Eran las 22 HS cuando llegamos al local. Nos recibió el dueño y nos explicó el funcionamiento de la cabina. Tenía una televisión encendida con canales de películas porno y un sólo agujero en la pared. Yo en Internet había visto habitaciones con más agujeros para más pijas, pero es lo que había. En la cabina cabíamos los dos perfectamente y estaba muy limpia. Parecía nueva y olía a limpio, un punto a su favor. Yo le dije a mi mujer que se desnudara para darle un punto más caliente a la situación, y ella lo hizo sin rechistar. es una mujer ni muy delgada, ni muy gorda. Tiene el cabello muy largo y moreno, la tez clarita, Tiene un trasero digno de mencionar y un par de pechos que se te quita el aliento cuando los ves. Estábamos nerviosos y expectantes ante esa nueva situación en nuestra vida. No pasaron ni 5 minutos cuando se oyó ruido de una puerta al otro lado de la pared. Una sombra se veía a través del agujero y de repente ¡Tachán! Apareció unaverga pequeña y regordeta, con algo de pelo en la base y un par de huevos peludos y grandes. -¿Pero esto que es? -susurró ella Yo no podía contener la risa al ver lo que había aparecido delante de nuestros ojos. -Venga cariño, seguro que crece un poco cuando lo empieces a mamar. -Allá voy. Eli se arrodilló y empezó a chuparle el capullo suavemente. La polla se puso muy gorda, aunque no crecía a lo largo. Se oían gemidos al otro lado, así que ese hombre debía de estar pasandolo bien. daba de morbo la situación pero tenía que aguantar el mal trago. A penas un par de sacudidas después y sin aviso, empezó a manar semen sobre la cara de mi mujer. Una acabada muy abundante que la sorprendió de lleno. Los dos nos hechamos a reír. La verdad es que ver como se corrían en la cara de mi esposa me puso cachondo. Rápidamente desapareció el pene del agujero y estuvimos comentando qué nos había parecido aquello. Yo le dije que me había excitado mucho al ver como le llenaban la carita de leche y ella me respondió con una sonrisa. Como no aparecía ninguna polla empecé a comerle la boca, empecé a tocarle la conchita que, por cierto, ya tenía bastante húmedo. Esta vez fui yo el que se arrodilló para practicarle una comidita como dios manda. Estábamos en el lío cuando volvimos a escuchar la puerta en la sala contigua. Otra persona dispuesta a recibir una buena mamada de mi mujer. -Hola, buenas tardes. – se escuchó al otro lado de la pared en un tono cubano. Nos quedamos sorprendidos al escuchar el acento del hombre. -Hola, ¿estás preparado? -le respondió ella. No hubo respuesta y directamente apareció un expléndido pene negro enorme y flácido. Nos quedamos sorprendidos con el aparato de ese hombre. Era gigante y estaba sin empalmar. se arrodilló y empezó a chupar. No tardaría en crecer y crecer. Yo estaba viendo a mi mujer comiéndose esepene negro con un vicio digno de ver y me estaba excitando por momentos. Empecé a masturbarme con esa bella estampa. No sé que se pasó por mi cabeza pero estaba completamente excitado quería tocar. Agarré esa pedazo de verga dura y noté las venas gordas latiendo en la palma de mi mano. Era una sensación nueva para mí. No soy gay, ni me gustan los hombres, pero sentir ese trozo de carne en la mano me ponía a mil. Incluso se la meneé un poco al colega. -¿No te gustaría sentir a ese chico dentro de tí? -le dije a mi mujer -Lo estaba imaginando y la verdad es que sí. -respondió cojetelo delante mío. se dio la vuelta y sujetándose en mí, puso su culo pegando al agujero. Con la mano se ayudó para guiar la pija en su coonchita, bien lubricado a estas alturas. Parecía que le costaba entrar pero el moreno dio un apretón y para dentro. A mi esposa parecía que se le salían los ojos de las órbitas. Gozaba con cada envestida. Yo me saqué la pijay se la metí en la boca a mi mujer sin vacilar. Ella no rechistó y empezó a succionar cómo solo ella sabe. Se estaban cojiendo a mi mujer delante mío y yo disfrutaba de lo lindo. Veía como se movía su cuerpo sin parar de jadear, las tetas iban de arriba a abajo como dos balones. Mi mujer estaba disfrutando como una perra. -¡Niña! me voy a correr ya – dijo el semental al otro lado de la pared. -Espera quiero que te corras en mi cara -respondió ella Rápido se desengancharon y dirigió su boca al agujero. Yo aproveché para metérsela por el culo a mi mujer,. Ella le pajeó con fuerza con las dos manos mientras yo empujaba excitadísimo el culo de mi mujer. En apenas un minuto, empezó a brotar un chorro de leche en la boca de ella que parecía no tener fin. Yo al verlo comencé a correrme dentro. El semen le salía por el ojete en cada sacudida mía. Mi mujer no dejo derramar ni una gota de leche del cubano. Se lo tragó todo, incluso con la lengua recogió la última gota que le quedaba en la pija. El chico se despidió amablemente. -Adiós amigos. Espero coincidir otro día. -Adiós chico. Le respondimos al unísono. Nos quedamos sin fuerzas los dos en la cabina cuando mi mujer se acercó y me comió la boca. Aún tenía restos de semen en la boca, pero he de decir que no me disgustó el sabor que desprendía. Con las mismas, nos vestimos y nos fuimos a casa. Al llegar cojimos recordando lo que habíamos vivido ese día. Los dos acordamos que seguiríamos innovando en nuestras relaciones sexuales,
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