Era fin de semana, mi tío con 56 años pasaba el domingo con su novia, Graciela. Para ponerlos en contexto, mi tío había tenido algunas cuantas novias, muy lindas por cierto, eran MILFS hermosas, no el stereotipo de pelo porno con el que todo el mundo parece cruzarse, pero sí que eran MILFS auténticas y bellas. Era domingo por la mañana, a mis 27 años me encontraba en una edad increíble, tenía una gran vida social y trabajo. Entraba en mi casa, la de mi tío estaba pegada al lado de la mía; había sido una gran noche de boliche, faltaba haberme levantado a alguien, pero no fue la noche y estaba algo caliente.
Al acostarme totalmente desnudo (yo estaba solo así que tenía esa ventaja) me disponía a dormir con el sol que entraba por la ventana. En pocos minutos sentí unos gemidos, sí, era la novia de mi tío con él. Ambas casas estaban en construcción, y mi cuarto daba justo al cuarto de él ya que ambas casas estaban en el mismo terreno. Saber que mi tío tenía sexo no me representaba ningún morbo, pero su novia sí. Los gemidos se hicieron intensos, ella cada vez se soltaba más sin importarle nada, yo me pajeaba pensando en ella y en cómo sería en la cama; un rato después los gemidos parecían escucharse desde todos lados en la calma de un domingo a las siete de la mañana, nada les importaba. Al poco tiempo se dejaron de escuchar sus gritos de placer y terminé acabando sobre mi abdomen, post higiene me dormí aún caliente.
Graciela tenía 51 en ese entonces, rubia de pelo corto, un corte tipo americano que le quedaba espectacular, era muy bella de cara, piel blanca, muy alta y unas piernas firmes, culo redondo y pechos pequeños. Mi tío tenía ese gusto, culonas de pechos chicos, a veces altas y a veces petisas, y el muy desgraciado tenía la suerte de estar con ellas. Al mediodía ya no podía dormir más, por la ventana del mi cuarto la ví a ella colgado ropa recién lavada, cada vez que se agachaba se le escapaba la tanga negra, me fui a desayunar pensando en lo que había escuchado, por fuera uno mostraba respeto al ser la novia de mi tío, pero en la intimidad no era la primera paja que le dedicaba, la mejor paja había sido con el complemento de sus gemidos. Hacía tres años que estaban en pareja y parecían llevarse de maravillas. Ella ya me decía "sobrino", detestaba ese intento de apego de sus parejas, aparte sentía que me despojaban de mi virilidad, yo ya era un hombre y no su sobrino.
Terminado mis mates fui a saludar a mi tío, la puerta estaba abierta, tenía un comedor cocinar, un baño y su cuarto, lo justo y necesario, de la nada apareció Graciela quien sólo llevaba una tanga roja y un corpiño negro, se sorprendió (yo también). Volvió rápido al cuarto y empezamos a hablar:
_ ¡Buen día sobrino, perdón, no te escuché! tu tío fue a comprar pero ahora vuelve
Salió de nuevo descalza con una calza y una remera. Me saludó con un beso en la mejilla.
_ Me estaba cambiando, perdón....
_ No, no pasa nada, es que ví la puerta abierta y...
_ Sí, justo me ponía más cómoda, perdoname que tuviste que ver un cuerpo de vieja
_ No hable así de usted, es una mujer hermosa, bueno, pasaba nomás a saludar, cualquier cosa después vuelvo...
Graciela se mantenía mejor de lo que pensé, existen detalles propias de la edad, pero yo que era amante de las MILFS para mí eran un tesoro, no importaba si era celulitis, arañitas, el culo un poco caído, todo era apetecible. Al darse vuelta pude apreciar que tenía un culo precioso, una caída natural que se antojaba probar, no podía creer la suerte de mi tío. Estuvimos almorzando juntos y la charla fue de lo más divertida, mi tío había tomado mucho y ya no prestaba atención, se mantenía callado así que toda interacción era entre Graciela y yo. Dije que me iba porque pensaba visitar un amigo, antes de salir escuché una discusión entre mi tío y ella, el no controlaba el volumen de su voz y ella enojada tampoco, habrían pensado que ya e había ido, decían algo como lo siguiente:
_ ¿Qué te pensas? ¿Que no me di cuenta como lo mirás al pendejo? ¿Qué te pasa? ¿Andas caliente con él?
_ ¡Estuvimos hablando nomás, vos estuviste todo el tiempo presente! ¿De todo el mundo vas a estar celoso?
_ ¡Y bueno, si te haces la simpática va a pensar que le tenes ganas! Ya es un hombre Julián, lo mirabas como si te lo quisieras comer
_ No entiendo qué carajo viste, ¡pero me da por las pelotas tanta desconfianza!
Yo tampoco entendía nada, nos reímos mucho y eso fue todo, no sentí que me tirara onda (ojalá). Mi tío era muy celoso, y él no era precisamente el hombre más fiel del mundo. Un rato después ví que Graciela fumaba adelante limpiándose las lagrimas, no sabía si ir o no. Abrí la puerta despacio y le hice un pequeño ruido, se dió vuelta asustada tratando de secar rápidamente las lagrimas; le hice seña que venga rápido, me prendí yo también un cigarrillo y nos quedamos adentro de mi casa.
_ Tu tío se durmió, supongo que escuchaste todo....
_ Sí, y la verdad no entiendo.
_ Se puso en pedo, tomó de más, eso pasó....
_ Igual no justifica que te grite
_ Sí... que se yo, ya una vez se enojó porque yo andaba en calza y dice que vos estabas meta mirarme el culo...
Eso podría haber pasado, sí le había mirado el culo varias veces, pero jamás sentí que él estuviera cerca.
_ Graciela, sea como sea usted no puede estar pendiente de sus celos...
_ Sí, aparte soy una vieja ya, ¡como si fuera que le voy a andar gustando a pibes jóvenes!
_ Graciela, por favor, no sea así de dura con usted, es una mujer hermosa y usted no sabe los gustos de la gente. Si necesita algo avíseme, trataremos que no tome tanto la próxima vez
_ Sí, dale, gracias.
Había logrado arrancarle una sonrisa, sus lagrimas pararon y por primera vez me abrazó. Yo la abracé fuerte y sin quererlo (por el contexto del momento) se empezó a parar la pija rápidamente, que órgano traicionero la verga. Al estar de pantalón corto de correr sentía que era muy fácil delatarme, ya en un punto sentí que la pija le chocaba su panza, no era una pija grande pero estoy seguro que se notaba, yo la tomaba con ambas manos de la cintura y un poco la acariciaba, me dió un beso en la mejilla, mi miró tomándome la cara con ambas manos, su cintura seguía pegada a la mía. "Vos sí que sos un buen hombre" sentenció, y luego se fue a la casa de mi tío, al despegarse sentí que mi verga acompañaba su ida, pero ella no miró ni se preocupó.
El domingo siguiente estaba invitado a cenar con ellos de nuevo, mi tio habia estado bebiendo de temprano, para las 22 hs mi tío estaba completamente borracho, cenamos, la música tenía un volumen infernal, Graciela y yo hablábamos de temas varios casi al oído, mi tío seguía bebiendo, no podía entender cómo ese ser humano seguía vivo, cómo podía aguantar tanto alcohol. Ella y yo tomábamos cerveza, bastante, es cierto, pero más pausado. Graciela tenía tetas chicas como dije antes, pero ese día tenía un escote y un corpiño que parecían más grandes, como si se fueran a escapar. Mi tío se durmió en la silla, tanto que ya roncaba, quizá por el alcohol pero en ese momento los ojos se me iban a sus tetas a cada rato, ella me escuchaba como si nada hasta que de la nada me dijo al oído "mis ojos están más arriba" y comenzó a reír, yo estaba rojo de la vergüenza pero siguió hablando normal. Ya estaba jugado, ambos llevábamos ojotas así que acerqué mi pie al de ella, mientras tomábamos un poco más noté que no le importaba que jugara con su pie; y a decir verdad tampoco podía dejar de verle las tetas. Sentía que había algo mutuo pero aún así me costaba pensar el próximo movimiento, fui por unas latas más de cerveza y seguí jugando con su pie; por un movimiento brusco de ella le cayó ceniza del cigarrillo en el escote, se sobresaltó entre risas y se limpió.
"Te quedó un poco" le dije, "¿Dónde?" miró extrañada, le pedí permiso y rápidamente con mi mano libre le limpié tocándole las tetas, no tenía cenizas, era mentira, pero era una excusa para continuar el juego, ella se tapaba la boca para no reírse más fuerte, igual la música seguía y mi tío seguía dormido, no era para menos con la cantidad de alcohol. Está de más decir que mi erección no cedía en ningún segundo, fui a propósito con un short y una remera liviana, muy entrecasa. Yo a propósito dejé caer bastante ceniza sobre mi pantalón (media estúpida mi idea porque podía quemarme el short, dicho y hecho la prenda tenía varios agujeros pequeños, perdí un pantalón por pajero). Ella señaló las cenizas que tenía en el pantalón que ya dejaba ver el bulto marcado de mis 14 cm, le dije que si quería limpiar, ella se reía con muchas ganas y con la mano algo tímida empezó a limpiar hasta que rozó sus dedos con mi verga que apuntaba al otro lado. "Seguí tranquila" le dije, sacó la ceniza que quedaba, había pasado varias veces su mano por mi tronco, lo hacía mientras miraba que mi tío siguiese durmiendo.
Lo miraba a él durmiendo, pero dejó la mano sobre mi bulto y yo hice que la empezara a masajear, sólo ese gesto hizo que ella continuara por su cuenta amasando mi verga, yo le acariciaba sus piernas y lo poco que podía de su culo, increíble que ese juego estúpido hubiera funcionado, o quizás había ganas y eso sólo sirvió de excusa. Comencé a frotarle la entrepierna, teníamos el resguardo de hacer las cosas por debajo del nivel de la mesa, pero ella no dejaba de mirar a mi tío con atención por si las dudas. Corrí un poco el short para que salga mi pija y Graciela abrió los ojos sorprendida, pero enseguida la tomó y empezó una paja lenta pero continua. Ahora la tocaba por todos lados, metí unos dedos para sentir el pezón. "Esperá" me dijo, y me hizo señas para ir al baño, podríamos haber ido a la pieza pero a los fines era lo mismo. En el baño la besé un poco tocando todo lo que podía, ella seguía pajeándome. Le levanté la remera y el corpiño como pude para chuparle esas tetas, pequeñas, blandas, de pezones gordos; frenó y sacó la cabeza del baño solo para ver si seguía durmiendo, confirmado esto volvió.
Seguimos tranzando como novios, con mucha lengua; solita se agachó y mientras me pajeaba con dos dedos se puso a chupármela. Cada persona la chupa distinto, no hay dos mamadas iguales, y la de ella era una mamada bastante mecánica, sin aplicar mucha fuerza, pero constante. Le pedí que se baje el pantalón y su culo entangado quedó a mi merced, lo apreté y lo cacheteé un poco. Escupí mi mano, corrí su tanga y mis dedos empezaron a jugar también, metí uno y lo metía y sacaba. Frenó, fue a chequear que todo siguiera igual y volvió.
_ Julián si tu tío se despierta nos ...
_ Shhh...
_ Se puede despertar...
_ No se va a despertar, vos viste lo borracho que está, hagamos algo rapidito....
Graciela se quedó unos segundos dudando mientras se acomodaba el corpiño y se bajaba la remera. Pensé que se iba a arrepentir, miró otra vez, volvió y con la cabeza me dijo que sí agregando "un rapidito, tengo miedo que se despierte". La puse contra el lavamanos aprovechando que quiso, corrí de lado la tanga, escupí mi pija y también le puse saliva en la entrada vaginal. Apenas apoyé la pija sentí que valía la pena todo este riesgo, la tomé por la cintura y la penetré, largó un gran gemido y se tapó la boca rápidamente, empecé suave pero a los segundos me la cogía con fuerza, mi pelvis chocaba contra ese culo redondo y lo hacía vibrar como quien golpea una gelatina. La música infernal ayudaba a cubrir el ruido que hacíamos en el baño, me saqué la remera y la tiré en el piso. Seguí penetrando con fuerza, podía ver por el espejo grande el baño que cerraba los ojos y respiraba fuerte con la boca abierta, tomó la toalla de mano y la mordió, se notaba que tenía gemidos contenidos, estaba más suelta. Me la cogí menos de diez minutos, pero valieron la pena, al acabar le pregunté si podía hacerlo en su boca, me dijo que sí. Se dió vuelta mientras aceleraba la eyaculación con una paja fuerte, rápidamente miró una vez más para confirmar que seguía durmiendo (aunque para mí era innecesario, pero morbos y nervios no son una mezcla que nos haga ser lógicos), Se metió mi glande en la boca y con unas sacudidas más acabé adentro, terminé de exprimir lo que quedaba en su boca, ella estaba quieta recibiendo toda mi leche, escupió en el lavamanos y se lavó la boca mientras yo guardaba mi ya gomosa pija. Fuimos al comedor y fumamos, ella lo miraba con algo de desprecio a mi tío. Por mi parte, ya había logrado echarme un polvo, pero quería uno más, uno tranquilos donde pudiéramos hacer más. No quería hacer esto más largo así que la otra parte la comentaré después.
Al acostarme totalmente desnudo (yo estaba solo así que tenía esa ventaja) me disponía a dormir con el sol que entraba por la ventana. En pocos minutos sentí unos gemidos, sí, era la novia de mi tío con él. Ambas casas estaban en construcción, y mi cuarto daba justo al cuarto de él ya que ambas casas estaban en el mismo terreno. Saber que mi tío tenía sexo no me representaba ningún morbo, pero su novia sí. Los gemidos se hicieron intensos, ella cada vez se soltaba más sin importarle nada, yo me pajeaba pensando en ella y en cómo sería en la cama; un rato después los gemidos parecían escucharse desde todos lados en la calma de un domingo a las siete de la mañana, nada les importaba. Al poco tiempo se dejaron de escuchar sus gritos de placer y terminé acabando sobre mi abdomen, post higiene me dormí aún caliente.
Graciela tenía 51 en ese entonces, rubia de pelo corto, un corte tipo americano que le quedaba espectacular, era muy bella de cara, piel blanca, muy alta y unas piernas firmes, culo redondo y pechos pequeños. Mi tío tenía ese gusto, culonas de pechos chicos, a veces altas y a veces petisas, y el muy desgraciado tenía la suerte de estar con ellas. Al mediodía ya no podía dormir más, por la ventana del mi cuarto la ví a ella colgado ropa recién lavada, cada vez que se agachaba se le escapaba la tanga negra, me fui a desayunar pensando en lo que había escuchado, por fuera uno mostraba respeto al ser la novia de mi tío, pero en la intimidad no era la primera paja que le dedicaba, la mejor paja había sido con el complemento de sus gemidos. Hacía tres años que estaban en pareja y parecían llevarse de maravillas. Ella ya me decía "sobrino", detestaba ese intento de apego de sus parejas, aparte sentía que me despojaban de mi virilidad, yo ya era un hombre y no su sobrino.
Terminado mis mates fui a saludar a mi tío, la puerta estaba abierta, tenía un comedor cocinar, un baño y su cuarto, lo justo y necesario, de la nada apareció Graciela quien sólo llevaba una tanga roja y un corpiño negro, se sorprendió (yo también). Volvió rápido al cuarto y empezamos a hablar:
_ ¡Buen día sobrino, perdón, no te escuché! tu tío fue a comprar pero ahora vuelve
Salió de nuevo descalza con una calza y una remera. Me saludó con un beso en la mejilla.
_ Me estaba cambiando, perdón....
_ No, no pasa nada, es que ví la puerta abierta y...
_ Sí, justo me ponía más cómoda, perdoname que tuviste que ver un cuerpo de vieja
_ No hable así de usted, es una mujer hermosa, bueno, pasaba nomás a saludar, cualquier cosa después vuelvo...
Graciela se mantenía mejor de lo que pensé, existen detalles propias de la edad, pero yo que era amante de las MILFS para mí eran un tesoro, no importaba si era celulitis, arañitas, el culo un poco caído, todo era apetecible. Al darse vuelta pude apreciar que tenía un culo precioso, una caída natural que se antojaba probar, no podía creer la suerte de mi tío. Estuvimos almorzando juntos y la charla fue de lo más divertida, mi tío había tomado mucho y ya no prestaba atención, se mantenía callado así que toda interacción era entre Graciela y yo. Dije que me iba porque pensaba visitar un amigo, antes de salir escuché una discusión entre mi tío y ella, el no controlaba el volumen de su voz y ella enojada tampoco, habrían pensado que ya e había ido, decían algo como lo siguiente:
_ ¿Qué te pensas? ¿Que no me di cuenta como lo mirás al pendejo? ¿Qué te pasa? ¿Andas caliente con él?
_ ¡Estuvimos hablando nomás, vos estuviste todo el tiempo presente! ¿De todo el mundo vas a estar celoso?
_ ¡Y bueno, si te haces la simpática va a pensar que le tenes ganas! Ya es un hombre Julián, lo mirabas como si te lo quisieras comer
_ No entiendo qué carajo viste, ¡pero me da por las pelotas tanta desconfianza!
Yo tampoco entendía nada, nos reímos mucho y eso fue todo, no sentí que me tirara onda (ojalá). Mi tío era muy celoso, y él no era precisamente el hombre más fiel del mundo. Un rato después ví que Graciela fumaba adelante limpiándose las lagrimas, no sabía si ir o no. Abrí la puerta despacio y le hice un pequeño ruido, se dió vuelta asustada tratando de secar rápidamente las lagrimas; le hice seña que venga rápido, me prendí yo también un cigarrillo y nos quedamos adentro de mi casa.
_ Tu tío se durmió, supongo que escuchaste todo....
_ Sí, y la verdad no entiendo.
_ Se puso en pedo, tomó de más, eso pasó....
_ Igual no justifica que te grite
_ Sí... que se yo, ya una vez se enojó porque yo andaba en calza y dice que vos estabas meta mirarme el culo...
Eso podría haber pasado, sí le había mirado el culo varias veces, pero jamás sentí que él estuviera cerca.
_ Graciela, sea como sea usted no puede estar pendiente de sus celos...
_ Sí, aparte soy una vieja ya, ¡como si fuera que le voy a andar gustando a pibes jóvenes!
_ Graciela, por favor, no sea así de dura con usted, es una mujer hermosa y usted no sabe los gustos de la gente. Si necesita algo avíseme, trataremos que no tome tanto la próxima vez
_ Sí, dale, gracias.
Había logrado arrancarle una sonrisa, sus lagrimas pararon y por primera vez me abrazó. Yo la abracé fuerte y sin quererlo (por el contexto del momento) se empezó a parar la pija rápidamente, que órgano traicionero la verga. Al estar de pantalón corto de correr sentía que era muy fácil delatarme, ya en un punto sentí que la pija le chocaba su panza, no era una pija grande pero estoy seguro que se notaba, yo la tomaba con ambas manos de la cintura y un poco la acariciaba, me dió un beso en la mejilla, mi miró tomándome la cara con ambas manos, su cintura seguía pegada a la mía. "Vos sí que sos un buen hombre" sentenció, y luego se fue a la casa de mi tío, al despegarse sentí que mi verga acompañaba su ida, pero ella no miró ni se preocupó.
El domingo siguiente estaba invitado a cenar con ellos de nuevo, mi tio habia estado bebiendo de temprano, para las 22 hs mi tío estaba completamente borracho, cenamos, la música tenía un volumen infernal, Graciela y yo hablábamos de temas varios casi al oído, mi tío seguía bebiendo, no podía entender cómo ese ser humano seguía vivo, cómo podía aguantar tanto alcohol. Ella y yo tomábamos cerveza, bastante, es cierto, pero más pausado. Graciela tenía tetas chicas como dije antes, pero ese día tenía un escote y un corpiño que parecían más grandes, como si se fueran a escapar. Mi tío se durmió en la silla, tanto que ya roncaba, quizá por el alcohol pero en ese momento los ojos se me iban a sus tetas a cada rato, ella me escuchaba como si nada hasta que de la nada me dijo al oído "mis ojos están más arriba" y comenzó a reír, yo estaba rojo de la vergüenza pero siguió hablando normal. Ya estaba jugado, ambos llevábamos ojotas así que acerqué mi pie al de ella, mientras tomábamos un poco más noté que no le importaba que jugara con su pie; y a decir verdad tampoco podía dejar de verle las tetas. Sentía que había algo mutuo pero aún así me costaba pensar el próximo movimiento, fui por unas latas más de cerveza y seguí jugando con su pie; por un movimiento brusco de ella le cayó ceniza del cigarrillo en el escote, se sobresaltó entre risas y se limpió.
"Te quedó un poco" le dije, "¿Dónde?" miró extrañada, le pedí permiso y rápidamente con mi mano libre le limpié tocándole las tetas, no tenía cenizas, era mentira, pero era una excusa para continuar el juego, ella se tapaba la boca para no reírse más fuerte, igual la música seguía y mi tío seguía dormido, no era para menos con la cantidad de alcohol. Está de más decir que mi erección no cedía en ningún segundo, fui a propósito con un short y una remera liviana, muy entrecasa. Yo a propósito dejé caer bastante ceniza sobre mi pantalón (media estúpida mi idea porque podía quemarme el short, dicho y hecho la prenda tenía varios agujeros pequeños, perdí un pantalón por pajero). Ella señaló las cenizas que tenía en el pantalón que ya dejaba ver el bulto marcado de mis 14 cm, le dije que si quería limpiar, ella se reía con muchas ganas y con la mano algo tímida empezó a limpiar hasta que rozó sus dedos con mi verga que apuntaba al otro lado. "Seguí tranquila" le dije, sacó la ceniza que quedaba, había pasado varias veces su mano por mi tronco, lo hacía mientras miraba que mi tío siguiese durmiendo.
Lo miraba a él durmiendo, pero dejó la mano sobre mi bulto y yo hice que la empezara a masajear, sólo ese gesto hizo que ella continuara por su cuenta amasando mi verga, yo le acariciaba sus piernas y lo poco que podía de su culo, increíble que ese juego estúpido hubiera funcionado, o quizás había ganas y eso sólo sirvió de excusa. Comencé a frotarle la entrepierna, teníamos el resguardo de hacer las cosas por debajo del nivel de la mesa, pero ella no dejaba de mirar a mi tío con atención por si las dudas. Corrí un poco el short para que salga mi pija y Graciela abrió los ojos sorprendida, pero enseguida la tomó y empezó una paja lenta pero continua. Ahora la tocaba por todos lados, metí unos dedos para sentir el pezón. "Esperá" me dijo, y me hizo señas para ir al baño, podríamos haber ido a la pieza pero a los fines era lo mismo. En el baño la besé un poco tocando todo lo que podía, ella seguía pajeándome. Le levanté la remera y el corpiño como pude para chuparle esas tetas, pequeñas, blandas, de pezones gordos; frenó y sacó la cabeza del baño solo para ver si seguía durmiendo, confirmado esto volvió.
Seguimos tranzando como novios, con mucha lengua; solita se agachó y mientras me pajeaba con dos dedos se puso a chupármela. Cada persona la chupa distinto, no hay dos mamadas iguales, y la de ella era una mamada bastante mecánica, sin aplicar mucha fuerza, pero constante. Le pedí que se baje el pantalón y su culo entangado quedó a mi merced, lo apreté y lo cacheteé un poco. Escupí mi mano, corrí su tanga y mis dedos empezaron a jugar también, metí uno y lo metía y sacaba. Frenó, fue a chequear que todo siguiera igual y volvió.
_ Julián si tu tío se despierta nos ...
_ Shhh...
_ Se puede despertar...
_ No se va a despertar, vos viste lo borracho que está, hagamos algo rapidito....
Graciela se quedó unos segundos dudando mientras se acomodaba el corpiño y se bajaba la remera. Pensé que se iba a arrepentir, miró otra vez, volvió y con la cabeza me dijo que sí agregando "un rapidito, tengo miedo que se despierte". La puse contra el lavamanos aprovechando que quiso, corrí de lado la tanga, escupí mi pija y también le puse saliva en la entrada vaginal. Apenas apoyé la pija sentí que valía la pena todo este riesgo, la tomé por la cintura y la penetré, largó un gran gemido y se tapó la boca rápidamente, empecé suave pero a los segundos me la cogía con fuerza, mi pelvis chocaba contra ese culo redondo y lo hacía vibrar como quien golpea una gelatina. La música infernal ayudaba a cubrir el ruido que hacíamos en el baño, me saqué la remera y la tiré en el piso. Seguí penetrando con fuerza, podía ver por el espejo grande el baño que cerraba los ojos y respiraba fuerte con la boca abierta, tomó la toalla de mano y la mordió, se notaba que tenía gemidos contenidos, estaba más suelta. Me la cogí menos de diez minutos, pero valieron la pena, al acabar le pregunté si podía hacerlo en su boca, me dijo que sí. Se dió vuelta mientras aceleraba la eyaculación con una paja fuerte, rápidamente miró una vez más para confirmar que seguía durmiendo (aunque para mí era innecesario, pero morbos y nervios no son una mezcla que nos haga ser lógicos), Se metió mi glande en la boca y con unas sacudidas más acabé adentro, terminé de exprimir lo que quedaba en su boca, ella estaba quieta recibiendo toda mi leche, escupió en el lavamanos y se lavó la boca mientras yo guardaba mi ya gomosa pija. Fuimos al comedor y fumamos, ella lo miraba con algo de desprecio a mi tío. Por mi parte, ya había logrado echarme un polvo, pero quería uno más, uno tranquilos donde pudiéramos hacer más. No quería hacer esto más largo así que la otra parte la comentaré después.
4 comentarios - La novia de mi tío