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El día que engañé a mi novio, a pedido de él

Corría el año 2015 y mi pareja de ese momento y yo buscábamos nuevas aventuras de las que participar juntos.


Nos encantaba coger en lugares raros: autos durante el día, detrás de una plaza en Puerto Madero y, por qué no, en baños de bares llenos de gente.
Uno de nuestros mayores morbos era abrir las cortinas para que los vecinos nos espiaran (en especial una pareja de enfrente de la calle que yo estaba segura que lo comentaban mientras cenaban), pero esta vez, mi novio tuvo una fantasía que a decir verdad, era solo de él.


Me pidió que busquemos la manera de que lo engañe pero frente a sus narices. Al principio no sabía qué decir, yo no tenía especial interés en tener sexo con otro hombre, pero me lo contó de una manera tan especial, que en sus ojos ya vi la cantidad de horas que había pasado viendo escenas cuckold en internet. Le dije que sí, pero que me cuente bien cuál era su plan.


Su idea era contratar a una persona que no ofrezca servicios sexuales e incitarlo a que tenga sexo conmigo, mi novio haciéndose pasar por un simple amigo.


Se nos ocurrió contratar a un fotógrafo, la clásica, pedirle fotos algo subidas de tono para mis redes, para sentirme linda y empezar a seducirlo.


Buscando, encontramos a Marco, un fotógrafo de aproximadamente nuestra edad (yo para el momento tenía 21) y que la verdad me parecía lindo. Lo contacté y cuando me dio el OK y el presupuesto me cerró, le comenté que quería que a la sesión venga mi mejor amigo, para sentirme un poco más segura.


Me recomendó un telo que se llama Bahía del Sol que dejan entrar a más de 2 personas, quedamos para el sábado.


Mi novio eligió no solo los cambios para las fotos, sino la ropa interior que quería que use en el auto (estaba pactado que iba con una pollera de jean).


El sábado Marco nos pasó a buscar con su auto y juntos fuimos los 3 al hotel. Apenas lo vi me encantó, tenía lindas manos, eran grandes y se notaba que sabía usarlas.
Mi novio estaba nervioso, pero al hacer el papel del amigo, pasaba por tímido y al pibe no le importó demasiado.


Cuando llegamos, yo tenía la orden de ser muy simpática con él, tocarle las manos, los hombros e intentar acercarme amistosamente. Marco estaba concentradísimo en las luces y su cámara, creo que no tenía demasiada experiencia y él también estaba nervioso. Así que ahí me encontraba yo…tirada en la cama, esperando que me manden a cambiarme, con una pollerita bastante de zorra, entre dos hombres nerviosos por los motivos incorrectos!


Marco me pidió que le muestre los cambios que traje, saqué de mi bolsito un body rojo, un conjunto de encaje negro y una tanga de hilo (sin parte de arriba). Me dijo que empecemos con el body, que sentía que eso podía sacarme la vergüenza. Entonces lo miré a mi novio y en frente de los dos, empecé a cambiarme. Me saqué la pollera, la remera y cuando estaba solo con mi tanga, les pedí que se dieran vuelta (jajajaja, muy forra). Me saqué la tanga, me puse el body, me lo entangué bien y les pedí que se dieran vuelta, pero esta vez a mirarme.


Claramente ambos notaron lo zorra que estaba y les gustó. Marco empezó a dirigirme y me sacaba fotos. Mi novio en un rincón…callado, observaba, sin molestar en absoluto.
Empecé a bajarme el body hasta el abdomen, mostrándole las tetas a mi fotógrafo. Me di vuelta para estar en 4 y que disfrute, yo solo quería que me vea.
Me acerqué a ver algunas fotos de su cámara y aproveché para apoyarle las tetas en su brazo. De lejos lo veía a mi novio, ya estaba super excitado.


Fue entonces cuando fui al segundo cambio, me puse el conjunto de encaje. Me cambié delante de ambos, quería que Marco viera que ya estaba muy cómoda y además ver si él me miraba cuando me sacara todo el body. Claro que lo hizo.


Fui contra una pared, paré la cola y lo miré mientras me seguía fotografiando. Esta vez yo me tocaba la cola, el abdomen, me hacía masajes con un pequeño bailecito para ser más sensual. Jugaba con la cámara e intentaba ponerlo nervioso a él.


Fue entonces cuando le dije que para el 3er cambio (el hilo) había traído aceite. Me calcé el hilo y empecé a aceitarme, me pellizcaba los pezones haciéndome la boluda como que me estaba gustando mucho y no notaba que había gente a mi alrededor. Marco miraba embobado. Cuando por fin me pongo en la cola y le digo a mi novio: “me ayudás a esparcirlo?”, a lo que él responde: “no, yo prefiero no participar, si no le molesta que lo haga él”. Lo miro a Marco, le paso el aceite y me doy vuelta mostrando la cola. 


Marco no dudó ni un segundo, dejó la cámara y con ambas manos me amasó la cola y las piernas. Se notaba que se estaba aprovechando, pero lo que no sabía es que yo me aprovechaba de él. 


Empezamos las fotos y me puse muy puta. No dudé ni un momento en mostrarle todo, en ser bien caliente y en buscar excitarme realmente.
me corría la bombacha y me tocaba con mis dedos un poquito, dentro del “juego” de las fotos.


Entonces sugiero: “podemos hacer una como que me estás tocando la cola?”, Marco pone la cámara y con la otra mano, estira para agarrarme. Es entonces que lo empiezo a llevar y le pido que siga. “A ver, ahora con la mano sobre mi bombacha”, yo ya estaba re caliente y se me notaba mojada. Él no solo lo notó, también lo sintió. Corrí mi tanga y lo miré con cara de “por favor, tocame”. Cosa que hizo. Y siguió sacando fotos.


Hasta que en un momento….empecé a gemir. Lo admito: soy buena actriz, pero estos gemidos, eran solo 10% acting, el resto era verídico y realmente quise más.


Le pedí que largue la cámara y llevé su cara a comerme en 4 como yo estaba. Ahí es cuando sentí su lengua como lo esperaba. Recorría no solo mi conchita, sino también mis muslos, se ve que no se animaba a mi cola….se la dejé pasar.


Después de un rato de sexo oral del bueno, sin preguntarle nada, le agarré la bragueta y empecé a buscar su pija. Él hizo un parate con las manos, miró a mi “amigo” y ahí se dio cuenta de todo. Un poco confundido intentó razonar….pero su pija ya estaba en mi poder. No solo era linda, también era gorda y más grande que la de mi novio.


La empecé a chupar y chupar, me comía sus huevos y realmente lo disfrutaba. Miré a mi novio que estaba enloquecido pero inmutado (lo conozco hace años, sé leerle la cara). Mientras me comía su pija, gemía y le decía que me encantaba. Que ahora lo iba a cabalgar un ratito porque quería sentir que yo lo controlaba a él por un momento.


Lo acosté y me subí arriba de esa verga que ya estaba como piedra, mientras me lo cogía, alternaba mi mirada entre sus ojos y los de mi novio. Meneaba fuerte su pija, esperando que de ninguna manera acabe, pero yo no iba a ir más lento. Es entonces cuando noto que Marco está por acabar, me saca de encima y me pone en cuatro. Empieza a cogerme con toda, a mi me encanta así, me encanta sentir esos huevos como me pegan y además me gusta que me agarren y no poder salir. Que me sometan, que me tapen la boca y los ojos. Que me peguen en la cola y que me hagan lo que se les cante.


Ahí es cuando Marco, entre mis gemidos y los suyos, sacó su pija de mi concha empapada y acabó sin parar sobre mi cola y espalda.


Luego de relajarnos, a Marco le contamos la verdad y años después, cada tanto viene a visitarnos. Ahora ya lo dejamos subir a casa.


Espero que les haya gustado. Quiero que sepan que lo único falso de este relato, es el nombre del fotógrafo.


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5 comentarios - El día que engañé a mi novio, a pedido de él

portugalo3 +2
uffffff.... re caliente el relato! muy bueno!
Tartanico +1
Por dios que relato!! No dejo de umaginar ese momento
AngeYGasDeCap
hermoso, relato me dejo re duro, lo que amamos todos los cornudos por eleccion, una pareja putita
Juegaporno
Hermosa historia y experiencia. Ojalá pronto pueda vivir