La modelo y el mendigo.

Cristal, una joven modelo de 26 años recién cumplidos, empezó en el modelaje a temprana edad desde los 14 años, poseedora de una belleza única, unos ojos preciosos, cabello largo y su rostro fino con rasgos europeos pues tenía ascendencia del viejo continente, una mujer de piel clara de 1.75 cm y sus enormes tetas talla 36 D y un culo que gracias a su genética ya sus visitas rutinarias al gym lucia hermoso y unas piernas muy bien torneadas. Además, la joven le encantaba salir por las tardes a caminar al parque que estaba cerca de su nueva casa pues con los ahorros que había juntado se había independizado. A pesar de su belleza la joven era soltera, los chicos solo la veían como un trofeo y los pocos que le gustaban resultaban ser patanes, así que desde que se mudó se había hecho adicta a las paginas xxx, en especial en las que la gente relataba sus más bajos deseos y aventuras pues la lectura era algo que ella disfrutaba

 

Pronto empezó a gustarle más los relatos que involucraban a hombres viejo, poco agraciados o mendigos, leía como algunas chicas tenían encuentros con ese tipo de hombres, muchas contaban que al ser hombres que nadie les da la oportunidad resultan ser excelentes amantes, hambrientos de sexo y con una mente pervertida, la joven leía las experiencias y recordaba como desde que su cuerpo desarrollo a temprana edad los hombres de todas las edades la desnudaban con la mirada, en todos lados, en el gym, en la escuela, en el metro, en el autobús y muchos de ellos incluso se propasaban con ella, en especial los viejo mañosos y feos. Desde entonces ella empezaba a fantasear con situaciones similares. Donde ella una joven y hermosa mujer ella follada y usada de la manera más vil por algún viejo y sucio anciano desconocido. Sus pensamientos cobraron más fuerza cuando por la calle empezó a fijarse con mucho más detenimiento a los hombres que la miraban los que más le llamaban la atención eran los viejos decrépitos, los feos, los pervertidos que le decían y chiflaban cosas, con el tiempo ella incluso llegaba a su casa y se masturbaba recordando esas miradas y esas sucias palabras que le gritaban en la calle mientras caminaba.
 Por el parque que frecuentaba no había muchos hombres así, era raro, por lo que general eran familias u otros hombres atléticos y varoniles lo que circulaban por aquel lugar, muchos se le acercaban, pero no les prestaba mucha atención, cuando algún vagabundo o algún anciano solitario rondaba por ahí, ellos eran quienes se robaban la atención dela joven muchacha pero se dio cuenta que había un viejo pordiosero que siempre andaba por ahí, desde que se mudó a su nueva casa vea al hombre por la zona erala clase de hombre con los que fantaseaba siempre, antes no le prestaba atención, incluso sentía asco y repulsión por ese tipo de hombres pero ahora todo era distinto, su nombre era Patricio.
Patricio era un viejo pordiosero de piel quemada por el sol, pasado de los 60 años, de apenas 1.62 cm de alto, que se la pasaba mendigando dinero o comida pues ya hace unos años que se había quedado en la calle y había perdido todo debido alas apuestas, su mujer lo dejo y no tenía familia que se preocupara por él, y debido a su aspecto sucio y al olor que desprendía casi nadie le daba nada, simplemente lo ignoraban, el viejo se había resignado a morir solo en medio dela calle un día de estos hasta que sucedió algo que él nunca se imaginó. 

El siempre veía a la modelo Cristal en el parque la primera vez que la vio fue cuando Cristal trotaba por el parque, usaba un atuendo deportivo, que resaltaba la hermosa figura de la chica, su bella cara sudada y la forma en que sus enormes melones rebotaban, además de esas increíbles nalgas, era la mujer más bella que había visto pero también recuerda la cara de asco que ella le lanzo la primera vez que lo vio pidiendo algo de comer.


Aunque sin saber lo que últimamente pasaba por la cabeza de Cristal, la vida de ambos cambiaría radicalmente. Cierto día en la mañana Cristal se despertó más cachonda de lo habitual, no había podido dormir bien pues se masturbo con otro de los relatos y experiencias que leyó anoche sobre su nuevo fetiche: los viejos verdes. Además, se tuvo que despertar temprano esa mañana para ir a trabajar pues haría una sección de fotos de ropa deportiva, así que se arregló y salió para su trabajo. Después determinadas las fotos opto por regresar a su casa con la ropa que traía puesta de la sección, unos shorts deportivos muy pegados que marcaba sus enormes nalgas y un top deportivo con escote que dejaba ver sus lindas tetas, y tras recibir su paga en efectivo, pues la marca que promocionaba era una muy conocida, le dieron su dinero en un sobre y tras contarlo, se retiró.

 Mientras esperaba en una esquina para tomar un taxi, sentía como pasaban las personas y se le quedaban mirando, ignoraba a los hombres más jóvenes, pero a los ancianos los miraba de reojo y observaba como prácticamente la devoraban con la mirada, unos miraban sus enormes tetas otros desviaban su mirada a su imponente culo, también los había que lo hacían disimuladamente y otros no tanto, inclusive hubieron algunos que se acercaban a ella tratando de entablar una conversación con ella, preguntándole su nombre, edad y cosas por el estilo. Para Cristal esto la ponía sumamente nerviosa, pero a la vez algo caliente, su mente imaginaba yendo a alguno hotel con alguno de esos viejos que la morboseaban y hacer todo tipo de locuras y descargar su lujuria con ellos, incluso logro juraría que hubo un hombre que le tomaba fotos de sus nalgas con su celular, esto solo hizo que empezara a desesperar por llegar a su casa y desnudarse para autocomplacerse.


Finalmente, un taxi le hizo la parada, para su desgracia era un joven taxista, incluso algo apuesto, pero esto a ella no le llamo la atención, el taxista intento hacerle platica o algo, pero ella se limitó a ir mirando su teléfono e ignorar al joven, su atención estaba en otro lado. Le pidió al taxista que parar en el parque, no quería que le intenso hombre la llevara hasta la puerta de su casa, a partir de ahí ella caminaría, era un día caluroso así que antes de ir a su casa decidió refrescarse comprando un helado en un puesto del parque, la joven de pronto miro al viejo Patricio pidiendo limosna en una parte casi al otro lado del parque, esto volvió a encender la llama de la joven que rápidamente se en camino a acercarse al sucio hombre, camino y mientras se acercaba su corazón latía cada vez más rápido, sabía perfectamente que sus tetas brincaban y sus piernas torneadas se lucían.
Cristal se acercó al viejo y lo miro por unos momentos, tomo de su bolso un billete y se acercó al pordiosero, al mirarlo más de cerca noto lo feo que era, emanaba un olor de no bañarse en días, a pesar de la repulsión y asco que sintió por el hombre, también sentí aun increíble morbo por la situación, Cristal se agacho para darle en billete en un sombrero que tenía el hombre donde todos le ponían dinero, noto que apenas y tenía unas monedas. En ese movimiento sus gigante pechos quedaron prácticamente colgando en la cara del viejo que tuvo la mejor vista de su vida el hombre sintió el delicioso olor del perfume de la modelo, esta se dio cuenta que el anciano saboreaba sus hermosas tetas solo se limitó a sonreír y decirle

-Aquí tiene señor –Dedicándole una pequeña sonrisa
-Muchas gracias señorita
El anciano agradeció el gesto y le devolvió la sonrisa. La joven noto la falta de dientes y los pocos que quedaban estaban amarillentos. La jovencita se alejó meneándose cola sensualmente y sintiendo como el viejo la seguía observando, por su cuerpo recorría una sensación de adrenalina y un morbo que nunca había experimentado antes, por su cabeza solo imaginaba al viejo devorando sus jugosos melones como un animal con esa sucia y asquerosa boca, la chica no quería alejarse del viejo y se sentó en una banca a solo escasos metros del viejo y entre su lujuria decidió jugar un poco con el anciano que no le quitaba la mirada de encima y con el helado que tenía empezó a comérselo de una forma picara.

Cristal le daba lamidas y chupaba en helado de forma seductora, imaginaba que el helado que tenía en la mano era la pestilente verga de algún viejo horrible, lo hacía mientras la mirada del anciano no daba crédito de lo que veía, Cristal seguía devorando aquel helado, pasaba su lengua por todos lo hacía son tal lujuria que al pordiosero Patricio su polla estaba como una roca entre sus sucias ropas mientras observaba como la escultura joven se comía esa helado, Patricio solo se preguntaba si era alguna clase de indirecta, si era algo intencional o simplemente era la excitación de él lo que le pasaba una mala jugada.

Cristal estaba por acabarse su helado e incluso dejaba caer un poco de helado sobre sus enormes pechos y con su dedo lo limpio y se lo llevo a la boca.
El hombre no soporto más y se paró para acercarse a la joven, nada perdía intentando acercarse a ella, pero era algo lento debido a su edad y Cristal al ver al anciano pasarse, emprendió la huida del lugar asustada al notar que el anciano podría acercarse a ella tomo su bolso rápidamente y salió caminando de prisa.
La chica no estaba segura si el anciano enserio presencia acercarse a ella o si solo se estaba cambiando de lugar, pero y si se acercaba ella, ¿que pretendía hacer? ¿intentaría seducirla?¿acaso en viejo tomo el juego como una indirecta? ¿tal vez fui demasiado lejos? Todas estas preguntas rondaban la cabeza de la joven, a pesar de eso al llegara su casa lo primero que hizo fue subir a su habitación y deshacerse de sus prendas quedando completamente desnuda.


Se acomodó en su cama y empezó a tocarse ella misma, pasaba sus manos por todo su cuerpo, sus tetas, su coño, que ya estaba empapado por lo excitada que estaba. El solo recordar la situación y lo que pudo pasar si no se hubiera ido, metía sus dedos en su vagina jugando con ellos y retorciéndose del placer.





Jugaba con su cuerpo y recordaba la cara del viejo y su pestilente olor solo la llevaban más al límite hasta que después de varios minutos finalmente tuvo un increíble orgasmo y corriéndose. Cristal solo se cuestionaba porque tuvo un intenso orgasmo pensado en un horrendo viejo.

Por su parte el viejo solo apenas alcanzo a pararse cuando vio que la joven rápidamente se paró y camino huyendo del, pero alcanzo a ver cómo mientras ella se alejaba en la banca donde estaba sentada había un sobre y un tarjetero, en su desesperación por salir corriendo Cristal no noto que su bolso no estaba bien cerrado y el sobre del pago de hoy y sus tarjetas de crédito y credenciales los había dejado tirados, al ver dentro del sobre y ver la cantidad de dinero se sintió tentado a tomarlo e irse a comprar comida, alcohol y otras cosas pero recordando un poco su pasado y de cómo antes ese pensamiento lo llevo a donde estaba ahora decidió no hacerlo en cambio miro las tarjetas de crédito y encontró la dirección de la joven, que vivía tan solo a un par de cuadras de donde estaba el parque y descubrió el nombre de la joven.
-Con que Cristal, se llama esa preciosura, lo que daría por comerle esas enormes tetas, pero bueno aunque sea volver a verla será suficiente para hacerme una buena paja después jeje–Pensaba en viejo
Cristal ni siquiera noto que su dinero no estaba en su bolsa y en su lugar bajo a su jardín para tomar el sol, una actividad que recientemente practicaba a ella le gustaba a veces broncear un poco su piel, incluso en ocasiones lo hacía desnuda, tenía la seguridad de que nadie la vería pues su casa era la última y sus únicos vecinos eran una pareja recién casada, había un espacio especial para tomar el sol, Cristal se colocó un crema bloqueadora por su cuerpo y se puso los audífonos para escuchar música mientras tomaba el sol.

Patricio después de recorres las casas de la dirección por fin dio con el número de casa que estaba en la credencial, era una casa mediana de dos pisos, se acercó a la puerta y toco el timbre en un par de ocasiones, pero nadie abrió, Cristal estaba relajada y no escuchaba nada en la parte trasera de su patio, Patricio se desesperó y vio un pasillo del lado derecho de la casa donde al fondo se veía un jardín, brinco la reja de madera que no era muy alta pues de un salto la logro brincar y camino muy sigilosamente al fondo del pasillo justo cuando estaba por entrar al jardín se detuvo y del lado izquierdo en cerca de la puesta puerta trasera estaba la joven Cristal
Cristal estaba acostada en boca abajo completamente desnuda, sus preciosas algas estaban al aire mientras tomaba el sol



El viejo rápidamente retrocedió, pero se dio cuenta que la joven no se había dado cuenta de su presencia, a pesar que estaba a unos 4 o 5 metros de donde la joven se encontraba podía admirar con detenimiento la anatomía de la joven modelo. El viejo saco su polla de sus rasgados pantalones y empezó a masturbarse cuidadosamente mientras observaba a la chica, mientras el viejo se masturbaba.
  
Un gato paso corriendo entre las piernas del viejo y acto seguido tiro unas botellas de vidrio, lo que alarmo a chica que salió de su tranquilidad y buscando el origen del sonido, Patricio rápidamente corrió de regreso a la parte de enfrente de la casa y brinco la pequeña valla de madera, tenía pensado huir del lugar pero estaba seguro que Cristal no había notado su presencia, además solo quería observarla un momento más y poder cruzar palabras con ella, aunque fuera por unos momentos, así que volvió a tocar el timbre. Por su parte Cristal noto que uno de los gatos de algún vecino andaba por su casa y vio el vidrio roto, cuando escucho el timbre de su casa sonar un par de veces, se puso rápido una bata y corrió a la ventana donde vio al vago del parque parado en su puerta.
Su corazón comenzó a latir a mil por hora, no podía creer que ese viejo estuviera en su puerta, no sabía qué hacer, pensó en no abrir, pero asumió que este la había seguido y que seguramente sabia en donde vivía ahora, su pequeño jueguito se le había salido de las manos o eso pensaba, asique fue a la puerta a ver que quería el viejo .Abrió un poco una de sus ventanas y le respondió al viejo
-      Si? Dígame que quiere, de una vez le digo que no tengo nada de dinero para darle ni comida asi que por favor váyase – Fue la amenaza de Cristal
-      Ahhh buenas tardes, es usted la señorita Cristal? –Pregunto Patricio
-     Mmmm dígame quiere o llamo a la policía–contesto Cristal amenazante
-    ¿Es usted la señorita Cristal? –Insistió el viejo
-     ¿Para qué quiere saber eso? ¿Cómo sabe que hay alguien en esta casa con ese nombre?
-     Porque me encontré esto en la banca donde estaba usted –El anciano mostro la tarjetera y el sobre con el fajo de billetes adentro.
Cristal se sorprendió, ¿ese era su pago del día de hoy?
-     Espere ahí, no se mueva
Cristal corrió a ver su bulto yen efecto, ni su dinero ni su tarjetera estaban ahí
-        ¿Cómo es que tiene eso usted?
-        Creo se le cayó cuando se fue del parque señorita.
Cristal entonces entendió que el hombre solo fue a devolverle lo que era de ella, eso la sorprendió, pero igual estaba agradecida con él, entonces bajo a tomar lo que era de ella. Estaba algo nerviosa pues vería nuevamente al viejo y entonces abrió la puerta y lo vio.
-Aquí tiene señorita, esto es de usted, si gusta revisar que no falte nada adelante –Le dijo Patricio a la joven mientras le devolvía sus pertenencias
-Muchas gracias señor, me ha salvado –Cristal no quería dejar ir al hombre sin darle algo a cambio.
-¿Gusta pasar a comer algo? –Le ofreció la chica
Los planes de Patricio eran devolver las cosas y retirarse para pajearse con la última imagen que tenia de la joven, pero acepto.
-Claro que sí, se lo agradezco.
La joven le sirvió un plato de comida caliente al viejo el cual disfruto con gusto, ambos cruzaron una que otra palabra y Cristal echo un vistazo al sobre y a su tarjetera, todo estaba ahí, el dinero completo y todas sus tarjetas intactas, el hombre no había tomado nada. De vez en cuando el viejo veía de reojo a la joven recordando la imagen que tenia de ella en el jardín, incluso se preguntaba si debajo de esa bata había algo de ropa o si estaba en total desnudez.
Por su parte Cristal notaba las miradas que echaba el hombre a su figura, probablemente esperando algún descuido de ella en esa bata. La joven sentía cierta curiosidad, tenía ganas de seguir jugando con el hombre, llevar sus fantasías mucho más allá de lo que fue en la fue en el parque, pero no estaba segura.
-Disculpe aun no me dice su nombre señor…
-Patricio, señorita
-Señor patricio, le agradezco de nuevo su honestidad por devolverme mis cosas
-No se preocupe señorita, debería tener más cuidado.
-Lo tendré, ¿mmmm gusta más comida? –Cristal intentaba retener un rato al anciano, sentía pena por el, de seguro estaba maravillado por ella asi que le daría el regalo de pasar un rato más con ella en su casa.
Después de un rato, ambos entablaron una conversación, él le contaría como termino en la calle y pidiendo dinero, la historia hizo que Cristal sintiera lastima por él, pero tuvo la brillante idea de pasar más tiempo con el viejo, jugaría con él durante un tiempo. Le ofreció un trabajo en casa de ella a cambio de comida y un poco de dinero, al mudarse había algunas cosas que aún estaban desordenada y había dos habitaciones que necesitaban ser pintadas y también el baño. La joven le comento esto al viejo, a Patricio le brillaron los ojos, tendría comida, dinero y lo más importante, podría pasar más tiempo con la jovencita en su casa, a lo que de inmediato acepto, precisamente uno de sus antiguos empleos era pintar casas, era algo que hace más de 15 años no hacía.
Por su parte Cristal sabía que le hombre no solo aceptaba el trabajo por la comida o dinero, sino que era para seguir estando cerca de ella, asique le daría ese gusto de admirarla por al menos una semana.