Mamá me dio una mirada que tomé como, "¡Muchas gracias, bocazas!"
"Bueno, ¡Me hubiera gustado hacer los honores!" Le indiqué a mamá, dejándolo en claro para que viera cómo quería hacerla girar a mi "metida de pata".
Mamá suspiró y dijo: "Bueno, hice que Leo se subiera al taburete mientras yo lo sostenía ..."
"Desnudo, ¿verdad?" Felina rápidamente intervino.
"Sí", mamá estaba a punto de continuar.
“Solo después de que ella me hiciera quitar la toalla que estaba alrededor de mi cintura”, agregué otra vez de manera innecesaria, redundante.
Felina se rió, "¿Te hizo quitár la toalla?"
"¡Podría haberse tropezado!" Mamá defendió sus acciones de antes.
Bien, "tropecé", respondió Felina con sarcasmo.
"¿Querés que continúe o no?" Mamá sonaba un poco avergonzada y a la defensiva ahora.
"¡Por favor!" Dijo Felina mientras yo asentía y me quedaba callado.
"Bueno, mientras él estaba en el último escalón y yo sostenía el taburete, tuvo que inclinarse hacia adelante para llegar al estante", mamá se detuvo un poco más de lo que Felina se sentía cómoda esperando.
"¿Y?" —Preguntó Felina, deseando cada sórdido detalle de lo ocurrido.
"Y, bueno, su poronga entró un poco en mi boca ..."
"¿Un poco?" Me reí.
"Está bien, mucho, ¿estás feliz ahora?" Mamá estaba empezando a sonrojarse.
"¿Se corrió en tu boca?" Felina preguntó emocionada.
"¡Felina!" Mamá dijo sorprendida y no pudo responderle rápidamente.
Intervine para ayudar, “No, pero me hubiera encantado. De hecho, tuve que acabar en mi habitación ".
"¡Oh mamá, te amo mucho!" Felina abrazó a mamá tan fuerte como pudo.
"Yo también te amo cariño", dijo mamá, evidentemente todavía un poco avergonzada por lo que habíamos hecho, pero me di cuenta de que lo estaba superando bastante rápido.
"¡Muy bien, eres mío!" Felina me dijo mientras tomaba mi mano y me llevaba al sofá de la sala de estar.
“Acuéstese señor,” me ordenó cariñosamente.
Sin una palabra, obedecí y procedí a reclinarme en el sofá. Ella me hizo moverme al otro extremo, con mi cabeza en el brazo del sofá para que ella también pudiera acostarse con la cabeza entre mis piernas. Solo tardó un segundo en ponerse cómoda antes de empezar a besar mi pija dura y palpitante.
"¿Tenés idea de cuánto tiempo he querido hacer esto?" Preguntó entre dulces besos en mi dura y pegajosa verga.
Solo le sonreí y negué con la cabeza.
"¡Desde siempre!" Dijo mientras metía mi chota en su boca e inmediatamente comenzó a chupar con gusto.
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