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Deseo Prohibido. Capítulo Vll:

“Una morochita muy traviesa”

Capítulo 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/4420279/Deseo-Prohibido-Capitulo-l.html

Capítulo anterior: http://www.poringa.net/posts/relatos/4478371/Deseo-Prohibido-Capitulo-Vl-Arreglado.html

–“¿Perla?, ¿quién es Perla?”- preguntó intrigada Romina, a la vez que tomaba un sorbo de su café. Eduardo suspira y de manera breve, le dice que es una amiga del pasado, una que no ve hace mucho tiempo y con quien perdió comunicación, cuando ella se fue a estudiar al extranjero. Tras expresar eso, él se levanta y dándole como excusa a la muchacha que iba a ir a comprar, sale de la casa. No obstante lo que en verdad quería él era aclarar sus ideas, por todo lo sucedido. 

Sin ninguno de los dos adultos cerca, Romina aprovecha ese momento de soledad para llamar a Vanessa.
 
Vanessa: Aló… 

Dijo la joven rubia y de fondo se escuchaban unas risillas. 

Romina: Hola, Vanesita linda.  

Respondió la otra, con un tono coqueto. 

Romina: ¿Estás en una sesión fotográfica? 

Agregó curiosa.  

Vanessa: Notó que tienes la voz muy animada, así que supongo que estás muy contenta. (Suspira) Y sí, estoy modelando, pero te asegura que ni tú comprarías la ropa que llevo ahora.

Romina: ¿Ah, no? ¿Y eso por qué?

Vanessa: Porque apenas me cubre algo y ni siquiera es una lencería. Comienzo a sospechar que mi jefe toma estas fotos, para otro uso comercial, ya que hasta las posees que debo hacer son extrañas, digamos que es algo que Luxure, haría. 

Romina: Vaya, ¿y por qué sigues ahí? 

Vanessa: Por contrato querida, además que necesito el dinero para comprarme un coche, pero dime, ¿para qué me has llamado? 

Manifestó la muchacha, caminando hacía la ventana. 

Romina: Aahh, Bueno… Quería comunicarte, que amanecí con un gran dolor de culo. 

Vanessa: (Confundida) ¿Eh?

Romina: (Ríe) Lo conseguí amiga… Anoche cogí con mi tío, joder… Fue un verdadero animal, pero me encanto, aunque me duele mucho el ano. 

Vanessa: Felicidades, no sé qué más decirte, si te soy sincera. 

Romina: ¿No quieres que te ayude con tu papi? (Ríe de forma burlesca) 

Vanessa: No es necesario, porque tengo a la gran maestra a mi lado. 

Romina: (Confundida) ¿Gran maestra?

Vanessa: Sí, mi mamá, tontita. Recuerda que me debe un favor. 

Romina: Verdad, después de que tú tengas sexo con tu padre, ¿me lo prestarías por una noche?

Pregunta mordiéndose los labios.

Vanessa: ¡¿Estás loca?! Sinceramente no entiendo tu capricho con él, porque lo ocurrido en la piscina no da para tanto, así que intuyo que existe algo entre ustedes que no me han dicho, ¿verdad?

Romina: Tal vez, de todos modos, ¿por qué no aceptas el intercambio? A mí me parece justo. 

Vanessa: Ya te lo he dicho, soy muy celosa, no soportaría ver a mi padre con otra, si hasta tengo celos de mi madre. Además, tú tienes a tu tío, ¿no estás enamorada de él? 

Romina: Sí, amo a mi tío Eduardo y quiero ser su mujer, pero tu padre me calienta y me provoca una cachondez única. 

Vanessa: Eres una perra avariciosa.    

Romina: Hablando de perras, ¿qué has averiguado de Vicky?

Vanessa: Que te vio la cara de tonta, pues todas sus relaciones anteriores, han terminado porque ella le ha sido infiel a sus parejas. 

Tras oír aquellas palabras de su amiga, Romina escucha unos golpes en la puerta. 

Romina: Oh vaya, eso me da un gran alivio, me gustaría escuchar más, pero creo que llegó una amiga de mi infancia, así que te dejo. 

Vanessa: Ok, pero antes que me cuelgues, un consejo… Ten cuidado de las zorras que dejas entrar, puede que termine mal para ti. 

Romina: (Ríe) Oh vamos, es solo una amiga de la infancia, dudo que ella quiera algo con mi tío. 

Romina cuelga y abre la puerta, su instinto no le había fallado, Belén era quien había tocado. Ellas al verse se abrazan afectuosamente, al mismo tiempo Vanessa murmuraba –“Tonta, puedes estar abriéndole la puerta a tu peor enemiga”-. Belén media aproximadamente lo mismo que Romina, también era esbelta y si bien no tenía las tetas tan grandes como su amiga, poseía un buen par. Pero sin duda, lo que más encandilaba de esa jovencita era su piel morocha, la que causaba furor en los hombres que fijaban su mirada en ella. 

Tras el abrazo, ambas muchachas caminaron hasta la cocina intercambiaron palabras. Por otro lado, Eduardo había conducido hasta aquel edificio, en donde vivió noches mágicas con su mejor amiga. Ella en cambio caminaba por el cementerio con unas flores en sus manos, hasta llegar a la tumba de su madre. Lorena queda asombrada al ver que había una gran cantidad de rosas y luego se le dibuja una sonrisa, porque comprendía que durante todos esos años en los que ella estuvo fuera del país, Eduardo había ido cada semana a dejar flores.

Ambos pasaron horas en esos lugares, reflexionando sobre las decisiones que debían tomar. El maduro regresó a su casa, al darse cuenta que ya era horario de almuerzo, ingenuamente pensó que tenía todo bien claro, pero pronto se daría cuenta que entraría en un dilema aún más grande. Mientras tanto, las muchachas se colocaban al día en varias cosas. Romina aprovechando que era un día soleado, le propone a Belén, seguir conversando al aire libre.

La morochita acepta la invitación, sin embargo, le dice su amiga, que también podrían aprovechar a darse un chapuzón en la piscina. A Romina le encantó la idea y lleva a Belén a su cuarto, para que ambas se cambiaran. Luego prepararon unos zumitos y unos pequeños sándwiches. Mientras se trasladaban al patio, Belén mira fijamente el cuerpo de su amiga y le comenta que la pubertad le había venido bastante bien y que de seguro tenía a varios franceses locos, por ese tamaño de busto que poseía. 

Romina ríe, agradece el comentario, pero le argumenta a la morochita, que ella no podía quejarse, ya que también tenía una figura bastante hermosa. Eduardo llegando a su casa, se estaciona y mira su celular un momento, percatándose que Luxure había subido un nuevo contenido. Curioso por saber qué había publicado la hija de su amiga, se mete a la web, descubriendo así una foto en primer plano de sus enormes senos en un bikini blanco, solo con verlos, se verga se endurece. 

Solo tenía que bajar y gozar de ese cuerpo sexy como lo había hecho anoche, pero no quería hacerlo. Todavía no sabía si Romina le gustaba o por el contrario solo veía a Lorena en ella, después de todo siempre anduvo buscando a una mujer que se pareciera a su amiga. La muchacha a pesar de ser distinta a su madre en complexión, tenían las medidas muy similares, sus ojos eran exactamente los mismos y sus labios sabían igual, sin mencionar esa cabellera negra que a él lo enloquecía. 

Sentado en su coche, comienza a revisar esas fotos que le había comprado a Romina, antes de que ella le confesará que era Luxure. Cada foto lo calentaba más y al no ver el rostro de ese voluptuoso cuerpo, su mente imaginaba a Lorena por instante y luego a Romina. Hasta que llegó a las últimas fotos, en donde se dio cuenta que ese cuerpo bonito, no era de Luxure, ya que la tonalidad de la piel era más blanca y sus tetas parecían ser algo más grande, además que sus pezones eran algo más pequeños y sus aureolas eran circulares perfectamente.  

Extrañamente su verga se le hizo más dura e intrigado se pregunta quién podría ser la dueña de ese cuerpo lascivo. Mete su erecta polla dentro de su pantalón y baja del auto, porque quería preguntarle a Romina, la identidad de la modelo de las últimas fotos, entonces escucha unas risillas, las cuales provenían de la piscina. Se acerca al lugar y se percata de la presencia de la hija de su amiga, acompañada de Belén. Él no reconoce a la morochita al principio, cuando escucha su nombre, queda gratamente sorprendido. 

Jamás imagino que la amiga de la infancia de Romina, también se había vuelto una linda y atractiva mujer. Anonadado se queda ahí oculto escuchando la conversación de ambas. Todo era normal, hasta que Belén, de forma muy picará le pregunta a Romina, si ya lo había hecho a pesar de no tener novio. La jovencita se sonroja un poco, recordando todas las cosas que hizo con Eduardo durante la noche. Belén intuyó que Romina si lo había hecho con alguien, pero no quiso preguntar con quién y cómo, ya que veía a su amiga muy avergonzada. 

La morochita para cambiar un poco el tema le preguntó a Romina, si recordaba las fantasías que ellas tenían, cuando eran niñas con Eduardo. Romina algo cachonda e incómoda, le contesta que sí. Entonces Belén, le confiesa a su amiga, que ella aún seguía estando loca por Eduardo, a pesar de que ya no lo había visto hace un buen tiempo y se ha divertido con varios chicos, jamás ha podido sacárselo de su cabeza. Romina no supo qué responder, de hecho, sintió un poco de temor al oír aquello, porque recordó la advertencia de Vanessa. 

Belén: Romina, ¿te encuentras bien? 

Romina: Sí… Lo estoy…

Belén: (Ríe) Pensé que te había dado algo, porque no me respondías y tampoco te movías. 

Romina: Solo estoy sorprendida de que aún estés enamorada de mi tío.

Belén: Y cómo no estarlo, si solo tiene 35 y parece que los años le asientan mejor, ya que cada vez lo encuentro más guapo. La última vez que lo vi fue hace un año, en una tienda, él no me reconoció, pero basto que pasara a mi lado, para que mis hormonas enloquezcan, tuve que masturbarme aquel día pensando en él. 

Aquello no solo deja sin reacción a Romina, sino también a Eduardo, quien, tragando su saliva, miraba con cierto deseo a esa morochita. Pero Belén no se detuvo con decir aquello, continuó confesando.

Belén: Imagine que él me cogía, me abrazaba y me besaba de una forma exquisita. Después él se colocaba de pie y me cargaba, mientras me metía su pene en mi vagina, para luego hacerme brincar en esa posición. Dios mío, solo de recordar esa fantasía me estoy calentando. 

Romina celosa, detiene a Belén, esta última ríe, recordando que su amiga hacia lo mismo cuando eran niñas, aunque en esa época sus fantasías eran inocentes y nada sexual.

Belén: Es una lástima que se vaya a casar, por cierto, tú ya conociste a su prometida, ¿verdad?, ¿cómo es ella?

Romina: Bueno, solo conversé con ella un par de horas y me resultó una mujer bastante buena. 

Belén: (Ríe nuevamente) Recuerdo que todas sus novias, necesitaban pasar por tu aprobación y veo que esta es la primera que no rechazas.  

Romina: Haber, tampoco fueron tantas, si no me equivoco solo tuvo una novia, las otras eran amiguitas con las cuales se divertía por una noche. En fin, igualmente creo que el matrimonio no se va a concretar. 

Belén: ¿Ah, sí? ¿Por qué lo dices?

Romina: Presentimiento femenino.

Afirma la joven, tratando de controlar las palabras que suelta. 

Belén: De ser así, ¿crees que yo pueda tener alguna oportunidad con tu tío?

Romina: (Ríe) Amiga te quiero, pero jamás te aceptaría como la novia o mujer de mi tío Eduardo, por lo cual tendrías cero posibilidades con él. 

Belén: ¿Por qué no me aceptarías? Soy una buena muchacha y sé que lo haría feliz. Y no me des la excusa de la edad, ya que es un argumento ridículo, solo se me ocurre que no quieres verme como una opción para tu tío, porque tú también sigues enamorada de él.

Romina solo se quedó en silencio, observando como su amiga se acerca a ella de manera desafiante. 

Belén: Sería una verdadera lástima que sea así amiga… Porque no me gustaría humillarte, pero si tengo que hacerlo, lo haré.  

El maduro, no sabía que pensar al respecto de todo lo que había escuchado. Decide dejar de espiar a esas dos jovencitas y regresar a la entrada principal de la casa. Sin hacer mucho ruido entra, camina hasta el baño, donde se moja la cara y luego se queda mirando en el espejo. Tratando de entender todo lo que había ocurrido en estos lujuriosos días, desde que se despertó con Gabriela entre sus brazos, agarrando su culo y besándola hasta ese momento. 

No obstante la respuesta no era clara, por más que se esforzada en encontrar una, solo sentía que su cachondez, cada vez era más incontrolable. Aquella vocecita volvía y le preguntaba su opinión sobre Belén, –“Es muy ardiente”- murmuro mientras se tocaba su miembro erecto. Eduardo paso cerca de 10 minutos discutiendo con él mismo en el baño, cuando sale, aun vagaba en sus pensamientos y se encuentra de golpe con Belén, la cual al principio queda sorprendida, pero después le regala una sonrisa al hombre. Ella se acerca al maduro y lo saluda, dándole un beso en la mejilla.

Belén: ¿Cómo ha estado, señor Eduardo?

El hombre se queda paralizado, la muchacha se ríe pensando que tal vez no la recordaba, le dice su nombre y que Romina la había invitado, esperaba que aquello no le molestará. Eduardo nervioso, fingió que su reacción se debía a que no la había reconocido, agregando que no tenía problema con que Romina la haya invitado, al contrario, le daba gusto volver a verla. La muchacha sonriendo se retiró hacia la cocina, él con una cara de tonto se quedó mirándola, sus ojos específicamente seguían el culo de la joven. 

Eduardo se dirigió a la piscina, al acordarse de que necesitaba hablar con Romina y preguntarle quién era la otra modelo de las fotos. Al llegar, ve a la muchacha nadando, ella sonríe al verlo, él se acerca y le consulta si tenía tiempo para que charlen en privado. La jovencita le responde que no, ya que se encontraba con su amiga Belén y le pide perdón por no haberle avisado y pedido permiso para invitar a su amiga. 

Eduardo: Romina, eso es lo de menos, puedes invitar a quién tú quieras. 

Romina: (Sorprendida) ¿En serio?

Eduardo: Sí, sin embargo, necesito que te busques una excusa y me vayas a mi habitación, te estaré esperando. 

Romina: Ok, veré cómo me las ingenio, tío. 

Eduardo regresa adentro de la casa, donde nuevamente se encuentra con la morochita, quien le regala una sonrisa, igual que cuando se encontraron por primera vez. Él se da vuelta y le mira la cola, suspirando sube al segundo piso y entra a su dormitorio. Observa aquella cama con las sabanas desordenadas, agarrándolas se percata que aún mantienen el olor impregnado del sexo de anoche. Dejándolas en el suelo, busca unas limpias para colocarlas. 

Mientras la hacía, encuentra debajo del colchón una libreta, con incertidumbre, la toma y la abre. Era un diario de vida de Victoria o algo así, pues tenía anotado varias cosas en ella, él simplemente lo lee buscando alguna frase en donde la mujer confiese que siempre se burló de él, no obstante, no encontró ninguna oración de ese estilo, al contrario, solo una confesión en donde ella decía sentirse mal, por traicionarlo y que haría lo posible para transformarse en una mujer fiel y formar una familia juntos. 

En ese momento la nostalgia de todo lo que había vivido con Vicky, comienza a afectarlo, el dolor de saber que era una puta y que lo hacía un cornudo con sus colegas, lo agobiaba. Pero aún más, el saber que ella no podía controlar su cuerpo y ese deseo ferviente le hacía cometer esas infidelidades, a pesar de eso Victoria quería buscar una solución y ser una mujer normal por él, sin saber, que él no se acercó a ella porque le gustaba y que la estuvo utilizando todo este tiempo para sacarse a Lorena de su cabeza. Que de hecho le atraía más Isidora por cierta similitud que tenía con su amiga y aun así falló, ya que con solo ver a Lorena, sintió como esa obsesión por ella volvía y ahora Romina estaba entre medio también. 

Abrumado, suelta unas pequeñas lagrimillas, pero justo entonces golpean la puerta, él rápidamente deja de leer el diario de Victoria y se seca las lágrimas para ir a abrir la puerta. Como era de esperarse se trataba de Romina, quien se acerca con una sonrisa y con su cuerpo aún algo mojado, ella cierra la puerta y le consulta cuál era el asunto a tratar. Eduardo suspira y de forma directa, le menciona que había visto las fotos por las que pagó hace unos días y se percató que en las últimas, no era ella como Luxure, sino que era otra muchacha y quería saber la identidad era modelo. 

Romina: Es una amiga, pero no puedo darte más información de ella. 

Eduardo: ¿Por qué no? ¿Es menor de edad?

Preguntó mirando seriamente a la muchacha. 

Romina: No, ella es mayor que mí en realidad, pero su identidad no te la puedo revelar porque no se dedica a esto, solo me ayuda, manejando mi cuenta y retocando las fotos, para que se vean más profesionales. 

Eduardo: Ya veo, pero, ¿por qué se sacó esas fotografías entonces?

Romina: (Ríe) Porque tú eres un pervertido, que pagó por una cantidad de imágenes que superaba la de mi carpeta, yo no podía tomarme fotos aquí, por lo menos no ese primer día, así que ella improvisó y agregó unas fotos de ella. Así que siéntete afortunado, ya que es algo que jamás se va a repetir, pues no tiene la necesidad de recurrir a esto. 

Esa última frase, dejó pensativo a Eduardo.

Eduardo: ¿Necesidad? 

Romina: (Sonríe) Sí, no habrás creído que me gustaba exhibirme, porque sí. 

Eduardo: No… En realidad nunca pensé por qué lo hacías, pero dime, ¿qué te impulsó a ser Luxure?

Romina: Hace unos meses, mamá ha estado lidiando con unas deudas, a pesar de que hacía horas extras, había cosas que no podía pagar. Al verla tan abrumada, decidí ayudarla, sin embargo, nadie quiso darme trabajo, así que mis únicas opciones eran, hacerme una cuenta en una esas web y vender fotos de mí desnuda o ser striper. Decidí lo primero obviamente y así nació Luxure. 

El maduro comprendía varias cosas y le daba cierta impotencia saber que su mejor amiga y su pequeña, necesitaban su ayuda y él fue incapaz de otorgársela. Él abrazándola, vuelve a interrogarla, esta vez para saber si estaba a gusto de seguir siendo Luxure o si lo dejaría si podía tener dinero de otra forma. La joven coqueta, roza con sus dedos la entrepierna de él y le contesta que claramente dejaría ser Luxure, si hubiera otra forma de ayudar a su madre económicamente.

Eduardo: Bien, entonces yo me haré cargo de todas las deudas, aunque vas a tener que seguir dándole la misma excusa a tu madre de donde sacabas el dinero. Por cierto, ¿qué excusas le dabas?

Romina: Ah, le decía que ayudaba a Vanessa en unos trabajos en la agencia donde es modelo.

Eduardo: ¿Vanessa? ¿Así se llama tu amiga?

Romina se daba cuenta que nuevamente había hablado demás, separándose del hombre y mirando a la pared, trata de arreglar lo dicho, no obstante, era tan evidente todo, que fue inútil y terminó confesando que efectivamente ese era el nombre de la chica que salía en las últimas fotos. Eduardo recordando esa figura divina, se le endurece de un segundo a otro, Romina le sonríe y al ver que todo estaba claro, iba a regresar al primer piso para seguir compartiendo con Belén. 

Eduardo: Espera.

Tomándola de la mano.

Romina: Oh vamos tío, ya te dije todo, si quieres la dirección de Vanessa, eso no te lo voy a dar. Uno porque ella me lo tiene prohibido y dos porque comienza a molestarme este repentino interés tuyo  hacía ella. 

Eduardo: (Ríe) ¿Estás celosa? 

Romina: ¿Tú que crees?

Eduardo: (Sonríe) Que sí, pero no te retengo para saber más de tu sexy amiguita, sino que quiero que me des una mano y me alivies con esta enorme erección que tengo.

Expresó, bajándose el pantalón. La muchacha embelesada queda mirando detenidamente la polla del hombre, él allegándose a su oído, le suplica por una cogida rápida. Ella teniendo unas ganas enormes de ser embestida nuevamente por él, le dice que no, ya que todavía su cuerpo esta adolorido por lo de anoche, principalmente su culo y su chocho. Él le pide disculpa por haber sido brusco, a lo que la jovencita responde que no debía disculpase, ya que ella disfruto de esa  salvaje cogida.

Ambos se miraban con complicidad, fue entonces cuando Romina le propone darle una de sus maravillosas mamadas, el hombre que estaba desesperado por calmar su lujuria, acepta. Ella toma esa tranca madura entre sus manos y comienza a darle unas pequeñas lamidas alrededor de la glande. Eduardo cierra los ojos y ahoga sus gemidos, sintiendo como esa lengua juguetona recorría cada pulgada de su miembro, sin explicarse por qué esa jovencita inexperta era tan buena en eso, por más que haya heredado la habilidad de su madre, sin práctica era imposible que chupara una verga tan bien.  

Romina terminó de lamer el tronco completo y luego se lo traga, Eduardo entre suspiros miraba como la hija de su amiga le comía toda la polla. Fue colocándose cada vez más cachondo, al sentir la respiración de la jovencita cerca de su abdomen y esa tierna lengua dando vuelta en círculo alrededor de su pene, al mismo tiempo que acariciaba con sus dedos su par de huevos hinchados. Luego de unos minutos, ella deja de mamar y se quita el bikini, agarrando sus tetas se acerca al hombre.

Romina: Te encantan mis tetas, ¿verdad?

Eduardo: Claro preciosa y mi pene ama estar entremedio de esas hermosuras. 

Ella sonriendo, toma el miembro de Eduardo y lo coloca entre sus tetas, pajeándolo lentamente con ellas. El maduro gime y poco a poco lo hacía más alto, la muchacha aumento el ritmo y no paro hasta que el hombre, la baño con su semen.

Romina: (Limpiando el semen que tenía en su cara y tetas) ¿Te gusto?

Eduardo: ¿Bromeas? Eso fue increíble… 

Romina: Me alegra escuchar eso.

Eduardo: Y a mí que sepas usar tus mejores armas.

Romina después de limpiarse se acerca una vez más a la polla del maduro y la deja reluciente. Ella se da cuenta que tenía esperma en su pelo, por lo que decide tomar una ducha. Él no tarda en tener de nuevo su pija dura, ese sensual cuerpecito lo estaba volviendo loco y si se quedaba más tiempo ahí, no iba a ser capaz de controlarse. Antes de bajar se da cuenta que su camiseta estaba mojada, por el abrazó que le había dado Romina, así que decide quitársela.  

Bajando las escaleras va directo a la cocina, para prepararse algo de comer, sin embargo, antes de entrar, se percata de la presencia de Belén, quien se había quedado ahí esperando a Romina. Ella le daba la espalda al hombre, ya que se encontraba mirando por la ventana entretanto hablaba con su novio por el celular. La muchacha movía su colita la cual era devorada por los ojos del maduro, quien sentía como su polla se colocaba más dura de lo que ya lo estaba. 

Una vez que su pene estaba en su mayor esplendor, él empieza a cuestionarse sobre lo que estaba haciendo. Pensó en regresar a su cuarto, pero entonces recordó aquella confesión que había hecho la morochita a Romina y la lujuria le susurra la idea de satisfacer sus deseos con esa negrita. Después de tanto divagar, él no ve con malos ojos, calmar su calentura con esa jovencita. Teniendo en cuenta que ella lo deseaba y Romina no podía complacerlo en ese momento. Suspira y da un paso hacia adelante, entrando a la cocina sin hacer ruido. 

Acercándose lo suficiente, roza su miembro erecto entre las nalgas de la muchacha, la cual sorprendida, se da vuelta y mira con un rostro de incertidumbre al hombre. Se coloca muy nerviosa al verlo tan cerca y por lo mismo se despide de su novio, dejando su celular en un mesón que tenía al lado. Confundida, le pregunta al maduro.

Belén: ¿Ocurre algo señor Eduardo? ¿Romina no se siente bien?

Eduardo: No, no ocurre nada, perdón si te asusté. Solo vine por un vaso de agua.

Belén: Entiendo y no se preocupe, tampoco me asuste tanto, solo me sorprendí al verlo tan cerca de mí, señor, pensé que le había pasado algo a mi amiga.

Belén pensaba que el maduro se iba a apartar de ella, pero él hizo todo lo contrario, apegando aún más su cuerpo sobre el de ella, le dice con una sonrisa.

Eduardo: Belén, ¿Puedo pedirte un favor?

Ella algo nerviosa y sonrojada, le contesta.

Belén: Claro señor Eduardo, pídame lo que usted quiera. 

Eduardo al escuchar esas palabras se dice así mismo –“Así que vas a hacer lo que yo diga perrita... Entonces lo más probable que dentro de unos minutos más estarás mamando o brincando sobre mi polla"-

Eduardo: No quiero que me digas señor... Solo dime Eduardo, ¿ok?

Belén: Ok, como desee Eduardo.

Eduardo: Por cierto, me fue imposible no escuchar la conversación que tenías, ¿estabas hablando con tu novio?

Belén: Sí, así es Eduardo.

Eduardo: Es una lástima.

Belén: (Confundida) ¿Qué es una lástima, Eduardo? 

Eduardo: Que tengas novio. Es una verdadera lástima.

Belén: (Colocándose más nerviosa) Po... ¿Por qué?

Eduardo: Porque tenía pensado, en hacer realidad una de tus fantasías.

Belén: ¿Una de mis fantasías?

Eduardo: Sí... Pero veo que no es posible, dado a que estas con novio.

Durante la conversación, la muchacha no había dejado de mirar el cuerpo atlético de Eduardo y después de tanto mirar, bajaba su vista hacia la entrepierna de este. Apreciando la notoria erección que tenía, ruborizada, agitada y a la vez confundida, mira hacia otro lado. 

Belén: ¿Cuál fantasía?

Eduardo se acerca más a ella, con su mano, gira la cabeza de la jovencita y hace que lo mire a la cara.
Eduardo: La que le dijiste a Romina... En donde me deseabas...

El terror y la vergüenza recorren el cuerpo de la morochita. Tratando de modular contesta. 

Belén: Q... Q... Qu... ¿Qué?

Eduardo: Sí, escuche eso... Pero tal vez oí mal... Me disculpo por esas palabras, ya que, aunque fuera el caso que me hayas deseado, debió ser un deseo de manera infantil... Es imposible que sientas atracción de un hombre que casi te dobla la edad...

Belén esta abrumada, no sabía qué decir y cómo responder. Le era imposible concentrarse teniendo aquel hombre tan cerca y ver su erecta polla en el pantalón. Tratando de encontrar un poco de calma se dice a ella misma, –“Dios, ¿él en verdad quiere cumplirme mi fantasía sexual? Si es así, yo estoy dispuesta a serle infiel a Rafael... Ya que he deseado a este hombre desde que era una niña y una oportunidad así no se presenta todos los días, menos con un hombre que tiene un cuerpo bien trabajado, con una verga que se nota que es grande y además ese aroma a semental que transmite, ha hecho que se me humedezca la vagina, como nunca”-


Eduardo, sabía que esa morochita ya no aguantaba más y solo quería hacerlo, así que fingió que se iba a ir, para hacerla reaccionar, ya que, si la dejaba pensar por más tiempo, su oportunidad se le podía ir, teniendo en cuenta que Romina podía salir del baño en cualquier momento.

Eduardo: Bueno, te dejo.

Belén: Noo... No te vayas, por favor.

Eduardo: ¿Por qué?

Belén: Porque... Porque yo... Yo aún te deseo y no de una manera infantil... Si escuchaste todo lo que le dije a Romina, sabrás que te deseo sexualmente y fantaseado que me coges de diferentes maneras. 

Eduardo: (Fingiendo sorpresa) ¿Qué?

Belén se acerca más al hombre y le da un beso, el cual es correspondido por Eduardo. Él devora la boquita de la joven, con sus manos recorre la espalda de la morochita, desbrochando el sujetador del bikini, el cual cae lentamente al suelo. Con la mente nublada, ella se dice –“Dios, que bien besa... Siento que, con solo tener su lengua dentro de mi boca, me voy a correr. También siento que su pene, se está haciendo más grande que antes... ¿De qué tamaño lo tendrá realmente?"- 

Dejándose de besar, se miran ya muy cachondos, Eduardo sonriendo, le susurra a la muchacha, –“¿Estás segura con querer continuar?"-, –“Sí"- respondió ella, con un rostro coqueto. Ambos vuelven a besarse, pero esta vez más tranquilos, él apretaba con sus manos, los senos morenos de Belén y ella con mucha delicadeza tratando de no tocar ese gran bulto, le bajaba el pantalón a Eduardo. Él ayuda a la jovencita, levantando sus piernas, una vez que su pantalón fue retirado, él lo patea hacia atrás, así quedaría oculto por el mueble de cocina. 

Ella se agacha sin mirar lo que iba a tener prontamente en su boca. Sus ojos se ponen grandes y queda boca abierta al ver esa enorme polla. 

Belén: Wow... Pero que gran pene, tiene usted.

Eduardo: ¿La de tu novio no es tan grande?

Preguntó fanfarroneando. 

Belén: No... Tampoco es chica, pero el grosor y largor de la tuya es increíble, se me hace agua la boca con solo mirarla. (Sonríe) Estoy segura de que voy a amar el sabor de tu gran paleta de carne blanca.

Eduardo: Y yo amare que me comas el miembro con esa boquita de chocolate. 

Belén con ambas manos soba aquella tranca, deja caer un poco de saliva para poder lubricarla. Mientras se saboreaba la boca, les echa un vistazo a los huevos del hombre.

Belén: Vaya, están bien gordas esas bolas. Deben estar muy cargaditas.

Eduardo: Ni te imaginas, cuanta carga deben tener.

Ella picará, comienza a lamer los testículos de Eduardo, quien disfrutaba como la lengua de la jovencita besaba sus bolas. Estuvo así un par de minutos, hasta dejarlas bien húmedas, Belén vuelve a mirar bien aquel tronco duro, se lo acerca a la boca y comienza a chuparlo como si fuera una paleta, Eduardo disfrutando no controla sus gemidos, los que iban aumentando de volumen. Belén se quita aquel miembro, para preguntarle al maduro, si le encantaba la mamada que le daba. 

Él le responde que, sí, que lo hacía de forma espectacular y se notaba que tenía mucha experiencia mamando. La jovencita traviesa, aprieta con sus manos esa tranca y le confiesa que ha mamado varias pollas, pero jamás una madura y que fuera tan dura y grande como la de él. Eduardo sonriendo le dice que siempre hay una primera vez para todo y sabe que ambos van a disfrutar de esta experiencia. Belén como si hubiera sido motivada, continuó tragando ese pene y no paro hasta tenerlo todo adentro de su boca. 

Eduardo no podía creer que otra jovencita era capaz de comerle toda verga, soltando unos eufóricos gemidos, llama la atención de Romina. La joven, cubriéndose con una toalla abre la puerta y se acerca a las escaleras en donde exclama, –“¡¿Tío Eduardo?!"- al oír aquello, el maduro deja de quejarse de placer y mira a Belén con un rostro de terror. –“Estoy en la cocina”- contesta el hombre agitado, aprovecha para susurrarle a la morochita que continuaba mamándole la polla, –“Sígueme"- la muchacha se retira el miembro del maduro y gateando lo sigue, quien simula estar cocinando. 

Él no mostraba preocupación, ya que el mueble de la cocina ocultaba que estaba desnudo y tenía su polla sujetada con una mano, esperando que Belén se acerque. Ella al hacerlo, lo queda mirando con la intención de volver a meterse ese miembro en su boca, pero antes que haga algo, Eduardo le susurra que se quede en esa posición y no suba, ya que Romina podía verla y no querían que eso pasara. Ella murmulla, –“Dilo por ti, porque a mí me encantaría que nos atrape y vea que, si puedo hacerte feliz”- 

El hombre le pregunta si había dicho algo, ella responde que nada. Allegándose un poco más, Belén en un tono muy travieso le pregunta al maduro si podía jugar con su polla por mientras, Eduardo sonriendo, le responde que sí, pero que no hiciera mucho ruido. La morochita toma entre sus manos ese mástil y se lo lleva hacia sus tetas, pajeándolo suavemente, no conforme con eso, la muchacha abre su boca y comienza a chupar la glande. 

El maduro, cierra los ojos y muerde su labio inferior, para no gritar de placer, en ese instante Romina aparece en la cocina. Con inocencia le pregunta a Eduardo, qué estaba haciendo. Él tratando de no dejar salir un jadeo o de tartamudear, le responde que cocinaba. 

Romina: ¿Cocinas con tu torso desnudo? No te preocupa, ¿qué te vayas a quemar tío?

Exclamó la jovencita sin sospechar que su amiga, se encontraba en ese momento comiendo la pija del hombre, cómo ella lo había hecho la noche anterior.

Eduardo: No... Además, hace mucho calor.

Romina: Sí, en eso tienes razón tío... Hace bastante calor… Oye, ¿y dónde está Belén?

Eduardo: Tu amiga... 

El maduro agacha su mirada y ve a la morochita, quien había dejado de pajearlo con sus tetas y solo se concentraba en chuparle el pene a un gran ritmo. Como si estuviera muy hambrienta. 

Eduardo: Ella salió a comprar un gran plátano y un buen litro de leche...

Romina: (Confundida) ¿Qué?

Eduardo: Quiero decir, le pedí que vaya a comprar unas cosas que me faltaban y ella muy amablemente, acepto ir. 

Romina: Aaah, entiendo... Bueno, no te quito más tiempo tío, voy a vestir, ¿ok?

Eduardo: Ok...

Belén, desde que escucho a su amiga, sintió un cachondeo enorme, una excitación extravagante. Solo quería que la viera tragando esa enorme tranca, demostrarle que era la mujer ideal para Eduardo, por lo cual decidió sentarse de rodillas y así su cabeza quedaba visible. Sin embargo, Romina ya se había ido, Eduardo maravillado por la mamada que estaba recibiendo, coloca una de sus manos en la cabeza de la morochita y la empuja hacia su polla, para que se la mamen más rápido. Ya estaba comenzando a botar chorros de esperma, solo era cuestión de tiempo que terminara de correrse. 

Deseo Prohibido. Capítulo Vll:


Eduardo: Ooohhh, Dios míoooooo... Belén... Eres una Diosaaaaaaaaa... Una Diosaaaaa mamandoooooo...
 
Murmuró Eduardo, mientras llenaba la boca de la muchacha con su esperma. Romina que entraba al cuarto del hombre quedo confundida, pues escucho el balbuceó del maduro, pero no entendió lo que manifestó, por la distancia y el bajo volumen de voz. Belén se tragó todo lo que el hombre le dio, sonriendo se saca el pene de su boca y se saborea los labios.

Belén: Wow... Eso fue increíble.

Eduardo: (Agitado) Fue espectacular... ¿Quieres continuar?

Belén: (Sonriendo pícaramente) Eso no deberías preguntarlo, porque claro que quiero continuar. Quiero que me hagas de todo, con tu gran verga. 

La jovencita se puso de pie y le da un beso muy apasionado al hombre. Luego de eso, él toma su pantalón y ella recoge el brasier su bikini el cual había quedado tirado en el piso y visible para Romina al igual que su celular, que aún estaba en el mesón. La morochita pensaba. –“Cómo Romina no se dio cuenta de estas cosas, ¿es ciega o qué? Bueno da lo mismo, este solo fue la primera de muchas oportunidades para que esa tonta nos atrape “- Eduardo guía a Belén a la pequeña habitación, donde Piero y Lorena, habían cogido aquel domingo. 

Eduardo: Bien, aquí nadie nos va a molestar o interrumpir.

Belén: ¿En serio?

Eduardo: Sí, nadie suele venir hacia aquí y no importa cuánto grites de placer, porque no te van a oír.

Belén: Vaya... Aunque debo admitir que, por mí no hay problema que Romina o tu prometida o cualquiera nos encuentre teniendo sexo. 

Eduardo: (Sonriendo) Eres muy traviesa.

Belén: Sí, lo soy y prometo hacerte disfrutar mucho más de lo que ya he hecho.

Eduardo: Y yo de cumplirte tus fantasías. 

Ambos de forma juguetona se vuelven a besar y con sus manos exploraban sus cuerpos. Él termina de dejar desnuda a la jovencita y soba su pija con la vulva húmeda de ella. Con sus manos agarra el culito redondo de la jovencita, el cual aprieta y la hace suspirar.

Belén: Oooohh, Eduardo... No resisto más, quiero tu gran trozo de carne dentro de mi chochito.

El maduro, toma a Belén de la cintura y la recuesta en el sofá. Acerca su pene a esa hambrienta joven vagina y la penetra con fuerza. De una estocada, clava hasta la mitad de su miembro, la morochita suelta un gran grito, pero rápidamente le pide al hombre que continúe, que deseaba tenerla toda adentro. Él sin esperar más, comienza a mover su cintura, metiendo y sacando su polla que cada vez llegaba más profundo. 

Las tetas de Belén rebotaban y sus gemidos era un recital para Eduardo, quien comenzaba a aumentar más el ritmo, provocando el orgasmo en la muchacha. Él baja la intensidad de sus penetraciones, ella agitada lo besa y le dice provocativamente. 

Belén: Diooooooooosss... Que pollón tienes... Me vuelves loca y adictiva a ti con cada estocada que me das. 

Eduardo: ¿Jamás te habían cogido así, putita?

Belén: Noo, tú eres un animal y me encanta.

Eduardo: Solo diré que te preparares para seguir disfrutando...

El hombre vuelve a tomar de la cintura a la jovencita y nuevamente taladra ese chochito con embestidas rápidas y fuertes. Ella sentía como era dominada por ese tronco maduro, no pensaba en otra cosa que no fuera sexo y el placer que estaba recibiendo. Aullando como una gran puta, Belén comprendía que iba a tener que hacer un gran esfuerzo para no desmayarse ante esa brutal cogida que recibía. 

Eduardo por su parte, sentía como se calentaba más y más con cada estocada que daba y al ver esas tetas brincar, por lo cual decide ponerse a jugar con esos senos ébanos y morder los pezones, mientras no le daba tregua a la jovencita con sus penetraciones. La morochita sumergida en el gozo tiene otro orgasmo, tan grande como el anterior, pero sentía que era mejor, ya que el hombre no dejaba de clavársela y ella de mover sus caderas, pidiendo más de esa verga. 

Eduardo comprendía que él se estaba convirtiendo en el hombre que más odio, su tío Alonso. Ya que no podía controlar su lujuria y dejar de disfrutar de los chochitos jovencitos, que estaban deseosos por ser follados. Solo pensar en eso, lo motivo a aumentar sus estocadas, haciendo que Belén ya no le quede voz de tanto gritar y solo goce de esa gran follada que estaba recibiendo. Romina sentada en su cama trataba de calmar el ardo de su culo, para poder recibir esa tranca que su amiga deleitaba en ese instante. 

La joven pensaba que con esa primera noche de placer, él solo sería de ella, pero estaba completamente equivocada como lo estaba Belén, que se imaginaba a su amiga entrando en la habitación y la encontraba teniendo sexo con el maduro. Romina se quedaba paralizada tras verlos gozar del uno al otro, la morochita bien presumida le decía que había logrado lo que tanto había soñado y fantaseado últimamente, además podía ser la mujer idónea para el hombre. 

Si Belén supiera que Romina ya había cogido con Eduardo, su orgullo sería golpeado. Tras esa fantasía, la jovencita volvía a correrse y al terminar de hacerlo un celular suena, haciendo que el sexo quede en suspenso. 

Eduardo: ¿Qué diablos?

Belén: (Agitada) Es mi celular... Tal vez me llama mi mamá... Disculpa.

La muchacha se separa de Eduardo y gateando toma su celular que estaba en el suelo. Ella no se había equivocado, su madre era quién la estaba llamando. Ella contesta, sin embargo, la posición en la que se encontraba provocaba mucho al maduro, quien, sonriendo, se acerca sin hacer mucho ruido. –“Hola mamá, ¿paso algo?”- preguntaba la joven aun recuperando el aliento. Mientras Belén hablaba con su madre, Eduardo se acomodaba y perfilaba su erecto miembro, para volver a penetrar ese chocho adolescente. 

Ella ignorando aquello seguía hablando tranquilamente con su madre, no obstante al sentir esa tranca entrando nuevamente en su vagina, soltó unos gritos de placer y de sorpresa. Su madre al escuchar esos quejidos, le consulta qué le había pasado, pero ella no le contesta. Sorprendida mira hacia atrás de ella y observa a Eduardo, quien comenzaba a mover sus caderas y la sostenía de la cintura. Belén mordiéndose los labios le susurra, –“Métemela de una vez"- por mientras su madre preocupada le vuelve a preguntar, si le ocurría algo. 

La muchacha responde que no. A ambos le encantaba la escena morbosa que se estaba dando. El maduro, volviendo a embestir con fuerza, se acerca al oído de la jovencita y le susurra. 

Eduardo: Dile la verdad a tu mami. Que estas disfrutando de mi polla madura...

Belén: Uuhhhm... Mierda...

Eduardo: Vamos, dile... Dile que ahora eres mi putita.

Belén: Uuuugghh... Ooooohhhh... Hhhhmmm...

–“Hija... Hija, ¿estás ahí?”- preguntaba la mujer con cierta confusión, sin embargo, la muchacha no podía responderle, porque Eduardo cada vez más cachondo por la situación, la penetraba más rápido y la nalgueaba, haciendo que la joven tenga que ahogar sus gritos, ella deseaba que su madre termine la llamada, pero no lo hizo. Pasaron cerca de cinco minutos, para que Belén finalmente pueda decir algo, agita y con la voz entre cortada le comenta a su madre que todo estaba bien pero que la disculpe, ya que no podía seguir hablando con ella. 

Justo en ese momento que iba a colgar, su madre le responde que no lo haga, ya que alguien quería hablarle. Aquella persona era nada menos que su novio, quien algo preocupado le consultaba si le había pasado algo o estaba molesta con él. La jovencita, no entendía a qué se refería el muchacho con esas preguntas. Lo peor para ella, es que sus gemidos, el sonido de sus tetas rebotando, las nalgadas y el pene del maduro entrando y saliendo de su vagina, eran cada vez más difíciles de ocultar.

Belén: Hhhhmmmm... No sé de qué me hablas... Amor... Uuuhhhmm...

Eduardo: Dile... Amor... Estoy cogiendo con un hombre de 35 años... Y coge mucho mejor que tú... 

Belén: Uuuhhgg... Uuuhhmmm... Hhhmm... Nnngg... (Mirando a Eduardo) Te juro que me encantaría decírselo... Pero esta mi madre y no quiero que ella descubra que soy una cualquiera. 

–“¿Amor, te encuentras bien?"- preguntó el muchacho con inocencia, mientras la jovencita trataba de ahogar sus suspiros y resistir las embestidas del hombre. De un momento a otro Eduardo paro, sacando totalmente su miembro de la vagina de la morochita, se pone de pie y se aleja de ella. Dándole privacidad para que pueda hablar con su novio. 

Sin embargo, en vez de hacer aquello, Belén se sentía desesperada y se levantó también, siguiendo al maduro. Mientras que en el celular se escuchaba, –“¿Amor?, amor ¿estás ahí?"- Eduardo sorprendido ve como ella se le acerca y lo besa. Entonces él decide cargarla y vuelve a taladrar su coñito, igual a la fantasía de ella. La muchacha gime con fuerza, sin importarle que fuera escuchada por su pareja o su madre. En ese momento, termina la llamada y deja caer su celular al suelo.

Eduardo: Ooohh, putita... Pensé que no querías que tu madre descubra tu verdadera cara, por eso te había dado privacidad, para que hables con el cornudito y ella.

Belén: Uuuuhhh... Eso quería, pero cuando sacaste tu pija... Hhhmmm... Me di cuenta de que, no me importa si mi madre descubre que soy una perra, solo necesito y quiero tu tranca dentro de mí... Ooooohhhh.... Además, pronto él y mi madre sabrán que tú eres mi macho y yo tu putitaaa… 

Eduardo no le da descanso a la muchacha y solo aumenta el ritmo de la follada. Además, vuelve a nalguearla, haciendo que ella explote en placer. 

Morocha



Belén: Oooohhh, Dioooosss... Sííííí... Sííííí... Síííííí... Hhhmmm... Rómpeme el coño con tu pollón... 

Belén motivaba a Eduardo para que le siguiera follando con fuerza. Ambos amantes se besaban, mientras que el celular de la jovencita sonaba y sonaba. Romina sin sospechar lo que ocurría en ese pequeño cuarto, se preguntaba en dónde se habría metido el maduro.

Belén: Más, más, más, más... Oooohhhh.... Uuuuhhhh...

Eduardo: Uuuhgg... Ya estoy cerca putita...

Belén: Adentrooooo... Córrete dentro de mí... 

Eduardo le hace caso y se corría dentro de ella, Belén al sentir como el semen del maduro entraba y le llenaba la vagina, experimentaba un nuevo orgasmo. Tras terminar de correrse, él aún tenía cargada a la morochita y con su polla dentro de su coñito, la besa con vehemencia como una forma de darle las gracias por haberlo dejado satisfecho. Luego la recostó en el sofá para que la jovencita descansada unos minutos. Sacando su miembro dentro de ella, ve como ese joven coño botaba el semen que él había depositado, dándose cuenta de que había soltado una gran cantidad dentro de la muchacha. 

Belén: Wow... Realmente eres increíble... Jamás había cogido así... Jamás me habían llenado el chocho como lo acabas de hacer. 

Eduardo: (Sonríe) Me alegra que te haya gustado, putita... Tú también estuviste genial... Ahora, contéstale a tu novio, que no ha dejado de llamar. 

Belén: Bien, pero no te coloques el pantalón aún... 

Eduardo: ¿Por qué?

Belén: (Muerde sus labios) Porque quiero saborearla un poco más.

Eduardo le hace caso y se queda parado sin cubrirse, su polla en ese momento ya se encontraba flácida. La muchacha recoge su celular que estaba en el suelo y regresa donde el hombre, toma su pene y lo masajea hasta que comienza a tomar forma nuevamente. Finalmente se puso erecta, cuando ella contestó su celular y dijo, –“Lo siento amor, pero estaba muy ocupada"- al mismo tiempo que hablaba con su novio, mamaba una vez más el miembro del maduro. 

Belén: Así es... Lo siento... Hhhhmmm... Ngggghhh... Glup... Estoy comiendo un gran trozo de carne blanca... Gloup, gglooop... Sí, blanca... Es la más sabrosa y jugosa carne que he comido... Nnnhhgg... Mmmmnhhh... No te imaginas cuanto lo disfrutooo... 

El maduro, trataba de no gemir tan fuerte. 

Belén: Mmmmm... Ya veo... Gluup, gloop, gloup... Aaahhh, yo también te quiero y te extraño... Uuuhhggg... Como me gustaría que estuvieras ahora mismo aquí conmigo... Y me vieras comer, esta hermosa... Po... Mmmmhh... Glllooouupp... Lla... Nnnghh, nnnggghhh, nnggghhh... Te dije carne... Es una delicia... Ok, hablamos más tarde... Bye, bye... 

La muchacha cuelga y se mete todo ese miembro en su boca, Eduardo finalmente podía gemir, sin problema alguno. 

Eduardo: Ooooohhhh, mierdaaaa... No puedo creer que mientras hablabas con tu novio me comieras la verga...

Belén: (Se la retira y sonríe) Qué querías que haga... Si tu pija ya me tiene adictiva a ella... No puedo vivir sin saborearla o tenerla dentro de mí...

Eduardo: Bueno putita... Es suficiente por hoy, tengo que ir a ver a Romina...

Belén: ¿Qué?, noooo... Sigamos cogiendo... Que importa Romina, que nos encuentre y nos vea... Que vea cómo me haces tuya mi semental y yo te hago feliz...

Eduardo: Belén... Te juro que me gustaría seguir divirtiéndome contigo, pero tengo también otras responsabilidades, la mamá de Romina me dejo cargo de ella. Además, Romina puede llamar a tu madre al no verte y que tardas demasiado en regresar de comprar supuestamente y preguntar si fuiste para allá. Entonces se armaría un gran lío, ¿no crees? 

Belén: (Se levanta) Ok... Lo que tú quieras agua fiesta. 

Eduardo: (La toma de la cintura) Tal vez, si te quedas esta noche, cuando todos estén durmiendo, te vaya a visitar putita. 

Él la besa de forma muy cachonda y ella le muerde los labios, ambos habían sentido una gran conexión esa tarde, aunque él solo la veía como la putita con la cual iba a satisfacer sus ganas de coger cuando Romina no pudiera complacerlo. 

Belén: Si no vas a verme, yo iré por ti... ¿Entendido?

Eduardo: (Sonriendo) Entendido, putita...

Eduardo toma su pantalón y se lo coloca, luego le pasa a la morochita unas prendas de Vicky que había en la habitación. Él se pone una camisa que encontró y cuando ambos estaban vestidos, salen de la habitación. Caminando por el salón se encuentra con Romina.

Romina: Y ustedes, ¿en dónde estaban? 

Belén se coloca adelante del hombre y aprovechándose de la oscuridad del lugar mete su mano en el pantalón de él y le agarra el pene. Eduardo sorprendido, se le van de la cabeza las palabras que iba a decir, así que es la morochita quien responde.

Belén: Salimos a dar una laaaaaaarga vuelta y hablamos de cosas que nos pasaron durante no nos habíamos visto, espero que no te moleste. 

Romina: No, claro que no.

Belén: Además, Eduardo disfruto de mi compañía... ¿Verdad?

Eduardo: (Mordiendo sus labios) Sss... Síí...

Belén pícaramente comenzaba a pajear a Eduardo, pues tener al frente a su amiga, había despertado una vez más su apetito sexual. Él cerraba los ojos intentando controlarse y no caer en el juego de esa traviesa negrita. Romina por su parte se encontraba con temor en su interior, así que ignoraba lo que estaba ocurriendo delante de sus ojos, ella solo miraba al rostro del maduro y le preguntaba si podían hablar a solas por unos minutos, él le contestaba que sí, logrando mantener la calma. 

Belén deja de masturbar a Eduardo porque veía que no tenía caso en seguir si a él no se le levantaba y se retira, Romina se acerca más al maduro y le dice en un tono bajo.

Romina: Mi mamá me llamo y dijo que tiene que hablar algo delicado contigo, tío... 

Eduardo: ¿Algo delicado? 

Romina: Sí, y temo que se haya dado cuenta lo que paso entre nosotros... Porque sonaba muy molesta y angustiada. 

Eduardo: Pero ¿cómo se iba a enterar de lo nuestro?

Romina: No lo sé, tío... Pero tengo miedo... Miedo que nos separe... Yo no quiero irme de tu lado, menos ahora que sabes de mis sentimientos y hemos cogido.

Eduardo la abraza y la consuela, asegurándole que Lorena lo más seguro quería hablar con él de otro tema y si sabía lo de ellos, iba a defenderlo y no iba a permitir que los separen. Justo en ese momento, tocan la puerta, el maduro calmado se acerca a la entrada para abrir, la muchacha asustada e inquieta se asomaba para ver si era su madre, sin embargo, vio entrar a Vicky, Eduardo se quedaba perplejo al verla. 
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Romina por no escuchar a Vanessa, ha dejado que Belén se entrometa en sus planes. En fin, gracias a todos los que se dan el tiempo de leer mis relatos y espero que este fuese de su agrado.

2 comentarios - Deseo Prohibido. Capítulo Vll:

JukUik +1
Ufff que calentón! ahora a esperar cual va a ser la actitud de Eduardo con Vicky... Está poniendose aún más interesante la cosa😨😨😨. Ojala y salga relativamente pronto el siguiente capitulo!! y tambien el de vacaciones candentes... tengo que re-leer ambashistorias por que no me di cuenta en que momento se cruzaron 😱😓
LyonF8 +1
😅 Originalmente, este relato iba a ser la continuación de “Vacaciones Candentes”, sin embargo, tuve un problemilla con el computador y se me borraron varias cosas, entre ellas los capítulos de “VC”. Para mí mala fortuna ya había publicado el primer capítulo de los especiales de "VC" y no quería estar inactivo por 1 o 2 meses, mientras volvía a escribir todo de nuevo, después de una pausa que tuve como de dos años. Así que adelanté “Deseo Prohibido”, cambiando varias cos
JukUik
Uuuuh que mala suerte 😱😰 ya hubiese podido leer los capitulos de VC, la conchaaaa...!!! Bueno pero veo que llevas buen ritmo otra vez, sigue asi que estan brutale las 2 historias, me tienes enganchado! un saludo amigo👍😉
ClonAngeluzMage
Puedes resubir el capitulo 6, ya que fue eliminado o bien enviarmelo por mp para no perder el hilo de la historia. 🙏