Sus aceitadas manos recorrían lentamente sus firmes piernas, la luz del baño se reflejaba en ellas generando un contraste que las hacia ver aun mas morenas y bronceadas. Subía y bajaba sus manos por sus piernas desde los tobillos hasta sus muslos, recorriéndolas en su totalidad, lentamente y minuciosamente y esparciendo de forma uniforme la crema en ellas. Cada vez que se agachaba para llegar a su pantorrilla la fina tira transparente negra de su tanga se metía agresivamente entre sus pequeños pero firmes glúteos bridándome un espectáculo que no podía soportar de otro modo mas que propinándome placer a mi mismo viendo el show privado que mi mujer me estaba brindando en el antebaño de casa.Volteo hacia mi dejándome ver sus pechos claramente en punta y simulando humildad pregunto si estaba linda. Mi vista se fijo en su entrepierna, su tanga transparente de frente me permitía ver su totalmente depilada vulva bien marcada y solo pude imaginar en la suavidad de su pubis y en abrir esos labios con mis dedos para descubrir los jugos de su humedad pero solo pude decirle que estaba hermosa y acelere el ritmo con el que castigaba mi falo... ella volteo al mismo tiempo que me regalaba una picara sonrisa aunque fue tan rápido que tal vez solo me pareció verla. Ella tal vez no quería demostrarme que le gustaba mi alago, no quería darme ese triunfo y corono el momento indicándome que me veía masturbándome como un mono y mirándola como un niño que mira un juguete inaccesible para el.
Perfumo todo su cuerpo con el perfume importado que le compre en su cumpleaños, se coloco un corto vestido negro pegado al cuerpo, sandalias con tiras de cuero que trepaban por sus piernas como serpientes y al mirarse al espejo para comenzar a pintarse los labios con su labial favorito de color rojo carmesí, su color favorito para sus citas, un leve movimiento para acercarse hacia el espejo del baño genero que el corto vestido subiera lo suficiente para permitirme ver como aquella tanga negra se asomaba por debajo del vestido apenas esta cubriendo los labios de su sexo.
Eso fue suficiente para mi, quien ya no pude aguantar mas y por impulso e inconciencia, con mi sexo en un estado de excitación total intente reclamarle a mi mujer que me entregue lo que me correspondía por contrato marital. Tomando su cintura la fuerza de mis brazos genero que el vestido subiese unos centímetros mas aun, mi pene pudo tocar por un segundo uno de sus glúteos cálidos firmes y por un segundo pude presionarme sobre ella pero rápidamente fui repelido con su mano en mi pecho marcándome como un perro castigado donde era mi lugar esa noche... esta noche no había contrato que valga por que esta noche esos derechos estaban prometidos a otro. Ella no podía permitir que mis indignos flujos pre seminales mancharan innecesariamente el vestido que había comprado para esa noche y arruinara así los preparativos del banquete que estaba preparando para otro hombre. Rogué por su atención para que pudiese sacarme de aquel tormento al menos utilizando aunque fuese una mano... la suave caricia de tan solo una de sus manos hubiese sido suficiente para liberar a mi pija de aquel tormento y pudiese vomitar todo mi veneno al piso del antebaño. Ella no podía darme la cura de mi tormento esa noche, esa noche ella me quería enfermo de morbo con una fiebre interna suficientemente fuerte para nublar mi capacidad moral, mis creencias religiosas y el temor al que dirán. Así estando yo enfermo de lujuria seria yo mas fácil de manejar para ellos... me transformaban así en un sirviente dispuesto a poner una mesa donde mi mujer y otro hombre iban a devorarse mutuamente ante mi mirada.
Así fue como lleve a mi mujer hacia aquel bar que era para mi como un matadero... ella pequeña, semidesnuda sin mas ropa que un pedazo de tela que apenas la cubría desde sus pechos hasta debajo de su cola y sus sandalias con tiras de serpiente como una pequeña oveja indefensa a punto de ser sacrificada por un hombre que la esperaba para castigarla con un enorme martillo y transformar a la mujer que yo amo en no mas que un pedazo , una concha, un culo que el pudiese usar hasta despersonalizarla y transformarla en no mas que un objeto o juguete de su placer. Entonces entendí que en realidad ella tenia opciones... era ella quien corría hacia el matadero, ella era quien ponía la cabeza debajo de la guillotina y era ella quien deseaba la muerte y transformarse en un juguete para el. Entonces entendí que para ellos la muerte era un juego y se iban a devorar mutuamente y que en realidad el único que iba a ser sacrificado esa noche iba a ser yo.
Llegamos al bar sin poder evitar llamar la atención, la vista de los parroquianos asiduos fijaron sus ojos en mi mujer desde que llegamos. Las mirabas lascivas de los clientes del bar se fijaron en aquella pequeña mujer que a pesar de su pequeña estatura o masa muscular podía generar mas energía sexual con cada pisada que daba que muchas otras tal vez mas exuberantes pero carentes de actitud. Y mientras caminaba entre los pequeños pasillos que dejaban las mesas plenas de actividad nocturna todos deseaban que un pequeño movimiento levantase apenas unos centímetros aquel pequeño vestido. Ella estaba extasiada en su rol protagónico seguramente excitándose al saber que podía tener a la gran mayoría de los hombres en ese bar, esa noche, si quisiera. Al mismo tiempo algunos de esos hombres se comparecían por mi... no era mi culpa tener que cuidar esa noche a aquella oveja entre lobos y como un gesto de lastima y compasión intentaban disimular su interés pero era claro que había aquella noche en ese bar hombres mucho mas aptos de acompañar y resguardar el honor e integridad de mi mujer que yo. Tan cierto era que yo tan solo era el tenedor... era el acompañante que la llevaba hacia su destino final.
El me envolvió con sus brazos cuando me vio y al hacerlo supe que me superaba en todo... mas alto.. mas ancho... y con una confianza que solo tienen quienes se sienten ganadores... me impregno con su perfume y el olor posiblemente de su crema para después de afeitar. Abrazo a mi mujer y la envolvió en su pecho y vi como mi mujer se hacia mas pequeña y mas pequeña en ese pecho y entonces sus feromonas de macho alfa la reclamaron para el y desde ese momento me transforme en no mas que un accesorio de aquella mesa al que tenían que tratar de mantener conforme y consolado lo suficiente como para que no me transforme en un estorbo capaz de frenar de un golpe los mil polvos que se estaban echando en sus fantasías dentro de sus cabezas donde yo no podía verlos.
Dos días antes no existía Lucas... era un viernes clásico para nosotros y tal vez para cualquier pareja treintañera... netflix, delivery y sexo es el starter pack de los casados de nuestra generación. Claro que ni en nuestros planes maritales mas cotidianos y mundanos nosotros nunca fuimos del todo convencionales. Netflix tal vez significaba algún marathon de series, delivery tal vez significaba pizza o sushi dependiendo de la altura del mes y la comodidad económica que tuviésemos... pero sexo... no era el de otras parejas... para nosotros sexo significaba desarrollar una serie de fantasías y juegos de roles en donde yo imaginaba a mi mujer como protagonista de las películas porno mas morbosas , la imaginaba siendo la mas puta, la mas reventada mientras que ella por su parte también quería sentirse puta, reventada, la fuente de deseos... pero no solo mis deseos... sino de todo hombre que ella fantaseaba cojerse. A su vez la fantasía de acompañar a una mujer tan poderosa capas de tener al hombre que ella quisiera me hacia sentir poderoso pero al mismo tiempo poca cosa al entender que esos hombres que ella tanto deseaba podrían darle horas de placer que yo no podría... podrían llenarle la vagina de sexo un modo que solo naciendo de nuevo yo podría y podrían hacerla gritar como yo nunca podría. Yo solo puedo darle amor y compañía y comprensión y claramente eso no era poco, es la base de cualquier matrimonio y lo que nos mantiene unidos pero era insuficiente para mantenerla plenamente satisfecha. Su falta de conformismo disimulado los primeros años de la relación, de a poco fue volviéndose mas evidente y lo que al principio trataba de disfrazar con comprensión, al ver que podía machacar mis deficiencias, comenzó a usarlas para humillarme y volverme cada día un hombre mas pequeño hasta que ya no fui suficiente hombre para ella. Y entonces yo siendo tan pequeño comencé a venerarla como una diosa y comprendí que mi lugar en la cama no era mas que de un juguete masturbatorio para ella y que ella deseaba un hombre para satisfacerse y no un juguete.
No muchos podían llenar los zapatos de sus fantasías, comenzamos a buscar quien pudiese llenar sus exigencias pero no era fácil. El encuentro con otros hombres se volvió para nosotros un ritual donde veía a mi diosa prepararse para recibir algo que yo no podía darle y al mismo la imaginaba entregada, totalmente derrotada por el placer que le daba de otro hombre, en el rol de puta que ella deseaba jugar y eso me excitaba terriblemente. Por fin iba a ver a la mujer que me derrotaba cada vez que teníamos sexo siendo derrotada y humillada al deseo que le provocaba un macho mucho mas digno que yo. Pero la mayoría de las veces los hombres eran básicos, vacíos que solo buscaban una concha donde derramar su leche y así como íbamos volvíamos a casa desilusionados y ella usaba mi pija para masturbarse compartiendo su fantasía de sentirse realmente cojida.
Esa noche eso íbamos a hacer... de madrugada nos sumergimos en los videochats buscando prospectos interesantes para jugar y pasar un buen rato. Normalmente nos cuidábamos de buscar lejos de casa... españa, mexico, guinea ecuatorial o cualquier país de habla hispana que estuviese lo suficientemente lejos como para darnos total anonimato. Entonces mi mujer sentada en mi muslo con un conjunto de tanga y corpiño chequeaba una por una las cámaras de los sementales pajeros que rogaban por ver lo que ella tenia para mostrarles... mientras lo hacia su entrepierna se frotaba lentamente en mi muslo lo suficiente para mantener su vulva hambrienta pero sin llegar a estarlo tanto al punto de pedirle que abra sus labios con mis dedos o mi pija. Mi pija erecta ante la sensación del calor que despedía la vagina de mi mujer, imaginando como esas paginas que pasaban pagina a pagina estarían deseosos de sumergirse en ella. Entonces apareció Lucas, era un adonis griego sentado en una cama roja, su piel bronceada, cabello rubio y envuelto en una toalla de la cintura para abajo como si recién saliera de la ducha. Rápidamente notamos una bandera mitad española y mitad argentina en el vértice superior derecho de su transmisión lo que nos alerto de que no era buena idea entablar una sesión de autosatisfacción onanista con el. Quien sabe Lucas podría ser el hermano de mi jefe o el electricista de su madre.. pero rápidamente el despejo la duda comentándonos que si bien era argentino llevaba mas de 10 años viviendo en Palma de Mallorca. Entonces su bronceado tenia sentido... y mi mujer claramente se sintió atraída hacia ese hombre. Lucas corrió la toalla y nos dejo ver un hermoso falo dormido junto a su muslo... aun en estado de reposo su pene se veía mas poderoso que el mío despierto y entonces ella se acomodo delante mío, se abrió de piernas para el y comenzó a acariciarse y poco a poco sus jugos invadieron la tela que cubria su entrepierna empapándola de jugos mientras el aun con su pene en estado semi erecto comenzaba a tomar las riendas de la voluntad de mi mujer. Entonces ella se volvió un títere de para el, quien la manejaba como si fuese su muñeca haciéndola bailar a su ritmo, cual si fuese un director de orquesta usando su pija de batuta para impartir ordenes sobre lo que el deseaba de ella y ella hipnotizada y llena de lujuria lo obedecía. Finalmente fui el juguete sexual de ambos... el logro ver como mi mujer se movía para el usando como consuelo mi pene pero deseando el suyo . Yo no le servi de mucho no pude aguantar la calentura de ella que se movía frenéticamente para el pero al menos tuve suficientemente la cabeza fría para ver como ellos dos seguían exhibiéndose y ofreciéndose mutuamente... mi mujer frotándose y diciéndole que quería sentirse llena de el mientras mis jugos se despedían de su vagina e iban a parar al piso y mientras el prometía que iba a llenarle la concha de pija como nunca mas nadie lo hizo. Ambos explotaron en un orgasmo, el escupiendo chorros de leche sobre sobre sus sabanas rojas y ella convulsionando y temblando como una hoja. Entonces recuperando el aire Lucas dijo que quería verla... que necesitaba vernos... mi mujer también querría verlo pero los amantes estaban separados por 10 mil kilometros que separaban córdoba argentina y palma de mallorca españa y ese era un obstáculo que el deseo no podía saltar. Eso me dio alivio por que sabia que si no existiera esa distancia entre ellos mi mujer dejaría de ser solo mía al fin... mi deseo y mayor fantasía cumplida y al mismo tiempo mi mayor pesadilla... pero... pero que tal si no existiesen esos 10 mil kms... que tal si solo fuesen 30 kms... que tal si Lucas no estuviese en españa sino que estuviese visitando a su familia en villa Carlos paz apenas a 40 minutos en auto de nosotros... Yo me sentí engañado y supuse que ella también pero por el contrario ella se volvió a excitar...los amantes se deseaban... pero no había mucho tiempo que perder... Lucas en tres días volvería a españa y tal vez iban transcurrir otros 10 años antes de que el volviese a la argentina nuevamente. Tal vez ese domingo iba a ser la ultima oportunidad de que ella pudiese estar con el hombre que siempre deseo estar y tal vez yo la vería finalmente tan entregada como siempre fantasie verla...
En el bar la conversación fluía entre ellos mojada por cebada de la cerveza artesanal, el le contaba mil anécdotas de sus viajes por Europa conociendo lugares mágicos que se alejaban totalmente de los limites de mi tarjeta de crédito. Ellos sentados uno al lado del otro, el brazo de Lucas se apropiaba de la pequeña cintura de mi mujer y compartían secretos al oído que los hacían reír sin importarles ser mal educados conmigo quien estaba ahí presente pero al mismo tiempo no presente para ellos. Entonces ella fue al baño dejándonos un momento para conocernos como hombres y yo imagine que podría hablarle y ponerle algún tipo de limites, marcar con fuerza que mas allá de todo esa era mi mujer y me pertenecía por derecho pero por mas que mi mente quería decir mil cosas mi boca no tenia fuerzas o mejor dicho valor para pronunciar las palabras. Por su parte el tampoco estaba interesado en hablar conmigo al punto de que una persona que hacia dos minutos no paraba de hablar y de contar historias de su vida de repente me ignoraba como si no estuviese ahi y solo atino a encender un cigarrillo preguntarme si se me ofrecía uno y fumar mientras regresaba ella. Entonces ella regreso y le dijo algo al oído... ambos se rieron y yo no supe por que... estar tan afuera de esa mesa me canso , necesitaba emborracharme y fui a la barra a pedir un trago de bebida blanca sin esperar que la moza apareciera. Cuando regrese Lucas recorría el cuello de mi mujer ella gemia orgásmicamente... entonces Lucas me indico que mirase hacia abajo y vi como el vestido de mi mujer prácticamente estaba en su cintura , su tanga había desaparecido en su visita al baño y los dedos de Lucas entraban y salían de la vagina de mi mujer y seguramente de no haber sido por la música alta hubiese podido escuchar como los dedos de Lucas chapoteaban dentro de ella con sus jugos.
Entonces la moza que no había aparecido cuando la necesitaba apareció en ese momento y nos advirtió que la fiesta que se estaban dando Lucas y mi mujer era demasiada fiesta para un bar lleno de gente. Entonces ellos prefirieron continuar la fiesta en otro lado... me dejaron a cargo de pagar lo consumido y marcharon rumbo a casa de Lucas. Prometieron enviarme la ubicación y me dieron la opción de estar presente o quedarme a esperarla en el bar pero yo no iba a perderme ese momento y me apure a pagar para ir detrás de ellos. Sabia que si me quedaba mas que quedarme tomando unos tragos me la iba a pasar en el baño masturbándome convulsivamente con la imagen de mi mujer en un bar desnuda de la cintura para abajo enseñándole a todo el mundo su concha llenándose de dedos de otro hombre...
Temi que cuando llegase a casa de Lucas todo hubiese terminado pero debo haber logrando pagar la cuenta y disculparme por lo ocurrido y manejado muy rápido por no me perdí mucho de los juegos previos. La puerta estaba sin seguro como habían prometido y lo primero que vi fue en el centro de una sala estilo living en total oscuridad ante una la tenue luz que entraba desde una ventana a mi mujer arrodillada... nuevamente su vestido estaba en su cintura... Lucas ya desnudo le daba de comer su enorme pija la cual ella se devoraba hambrienta, el gemia de placer ante los intentos de ella de metérsela toda en la boca... en la oscuridad solo los veía a ellos transpirados ante un velo blanco que entraba por la ventana... tal vez la luna... tal vez una farola en el exterior pero propicia para darme aquel delicioso show. Yo estaba perdido en el culito mi mujer...chiquito, durito... moviéndose ondulamente como si ya estuviese montada encima del pene de Lucas... entonces el con un gesto de manos le pidió que se levante del suelo y con otro gesto de su mano le indico donde estaba el cuarto... ella caminaba sensualmente delante el contoneando la cadera como gatita en celo pero el rompió toda pose golpeándola fuertemente en la cola... ella perdió el equilibrio y cayo con ambas manos sobre un sillón... ella lo miro y el amago nuevamente golpearla con la palma abierta de su mano , ella se reincorporo y rápidamente corrió al cuarto. El cuarto estaba acordemente iluminado... no demasiada luz ni tampoco a oscuras... el se puso sobre ella y comenzó a recorrer su cuerpo de arriba a abajo de abajo a arriba... cada vez que le besaba el cuello se lo succionaba como animal... cada vez que le besaba sus tetas le mordía los pezones y se los estiraba entonces el tomo un boxer... no puedo saber si era el que se había quitado antes de yo llegase y comenzó a sobar la vagina de mi mujer con el... después me miro y me ofreció su boxer y me dijo que ahí podía oler como estaba de caliente mi mujer por el... y aunque fuese humillante y denigrante les mentiría si no les dijera que olía ese boxer de Lucas con el olor del flujo de mi mujer con el olor a bolas de Lucas totalmente entregado mientras me masturbaba frenéticamente... ella lo trato de hijo de puta con su respiración entrecortada por la excitación y le pidió que por favor la coja... Ella quiso tenerla sobre el pero el quería poseerla totalmente y la puso en posición de perra en celo y centímetro a centímetro vi como la pija de Lucas se perdía dentro de la concha de mi mujer. Mientras tanto yo me perdía en mi en aquel fabuloso espectáculo y me eyaculaba encima una y otra vez siendo con cada eyaculación un poco mas patético e indigno para ella. Entonces ella lo monto como una reina y la pequeña morochita dominaba a aquel toro rubio volviéndolo loco de placer bajo la tenue luz de los veladores mientras yo en la oscuridad solo un testigo que tenia la suerte de poder presenciar ese momento.
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