Definir como empezó todo con @Anuket-Ra es difícil. Determinar cual fue la primer escena, el momento crucial, el punto cero, es imposible porque el amor y la atracción que siento por ella esta desde el primer día, solo se fue modificando con el paso del tiempo hasta volverse un deseo vergonzoso, la compulsión de una persona enferma. Sin embargo, si tuviera que elegir uno, serian las vacaciones de verano que pasamos en Gesell.
Llegamos un lunes al mediodía, @Anuket-Ra, sus dos hermanas y la mama. Teníamos reservaciones en un hotel así que dispusimos entrar, cambiarnos rápido y volver a encontrarnos en la puerta del lugar para desde allí ir juntos a la playa. Llegamos a la cita con mi esposa, la madre de todas esas niñas, y nuestras hijas comenzaban a tardar mas allá de lo habitual. Al rato, vemos venir a las dos mas grandes y molestos, les preguntamos por @Anuket-Ra.
-Esta arriba llorando porque no le gusta la malla-. Era notoria la rivalidad entre @Anuket-Ra y sus hermanas , todas las familias tienen mitos privados y era parte de la historia familiar también mi preferencia absoluta por @Anuket-Rat, a quien sus hermanas llamaban despectivamente cisne porque habían escuchado que una vez, en forma cariñosa, se lo dijera a mi amada niña.
Subí por el ascensor hasta el piso donde se hospedaban mis hijas y golpee con firmeza la puerta de la habitación. @Anuket-Ra pregunto quien era de mala forma pero cuando le informe que era su padre abrió la puerta y abrazándome se puso a llorar. El impacto contra mi era tremendo. Emocionalmente porque lloraba desconsolada y visualmente porque el espejo me permitía verle la espalda . Donde alguna vez había estado la cola de mi hija ahora estaba la cola de una mujer, dos gajos bancos que se partían marcados por la tela negra de un tanga.
- Que pasa, que pasa- indagaba y trataba así de distraer la mirada pero lloraba, se abrazaba a mi y sus tetas se apretaban contra mi pecho y mis ideas se disparaban a esos días en que ella, junto a sus primos, se bañaban en la pileta sin remera, como iguales. Como habían crecido hasta alcanzar la madurez redonda, cuando ese pequeño pezón que parecía un lunar en su piel emplumada de cisne se había transformado en esa dureza desparramada en toda la punta de las tetas.
Lloro unos cuantos minutos y cada uno de ellos me vio luchar contra el demonio que quería alejarla para observar mejor su cuerpo. Luego de eso separo su cara de mi hombro y entre balbuceos me dijo que no podía ir a la playa porque no tenia que ponerse. Durante un momento pensé en decirle que estaba hermosa. Se lo repetía desde antes que pudiera entenderlo, no hubiera sido desubicado pero mis deseos ya cabalgaban solos hacia un horizonte de locura así que pregunte con cautela si no había traído una biquini para ponerse. Se alejo de mi y abriendo los brazos dijo:- es del año pasado, mira como me queda…- Mis ojos no hacían masque mirarla. La parte de arriba apenas si lograba contener las tetas. Las apretaba, las oprimía, gritaba su impotencia para una persona desarrollada. La parte de abajo era una cuestión de opiniones. Reconozco que marcaba los muslos de mi hija como si estuvieran tatuados y que por detrás había visto a la tela desaparecer. La tela apretada resaltaba unos labios que, aun sin ver, adivinaba grandes.
-Que queres que hagamos- pregunte pero sin esperar respuesta le dije que se cambiara, que la llevaba a comprarse uno y que diría a su madre y hnas. que fueran sin nosotros a la playa.
Antes de irme mire atrás una vez mas. Podía ver su cola alejarse camino al baño y pensé en el hombre que alguna vez la viera así, alejándose satisfecha luego de coger juntos.
Se ofendieron y amenazaron con que iríamos todos a comprar ropa. Llevábamos nuestros problemas donde fuéramos, la discusión termino en que siempre ella mi favorita y esas cosas.
Como por arte de magia, apenas se fueron, apareció @Anuket-Ra. Tenia unas ojotas pequeñas, una goma colorida, pero en sus pequeños pies de uñas pintadas parecían zapatos de alta costura. Se había puesto una calza de color negro, dibujada al cuerpo, resaltaba su cadera y solo podía ocultarlo el remeron de una banda americana que llevaba encima.
Fuimos con e lauto al local abierto del único shoping. Comprobé con extrañeza que en el mismo lugar que vendían biquinis vendían lencería. Entramos al lugar luego de observar un rato la vidriera y pregunto por dos modelos. Le dieron los dos y como si fuera su marido, camine mirando el suelo hasta el borde del probador, para esperarla o asistirla como nexo con el vendedor.
Me sorprendió que abriera la cortina del todo y me preguntara si me gustaba. Estaba descalza, se había sacado toda la ropa y se estaba probando el primer biquini. Si antes las tetas parecían oprimidas contra el pecho ahora la copa del corpiño las servía como si fueran el manjar mas sabroso. Por arriba en el escote se veía el color todavía blanco de sus pechos. La parte de abajo era muy simple por delante pero por detrás, me informo y giro para que lo viera, tenia unas flores en la parte de arriba. Erala segunda vez en el día que veía la cola de la mujer en que se estaba transformando mi hija.
-Me pruebo el otro-. Dijo y cerro la cortina. Mi corazón comenzó a ascender una montaña. Al abrir la cortina estaba preparado para recibir el golpe pero igual sabia que seria un golpe. El segundo modelo apenas le sostenía las tetas. Cubría el pezón acaso. Debajo, la malla no tenia pubis. La tela empezaba muy por debajo del ombligo y detrás, era un hilo que no envidiaría un pescador cualquiera.
-Esa no- dije pero en mi mente tiraba toda su ropa a la basura y le compraba esa prenda una y otra vez.
-Llevo la otra- y en su pregunta inocente tendría que haber dicho que si, la otra, y reunirme con el resto de la familia pero el viento dela locura ya soplaba en mis oídos, por eso dije si no te convence vamos a otro negocio y los ojos de @Anuket-Ra brillaron como si ella también participara del juego.
El segundo negocio era una tienda en la calle que, de noche, se volvía peatonal y se llenaba de gente. El mismo fenómeno, ropa interior y biquinis. Atendía un señor de mi edad, quizá un poco mayor, que miro a mi hija con la mirada que, quizá, estaría también en mis ojos. Aquí ella fue directa a unos modelos que colgaban de unas perchas, eligió lo suyo y mirándome indico el camino que tomaría, solo debía seguirla. Ocurrió la misma dinámica. Probaba un modelo, la cortina se abría y su sonido eran las trompetas que anunciaban las trompetas del paraíso. Se probo tres modelos. Cada uno de ellos parecía pensado para resaltar el tamaño dé su cola, la curva de sus pechos, la forma del pezón.
Entre un conjunto color verde agua y una biquini de varios colores la cortina no cerro del todo. Descubrí con miedo que, por momentos, aparecían partes desnudas del cuerpo de mi hija. Debí mirar para otro lado. En la biblia también debían mirar para adelante nunca hacia atrás pero soy un pecador y no pude hacerlo. Así vilos pezones de @Anuket-Ra. Si sus tetas habían crecido, redondas, el pezón ocupando toda la punta, rugoso como un coral rosa anaranjado. Apareció su cola, agachada para cambiarse el biquini, y desnuda era cualquier mujer, era la primera mujer, con sus caderas poderosas y las nalgas gordas, atrayendo con su olor.
Desde ese biquini la cortina empezó a cerrar mal y quizá fuéramos nosotros los que la rompieron. Me sorprendió pero reconozco que me alegro también que me propusiera ir a otra tienda. Pude observar que llevaba en la mano una prenda y cuando le pregunte me dijo – es mi calza, así hago mas rápido y me mostro, íbamos en el auto, que debajo de la remera tenia puesta una pequeña bombacha blanca.
El tercer lugar elegido quedaba mas lejos. Era una tienda que vendía otro cosas además de ropa y aquí solo eligió un modelo simple pero de varios colores. Caminamos al probador y cuando me dispuse a esperar que cerrara la cortina me ofreció entrar y sentarme en una silla que había allí, para hacer mas rápido según dijo. Claro que entre y me ardían los oídos y me lloraban los ojos pero todo lo disimule y me senté, de costado a ella, invadido por su imagen en los espejos. Primero se saco la remera, así me entere que siempre estuvo sin corpiño. Las tetas apenas si se cayeron y solo rebotaron por el movimiento de la remera. Sus pezones sobresalían de la teta blanca. Eran marrones, eran rosados, eran una mezcla de naranjas y los lunares, de a ratos, marcaban ese camino como si fuera inevitable. Tenia puesta la bombacha blanca pero, sin necesidad, se saco primero las ojotas. Después, apoyándose en mi hombro, se saco la bombacha. Hacia años que no la veía desnuda desde tan cerca. Su pubis era ahora un ancho delta, un terreno amplio de lunares y piel y debajo, sobresalían unos labios de marrón muy claro. Trate de mirar a otra parte pero @Anuket-Ra estaba desnuda en todas partes. Se puso el conjunto verde, me hizo mirar. Luego se lo quito y se puso una fucsia, luego uno amarillento y al final uno negro. Cada conjunto era una rutina de ver sus tetas, sus movimientos a los lados con el pezón como la reina de la montaña mas blanca y su cola, la raya perfecta que separaba los muslos, escondiendo los labios entre sus piernas.
Voy a llevar el negro- me dijo y sonriendo me pregunto- a vos te gusto otro. La fuerza del mal hablo por mis labios. – El verde agua me gustaba-. @Anuket-Ra se quito primero la parte de arriba negra del biquini. Sus tetas regresaron a mis ojos, nuevas, femeninas, redondas, completas. Sin ponerse todavía el verde se quito la parte de abajo y se quedo así desnuda unos momentos mas en el probador. Mi mirada ahora iba a su cuerpo sin excusas, miraba sus pezones y su panza, su ombligo, el pubis y todo aquello que podía verde su concha. Sin hablar ella sola giro y me mostro unos momentos su cola. Pudo sentir en su cuerpo mi mirada descender desde el cuelo por la espalda y demorarse en la cola como si los ojos fueran manos. Se vistió y ocultando mi erección fui a pagar a la caja. Ella informo que la llevaría puesta y utilizo la bolsa del negocio para guardar su calza y, la bombacha blanca que llevaba antes puesta. Al llegar al parador de la playa le pedí que se adelantara un momento que quería comprobar algo del auto. No puso resistencia pero me informo, con una sonrisa, que dejaba la bolsa con las cosas en el asiento de atrás. Cuando vi que doblaba el médano y se perdía me arroje frenético a la bosa, saque su bombacha y hundí la nariz en la tela, respirando cada fibra gota de transpiración o perfume que me hija hubiera dejado. No se si me toque o si acabe solo con la excitación. Quede jadeando y tuve que meterme al agua antes de volver con mi familia para ocultar la mancha culpable que cubría toda mi entrepierna.
Llegamos un lunes al mediodía, @Anuket-Ra, sus dos hermanas y la mama. Teníamos reservaciones en un hotel así que dispusimos entrar, cambiarnos rápido y volver a encontrarnos en la puerta del lugar para desde allí ir juntos a la playa. Llegamos a la cita con mi esposa, la madre de todas esas niñas, y nuestras hijas comenzaban a tardar mas allá de lo habitual. Al rato, vemos venir a las dos mas grandes y molestos, les preguntamos por @Anuket-Ra.
-Esta arriba llorando porque no le gusta la malla-. Era notoria la rivalidad entre @Anuket-Ra y sus hermanas , todas las familias tienen mitos privados y era parte de la historia familiar también mi preferencia absoluta por @Anuket-Rat, a quien sus hermanas llamaban despectivamente cisne porque habían escuchado que una vez, en forma cariñosa, se lo dijera a mi amada niña.
Subí por el ascensor hasta el piso donde se hospedaban mis hijas y golpee con firmeza la puerta de la habitación. @Anuket-Ra pregunto quien era de mala forma pero cuando le informe que era su padre abrió la puerta y abrazándome se puso a llorar. El impacto contra mi era tremendo. Emocionalmente porque lloraba desconsolada y visualmente porque el espejo me permitía verle la espalda . Donde alguna vez había estado la cola de mi hija ahora estaba la cola de una mujer, dos gajos bancos que se partían marcados por la tela negra de un tanga.
- Que pasa, que pasa- indagaba y trataba así de distraer la mirada pero lloraba, se abrazaba a mi y sus tetas se apretaban contra mi pecho y mis ideas se disparaban a esos días en que ella, junto a sus primos, se bañaban en la pileta sin remera, como iguales. Como habían crecido hasta alcanzar la madurez redonda, cuando ese pequeño pezón que parecía un lunar en su piel emplumada de cisne se había transformado en esa dureza desparramada en toda la punta de las tetas.
Lloro unos cuantos minutos y cada uno de ellos me vio luchar contra el demonio que quería alejarla para observar mejor su cuerpo. Luego de eso separo su cara de mi hombro y entre balbuceos me dijo que no podía ir a la playa porque no tenia que ponerse. Durante un momento pensé en decirle que estaba hermosa. Se lo repetía desde antes que pudiera entenderlo, no hubiera sido desubicado pero mis deseos ya cabalgaban solos hacia un horizonte de locura así que pregunte con cautela si no había traído una biquini para ponerse. Se alejo de mi y abriendo los brazos dijo:- es del año pasado, mira como me queda…- Mis ojos no hacían masque mirarla. La parte de arriba apenas si lograba contener las tetas. Las apretaba, las oprimía, gritaba su impotencia para una persona desarrollada. La parte de abajo era una cuestión de opiniones. Reconozco que marcaba los muslos de mi hija como si estuvieran tatuados y que por detrás había visto a la tela desaparecer. La tela apretada resaltaba unos labios que, aun sin ver, adivinaba grandes.
-Que queres que hagamos- pregunte pero sin esperar respuesta le dije que se cambiara, que la llevaba a comprarse uno y que diría a su madre y hnas. que fueran sin nosotros a la playa.
Antes de irme mire atrás una vez mas. Podía ver su cola alejarse camino al baño y pensé en el hombre que alguna vez la viera así, alejándose satisfecha luego de coger juntos.
Se ofendieron y amenazaron con que iríamos todos a comprar ropa. Llevábamos nuestros problemas donde fuéramos, la discusión termino en que siempre ella mi favorita y esas cosas.
Como por arte de magia, apenas se fueron, apareció @Anuket-Ra. Tenia unas ojotas pequeñas, una goma colorida, pero en sus pequeños pies de uñas pintadas parecían zapatos de alta costura. Se había puesto una calza de color negro, dibujada al cuerpo, resaltaba su cadera y solo podía ocultarlo el remeron de una banda americana que llevaba encima.
Fuimos con e lauto al local abierto del único shoping. Comprobé con extrañeza que en el mismo lugar que vendían biquinis vendían lencería. Entramos al lugar luego de observar un rato la vidriera y pregunto por dos modelos. Le dieron los dos y como si fuera su marido, camine mirando el suelo hasta el borde del probador, para esperarla o asistirla como nexo con el vendedor.
Me sorprendió que abriera la cortina del todo y me preguntara si me gustaba. Estaba descalza, se había sacado toda la ropa y se estaba probando el primer biquini. Si antes las tetas parecían oprimidas contra el pecho ahora la copa del corpiño las servía como si fueran el manjar mas sabroso. Por arriba en el escote se veía el color todavía blanco de sus pechos. La parte de abajo era muy simple por delante pero por detrás, me informo y giro para que lo viera, tenia unas flores en la parte de arriba. Erala segunda vez en el día que veía la cola de la mujer en que se estaba transformando mi hija.
-Me pruebo el otro-. Dijo y cerro la cortina. Mi corazón comenzó a ascender una montaña. Al abrir la cortina estaba preparado para recibir el golpe pero igual sabia que seria un golpe. El segundo modelo apenas le sostenía las tetas. Cubría el pezón acaso. Debajo, la malla no tenia pubis. La tela empezaba muy por debajo del ombligo y detrás, era un hilo que no envidiaría un pescador cualquiera.
-Esa no- dije pero en mi mente tiraba toda su ropa a la basura y le compraba esa prenda una y otra vez.
-Llevo la otra- y en su pregunta inocente tendría que haber dicho que si, la otra, y reunirme con el resto de la familia pero el viento dela locura ya soplaba en mis oídos, por eso dije si no te convence vamos a otro negocio y los ojos de @Anuket-Ra brillaron como si ella también participara del juego.
El segundo negocio era una tienda en la calle que, de noche, se volvía peatonal y se llenaba de gente. El mismo fenómeno, ropa interior y biquinis. Atendía un señor de mi edad, quizá un poco mayor, que miro a mi hija con la mirada que, quizá, estaría también en mis ojos. Aquí ella fue directa a unos modelos que colgaban de unas perchas, eligió lo suyo y mirándome indico el camino que tomaría, solo debía seguirla. Ocurrió la misma dinámica. Probaba un modelo, la cortina se abría y su sonido eran las trompetas que anunciaban las trompetas del paraíso. Se probo tres modelos. Cada uno de ellos parecía pensado para resaltar el tamaño dé su cola, la curva de sus pechos, la forma del pezón.
Entre un conjunto color verde agua y una biquini de varios colores la cortina no cerro del todo. Descubrí con miedo que, por momentos, aparecían partes desnudas del cuerpo de mi hija. Debí mirar para otro lado. En la biblia también debían mirar para adelante nunca hacia atrás pero soy un pecador y no pude hacerlo. Así vilos pezones de @Anuket-Ra. Si sus tetas habían crecido, redondas, el pezón ocupando toda la punta, rugoso como un coral rosa anaranjado. Apareció su cola, agachada para cambiarse el biquini, y desnuda era cualquier mujer, era la primera mujer, con sus caderas poderosas y las nalgas gordas, atrayendo con su olor.
Desde ese biquini la cortina empezó a cerrar mal y quizá fuéramos nosotros los que la rompieron. Me sorprendió pero reconozco que me alegro también que me propusiera ir a otra tienda. Pude observar que llevaba en la mano una prenda y cuando le pregunte me dijo – es mi calza, así hago mas rápido y me mostro, íbamos en el auto, que debajo de la remera tenia puesta una pequeña bombacha blanca.
El tercer lugar elegido quedaba mas lejos. Era una tienda que vendía otro cosas además de ropa y aquí solo eligió un modelo simple pero de varios colores. Caminamos al probador y cuando me dispuse a esperar que cerrara la cortina me ofreció entrar y sentarme en una silla que había allí, para hacer mas rápido según dijo. Claro que entre y me ardían los oídos y me lloraban los ojos pero todo lo disimule y me senté, de costado a ella, invadido por su imagen en los espejos. Primero se saco la remera, así me entere que siempre estuvo sin corpiño. Las tetas apenas si se cayeron y solo rebotaron por el movimiento de la remera. Sus pezones sobresalían de la teta blanca. Eran marrones, eran rosados, eran una mezcla de naranjas y los lunares, de a ratos, marcaban ese camino como si fuera inevitable. Tenia puesta la bombacha blanca pero, sin necesidad, se saco primero las ojotas. Después, apoyándose en mi hombro, se saco la bombacha. Hacia años que no la veía desnuda desde tan cerca. Su pubis era ahora un ancho delta, un terreno amplio de lunares y piel y debajo, sobresalían unos labios de marrón muy claro. Trate de mirar a otra parte pero @Anuket-Ra estaba desnuda en todas partes. Se puso el conjunto verde, me hizo mirar. Luego se lo quito y se puso una fucsia, luego uno amarillento y al final uno negro. Cada conjunto era una rutina de ver sus tetas, sus movimientos a los lados con el pezón como la reina de la montaña mas blanca y su cola, la raya perfecta que separaba los muslos, escondiendo los labios entre sus piernas.
Voy a llevar el negro- me dijo y sonriendo me pregunto- a vos te gusto otro. La fuerza del mal hablo por mis labios. – El verde agua me gustaba-. @Anuket-Ra se quito primero la parte de arriba negra del biquini. Sus tetas regresaron a mis ojos, nuevas, femeninas, redondas, completas. Sin ponerse todavía el verde se quito la parte de abajo y se quedo así desnuda unos momentos mas en el probador. Mi mirada ahora iba a su cuerpo sin excusas, miraba sus pezones y su panza, su ombligo, el pubis y todo aquello que podía verde su concha. Sin hablar ella sola giro y me mostro unos momentos su cola. Pudo sentir en su cuerpo mi mirada descender desde el cuelo por la espalda y demorarse en la cola como si los ojos fueran manos. Se vistió y ocultando mi erección fui a pagar a la caja. Ella informo que la llevaría puesta y utilizo la bolsa del negocio para guardar su calza y, la bombacha blanca que llevaba antes puesta. Al llegar al parador de la playa le pedí que se adelantara un momento que quería comprobar algo del auto. No puso resistencia pero me informo, con una sonrisa, que dejaba la bolsa con las cosas en el asiento de atrás. Cuando vi que doblaba el médano y se perdía me arroje frenético a la bosa, saque su bombacha y hundí la nariz en la tela, respirando cada fibra gota de transpiración o perfume que me hija hubiera dejado. No se si me toque o si acabe solo con la excitación. Quede jadeando y tuve que meterme al agua antes de volver con mi familia para ocultar la mancha culpable que cubría toda mi entrepierna.
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