Un día mientras me encontraba trabajando fuera de hora en la oficina, sonó mi teléfono. Me acerqué para ver la notificación, y tenía un mensaje de WhatsApp de un número que no tenía agendado. Abrí la conversación y al ver la foto pude confirmar que era mi prima. Sentí que mi corazón latía acelerado.
“Estuve pensando mucho en ti” decía el mensaje. Sin más. Me quedé mirando fijamente la pantalla, y sin saber qué responder.
“Por qué tienes mi número?” respondí. Ya que era el teléfono de trabajo.
“Me lo pasó tu Madre. Y bueno, ya ves, como no contestas en tu teléfono personal, se lo tuve que pedir a tu Madre”
Sentí que la respiración se me entrecortaba. Después de pensarlo unos minutos, decidí que lo mejor sería no responder más. Aparté el celular y traté de volver al trabajo.
A la media hora, volvió a sonar el Celular. Mi Prima me había enviado una foto. Era una selfie tomada desde arriba, recostada, donde se veía su cuerpo y sus exuberantes nalgas. Luego había escrito “Cuándo vienes a verme? Piensas que no me doy cuenta de que tu también quieres?”.
Yo ya tenía mi mano derecha en mi bragueta, acariciando mi miembro duro. Me moría de ganas de pasar una noche con mi prima. Desabroché mi pantalón, bajé mis boxers y liberé mi pene hinchado. Comencé a masturbarme mientras miraba la foto de Prima. Me imaginaba pasando mi lengua por ese culo, luego, pellizcando sus pezones mientras ella gemía, escuchando su respiración agitada mientras me pedía que la toque, que la penetre. De repente sentí que iba a eyacular. Casi sin pensar tomé el celular con la foto de Prima y lo acerqué a mi sexo y me vine, llenando toda su cuerpo de semen. Me recosté en mi silla agitado, recuperando el aliento. Luego me subí las prendas y fui a limpiar el celular, que ahora estaba todo sucio y pegajoso.
Decidí abandonar la jornada laboral y volver a casa, ya que no me consideraba en condiciones de ser productivo. Ya era de noche y cuando llegué al departamento mi novia estaba cocinando. Me saludó con un beso, y le dije que me iba a dar una ducha antes de cenar.
En la cena mi novia me preguntó si me encontraba bien, ya que estaba muy callado y parecía estar pensando en otra cosa. Le respondí que estaba muy cansado y que había sido un día difícil en el trabajo, lo cual no era mentira. No podía decirle lo de mi prima.
Esa noche Mi novia quiso tener sexo, pero yo no podía concentrarme con la situación, así que me disculpé y le dije que mejor otro día. Ella me dijo que no pasaba nada, aunque noté que se había quedado frustrada.
Al día siguiente me levanté más tranquilo y fui a trabajar. Logré terminar todo y al salir de la oficina me llamó mi Madre. Nos habían invitado a cenar en casa de Mi tía, y me aclaró que fue idea de Prima, que tenía pensado amasar unas pizzas. Accedí de inmediato. Me dijo que me esperaban a las 9 de la noche.
Al llegar a casa le dije a Mi novia que estábamos invitados a comer en casa de mi Tía, deseando que ella me dijera que no podía o no quería. Aunque sabía que estaba mal, quería encontrarme con mi prima sin la presencia de mi novia allí. Afortunadamente, Mi novia ya había hecho planes para cenar con sus amigas.
A las 9 en punto toqué el timbre de la casa de mi Madre, con un vino en la mano. De inmediato vi a Prima caminando hacia la puerta.
- Qué puntualidad… Parece que tu también estabas ansioso por verme - dijo al abrir, bromeando de manera seductora
- Siempre fui muy puntual - respondí evadiendo el comentario, mientras la saludaba con un beso en la mejilla
Me sentía como un adolescente cuando está cerca de la persona que le gusta. Me sentía nervioso, torpe.
Entramos a la casa, y al cerrar la puerta Mi prima me agarró del brazo evitando que me fuera por el pasillo hacia el interior del hogar. Me atrajo hacia ella y poniéndose muy cerca de mi cara me dijo:
- Me moría de ganas de verte.
Sentía su aliento en mi boca, mientras me miraba fijamente a los ojos desde abajo, ya que medía varios centímetros menos que yo. Me quedé un momento mirándola a los ojos sin responder, y en un impulso pasé mi brazo derecho (en el que no llevaba el vino) alrededor de su cintura, la atraje hacia mi cuerpo, y la besé con lujuria. Nuestras lenguas se buscaban con ansiedad, sentía su saliva caliente en mi boca, mientras sentía su cuerpo tibio rozando el mío. Sentía la sangre haciendo palpitar mi verga adentro de mi ropa. Me alejé al escuchar unos pasos acercándose por el pasillo. Nos alejamos bastante, y vimos llegar a mi mi tía.
- Vine a ver por qué tardaban tanto. Pensé que se habían ido - dijo chistoso
- No, acá estamos. Me había olvidado el vino en el auto y tuve que volver a buscarlo - improvisé y me sorprendí de lo convincente que había sonado.
- Ah menos mal, sin vino no te dejaba pasar…
Entramos a la amplia cocina y para mi sorpresa estaba mi madre sentada en la mesa. La saludé y me senté en una de las pocas sillas vacías que quedaban, justo enfrente de mi Madre.
No podía parar de pensar en el beso caliente que le había dado a mi prima, y mis fantasías con ella empeoraban. No podía concentrarme en las conversaciones de la mesa.
Una vez lista la comida, Mi Prima se sentó al lado mío, como era de esperarse. Luego de unas copas de vino, comenzó a poner su mano de a momentos en mi rodilla, luego en mi muslo, cada vez durante más tiempo. Yo no reaccionaba ni la tocaba a ella, sólo miraba paranoicamente al resto de la gente para ver si alguien notaba lo que pasaba, pero nadie parecía estar prestando atención. Todos estaban riendo y tomando, relajados y alegres.
La mano de mi prima subía por mi pierna y comenzaba a acercarse a mi pene, lo cual me ponía muy caliente. La adrenalina de lo prohibido me estaba gustando mucho, y sólo quería que todos desaparecieran para tirarla sobre la mesa y desnudarla.
Mi prima llevaba su mano muy cerca de mi pene pero nunca lo rozaba. Yo estaba excitado. No podía más. Así que disimuladamente tomé su mano y la puse sobre mi bragueta. Vi cómo por un instante me miró, sin poder creer que hubiera reaccionado a lo que ella estaba haciendo. Vi que sonrió casi imperceptiblemente, y comenzó a acariciar mi bulto por encima de mi ropa. Yo estaba concentrado en que mi cara no delatara mi placer.
- Tu fuiste alguna vez, Sobrino? - me preguntó mi tia, y yo me puse nervioso porque no sabía de qué hablaban. Mientras tanto mi prima continuaba acariciando mi verga, sin intimidarse por la situación. Le encantaba verme sufrir.
- A dónde? - respondí
- Al Chichén Itzá, cuando fuiste a Yucatán.
- Ah, sí. Claro. Era turista, todos los turistas vamos al Chichén Itzá cuando vamos a Yucatán.
Todos reimos, ellas continuaron conversando como si nada pasara. Hasta que en un momento mi Prima quitó la mano de mí y se paró.
- Voy al baño - anunció - el vino ya me hizo efecto.
Nadie respondió y todos continuaron con su tema de conversación.
De repente sentí que el celular vibraba dentro de mi bolsillo. Saqué el teléfono y vi que tenía una notificación de ella. Me tensé al pensar que alguien podía verlo, pero no tenía a nadie tan cerca. Abrí el mensaje y vi unas fotos de mi prima muy provocativas, casi desnuda, acompañado de la siguiente frase “Estaba tan excitada por tu culpa, pendejo, me tuve que venir a calmar sola”.
Yo le respondi: “Tu me dejaste la verga como un garrote y estas fotos no me ayudan”.
Unos minutos después volvió Prima y dijo en voz alta, para que todos escucharan:
- Primo, tu que eres alto, me das una mano para cambiar la lamparita del baño? Tuve que orinar a oscuras porque se había quemado.
Yo me quedé duro, miré alrededor y nadie había encontrado nada raro ni sospechoso en ese pedido.
- Ya vengo - dije, no pareció importarles mucho que me retirara
Apenas abandonamos la cocina, mi prima me agarró nuevamente la bragueta con toda su mano y comenzó a abrirme el botón del pantalón mientras caminábamos. Llegamos al baño y me empujó dentro, cerrando la puerta silenciosamente.
- Tenemos poco tiempo, pero voy a terminar lo que empecé, para que veas que no quiero hacerte sufrir, primito. - dijo mi primaa mientras me bajaba el pantalón y el bóxer
Se sentó sobre la tapa baja del inodoro, y con destreza escupió mi glande. Me miró a los ojos, disfrutando de mi placer y de lo caliente que estaba. Chupó mi pene desde la base hasta la punta, acarició y lamió mis huevos, y luego se metió mi verga en la boca y empezó a chuparla con ganas. Yo tiraba mi cabeza hacia atrás y respiraba muy fuerte. Retiraba el pelo de su cara, ya que lo tenía suelto, y la sostenía de él. Prima era increíble haciendo sexo oral, demás ponía cara de puta y eso me volvía loco. Cuando vio que estaba por explotar, me dijo:
- Quiero tragarme toda tu leche.
Escuché eso y comencé a embestirla por la boca a mi ritmo. Jadeando cada vez más, agarrando su cabeza, viendo cómo se le humedecían los ojos cuando mi verga llegaba a su garganta. Hasta que finalmente le llené de semen toda su boca.
- Me tienes loca. - dijo mientras se limpiaba la boca y acomodaba su ropa.
Yo subí mis prendas y procuré calmar la respiración para que nadie sospechara nada.
Volvimos a la cocina y nadie pareció prestar atención a nuestro regreso.
-Pudieron cambiar la lamparita? -preguntó mi madre mientras levantábamos los platos de la mesa
- Sí, por suerte quedaba una en el cajón - dijo mi Prima
Terminamos de acomodar la cocina y sentí que ya era momento de irme a casa.
- Bueno, yo me voy a ir yendo para casa.
- Bueno, sobrino. Vamos que yo te abro.
-Primo quede de verme con una amigas esta noche, haremos una pequeña pijamada, la casa de ella, queda de paso hacia la tuya.. me podrías dar una aventón? - dijo mi Prima.
- Bueno, te llevo.
- No te molesta? - dijo mi Prima.
- No hay problema.
Mi tía nos acompañó hasta la puerta y allí nos despedimos. Cuando mi Prima le dio un beso en los cachetes a mi tia me pregunté si en algún momento se habría cepillado los dientes o si todavía tendría restos de mi semen en su boca. Nos subimos a mi auto que estaba estacionado frente a la casa, y mi tia cerró la puerta recién cuando vio el auto alejarse.
- Por fin solos - dijo mi Prima
- No te da culpa esto que hacemos?
- Sí, un poco. Pero quiero esto, y si hay algo que aprendí en mi vida es que no es sano quedarse con ganas de nada.
- Sí.. - dijo mi prima
- Que seamos primos lo hace muy excitante. O me vas a decir que no te calienta la idea de estar juntos? - dijo mientras llevaba su mano a mi entrepierna nuevamente
- Creo que no hace falta que te responda - dije mientras miraba durante un instante la erección que se notaba por encima del pantalón
Mientras yo continuaba manejando sin rumbo, ya que mi prima jamás me había dicho la dirección exacta, ella liberó mi verga y comenzó a masturbarme. Se escupía la mano y continuaba tocándome. Esa humedad me la ponía cada vez más dura.
- Te gusta, bebé?
- Cómo me vas a poner así. Ahora no puedo parar de pensar en metértela.
- Yo te dejo hacerme lo que quieras. No podemos ir a tu casa ni a la mía, así que estacioná donde más te guste. - me dijo
Íbamos por una avenida, así que teníamos que alejarnos de ahí y buscar algún lugar más discreto. Mientras yo continuaba al volante, Prima se desabrochó el cinturón de seguridad y se inclinó sobre mí, comenzando a mamármela.
- Ahhh, me vuelve loco que me la chupes así. - le dije sosteniendo el volante con la mano izquierda y presionando a su cabeza contra mi verga con la derecha.
Entre su lengua en mí pene, el ruido de sus arcadas, y la adrenalina de estar en el auto, estaba muy caliente. Estacioné en una callecita donde no pasaban demasiados autos, frente al portón de una casa. No podía seguir buscando lugar.
Desabroché mi cinturón de seguridad y bajé un poco más mi pantalón y bóxer para estar más cómodo. Hice que mi Prima se enderezara y la besé con pasión, con urgencia. Comencé a apretarle las tetas, las saqué de su blusa y de su corpiño. Tenía unas tetas riquísimas, en las cuales hundí mi cara y comencé a besarlas con dedicación, apretarlas, pellizcar sus pezones. Llevé una de mis manos hacia su entrepierna y metí la mano por dentro de su calza y su tanga. Estaba mojadísima.
- Ah mirá lo mojada que estás
- Te dije que me tienes locaa.
Saqué mis dedos y los chupé, mirándola bien a la cara.
- Desde que llegué a la casa que quiero verte desnuda. - le dije mientras le quitaba la blusa y el corpiño, y ella me ayudaba quitándose el resto de sus prendas
Yo también me saqué las mías y tiramos todo al piso. mi Prima tiró el asiento del acompañante hacia atrás y me pidió que me sentara en él, para que no molestara el volante. Yo obedecí y ella se subió encima de mí. Moviéndose lentamente fue acomodándose arriba de mi verga, mientras los dos emitíamos un profundo gemido de placer.
Tomándome de la nuca con las dos manos comenzó a cabalgarme, mientras sus enormes tetas rebotaban frente a mí. Yo las amasaba, las lamía, las besaba. Ella tiraba su cabeza hacia atrás y me presionaba el cuello con sus dedos y uñas. Los vidrios se empañaban y los dos gemíamos ruidosamente, sin tener que cuidarnos de que nadie escuchara.
Mientras saltaba sobre mi pene, mi Prima comenzó a tocar su clítoris.
- Meteme un dedo en el culo - pidió de repente
Yo chupé bien mi dedo mayor y pasando mi brazo alrededor de su cadera, lo metí en su culo. Comencé a moverlo suavemente y a distinguir cómo sus gemidos se intensificaban. Prima estaba por llegar al clímax. Verla así, subiendo y bajando sobre mí, sudando, gozando… Comencé a meter y sacar mi dedo de su culo con más rapidez y luego metí un segundo dedo dentro de ella. Ella gritaba y yo veía que no podía más del placer.
- Quiero que te vengas para mí, y que la próxima vez que te vengas con tu novia pienses en mí.
Ella me miró y de repente alcanzó el orgasmo, emitiendo un profundo grito, y al verla, yo no pude evitar venirme dentro de ella también.
Nos miramos en silencio durante unos instantes, mientras recuperábamos el aliento. Luego ella me besó y me dijo:
- Ahora sí me puedo ir a dormir en paz. Un polvo con mi primo es lo que me recomendó el doctor - dijo bromeando
Yo me reí mientras ella se retiraba de encima de mí. Nos limpiamos con unos pañuelos, y comenzamos a vestirnos porque ya era tarde. Volvimos cada uno a su asiento y mi prima me dijo la dirección exacta. Al llegar, me besó apasionadamente de nuevo.
- Espero que me vuelvas a invitar a cenar pronto. Me quedaron muchas cosas por hacerte. - le dije mientras ella abría la puerta para bajarse del auto
- Siempre estás invitado. Yo cocino y luego tu me das el postre. - respondió mirándome a los ojos antes de cerrar la puerta
Esperé hasta que entrara en el edificio y luego me fui rumbo a mi departamento, dispuesto a follarme a mi prima cualquier día que me lo pidiera.
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