Mi novio me dejó, y me vengué

Hola, soy Juli, tengo 26 años y hoy les cuento algo muy reciente, algo completamente inesperado, pero siempre creo que todo pasa por algo.

Antes de empezar les cuento que todos mis relatos son experiencias reales, y si les gustan me pueden seguir y estar atentos a los que vienen que les prometo son interesantes.

Toda esta historia es reciente. Mi novio, ahora ex, Fer es cornudo y le gusta. Él me presentaba amigos, machos, adolescentes, algunos viejos, casados y hasta incluso me ha llegado a enfiestar entre 5 porque le gustaba verme siendo cogida por otros y sobre todo a mi me calentaba verlo humillado, hasta a veces llorando porque lo hacían limpiar el semen con su boca o le decían cosas sobre mí en la cara.

Hace algunos días Fer se fue de viaje de trabajo. Si bien nuestra relación estaba en un punto normal, yo sentía que algo faltaba, que ya no nos queríamos igual. Yo a él lo amo, siempre lo amé, incluso cuando me propuso tener sexo con otros porque le gustaba que me cojan.

Tengo que aclarar en este punto que solo yo cogía con otros, nunca me interesó que él esté con otras mujeres, era solo mío el placer, aunque él lo disfrutaba, pero desde su lado era monogámico.

Un día desde el lugar donde estaba trabajando, me mandó un mensaje, y tras dos años de relación dijo que sentía que ya no quería estar conmigo, que quería disfrutar de la soltería y ver si encontraba nuevamente ese rol de macho, que lo quería recobrar y al lado mío iba a ser imposible.

A pesar de discutir dos días enteros y de intentar llamarlo pero que me corte el teléfono, quedé destrozada. Fer es hermoso, cuerpo divino y una pija hermosa, larga y depilada, que, aunque poco me cogía, adoraba verla parada y calentarla mientras estaba rellena de semen de un verdadero macho.

Así llegué al punto de bloquearlo, a pesar del cariño y del amor que le tenía, ya no había marcha atrás. Ese chico que me encantaba y que adoraba ver humillado por otro hombre, ahora quería ser dominador, me privó de una relación con él por algo que él mismo me pidió, y eso no podía sacármelo de la cabeza.
Esa noche me cansé y decidí que iba a mostrarle lo que se perdía, iba a cobrarme lo que me hizo, nadie me iba a hacer sentir mal.

En nuestros teléfonos, Fer me bloqueaba a algunos hombres como prohibidos. Eran los que no se me permitía coger por celos o porque él intuía algo o simplemente no le gustaban. Todos esos contactos solían ser machos que me gustaban y con los que había hecho algún acercamiento, pero que mi novio me había impedido.

Les escribí a todos y eran 7. Dos tenían novia, uno estaba casado y otro tenía hijos, el resto solteros, pero no me importó. Hice un grupo donde los invité a casa adjuntándoles 3 fotos mías de todo el cuerpo, y con claras insinuaciones de que quería que me dominen.

Vinieron todos. Sabía que me tenían ganas, pero dudaba que los que tenían algún compromiso previo vinieran.

Cuando ya estaban todos en casa les expliqué la situación y lo que quería. Que me hagan suya, lo que quieran, sin restricciones, pero que me filmen y todo se lo dediquen al cornudo.

Los que estaban casados o en pareja pusieron la condición de solo usar barbijo por si el video llegaba a salir a la luz ellos no quedaban pegados, por lo que acepté e incluso les remarqué que no era necesario que se muestren, solo que se graben garchándome lo más puta que puedan para después mandarle a Fer y sienta lo que se pierde.

No tardaron ni un segundo y todos cargaron sobre mí. Me agarraron fuerte y me rompieron la remera y la pollera. Quedé en ropa interior y sentía sus lamidas en los pezones y sus manos en todo el cuerpo. Cada tanto sentía un chirlo bien fuerte en la cola y alguna indicación de que me arrodille. Escribieron “LA PUTA DE TODOS” con fibrón en mi espalda y uno a uno y en fila empezaron a cogerme.

El que era padre me filmaba mientras me hacía atragantarme con su pija. Me decía que era una trola, que no merecía tener novio y que solo tendría amo y que serían ellos. Yo no paraba de gritar de placer, e incluso llegué a mojarme dos o tres veces a charcos de solo pensar que el cornudo iba a verme.

Casi 45 minutos se turnaron cogiéndome, incluso de a dos por atrás, hasta que me hicieron arrodillarme. El flash me apuntaba directo a los ojos, lo que no me dejaba ver la cara de ninguno, y de a poco me iban tirando todo en la cara y en las tetas.

“Mira lo puta que es tu novia, mira lo que te perdes pelotudito, ahora la vamos a coger cuando tengamos ganas” decían. Cuando acabó el último, uno de ellos me dio el teléfono y me dijo “tomá, saludá”, e inmediatamente vi que estaba en videollamada con Fer.

Mis amos me desbloquearon a Fer y lo llamaron, pude ver su cara algo llorosa lamentándose mientras yo me esforzaba por mirarlo, algo atónita por pensar que no estaba en vivo, sino que estaba siendo grabada, y algo shockeada porque aún no podía sacarme la leche de los ojos.

Corté el teléfono y volví a bloquearlo. Fer había aprendido que siempre iba a ser un cornudo. Lo vi hasta limpiarme la leche de otros como para tener que seguir humillándolo. Los machos se vistieron y se fueron, me dijeron que cuando esté aburrida que los llame, pero aún siento vergüenza.

Mientras tanto yo sigo buscando el modo de vida que me gusta, pero de verdad quiero encontrar un macho dominante que me haga su sumisa y obedecerlo por siempre, para que haga conmigo lo que quiera.

Quién sabe, quizás ese macho aún está por ahí, pero tengo la certeza de que mi ex no lo es.