Parte 01
http://www.poringa.net/posts/relatos/4464209/Maduras-anonimas-Parte-1.html
Parte 02
http://www.poringa.net/posts/relatos/4470066/Maduras-Anonimas-Parte-2.html
Parte 03
http://www.poringa.net/posts/relatos/4475525/Maduras-Anonimas-Parte-3.html
Parte 04
http://www.poringa.net/posts/relatos/4483991/Maduras-Anonimas-Parte-04.html
Parte 4.5
http://www.poringa.net/posts/relatos/4487828/Maduras-Anonimas-Parte-4-5.html
Luego de nuestro viaje a la playa las cosas habían vuelto a la normalidad con mi madre. Ahora nos veíamos mucho menos que antes, con su trabajo y mi escuela era pocos los momentos que podíamos convivir juntos.
Obviamente aún tenía el pendiente de saber si ella había ingresado a las Maduras Anónimas pero ya me preocuparía de ello cuando llegara la próxima reunión.
Ya por fin había comenzado a asistir a clases y aunque había chicas muy lindas en la escuela mi pasión seguían siendo las maduras. En una ocasión me topé con la señora Mara por los pasillos y la salude. Al alejarse me preguntaba si estaría desnuda bajo su uniforme. Me quede un rato fantaseando en revelarle mi identidad, ofrecerme a calmar sus ansias carnales y follarla en la escuela; tenerla empinada sobre uno de los escritorios del salón mientras le metía la polla por su coño peludo.
Muchas veces había pasado por mi mente contactar a alguna de las maduras con las que había estado y revelarles mi identidad, estaba seguro que se alegrarían de tener a alguien dispuesto a follarlas cuando quisieran en lugar de tener que esperar a las reuniones. Pero obviamente era algo que nunca haría, estaba seguro que doña Elide se enteraría y tomaría medidas drásticas conmigo, incluso podría echarnos a mí y a mi madre del departamento. Por lo pronto seguiría conformándome con las reuniones.
El mensaje de la próxima reunión llego días después, por suerte esta vez seria en viernes por la noche por lo que no tendría que preocuparme con la escuela.
Aquel día mí madre llegaría del trabajo por la noche, justo a la hora de la reunión, le avise que saldría a pasear un rato con mis nuevos amigos y ella me pidió que no regresara tarde.
Llegue al cobertizo más temprano que en otras ocasiones, no deseaba perderme ningún número del sorteo; esperaría hasta el final para pasar, esto con la finalidad de ver si mi madre había entrado a la urna.
Si alguien sacaba su número me aseguraría de hablar con el chico para pedirle que la tratara bien.
Los chicos fueron pasando uno por uno hasta que solo quede yo, ninguno había sacado el número de mi departamento, lo que podía significar dos cosas: mi madre aún no había entrado al grupo o su número era el que quedaba.
Metí la mano con cautela en la urna y saque el último número, 208. Respire aliviado, mi madre aun no era una Madura Anónima. Mientras me dirigía mi destino, una parte de mí no pudo evitar sentirse un poco decepcionado que no hubiera pasado lo segundo.
Aparte ese pensamiento de mi mente y me concentre en lo que me esperaba.
208, conocía ese número, vaya que lo conocía muy bien. Era el departamento de doña Victoria o doña Vicky como todos la llamaban, una antigua amiga de mi madre.
Su amistad con mi madre se remontaba desde la universidad, donde ambas habían estudiado juntas. La señora me conocía desde que yo era un bebe y me había visto crecer. Varias veces había ido de visita a nuestra casa y era como una especia de tía para mí. Cuando descubrí mi gusto por las maduras, algunas de mis primeras pajas habían sido en su honor.
Era parecida a mi madre, aunque algo más gordita y de cabello rubio. Tenía un buen par de tetas que muchas veces había imaginado mientras me corría en mi alcoba. Era famosa por hablar sin pelos en la lengua, de carácter alocado y alegre; ella le había sugerido a mi madre que viniéramos a vivir a este complejo.
Llegue hasta su departamento y toque como lo acostumbrado. Si no fuera porque la conocía con anterioridad podría haber jurado que me había equivocado de departamento ya que me abrió enfundada en un atuendo de monja bastante autentico.
-Buenas noches, bienvenido, no te preocupes por el habito, es solo un disfraz. Tengo cierta fascinación por los juegos de roles y los disfraces.- me dijo dejándome entrar.- Espero que no te importe pero también me excita el ser observada así que suelo hacer transmisiones por webcam de los encuentros. No te preocupes, nadie te reconocerá por la máscara. Solo te pido que me sigas la corriente en el juego.-
Aquello era algo que se veía divertido y acepte sin dudar. Pasamos a su recamara donde efectivamente pude ver una computadora con una cámara transmitiendo todo lo que sucedía.
-Hoy tenemos aquí a este joven pecador a quien ayudare a encontrar el camino a la luz. Jovencito, dime tus pecados.- dijo la señora.
-Pues vera madre, siento una especial atracción por las maduras, me encantan, las adoro y no puedo dejar de pensar en ellas.- le respondí siguiéndole la corriente.
-Vaya, eso es algo muy serio. ¿Quieres decir que un cuerpo maduro como este te excita?- dijo la falsa monja poniéndose de pie y revelando un sensual conjunto bajo su habito.- ¿Este coño viejo y peludo te produce placer? ¿Estas tetas caídas hacen tu pene endurecer?
Doña Vicky se fue desnudando mientras pronunciaba esas palabras hasta solo quedarse con las medias, el liguero y el velo de monja.
Tenía un cuerpo similar al de las anteriores maduras, tetas grandes y caídas, su coño peludo pero arreglado, barriga prominente con unos muslos grandes y un culo enorme. En cierta forma se parecía a mi madre.
-Ese es el diablo que te tienta a realizar actos impuros. Debemos salvar tu alma. Primero déjame revisar tu pene.- dijo la monja.
Me puse de pie y me desvestí para luego mostrar mi verga erecta ante la cámara. Sin duda todo aquello era increíblemente excitante y divertido. La madura se arrodillo frente a mi polla.
-Mmm, si, puedo ver que el diablo ha poseído esta hermosa polla. Es mi deber exorcizar a estos demonios impuros.- y diciendo esto se la llevo a la boca.
A pesar de que tenía muy pocas experiencias sexuales podía decir sin temor a equivocarme que doña Vicky era la mejor comiendo pollas. La madura me estaba brindando una mamada con maestría, la metía toda en la boca, pasando su lengua por todo el tronco hasta las bolas. Le chupaba la gorda cabeza como si fuera un chupete y luego la engullía toda de un bocado. Podía tragarla toda sin inmutarse, y sabia como usar su lengua para darme placer. Movía su cabeza a gran velocidad provocando que mi polla entrara y saliera de su boca y haciendo que me temblaran las piernas. Estaba seguro que no duraría mucho ante aquella experta señora.
-Parece que mi boca no es suficiente para liberarte de esos demonios. Tendremos que tomar medidas drásticas.- dijo Vicky poniéndose de pie y caminando hacia la cama donde se acostó de lado y levanto una pierna enseñando todo su coño a la cámara.- Ven aquí, jovencito. Ponte detrás de mí para que yo pueda librarte del mal que te acongoja.
Me coloque detrás de ella acostado sobre la cama y me dispuse a penetrar su coño.
-¡Espera! Yo he tomado votos de celibato por lo que mi coño le pertenece al señor pero hay otros caminos.- dijo aquella monja guarra y madura.
Entendiendo lo que quería decir dirigí mi polla hasta su ano donde con lentitud fui introduciéndola por completo. No solo era una experta mamadora sino que tenía su ano muy bien entrenado. Apenas estuve completamente dentro de ella comencé a sentir como sus músculos aprisionaban mi verga. Comencé con el clásico mete y saca lento pero era obvio que esta señora no deseaba perder el tiempo pues comenzó a empujar sus caderas de atrás hacia adelante marcando un ritmo rápido. Siempre dispuesto a complacer empuje con fuerza mi polla dentro de ella y en un instante ya la estaba follando salvajemente.
-Que rico, siii, masss, métemela con fuerza, hijo mio, ahhhh sii, hay que sacarte esos demonios, uffff.- gemía la madura.
Continúe penetrándola, ahora más rápidamente mientras le levantaba una pierna ofreciéndole un amplio vistazo de la acción a los espectadores. La tome por el rostro y acerque su boca a la mía donde nos fundimos en un ardiente beso y nuestras lenguas juguetearon juntas.
-Ohhh, siii, métemela, follame el culo con fuerza, mmmm, masss, rápidoooo, no pares, ahhhhhhh, ohh diosssss- gimió doña Vicky alcanzado el orgasmo. Uniéndome a ella solté un gruñido y mi polla estallo expulsando su contenido dentro del culo de la monja.
Mi polla se deslizo fuera del ojete de la madura y mi leche comenzó a escurrir de su interior. La madura recobro rápidamente el aliento y se puso de pie.
-Esto es apenas el comienzo, guapo.- me dijo antes de darme un beso para luego dirigirse a su armario.
Permanecí recostado en la cama donde pude ver que la cámara seguía transmitiéndolo todo. Obviamente yo no era ajeno a todo aquello de las webcams, muchas veces me había masturbado viendo a alguna chica o madura dando un espectáculo para toda la red pero esta vez me encontraba del otro lado de la cámara y debo decir que era algo muy excitante. De solo pensar cuantos hombre y mujeres estarían masturbándose viéndome follar estaba haciendo que la polla se me pusiera dura nuevamente.
Doña Vicky regreso, esta vez ataviada con el clásico uniforme de una sirvienta francesa. Sus grandes tetas apenas y cabían en aquel apretado uniforme, sus gordos muslos se lucían bajo una diminuta falda. Entro a la habitación armada con un plumero y se puso a limpiar como si fuera una criada de verdad.
-No se levante, señog. Solo vine a limpiag un poco.- dijo tratando de imitar lo mejor que podía un acento francés.
Paso el plumero de aquí para allá y cuando estuvo frente a mi se puso de espaldas y se empino para recoger la ropa tirada. No llevaba ropa interior por lo que su jugoso coño e increíble culo se me ofrecieron en todo su esplendor. La madura meneo su trasero frente a mi hasta que comprendí lo que quería. Me levante de la cama con la verga parada y pensé en metérsela por el coño pero tuve una idea mejor.
Me arrodille detrás de ella y bese aquel húmedo y exquisito coño. La madura pego un gritito de sorpresa, supongo que no se lo esperaba.
-Pero señog, ¿Qué está haciendo? Yo no soy de esas, solo soy la sigvienta.- dijo doña Vicky con su fingido y gracioso acento francés.
-Vamos, no finjas que no te gusta. Se ve que lo disfrutas.- respondí siguiéndole el juego.
-No señog, ahhh, pare pog favog, mmmmmm, Alguien pude venig y descrubignos- gemia la sirvienta.
Regrese a mi labor comiendo aquel coño, tan delicioso como los otros. Le pasaba la lengua por los pliegues, de arriba abajo, luego la introducía en su coño para después chupar su contenido. La señora se apoyó en la mesa que tenía enfrente, gimiendo con locura.
Sintiéndome aventurero pase mi lengua otra vez por los labios de su culo pero esta vez seguí hasta llegar a su ano donde le di un par de lamidas a su oscuro agujero. Sus gemidos eran cada vez mayores mientras yo continuaba con mi asalto, alternando entre su coño y su culo y era ayudado con mis dedos.
Mientras chupaba su coño, le introducía 2 dedos en su culo y luego cambiaba con mi boca en su culo y mis dedos en el coño.
-Masss, no pares, masssss, sigueeee, ahhhhh.- gemía la señora que se había olvidado de su papel de mucama francesa.
No tardó mucho en llegar al éxtasis y pude deleitarme con su corrida que chorreo directamente a mi boca. La madura se desplomo sobre la mesa mientras yo continúe bebiendo su néctar.
Doña Vicky aún se encontraba reponiéndose de aquel orgasmo cuando sin decir nada me levente y le introduje de un solo movimiento mi polla en su coño haciéndola lanzar un grito de placer y sorpresa.
La tome por sus gordas caderas y sin piedad la penetre salvajemente. Su coño era igual de magnifico que su culo.
-Ufff, que rico, métamela toda, ahhh, siiii. Que rico.- gemía doña Vicky abrazada a la mesa que se tambaleaba con la fuerza de las embestidas.
Lleves mis manos hasta sus enormes tetas y las amase desde atrás, jugando con sus pezones.
Estaba a punto de volver a descargar mi leche en su interior cuando ella me hizo detenerme.
-Espera corazón, aún falta un atuendo más. Tengo que complacer a mi público y te prometo que te gustara.- dijo doña Vicky haciendo que me sentara y luego coloco una toalla sobre mi pene y se metió de nuevo al armario para cambiarse.
Vaya con esta madura, a decir verdad esta era una de mis mejores experiencias desde que había entrado al grupo. Era muy divertido aquello de los disfraces y lo de transmitir el encuentro por webcam.
Su siguiente disfraz era de enfermera, solo que esta vez no se trataba de un disfraz sino de un uniforme autentico, específicamente uno idéntico al que mi madre utilizaba ya que ambas trabajaban juntas.
-¿Pero que tenemos aquí? Un joven paciente, ¿dime muchacho que problema tienes?- dijo la enfermera.
-Pues vera doctora, tengo una hinchazón en la zona genital que no se baja. Creo que necesito ayuda.- conteste señalando mi entrepierna.
-Creo que tendré que echar un vistazo.- y diciendo se arrodillo frente a mi otra vez descubriendo mi ansioso y duro miembro.- Vaya que es todo un problema. Será mejor que pongamos manos a la obra. Recuéstese por favor.
Obedecí las indicaciones de la enfermera y me acosté en la cama con mi verga apuntando hacia arriba mientras doña Vicky se subía la falda del traje y se abría la bata liberando sus magnificas tetas.
La madura se subió y se posiciono sobre mi pene donde poco a poco se dejó caer sobre este metiéndoselo nuevamente en el coño. Sin perder un momento comenzó a cabalgarme como potro salvaje haciendo que sus enormes tetas rebotaran descontroladamente.
-Avísame, mmmm, cuando vayas a correrte, corazón. – dijo la señora entre gemidos.
Estaba disfrutando aquella magnifica visión de la madura saltando sobre mi verga y sus tetas rebotando cuando algo sucedió. El verla con el uniforme me hizo recordar a mi madre, su cuerpo desnudo que había visto en la playa vino a mi mente y de repente la visualice a ella montada sobre mi polla.
No puedo decir que se apodero de mi pero en ese momento pero lo cierto es que la tome por las caderas y empecé a ayudarla a hacer más rápidas y más profundas las penetraciones.
-Ahhh, siii, muchacho, follame, vamosss, ughhh, masss- lanzaba gemidos la madura.
En mi mente era mi madre la que me cabalgaba y eran sus pechos los que se me ofrecían sobre de mí, lleve mis manos hasta ellos y con fuerza los presione para luego levantar mi cabeza y chuparlos con gusto.
El orgasmo estaba cerca y se lo hice saber a mi amante. La madura se retiró de mi polla y me hizo sentar al borde de la cama y una vez se arrodillo frente a mí pero en lugar de posar sus labios sobre mi verga hizo algo aún mejor, la atrapo entre sus preciosos senos.
Era de lo más delicioso aquella sensación mientras sus globos de carne masajeaban mi miembro entre ellos. Los presionaba juntos a la vez que los hacia subir y bajar, provocándome gemidos. La cabeza de mi polla aparecía a momentos por entre sus melones y ella aprovechaba para recibirla con su lengua, rozándola al contacto.
No resistí mucho y sin aviso estalle sobre aquellos pechos divinos, bañándolos a ellos y la cara de su dueña con mi leche. Doña Vicky como toda una profesional abrió la boca para recibir mi corrida.
Cubierta de semen, doña Vicky se dirigió a la cámara con una enorme sonrisa en el rostro.
-Espero que les haya gustado, mis amores, yo lo disfruté muchísimo. Hasta la próxima y háganse una paja pensando en mi.- dijo despidiéndose con un beso a la cámara.
Doña Vicky apago la transmisión y mientras regresaba la vi llevarse sus grandes pechos a la boca y chupar los restos de semen en ellos. Está madura era de lo más guarra e insaciable.
-Muchas gracias por todo, cariño. Espero verte otra vez. Para que me recuerdes.- me dijo doña Vicky y me entrego una tanga húmeda con sus jugos. Me despidió con un beso en la mejilla y salí de lugar.
Aún tenía el recuerdo de haber imaginado a mi madre mientras me follaba a su amiga, le achaque aquello al calor del momento y lo excitado que estaba.
Regrese a mi casa donde mi madre se encontraba haciendo la limpieza. Era la primera vez que me la encontraba luego de uno de los encuentros por lo que esperaba que no notara el olor a sexo que emanaba de mí.
La salude y al regresarme el saludo vi que la bata que usaba se había abierto, mostrándome nuevamente su hermoso cuerpo desnudo. Al verla sentí mi verga reaccionar y me encamine aprisa hacia mi habitación.
Era obvio porque mi madre estaba desnuda, seguramente se había estado masturbando. La verdad era que unos días luego de regresar de la playa mientras me encontraba solo en casa, entre al cuarto de mi madre. No podía olvidar su cuerpo desnudo y fui en busca de unas bragas suyas para masturbarme. Al revisar su habitación me encontré con un consolador rojo, me avergüenza admitirlo pero el imaginar a mi madre usándolo me excito bastante, tanto que termine masturbándome en su cama.
Sabía bien que mi madre tenía necesidades como cualquier mujer. Tarde o temprano seguramente terminaría siendo ella una Madura Anónima, pero como había dicho antes me aseguraría que le tocara un buen chico, al menos para la primera vez. Y yo tenía justamente al chico correcto en mente.
CONTINUARA...
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Luego de nuestro viaje a la playa las cosas habían vuelto a la normalidad con mi madre. Ahora nos veíamos mucho menos que antes, con su trabajo y mi escuela era pocos los momentos que podíamos convivir juntos.
Obviamente aún tenía el pendiente de saber si ella había ingresado a las Maduras Anónimas pero ya me preocuparía de ello cuando llegara la próxima reunión.
Ya por fin había comenzado a asistir a clases y aunque había chicas muy lindas en la escuela mi pasión seguían siendo las maduras. En una ocasión me topé con la señora Mara por los pasillos y la salude. Al alejarse me preguntaba si estaría desnuda bajo su uniforme. Me quede un rato fantaseando en revelarle mi identidad, ofrecerme a calmar sus ansias carnales y follarla en la escuela; tenerla empinada sobre uno de los escritorios del salón mientras le metía la polla por su coño peludo.
Muchas veces había pasado por mi mente contactar a alguna de las maduras con las que había estado y revelarles mi identidad, estaba seguro que se alegrarían de tener a alguien dispuesto a follarlas cuando quisieran en lugar de tener que esperar a las reuniones. Pero obviamente era algo que nunca haría, estaba seguro que doña Elide se enteraría y tomaría medidas drásticas conmigo, incluso podría echarnos a mí y a mi madre del departamento. Por lo pronto seguiría conformándome con las reuniones.
El mensaje de la próxima reunión llego días después, por suerte esta vez seria en viernes por la noche por lo que no tendría que preocuparme con la escuela.
Aquel día mí madre llegaría del trabajo por la noche, justo a la hora de la reunión, le avise que saldría a pasear un rato con mis nuevos amigos y ella me pidió que no regresara tarde.
Llegue al cobertizo más temprano que en otras ocasiones, no deseaba perderme ningún número del sorteo; esperaría hasta el final para pasar, esto con la finalidad de ver si mi madre había entrado a la urna.
Si alguien sacaba su número me aseguraría de hablar con el chico para pedirle que la tratara bien.
Los chicos fueron pasando uno por uno hasta que solo quede yo, ninguno había sacado el número de mi departamento, lo que podía significar dos cosas: mi madre aún no había entrado al grupo o su número era el que quedaba.
Metí la mano con cautela en la urna y saque el último número, 208. Respire aliviado, mi madre aun no era una Madura Anónima. Mientras me dirigía mi destino, una parte de mí no pudo evitar sentirse un poco decepcionado que no hubiera pasado lo segundo.
Aparte ese pensamiento de mi mente y me concentre en lo que me esperaba.
208, conocía ese número, vaya que lo conocía muy bien. Era el departamento de doña Victoria o doña Vicky como todos la llamaban, una antigua amiga de mi madre.
Su amistad con mi madre se remontaba desde la universidad, donde ambas habían estudiado juntas. La señora me conocía desde que yo era un bebe y me había visto crecer. Varias veces había ido de visita a nuestra casa y era como una especia de tía para mí. Cuando descubrí mi gusto por las maduras, algunas de mis primeras pajas habían sido en su honor.
Era parecida a mi madre, aunque algo más gordita y de cabello rubio. Tenía un buen par de tetas que muchas veces había imaginado mientras me corría en mi alcoba. Era famosa por hablar sin pelos en la lengua, de carácter alocado y alegre; ella le había sugerido a mi madre que viniéramos a vivir a este complejo.
Llegue hasta su departamento y toque como lo acostumbrado. Si no fuera porque la conocía con anterioridad podría haber jurado que me había equivocado de departamento ya que me abrió enfundada en un atuendo de monja bastante autentico.
-Buenas noches, bienvenido, no te preocupes por el habito, es solo un disfraz. Tengo cierta fascinación por los juegos de roles y los disfraces.- me dijo dejándome entrar.- Espero que no te importe pero también me excita el ser observada así que suelo hacer transmisiones por webcam de los encuentros. No te preocupes, nadie te reconocerá por la máscara. Solo te pido que me sigas la corriente en el juego.-
Aquello era algo que se veía divertido y acepte sin dudar. Pasamos a su recamara donde efectivamente pude ver una computadora con una cámara transmitiendo todo lo que sucedía.
-Hoy tenemos aquí a este joven pecador a quien ayudare a encontrar el camino a la luz. Jovencito, dime tus pecados.- dijo la señora.
-Pues vera madre, siento una especial atracción por las maduras, me encantan, las adoro y no puedo dejar de pensar en ellas.- le respondí siguiéndole la corriente.
-Vaya, eso es algo muy serio. ¿Quieres decir que un cuerpo maduro como este te excita?- dijo la falsa monja poniéndose de pie y revelando un sensual conjunto bajo su habito.- ¿Este coño viejo y peludo te produce placer? ¿Estas tetas caídas hacen tu pene endurecer?
Doña Vicky se fue desnudando mientras pronunciaba esas palabras hasta solo quedarse con las medias, el liguero y el velo de monja.
Tenía un cuerpo similar al de las anteriores maduras, tetas grandes y caídas, su coño peludo pero arreglado, barriga prominente con unos muslos grandes y un culo enorme. En cierta forma se parecía a mi madre.
-Ese es el diablo que te tienta a realizar actos impuros. Debemos salvar tu alma. Primero déjame revisar tu pene.- dijo la monja.
Me puse de pie y me desvestí para luego mostrar mi verga erecta ante la cámara. Sin duda todo aquello era increíblemente excitante y divertido. La madura se arrodillo frente a mi polla.
-Mmm, si, puedo ver que el diablo ha poseído esta hermosa polla. Es mi deber exorcizar a estos demonios impuros.- y diciendo esto se la llevo a la boca.
A pesar de que tenía muy pocas experiencias sexuales podía decir sin temor a equivocarme que doña Vicky era la mejor comiendo pollas. La madura me estaba brindando una mamada con maestría, la metía toda en la boca, pasando su lengua por todo el tronco hasta las bolas. Le chupaba la gorda cabeza como si fuera un chupete y luego la engullía toda de un bocado. Podía tragarla toda sin inmutarse, y sabia como usar su lengua para darme placer. Movía su cabeza a gran velocidad provocando que mi polla entrara y saliera de su boca y haciendo que me temblaran las piernas. Estaba seguro que no duraría mucho ante aquella experta señora.
-Parece que mi boca no es suficiente para liberarte de esos demonios. Tendremos que tomar medidas drásticas.- dijo Vicky poniéndose de pie y caminando hacia la cama donde se acostó de lado y levanto una pierna enseñando todo su coño a la cámara.- Ven aquí, jovencito. Ponte detrás de mí para que yo pueda librarte del mal que te acongoja.
Me coloque detrás de ella acostado sobre la cama y me dispuse a penetrar su coño.
-¡Espera! Yo he tomado votos de celibato por lo que mi coño le pertenece al señor pero hay otros caminos.- dijo aquella monja guarra y madura.
Entendiendo lo que quería decir dirigí mi polla hasta su ano donde con lentitud fui introduciéndola por completo. No solo era una experta mamadora sino que tenía su ano muy bien entrenado. Apenas estuve completamente dentro de ella comencé a sentir como sus músculos aprisionaban mi verga. Comencé con el clásico mete y saca lento pero era obvio que esta señora no deseaba perder el tiempo pues comenzó a empujar sus caderas de atrás hacia adelante marcando un ritmo rápido. Siempre dispuesto a complacer empuje con fuerza mi polla dentro de ella y en un instante ya la estaba follando salvajemente.
-Que rico, siii, masss, métemela con fuerza, hijo mio, ahhhh sii, hay que sacarte esos demonios, uffff.- gemía la madura.
Continúe penetrándola, ahora más rápidamente mientras le levantaba una pierna ofreciéndole un amplio vistazo de la acción a los espectadores. La tome por el rostro y acerque su boca a la mía donde nos fundimos en un ardiente beso y nuestras lenguas juguetearon juntas.
-Ohhh, siii, métemela, follame el culo con fuerza, mmmm, masss, rápidoooo, no pares, ahhhhhhh, ohh diosssss- gimió doña Vicky alcanzado el orgasmo. Uniéndome a ella solté un gruñido y mi polla estallo expulsando su contenido dentro del culo de la monja.
Mi polla se deslizo fuera del ojete de la madura y mi leche comenzó a escurrir de su interior. La madura recobro rápidamente el aliento y se puso de pie.
-Esto es apenas el comienzo, guapo.- me dijo antes de darme un beso para luego dirigirse a su armario.
Permanecí recostado en la cama donde pude ver que la cámara seguía transmitiéndolo todo. Obviamente yo no era ajeno a todo aquello de las webcams, muchas veces me había masturbado viendo a alguna chica o madura dando un espectáculo para toda la red pero esta vez me encontraba del otro lado de la cámara y debo decir que era algo muy excitante. De solo pensar cuantos hombre y mujeres estarían masturbándose viéndome follar estaba haciendo que la polla se me pusiera dura nuevamente.
Doña Vicky regreso, esta vez ataviada con el clásico uniforme de una sirvienta francesa. Sus grandes tetas apenas y cabían en aquel apretado uniforme, sus gordos muslos se lucían bajo una diminuta falda. Entro a la habitación armada con un plumero y se puso a limpiar como si fuera una criada de verdad.
-No se levante, señog. Solo vine a limpiag un poco.- dijo tratando de imitar lo mejor que podía un acento francés.
Paso el plumero de aquí para allá y cuando estuvo frente a mi se puso de espaldas y se empino para recoger la ropa tirada. No llevaba ropa interior por lo que su jugoso coño e increíble culo se me ofrecieron en todo su esplendor. La madura meneo su trasero frente a mi hasta que comprendí lo que quería. Me levante de la cama con la verga parada y pensé en metérsela por el coño pero tuve una idea mejor.
Me arrodille detrás de ella y bese aquel húmedo y exquisito coño. La madura pego un gritito de sorpresa, supongo que no se lo esperaba.
-Pero señog, ¿Qué está haciendo? Yo no soy de esas, solo soy la sigvienta.- dijo doña Vicky con su fingido y gracioso acento francés.
-Vamos, no finjas que no te gusta. Se ve que lo disfrutas.- respondí siguiéndole el juego.
-No señog, ahhh, pare pog favog, mmmmmm, Alguien pude venig y descrubignos- gemia la sirvienta.
Regrese a mi labor comiendo aquel coño, tan delicioso como los otros. Le pasaba la lengua por los pliegues, de arriba abajo, luego la introducía en su coño para después chupar su contenido. La señora se apoyó en la mesa que tenía enfrente, gimiendo con locura.
Sintiéndome aventurero pase mi lengua otra vez por los labios de su culo pero esta vez seguí hasta llegar a su ano donde le di un par de lamidas a su oscuro agujero. Sus gemidos eran cada vez mayores mientras yo continuaba con mi asalto, alternando entre su coño y su culo y era ayudado con mis dedos.
Mientras chupaba su coño, le introducía 2 dedos en su culo y luego cambiaba con mi boca en su culo y mis dedos en el coño.
-Masss, no pares, masssss, sigueeee, ahhhhh.- gemía la señora que se había olvidado de su papel de mucama francesa.
No tardó mucho en llegar al éxtasis y pude deleitarme con su corrida que chorreo directamente a mi boca. La madura se desplomo sobre la mesa mientras yo continúe bebiendo su néctar.
Doña Vicky aún se encontraba reponiéndose de aquel orgasmo cuando sin decir nada me levente y le introduje de un solo movimiento mi polla en su coño haciéndola lanzar un grito de placer y sorpresa.
La tome por sus gordas caderas y sin piedad la penetre salvajemente. Su coño era igual de magnifico que su culo.
-Ufff, que rico, métamela toda, ahhh, siiii. Que rico.- gemía doña Vicky abrazada a la mesa que se tambaleaba con la fuerza de las embestidas.
Lleves mis manos hasta sus enormes tetas y las amase desde atrás, jugando con sus pezones.
Estaba a punto de volver a descargar mi leche en su interior cuando ella me hizo detenerme.
-Espera corazón, aún falta un atuendo más. Tengo que complacer a mi público y te prometo que te gustara.- dijo doña Vicky haciendo que me sentara y luego coloco una toalla sobre mi pene y se metió de nuevo al armario para cambiarse.
Vaya con esta madura, a decir verdad esta era una de mis mejores experiencias desde que había entrado al grupo. Era muy divertido aquello de los disfraces y lo de transmitir el encuentro por webcam.
Su siguiente disfraz era de enfermera, solo que esta vez no se trataba de un disfraz sino de un uniforme autentico, específicamente uno idéntico al que mi madre utilizaba ya que ambas trabajaban juntas.
-¿Pero que tenemos aquí? Un joven paciente, ¿dime muchacho que problema tienes?- dijo la enfermera.
-Pues vera doctora, tengo una hinchazón en la zona genital que no se baja. Creo que necesito ayuda.- conteste señalando mi entrepierna.
-Creo que tendré que echar un vistazo.- y diciendo se arrodillo frente a mi otra vez descubriendo mi ansioso y duro miembro.- Vaya que es todo un problema. Será mejor que pongamos manos a la obra. Recuéstese por favor.
Obedecí las indicaciones de la enfermera y me acosté en la cama con mi verga apuntando hacia arriba mientras doña Vicky se subía la falda del traje y se abría la bata liberando sus magnificas tetas.
La madura se subió y se posiciono sobre mi pene donde poco a poco se dejó caer sobre este metiéndoselo nuevamente en el coño. Sin perder un momento comenzó a cabalgarme como potro salvaje haciendo que sus enormes tetas rebotaran descontroladamente.
-Avísame, mmmm, cuando vayas a correrte, corazón. – dijo la señora entre gemidos.
Estaba disfrutando aquella magnifica visión de la madura saltando sobre mi verga y sus tetas rebotando cuando algo sucedió. El verla con el uniforme me hizo recordar a mi madre, su cuerpo desnudo que había visto en la playa vino a mi mente y de repente la visualice a ella montada sobre mi polla.
No puedo decir que se apodero de mi pero en ese momento pero lo cierto es que la tome por las caderas y empecé a ayudarla a hacer más rápidas y más profundas las penetraciones.
-Ahhh, siii, muchacho, follame, vamosss, ughhh, masss- lanzaba gemidos la madura.
En mi mente era mi madre la que me cabalgaba y eran sus pechos los que se me ofrecían sobre de mí, lleve mis manos hasta ellos y con fuerza los presione para luego levantar mi cabeza y chuparlos con gusto.
El orgasmo estaba cerca y se lo hice saber a mi amante. La madura se retiró de mi polla y me hizo sentar al borde de la cama y una vez se arrodillo frente a mí pero en lugar de posar sus labios sobre mi verga hizo algo aún mejor, la atrapo entre sus preciosos senos.
Era de lo más delicioso aquella sensación mientras sus globos de carne masajeaban mi miembro entre ellos. Los presionaba juntos a la vez que los hacia subir y bajar, provocándome gemidos. La cabeza de mi polla aparecía a momentos por entre sus melones y ella aprovechaba para recibirla con su lengua, rozándola al contacto.
No resistí mucho y sin aviso estalle sobre aquellos pechos divinos, bañándolos a ellos y la cara de su dueña con mi leche. Doña Vicky como toda una profesional abrió la boca para recibir mi corrida.
Cubierta de semen, doña Vicky se dirigió a la cámara con una enorme sonrisa en el rostro.
-Espero que les haya gustado, mis amores, yo lo disfruté muchísimo. Hasta la próxima y háganse una paja pensando en mi.- dijo despidiéndose con un beso a la cámara.
Doña Vicky apago la transmisión y mientras regresaba la vi llevarse sus grandes pechos a la boca y chupar los restos de semen en ellos. Está madura era de lo más guarra e insaciable.
-Muchas gracias por todo, cariño. Espero verte otra vez. Para que me recuerdes.- me dijo doña Vicky y me entrego una tanga húmeda con sus jugos. Me despidió con un beso en la mejilla y salí de lugar.
Aún tenía el recuerdo de haber imaginado a mi madre mientras me follaba a su amiga, le achaque aquello al calor del momento y lo excitado que estaba.
Regrese a mi casa donde mi madre se encontraba haciendo la limpieza. Era la primera vez que me la encontraba luego de uno de los encuentros por lo que esperaba que no notara el olor a sexo que emanaba de mí.
La salude y al regresarme el saludo vi que la bata que usaba se había abierto, mostrándome nuevamente su hermoso cuerpo desnudo. Al verla sentí mi verga reaccionar y me encamine aprisa hacia mi habitación.
Era obvio porque mi madre estaba desnuda, seguramente se había estado masturbando. La verdad era que unos días luego de regresar de la playa mientras me encontraba solo en casa, entre al cuarto de mi madre. No podía olvidar su cuerpo desnudo y fui en busca de unas bragas suyas para masturbarme. Al revisar su habitación me encontré con un consolador rojo, me avergüenza admitirlo pero el imaginar a mi madre usándolo me excito bastante, tanto que termine masturbándome en su cama.
Sabía bien que mi madre tenía necesidades como cualquier mujer. Tarde o temprano seguramente terminaría siendo ella una Madura Anónima, pero como había dicho antes me aseguraría que le tocara un buen chico, al menos para la primera vez. Y yo tenía justamente al chico correcto en mente.
CONTINUARA...
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