscar mi tía, así que se los hago saber a ellas. Mamá de manera descarada se colocó celosa, lo que me causo gracia y a la vez algo de molestia. Con mi hermana en casa sabía que Jorge no se iba a atrever hacer algo con mamá, por lo que salí tranquilo, para ir en búsqueda de mi tía.
Al llegar donde se encontraba Vicky, ella estaba siendo acortejada por unos sujetos, no obstante, en vez de sentirse cómoda y alegre, se le notaba tensa. Aproximándome me meto entre esos dos sujetos y sonriendo sujeto la mano de mi tía, la cual soltó un suspiro aliviador. –Dios mío, pero que hermosa estás, con razón les estás quitando el aire a cualquiera que te mire- expresé, llevándome a esa preciosura y dejando a esos otros dos tontos desconcertados.
Victoria no dijo nada al principio, sin embargo, a mitad de camino ella me dio las gracias y luego de un breve silencio, me mencionó lo que pasó en la mañana en el baño. Solo con rememorar esa situación sentí el aumento de mi temperatura corporal, con mis ojos fui desvistiéndola y ella se sonrojaba con esa mirada fija que tenía. –“Bru-Bruno, ¿te pasa algo?”- balbuceó nerviosa, –Uuufff, tía… Con solo recordar sus curvas me dan ganas de trazarla- le dije quedando a unos centímetros de ella.
Vicky: E… Eso fue un error Bruno, fue algo que no debiste hacer. Sin embargo, voy a perdonarte, a cambio que dejes de mirarme así y que te olvides de aquello, porque no va a volver a pasar.
Yo: Lo entiendo tía y me disculpo, pero joder, cuando la vi en ropa interior, con esas tetazas y ese enorme culo, disponible para mí, simplemente me dejé llevar.
Le susurre sobando mis labios en los de ella, vi como su cuerpo maduro tiritó. Volvimos a casa en donde todo nuevamente se disfrazaría y todos actuaríamos como una familia normal. Con máscaras que ocultaban cada una de nuestras verdaderas naturalezas, mientras cenábamos, le pedí las grabaciones de esa jornada a mi vecina y de reojo veía a mi madre, quien maquillaba muy bien su personalidad, actuando como una ama de casa amorosa y una fiel esposa.
Esperé a Jorge para vayamos a dormir, él no tomo mi actitud como algo extraña y yo tampoco vi que estaba desesperado por terminar lo que había iniciado en el baño con mi madre. Al recostarme en mi cama, me coloqué a revisar los vídeos de las cámaras, sentía una gran ansiedad de querer llegar al momento en donde mi primo se le insinuó a mi mamá y cómo está decidió comerle la verga. No entendía porqué aquello que en un principio me causaba dolor, ahora me estaba cachondeando.
Acelerando el metraje llegué a un punto en donde figuraba mi tía y lo detuve, joder el cuerpazo que tenía Vicky era digno de una Diosa. En ese momento mi tía se agachó para recoger algo, y se le veía de frente su hermoso culo pomposo, tomando mi pene empecé a jalármela, deleitándome con esa increíble figura. Mientras me masturbaba viendo esa imagen de mi tía, en mi memoria revivía aquello que experimente en el baño con ella, en mi cabeza me decía que tenía que buscar una forma de hacer que Vicky me la mamada.
Entre tanto pensaba en ese pervertido plan, la grabación fue avanzando, entonces llegué al instante que quería observar. Estaba templando completamente y sentía que mi corazón se aceleraba. Para mi sorpresa, Jorge no hizo nada, él se metió al baño y pocos minutos después mi madre abrió un poco la puerta y lo estuvo espiando, la muy guarra de seguro comprobaba que nadie los iba a interrumpir, unos minutos después se desvistió, para ir a complacerlo.
Me sentía algo frustrado pues quería saber cómo fue la reacción que tuvo Jorge al ver a mi mamá encuerada entrando al baño. También sí se besaron o no y si acariciaron sus cuerpos ardientes. Ya que entre que ella entró al baño y yo los descubrí, fue un lapso de 10 minutos. En mi cabeza me imaginaba cómo pudieron ser las cosas y vaya que me encendía pensar que mi primo quedó anonadado al ver ese voluptuoso cuerpo desnudo allegándose a él y que mamá traviesa le haya pedido compartir la ducha, mientras sus manos acariciaban ese sable erecto.
Mi mente se perdió pensando en las diferentes posibilidades, sin que me diera cuenta, pasó cerca de una hora, desde que me había sumergido en mis pensamientos. Al salir debajo de las cobijas me doy cuenta que mi primo no estaba en su cama, quizás fue al baño me dije, sin embargo, pasaron como 5 minutos y todavía no regresaba. Me bajó la curiosidad y me levante de manera silenciosa, procuré pisar cuidadosamente para no llamar la atención de nadie.
Al ir acercándome al dormitorio de mis padres, empiezo a oír unos jadeos y el ruido de un golpeteo constante. –¿Papá está cumpliendo sus labores?- me pregunté, sospechando de que no era así. Me tiritaba la mano de la impaciencia que tenía, al abrir la puerta de forma cautelosa, observé por la obertura y me quedé tieso por lo que descubrí. No, no era mi madre follando con mi primo en frente de mi padre, de hecho ella ni estaba ahí. Lo que me dejó perplejo fue ver a mi padre, dándole duro a Emma.
Entre todas las cosas que se me pasaron por la cabeza en esos cortos segundos en donde giraba la manilla, encontrar a papá con mi hermana era algo que jamás se me pasó. Con mis pupilas dilatadas, era testigo de cómo mi padre empotraba a Emma de una manera salvaje. Mi hermana estaba boca abajo con sus manos apoyadas en el respaldo de la cama, con su cuerpo extendido, levantando su colita y mordía una sábana para callar sus gemidos. El cuerpo robusto de papá se apoyaba sobre ella, a la vez que se la clavaba y sus grandes manos estrujaban los pechos de Emma.
Del impacto pase a cachondearme por el morbo de esa escena, además de que el infeliz de mi padre no era para nada tierno con mi hermana, se la metía de manera brusca, pero a ella le encantaba. Soltando por unos segundos esa tela húmeda entre sus dientes, ella suelta un sutil suspiro, –“Uuuhhh… Pa-papi…”- decía con su voz entre cortada. –“¿Qué pasa mi zorrita? ¿Quieres que papi baje la intensidad? Porque si es así, no lo haré querida, no después que hayas sido tú la que me despertara para coger”- contestó él.
Emma: Nngg… N-no papi… Tú sabes que me gusta que me des así de duro… Hhmmm…
Daniel: ¿Entonces qué quiere mi nena?
Emma: Ooohhh, yo… Yo quiero uno de tus jugosos besos papá…
Él complació la petición de mi hermana y le dio un fogoso beso, pude ver desde ángulo como sus bocas se devorar con fervor y lleno de lujuria, mientras la tranca de mi padre seguía entrando y saliendo de ese coñito que yo hace unos días todavía consideraba virgen. Al separarse vi que se mordieron los labios y unas hilazas de babas recorrían por la barbilla de Emma, liberando unos cortos aunque apasionados chillidos. –“Joder hija, yo debería estar castigándote en vez de satisfaciéndote porque todavía sigues con el idiota de tío”- le susurró papá dándole una nalgada.
Emma: Oooohhh papi… He sido una niña muy mala, pero entiende que él sabe algo que yo quiero y que tú no me quieres decir, además de que conocer otro secreto tuyo y es por ese secreto que hay que tenerlo feliz porque dudo que quieras que se sepa esa verdad, ¿cierto?
Manifestó la putilla de mi hermana, moviendo sus caderas para no dejar de sentir ese tronco empalmándola.
Daniel: Tienes razón cariño, solo por eso permito que ese idiota siga divirtiéndose con tu cuerpecito, el cual es solo mío.
Emma: Aaahhhfff… Pa… Pá… Soy tuya, sin embargo… También quiero que me permitas jugar con Bruno…
Los senos de mi hermana brincaban con cada estocada que le daba mi padre, él al oír eso sonrió y comenzó a darle todavía más fuerte. Agarrándola de su cintura sumerge hasta el fondo su miembro y Emma empuñando sus manos libera un fuerte aullido.
Daniel: Así que por eso viniste a mamármela y luego me ofreciste tu estrecho coño, solo para solicitarme que Bruno también te use.
Emma: Síííí, papiiii… Estoy loca por mi hermanito y ya se la he chupado, pero ahora quiero que me haga suya como tú…
Daniel: Que perra eres, igual que tu madre.
Emma: ¿Cu-cuál de las dos?
Consultó para mi sorpresa.
Daniel: Uuufff, no lo sé… Alba era igual de guarra que tú, no le importaba donde hacerlo o si su esposo estaba cerca, jamás oculto lo zorra que era, por eso me asombró que el pobre de Guillermo murió sin enterarse de los grandes cuernos que tenían, que sus amigos disfrutaban de su mujer delante de su cara. Sin embargo, te comportas igual que Isidora, aparentando ser perfecta e inocente, pero en realidad son unas putas. ¿Así que tú eliges a quién parecerte?
Emma: Aahh, eeee… E-entonces, qui-quiero ser como mami Isidoraaa…
Expresó, dejándome helado, toda la información que había descubierto en esos instantes lo estaba procesando. Papá sabía que mamá tenía amoríos con otros y lo más probable que ella también y hasta incluso sabe que él y Emma se revuelcan. ¿Entonces por qué discuten tanto? ¿Acaso era otra farsa más para ocultarme sus verdaderas personalidades? Estaba completamente abrumado, hasta que me pregunté en dónde podía estar mamá en ese instante.
Levemente escucho un pequeño suspiro proveniente del cuarto de mi tía, curioso deje de observar a mi padre con mi hermana y partí a ver a mi tía, al llegar, observo a Jorge, con sus pantalones abajo y sobando su pene en el rostro de Vicky, la cual dormía. El desgraciado también le pellizcaba los pezones, por eso mi tía había chillado y susurraba el nombre de Eduardo. Quería detener a ese gilipollas, no obstante, justo me llega un mensaje al móvil.
Lo revisó y me doy cuenta que era de ese número desconocido que me había enviado un vídeo de señora Natacha y una foto de mi madre. En esta ocasión me compartía un link, en donde habían varios vídeos en donde figuraban Milfs, muchas de ellas las conocía porque eran madres de compañeros de clases, por ahí veía un par de la madre de César y en los más reciente veía uno de mi madre. Había sido subido hace un par de días, aunque mamá portaba una máscara veneciana, su figura era inconfundible para mí.
La duración del vídeo era breve algo no más de 10 minutos y en ella mi mamá solo se la mamo al desgraciado que me quería torturar. Repentinamente llegó otro mensaje que decía, –“Ok, Brunito. Es hora del espectáculo, ven a esta dirección y se testigo de lo que es capaz de hacer tu mamacita”-, aparte de la ubicación me compartieron una foto en donde salía mamá totalmente desnuda. Al levantar mi mirada me percató que el imbécil de mi primo se estaba pajeando con las tetas de mi tía.
–“Dios mío, que preciosos pechos tienes, no sé si los de mi tía son mejores o los tuyos putita”- murmulló el cabrón, sin que ella abriera los ojos. Yo no sabía qué hacer, si alejar al idiota de Jorge de Vicky o tratar de salvar a mi madre de ese capullo desconocido. Elegí la segunda, disculpándome con mi tía, salí de la casa de manera sigilosa y luego me monté en la bici para llegar al recinto en donde estaría mamá. No tarde en llegar, sin embargo, por la adrenalina que llevaba en ese momento no me di cuenta de la presencia de un tipo que me golpeó la cabeza.
Cuando recobre el conocimiento, estaba sentado a una silla con las manos y pies amarrados, además de una cinta en la boca para que no pudiera hablar. Al frente de mí había una ventana que daba con otra habitación, en dicho cuarto vi a mi madre parada con una fina bata de seda. Todo indicaba que ella no tenía idea de que yo la estaba viendo, porque miraba con intriga al cristal, entonces la puerta de ese dormitorio se abrió y entraron cuatro sujetos.
El corazón se me paralizó al ver que eran nada menos que Pedro y su escuadra de amigos. Yo no estaba preparado psicológicamente para eso, pero por más que quería impedirlo no podía, sin tener otra opción más que mirar algo que me dejaría roto ese día. Mamá suspiro y esos cabronazos que todavía estaban vestido, se fueron quitando los pantalones y le enseñaron sus vergas erectas, el que más destacaba entre ellos era el capullo de Pedro, aunque no la tenía tan grande como el puerco de Jorge, era la que más le gustaba a mi madre.
Aunque no pude evitar sentirme confundido, pues se suponía que ese hijo de puta estaba detrás de todo esto y pero su verga no lucía igual a quien mamá se lo chupaba en el vídeo de 10 minutos. Fue entonces que apareció un quinto integrante, quien resultó ser nada menos que César, –¿Qué hace ese pendejo aquí? ¿Qué no estaba en Portugal?- me interrogué pensando que todo era una jodida broma de mal gusto. A diferencia de los otros cuatros, César actuaba más tímido y avergonzado.
Pedro tocando su hombro le dice que debía cambiar la cara, porque tenían una bella y erótica Milf, para ellos. –“Pe… Pensé que con el vídeo estaba todo listo”- afirmó mi ex vecino incómodo. –“Por lo mismo imaginé que ibas a querer más que una simple mamada de esta hermosura. Además, si no cumples ya sabes quién va a pagar las consecuencias”- sentenció el otro, con una sonrisa llena de maldad. César levantó su mirada y por unos segundos me estuvo mirando fijamente, como si supiera que estaba ahí viéndolo todo.
–“Perdón”- expresó, entonces comprendí que él estaba haciendo eso, solo para liberar a su madre de las manos de esos gilipollas. El cabrón de Pedro se rio al escuchar esa disculpa y mi madre que no entendía nada, miraba de nuevo hacía el cristal extrañada. Los idiotas rodearon a mamá y le dijeron que comience con César, que le bajara el pantalón y se lo mame. Ella obedeció y a pesar de que la situación no le agradaba, quien había sido mi vecino, ya la tenía dura.
Mamá fue pasando su lengua alrededor de ese tronco y con sus dedos jugaba con los huevos de César. Él se quejaba de placer y lo comprendía, si ya había experimentado una de esas deliciosas e increíbles mamadas. Los otros pendejos se flotaban sus pollas y el imbécil de Pedro se aproximaba a la ventanilla con una sonrisa. Sin decir absolutamente nada, veía la burla en sus ojos y tras un gesto con el que me señalaba que iba a clavársela a mi madre, se aleja y allega a ella.
El maldito jaló del cabello a mi mamá y la hizo que se trague toda su tranca en la boca de una. Mi madre lo hacía con mucho gusto y luego de retirarse el pene de ese idiota, les dio una corta chupada a los otros tres. –“Pero que guarra eres Isidora”- comentó Pedro, mamá no dijo absolutamente nada, solo se dedicó a continuar mamando, envolvía entre sus labios las vergas de cada uno de esos pendejos y si buscaban hacer que me sienta humillado, lo habían logrado.
Tras estar así unos minutos, hicieron que mamá les pase su lengua por el orto de cada uno, esos cabrones en verdad quería que me quebrada completamente, observando a mi madre obedecerle en cada uno de sus malditos y perversos caprichos. Posterior a aquello pidieron a mamá que se retire la bata, haciéndole un baile y que se colocada de cuatro en la cama que había. Ella una vez más hizo todo lo que pedía Pedro y al estar mostrando su dulce y ardiente coño, el idiota le pide a César que inicie.
Mi ex vecino se mostraba nervioso, fue incapaz de moverse hasta que mi propia madre lo alentó, meneando su cola preciosa y diciendo que estaba anhelando tener dentro de ella ese trozo de carne. César estaba perdiendo la cabeza, no obstante, aún no tomaba el suficiente valor para empotrar a esa madura pervertida. Por lo mismo mi madre se dio vuelta y acariciando el rostro del chico le da un beso apasionado que haría que olvide cada uno de esos temores que lo invadían.
Isidora: Mientras César me la mete en la vagina, ¿quién de ustedes va usar mi culo?
Estoy seguro que eso no se lo esperaban esos estúpidos, mi mamá se había aburrido de sus jugueteos y solo quería terminar aquello a su manera. –“Que guarra”-, –“Que puta”-, –“Que cerda”- murmuraban esos desgraciados. Pero esas palabras en vez de ofender a mi madre la alentaban, besando con vehemencia a César otra vez, se acomodaba para guiar la tranca del chico hacia su vulva que estaba empapadísima. Al separarse de su boca, mamá lleva la cara de nuestro ex vecino entre sus tetas y comienza la punta entrar dentro de ella.
–“Uufff, no te imaginas cuanto tiempo llevaba ansiando por esto. Siempre que ibas a mi casa y te quedabas mirándome, quería llevarte a un rinconcillo y hacer que me la metieras, sin embargo, eras el amigo de mi hijo y no podía traicionarlo así”- dijo mi madre, totalmente fuera de sí. –“Pero ahora no hay alternativa, así que planeo gozarlo y espero que tú también lo hagas”- concluyó, descendiendo paulatinamente hasta que tiene todo ese miembro dentro de su coño vulgar.
César la tomó de la cintura y empezó a moverse bajo el ritmo de ella, quien con sus manos se abre las nalgas y nuevamente solicitó que alguien usara ese orificio, que se moría por divertirse. La cara de Pedro era de mayor asombro que la mía, mirando a la ventana con una sonrisa de oreja a oreja, se acerca donde mi madre para darle lo que pedía. Ella se mordió los labios y yo aprecie como su ano se extendía y se adaptaba al grosor del pene de mi peor enemigo.
Aun cuando tenía su vagina y su culo ocupados, mi madre parecía insatisfecha, así que le pide a los otros tres que se aproximen que todavía tenía su candente boca desocupada. Ellos le hicieron caso y al quedar enfrente de ella, solo ven como mamá jugaba con sus pollas. Yo siendo testigo de esa pesadilla, no era capaz de creérmelo lo que estaba observando y a pesar de que era humillante todo eso, me excitaba muchísimo verla mamando así y moviendo sus caderas para sentir esas trancas bien profundas.
Dejaba de chupar una y su cabeza se volteaba para engullirse otra, sin mostrar signos de cansancio. El ruido obsceno que hacía con boca cada vez que mamaba esos penes, me embriagaban en una cachondez anormal. El cual solo aumentaba por los coros de sus gemidos y de esas pelotas chocando contra su piel. Me fue imposible no tenerla dura después de un par de minutos, al estar observando la desconocida cara de mi madre, que empezó a chuparle los huevos a esos pendejos.
Metiéndoselos alternadamente en la boca, –¿Cómo no fui capaz de darme cuenta que mamá siempre fue así de guarra?- me preguntaba, intentando de alguna manera aliviar mi erección. Ella no paraba de mover sus caderas ni tampoco de chupar, lamer y morder esas vergas, acompañado de un coro de gemidos, noté que los tres idiotas que recibían la majestuosa mamada de mamá empezaron a temblarle las piernas y en cuestión de segundos soltaron una gran carga sobre el cuerpo ardiente de ella.
Mi madre les limpió sus trancas dejándoselas relucientes, mientras los otros dos seguían ensartándoselas. Pero César comenzaría a llegar también a su límite, susurrándole en el oído a mamá que se vendría, ella desmonta de él y pide que se corra entre sus tetas. Mi ex vecino no lo dudo, era el sueño de cualquiera usar esos dos hermosos melones y acabar entre ellos. Tras hacerlo, quedó recostado en la cama y mi mamá se saboreaba el esperma que le habían dado, Pedro era el único que seguía, sin embargo, también se le veía ya temblando.
Él seguía manteniéndose agarrado firme en sus caderas, no obstante, al percatarse que esas hermosas tetas bailaban, decidió llevar sus manos hacía esos enormes senos y ella gritó de gusto. –“Uuhhhm… Síííí, cabrón, síííí… Fóllame así de duro”- rogaba mi madre, queriendo venirse. Yo no podía parar de mirar y escuchar a mi madre mientras era penetrada por el maldito de Pedro. Él soltó esas tetas y le cogió el cabello, solo para insértala con fuerza y hacerla aullar con más fuerza.
El cuerpo entero de mamá tembló, estaba cerca de acabar y lo peor de todo es que lo haría el gilipollas de Pedro. Sus jadeos fueron incrementando hasta que oí uno bien profundo y observé como una cascada se desprendía de la vulva de mi madre. –“Vamos date la vuelta zorra, que quiero bañar tu cuerpo completo”- le señaló el cabrón de mi compañero de colegio. Mamá se dio vuelta y vi como un gran chorro la cubrió por completa, exhaustos se quedaron en la cama recostados.
Después de aquello mi madre se levantó y se vistió sin saber que yo había sido testigo de todo. Miró a Pedro que se sentaba en la cama y le decía, –“Espero que con esto ya no me amenaces con decirle la verdad a mi hijo”-, esa declaración me volvía a perturbar, ¿cuál era la verdad que todos temían que me entere?, –“Descuide señora, tiene mi palabra, su hijo jamás se va a enterar de aquello”- respondió el desgraciado riendo. Ella se fue y tras unos minutos Pedro fue a desatarme.
Pedro: Amiguito del alma, espero que no haya rencores, después de todo te di una vista privilegiada. Esta fue una tradición que comencé hace un tiempo y tu madre fue la última porque literalmente fue todo un lío hacerla caer.
Expresó con una sonrisa todavía en su cara de imbécil.
Pedro: Sin embargo, no estés triste, ya que tú vas a tomar el puesto de César y nos vas a acompañar en nuestra próxima aventura.
Yo: Pensé que mi madre fue la última.
Pedro: La última de nuestro grado, ya que la última Milf que quiero cogerme es la de un pendejo que va en un curso inferior al nuestro. Él se llama Benjamín, no sé si lo conoces, pero su madre es un pivonazo de infarto.
–“Vaya, por ese motivo te acercaste a mí”- interrumpió April, –“Sí, quería advertirle lo que le podía pasar, aunque veo que eso no era necesario”- respondí, con una sonrisa, ella soltó también una pequeña risita y tras hacerlo dice, –“Unos niñatos no son problemas para mí, la única persona que me preocuparía sería tu madre”-, quejándome una pequeña intriga, –“No me malentiendas, no le temo a Isidora, pero digamos que no tengo el mejor recuerdo de ella, pero sigue”- sentenció.
Quería preguntarle sobre su conflicto con mi madre, sin embargo, preferí dejarlo pasar y continuar con mi historia. Tras vivir esa horrible experiencia volví a mi casa, en donde me recosté en mi cama, pensando cuál era la verdad que mis padres no querían que supiera y aceptaban cosas denigrantes para que los otros se callen. Todas esas ideas se esfumaron cuando Agustina me mensajea para preguntarme cómo estaba, yo le respondí que bien, aunque aproveché la instancia para pedirle un favor.
Quería que averigüe todo sobre el tal Christopher, ya que algo no me cuadraba y era que mi padre cuando cogía con Emma, habló de un tío, ¿era el tal Christopher un familiar de mi hermana?, era la intriga que me invadía. Después de eso cerré los ojos y alejé mis pensamientos de esos misterios que me estaban ajetreando. Me levanté con la intención de bajar a comer algo, a pesar de que no me sentía preparado para mirar a la cara a mi padre, a mi hermana y mucho menos a mi madre.
Me estaba sentando en la cama cuando Vicky entra, ella llevaba un vestido corto que le llegaba hasta los muslos, ella como siempre lucía increíble y muy ardiente. Entonces recordé que la había abandonado a su suerte en la madrugada y la curiosidad de saber qué había pasado entre ella y Jorge al final, se apoderó de mí.
Vicky: ¿Te ocurre algo cariño?
Dijo preocupada, caminando hacía las ventanas, para tocar las cortinas, dándome recién cuenta que me habían sacado la persiana.
Yo: N-no tía, no me pasa nada.
Vicky: Entonces ¿por qué no bajaste a desayunar? Extrañe tus miradas.
Señaló mirándome y levantando su colita preciosa como si quisiera que se la admire.
Yo: Po… Porque… No lo sé.
Afirmé perdiéndome en su figura exquisita, no entendía muy bien ese comportamiento coqueto de mi tía, si ella el día anterior me pidió que olvide lo que pasó en el baño y ahora llegaba a presumirme su cuerpazo.
Vicky: Vas a pensar que estoy loca, ya que ayer te pedí que no me mires más de esa forma lujuriosa, porque soy tu tía. Sin embargo, cuando salí a correr hoy, me topé con tu noviecita.
Yo: ¿C-co-con Agustina?
Pregunté nervioso al verla disminuir la distancia entre los dos.
Vicky: Sí, es muy amable ella, me agrada. En fin, nos ejercitamos las dos y luego me pidió ayuda.
Declaró sentándose a mi lado y acelerando mi corazón al tenerla tan cerca.
Vicky: Al principio me negué, porque me aterraba la idea, pero anoche me ocurrió algo y con solo recordarlo me hizo darme cuenta que estaba siendo injusta contigo.
Yo: ¿Algo? ¿Q-qué pasó tía Victoria?
Consulté fingiendo desconocer que mi primo había ido a su cuarto. Lo más seguro que ella y ese idiota terminaron cogiendo.
Vicky: Anoche tu primo Jorge se metió en mi habitación y aprovechando que yo estaba durmiendo, comenzó a tocarme.
Yo: ¿Qué?
Vicky: Sí… Bueno, me desperté justo cuando él estaba a pronto de correrse, estaba usando mis tetas para masturbarse. Yo asustada lo empujé y le pedí que se fuera de mi cuarto, él me rogó para que yo por lo menos terminé de masturbarlo con mi mano, sin embargo, me rehusé.
Contestó, dejándome intrigado sobre lo que quería entonces.
Vicky: Cuando Agustina me estaba tratando de convencer para que aceptada su propuesta, me di cuenta que tal vez por mi culpa, tú y tu primo, andan tan distraídos, después de todo casi me muevo en pelotas en esta casa y uso atuendo muy provocativos. Ustedes solo son unos jovencitos llenos de hormonas que quieres soltarlas.
Manifestó apoyando sus manos en mis piernas y con su cara a unos leves centímetros de la mía.
Yo: (Suspiro) Vi… Vi-Vicky…
Vicky: (Sonríe) Ssshhh… No digas nada Bruno, no tiene nada malo, excitarte con tu tía.
Yo: ¿Ah, no?
Victoria soltó una leve risita, pensé que estaba me estaba jugándome una broma, así que tras oírla reír, yo también lo hice, cerrando los ojos. No obstante, cuando los abrí, ella siguió allegándose a mí y susurrándome en al oído me dice, –“Claro que no, sobrino. Es normal y por eso te voy a dar unas lecciones para que seas un estupendo amante”-
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Este capítulo debió haber salido el martes, pero por los problemas ha tenido la página, ese día me fue imposible publicarlo. Por lo mismo decidí omitir alguna imagen o gif en este relato, porque se demoraba mucho en cargar. Aún así, espero que os guste esta nueva entrega, que la disfrutéis y quizás la otra semana también publique solo un día, porque voy a estar ocupado. Gracias a todos quienes apoyan.
Capítulo 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/4485799/Secretos-en-la-familia-Capitulo-l.html
Capítulo anterior: http://www.poringa.net/posts/relatos/4512329/Secretos-en-la-familia-Capitulo-IV.html
Luego de lo que ocurrió en el baño con mi tía, tomé una ducha y reflexione de lo lujurioso que me había vuelto, me sentía como un depravado, aun así me encantaba desear el cuerpo prohibido de mi madre y el de mi tía, quería tenerlos alrededor mío y jugar con ellos. Pero entonces, todo ese golpe de ansiedad que me consumía volvía al recordar a Emma con ese tal Christopher, y en mi cabeza solo gobernaba la intriga de saber ¿qué tipo de relación tenían ambos?
Después de secarme me fui a mi habitación para vestirme, en eso veo que tenía un mensaje de Agustina la cual me consultaba ¿qué hacía?, señalándome que ella había ido a correr, recordándome así que era sábado. Yo le contesté que tenía muchas cosas que hacer y averiguar, entonces ella me dijo que podía ir a su casa para ver las grabaciones, ya que había algo que quizás me iba a interesar. Ingenuo le dije que tal vez más tarde lo haría, tontamente imagine que se refería a algún coqueteo entre mamá y Jorge.
Hablando de mi madre, ella pensó que había salido junto a Emma, la cual lo más probable estaba con su amante en ese instante, por lo cual, fue una grata sorpresa para ella verme entrar a la cocina para comer algo. Estar sentado en la misma mesa con mujeres tan hermosas como mi mamá y mi tía, era un privilegio, es más, era como un sueño. Vicky estaba incomoda, por lo que había pasado, además de que la miraba fijamente, como un obsesionado.
A mamá le molestaba que yo le prestada más atención a mi tía que a ella, esa actitud celosa de mi madre, simplemente me encantaba, pues sentía que peleaba por mí y que quería que yo fuera más que su hijo. Lo mejor de todo es que Vicky poco a poco fue provocada por mi madre y tomó su característica actitud de seductora, solo para fastidiarla. Todo era felicidad para mí ¿y quién no lo estaría? con esas dos mujeres maduras, me sentía en el paraíso cuando ellas usaban sus cuerpos como recurso para llamar mi atención.
El ambiente paulatinamente se colocaba más caluroso, veía a mi mamá más atrevida incluso dispuesta a darme uno de esos sabrosos besos, para tenerme bajo su control, sin embargo, las cosas se enfriarían por los menos para mí, cuando tocaron la puerta. Eran aproximadamente las diez de la mañana en ese momento, mamá fue abrir creyendo que se trataba de Jorge, quién regresaba de unas compras.
Para la mala fortuna de mi madre, no era Jorge quien estaba detrás de la puerta, sino Pedro, nuevamente ese imbécil dejaba a mi madre muerta de miedo. Él saludo de forma muy afectuosa a mamá y le preguntó por mí, yo que había visto todo, me acerqué y le consulté de forma fría y seria, ¿para qué me necesitaba? El muy cabrón me dijo, –“Oh vamos amigo, yo preocupado por ti, porque no has ido a la escuela y tú me tratas de esta manera”- sin dejar de mirar el escote de mi madre. Yo me estaba enojando, pero antes que reaccione mal ante ese hijo de puta, mi tía se acercó y me abrazó.
Victoria: ¿Amigo? Pero si tú eres el gilipollas que siempre molesta a mi sobrino.
Expresó Victoria, Pedro al oírla apartó sus ojos de mi madre y los centró en mi tía. Sonrió como un degenerado y le contestó, que habían ocurrido muchas cosas entre nosotros, él se dio cuenta que ese odio que tenía hacía mí, no valía la pena. Mi tía al oír esa respuesta se rio y dijo, –“¿En serio esperas que me trague ese cuento?”- ella me abrazó con más fuerza, a pesar de que sus senos estaban en mi espalda, yo no me sentía cachondo, pues la actitud de ella era de una fiera que protegía a su cría. Pedro se quedaba sin argumentos, por lo que me dice que me va a enviar un mensaje, sobre un segundo encargo.
Cuando Pedro se largó, mi tía dejó de abrazarme, para pasar a una actitud más traviesa, ella se da vuelta y mostrándome su cola, me pregunta si tenía alguna mancha su pantalón. –N-no… Tía- respondí, ella riendo se vuelve a allegar a mí y me da un abrazo, a diferencia del anterior, en este la lujuria actuaba y mi pija se endureció lentamente. Mamá no tardó en actuar para llamar mi atención tal como estaba ocurriendo antes de que el estúpido de Pedro nos interrumpida. Ella abrazándome la espalda y mordisqueándome la oreja, me susurró, –“Hijo, ¿quieres acompañarme a mi cuarto por un momento?”-
La propuesta de mi madre me encanta, sin embargo, antes de que soltara a Vicky, ella se aproximó a mi otro oído y en un tono cautivador me murmulló, –“Yo, podría darte más que una simple calentura”- mi cabeza se llenó de obscenidades tras esa declaración, no sabía a quién de las dos obedecer, lo único que tenía claro, es que esas dos iban a matarme de la cachondez. Tal vez no era la respuesta que ninguna de las dos esperaba, pero nervioso y bajo presión, lo único que se me ocurrió decir en ese preciso momento fue, –Tengo que ir a comprar algo-
Separándome de ellas, salí a la calle para calmar esos deseos que me provocaban ambas, a pesar de haber atravesados ciertos límites con mamá, sentía que no estaba preparado con ir más lejos y aunque mi verga deseaba poder penetrar su vagina, mi mente de niño bueno, me decía que no. Una vez más, me sentía asqueroso por estar deseando a mi propia madre de manera sexual, aunque el sentimiento era peor al darme cuenta de que no podía sacarme a mamá de mi cabeza y solo quería hacerla mía, hacer la labor que mi padre no hacía.
Tras unas horas de pasear por la ciudad, me senté en un banquillo, el viento jugaba con mi cabello y mis ojos se centraron en una muchacha que estaba pintando. Su destreza era bastante superior a la mía, me preguntaba hace cuanto ella se dedicaba a eso. No obstante, no tenía el valor para acercarme a esa chica, tras un ligero suspiro, sentí que me rodeaban unos brazos mi cabeza quedaba entre unos senos. –“¿Quieres que me coloque celosa?”- escuche mientras levantaba la vista.
Era Agustina, quien aprovechó que coloqué mi rostro hacía arriba para besarme. Cuando ella me besaba los deseos inmorales hacía mi hermana, mi tía y mi madre, desaparecían e incluso esas preocupaciones y miedos que me rodeaban por los secretos que iba descubriendo. Al despegarme de eso labios, me saboreaba la melosa saliva de quien había llegado a mi vida para cambiarla para bien. Ella me sonrió y de pronto escucho, –“¿Bruno?”- desde la distancia.
Al mirar al frente me percato que aquella chica que estaba pintando era nada menos que Camila, la supuesta amante de mi padre. ¿Qué carajos hacía ahí? Fue lo primero que me pregunté, esa víbora como lo nombró mi padre el día anterior, se aproximó dónde estábamos nosotros. Mi vecina estaba confundida, pues no sabía de donde conocía a esa mujer, ella al quedarse parada en frente de los dos, me sonrió y luego miró a Agustina, –“Tú debes ser su novia, ¿verdad?”- le consultó directamente.
Agustina no sabía qué responder y yo tampoco, pero al ver a esa tipa tan sonriente, me entró un coraje, más al imaginarla con mi padre, riéndose de mi mamá. –Eso que te importa a ti- le respondí serio y tajante, su sonrisilla desapareció y en sus ojos pude ver tristeza, ¿qué carajos le pasaba a esa tipa?, ¿por qué me daba la impresión que le había dolido mis dichos?, Camila agachando la mirada nos pide perdón y regresa a donde estaba ella pintando.
Sin comprender la razón, me sentía mal al haber sido tan duro con esa tipa, había algo en ella que no me dejaba odiarla, sabiendo que era muy posible que tenía un romance con mi padre. Ella siguió dibujando, sin embargo, en su rostro ya no se veía alegría solo angustia, lo que me generaba más intriga y a la vez rencor conmigo mismo por la actitud. Mi vecina notó este remordimiento que me estaba matando, así que de manera directa me preguntó ¿qué me pasaba?
Yo: No lo sé con precisión pero creo que me siento mal por Camila.
Agustina: Así que se llama Camila, ¿puedo saber desde cuando tú conoces a esa tipa?
Manifestó celosa, era la primera vez que la veía así, una reacción que no esperaba ver en ella, después de que no le importará que Emma me la mamada e incluso me haya recomendado que le solicite una comida de polla a mi tía.
Yo: De ayer, cuando fui tras Emma me la encontré, ella estaba junto a mi padre y pienso que es su amante.
Luego de oír esa declaración mi querida vecina dejó de actuar hostil y apegando su boca en mi oído, me susurra.
Agustina: ¿Entonces qué esperas? Ve, pídele perdón por tu comportamiento e invítala a tomar un café con nosotros. Así vas a ir conociéndola más y averiguar exactamente si es la amante de tu padre.
El plan de Agustina no sonaba para nada mal, era el momento ideal para ir conociendo a esa tipeja y descubrir qué relación tenía con mi padre. Levantándome me acerqué a ella, Camila al verme se colocó algo inquieta, yo sin decirle nada tomé un pincel que no estaba usando y coloreé una zona de su lienzo, en aquel cuadro había dos golondrinas en el centro siendo separados por un oscuro cielo y una mano muy fina. Tenía curiosidad de saber qué significa su dibujo, pero no se lo pregunte, al mirarle le pedí disculpa y le propuse el café.
Camila estaba muy alegre después de esas palabras, tanto que me abrazó muy fuerte. Antes de que fuéramos por el café, ella llevó su cuadro al piso en donde vivía, el edificio literalmente estaba en frente en donde estábamos. Tras salir, nos desplazamos a una cafetería en donde interrogaría sutilmente a la colega de mi padre. No obstante, a diferencia del día anterior que parecía una perra coqueta, ese día actuaba tímida y no hablaba mucho, era completamente diferente a la mujer que había conocido hace un día.
Hubo un momento en que nos quedamos a solas, ya que mi vecina fue al baño, aproveche ese instante para consultarle ¿qué pretendía al jugar a ser una mojigata? Ella de manera extraña se ruborizó porque pase a tocar sus manos y tartamudeando me juró que esa era su verdadera personalidad y lo del día anterior, solo fue una actuación. Solté una carcajada al oír eso, para luego seguir interpelándola, esta vez buscaba saber ¿por qué quería que la pintara?
Camila: Era la excusa perfecta para que fueras a mi apartamento y vieras que también soy una artista como tú.
Yo: ¿Por qué? ¿Qué quieres de mí? Mi padre me dijo que no eres de fiar.
Camila: (Suspira) Bruno, yo no soy la mujer que tu padre y madre quieran que creas.
Yo: ¿Mi madre? ¿De qué hablas? Si ella no te conoce.
Su rostro era de afligido, quería decirme una verdad tal vez, sin embargo, algo se lo impedía.
Camila: Pe-perdón Bruno, gracias por el café, pero ya me tengo que ir.
No podía creer que fuera la misma tipa que conocí en ese estacionamiento, me estaba abrumando en un mar de misterios. Agustina al salir del baño se me aproxima con un rostro bastante perplejo. Al preguntarle qué le pasaba, ella me dijo que nada, terminamos de comer y caminamos hacia nuestros hogares. Antes de dirigirme al mío, mi vecina me consultó si quería ver lo que había encontrado en las grabaciones, yo pensé en decir no, porque imaginaba que era Jorge coqueteándole a mi madre.
No obstante, cuando la rubia se colocó algo nerviosa y me manifestara que mejor no la vea, que quizás eran solo ideas suyas, las incertidumbres me invadieron y le pedí que me las mostrada. Al estar dentro de su casa, Agustina prendió su ordenador y seguía inquieta, se movía de un lado a otro, como si fuera animal en una pequeña jaula, al colocar dichas grabaciones se fue a una de las ventanas y soltó un largo suspiro. Yo me concentré en el vídeo, en donde salía mamá hablando por teléfono, ella actuaba nerviosa como casi siempre.
Todo hasta ahí estaba bien, no veía nada raro y fuera de lo normal, hasta que de repente suena el timbre y Agustina me dijo, –“Mejor no lo veas, Bruno. Déjame recopilar más información y después te lo muestro”-, evidentemente esas palabras me dejaron con más intriga y quise ver lo que sucedía después. Mi madre abría la puerta y apenas lo hace unas manos rodean su cintura e intentan besarla, aun así no se le veía el rostro, ella lo detiene pero no de manera brusca, era más bien de forma cautelosa.
Mamá apoya la cara de ese sujeto entre sus senos y le dice algo en su oído, cuando ese tipejo voltea, me dio cuenta que era nada menos que Pedro, –¿Qué cojones?- murmuré. El desgraciado le dice algo a mi madre y se va, justo cuando mi tía entraba en escena y le pregunta a mamá, ¿quién era?, ella le contesta que solo era el cartero. En mi cabeza me negaba a aceptar lo que había visto, era como una pesadilla, mi madre y mi peor enemigo ¿tenían un romance?, fue lo primero que me pregunté.
Dirigiéndome a la salida, no dejaba de cuestionarme todo, la imagen de mi perfecta madre se transformaba en la de una zorra adicta a vergas. Estaba muy molesto, necesitaba respuestas a lo que acababa de ver, Agustina trató de detenerme, para que me calmada un poco y pensará en lo que haría. Sin embargo, yo solo quería averiguar la verdad, trasladándome hasta mi casa, llego y entro, percatándome que el lugar estaba completamente en silencio.
Era extraño porque podía ver las llaves de mi madre colgadas al lado de la puerta, así que ella no había salido. –¿Estará en su dormitorio?- me interpelé a mí mismo, continué caminando hasta que escuché unas risitas. Quedé alerta por estas, sabía de donde provenían, así que me desplacé hasta el baño, con el corazón palpitando cada vez más rápido. Al llegar podía ver que la puerta estaba entreabierta, me allegaba para mirar, a la vez que oía, –“Uuuff, pero que troncazo tienes chico”-
Era mi madre y estaba compartiendo la ducha con el hijo de puta de Jorge. El desgraciado estaba parado mientras que la cerda de mi madre en cuclillas, agarrando el pene de mi primo y se lo introducía en la boca. Todo mi mundo se derrumbó en ese instante, unas par de lágrimas fluyeron de mis ojos entre tanto veía y descubría el verdadero rostro de quien yo creía perfecta. –“Jo-joder tía, finalmente estamos a solas, para disfrutar como en el cumpleaños de mi padre”- expresó el mal nacido.
Quería detenerlos obviamente, aparecer de manera sorpresiva y golpear al imbécil de Jorge, desenmascarar a mi madre. Pero también quería saber más de ese lado que yo desconocía de mamá, ver hasta donde era capaz de llegar, por ese mismo motivo, me quedé quieto observándola comiendo la verga de mi primo. Ella se lo engullía la mitad de ese trozo de carne y luego se lo retiraba para saborearse con una sonrisilla guarra, mira al idiota de Jorge y coloca su erguido miembro entre sus tetas que todavía estaban enjabonadas.
Isidora: Hhmm Jorgito, no te imaginas las ganas que tenía de comer tu pollón.
Dijo apretando ese mástil venoso con sus senos, moviéndolos de arriba hacia abajo, mientras su lengua traviesa rozaba la cabezota de esa polla que llegaría fácilmente a medir 20 centímetros.
Jorge: Uuuhhh… Ti-tía… Si tan necesitaba estaba, debió haberme dicho, yo con mucho gusto la hubiera consentido en las noches…
Isidora: Fue algo que contemple, pero desde que Bruno casi me atrapa con Antonio, no he querido correr riesgos, porque no quiero que mi niño se aleje de mí.
Respondió viendo asombrada como ese tronco vigoroso sobresalía de sus senos.
Jorge: ¿Po-por qué estás obsesionada tanto con Bruno?
Consultó agarrando la cabeza de mi madre la cual jugaba con su glande, ella apartándose se relame con unas hilazas ya de semen entre sus labios.
Isidora: ¿Por qué mejor no disfrutas de mi cuerpo?
Jorge: Ooohhh... T-tía…
Mamá continuó jugando con el pene de Jorge, pasando su lengua alrededor del tallo, mordisqueando esos huevos peludos y tragándose todo ese sable dentro de su garganta. Él no lo soportó más y eyaculó dentro de su boca, mamá bien cerda se tragó todo esa esperma. Ella se preparaba para volver a jugar con esa verga, sin embargo, justo suena mi celular, haciendo que se separe de mi primo y asustada se levante. Yo por mi parte corrí de forma sigilosa y contesté mi móvil fingiendo que recién había llegado.
–Sí, dime Agustina- expresé sin saber quién me estaba llamando, a la vez que mi madre cubriendo su cuerpo con una delgada bata de baño se asomaba. Por muy molesto que estaba por haberla descubierto devorándole la polla a mi primo, no podía dejar de excitarme con ella, lucia increíblemente sensual y por dentro me moría de envidia por la suerte del maldito cabrón de Jorge. –“¿Agustina?, no cariño soy yo tu tía, quería pedirte si podías venir a buscarme”- comentó Victoria.
–Claro, dime en dónde estás y en un par de minutos estaré por ahí- le respondí sin dejar de admirar la figura todavía húmeda de mi madre. Mi tía me daba su ubicación y apenas le corto, mamá se me acerca para consultarme si había llegado recién. Yo guardé silencio por unos segundos, porque al tenerla tan de cerca se me venían aquellas recientes imágenes del baño. –Sí, mamá- declaré, ella sonriendo me abrazó y llevó mi rostro a sus pechos.
Aquello me irritó porque tan solo hace unos minutos atrás el miembro de mi primo estaba entre medio de esos redondos y acogedores senos. Quise apartarme inmediatamente de ella, no obstante, la lujuria fue mayor. De manera extraña toda esa rabia se transformó en calentura, quería abrirle su bata y jugar con esas tetas tal como lo había hecho Jorge. No sé si era por el aroma que desprendía su lascivo cuerpo o el miedo de perderla, algo que no quería hacerlo.
–Ma… Mami- murmuré aguantando la tentación, –“¿Qué pasa bebé? ¿Quieres un beso de mami?”- consultó con un tono travieso. Yo quería decirle que sí y que fuéramos a su cuarto a consumir ese fantástico deseo que nos domaba. Sin embargo, ella declaró antes, –“Con gusto te daré un beso, pero debes prometerme algo Bruno, dejarás de ver a esa tal Agustina. Ya sabes que esa niñita no me gusta para nada, además solo te lleva a un mal camino”-
Si bien en el tono que lo dijo fue serio, lo que más me aterró era su mirada, parecía estar determinada a hacer lo necesario para que Agustina se alejada de mí. Obviamente no respondí, no podía aceptar aquello, por más que mamá me calentara, pudo que en el pasado me haya alejado de alguna chica que se me acercó hablar conmigo, por petición de mamá, pero esta vez era diferente, Agustina era más que una simple chica, para mí.
Entonces fui viendo el rostro enojado de mi madre, porque de seguro esperaba que le respondiera, –Sí mami, lo que tú digas-, ella iba a manifestar algo, cuando justo apareció Emma, la cual al vernos se nos une. Mi hermana me abrazó por la espalda y sus manos juguetonas acariciaban ligeramente mi entrepierna, en donde destacaba el bulto que originó mi madre.
Emma: Veo que tienes un juguete por aquí hermano.
Dijo la muy puta agarrando mi tronco, estar entre ellas el estímulo que estaba invadiendo mi cuerpo cada vez parecía difícil de contener. Pero otra vez mi celular suena, recordaba que tenía que ir a buscar mi tía, así que se los hago saber a ellas. Mamá de manera descarada se colocó celosa, lo que me causo gracia y a la vez algo de molestia. Con mi hermana en casa sabía que Jorge no se iba a atrever hacer algo con mamá, por lo que salí tranquilo, para ir en búsqueda de mi tía.
Al llegar donde se encontraba Vicky, ella estaba siendo acortejada por unos sujetos, no obstante, en vez de sentirse cómoda y alegre, se le notaba tensa. Aproximándome me meto entre esos dos sujetos y sonriendo sujeto la mano de mi tía, la cual soltó un suspiro aliviador. –Dios mío, pero que hermosa estás, con razón les estás quitando el aire a cualquiera que te mire- expresé, llevándome a esa preciosura y dejando a esos otros dos tontos desconcertados.
Victoria no dijo nada al principio, sin embargo, a mitad de camino ella me dio las gracias y luego de un breve silencio, me mencionó lo que pasó en la mañana en el baño. Solo con rememorar esa situación sentí el aumento de mi temperatura corporal, con mis ojos fui desvistiéndola y ella se sonrojaba con esa mirada fija que tenía. –“Bru-Bruno, ¿te pasa algo?”- balbuceó nerviosa, –Uuufff, tía… Con solo recordar sus curvas me dan ganas de trazarla- le dije quedando a unos centímetros de ella.
Vicky: E… Eso fue un error Bruno, fue algo que no debiste hacer. Sin embargo, voy a perdonarte, a cambio que dejes de mirarme así y que te olvides de aquello, porque no va a volver a pasar.
Yo: Lo entiendo tía y me disculpo, pero joder, cuando la vi en ropa interior, con esas tetazas y ese enorme culo, disponible para mí, simplemente me dejé llevar.
Le susurre sobando mis labios en los de ella, vi como su cuerpo maduro tiritó. Volvimos a casa en donde todo nuevamente se disfrazaría y todos actuaríamos como una familia normal. Con máscaras que ocultaban cada una de nuestras verdaderas naturalezas, mientras cenábamos, le pedí las grabaciones de esa jornada a mi vecina y de reojo veía a mi madre, quien maquillaba muy bien su personalidad, actuando como una ama de casa amorosa y una fiel esposa.
Esperé a Jorge para vayamos a dormir, él no tomo mi actitud como algo extraña y yo tampoco vi que estaba desesperado por terminar lo que había iniciado en el baño con mi madre. Al recostarme en mi cama, me coloqué a revisar los vídeos de las cámaras, sentía una gran ansiedad de querer llegar al momento en donde mi primo se le insinuó a mi mamá y cómo está decidió comerle la verga. No entendía porqué aquello que en un principio me causaba dolor, ahora me estaba cachondeando.
Acelerando el metraje llegué a un punto en donde figuraba mi tía y lo detuve, joder el cuerpazo que tenía Vicky era digno de una Diosa. En ese momento mi tía se agachó para recoger algo, y se le veía de frente su hermoso culo pomposo, tomando mi pene empecé a jalármela, deleitándome con esa increíble figura. Mientras me masturbaba viendo esa imagen de mi tía, en mi memoria revivía aquello que experimente en el baño con ella, en mi cabeza me decía que tenía que buscar una forma de hacer que Vicky me la mamada.
Entre tanto pensaba en ese pervertido plan, la grabación fue avanzando, entonces llegué al instante que quería observar. Estaba templando completamente y sentía que mi corazón se aceleraba. Para mi sorpresa, Jorge no hizo nada, él se metió al baño y pocos minutos después mi madre abrió un poco la puerta y lo estuvo espiando, la muy guarra de seguro comprobaba que nadie los iba a interrumpir, unos minutos después se desvistió, para ir a complacerlo.
Me sentía algo frustrado pues quería saber cómo fue la reacción que tuvo Jorge al ver a mi mamá encuerada entrando al baño. También sí se besaron o no y si acariciaron sus cuerpos ardientes. Ya que entre que ella entró al baño y yo los descubrí, fue un lapso de 10 minutos. En mi cabeza me imaginaba cómo pudieron ser las cosas y vaya que me encendía pensar que mi primo quedó anonadado al ver ese voluptuoso cuerpo desnudo allegándose a él y que mamá traviesa le haya pedido compartir la ducha, mientras sus manos acariciaban ese sable erecto.
Mi mente se perdió pensando en las diferentes posibilidades, sin que me diera cuenta, pasó cerca de una hora, desde que me había sumergido en mis pensamientos. Al salir debajo de las cobijas me doy cuenta que mi primo no estaba en su cama, quizás fue al baño me dije, sin embargo, pasaron como 5 minutos y todavía no regresaba. Me bajó la curiosidad y me levante de manera silenciosa, procuré pisar cuidadosamente para no llamar la atención de nadie.
Al ir acercándome al dormitorio de mis padres, empiezo a oír unos jadeos y el ruido de un golpeteo constante. –¿Papá está cumpliendo sus labores?- me pregunté, sospechando de que no era así. Me tiritaba la mano de la impaciencia que tenía, al abrir la puerta de forma cautelosa, observé por la obertura y me quedé tieso por lo que descubrí. No, no era mi madre follando con mi primo en frente de mi padre, de hecho ella ni estaba ahí. Lo que me dejó perplejo fue ver a mi padre, dándole duro a Emma.
Entre todas las cosas que se me pasaron por la cabeza en esos cortos segundos en donde giraba la manilla, encontrar a papá con mi hermana era algo que jamás se me pasó. Con mis pupilas dilatadas, era testigo de cómo mi padre empotraba a Emma de una manera salvaje. Mi hermana estaba boca abajo con sus manos apoyadas en el respaldo de la cama, con su cuerpo extendido, levantando su colita y mordía una sábana para callar sus gemidos. El cuerpo robusto de papá se apoyaba sobre ella, a la vez que se la clavaba y sus grandes manos estrujaban los pechos de Emma.
Del impacto pase a cachondearme por el morbo de esa escena, además de que el infeliz de mi padre no era para nada tierno con mi hermana, se la metía de manera brusca, pero a ella le encantaba. Soltando por unos segundos esa tela húmeda entre sus dientes, ella suelta un sutil suspiro, –“Uuuhhh… Pa-papi…”- decía con su voz entre cortada. –“¿Qué pasa mi zorrita? ¿Quieres que papi baje la intensidad? Porque si es así, no lo haré querida, no después que hayas sido tú la que me despertara para coger”- contestó él.
Emma: Nngg… N-no papi… Tú sabes que me gusta que me des así de duro… Hhmmm…
Daniel: ¿Entonces qué quiere mi nena?
Emma: Ooohhh, yo… Yo quiero uno de tus jugosos besos papá…
Él complació la petición de mi hermana y le dio un fogoso beso, pude ver desde ángulo como sus bocas se devorar con fervor y lleno de lujuria, mientras la tranca de mi padre seguía entrando y saliendo de ese coñito que yo hace unos días todavía consideraba virgen. Al separarse vi que se mordieron los labios y unas hilazas de babas recorrían por la barbilla de Emma, liberando unos cortos aunque apasionados chillidos. –“Joder hija, yo debería estar castigándote en vez de satisfaciéndote porque todavía sigues con el idiota de tío”- le susurró papá dándole una nalgada.
Emma: Oooohhh papi… He sido una niña muy mala, pero entiende que él sabe algo que yo quiero y que tú no me quieres decir, además de que conocer otro secreto tuyo y es por ese secreto que hay que tenerlo feliz porque dudo que quieras que se sepa esa verdad, ¿cierto?
Manifestó la putilla de mi hermana, moviendo sus caderas para no dejar de sentir ese tronco empalmándola.
Daniel: Tienes razón cariño, solo por eso permito que ese idiota siga divirtiéndose con tu cuerpecito, el cual es solo mío.
Emma: Aaahhhfff… Pa… Pá… Soy tuya, sin embargo… También quiero que me permitas jugar con Bruno…
Los senos de mi hermana brincaban con cada estocada que le daba mi padre, él al oír eso sonrió y comenzó a darle todavía más fuerte. Agarrándola de su cintura sumerge hasta el fondo su miembro y Emma empuñando sus manos libera un fuerte aullido.
Daniel: Así que por eso viniste a mamármela y luego me ofreciste tu estrecho coño, solo para solicitarme que Bruno también te use.
Emma: Síííí, papiiii… Estoy loca por mi hermanito y ya se la he chupado, pero ahora quiero que me haga suya como tú…
Daniel: Que perra eres, igual que tu madre.
Emma: ¿Cu-cuál de las dos?
Consultó para mi sorpresa.
Daniel: Uuufff, no lo sé… Alba era igual de guarra que tú, no le importaba donde hacerlo o si su esposo estaba cerca, jamás oculto lo zorra que era, por eso me asombró que el pobre de Guillermo murió sin enterarse de los grandes cuernos que tenían, que sus amigos disfrutaban de su mujer delante de su cara. Sin embargo, te comportas igual que Isidora, aparentando ser perfecta e inocente, pero en realidad son unas putas. ¿Así que tú eliges a quién parecerte?
Emma: Aahh, eeee… E-entonces, qui-quiero ser como mami Isidoraaa…
Expresó, dejándome helado, toda la información que había descubierto en esos instantes lo estaba procesando. Papá sabía que mamá tenía amoríos con otros y lo más probable que ella también y hasta incluso sabe que él y Emma se revuelcan. ¿Entonces por qué discuten tanto? ¿Acaso era otra farsa más para ocultarme sus verdaderas personalidades? Estaba completamente abrumado, hasta que me pregunté en dónde podía estar mamá en ese instante.
Levemente escucho un pequeño suspiro proveniente del cuarto de mi tía, curioso deje de observar a mi padre con mi hermana y partí a ver a mi tía, al llegar, observo a Jorge, con sus pantalones abajo y sobando su pene en el rostro de Vicky, la cual dormía. El desgraciado también le pellizcaba los pezones, por eso mi tía había chillado y susurraba el nombre de Eduardo. Quería detener a ese gilipollas, no obstante, justo me llega un mensaje al móvil.
Lo revisó y me doy cuenta que era de ese número desconocido que me había enviado un vídeo de señora Natacha y una foto de mi madre. En esta ocasión me compartía un link, en donde habían varios vídeos en donde figuraban Milfs, muchas de ellas las conocía porque eran madres de compañeros de clases, por ahí veía un par de la madre de César y en los más reciente veía uno de mi madre. Había sido subido hace un par de días, aunque mamá portaba una máscara veneciana, su figura era inconfundible para mí.
La duración del vídeo era breve algo no más de 10 minutos y en ella mi mamá solo se la mamo al desgraciado que me quería torturar. Repentinamente llegó otro mensaje que decía, –“Ok, Brunito. Es hora del espectáculo, ven a esta dirección y se testigo de lo que es capaz de hacer tu mamacita”-, aparte de la ubicación me compartieron una foto en donde salía mamá totalmente desnuda. Al levantar mi mirada me percató que el imbécil de mi primo se estaba pajeando con las tetas de mi tía.
–“Dios mío, que preciosos pechos tienes, no sé si los de mi tía son mejores o los tuyos putita”- murmulló el cabrón, sin que ella abriera los ojos. Yo no sabía qué hacer, si alejar al idiota de Jorge de Vicky o tratar de salvar a mi madre de ese capullo desconocido. Elegí la segunda, disculpándome con mi tía, salí de la casa de manera sigilosa y luego me monté en la bici para llegar al recinto en donde estaría mamá. No tarde en llegar, sin embargo, por la adrenalina que llevaba en ese momento no me di cuenta de la presencia de un tipo que me golpeó la cabeza.
Cuando recobre el conocimiento, estaba sentado a una silla con las manos y pies amarrados, además de una cinta en la boca para que no pudiera hablar. Al frente de mí había una ventana que daba con otra habitación, en dicho cuarto vi a mi madre parada con una fina bata de seda. Todo indicaba que ella no tenía idea de que yo la estaba viendo, porque miraba con intriga al cristal, entonces la puerta de ese dormitorio se abrió y entraron cuatro sujetos.
El corazón se me paralizó al ver que eran nada menos que Pedro y su escuadra de amigos. Yo no estaba preparado psicológicamente para eso, pero por más que quería impedirlo no podía, sin tener otra opción más que mirar algo que me dejaría roto ese día. Mamá suspiro y esos cabronazos que todavía estaban vestido, se fueron quitando los pantalones y le enseñaron sus vergas erectas, el que más destacaba entre ellos era el capullo de Pedro, aunque no la tenía tan grande como el puerco de Jorge, era la que más le gustaba a mi madre.
Aunque no pude evitar sentirme confundido, pues se suponía que ese hijo de puta estaba detrás de todo esto y pero su verga no lucía igual a quien mamá se lo chupaba en el vídeo de 10 minutos. Fue entonces que apareció un quinto integrante, quien resultó ser nada menos que César, –¿Qué hace ese pendejo aquí? ¿Qué no estaba en Portugal?- me interrogué pensando que todo era una jodida broma de mal gusto. A diferencia de los otros cuatros, César actuaba más tímido y avergonzado.
Pedro tocando su hombro le dice que debía cambiar la cara, porque tenían una bella y erótica Milf, para ellos. –“Pe… Pensé que con el vídeo estaba todo listo”- afirmó mi ex vecino incómodo. –“Por lo mismo imaginé que ibas a querer más que una simple mamada de esta hermosura. Además, si no cumples ya sabes quién va a pagar las consecuencias”- sentenció el otro, con una sonrisa llena de maldad. César levantó su mirada y por unos segundos me estuvo mirando fijamente, como si supiera que estaba ahí viéndolo todo.
–“Perdón”- expresó, entonces comprendí que él estaba haciendo eso, solo para liberar a su madre de las manos de esos gilipollas. El cabrón de Pedro se rio al escuchar esa disculpa y mi madre que no entendía nada, miraba de nuevo hacía el cristal extrañada. Los idiotas rodearon a mamá y le dijeron que comience con César, que le bajara el pantalón y se lo mame. Ella obedeció y a pesar de que la situación no le agradaba, quien había sido mi vecino, ya la tenía dura.
Mamá fue pasando su lengua alrededor de ese tronco y con sus dedos jugaba con los huevos de César. Él se quejaba de placer y lo comprendía, si ya había experimentado una de esas deliciosas e increíbles mamadas. Los otros pendejos se flotaban sus pollas y el imbécil de Pedro se aproximaba a la ventanilla con una sonrisa. Sin decir absolutamente nada, veía la burla en sus ojos y tras un gesto con el que me señalaba que iba a clavársela a mi madre, se aleja y allega a ella.
El maldito jaló del cabello a mi mamá y la hizo que se trague toda su tranca en la boca de una. Mi madre lo hacía con mucho gusto y luego de retirarse el pene de ese idiota, les dio una corta chupada a los otros tres. –“Pero que guarra eres Isidora”- comentó Pedro, mamá no dijo absolutamente nada, solo se dedicó a continuar mamando, envolvía entre sus labios las vergas de cada uno de esos pendejos y si buscaban hacer que me sienta humillado, lo habían logrado.
Tras estar así unos minutos, hicieron que mamá les pase su lengua por el orto de cada uno, esos cabrones en verdad quería que me quebrada completamente, observando a mi madre obedecerle en cada uno de sus malditos y perversos caprichos. Posterior a aquello pidieron a mamá que se retire la bata, haciéndole un baile y que se colocada de cuatro en la cama que había. Ella una vez más hizo todo lo que pedía Pedro y al estar mostrando su dulce y ardiente coño, el idiota le pide a César que inicie.
Mi ex vecino se mostraba nervioso, fue incapaz de moverse hasta que mi propia madre lo alentó, meneando su cola preciosa y diciendo que estaba anhelando tener dentro de ella ese trozo de carne. César estaba perdiendo la cabeza, no obstante, aún no tomaba el suficiente valor para empotrar a esa madura pervertida. Por lo mismo mi madre se dio vuelta y acariciando el rostro del chico le da un beso apasionado que haría que olvide cada uno de esos temores que lo invadían.
Isidora: Mientras César me la mete en la vagina, ¿quién de ustedes va usar mi culo?
Estoy seguro que eso no se lo esperaban esos estúpidos, mi mamá se había aburrido de sus jugueteos y solo quería terminar aquello a su manera. –“Que guarra”-, –“Que puta”-, –“Que cerda”- murmuraban esos desgraciados. Pero esas palabras en vez de ofender a mi madre la alentaban, besando con vehemencia a César otra vez, se acomodaba para guiar la tranca del chico hacia su vulva que estaba empapadísima. Al separarse de su boca, mamá lleva la cara de nuestro ex vecino entre sus tetas y comienza la punta entrar dentro de ella.
–“Uufff, no te imaginas cuanto tiempo llevaba ansiando por esto. Siempre que ibas a mi casa y te quedabas mirándome, quería llevarte a un rinconcillo y hacer que me la metieras, sin embargo, eras el amigo de mi hijo y no podía traicionarlo así”- dijo mi madre, totalmente fuera de sí. –“Pero ahora no hay alternativa, así que planeo gozarlo y espero que tú también lo hagas”- concluyó, descendiendo paulatinamente hasta que tiene todo ese miembro dentro de su coño vulgar.
César la tomó de la cintura y empezó a moverse bajo el ritmo de ella, quien con sus manos se abre las nalgas y nuevamente solicitó que alguien usara ese orificio, que se moría por divertirse. La cara de Pedro era de mayor asombro que la mía, mirando a la ventana con una sonrisa de oreja a oreja, se acerca donde mi madre para darle lo que pedía. Ella se mordió los labios y yo aprecie como su ano se extendía y se adaptaba al grosor del pene de mi peor enemigo.
Aun cuando tenía su vagina y su culo ocupados, mi madre parecía insatisfecha, así que le pide a los otros tres que se aproximen que todavía tenía su candente boca desocupada. Ellos le hicieron caso y al quedar enfrente de ella, solo ven como mamá jugaba con sus pollas. Yo siendo testigo de esa pesadilla, no era capaz de creérmelo lo que estaba observando y a pesar de que era humillante todo eso, me excitaba muchísimo verla mamando así y moviendo sus caderas para sentir esas trancas bien profundas.
Dejaba de chupar una y su cabeza se volteaba para engullirse otra, sin mostrar signos de cansancio. El ruido obsceno que hacía con boca cada vez que mamaba esos penes, me embriagaban en una cachondez anormal. El cual solo aumentaba por los coros de sus gemidos y de esas pelotas chocando contra su piel. Me fue imposible no tenerla dura después de un par de minutos, al estar observando la desconocida cara de mi madre, que empezó a chuparle los huevos a esos pendejos.
Metiéndoselos alternadamente en la boca, –¿Cómo no fui capaz de darme cuenta que mamá siempre fue así de guarra?- me preguntaba, intentando de alguna manera aliviar mi erección. Ella no paraba de mover sus caderas ni tampoco de chupar, lamer y morder esas vergas, acompañado de un coro de gemidos, noté que los tres idiotas que recibían la majestuosa mamada de mamá empezaron a temblarle las piernas y en cuestión de segundos soltaron una gran carga sobre el cuerpo ardiente de ella.
Mi madre les limpió sus trancas dejándoselas relucientes, mientras los otros dos seguían ensartándoselas. Pero César comenzaría a llegar también a su límite, susurrándole en el oído a mamá que se vendría, ella desmonta de él y pide que se corra entre sus tetas. Mi ex vecino no lo dudo, era el sueño de cualquiera usar esos dos hermosos melones y acabar entre ellos. Tras hacerlo, quedó recostado en la cama y mi mamá se saboreaba el esperma que le habían dado, Pedro era el único que seguía, sin embargo, también se le veía ya temblando.
Él seguía manteniéndose agarrado firme en sus caderas, no obstante, al percatarse que esas hermosas tetas bailaban, decidió llevar sus manos hacía esos enormes senos y ella gritó de gusto. –“Uuhhhm… Síííí, cabrón, síííí… Fóllame así de duro”- rogaba mi madre, queriendo venirse. Yo no podía parar de mirar y escuchar a mi madre mientras era penetrada por el maldito de Pedro. Él soltó esas tetas y le cogió el cabello, solo para insértala con fuerza y hacerla aullar con más fuerza.
El cuerpo entero de mamá tembló, estaba cerca de acabar y lo peor de todo es que lo haría el gilipollas de Pedro. Sus jadeos fueron incrementando hasta que oí uno bien profundo y observé como una cascada se desprendía de la vulva de mi madre. –“Vamos date la vuelta zorra, que quiero bañar tu cuerpo completo”- le señaló el cabrón de mi compañero de colegio. Mamá se dio vuelta y vi como un gran chorro la cubrió por completa, exhaustos se quedaron en la cama recostados.
Después de aquello mi madre se levantó y se vistió sin saber que yo había sido testigo de todo. Miró a Pedro que se sentaba en la cama y le decía, –“Espero que con esto ya no me amenaces con decirle la verdad a mi hijo”-, esa declaración me volvía a perturbar, ¿cuál era la verdad que todos temían que me entere?, –“Descuide señora, tiene mi palabra, su hijo jamás se va a enterar de aquello”- respondió el desgraciado riendo. Ella se fue y tras unos minutos Pedro fue a desatarme.
Pedro: Amiguito del alma, espero que no haya rencores, después de todo te di una vista privilegiada. Esta fue una tradición que comencé hace un tiempo y tu madre fue la última porque literalmente fue todo un lío hacerla caer.
Expresó con una sonrisa todavía en su cara de imbécil.
Pedro: Sin embargo, no estés triste, ya que tú vas a tomar el puesto de César y nos vas a acompañar en nuestra próxima aventura.
Yo: Pensé que mi madre fue la última.
Pedro: La última de nuestro grado, ya que la última Milf que quiero cogerme es la de un pendejo que va en un curso inferior al nuestro. Él se llama Benjamín, no sé si lo conoces, pero su madre es un pivonazo de infarto.
–“Vaya, por ese motivo te acercaste a mí”- interrumpió April, –“Sí, quería advertirle lo que le podía pasar, aunque veo que eso no era necesario”- respondí, con una sonrisa, ella soltó también una pequeña risita y tras hacerlo dice, –“Unos niñatos no son problemas para mí, la única persona que me preocuparía sería tu madre”-, quejándome una pequeña intriga, –“No me malentiendas, no le temo a Isidora, pero digamos que no tengo el mejor recuerdo de ella, pero sigue”- sentenció.
Quería preguntarle sobre su conflicto con mi madre, sin embargo, preferí dejarlo pasar y continuar con mi historia. Tras vivir esa horrible experiencia volví a mi casa, en donde me recosté en mi cama, pensando cuál era la verdad que mis padres no querían que supiera y aceptaban cosas denigrantes para que los otros se callen. Todas esas ideas se esfumaron cuando Agustina me mensajea para preguntarme cómo estaba, yo le respondí que bien, aunque aproveché la instancia para pedirle un favor.
Quería que averigüe todo sobre el tal Christopher, ya que algo no me cuadraba y era que mi padre cuando cogía con Emma, habló de un tío, ¿era el tal Christopher un familiar de mi hermana?, era la intriga que me invadía. Después de eso cerré los ojos y alejé mis pensamientos de esos misterios que me estaban ajetreando. Me levanté con la intención de bajar a comer algo, a pesar de que no me sentía preparado para mirar a la cara a mi padre, a mi hermana y mucho menos a mi madre.
Me estaba sentando en la cama cuando Vicky entra, ella llevaba un vestido corto que le llegaba hasta los muslos, ella como siempre lucía increíble y muy ardiente. Entonces recordé que la había abandonado a su suerte en la madrugada y la curiosidad de saber qué había pasado entre ella y Jorge al final, se apoderó de mí.
Vicky: ¿Te ocurre algo cariño?
Dijo preocupada, caminando hacía las ventanas, para tocar las cortinas, dándome recién cuenta que me habían sacado la persiana.
Yo: N-no tía, no me pasa nada.
Vicky: Entonces ¿por qué no bajaste a desayunar? Extrañe tus miradas.
Señaló mirándome y levantando su colita preciosa como si quisiera que se la admire.
Yo: Po… Porque… No lo sé.
Afirmé perdiéndome en su figura exquisita, no entendía muy bien ese comportamiento coqueto de mi tía, si ella el día anterior me pidió que olvide lo que pasó en el baño y ahora llegaba a presumirme su cuerpazo.
Vicky: Vas a pensar que estoy loca, ya que ayer te pedí que no me mires más de esa forma lujuriosa, porque soy tu tía. Sin embargo, cuando salí a correr hoy, me topé con tu noviecita.
Yo: ¿C-co-con Agustina?
Pregunté nervioso al verla disminuir la distancia entre los dos.
Vicky: Sí, es muy amable ella, me agrada. En fin, nos ejercitamos las dos y luego me pidió ayuda.
Declaró sentándose a mi lado y acelerando mi corazón al tenerla tan cerca.
Vicky: Al principio me negué, porque me aterraba la idea, pero anoche me ocurrió algo y con solo recordarlo me hizo darme cuenta que estaba siendo injusta contigo.
Yo: ¿Algo? ¿Q-qué pasó tía Victoria?
Consulté fingiendo desconocer que mi primo había ido a su cuarto. Lo más seguro que ella y ese idiota terminaron cogiendo.
Vicky: Anoche tu primo Jorge se metió en mi habitación y aprovechando que yo estaba durmiendo, comenzó a tocarme.
Yo: ¿Qué?
Vicky: Sí… Bueno, me desperté justo cuando él estaba a pronto de correrse, estaba usando mis tetas para masturbarse. Yo asustada lo empujé y le pedí que se fuera de mi cuarto, él me rogó para que yo por lo menos terminé de masturbarlo con mi mano, sin embargo, me rehusé.
Contestó, dejándome intrigado sobre lo que quería entonces.
Vicky: Cuando Agustina me estaba tratando de convencer para que aceptada su propuesta, me di cuenta que tal vez por mi culpa, tú y tu primo, andan tan distraídos, después de todo casi me muevo en pelotas en esta casa y uso atuendo muy provocativos. Ustedes solo son unos jovencitos llenos de hormonas que quieres soltarlas.
Manifestó apoyando sus manos en mis piernas y con su cara a unos leves centímetros de la mía.
Yo: (Suspiro) Vi… Vi-Vicky…
Vicky: (Sonríe) Ssshhh… No digas nada Bruno, no tiene nada malo, excitarte con tu tía.
Yo: ¿Ah, no?
Victoria soltó una leve risita, pensé que estaba me estaba jugándome una broma, así que tras oírla reír, yo también lo hice, cerrando los ojos. No obstante, cuando los abrí, ella siguió allegándose a mí y susurrándome en al oído me dice, –“Claro que no, sobrino. Es normal y por eso te voy a dar unas lecciones para que seas un estupendo amante”-
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Este capítulo debió haber salido el martes, pero por los problemas ha tenido la página, ese día me fue imposible publicarlo. Por lo mismo decidí omitir alguna imagen o gif en este relato, porque se demoraba mucho en cargar. Aún así, espero que os guste esta nueva entrega, que la disfrutéis y quizás la otra semana también publique solo un día, porque voy a estar ocupado. Gracias a todos quienes apoyan.
6 comentarios - Secretos en la familia. Capítulo V:
¡Vamos Bruno, sacate el miembro, ponlo sobre la mesa y partela en 2!. 😎😎😎 Has volar todo por los aires de una put* vez. 😡😡😡 Deja de pensar con el miembro y tomo el toro por las hastas. 😡😡😡 El Padre y la Madre son unos turbios de cuidado. 🤔🤔🤔.... Apropósito ¿que paso con el malestar de Vicky? ¿Está o no, embarazada? 🤔
¡Vamos Bruno, sacate el miembro, ponlo sobre la mesa y partela en 2!. 😎😎😎 Has volar todo por los aires de una put* vez. 😡😡😡 Deja de pensar con el miembro y tomo el toro por las hastas. 😡😡😡 El Padre y la Madre son unos turbios de cuidado. 🤔🤔🤔.... Apropósito ¿que paso con el malestar de Vicky? ¿Está o no, embarazada? 🤔
Sorry por el doble coment anterior, pero la página esta funcionando como el ortega. 😡😡😡