Disculpen mis lectores si no escribí por unos días, pero siguieron pasando algunas cosas, que me dejaron algunas certezas y otras dudas.
El lunes, estaba cocinando y me corté un poco un dedo. Silvia me acompañó a la guardia. El médico me vio, me dijo que no hacían falta puntos, me vendó, y me preguntó si tenía la antitetánica. Le dije que me la había dado por calendario y me contestó que me vendría bien un refuerzo.
Fuimos con Sil a la farmacia y le di la receta al farmacéutico. Pensé que me iban a dar la vacuna ahí mismo, pero me dio solamente la jeringa llena para que me la aplique.
Silvia me miró y me dijo
-No te preocupes Ivi, yo hice un curso de enfermera y sé dar inyecciones.
Así que nos volvimos a casa.
Me dice
-Subí y ponete cómodo yo ahora voy.
Cierro la puerta, y me desnudo por completo, y me pongo boca abajo en la cama.
Ella golpea la puerta
-Ya estás listo?
-Si, pasá. Cómo me pongo?
-Ponete asi en el borde de la cama, con las rodillas en el piso.
Ahí, baje las piernas, pero las abrí bien. Ella se acercó. Claramente tenía mi cola bien abierta a disposición. Yo lo levantaba un poco, quería que pueda contemplar bien mis testículos. Ella se acerca, se agacha un poco, y me pone la inyección.
Si se hubiera incomodado, se habría ido en ese momento, pero no.
-Uy! tenés granitos en la cola!
-Ah si? uh yo no me la veo. Tengo muchos?
-Bastantes. Acá, acá, acá.
Y mientras decía eso iba poniendo el dedo sobre uno y otro.
-Bueno ya me tengo que ir a casa.
-Bueno, gracias.
Y bajó.
En ese momento, por primera vez me dieron ganas a mí, de espiarla.
Escuché que bajaba a cambiarse y bajé unos segundos después.
Le grité mientras bajaba que estaba buscando una remera, si la había visto y me dijo que no.
Ahí bajé y miré por la cerradura del baño donde se estaba cambiando. Les recuerdo que no es una milf ni nada parecido. Es una señora entrada en años y en kg. Pero igual me daba ganas. Eran tipo las 18, todavía había un poco de luz natural, así que no prendió la luz. No podía divisar mucho. La vi sentada en el inodoro, de costado, con la bombacha por las rodillas y el corpiño. Tiró la cadena, se subió la bombacha y se paró. No era ropa interior sexy ni nada parecido. Se paró y la pude observar un poco. Tenía una panza importante, pero no me importaba. Claramente no le prestaba mucha atención a la depilación porque le salían pelos por el costado de la bombacha. Y las tetas, grandes pero bastante caidas, se transparentaban un poco, dejando ver que tenía unos pezones oscuros.
En ese momento todo medio que se oscureció. Yo pensé que se había acercado a la puerta y estaba tapando la cerradura. Intenté ver algo mas por unos segundos, y de repente se abre rápido la puerta y aparece ella ya vestida con su ropa de calle. Estaba bastante enojada.
-Estoy buscando mi remera negra, la viste?
-Si, si, buscando tu remera, claro.
Pero se fue normalmente, y al otro día me saludó como si nada hubiera pasado. Claramente le había molestado, pero no hizo un gran problema al respecto, no le habló a mi mamá ni nada. Lo que sí, la siguiente vez que pasé por el baño, vi que habia puesto un tapón de papel higiénico en la cerradura.
El lunes, estaba cocinando y me corté un poco un dedo. Silvia me acompañó a la guardia. El médico me vio, me dijo que no hacían falta puntos, me vendó, y me preguntó si tenía la antitetánica. Le dije que me la había dado por calendario y me contestó que me vendría bien un refuerzo.
Fuimos con Sil a la farmacia y le di la receta al farmacéutico. Pensé que me iban a dar la vacuna ahí mismo, pero me dio solamente la jeringa llena para que me la aplique.
Silvia me miró y me dijo
-No te preocupes Ivi, yo hice un curso de enfermera y sé dar inyecciones.
Así que nos volvimos a casa.
Me dice
-Subí y ponete cómodo yo ahora voy.
Cierro la puerta, y me desnudo por completo, y me pongo boca abajo en la cama.
Ella golpea la puerta
-Ya estás listo?
-Si, pasá. Cómo me pongo?
-Ponete asi en el borde de la cama, con las rodillas en el piso.
Ahí, baje las piernas, pero las abrí bien. Ella se acercó. Claramente tenía mi cola bien abierta a disposición. Yo lo levantaba un poco, quería que pueda contemplar bien mis testículos. Ella se acerca, se agacha un poco, y me pone la inyección.
Si se hubiera incomodado, se habría ido en ese momento, pero no.
-Uy! tenés granitos en la cola!
-Ah si? uh yo no me la veo. Tengo muchos?
-Bastantes. Acá, acá, acá.
Y mientras decía eso iba poniendo el dedo sobre uno y otro.
-Bueno ya me tengo que ir a casa.
-Bueno, gracias.
Y bajó.
En ese momento, por primera vez me dieron ganas a mí, de espiarla.
Escuché que bajaba a cambiarse y bajé unos segundos después.
Le grité mientras bajaba que estaba buscando una remera, si la había visto y me dijo que no.
Ahí bajé y miré por la cerradura del baño donde se estaba cambiando. Les recuerdo que no es una milf ni nada parecido. Es una señora entrada en años y en kg. Pero igual me daba ganas. Eran tipo las 18, todavía había un poco de luz natural, así que no prendió la luz. No podía divisar mucho. La vi sentada en el inodoro, de costado, con la bombacha por las rodillas y el corpiño. Tiró la cadena, se subió la bombacha y se paró. No era ropa interior sexy ni nada parecido. Se paró y la pude observar un poco. Tenía una panza importante, pero no me importaba. Claramente no le prestaba mucha atención a la depilación porque le salían pelos por el costado de la bombacha. Y las tetas, grandes pero bastante caidas, se transparentaban un poco, dejando ver que tenía unos pezones oscuros.
En ese momento todo medio que se oscureció. Yo pensé que se había acercado a la puerta y estaba tapando la cerradura. Intenté ver algo mas por unos segundos, y de repente se abre rápido la puerta y aparece ella ya vestida con su ropa de calle. Estaba bastante enojada.
-Estoy buscando mi remera negra, la viste?
-Si, si, buscando tu remera, claro.
Pero se fue normalmente, y al otro día me saludó como si nada hubiera pasado. Claramente le había molestado, pero no hizo un gran problema al respecto, no le habló a mi mamá ni nada. Lo que sí, la siguiente vez que pasé por el baño, vi que habia puesto un tapón de papel higiénico en la cerradura.
0 comentarios - Mi fantasía de exhibirme a mi segunda mamá (parte 3)