Los dÃas que siguieron fueron complicados. Me la paséescondida en mi pieza tratando de cruzarme lo menos posible con mi hermano y mivieja, por suerte con todo esto de la pandemia mi vieja bien podrÃa creer quelo que tenÃa era un episodio de depresión galopante, en vez de lo que en verdadtenÃa que era una vergüenza inconmensurable por ser una putita caliente que nose aguanta una semana sin cojer, en mi defensa aguante bastante. Estuve toda lasemana casi sin ver a familia por más difÃcil de creer que eso sea, solo salÃaal baño y buscar comida y agua, si querÃa usar la tele esperaba hasta que seaentrada la noche para salir y tener un momento de soledad fuera de mihabitación.
En todo este tiempo no hice más que usar el celular, básicamentese volvió parte de mi mano, me la pase viendo series, videos de dross, jugandojueguitos, respondiendo stories (cuando no estaba subiéndolas yo) y mensajeándomecon gente. Entre esa gente estaba Daniel, mi padrastro, también conocido comoquien yo creà que era mi papá de verdad por 17 años. Daniel es una personanormal te dirÃa, parecido a cualquier tipo que viste por la calle, es apenas másalto que yo, tiene el pelo casi gris por completo, contextura delgada sin serflaco, pancita sin ser gordo, agradable dentro de todo, simpático sin ser muygracioso y relativamente cómodo en lo económico sin tener para tirar paraarriba. Y a pesar de ser un tipo tan común yo tenÃa una relación extraña conél, igual extraña no significa mala, extraña significa fuera de lo común, y unpoco por mi culpa.
Lo bueno de hablar con Daniel es que me invitó, va enrealidad nos invitó a mi hermano y a mà a quedarnos unos dÃas en su casa ya quenos nos vemos hace meses y dice que nos extraña, la idea no me gusta para nada,a no ser que pueda convencerlo de que me invite a mi sola sabiendo lo que esosignifica. Lo cual me deja en una dicotomÃa, voy con mi hermano a pasar unosdÃas en lo de mi padrastro o voy sola, ambas ideas tienen sus complicaciones. Aambas complicaciones me las busqué yo.
En fin, me habÃa decidido por fin a que me invite a misola, incluso ya tenia planeado como incitarlo a que me invite solo a mÃ,cuando me escribió diciéndome que ya lo habÃa invitado a Román, pero que dijoque solo podÃa ir a comer que no podÃa quedarse a dormir, lo que significaba lopeor de ambas situaciones, pero bueno ya está, tendré que tolerar un dÃa con mihermano y unos dÃas a solas con Daniel, dios sabe que pasará.
El tema con Daniel es el siguiente, de pequeña siempresentà que hacÃa una diferencia entre nosotros, con Román, y me sentÃa realmenteapartada por eso, el tipo no me tenÃa en cuenta, o incluso por momentos meapartaba de situaciones. Hubo un tiempo en que creà que las diferencias lashacÃa porque yo era mujer y tenÃa favoritismo por su hijo varón, pero a mis 17me enteré la verdad. Daniel no es mi papá, no biológico al menos, mi viejaestuvo con otro hombre a espaldas de él y quedó embarazada de mÃ, ella le contóa los meses, se hicieron el genético y salió que yo era hija del otro tipo (alque nunca conocÃ). Cuando me enteré todo se me dio vuelta, el mundo se me pusode cabezas, pero con el tiempo se me fuero acomodando algunas piezas que tenÃasueltas en el tablero, sobre todo la parte en la que quien creÃa que era miviejo hacÃa tanta diferencia entre mi hermano y yo. Cuestión que con el tiempome empecé a cansar de las diferencias y dejé de tratar a Daniel como mi papá,empezando por llamarlo Daniel y no papá, lo que a él molestó y tuvimos variaspeleas por eso.
Un dÃa en particular estábamos discutiendo porque yoquerÃa salir a una fiesta que me habÃan invitado y él no me dejaba porque decÃaque era muy chica yo tenÃa 17 todavÃa a semanas de cumplir 18. Estuvimosdiscutiendo toda la tarde, él decÃa que no iba a ir, yo decÃa que él no eranadie para impedirme, él decÃa que es mi papá, yo decÃa que no lo es, él decÃaque me él fue quien me crÃo y me dio de comer todo este tiempo, yo le decÃa quetambién habÃa sido él quien se encargó de diferenciarme de su verdadero hijocada vez que podÃa. Peleamos, peleamos fuerte, sin guardarnos nada, y nosdejamos de hablar por un rato largo, a eso de las 8 yo empiezo a preparar laropa que pensaba usar a la noche, dejó todo listo sobre mi cama y me entro abañar, cuando salgo de bañarme envuelta en mi toalla me encuentro a Danielparado al lado de mi cama señalando a mi ropa.
-Que pensas que vas a hacer?
- ¿Voy a salir, que crees?
- OlvÃdate, vos no vas a ningún lado. – Dijo y agarro miropa de la cama descubriendo un conjunto de encaje bastante transparente quepensaba ponerme también.
- Deja ya mis cosas! – grite por el susto que me dio quevea mi conjunto – deja mis cosas y ándate!
- Quien te pensas que sos para darme ordenes en mi casa? ¿Quiénte pensas que sos para usar esto – dijo levantando la tanga con un dedo –cuantos años crees que tenes?
- Que te importa a vos que uso? Soy bastante grande comopara poder vestirme sola, gracias – termine de decir eso e intente agarrar mibombacha de su mano, pude agarrarla y sacársela, pero con el movimiento mitoalla se desprendió un poco dejando ver gran parte de mis tetas, no lo culponadie tiene tanto autocontrol, sus ojos se dispararon a mis pechos y seabrieron grandes como platos, mire mis tetas casi al aire, mis pezones asomándosepor debajo de la toalla y me apure en levantarla desatándola por completo en elintento, quedando completamente desnuda frente a mi padrastro, apenas malamentecubierta con la toalla.
Daniel se tapó los ojos a su debido tiempo, después dehaber visto suficiente de mi cuerpo desnudo (por suerte no vio las partesbuenas) dijo que no iba a salir y se fue de mi pieza llevándose mi ropa. Yo mequede encerrada en mi pieza enojada como nunca, llena de odio e impotencia, alcabo de una hora escuché que mi vieja se iba con mi hermano a llevarlo a lacasa de un amigo, mi cerebro empezó a trabajar rapidÃsimo pensando en que quizásme podrÃa colar en el viaje sin que Daniel se enterará, pero no llegué a pensarcómo iba a hacer que ellos ya se habÃan ido y yo seguÃa desnuda en mi cama. AsÃque ahà estaba sentada en mi cama, todavÃa desnuda, enojada, desbordada deimpotencia, con ganas de vengarme y con el pajero de mi padrastro que casi sele salen los ojos por verme media teta.
Y asà empezó todo, mi plan, mi venganza, mi relaciónextraña con mi padrastro.
En todo este tiempo no hice más que usar el celular, básicamentese volvió parte de mi mano, me la pase viendo series, videos de dross, jugandojueguitos, respondiendo stories (cuando no estaba subiéndolas yo) y mensajeándomecon gente. Entre esa gente estaba Daniel, mi padrastro, también conocido comoquien yo creà que era mi papá de verdad por 17 años. Daniel es una personanormal te dirÃa, parecido a cualquier tipo que viste por la calle, es apenas másalto que yo, tiene el pelo casi gris por completo, contextura delgada sin serflaco, pancita sin ser gordo, agradable dentro de todo, simpático sin ser muygracioso y relativamente cómodo en lo económico sin tener para tirar paraarriba. Y a pesar de ser un tipo tan común yo tenÃa una relación extraña conél, igual extraña no significa mala, extraña significa fuera de lo común, y unpoco por mi culpa.
Lo bueno de hablar con Daniel es que me invitó, va enrealidad nos invitó a mi hermano y a mà a quedarnos unos dÃas en su casa ya quenos nos vemos hace meses y dice que nos extraña, la idea no me gusta para nada,a no ser que pueda convencerlo de que me invite a mi sola sabiendo lo que esosignifica. Lo cual me deja en una dicotomÃa, voy con mi hermano a pasar unosdÃas en lo de mi padrastro o voy sola, ambas ideas tienen sus complicaciones. Aambas complicaciones me las busqué yo.
En fin, me habÃa decidido por fin a que me invite a misola, incluso ya tenia planeado como incitarlo a que me invite solo a mÃ,cuando me escribió diciéndome que ya lo habÃa invitado a Román, pero que dijoque solo podÃa ir a comer que no podÃa quedarse a dormir, lo que significaba lopeor de ambas situaciones, pero bueno ya está, tendré que tolerar un dÃa con mihermano y unos dÃas a solas con Daniel, dios sabe que pasará.
El tema con Daniel es el siguiente, de pequeña siempresentà que hacÃa una diferencia entre nosotros, con Román, y me sentÃa realmenteapartada por eso, el tipo no me tenÃa en cuenta, o incluso por momentos meapartaba de situaciones. Hubo un tiempo en que creà que las diferencias lashacÃa porque yo era mujer y tenÃa favoritismo por su hijo varón, pero a mis 17me enteré la verdad. Daniel no es mi papá, no biológico al menos, mi viejaestuvo con otro hombre a espaldas de él y quedó embarazada de mÃ, ella le contóa los meses, se hicieron el genético y salió que yo era hija del otro tipo (alque nunca conocÃ). Cuando me enteré todo se me dio vuelta, el mundo se me pusode cabezas, pero con el tiempo se me fuero acomodando algunas piezas que tenÃasueltas en el tablero, sobre todo la parte en la que quien creÃa que era miviejo hacÃa tanta diferencia entre mi hermano y yo. Cuestión que con el tiempome empecé a cansar de las diferencias y dejé de tratar a Daniel como mi papá,empezando por llamarlo Daniel y no papá, lo que a él molestó y tuvimos variaspeleas por eso.
Un dÃa en particular estábamos discutiendo porque yoquerÃa salir a una fiesta que me habÃan invitado y él no me dejaba porque decÃaque era muy chica yo tenÃa 17 todavÃa a semanas de cumplir 18. Estuvimosdiscutiendo toda la tarde, él decÃa que no iba a ir, yo decÃa que él no eranadie para impedirme, él decÃa que es mi papá, yo decÃa que no lo es, él decÃaque me él fue quien me crÃo y me dio de comer todo este tiempo, yo le decÃa quetambién habÃa sido él quien se encargó de diferenciarme de su verdadero hijocada vez que podÃa. Peleamos, peleamos fuerte, sin guardarnos nada, y nosdejamos de hablar por un rato largo, a eso de las 8 yo empiezo a preparar laropa que pensaba usar a la noche, dejó todo listo sobre mi cama y me entro abañar, cuando salgo de bañarme envuelta en mi toalla me encuentro a Danielparado al lado de mi cama señalando a mi ropa.
-Que pensas que vas a hacer?
- ¿Voy a salir, que crees?
- OlvÃdate, vos no vas a ningún lado. – Dijo y agarro miropa de la cama descubriendo un conjunto de encaje bastante transparente quepensaba ponerme también.
- Deja ya mis cosas! – grite por el susto que me dio quevea mi conjunto – deja mis cosas y ándate!
- Quien te pensas que sos para darme ordenes en mi casa? ¿Quiénte pensas que sos para usar esto – dijo levantando la tanga con un dedo –cuantos años crees que tenes?
- Que te importa a vos que uso? Soy bastante grande comopara poder vestirme sola, gracias – termine de decir eso e intente agarrar mibombacha de su mano, pude agarrarla y sacársela, pero con el movimiento mitoalla se desprendió un poco dejando ver gran parte de mis tetas, no lo culponadie tiene tanto autocontrol, sus ojos se dispararon a mis pechos y seabrieron grandes como platos, mire mis tetas casi al aire, mis pezones asomándosepor debajo de la toalla y me apure en levantarla desatándola por completo en elintento, quedando completamente desnuda frente a mi padrastro, apenas malamentecubierta con la toalla.
Daniel se tapó los ojos a su debido tiempo, después dehaber visto suficiente de mi cuerpo desnudo (por suerte no vio las partesbuenas) dijo que no iba a salir y se fue de mi pieza llevándose mi ropa. Yo mequede encerrada en mi pieza enojada como nunca, llena de odio e impotencia, alcabo de una hora escuché que mi vieja se iba con mi hermano a llevarlo a lacasa de un amigo, mi cerebro empezó a trabajar rapidÃsimo pensando en que quizásme podrÃa colar en el viaje sin que Daniel se enterará, pero no llegué a pensarcómo iba a hacer que ellos ya se habÃan ido y yo seguÃa desnuda en mi cama. AsÃque ahà estaba sentada en mi cama, todavÃa desnuda, enojada, desbordada deimpotencia, con ganas de vengarme y con el pajero de mi padrastro que casi sele salen los ojos por verme media teta.
Y asà empezó todo, mi plan, mi venganza, mi relaciónextraña con mi padrastro.
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