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Maduras Anonimas (Parte 06)

Parte 01
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Parte 02
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Parte 03
http://www.poringa.net/posts/relatos/4475525/Maduras-Anonimas-Parte-3.html

Parte 04
http://www.poringa.net/posts/relatos/4483991/Maduras-Anonimas-Parte-04.html

Parte 4.5
http://www.poringa.net/posts/relatos/4487828/Maduras-Anonimas-Parte-4-5.html

Parte 5
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Como he dicho antes siempre he sido un joven solitario, no de un grado extremadamente huraño sino que simplemente me gusta estar solo. Eso no quiere decir que no tenga amigos.


Con la mudanza a causa del divorcio había perdido a los pocos amigos que tenía en mi anterior ciudad. Al llegar al complejo había muy pocos jóvenes de mi edad y además no había logrado congeniar con los otros así que pase casi todo el verano solo.


Cuando me uní al grupo de Maduras Anónimas termine haciéndome amigo de un chico de mi misma edad llamado Alex. Habíamos conversado un poco antes que las reuniones empezaran y una noche nos topamos cuando ambos salíamos de departamentos contiguos. Aquella noche nos quedamos conversando un rato y descubrimos que teníamos intereses similares, entre ellos claro está el amor por las maduras.


El chico vivía a unas calles de distancia, en otro complejo departamental. Había entrado al grupo 4 meses antes que yo, siendo reclutado por doña Elide luego que esta lo descubrió espiando a un par de maduras en un parque cercano.


Al principio pensó se trataba de una broma pero al igual que yo ya había escuchado rumores en el internet por lo que decidió probar su suerte.


Desde entonces había asistido sin falta a todos los encuentros. Entre ambos intercambiamos historias de las maduras que habíamos follado para estar preparados para la siguiente reunión. Curiosamente me comento que su primera vez también había sido con doña Claudia, cosa que me hizo sospechar que dicha urna estaba arreglada por doña Elide.


Él también se sorprendía con lo guarras y perversas que podían llegara ser dichas maduras y hasta ahora lo más extremo que le había tocado había sido doña Carolina, del 305. Al llegar a su departamento se asustó al encontrar a su esposo ahí pero la sorpresa fue aún mayor cuando la señora le dijo que el señor simplemente observaría mientras ellos follaban. Aunque se puso nervioso al principio termino follando con la señora mientras el marido se masturbaba viéndolos.


Al ingresar a la escuela me dio gusto el descubrir que Alex estaba en el mismo salón que yo. Solíamos pasar las tardes jugando videojuegos, viendo películas y por supuesto hablando de las maduras que follabamos.


Alex estaba en mi misma situación familiar; sus padres también eran divorciados y él vivía con su madre, doña Rosy, que trabajaba en una oficina. Doña Rosy tenía 52 años, era amable y al igual que nosotros ella se hizo amiga de mi madre.


Alex me tenía cierta envidia por vivir en el complejo donde se realizaban los encuentros pero le explique que estaba sujeto a las mismas reglas que él ya que no podía revelarle a las maduras que yo era un participante de los encuentros ni follar con ellas fuera de los días establecidos.


El aviso de la próxima reunión llego durante la semana, seria sábado en la tarde. La suerte estaba de mi lado una vez más pues mi madre tendría que trabajar ese día.


Lo cierto era que ya había decidido que sería Alex el chico que quería para la primera vez de mi madre en el grupo. Sabía que el la trataría bien y la haría gozar como se lo merecía. Esperaba que si su número no nos tocaba ni a él ni a mi pudiera negociar con el chico en cuestión.


Obviamente no le había dicho nada al respecto de esto a Alex pues aun no era algo seguro que mi madre fuera una Madura Anónima y tampoco quería darle esperanzas al chico ya que en más de una ocasión lo había visto lanzándole lujuriosas miradas a mi madre cuando estábamos en mi casa.


Esa tarde estuvimos juntos conversando un rato hasta que llegó la hora y nos dirigimos juntos con nuestras mascaras al cobertizo. Al vernos llegar juntos doña Elide nos llevó aparte para hablar a solas con nosotros.


-Veo que se han hecho amigos. Eso me facilita las cosas. Esta noche tengo una petición especial y creo que ustedes dos serán perfectos para ello. No participaran en la urna hoy, diríjanse al departamento 208 y sigan el procedimiento establecido. Espero que ambos se porten bien.- nos dijo la señora para luego retirarse a empezar la reunión.


Nos quedamos algo sorprendidos por lo extraño de la situación pero no tuvimos más que aceptar y encaminarnos a nuestro destino. Sentí un poco de temor con aquella petición especial, aun recordaba la última que me habían asignado.


Dado que Alex llevaba más tiempo que yo en esto le pregunte si era común este tipo de situaciones.


-Sinceramente es la primera vez que me pasa, pero si he escuchado que a veces la señora escoge a sus favoritos para tareas especiales. Honestamente pensé que por fin nos tocaría follarla, he escuchado que le gusta que se la cojan entre varios.- dijo Alex.


No puede evitar reír al recordar aquella noche cuando la espié mientras tres chicos la follaban.


Al llegar al departamento en cuestión tocamos la puerta 5 veces como era el protocolo y esperamos.


Nos recibieron 2 alegres maduras que como siempre llevaban mascaras para ocultar su identidad. Las máscaras eran lo único que llevaban puesto pues estaban completamente desnudas por lo que nos tomaron rápidamente de las manos y nos metieron en el departamento.


-Disculpen el recibimiento pero estábamos sumamente ansiosas y no pudimos esperar a que llegaran. Soy Lety y esta es mi hermana Mary.- dijo una de ellas.


-Mucho gusto chicos. Mi hermana por fin me convenció de que debía probar una buena verga joven ya que la del imbécil de mi marido no sirve para nada.- respondió la hermana.


-Por eso pedí que nos mandaran un par de chicos dispuestos a darnos caña hasta quedar satisfechas así que será mejor que no nos decepcionen.- continuo Lety.


Lety era delgada, de cabello corto y castaño. Tenía caderas anchas y tetas medianas, con el coño rasurado. Mary era gorda, de cabello largo y negro, con tetas enormes. Su coño era peludo pero cuidado.


Cada una nos tomó de la mano y nos llevaron hasta la alcoba donde el olor a sexo era evidente, además había varios consoladores sobre la cama que se podía ver acababan de ser usados.


Las maduras se sentaron juntas en la cama.


-¿Qué dicen si nos muestran la mercancía? Pero háganlo de manera sensual, deleiten nuestra pupila.- dijo Lety.


Alex y yo nos miramos y nos encogimos de hombros. Acto seguido tratamos de hacer nuestra mejor imitación de strippers y comenzamos a quitarnos la ropa. Las hermanas estaban divertidísimas con nuestra interpretación y no paraban de reír y silbar.


Una vez que estuvimos desnudos con nuestras pollas al aire las vimos relamerse los labios.


-pero mira nada más que herramientas se cargan estos dos, Mary. Se me hace agua la concha de solo verlas.- dijo Lety.


-ufff, tenías razón hermana, debí haberte hecho caso hace mucho tiempo.- respondió Mary.


-Antes de empezar deben hacer algo por nosotras, queremos que se pajeen, veamos si esas pollas pueden crecer más.-dijo Lety.


Ambos obedecimos y comenzamos a pajearnos frente a las maduras que no tardaron en hacer lo mismo. De reojo observe la polla de Alex, era más larga que la mía pero de menor grosor.


Las maduras se metían los dedos en sus coños mientras nosotros masajeábamos nuestras vergas. Pronto comenzaron a gemir y jadear y de momento cada una llevo su mano al coño de la otra para continuar dándose placer. Las maduras se fundieron en un lésbico beso que nos hizo aumentar la intensidad de nuestras pajas.


-Queremos que hagan lo mismo que nosotros. Pajeense uno al otro.- nos pidió Lety.


Alex y yo nos miramos y ante la sorpresa de las maduras lo hicimos si dudar. La verdad era que no era la primera vez que lo hacíamos. En una ocasión que estábamos solos nos pusimos a ver porno en la computadora. La cosa se fue calentando hasta que sacamos nuestras pollas y nos pajeamos juntos. Tal vez era el hecho de haber experimentado tantas cosas con las maduras que nunca creímos realizar lo que había disminuido nuestro pudor o tal vez era el tener que esperar hasta la próxima reunión para calmar nuestras ansias, sea lo que fuera nos hizo experimentar un poco. Alex fue quien de manera sorpresiva me agarro la polla y comenzó a pajearmela. Me sorprendí al principio pero antes que me diera cuenta ya estaba devolviéndole el favor con su polla en mi mano.


Ahora nos encontrábamos de pie repitiendo aquella faena ante la divertida y excitada mirada de las hermanas. Nuestras manos recorrían la verga del otro, la mía a un ritmo lento y la de Alex un poco más rápida. Las maduras estaban maravilladas con nosotros.


-Vaya, mira nada más hermana, parece que nos tocaron un par de chicos atrevidos. Será mejor que comencemos antes que terminen corriéndose. Vengan aquí chicos. Estos chochos maduros ansían sentir sus lenguas.- dijo Lety y ambas se abrieron de piernas dejándonos ver sus coños húmedos.


Alex y yo nos separamos y nos dirigimos hacia las maduras. Yo me arrodille frente a Lety y el frente a Mary. Sus ansiosos coños nos esperaban con impaciencia. Apenas acerqué mi lengua al coño y pude constar que estaba sumamente empapado y no solo eso sino que tenía restos de anteriores corridas, producto de la sesión que habían tenido antes de nuestra llegada.


Como las veces anteriores ataque aquel coño maduro sin piedad.


-mmm que rico, estos chicos saben lo que hacen.- dijo Mary entre gemidos.


-ahhh, ya lo creo, son de lo mejor.- dijo Lety.


La madura tomaba mi cabeza y la hundía con fuerza en su entrepierna, gimiendo ante los ataques de mi lengua contra su coño. Podía escuchar gemir a la otra señora, lo que indicaba que mi amigo también estaba haciendo bien su labor.


Aquel coño depilado tenía unos labios grandes y un clítoris gordo. Sus jugos emanaban mientras mi lengua penetraba en su interior.


No paso mucho tiempo y las maduras se corrieron llenándonos la cara con sus líquidos. Ambas cayeron extasiadas sobre la cama, jadeando de gusto.


Luego de recobrar el aliento Lety nos pidió que nos pusiéramos de pie. Al hacerlo nuestras duras y erectas pollas quedaron frente a ellas. Las maduras se relamieron los labios y rápidamente acercaron sus bocas hambrientas hasta ellas.


Mary se lanzó sobre mi verga y Lety fue sobre la de Alex. Las señoras se tragaron nuestras jóvenes vergas con lujuria, saboreándolas por completo.


Mary me hacia una mamada tranquila y con cariño, chupando suavemente la cabeza de mi pene y luego lamiendo con lentitud el tronco para luego subir y tragarla poco a poco. Lety por su parte era una fiera en celo con la polla de Alex, podía ver como se la metía por completo hasta la base sin inmutarse para después sacarla y meterla de su húmeda boca con fuerza y rapidez mientras le acariciaba las bolas a mi amigo.


No duramos mucho ante aquellas expertas mamadoras y terminamos corriéndonos, primero Alex y luego yo, vaciando nuestra leche en las bocas de ese par de ardientes señoras.


Las muy guarras no dejaron escapar ni una sola gota y luego se fundieron en un beso intercambiando nuestras corridas dentro de sus bocas. Aquello fue más que suficiente para volver a ponernos en marcha y nuestras pollas volvieron a ponerse duras.


-Por eso me gustan los jóvenes, tienen el aguante necesario para satisfacer a viejas golosas como nosotras.- dijo Lety.- Muy bien chicos, por ahora quiero que atiendan a mi hermana. La pobre lleva bastante tiempo sin una buena verga y merece disfrutar.


-Vengan aqui, corazones. Denle a esta vieja lo que se merece.- dijo Mary llamándonos.


Mary deseaba hacer una doble penetración por lo que Alex se recostó sobre la cama para ello, acto seguido Mary se colocó encima de él y se metió de golpe su polla en el coño, gimiendo con fuerza al hacerlo.


-Ahhhh, que delicia. Como extrañaba tener una gorda polla adentro.- gimió la señora.- 


Déjame disfrutarla un momento antes de que me la metas por el culo.- dijo dirigiéndose a mí.



Me aparte para dejar a la señora gozar la polla de mi amigo y fui a pararme junto a Lety quien se encontraba sentada en un sillón cercano. Esta se dedicó a acariciar mi polla lentamente mientras gozábamos del espectáculo.


Tenía una duda respecto a la relación de ambas y este era el momento oportuno para indagar mas al respecto.


-Disculpe la intrusión señora, pero me gustaría saber cómo es que siendo hermanas follan juntas sin reparos ni inhibiciones.- le pregunte.


-Pues la verdad es que comenzamos a hacerlo desde jóvenes. Siempre hemos sido muy unidas y no tenemos mucha diferencia de edad por lo que tuvimos dudas del sexo casi al mismo tiempo. Crecimos en los 70s, una época un tanto desenfrenada. Comenzamos a experimentar juntas y con el tiempo aprendimos a darnos placer. Al principio tuvimos algo de remordimiento, después de todo el incesto siempre ha sido mal visto por la sociedad pero entre nosotras no había más que amor y placer así que no importaba lo que dijera la sociedad. Con el paso de los años seguimos teniendo placenteros encuentros especialmente desde que mi cuñado ni se molesta en atenderla. Sabemos que nuestra relación no es algo normal pero mientras seamos felices a quien le importa lo que diga la gente.- respondió la señora.


Permanecí callado pensando en lo que acababa de escuchar hasta que la voz de Mary me saco de mis pensamientos.


-Ahora sí, cariño. Trae ese pedazo de carne aquí y métemela toda por el culo.- dijo Mary lista para recibirme.


Enfocándome en mi labor me dispuse a brindarle el placer que tanto anhelaba aquella señora. Le separe las nalgas y dirigí mi miembro hasta su ojete donde encontré muy poca resistencia, parecía que estaba acostumbrado a recibir cosas en su interior.


-Mmmmm, ¿Qué esperan chicos? Háganme gritar de placer.- dijo Mary ansiosa.


Poco a poco comenzamos a sacar y meter nuestras vergas de sus agujeros, algo torpes al principio pero lentamente hayamos un ritmo juntos. Mientras Alex entraba yo salía y viceversa. Los gemidos de la madura nos indicaron que hacíamos bien nuestra labor.


-¿Qué te parece, hermanita? ¿Estas disfrutando esas pollas?- pregunto Lety mientras se masturbaba en el sillón.


-Siii, hermana, ahhh, esto me hacía falta, mmmmm, con fuerza chicos, llénenme los agujeros de leche, uffff.- decía Mary.


Las embestidas aumentaron de intensidad, Alex y yo gruñíamos de placer follando a la señora. Yo le pegaba unas buenas nalgadas en aquel grande trasero mientras Alex se enfocaba en sus enormes tetas. La madura gritaba pidiendo más, gemía sin control mientras su hermana nos alentaba desde el sillón.


-Así, denle con fuerza, mmmm, háganla gozar como se lo merece, hasta que no pueda mas.- nos decía Lety.


-Ayyy hermana, que rico me están dando, ahhhh, siiii, que gusto chicos, no se detengan, mmmm.- gemía Mary.


Mary soltó un alarido de placer y se corrió mientras nosotros continuamos bombeándola en busca de nuestros orgasmos. Estos no tardaron en llegar y fui yo el primero en correrse vaciando mi leche en su culo. Alex se vino poco después disparando su corrida dentro de su coño.


Mary se desplomo sobre de Alex mientras yo retiraba mi polla de su culo. Alex hizo lo mismo y la leche chorreaba de sus agujeros.


-Ahora es mi turno chicos, pero haremos algo diferente esta vez.- dijo Lety poniéndose de pie y dirigiéndose hacia nosotros.


Seguimos las instrucciones y esta vez era mi turno de acostarme sobre la cama. Una vez en posición y con la verga parada, Lety se puso sobre de mí y poco a poco se dejó caer dándome la espalda sobre mi polla enterrándosela en el coño.


-Mmmmm, que rico se siente clavarse una buena verga. Ahora cariño ven aquí y métemela también por el coño, quiero sentir a ambos dentro de mi raja.- dijo Lety dirigiéndose a Alex.


Eso era algo nuevo para ambos pero tantas experiencias nos habían dejado de mente abierta y dispuestos nuevas experiencias.


Alex se dirigió hasta nosotros y tomando su polla comenzó a deslizarla dentro de Lety, quien gracias a toda la acción anterior tenía el coño bien lubricado y estrecho lo que permitió el fácil acceso. En cuanto a mi debo reconocer que era algo extraño el sentir la polla de mi amigo rozándose contra la mía pero poco a poco la sensación se convirtió en algo placentero.


Al igual que con su hermana no tardamos en encontrar nuestro ritmo solo que esta vez metíamos y sacábamos nuestras pollas al mismo tiempo. Los gemidos de Lety nos indicaban que hacíamos bien nuestra labor.


-Ahhhh, massss, con fuerza chicos, mmmm, no paren, métanme sus pollas hasta el fondo- gemía la madura.


-¿Verdad que es increíble tener dos pollas bien metidas?- pregunto Mary a su hermana.
-Mmmmm, siii, es lo mejor, ahhh que rico. Solo me hace falta algo para estar completa. Trae tu coño para aquí hermanita.- dijo Lety.


Mary se puso de pie y se subió a la cama mientras Lety se echaba hacia atrás sobre de mí. Pude observar como Mary se ponía sobre de nosotros y luego dejaba caer su peludo coño sobre la hambrienta boca de su hermana.


Pronto los gemidos volvieron a inundar la habitación, con aquellas maduras y nosotros disfrutando del sexo sin inhibiciones.


-Ahhhh, que rico hermana, siempre has sido la mejor comiéndome el coño, no parees, ufffff, siiii.- Gimió Mary.


La hábil lengua de Lety hizo que su hermana se corriera primero, vaciando sus jugos sobre su rostro, algunos de los cuales llegaron hasta mi boca donde pude probarlos.


Nosotros continuamos con nuestras embestidas buscando llevar a la madura al orgasmo.


-Masss, denme mass, ahhhhh, siiii, no parennn, me corrooo, uuuugghhh.- grito Lety llegando al clímax.


Ambos logramos estallar al mismo tiempo llenándole el coño a Lety con nuestra leche, la cual comenzó a brotar de su raja sin control. Sacamos las pollas de su interior, dejándola acostada sobre la cama y sin perder un instante Mary se lanzó al coño de su hermana para deleitarse con aquella mezcla de corridas. Luego de tomar un gran bocado se unió a su hermana en otro lésbico e incestuoso beso compartiendo el fruto de su placer.


Alex y yo salimos de aquel departamento hasta bien entrada la noche, esas maduras eran insaciables. Incluso luego de despedirse de nosotros pudimos oír como planeaban seguir gozando entre ellas hasta la madrugada. Creo que se necesitaría de todos los miembros del club para dejarlas satisfechas.


Dado que nos encontrábamos exhaustos decidimos ir por algo de comida para recuperar fuerzas. Ambos habíamos avisado en nuestras casas que saldríamos juntos por lo que no tendríamos problemas.


Luego de comer en un puesto cercano del lugar y charlar un rato nos despedimos y cada quien se marchó hacia su hogar. Al llegar al departamento supuse que mi madre ya habría llegado de su trabajo y estaría viendo televisión como otras veces pero encontré la sala vacía. Su bulto sobre la mesa me indicaba que se encontraba ahí, seguramente estaba en su habitación dormida. Me dirigí en silencio hasta mi cuarto pero al pasar por su alcoba claramente pude escuchar el inconfundible ruido de gemidos. Pero eso no era todo ya que pude notar que la puerta estaba entreabierta, cosa que ella siempre la cierra por completo y con seguro. Me quede paralizado; ¿Qué debía hacer, fingir que no había escuchado nada y seguir mi camino o aprovechar la oportunidad y espiarla? Los gemidos eran intensos, mi verga comenzó a despertar dentro de mi pantalón. Al final el morbo gano y con lentitud me acerqué hasta la puerta.


Al mirar hacia adentro me encontré con tal maravillosa visión: mi madre sobre la cama, con las piernas abiertas y metiéndose un consolador en su peludo coño. Tenía los ojos cerrados y un par de audífonos conectados a la laptop, lo que explicaba porque no me había oído llegar y porque gemía con fuerza.


Mi madre se apretaba sus senos con una mano mientras con la otra se insertaba aquel consolador rojo hasta casi hacerlo desparecer; gemía con ahínco mientras su cuerpo sudoroso se contorsionaba al compás de sus embestidas.


Sin perder un momento me saque la polla del pantalón y ahí mismo me hice una paja disfrutando aquel erótico y prohibido espectáculo.


Si mi madre hubiera abierto los ojos seguramente me habría visto ahí con la polla entre las manos pero estaba tan concentrada y perdida en su placer para darse cuenta. El consolador entraba con más fuerza y rapidez en su interior, se llevó un par de dedos a su boca y luego de humedecerlos con su saliva los lanzo contra su clítoris para frotarlo con furia.


Me preguntaba qué clase de porno podría estar proyectándose para hacer que se masturbara con tanto fervor.


Sus gemidos aumentaron, su respiración era agitada, de un solo movimiento saco todo el juguete de su coño y luego lo hundió con fuerza lanzando un alarido de placer mientras su cuerpo se arqueaba y el orgasmo llegaba hasta ella. Aquello fue algo tan maravilloso y excitante que yo también me corrí lanzando mi leche al suelo afuera de la recamara de mi madre.


Tuve suerte que mi madre mantuviera los ojos cerrados mientras respiraba agitada, recuperándose de su orgasmo, observe como las sabanas se encontraban húmedas producto de su corrida. Una fuerza dentro de mi interior me decía que entrara en la habitación, que tomara a mi madre entre mis brazos y la follara con lujuria. Recobre el sentido común y luego de limpiar rápidamente mi corrida del suelo me dirigí en carrera hasta mi habitación.


No pude conciliar el sueño hasta muy entrada la madrugada. Pensé en las palabras de doña Lety. Cada día que pasaba el deseo hacia mi madre crecía más y más; por ahora tenía el suficiente autocontrol para frenar mis impulsos hacia ella. ¿Pero por cuánto tiempo más podría hacerlo? ¿Y qué pasaría cuando por fin cediera ante la lujuria y el morbo?




CONTINUARA...

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