Los mensajes que nos mandamos luego del primer encuentro era muy calientes.
Me pedía fotos, y yo tan mojada le mandaba tocándome , incluso vídeos masturbándome y mostrando mis jugos...
Cuestión es que no íbamos a aguantar mucho sin cogernos. Quedamos en encontrarnos en un lugar, obviamente cerca de un telo. A las 8 de la mañana!
Nos besamos, tomamos un café por ahí y nos fuimos a la amoblada...
-La nueve por favor. Dijo él, jajaja. Sabía mucho el gato.
Apenas entramos nos comimos la boca, nos desvestimos tan rápido como pudimos. Frotaba mi concha con su mano, me mordía los labios ,yo agarraba su pene, bien duro y jugoso. Ya la quería a dentro mío... y el dice: aguantá, hay que jugar.
Me hizo lo que jamás pensé que alguien como el pudiera hacer.
Me mordía los pezones, fuerte. Me pegó en la cola, en la cara. Me escupió por que se lo pedí. Me mordía la espalda. Me agarró fuerte de la cabeza mientras chupaba su verga. Me dejaba sin respiración porque me la mandaba hasta el fondo de la garganta... una y otra vez.
Me ahogaba con su fuerte mano mientras me la daba bien duro. Me deja casi sin respiración otra vez.
Me dio vuelta y vuelta y me hacía mirarnos en el espejo de arriba de la cama.
No hubo pose sin hacer. Al menos eso creí...
Entre sudor, lagrimas (mías obvio), y jugos, me agarra bien fuerte por detrás. Me pone en 4. Una almohada en mi panza y sin decirme nada me penetra por la cola.
Grite, dolía. No lo había hecho en años (tengo mis motivos).
Dolía y gustaba, gritaba por placer y dolor. Me tapa la boca. No le importa que me resista.
-Shhh! Relajá. Me decía.
Me la da fuerte. Una y otra vez.
Empezó a gustarme, ayudé moviendo mi cola como perreando, mis lágrimas caían jajaja. Malditos enfermos los dos!
En ningún momento paramos de hablar, decirnos cosas que habíamos hecho con otras personas, o qué sería lo próximo que haríamos, o la cantidad de veces que tuvimos para darnos masa y no lo hicimos.
Ese día ni recuerdo cuántos orgasmos me hizo tener, su cara de malo, perverso, transpirado, sus brazos tatuados agarrándome a mi, su cuñada, el frote de mi vagina contra su pubis mientras la tenía adentro... era un estado de total placer con moral dudosa, lo cual lo hacía perfecto.
Le hice sentir como mi vagina se contrae con cada orgasmo, cada vez que tuve uno. Lo mejor fue su cara con por fin acaba... todo sudado, cansado. Cosita hermosa que lindo que veía...
No podía dejar de pensar en lo frenético que había sido. Enfermo como yo por sexo sadomasoquista.
En total fueron 2 horas 30 minutos. Fuaaaaa... me dejó temblando, débil, sin fuerzas. Teníamos que volver...
Ahora los juegos se iban a dar en nuestros hogares...
Me pedía fotos, y yo tan mojada le mandaba tocándome , incluso vídeos masturbándome y mostrando mis jugos...
Cuestión es que no íbamos a aguantar mucho sin cogernos. Quedamos en encontrarnos en un lugar, obviamente cerca de un telo. A las 8 de la mañana!
Nos besamos, tomamos un café por ahí y nos fuimos a la amoblada...
-La nueve por favor. Dijo él, jajaja. Sabía mucho el gato.
Apenas entramos nos comimos la boca, nos desvestimos tan rápido como pudimos. Frotaba mi concha con su mano, me mordía los labios ,yo agarraba su pene, bien duro y jugoso. Ya la quería a dentro mío... y el dice: aguantá, hay que jugar.
Me hizo lo que jamás pensé que alguien como el pudiera hacer.
Me mordía los pezones, fuerte. Me pegó en la cola, en la cara. Me escupió por que se lo pedí. Me mordía la espalda. Me agarró fuerte de la cabeza mientras chupaba su verga. Me dejaba sin respiración porque me la mandaba hasta el fondo de la garganta... una y otra vez.
Me ahogaba con su fuerte mano mientras me la daba bien duro. Me deja casi sin respiración otra vez.
Me dio vuelta y vuelta y me hacía mirarnos en el espejo de arriba de la cama.
No hubo pose sin hacer. Al menos eso creí...
Entre sudor, lagrimas (mías obvio), y jugos, me agarra bien fuerte por detrás. Me pone en 4. Una almohada en mi panza y sin decirme nada me penetra por la cola.
Grite, dolía. No lo había hecho en años (tengo mis motivos).
Dolía y gustaba, gritaba por placer y dolor. Me tapa la boca. No le importa que me resista.
-Shhh! Relajá. Me decía.
Me la da fuerte. Una y otra vez.
Empezó a gustarme, ayudé moviendo mi cola como perreando, mis lágrimas caían jajaja. Malditos enfermos los dos!
En ningún momento paramos de hablar, decirnos cosas que habíamos hecho con otras personas, o qué sería lo próximo que haríamos, o la cantidad de veces que tuvimos para darnos masa y no lo hicimos.
Ese día ni recuerdo cuántos orgasmos me hizo tener, su cara de malo, perverso, transpirado, sus brazos tatuados agarrándome a mi, su cuñada, el frote de mi vagina contra su pubis mientras la tenía adentro... era un estado de total placer con moral dudosa, lo cual lo hacía perfecto.
Le hice sentir como mi vagina se contrae con cada orgasmo, cada vez que tuve uno. Lo mejor fue su cara con por fin acaba... todo sudado, cansado. Cosita hermosa que lindo que veía...
No podía dejar de pensar en lo frenético que había sido. Enfermo como yo por sexo sadomasoquista.
En total fueron 2 horas 30 minutos. Fuaaaaa... me dejó temblando, débil, sin fuerzas. Teníamos que volver...
Ahora los juegos se iban a dar en nuestros hogares...
3 comentarios - Cap 4.
"placer con moral dudosa" jaja, moral dudosa....con el hermano de tu marido, cuál sería la duda? Gracias por compartir y a la espera de la continuación.