Cuando estaba en la escuela yo tenía una amiga que siempre me invitaba a su casa. Ahí nos poníamos a jugar, nos metíamos a la alberca del fraccionamiento o a hacer tarea con nuestras falditas de colegialas.
Su papá siempre estaba ahí porque trabajaba solo las mañanas y salía temprano, él pasaba por nosotras y nos llevaba a su casa. Su mamá trabajaba en las tardes y llegaba ya muy noche. Al papá casi no lo veía, solo a veces que me lo encontraba en la cocina y nos poníamos a platicar mientras mi amiga estaba en su cuarto, me preguntaba por la escuela, en qué grado estaba, si mis papás no tenían problemas con que fuera a su casa, o me preguntaba cómo era su hija en la escuela, me decía que yo era muy bonita y que le daba gusto que su hija tuviera amigas así de bonitas, que yo era muy madura para mi edad.
Especialmente cuando nos metíamos a la alberca él siempre estaba ahí, y cuando yo me metía a la casa a tomar agua o algo empezábamos a platicar, siempre notaba que su mirada se iba a mis tetitas que apenas me estaban creciendo o a mi calzoncito que se me marcaba mi conchita porque estaba mojada de la alberca y si me volteaba siempre lo descubría mirando mis nalguitas.
A mi me gustaba tener esa clase de atención. Sentirme deseada, sexy y por eso iba cada rato a la casa con cualquier excusa, al baño, a tomar agua, a revisar el celular y siempre me quedaba con él 5-10 minutos, agachándome para que me viera mis tetitas asomarse por mi bra, o me inclinaba toba para que viera mi conchita marcada y empapada, incluso me sentaba en la barra de la cocina abría mis piernas y me acomodaba la tanguita del bikini, de vez en cuando hasta dejando que se me viera un poquito mi vagina que aún no tenia ni un pelito.
Poco a poco él se fue atreviendo a llegar más lejos conmigo, ponía su mano en mi rodilla y me decía que yo era muy bonita, días después ponía su mano en mi rodilla y me acariciaba mi pierna un poquito cuando platicábamos y nos reíamos. Así pasaron un par de meses, Mia miga y yo estábamos haciendo tarea acostadas en el cuarto y él llegaba y se sentaba con nosotras y discretamente metía su mano bajo mi falda, acariciaba mis piernas, subía hasta mis nalguitas y tocaba mi conchita sobre la tanguita mientras yo seguía platicando con mi amiga.
Una o dos semanas después quedamos de vernos un sábado que no había escuela, yo le iba a decir a mis papás que iba con mi amiga y él iba a faltar al trabajo. Pasó por mí en la esquina de mi casa, me subí al carro con mi minifalda y mi blusa ya de tirantes, y lo primero que hizo fue besarme y meter su mano bajo mi falda para agarrar mi culito. Me llevó a un restaurante donde se la pasó metiendo mano bajo mi falda y todos se nos quedaban viendo, pero eso solo me excitaba más.
Saliendo de ahí me llevo directo a un motel en la carretera, me dijo que solo ahí me iban a dejar pasar. En cuanto entramos al cuarto me aventó a la cama, ya no era el amable papá de mi amiga, me trataba como una puta, me dijo que era una perra ofrecida y que ahora la iba a pagar, que el desayuno que me había comprado no era de gratis. Me subió la falda y me dio unas nalgadas muy fuertes, me ardieron mis nalgas y me dolió muchísimo. Bajó mi tanguita y me dio otro golpe, directamente en mi vagina, yo grite muy muy fuerte, pero a él parecía no importarle. Saco su celular y me tomo unas fotos con las piernas abiertas, sin tanguita y con mi vagina roja del golpe que me dio. Me arranco la ropa y empezó a apretar mis tetas, me las chupaba y mordía, metía su mano entre mis piernas y sus dedos en mi vagina, me decía que yo era una puta y merecía ser violada como tal. Él estaba encima de mi, yo viéndolo y con mis piernas bien abiertas, se bajo el pantalón, su verga estaba enorme y bien dura, me volteó a ver mi vagina cerradita, todavía no me salía ni un pelito, sonrió y la metió todo lo que pudo, yo grite del dolor, a él no le importó, y volvió a embestir muy duro otra vez, entró un poco más, pero no entro toda, mi vagina estaba muy chiquita, me dio otras 2 o 3 embestidas antes de que entrara toda. Yo estaba llorando con toda su pija adentro de mí. Él me embestía duro, una tras otra, sentía su pene llegar hasta mi utero, golpeaba y golpeaba, yo ya estaba gimiendo, ya había pasado el dolor de las primeras embestidas que iba entrando. Me apretaba mis pezoncitos, los mordía, pellizcaba mis tetitas planas. Me volteo para ponerme en 4y así como perra me siguió cogiendo, me daba nalgadas. Después de 15 o 20 minutos sentí el chorro de semen caliente adentro de mi vagina, me tomó de la cintura y me jaló hacia él metiendo su pene más adentro, en cuanto se vació sacó su pene de mi vagina y me aventó, me dijo ‘vístete puta que tengo que regresar a la casa’ él se vistió y me saco del cuarto porque si no le iban a cobrar más, yo aún no me ponía la blusa y mi falda iba toda levantada, él me iba jalando del brazo, así nos subimos al carro. Salimos del motel y me dejo en una parada de camión porque ya no tenía tiempo de ir a dejarme, me dio para el pasaje y se fue.
Después de ese día cada que se le antojaba me mandaba mensaje que iba a pasar por mi, que me arreglara. Me recogía en mi casa y me llevaba directo al motel, me usaba y después me tiraba en alguna calle para que yo me regresara a mi casa.
Su papá siempre estaba ahí porque trabajaba solo las mañanas y salía temprano, él pasaba por nosotras y nos llevaba a su casa. Su mamá trabajaba en las tardes y llegaba ya muy noche. Al papá casi no lo veía, solo a veces que me lo encontraba en la cocina y nos poníamos a platicar mientras mi amiga estaba en su cuarto, me preguntaba por la escuela, en qué grado estaba, si mis papás no tenían problemas con que fuera a su casa, o me preguntaba cómo era su hija en la escuela, me decía que yo era muy bonita y que le daba gusto que su hija tuviera amigas así de bonitas, que yo era muy madura para mi edad.
Especialmente cuando nos metíamos a la alberca él siempre estaba ahí, y cuando yo me metía a la casa a tomar agua o algo empezábamos a platicar, siempre notaba que su mirada se iba a mis tetitas que apenas me estaban creciendo o a mi calzoncito que se me marcaba mi conchita porque estaba mojada de la alberca y si me volteaba siempre lo descubría mirando mis nalguitas.
A mi me gustaba tener esa clase de atención. Sentirme deseada, sexy y por eso iba cada rato a la casa con cualquier excusa, al baño, a tomar agua, a revisar el celular y siempre me quedaba con él 5-10 minutos, agachándome para que me viera mis tetitas asomarse por mi bra, o me inclinaba toba para que viera mi conchita marcada y empapada, incluso me sentaba en la barra de la cocina abría mis piernas y me acomodaba la tanguita del bikini, de vez en cuando hasta dejando que se me viera un poquito mi vagina que aún no tenia ni un pelito.
Poco a poco él se fue atreviendo a llegar más lejos conmigo, ponía su mano en mi rodilla y me decía que yo era muy bonita, días después ponía su mano en mi rodilla y me acariciaba mi pierna un poquito cuando platicábamos y nos reíamos. Así pasaron un par de meses, Mia miga y yo estábamos haciendo tarea acostadas en el cuarto y él llegaba y se sentaba con nosotras y discretamente metía su mano bajo mi falda, acariciaba mis piernas, subía hasta mis nalguitas y tocaba mi conchita sobre la tanguita mientras yo seguía platicando con mi amiga.
Una o dos semanas después quedamos de vernos un sábado que no había escuela, yo le iba a decir a mis papás que iba con mi amiga y él iba a faltar al trabajo. Pasó por mí en la esquina de mi casa, me subí al carro con mi minifalda y mi blusa ya de tirantes, y lo primero que hizo fue besarme y meter su mano bajo mi falda para agarrar mi culito. Me llevó a un restaurante donde se la pasó metiendo mano bajo mi falda y todos se nos quedaban viendo, pero eso solo me excitaba más.
Saliendo de ahí me llevo directo a un motel en la carretera, me dijo que solo ahí me iban a dejar pasar. En cuanto entramos al cuarto me aventó a la cama, ya no era el amable papá de mi amiga, me trataba como una puta, me dijo que era una perra ofrecida y que ahora la iba a pagar, que el desayuno que me había comprado no era de gratis. Me subió la falda y me dio unas nalgadas muy fuertes, me ardieron mis nalgas y me dolió muchísimo. Bajó mi tanguita y me dio otro golpe, directamente en mi vagina, yo grite muy muy fuerte, pero a él parecía no importarle. Saco su celular y me tomo unas fotos con las piernas abiertas, sin tanguita y con mi vagina roja del golpe que me dio. Me arranco la ropa y empezó a apretar mis tetas, me las chupaba y mordía, metía su mano entre mis piernas y sus dedos en mi vagina, me decía que yo era una puta y merecía ser violada como tal. Él estaba encima de mi, yo viéndolo y con mis piernas bien abiertas, se bajo el pantalón, su verga estaba enorme y bien dura, me volteó a ver mi vagina cerradita, todavía no me salía ni un pelito, sonrió y la metió todo lo que pudo, yo grite del dolor, a él no le importó, y volvió a embestir muy duro otra vez, entró un poco más, pero no entro toda, mi vagina estaba muy chiquita, me dio otras 2 o 3 embestidas antes de que entrara toda. Yo estaba llorando con toda su pija adentro de mí. Él me embestía duro, una tras otra, sentía su pene llegar hasta mi utero, golpeaba y golpeaba, yo ya estaba gimiendo, ya había pasado el dolor de las primeras embestidas que iba entrando. Me apretaba mis pezoncitos, los mordía, pellizcaba mis tetitas planas. Me volteo para ponerme en 4y así como perra me siguió cogiendo, me daba nalgadas. Después de 15 o 20 minutos sentí el chorro de semen caliente adentro de mi vagina, me tomó de la cintura y me jaló hacia él metiendo su pene más adentro, en cuanto se vació sacó su pene de mi vagina y me aventó, me dijo ‘vístete puta que tengo que regresar a la casa’ él se vistió y me saco del cuarto porque si no le iban a cobrar más, yo aún no me ponía la blusa y mi falda iba toda levantada, él me iba jalando del brazo, así nos subimos al carro. Salimos del motel y me dejo en una parada de camión porque ya no tenía tiempo de ir a dejarme, me dio para el pasaje y se fue.
Después de ese día cada que se le antojaba me mandaba mensaje que iba a pasar por mi, que me arreglara. Me recogía en mi casa y me llevaba directo al motel, me usaba y después me tiraba en alguna calle para que yo me regresara a mi casa.
4 comentarios - El papá de mi amiga