Esta semana hubo un par de avances y los quiero compartir con uds.
No les comenté mucho sobre la vida de Silvia. Ella es madre soltera, tiene un hijo unos años mayor que yo. En los años que lleva trabajando en casa, no le conocimos nunca una pareja. No es una mujer para nada sexual. Y tiene esta cuestión de que a veces tiene un trato conmigo medio como si yo fuera un nenito. Entonces todo lo que yo puedo hacer tiene que ser con mucho cuidado, porque no quiero que ella se lo llegue a tomar para mal, tengamos en cuenta que realmente es como si fuera mi segunda mamá, el amor que nos tenemos es muy grande.
Yo suelo usar boxers bastante sueltos, entonces cuando tengo entrenamiento, uso un slip que me compré especialmente para eso. Lunes y miércoles tengo rugby, entonces se me ocurrió que si dejaba el slip para lavar el domingo, el lunes no iba a hacer a tiempo a guardarlo. Volví del colegio y ya me tenía que ir a entrenar. Y quería empezar a tantear hasta donde podía llegar.
-Silvia! Viste mi slip para entrenar?
-Si! lo tengo acá ya te lo planché.
Entonces me acerqué hasta donde ella estaba planchando, con mi ropa de entrenamiento en mis manos.
-Bueno, dámelo por favor que estoy apurado, y no mires para atrás por favor.
Entonces me puse detrás de ella y me desnudé. Estaba excitadísimo. Desnudo justo al lado de ella, y ella podía darse vuelta en cualquier momento. Pero no lo hizo. Se ve que para ella tampoco era una situación en la que estaba segura. Me vestí rápido y me fui a entrenar, disimulando mi erección.
Esa noche, vuelvo de entrenar y me la encuentro en mi habitación, mirando tele. Me voy a duchar y vuelvo a mi habitación con la toalla en la cintura, y ella seguía ahi. Entonces nuevamente quise dar un pasito más.
-Tapate los ojos por favor, que me tengo que vestir.
Entonces ella se pone la mano al costado de la cara, como si fuera un tapaojos. En una posición en la que yo quedaba a su costado, y ella podía seguir mirando la tele, sin verme a mi mientras yo estaba contra el mueble. Me saqué la toalla, y se me ocurrió la excusa de colgarla en una silla, y por dos segundos, me puse entre el televisor y ella. En ese momento me tuvo que haber visto. Yo me hice el boludo porque ya le había dicho que se tape los ojos, así que si me decía algo, le iba a echar la culpa a ella. Pero no dijo nada.
Me puse el boxer y me acosté, y ella se fue, no sin antes acercarse a mi y hacerme unas cosquillas como si yo fuera un nene. Yo tengo muchas cosquillas y a veces medio que pierdo el control, pero en este caso, cada vez que le sacaba la mano de mis costados, se las trataba de llevar a mi pija, a ver si lograba al menos un roce. Pero no pasó, y quedó ahí.
El miércoles siguiente, me tocó entrenar de nuevo. Entonces se me ocurrió otra idea. Entré al baño y me desnudé, y desde adentro le pedí el slip. Siempre que esto había pasado, me lo había pasado en el típico movimiento de cuando alguien se olvida la toalla y se la pasan, pasando la mano por la rendija de la puerta.
En ese momento ella me hizo el chiste que me hacía siempre.
-Mirá que entro eh.
-Bueno, entrá.
En este caso la esperé desnudo, de espaldas, todavía no me animaba a mostrarme de frente. Cuando me vio, se sorprendió.
-Estás desnudo!
Entonces yo me hice el tonto
-Uy, si! Bueno, no es nada que no hayas visto mil veces antes. Perdón si te incomodé.
-No, que me vas a incomodar, si es verdad que ya vi mil veces antes.
Lo que pasó a continuación, me sorprendió. Me pellizcó la cola, como hacía cuando yo era chico, y me dejó para que me vista.
No les comenté mucho sobre la vida de Silvia. Ella es madre soltera, tiene un hijo unos años mayor que yo. En los años que lleva trabajando en casa, no le conocimos nunca una pareja. No es una mujer para nada sexual. Y tiene esta cuestión de que a veces tiene un trato conmigo medio como si yo fuera un nenito. Entonces todo lo que yo puedo hacer tiene que ser con mucho cuidado, porque no quiero que ella se lo llegue a tomar para mal, tengamos en cuenta que realmente es como si fuera mi segunda mamá, el amor que nos tenemos es muy grande.
Yo suelo usar boxers bastante sueltos, entonces cuando tengo entrenamiento, uso un slip que me compré especialmente para eso. Lunes y miércoles tengo rugby, entonces se me ocurrió que si dejaba el slip para lavar el domingo, el lunes no iba a hacer a tiempo a guardarlo. Volví del colegio y ya me tenía que ir a entrenar. Y quería empezar a tantear hasta donde podía llegar.
-Silvia! Viste mi slip para entrenar?
-Si! lo tengo acá ya te lo planché.
Entonces me acerqué hasta donde ella estaba planchando, con mi ropa de entrenamiento en mis manos.
-Bueno, dámelo por favor que estoy apurado, y no mires para atrás por favor.
Entonces me puse detrás de ella y me desnudé. Estaba excitadísimo. Desnudo justo al lado de ella, y ella podía darse vuelta en cualquier momento. Pero no lo hizo. Se ve que para ella tampoco era una situación en la que estaba segura. Me vestí rápido y me fui a entrenar, disimulando mi erección.
Esa noche, vuelvo de entrenar y me la encuentro en mi habitación, mirando tele. Me voy a duchar y vuelvo a mi habitación con la toalla en la cintura, y ella seguía ahi. Entonces nuevamente quise dar un pasito más.
-Tapate los ojos por favor, que me tengo que vestir.
Entonces ella se pone la mano al costado de la cara, como si fuera un tapaojos. En una posición en la que yo quedaba a su costado, y ella podía seguir mirando la tele, sin verme a mi mientras yo estaba contra el mueble. Me saqué la toalla, y se me ocurrió la excusa de colgarla en una silla, y por dos segundos, me puse entre el televisor y ella. En ese momento me tuvo que haber visto. Yo me hice el boludo porque ya le había dicho que se tape los ojos, así que si me decía algo, le iba a echar la culpa a ella. Pero no dijo nada.
Me puse el boxer y me acosté, y ella se fue, no sin antes acercarse a mi y hacerme unas cosquillas como si yo fuera un nene. Yo tengo muchas cosquillas y a veces medio que pierdo el control, pero en este caso, cada vez que le sacaba la mano de mis costados, se las trataba de llevar a mi pija, a ver si lograba al menos un roce. Pero no pasó, y quedó ahí.
El miércoles siguiente, me tocó entrenar de nuevo. Entonces se me ocurrió otra idea. Entré al baño y me desnudé, y desde adentro le pedí el slip. Siempre que esto había pasado, me lo había pasado en el típico movimiento de cuando alguien se olvida la toalla y se la pasan, pasando la mano por la rendija de la puerta.
En ese momento ella me hizo el chiste que me hacía siempre.
-Mirá que entro eh.
-Bueno, entrá.
En este caso la esperé desnudo, de espaldas, todavía no me animaba a mostrarme de frente. Cuando me vio, se sorprendió.
-Estás desnudo!
Entonces yo me hice el tonto
-Uy, si! Bueno, no es nada que no hayas visto mil veces antes. Perdón si te incomodé.
-No, que me vas a incomodar, si es verdad que ya vi mil veces antes.
Lo que pasó a continuación, me sorprendió. Me pellizcó la cola, como hacía cuando yo era chico, y me dejó para que me vista.
1 comentarios - Mi fantasía de exhibirme a mi segunda mamá (parte 2)