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Mi joven vecino 6

Mi joven vecino 6

La semana siguiente volvieron los encuentros con Hugo, los Martes y los Jueves, cada vez él tomando un perfil más dominante, yo cada vez más obediente, los dos cada vez más calientes. Durante el tiempo en que las relaciones con mi marido se habían enfriado, sabía que él muchas veces se quedaba hasta tarde viendo porno, no siempre se masturbaba pero si miraba, creía que no me daba cuenta, pero estaba tan enojada en esos momentos que no me importaba lo que hiciera. Usamos la misma computadora, él no sabe demasiado, yo se bastante más que él. El jueves volví caliente de hacerlo con Hugo, quería cada vez más, me puse a ver y encontré en el historial los videos que mi marido había visto, la mayoría de maridos cornudos, mujeres dominantes, unos cuantos de la práctica de strapon, que hasta ese momento no lo conocía y después había un par de videos que cuando los vi me empecé a masturbar automáticamente, mi temperatura se elevó hasta las nubes, en uno de ellos el marido en cuatro en la cama vestido con ropa interior de mujer y el amante de la esposa cogiéndolo, no lo podía creer, la esposa le hablaba al marido humillándolo y de a ratos acariciaba al amante y de a ratos al marido, era en ingles pero entendía bastante lo que decía. No podía creer lo que veía, me masturbaba pensando en que podía hacer algo así, que me calentaba, pero sabía también lo difícil que sería que mi esposo llegara a algo así, una cosa es fantasear y otra concretar, de hecho, no hablaba casi nada del tema de Hugo, me parecía que yo tenía que tomar las riendas de la situación, mientras me masturbaba empecé a decir en voz alta, como si mi marido estuviera escuchando…
-Así que queres ser mi cornudo… eh… ser mi putita… que tenga amantes y que te hagan el culito también… ahhh… míralo al cornudo… quiere que la mujer no sólo tenga machos… sino que también se coja a la perrita… y más adelante que mis amantes te cojan… -acabé como una cerda mientras me hablaba en voz alta como si alguien más estuviera en la habitación.
Me dí una ducha y preparé la cena, una carne al horno, quería hablar del carnicero, por eso la carne, me encantaba la idea y me daba cuenta que quería subir las apuestas, ver hasta donde llegaba mi marido.
Me arreglé con un sujetador que había comprado, que sólo levantaba las tetas, pero no cubría los pezones, una camisa muy transparente una tanga y una falda corta elastizada, que marca mi culazo y la tanga incrustada en él, puse la mesa con velas y esperé que llegara mi marido, me miraba desorbitado,
-Y esa camisa… y el sujetador…?
-Te gustan papi… los compre para que podamos jugar… me quedan bien…
Se vino hacia mi y empezó a sobarme, con tono serio le dije.
-No… las manos quietas… sentate que te voy a servir una copa de vino…
Obedeció en seguida, buen signo pensé, estaba como embobado con la situación, como si nunca hubiera esperado que algo así suceda.
Le llené su copa de vino tinto, inclinándome dándole un primer plano de mis pechos, serví mi copa y le propuse un brindis.
-Porque brindamos… -preguntó.
-Brindamos por que se enriquezca nuestra vida sexual…
Levantó su copa y brindamos
-Preparé una carne deliciosa… me dio lomo hoy Hugo y me la cobró como si fuera el corte de siempre… querés saber que me dijo también…
-Que te dijo…
-Que me la puede traer a casa… le dije que los vecinos seguro chusmearían, que eso eran, unos chusmas… y me dijo que podríamos vernos y tomar algo… conocernos un poco más…
Mi marido estaba excitado pero en silencio, no decía ni una palabra.
-Que te gustaría más… que venga a casa o que vaya con él a algún lugar..?
-Como fantasía decis…
-Como una fantasía a concretar… mas tarde o más temprano…
Se puso de pie y me apretó contra él apretándome el culo, lo separe indicándole que se sentara.
-Tenes que aprender modales me parece… estoy hablando de cosas serias y me manoseas como si fuera un corte de carne del carnicero… Anda para el baño, desnúdate que te voy a pajear… pensaba hacer el amor con vos esta noche pero pareces un perro alzado… esperame desnudo, al lado de la pileta del baño…
Se fue enseguida para el baño, la excitación que yo sentía con toda esta situación creo que era el triple de la de mi marido, aunque notaba que el estaba desbordado también. Esperé un rato y fui para el baño, lo rodee desde atrás y apoyando mis tetas en su espalda, le agarré su miembro que estaba durísimo con mi mano derecha. El me miraba por el espejo.
-No quiero que me mires, baja la vista y mira la pileta del baño… donde va a caer tu leche… pareces un perro caliente… -bajo la vista, su miembro cada vez más duro. Empecé a pajearlo despacio.
-Tenes que aprender modales me parece… para que aprendas un poco ya se que vamos a hacer, el sábado vamos a ir temprano a la carnicería, voy a ir así vestida… -levanto la vista buscando la mía. – Mira a la pileta…!!! donde va a ir tu leche…!! y si no cambias, va a ir seguido ahí… vamos a ir temprano, vamos a entrar juntos… yo no pienso hablar… vos le pedís la carne y hablas con él… si te pregunta algo te arreglas vos… yo soy de palo… sólo le voy a dar un primer plano de mis tetas… seguro le van a gustar no… ya me sobo el culo… -aceleré la paja y acabó casi gruñendo. Más que nunca acabo, aunque nunca es muy abundante ya. Quedo como vencido, intento buscar mi mirada pero ya estaba saliendo del baño,
-Limpia la pileta, lávate las manos y veni a comer… arruinaste una noche romántica… y claro, el señor se vació las pelotas y yo me quedo caliente… muy bien… como siempre… Pero ahora vamos a buscar alguna alternativa para resolverlo…
El sábado me levanté temprano me vestí como el jueves pero no me puse tanga, los cachetes de mi culo se notaban un montón, sin la tanga me parecía demasiado, pero quería tensar más la soga todavía. Le preparé un desayuno con jugo de naranjas, tostadas, café con leche y se lo llevé a mi marido a la cama, abrí la persiana para que entrara la luz de la calle, eran las ocho y media.
-Arriba dormilón… te traigo el desayuno… -cuando me vió no lo podía creer, no dijo palabra, me miraba casi babeando y noté su dureza bajo la sabana, le apoyé la bandeja, me aleje un poco y moviendo mi culo le dije, se nota demasiado que no tengo tanga no…?
-Así no podes ir a ningún lado… -dijo con tono serio.
-No así no…!!! Llevo la campera arriba y cuando entremos a la carnicería me la saco…
-Amor no podes ir asi… -dijo con tono serio.
-Yo quiero que puedas elegir… por eso te doy dos opciones… vamos juntos a la carnicería… y vos hablas con el carnicero… o voy yo sola y le pregunto si sigue en pie la oferta de ir a tomar algo y conocernos mejor… -salí de la habitación moviendo exageradamente mis caderas, sonriendo al salir. Le grité desde la cocina,
-Avisame que decidis…!!!
A los quince minutos estaba vestido parado en la puerta de la cocina.
-Esto me parece una locura…
-Quedate en casa… yo compro la carne… quiero el mejor pedazo…




1 comentarios - Mi joven vecino 6

Pervberto +1
Crece la excitación como un incendio arraador.