En aquella fiesta me habían presentado tantos hombres que no me acordaba ni de sus nombres pero me fijé en aquel español rondaba los 50 años.
Aquel día estaba realmente caliente y poco nos costó coger ese ascensor mediaba de aquella insípida sala de baile a su habitación.
Él pulsó la novena planta y eso me puso realmente cachonda. Sabía tenía un minuto para que me metiera mano y sobar mis tetas visiblemente erectas a través de mi camisa. Cuando me abrazó noté como una terrible verga tiesa refrotaba mi coño al abrazarme mientras él chupaba mis pechos como un poseso. De haber seguido así me hubiese corrido en ese mismo ascensor de solo lo excitada estaba con ese extranjero.
Bajé mi mano derecha hacia sus pantalones y tanteé como una terrible pija luchaba por salir de esa jaula sellada por su cremallera.
Por fin llegamos a esa maldita planta. Nos soltamos a toda prisa y noté al andar como los labios de mi vagina estaban terriblemente encharcados. De seguro mis bragas eran ya inservibles en el colmo de mi flujo de mujer ya madura.
El español ni siquiera acertaba a meter la llave en la cerradura pero lo logró.
Ver la amplitud de esa habitación me pareció como atisbar un paraíso de infinitas proporciones. Un alivio mezclado con todavía más deseo dominó lo más insondable de mi cerebro.
Por unos segundos empecé a reaccionar porque había perdido la noción del tiempo y del espacio a lo que me senté en la cama, descubrí mis tetas que ya colgaban por encima de mi sujetador y puse a mi amante de pie delante de mí.
Primero desabroché la cremallera de sus pantalones y se los bajé. Una enorme pija se adivinaba a través de esos blancos calzoncillos. Me armé de valor y liberé su elástico a lo cual brotó una enorme pija de unos 20 centímetros directamente a mi cara.
-Joder, qué polla!!!!. Exclamé.
Por una vez en mi vida iba a ser follada por una verga grande. No sabía ni por donde empezar.
Una gotita de transparente líquido seminal asomaba por la ranurita de esa enorme verga. La sorbí y comencé a saborear la esencia de ese hombre. El aroma y sabor de esa dulce pija hicieron que me pusiera enormemente excitada.
Sus huevos estaban realmente apretados. Por su dureza adiviné estaban repletos de semen. Los tanteé con mis manos y chupé metiéndomelos en la boca. Ante lo cual su verga comenzó a moverse entre estertores de placer y él a gemir como un loco.
No saber siquiera el nombre de ese hombre me hizo sentir muy puta.
Por más que asía esa pija con mis manos permanecía totalmente erecta mirando hacia el techo y repleta de venas. Cualquier movimiento con mis manos hacía esa verga quedase tiesa como una tabla siempre en la misma posición. Era totalmente recta y curvada hacia arriba. Que no tuviese frenillo me hizo pensar ese hombre había follado mucho a lo largo de sus 49 años.
La tragué. La tragué con fuerza y avidez pero me era imposible comérmela entera aún llegándome al fondo de mi garganta. Hubiese estado toda la noche intentándolo y no hubiese podido ni tragar la mitad de ese hombre que gemía como un loco me decía cosas bonitas y obscenas y que me miraba con deseo de animal en celo.
Mientras, él con sus manos presionaba mi cabeza hacia su polla con cuidado de no hacerme daño.
Si me hubiese acariciado el coño con mis dedos en esos momentos de seguro me hubiese corrido en segundos.
Sacó su gran verga de mi boca y comenzó a frotársela delante de mi cara. Por un momento pensé me iba a soltar una gran descarga de semen en ella pero me dijo...
-Ven que ahora te voy a follar que ya has chupado bastante pija!!!.
Me quitó las bragas notando estaban perdidas de mi y las arrojó al cabecero de la cama.
Por un momento pensé me iba a poner a 4 patas y follarme sin más dilación pero abrió mi coño y comenzó a mamarlo.
Lo hizo poco a poco. Primero besándolo y luego moviendo su lengua de lado a lado. Un terrible escalofrío recorrió mis tetas desde mi cerebro bajando hasta lo más profundo de mi almeja. Hice lo posible por no correrme pero no podía ya más. Cuando comenzó a acariciar mi ano con su mano izquierda y penetrarme con sus largos dedos hasta lo más profundo de mi concha moviendo su lengua sobre mi clítoris, me corrí como una perra.
-Ohhhhhhhhhhh!!!!!!!!!....
Me quedé en la cama echa un ovillo y con las piernas temblando.
Me besó y acarició todo mi cuerpo. Mis pechos, piernas, cabeza y pies.
Eso si que había sido una buena corrida. No como con mis amiguitos que con los cuales me tengo que acabar sola...
Él esperó 5 minutos y antes de que me quedara dormida volví a tragarme su pija para ponerla de nuevo tiesa como un candelabro.
Cuando estuvo ya a punto la cogió con su mano derecha y la golpeó contra su mano izquierda para comprobar su erección.
Si. Estaba ya tiesa y dura como un tablón.
Me puso de pie y apoyó en la cómoda.
Poco a poco fue introduciendo esa terrible verga en mi mojado coño.
Se le veía experto y cuidadoso sabedor del tamaño de su pija y muy poco a poco fue entrando en mi. A cada centímetro bombeaba en mi vagina más larga me parecía esa pija. Era como si fuese interminable.
Por fin creí ya la tenía metida del todo pues notaba sus huevos en mi culo. Fue entonces cuando con un pequeño golpe de cadera la introdujo aún más hasta rozar mi cérvix a la vez que acariciaba mi espina dorsal y me cogía de las tetas.
Se quedó así durante unos segundos moviendo su pija tan solo unos pocos centímetros para tantear lo profundo de mi coño en esos momentos ya totalmente dilatado y encharcado.
-Ahhhhhhh!!!!. Quiero pija!!!. Exclamé.
Comenzó a mover sus caderas poco a poco y yo a gemir como una zorra.
En el espejo de esa cómoda podía observar sus caras de placer penetrándome como un animal.
-Dame fuerte... iba a decir su nombre pero no me acordaba, a lo cual le dije...
-Cerdo, que eres un cerdo...
Me separó más de la cómoda por lo que mis tetas rozaban la madera de la misma a cada embestida.
Si... me iba a correr otra vez con esa temible pija dentro de mi. Me iba a sentir por fin una mujer. De una vez por todas.
Él aceleraba sus embestidas al gusto al igual que cuando las aminoraba se centraba en meter su pija lo más dentro posible moviéndola de lado a lado ensanchando mi coño.
-Tus amigos no tienen esta polla, ehhh???. Exclamó.
Buffff.... eso que me dijo me puso a cien.
Me hizo sentir una furcia con esa frase.
-Joder, tío. Cómo me follas!!!!. Dije.
-Vas a hacer me corra otra vez!!!.
-Aguanta!!!. Que quiero darte aún más!!! Me dijo.
De repente sacó su polla y la volvió a meter más dentro todavía. Repitiéndolo varias veces. A cada metida de su rabo la sentía cada vez más grande.
-Me voy... cariño, me voy!!!!!. Exclamé.
-No pares, amor....!!!. No pares!!!!!!.
Así me corrí otra vez viendo su cara y su pecho empujándome fuerte a través de ese espejo y cogiéndome duro de las caderas y de unas tetas que iban de lado a lado delante de ese espejo.
-Joder....!!!. Qué corrida!!!!. Exclamé.
Él aflojó sus embestidas y me dijo...
-Ahora me toca a mi!!!. Ponte de rodillas!!!.
Obedecí su súplica.
Observé una verga congestionada de venas a punto de reventar. Roja, casi morada.
Comenzó a frotársela. Por un momento dejó de hacerlo y me la puso en la cara palpitante.
-Te gusta mi pija?. Exclamó.
-Ohhhh!!!. Si, amor.
-Pues ahora vas a ver como se corre, puta!!!.
Tres fuertes descargas de blanco esperma bañaron todo mi rostro, pelo y cuello mientras él gemía como un animal herido intentando exprimir su polla lo máximo posible.
Cuando acabó de aliviar hasta su última gota de semen esa verga palpitaba de forma totalmente descontrolada delante de mi cara.
Un río de su leche fue a depositarse en mis labios el cual sorbí con mi lengua. Era dulce y espeso. Por sus descargas di cuenta ese hombre hacía tiempo no eyaculaba.
Su semen estaba delicioso y yo me sentía una mujer.
El extranjero cuyo nombre desconocía cayó rendido con su verga semierecta en la cama.
Era visible no podía más. Ni yo tampoco.
Fui a limpiarme al baño y me miré al espejo.
Unos espesos ríos de semen caían desde mi cara hasta mis tetas. Con mi móvil me hice una fotografía guiñándole el ojo a la cámara.
Lo abracé y besé. Y luego volvimos a hacer el amor esta vez de forma más pausada.
Aquel día que partió para España en su móvil apareció una fotografía.
La mía me había hecho en el baño impregnada de su semilla...
En el mensaje rezaba...
-Sayonara, mi gran extranjero me has hecho sentir una mujer para mi y una puta para ti...
Al cabo de unos días recibí una foto suya con su pija totalmente erecta y sentado en una silla con sus huevos llenos de esperma.
En el mensaje rezaba...
-Mira qué paja me acabo de hacer pensando en lo nuestro... gracias, mi chilenita...
Aquel día estaba realmente caliente y poco nos costó coger ese ascensor mediaba de aquella insípida sala de baile a su habitación.
Él pulsó la novena planta y eso me puso realmente cachonda. Sabía tenía un minuto para que me metiera mano y sobar mis tetas visiblemente erectas a través de mi camisa. Cuando me abrazó noté como una terrible verga tiesa refrotaba mi coño al abrazarme mientras él chupaba mis pechos como un poseso. De haber seguido así me hubiese corrido en ese mismo ascensor de solo lo excitada estaba con ese extranjero.
Bajé mi mano derecha hacia sus pantalones y tanteé como una terrible pija luchaba por salir de esa jaula sellada por su cremallera.
Por fin llegamos a esa maldita planta. Nos soltamos a toda prisa y noté al andar como los labios de mi vagina estaban terriblemente encharcados. De seguro mis bragas eran ya inservibles en el colmo de mi flujo de mujer ya madura.
El español ni siquiera acertaba a meter la llave en la cerradura pero lo logró.
Ver la amplitud de esa habitación me pareció como atisbar un paraíso de infinitas proporciones. Un alivio mezclado con todavía más deseo dominó lo más insondable de mi cerebro.
Por unos segundos empecé a reaccionar porque había perdido la noción del tiempo y del espacio a lo que me senté en la cama, descubrí mis tetas que ya colgaban por encima de mi sujetador y puse a mi amante de pie delante de mí.
Primero desabroché la cremallera de sus pantalones y se los bajé. Una enorme pija se adivinaba a través de esos blancos calzoncillos. Me armé de valor y liberé su elástico a lo cual brotó una enorme pija de unos 20 centímetros directamente a mi cara.
-Joder, qué polla!!!!. Exclamé.
Por una vez en mi vida iba a ser follada por una verga grande. No sabía ni por donde empezar.
Una gotita de transparente líquido seminal asomaba por la ranurita de esa enorme verga. La sorbí y comencé a saborear la esencia de ese hombre. El aroma y sabor de esa dulce pija hicieron que me pusiera enormemente excitada.
Sus huevos estaban realmente apretados. Por su dureza adiviné estaban repletos de semen. Los tanteé con mis manos y chupé metiéndomelos en la boca. Ante lo cual su verga comenzó a moverse entre estertores de placer y él a gemir como un loco.
No saber siquiera el nombre de ese hombre me hizo sentir muy puta.
Por más que asía esa pija con mis manos permanecía totalmente erecta mirando hacia el techo y repleta de venas. Cualquier movimiento con mis manos hacía esa verga quedase tiesa como una tabla siempre en la misma posición. Era totalmente recta y curvada hacia arriba. Que no tuviese frenillo me hizo pensar ese hombre había follado mucho a lo largo de sus 49 años.
La tragué. La tragué con fuerza y avidez pero me era imposible comérmela entera aún llegándome al fondo de mi garganta. Hubiese estado toda la noche intentándolo y no hubiese podido ni tragar la mitad de ese hombre que gemía como un loco me decía cosas bonitas y obscenas y que me miraba con deseo de animal en celo.
Mientras, él con sus manos presionaba mi cabeza hacia su polla con cuidado de no hacerme daño.
Si me hubiese acariciado el coño con mis dedos en esos momentos de seguro me hubiese corrido en segundos.
Sacó su gran verga de mi boca y comenzó a frotársela delante de mi cara. Por un momento pensé me iba a soltar una gran descarga de semen en ella pero me dijo...
-Ven que ahora te voy a follar que ya has chupado bastante pija!!!.
Me quitó las bragas notando estaban perdidas de mi y las arrojó al cabecero de la cama.
Por un momento pensé me iba a poner a 4 patas y follarme sin más dilación pero abrió mi coño y comenzó a mamarlo.
Lo hizo poco a poco. Primero besándolo y luego moviendo su lengua de lado a lado. Un terrible escalofrío recorrió mis tetas desde mi cerebro bajando hasta lo más profundo de mi almeja. Hice lo posible por no correrme pero no podía ya más. Cuando comenzó a acariciar mi ano con su mano izquierda y penetrarme con sus largos dedos hasta lo más profundo de mi concha moviendo su lengua sobre mi clítoris, me corrí como una perra.
-Ohhhhhhhhhhh!!!!!!!!!....
Me quedé en la cama echa un ovillo y con las piernas temblando.
Me besó y acarició todo mi cuerpo. Mis pechos, piernas, cabeza y pies.
Eso si que había sido una buena corrida. No como con mis amiguitos que con los cuales me tengo que acabar sola...
Él esperó 5 minutos y antes de que me quedara dormida volví a tragarme su pija para ponerla de nuevo tiesa como un candelabro.
Cuando estuvo ya a punto la cogió con su mano derecha y la golpeó contra su mano izquierda para comprobar su erección.
Si. Estaba ya tiesa y dura como un tablón.
Me puso de pie y apoyó en la cómoda.
Poco a poco fue introduciendo esa terrible verga en mi mojado coño.
Se le veía experto y cuidadoso sabedor del tamaño de su pija y muy poco a poco fue entrando en mi. A cada centímetro bombeaba en mi vagina más larga me parecía esa pija. Era como si fuese interminable.
Por fin creí ya la tenía metida del todo pues notaba sus huevos en mi culo. Fue entonces cuando con un pequeño golpe de cadera la introdujo aún más hasta rozar mi cérvix a la vez que acariciaba mi espina dorsal y me cogía de las tetas.
Se quedó así durante unos segundos moviendo su pija tan solo unos pocos centímetros para tantear lo profundo de mi coño en esos momentos ya totalmente dilatado y encharcado.
-Ahhhhhhh!!!!. Quiero pija!!!. Exclamé.
Comenzó a mover sus caderas poco a poco y yo a gemir como una zorra.
En el espejo de esa cómoda podía observar sus caras de placer penetrándome como un animal.
-Dame fuerte... iba a decir su nombre pero no me acordaba, a lo cual le dije...
-Cerdo, que eres un cerdo...
Me separó más de la cómoda por lo que mis tetas rozaban la madera de la misma a cada embestida.
Si... me iba a correr otra vez con esa temible pija dentro de mi. Me iba a sentir por fin una mujer. De una vez por todas.
Él aceleraba sus embestidas al gusto al igual que cuando las aminoraba se centraba en meter su pija lo más dentro posible moviéndola de lado a lado ensanchando mi coño.
-Tus amigos no tienen esta polla, ehhh???. Exclamó.
Buffff.... eso que me dijo me puso a cien.
Me hizo sentir una furcia con esa frase.
-Joder, tío. Cómo me follas!!!!. Dije.
-Vas a hacer me corra otra vez!!!.
-Aguanta!!!. Que quiero darte aún más!!! Me dijo.
De repente sacó su polla y la volvió a meter más dentro todavía. Repitiéndolo varias veces. A cada metida de su rabo la sentía cada vez más grande.
-Me voy... cariño, me voy!!!!!. Exclamé.
-No pares, amor....!!!. No pares!!!!!!.
Así me corrí otra vez viendo su cara y su pecho empujándome fuerte a través de ese espejo y cogiéndome duro de las caderas y de unas tetas que iban de lado a lado delante de ese espejo.
-Joder....!!!. Qué corrida!!!!. Exclamé.
Él aflojó sus embestidas y me dijo...
-Ahora me toca a mi!!!. Ponte de rodillas!!!.
Obedecí su súplica.
Observé una verga congestionada de venas a punto de reventar. Roja, casi morada.
Comenzó a frotársela. Por un momento dejó de hacerlo y me la puso en la cara palpitante.
-Te gusta mi pija?. Exclamó.
-Ohhhh!!!. Si, amor.
-Pues ahora vas a ver como se corre, puta!!!.
Tres fuertes descargas de blanco esperma bañaron todo mi rostro, pelo y cuello mientras él gemía como un animal herido intentando exprimir su polla lo máximo posible.
Cuando acabó de aliviar hasta su última gota de semen esa verga palpitaba de forma totalmente descontrolada delante de mi cara.
Un río de su leche fue a depositarse en mis labios el cual sorbí con mi lengua. Era dulce y espeso. Por sus descargas di cuenta ese hombre hacía tiempo no eyaculaba.
Su semen estaba delicioso y yo me sentía una mujer.
El extranjero cuyo nombre desconocía cayó rendido con su verga semierecta en la cama.
Era visible no podía más. Ni yo tampoco.
Fui a limpiarme al baño y me miré al espejo.
Unos espesos ríos de semen caían desde mi cara hasta mis tetas. Con mi móvil me hice una fotografía guiñándole el ojo a la cámara.
Lo abracé y besé. Y luego volvimos a hacer el amor esta vez de forma más pausada.
Aquel día que partió para España en su móvil apareció una fotografía.
La mía me había hecho en el baño impregnada de su semilla...
En el mensaje rezaba...
-Sayonara, mi gran extranjero me has hecho sentir una mujer para mi y una puta para ti...
Al cabo de unos días recibí una foto suya con su pija totalmente erecta y sentado en una silla con sus huevos llenos de esperma.
En el mensaje rezaba...
-Mira qué paja me acabo de hacer pensando en lo nuestro... gracias, mi chilenita...
0 comentarios - El Español.