Me enloquece verla vestida en ese ajustado látex negro.
Parece como si lo tuviera pintado sobre la piel, delineando cada una de sus muy perfectas curvas. Su cabellera oscura cae por detrás de sus hombros y esas gafas le dan una apariencia mucho más sexy que de costumbre.
Sus firmes cachetes brillan entre las sombras de la noche.
Dejo por un instante mis ojos perdidos en esa curvatura; pero entonces ella me llama la atención, reclamando que deje de devorarle el culo con mi mirada tan hambrienta…
Le digo que es imposible abstraerme con semejante visión.
Ella sonríe, deslizando las palmas de sus delicadas manos, que acarician suavemente esa curvatura enguantada…
Le suplico que no lo haga; pero ya estoy ajustando las correas de ese juguete enorme a mi cintura. La miro entre las sombras y le pregunto por dónde le gustaría recibirlo.
La perra vuelve a sonreír, mientras abre los cachetes del culo ...
Parece como si lo tuviera pintado sobre la piel, delineando cada una de sus muy perfectas curvas. Su cabellera oscura cae por detrás de sus hombros y esas gafas le dan una apariencia mucho más sexy que de costumbre.
Sus firmes cachetes brillan entre las sombras de la noche.
Dejo por un instante mis ojos perdidos en esa curvatura; pero entonces ella me llama la atención, reclamando que deje de devorarle el culo con mi mirada tan hambrienta…
Le digo que es imposible abstraerme con semejante visión.
Ella sonríe, deslizando las palmas de sus delicadas manos, que acarician suavemente esa curvatura enguantada…
Le suplico que no lo haga; pero ya estoy ajustando las correas de ese juguete enorme a mi cintura. La miro entre las sombras y le pregunto por dónde le gustaría recibirlo.
La perra vuelve a sonreír, mientras abre los cachetes del culo ...
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