Después de aquél tremendo polvo mi mamá se marchó de mi habitación ya más tranquila parecía estar aún algo arrepentida de lo que había paso.
Mi abuela que estaba acostada con un sonrisa también se levantó de la cama recogió su ropa y se fue detrás de ella no sin antes darme una linda sonrisa.
Yo estaba completamente agotado así que dormí profundamente hasta la tarde ,la sesión de sexo con ambas maduras me dejó muerto.
Mi abuela entró al cuarto de mi mamá dónde la encontré confundida y queriendo llorar.
- Mamá que acabamos de hacer ! - Dijo llorosa
- Hija no te preocupes tanto, es normal lo que acaba de pasar – dijo seria.
-¿En serio? – dijo en tono más tranquila.
-Claro, es muy común – dijo mi abuela– Lo que a pasado es que, el sentirte deseada, aunque sea por tu hijo, te excita y quieres ser la hembra de ese macho.
- ¿Estás loca? – dijo escandalizada.
-Para nada, la tensión sexual que llevan acumulando ambos durante este tiempo tiene que salir, es normal – Quien juega con fuego se quema.
-¿Y ahora qué hago? – No quiero hacer más daño a mi hijo.
-No tienes por qué – Cómo tú madre te aconsejo sacar esa tensión sexual, sino puede ser peor tanto para ti como para el niño– explicó
La tarde transcurria con normalidad para todos menos para mi mamá la notaba inquieta y no hacía más que mirarme. Se agitaba en el asiento, movía sus piernas, cruzándolas, cerrándola y abriéndolas.
Durante toda la tarde anduvo de un lado para otro de la casa, sin detenerse en ningún lado, sin concentrarse en nada paso el resto del día pensando en eso, decidiéndose.
No sé a ciencia cierta si descansaría aquella noche, pero yo en la noche ya estaba caliente de nuevo.
Me levante y fui a buscarla a su cuarto pero había puesto seguro a su puerta. Frustrado caminé por el pasillo de regreso y escuché la ducha apagarse. Abri un poco la puerta para comprobar si era mi abuela.
Mi polla creció al momento. Ella estaba de espaldas con su culo apuntado hacia mi, mientras se ponía una linda tanga.
Rápidamente me desnudé y entre acercándome a ella sin hacer ningún ruido . Ella dio un pequeño gritó por el susto al girar.
- Me asustaste!!! - Dijo riendo
Agarré su flácido culo y la atraje hacía mi polla que se puso entre sus piernas.
Con una mano agarré una de sus tetas y la llevé a mi boca, lamí y mamé su endurecido pezón. Gemía cada vez más hasta que quedó muda con su boca abierta. Sus temblorosas piernas me indicaban que estaba disfrutando.
- ¡Venga cariño, mejor vamos a acostarnos! – se puso una bata y la seguí como un perro en celo hasta que estuvimos en la habitación de visitas.
- Abuela, - me acerqué a ella tirándola a la cama - ¡Déjame qué desenvuelva el regalo de tu cuerpo! – la abracé y besé nuestras lenguas jugaron dentro de nuestras bocas
Mis manos abrieron aquella bata que apenas y podia cubrir su cuerpo . Miré sus tetas mientras mis manos echaron la prenda hacia su espalda.
- ¡¿Te gustan mucho eh?! - la miré mientras se subía a la cama, ponía su redondo culo en pompa - ¡No tardes mucho! - y me lanzó sus bragas que dieron contra mi cara y cogí con mi mano, las olí profundamente.
Me arrodillé entre sus piernas. Ella me miraba y sabía bien lo que le iba a hacer. Le abrí las piernas y ella las dobló para ofrecerme su coño. Sus manos abrieron sus labios vaginales todo lo posible, quería que le comiera su maduro coño. Hundí mi boca en su coño y mi lengua comenzó a lamer toda su raja, de arriba abajo.
Las caderas de mi abuela se movían sin control, empujando su coño contra mi boca que estaba totalmente mojada por la cantidad de flujos que brotaban de su vagina. Lamía y tragaba sus líquidos, disfrutando de escuchar los gemidos y gruñidos de placer de aquella lujuriosa mujer.
Mi lengua subió a lo más alto de su raja y castigó con caricias su clítoris. Su mano se aferró a mi cabeza y la empujaba contra ella mientras sus caderas no dejaban de moverse convulsivamente.
- ¡Me corro, me estoy corriendo! - gritaba entre gemidos - ¡Fóllame, fóllame! - enloqueció con aquel placer que estaba sintiendo.
Dejé su coño y subí mi cuerpo al suyo. Temblaba y se agitaba presa de la lujuria y el deseo de ser penetrada. Mi polla tocó su caliente vagina, pero no conseguía entrar en ella. Su mano se metió entre nuestros cuerpos y la dirigió hasta que pude sentir el calor de su vagina en mi glande.
- ¡Húndela en mí, fóllame!
Moví mis caderas y mi polla empezó a entrar en su mojada vagina. La miraba a la cara y disfrutaba viéndola gozar. Me movía suavemente y ella lanzaba gemidos sensuales con cada penetración que le daba.
Empecé a acelerar las penetraciones y gritaba cada vez más fuerte, sus dedos clavaban sus uñas en mi espalda y su cuerpo se agitaba más descontrolado por momentos. Podía sentir bajo mi cuerpo el placer que estaba sintiendo y mi polla gozaba penetrándola. Tenía ganas de correrme excitado por los gemidos y por las convulsiones que tenía cuando estalló en un tremendo orgasmo.
- ¡Sí hijo, sí, córrete dentro dale todo tu semen a tu abuela! - me gritaba mientras mi polla entraba a toda velocidad de su coño.
Cuando clavé mi polla lo más profundo que pude en su coño y empecé a soltar mi semen, sentí que iba a perder el sentido. Quedé inmóvil bien clavado en el su coño.
- ¡Descansa cariño! - me animaba ella mientras podíamos sentir como mi polla se convulsionaba dentro de su vagina que se agitaba aprisionándola.
- ¡Hay un problema! - le dije mientras sentía como mi polla abandonaba su cálida vagina y me echaba junto a ella mirándola - ¡Esto sigue dura y no puedo descansar así!
- ¡Hijo, cómo es posible! - dijo sorprendida cuando su mano agarró mi polla y sintió que volvía a estar bastante dura, su mano empezó a agitarla. Al momento sonó la puerta.
- Mamá está todo bien hay adentro !! - Era mi madre al parecer la habías despertado con nuestra sesión nocturna de sexo.
Mi abuela se asustó rápidamente se levantó y se puso de nuevo su tanga y tomo una blusa que estaba tirada en el suelo pará salir a hablar con mi mamá.
Quedé en la cama, desnudo y empalmado, esperando me levanté y fui a escuchar con la esperanza de que mi mamá se uniera a nosotros que estaban hablando.
- ¡Pero mamá mírate sales enseñando las tetas como si nada! , Esta es la segunda vez en el día y aún no está satisfecho esto no es normal es tu nieto ! - Dijo mi madre en tono molesto
- ¡¿Lo sé pero es un muchacho joven y tiene necesidades! - Y si tu como su madre no está dispuesta a complacerlas estonces yo como su abuela lo tengo que hacer.
- Mi madre no contesto nada más y se retiró ,por el ruido de sus pasos parecía que estaba bastante molesta lo que confirme al escuchar como azotó la puerta de su cuarto.
-Rápidamente regrese a la cama y mi abuela entro de nuevo a la habitación - Tal parecer que tú madre es un hueso duro de roher - Me dijo mientras se ponía la blusa
La verdad me frustraba bastante que mi mamá después de todo siguiera fijiendo que no deseaba tener sexo conmigo
Me levanté de la cama, desnudo como estaba, caminé hasta mi abuela. Sus ojos no dejaron de mirar mi polla, estaba caliente y quería desahogarme.
- No deje que se pusiera la blusa la tomé de las manos la empujé contra la cama y cayó bocabajo, agarré de nuevo sus manos y las puse en su espalda - mi abuela parecía confundida
- ¡No seas cabrón, hijo suéltame! - protesto mi abuela que estaba en la cama inmovilizada.
- ¡Calla! - le di una nalgada muy sonora en el culo
- ¡Así qué mi propia madre se niega a aceptar la realidad de sus deseos ! - Pues se va a enterar de como goza su madre - Dije en tono fuerte esperando se escuchado por ella
Le baje la tanga y dejé su gran culo al aire – Desde que le vi este culo he deseado equivocarme de agujero... - acaricié sus nalgas y se movieron como gelatina.
- ¡No!!!, por el culo no! - dijo intentando girarse para escapar.
- Pero abuela, has sido una chica muy mala... - le di otra nalgada que dejó marcada mi mano en sus carnes blancas
- ¡Sueltamen muchacho - protestaba mi abuela mientras yo separaba los cachetes y aparecía su redondo ano, escupí un poco de saliva - ¿Puedo jugar un poco con él?
Puse mi dedo gordo sobre el apretado ano y su cuerpo dio un respingo al sentirme. La cogí por las caderas y la forcé a apoyarse sobre las rodillas, dejando su enorme culo en pompa. Separé los cachetes y metí la cara para lamer su coño. Lo acaricié un poco y después mi lengua subió para lamer el ano.
- ¡Eres un guarro! - yo mamaba su culo y su coño - mientras mi abuela empezaba a reír.
Me coloqué de pie , puse mi polla y empujé de golpe la penetré profundamente. Mientras mi polla entraba y salía del culo, separé los cachetes mi abuela me miró y sonrió mientras dos de sus dedos entraban en su vagina y se retorcía de placer.
Mientras mi polla entraba cada vez con más fuerza, mi abuela empezó a gritar cada vez más.
- ¡Hijo, clava tu polla en más duró en el culo de tu abuela!
Mis caderas se encargaban de penetrar, mientras mis manos introducían, cada vez más dedos, en la vagina de mi abuela.
Mientras follaba con ganas mi abuela se separó y de rodillas se puso en medio me llamo con el dedo y segui sus indicaciones.Me acerqué y ella me puso bocarriba en medio de la cama. Abrió sus piernas y se colocó encima de mi polla.
- ¡Vamos, clávamela!
- ¡Joder! - Mi abuela se sentaba y mi polla entraba en su culo- ¡Sí, sí, sabía qué tenía que venir este fin de semana! ... ¡Uf, sí, sigue! ¡Me voy a correr!
Levantaba las caderas y mi polla la penetraba por completo. Un gran gemido llenó la habitación. Puse una mano en su culo y la otra en su espalda. Con los ojos cerrados y la boca abierta, empezó a gemir cada vez más fuerte hasta estallar en un orgasmo.
- ¡Me corro, me corro! - gritó mientras sus piernas temblaban y su cuerpo se convulsionaba por el placer - ¡Sí, me muero, me muero de gusto! - gritaba y mi polla entraba y salía enloquecida en su vagina.
- ¡Me mareo, para por favor! - gemía, temblaba y apenas podía sostenerse sobre mí. No le hice caso, quería correrme de nuevo en ella - ¡Joder hijo, no puedo más! - puse mis dos manos sobre su culo y la follaba violentamente - ¡Ya, ya, ya!
Sentí el semen recorrer toda la longitud de mi polla y brotar por la punta de mi glande.
Las convulsiones y los jadeos me mostraban que estaba sintiendo en el interior de su cuerpo cada chorro de semen que le regalaba. Metió su mano entre sus piernas, como queriendo contener el orgasmo que sentía mientras su cuerpo se agitaba y mordía las sábanas de la cama
Después de varios minutos recuperando el alimento la abraze con fuerza - Crees que mi madre habrá escuchado todo abuela - dije riendo
Mi abuela solo empezó a reír mientras me daba un dulce beso
Ya era muy tarde y nos quedamos dormidos mientras estábamos desnudos y abrazados.
Continúara.......
Mi abuela que estaba acostada con un sonrisa también se levantó de la cama recogió su ropa y se fue detrás de ella no sin antes darme una linda sonrisa.
Yo estaba completamente agotado así que dormí profundamente hasta la tarde ,la sesión de sexo con ambas maduras me dejó muerto.
Mi abuela entró al cuarto de mi mamá dónde la encontré confundida y queriendo llorar.
- Mamá que acabamos de hacer ! - Dijo llorosa
- Hija no te preocupes tanto, es normal lo que acaba de pasar – dijo seria.
-¿En serio? – dijo en tono más tranquila.
-Claro, es muy común – dijo mi abuela– Lo que a pasado es que, el sentirte deseada, aunque sea por tu hijo, te excita y quieres ser la hembra de ese macho.
- ¿Estás loca? – dijo escandalizada.
-Para nada, la tensión sexual que llevan acumulando ambos durante este tiempo tiene que salir, es normal – Quien juega con fuego se quema.
-¿Y ahora qué hago? – No quiero hacer más daño a mi hijo.
-No tienes por qué – Cómo tú madre te aconsejo sacar esa tensión sexual, sino puede ser peor tanto para ti como para el niño– explicó
La tarde transcurria con normalidad para todos menos para mi mamá la notaba inquieta y no hacía más que mirarme. Se agitaba en el asiento, movía sus piernas, cruzándolas, cerrándola y abriéndolas.
Durante toda la tarde anduvo de un lado para otro de la casa, sin detenerse en ningún lado, sin concentrarse en nada paso el resto del día pensando en eso, decidiéndose.
No sé a ciencia cierta si descansaría aquella noche, pero yo en la noche ya estaba caliente de nuevo.
Me levante y fui a buscarla a su cuarto pero había puesto seguro a su puerta. Frustrado caminé por el pasillo de regreso y escuché la ducha apagarse. Abri un poco la puerta para comprobar si era mi abuela.
Mi polla creció al momento. Ella estaba de espaldas con su culo apuntado hacia mi, mientras se ponía una linda tanga.
Rápidamente me desnudé y entre acercándome a ella sin hacer ningún ruido . Ella dio un pequeño gritó por el susto al girar.
- Me asustaste!!! - Dijo riendo
Agarré su flácido culo y la atraje hacía mi polla que se puso entre sus piernas.
Con una mano agarré una de sus tetas y la llevé a mi boca, lamí y mamé su endurecido pezón. Gemía cada vez más hasta que quedó muda con su boca abierta. Sus temblorosas piernas me indicaban que estaba disfrutando.
- ¡Venga cariño, mejor vamos a acostarnos! – se puso una bata y la seguí como un perro en celo hasta que estuvimos en la habitación de visitas.
- Abuela, - me acerqué a ella tirándola a la cama - ¡Déjame qué desenvuelva el regalo de tu cuerpo! – la abracé y besé nuestras lenguas jugaron dentro de nuestras bocas
Mis manos abrieron aquella bata que apenas y podia cubrir su cuerpo . Miré sus tetas mientras mis manos echaron la prenda hacia su espalda.
- ¡¿Te gustan mucho eh?! - la miré mientras se subía a la cama, ponía su redondo culo en pompa - ¡No tardes mucho! - y me lanzó sus bragas que dieron contra mi cara y cogí con mi mano, las olí profundamente.
Me arrodillé entre sus piernas. Ella me miraba y sabía bien lo que le iba a hacer. Le abrí las piernas y ella las dobló para ofrecerme su coño. Sus manos abrieron sus labios vaginales todo lo posible, quería que le comiera su maduro coño. Hundí mi boca en su coño y mi lengua comenzó a lamer toda su raja, de arriba abajo.
Las caderas de mi abuela se movían sin control, empujando su coño contra mi boca que estaba totalmente mojada por la cantidad de flujos que brotaban de su vagina. Lamía y tragaba sus líquidos, disfrutando de escuchar los gemidos y gruñidos de placer de aquella lujuriosa mujer.
Mi lengua subió a lo más alto de su raja y castigó con caricias su clítoris. Su mano se aferró a mi cabeza y la empujaba contra ella mientras sus caderas no dejaban de moverse convulsivamente.
- ¡Me corro, me estoy corriendo! - gritaba entre gemidos - ¡Fóllame, fóllame! - enloqueció con aquel placer que estaba sintiendo.
Dejé su coño y subí mi cuerpo al suyo. Temblaba y se agitaba presa de la lujuria y el deseo de ser penetrada. Mi polla tocó su caliente vagina, pero no conseguía entrar en ella. Su mano se metió entre nuestros cuerpos y la dirigió hasta que pude sentir el calor de su vagina en mi glande.
- ¡Húndela en mí, fóllame!
Moví mis caderas y mi polla empezó a entrar en su mojada vagina. La miraba a la cara y disfrutaba viéndola gozar. Me movía suavemente y ella lanzaba gemidos sensuales con cada penetración que le daba.
Empecé a acelerar las penetraciones y gritaba cada vez más fuerte, sus dedos clavaban sus uñas en mi espalda y su cuerpo se agitaba más descontrolado por momentos. Podía sentir bajo mi cuerpo el placer que estaba sintiendo y mi polla gozaba penetrándola. Tenía ganas de correrme excitado por los gemidos y por las convulsiones que tenía cuando estalló en un tremendo orgasmo.
- ¡Sí hijo, sí, córrete dentro dale todo tu semen a tu abuela! - me gritaba mientras mi polla entraba a toda velocidad de su coño.
Cuando clavé mi polla lo más profundo que pude en su coño y empecé a soltar mi semen, sentí que iba a perder el sentido. Quedé inmóvil bien clavado en el su coño.
- ¡Descansa cariño! - me animaba ella mientras podíamos sentir como mi polla se convulsionaba dentro de su vagina que se agitaba aprisionándola.
- ¡Hay un problema! - le dije mientras sentía como mi polla abandonaba su cálida vagina y me echaba junto a ella mirándola - ¡Esto sigue dura y no puedo descansar así!
- ¡Hijo, cómo es posible! - dijo sorprendida cuando su mano agarró mi polla y sintió que volvía a estar bastante dura, su mano empezó a agitarla. Al momento sonó la puerta.
- Mamá está todo bien hay adentro !! - Era mi madre al parecer la habías despertado con nuestra sesión nocturna de sexo.
Mi abuela se asustó rápidamente se levantó y se puso de nuevo su tanga y tomo una blusa que estaba tirada en el suelo pará salir a hablar con mi mamá.
Quedé en la cama, desnudo y empalmado, esperando me levanté y fui a escuchar con la esperanza de que mi mamá se uniera a nosotros que estaban hablando.
- ¡Pero mamá mírate sales enseñando las tetas como si nada! , Esta es la segunda vez en el día y aún no está satisfecho esto no es normal es tu nieto ! - Dijo mi madre en tono molesto
- ¡¿Lo sé pero es un muchacho joven y tiene necesidades! - Y si tu como su madre no está dispuesta a complacerlas estonces yo como su abuela lo tengo que hacer.
- Mi madre no contesto nada más y se retiró ,por el ruido de sus pasos parecía que estaba bastante molesta lo que confirme al escuchar como azotó la puerta de su cuarto.
-Rápidamente regrese a la cama y mi abuela entro de nuevo a la habitación - Tal parecer que tú madre es un hueso duro de roher - Me dijo mientras se ponía la blusa
La verdad me frustraba bastante que mi mamá después de todo siguiera fijiendo que no deseaba tener sexo conmigo
Me levanté de la cama, desnudo como estaba, caminé hasta mi abuela. Sus ojos no dejaron de mirar mi polla, estaba caliente y quería desahogarme.
- No deje que se pusiera la blusa la tomé de las manos la empujé contra la cama y cayó bocabajo, agarré de nuevo sus manos y las puse en su espalda - mi abuela parecía confundida
- ¡No seas cabrón, hijo suéltame! - protesto mi abuela que estaba en la cama inmovilizada.
- ¡Calla! - le di una nalgada muy sonora en el culo
- ¡Así qué mi propia madre se niega a aceptar la realidad de sus deseos ! - Pues se va a enterar de como goza su madre - Dije en tono fuerte esperando se escuchado por ella
Le baje la tanga y dejé su gran culo al aire – Desde que le vi este culo he deseado equivocarme de agujero... - acaricié sus nalgas y se movieron como gelatina.
- ¡No!!!, por el culo no! - dijo intentando girarse para escapar.
- Pero abuela, has sido una chica muy mala... - le di otra nalgada que dejó marcada mi mano en sus carnes blancas
- ¡Sueltamen muchacho - protestaba mi abuela mientras yo separaba los cachetes y aparecía su redondo ano, escupí un poco de saliva - ¿Puedo jugar un poco con él?
Puse mi dedo gordo sobre el apretado ano y su cuerpo dio un respingo al sentirme. La cogí por las caderas y la forcé a apoyarse sobre las rodillas, dejando su enorme culo en pompa. Separé los cachetes y metí la cara para lamer su coño. Lo acaricié un poco y después mi lengua subió para lamer el ano.
- ¡Eres un guarro! - yo mamaba su culo y su coño - mientras mi abuela empezaba a reír.
Me coloqué de pie , puse mi polla y empujé de golpe la penetré profundamente. Mientras mi polla entraba y salía del culo, separé los cachetes mi abuela me miró y sonrió mientras dos de sus dedos entraban en su vagina y se retorcía de placer.
Mientras mi polla entraba cada vez con más fuerza, mi abuela empezó a gritar cada vez más.
- ¡Hijo, clava tu polla en más duró en el culo de tu abuela!
Mis caderas se encargaban de penetrar, mientras mis manos introducían, cada vez más dedos, en la vagina de mi abuela.
Mientras follaba con ganas mi abuela se separó y de rodillas se puso en medio me llamo con el dedo y segui sus indicaciones.Me acerqué y ella me puso bocarriba en medio de la cama. Abrió sus piernas y se colocó encima de mi polla.
- ¡Vamos, clávamela!
- ¡Joder! - Mi abuela se sentaba y mi polla entraba en su culo- ¡Sí, sí, sabía qué tenía que venir este fin de semana! ... ¡Uf, sí, sigue! ¡Me voy a correr!
Levantaba las caderas y mi polla la penetraba por completo. Un gran gemido llenó la habitación. Puse una mano en su culo y la otra en su espalda. Con los ojos cerrados y la boca abierta, empezó a gemir cada vez más fuerte hasta estallar en un orgasmo.
- ¡Me corro, me corro! - gritó mientras sus piernas temblaban y su cuerpo se convulsionaba por el placer - ¡Sí, me muero, me muero de gusto! - gritaba y mi polla entraba y salía enloquecida en su vagina.
- ¡Me mareo, para por favor! - gemía, temblaba y apenas podía sostenerse sobre mí. No le hice caso, quería correrme de nuevo en ella - ¡Joder hijo, no puedo más! - puse mis dos manos sobre su culo y la follaba violentamente - ¡Ya, ya, ya!
Sentí el semen recorrer toda la longitud de mi polla y brotar por la punta de mi glande.
Las convulsiones y los jadeos me mostraban que estaba sintiendo en el interior de su cuerpo cada chorro de semen que le regalaba. Metió su mano entre sus piernas, como queriendo contener el orgasmo que sentía mientras su cuerpo se agitaba y mordía las sábanas de la cama
Después de varios minutos recuperando el alimento la abraze con fuerza - Crees que mi madre habrá escuchado todo abuela - dije riendo
Mi abuela solo empezó a reír mientras me daba un dulce beso
Ya era muy tarde y nos quedamos dormidos mientras estábamos desnudos y abrazados.
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