Juan vino como de costumbre a traerme agua, vino tarde tipo 20:00, pero no fue lo único raro, sino que vino muy bien vestido Jeans, camisa y esa sonrisa que me detona la cabeza. “Que bueno estas Juan”, le dije el sonrió, me miró y se mordió el labio. “Quiero comerte” le dije y no hizo falta nada más. Juan entró y apenas cruzó la puerta lo tomé del cuello y comencé comiéndole la boca, bajé mi boa por el cuello de juan y ese perfume que usa me hizo querer morderlo; mi mano se disparó a su entrepierna y la respuesta fue inmediata, no había manera de ocultar la erección de Juan, un segundo me llevó arrancarle la camisa y recorrer su pecho y abdomen velludo, y apenas un segundo más bajarle el cierre para liberar a la bestia sedienta de una boca tibia donde refugiarse. Con una mano Juan me tomó por la nuca mientras que con la otra guiaba su pija hacia mi boca y daba golpecitos en la cara haciéndome saber lo que se venía… me cogió la boca hasta el fondo, todo su abdomen y sus huevos me cubrieron la cara, mientras me obligaba a tragarme esa pija hermosa haciéndome imposible respirar, mas arcadas hacía yo, mas fuerte me retenía contra su cuerpo, podía sentir que el nivel de excitación de Juan era extremo, hasta que finalmente me liberó, no podía creer que me hubiera hecho eso sabiendo que había sido muy dulce en los otros encuentros, pero no podía decirle que parara, este Juan me encantaba. “Dame esa cola” me dijo mientras se desabrochaba el Jean y se lo bajaba sin quitárselo, intente ponerle un preservativo y me dijo “No, esta vez no” me puso de cara a la pared y sin decir mucho más, escupió en su mano, me lubrico la cola con los dedos de su mano derecha mientras presionaba mi cara contra la pared con la izquierda… “respira hondo me dijo” y sin decir mucho mas sentí como Juan invadía mi cuerpo, furioso. Sentí que mi cuerpo se aflojaba de golpe, como si fuera a desmayarme por esa mezcla hermosa de dolor insoportable y placer, con cada embestida de si pelvis sus manos ásperas, fuerte y esos brazos trabajados por cargar peso todo el día me apretaban más y más, Juan no hablaba solo gemía con fuerza, me animaría a decir que con furia por momentos… me liberó por unos segundos donde pude tomar aire, sólo para pasar sus brazos por debajo de los míos y juntar sus manos en mi nuca, como haciéndome una llave de lucha, me inmovilizó… nuevamente sentí que perdía el conocimiento, pero sentía el cuerpo de Juan pegado a mi espalda velludo y sudoroso, su respiración se hacía más intensa y cada envestida de su pija la sentía más profunda, más placentera… Juan acelero el ritmo de cogida, junto con su respiración hasta que de pronto se detuvo con gemido liberador, que se repitió varias veces suavizando su volumen con cada segundo que pasaba… Se quedó unos minutos dentro mío, podía sentir la pija de Juan latiendo en mi cola… ya no me sostenía con fuerza animal, me había liberado, pero me encantaba sentirlo aún dentro de mi cola liberando toda esa masculinidad que tanto me atrae, con todo su cuerpo apoyado en mi espalda… sus manos se posaron en mi cadera y por unos segundos me dio un par de envestidas mas yo que aún estaba en una éxtasis sostenida. Juan salió, me liberó y pude sentir toda la leche que él puso profundo en mi cola, escurriendo por mis piernas. Giré para verlo a los ojos y decir nada, me agarro la cara con sus manos y me dio un beso profundo, largo… así como estaba se acomodó su ropa, me acaricio la cara y se fue, así, como vino…
Juan
Juan vino como de costumbre a traerme agua, vino tarde tipo 20:00, pero no fue lo único raro, sino que vino muy bien vestido Jeans, camisa y esa sonrisa que me detona la cabeza. “Que bueno estas Juan”, le dije el sonrió, me miró y se mordió el labio. “Quiero comerte” le dije y no hizo falta nada más. Juan entró y apenas cruzó la puerta lo tomé del cuello y comencé comiéndole la boca, bajé mi boa por el cuello de juan y ese perfume que usa me hizo querer morderlo; mi mano se disparó a su entrepierna y la respuesta fue inmediata, no había manera de ocultar la erección de Juan, un segundo me llevó arrancarle la camisa y recorrer su pecho y abdomen velludo, y apenas un segundo más bajarle el cierre para liberar a la bestia sedienta de una boca tibia donde refugiarse. Con una mano Juan me tomó por la nuca mientras que con la otra guiaba su pija hacia mi boca y daba golpecitos en la cara haciéndome saber lo que se venía… me cogió la boca hasta el fondo, todo su abdomen y sus huevos me cubrieron la cara, mientras me obligaba a tragarme esa pija hermosa haciéndome imposible respirar, mas arcadas hacía yo, mas fuerte me retenía contra su cuerpo, podía sentir que el nivel de excitación de Juan era extremo, hasta que finalmente me liberó, no podía creer que me hubiera hecho eso sabiendo que había sido muy dulce en los otros encuentros, pero no podía decirle que parara, este Juan me encantaba. “Dame esa cola” me dijo mientras se desabrochaba el Jean y se lo bajaba sin quitárselo, intente ponerle un preservativo y me dijo “No, esta vez no” me puso de cara a la pared y sin decir mucho más, escupió en su mano, me lubrico la cola con los dedos de su mano derecha mientras presionaba mi cara contra la pared con la izquierda… “respira hondo me dijo” y sin decir mucho mas sentí como Juan invadía mi cuerpo, furioso. Sentí que mi cuerpo se aflojaba de golpe, como si fuera a desmayarme por esa mezcla hermosa de dolor insoportable y placer, con cada embestida de si pelvis sus manos ásperas, fuerte y esos brazos trabajados por cargar peso todo el día me apretaban más y más, Juan no hablaba solo gemía con fuerza, me animaría a decir que con furia por momentos… me liberó por unos segundos donde pude tomar aire, sólo para pasar sus brazos por debajo de los míos y juntar sus manos en mi nuca, como haciéndome una llave de lucha, me inmovilizó… nuevamente sentí que perdía el conocimiento, pero sentía el cuerpo de Juan pegado a mi espalda velludo y sudoroso, su respiración se hacía más intensa y cada envestida de su pija la sentía más profunda, más placentera… Juan acelero el ritmo de cogida, junto con su respiración hasta que de pronto se detuvo con gemido liberador, que se repitió varias veces suavizando su volumen con cada segundo que pasaba… Se quedó unos minutos dentro mío, podía sentir la pija de Juan latiendo en mi cola… ya no me sostenía con fuerza animal, me había liberado, pero me encantaba sentirlo aún dentro de mi cola liberando toda esa masculinidad que tanto me atrae, con todo su cuerpo apoyado en mi espalda… sus manos se posaron en mi cadera y por unos segundos me dio un par de envestidas mas yo que aún estaba en una éxtasis sostenida. Juan salió, me liberó y pude sentir toda la leche que él puso profundo en mi cola, escurriendo por mis piernas. Giré para verlo a los ojos y decir nada, me agarro la cara con sus manos y me dio un beso profundo, largo… así como estaba se acomodó su ropa, me acaricio la cara y se fue, así, como vino…
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