Posiblemente me salga peor porque la verdad pensé en dejarlo como estaba, pero bueno se intentará.
0 TARDE DE LIMPIEZA
- Mmmmmmmm, mmmmmmm, así chúpalo - gemía Aurora.
Yo me afanaba en limpiar su coñito de flujos (ya sabeis de que procedencia).
De repente paré y me dispuse a penetrarla, cual conejo ávido campestre. Pero ella me colocó las manos en los hombros, y me volvió a empujar hacia atrás.
- Amor no pares, no quiero penetración ahora, prefiero tu lengua - me soltó.
- Vale - dije un poco decepcionado, aunque mi polla indicaba justo lo contrario.
Comencé a pajearme mientras seguía lamiendo y succionando. Aurora comenzó a tocarse los pechos mientras temblaba con espasmos.
No puedo decir quien lo hizo primero, pero los dos nos corrimos. Eso sí, fue la primera vez mía de esa tarde.
1 VISITA SORPRESA
Los siguientes días no pasó nada en particular. Yo sabía ciertamente lo que había pasado, por todo lo comentado previamente,
pero no quería pensar mucho en ello porque me ponía cardíaco y tenía que ir corriendo a por el rollo de papel.
Aurora actuaba con normalidad, no quise sacar el tema porque la verdad no sabía como encauzarlo. Si había sido un calentón de ella pasajero, si iba a seguir con estos juegos, etc.
Con Paco no tuve nada de contacto, por extraño que parezca no se sentaba en el patio ni me lo encontré por el piso o al sacar la basura.
Por mi parte, aún conservaba el vídeo de Paco, con el que cayeron unas muy buenas pajas.
Uno de los pensamientos más redundantes que acudían a mi mente después de visualizar el vídeo era la frase del vídeo de Paco:
- La siguiente vez, me desplazo yo a tu domicilio jaja.
Yo pensaba, ¿de que forma va a ocurrir esto? ¿Aurora sigue en el papel de indiferencia frente al vecino o entrará en este morboso juego?. Estaba bastante intrigado y emocionado.
Estuve toda la semana en este plan, hasta que llegó el ansiado viernes. Al llegar a casa, Aurora dijo:
- ¿Cariño eres tú? Anda ven y ayúdame con esto.
Entre con el corazón en vilo en la cocina.
Lo que vi allí me sorprendió.
Aurora estaba con un delantal puesto y preparando bastantes platos de comida. Una empanada casera, lasaña y un rulo de carne mechada.
Este último era el culpable de la petición de socorro, porque hacían falta tres manos para mantenerla enrollada, rellenarla y atarla con el hilo.
- Vaya, pero que es esto, de quien es el cumpleaños!! - grité.
- De nadie, tontín. Es que mañana viene alguien a cenar con nosotros - me dijo con una sonrisa.
Me quedé un poco perplejo hasta que noté una presión en mi pantalón.
- Ah vale, ¿y quiés es? - dije, mientras iba andando hacia el baño.
- Ya lo verás amor - me contestó desde lejos, percibiendo el cachondeo en su voz.
Entré en el baño, cogí el móvil, puse el vídeo por decimocuarta vez en la semana y me la casqué.
2 LA CENA
Llegó el sábado por la tarde-noche.
Aurora estaba duchándose y acabándose de arreglar.
Yo estaba viendo la TV, comiendome las uñas. Estaba bastante nervioso. Nunca hubiera imaginado esta situación.
De no tener contacto con el vecino para nada, a que viniera a cenar a casa, tras haberse follado a tu novia y encima habiendo prometido en el mismo momento de la follada, que lo haría en casa. Es un poco fuerte.
Aurora salió por fin de la ducha, completamente vestida. La verdad que estaba normal, mirandola a la cara, sin maquillarse mucho, con unos pendientes de plata pequeños con forma de espiral, uno de mis primeros regalos de pareja y llevaba una blusa normal.
De parte de abajo... estaba el sofá delante por lo que no vi nada.
Ensimismado en esos momentos, sonó el timbre de repente. Paco había llegado.
- Ve tu a abrir cari - dijo y se alejó hacia la cocina, supongo que para sacar los platos del banquete. Al ver rápidamente, vi que llevaba unos pantalones muy ajustados, blancos, casi trasparentes. Me dije para mi mismo, la parte de abajo si está al nivel de Paco.
Cuando abrí la puerta, ahí estaba Paco, sonriente de oreja a oreja. Iba vestido con un jersey normalito y unos pantalones de pinza antiguos. Creo que es lo más arreglado que encontró por casa.
- Vecino que alegría verte coño!! Muchas gracias por invitarme. Mira he traido tres botellas de un vinito blanco de por aquí, es lo menos que podía hacer ya que no se me da bien cocinar - me comentó Paco.
- No tenías que haberte molestado. Pasa hombre trae acá - le dije.
La verdad que esperaba más tensión entre nosotros, pero todo era bastante normal.
- Anda que bien me tenéis el piso, vaya inquilinos más buenos que tengo jaja - dijo esto mientras lo guiaba al salón.
Aurora ya estaba sentada y los platos estaban en la mesa.
- ¿Que pasa Paco, como andamos? - dijo con una cálida sonrisa Aurora.
- Muy bien niña, no no, no te levantes, ya me acerco yo - diciendo esto, Paco se acercó y le dio dos besos en las mejillas.
Me quedé un poco atolondrado, porque o los dos eran muy buenos actores o no me coscaba yo de reacciones extrañas.
- Cariño que haces ahi de pie como un gato de escayola, anda sientate ya que se va a enfriar esto jaja - dijo mi Aurora.
- Cierto jaja, me quedé en blanco; bueno, buen provecho! - dije yo.
Comenzamos a cenar, mientras hablábamos de trivialidades.
Paco nos comentó que se vivía bien con los alquileres que tenía y que estaba muy tranquilo. Decía que para su edad, lo que buscaba era estabilidad.
- Paco ¿y tu has estado casado? - preguntó Aurora.
- Que va niña, he tenido algunas novias, pero en eso se han quedado, en escarceos jaja - dijo Paco - ¿Y vosotros no dais el paso?
- Nosotros somos pareja de hecho, no creo que nos casemos, estamos bien así - dije yo.
- Estas juventudes, tan abiertos de miras. Me gusta me gusta - diciendo esto Paco me guiñó un ojo.
Fue el primer atisbo de la picaresca de Paco que percibí.
Ya habíamos consumido casi toda la cena, y dos de las botellas de vino habían caído.
- ¿Quereis más vino? - pregunté yo.
Asintieron los dos, empecé a echarle vino a Aurora y al agarrar la copa, me indicó:
- Oye este vino está caliente. ¿Por qué no te acercas a por hielo a la tienda de la esquina y usamos la nueva cubitera que nos regalaron?
- Vale, vuelvo en unos minutos - dije yo.
- Nosotros iremos recogiendo la mesa y te esperaremos amor - diciendo esto, Aurora se levantó.
Nada más separarse de la mesa, vi que con su pantalón blanco casi transparente, se percibían unas letras.
Me quedé atolondrado hasta que caí... era el tanga de la frase famosa relacionada con Paco y el depósito.
Aurora se desperezó y cogió un par de platos.
Me quedé inmóvil en la silla y Paco justo a mi lado. Miré hacia él y me correspondió la mirada, con una sonrisa, pero esta vez no como la sonrisa de cuando abrí la puerta, esta sonrisa era verdadera.
3 EN BUSCA DE REFRIGERIO
Paco me acompañó a la puerta sin decir ni una palabra. Mi vecino, que había "llenado" a mi novia en su casa, estaba acompañándome a la puerta de mi propia casa, bueno, más bien una de sus casas, vaya situación.
No lo pretendía pero empecé a calentarme.
Abrió la puerta de la calle y dijo:
- Bueno ya sabes, traénos el hielo para el vino para que podamos seguir bebiendo. Aunque yo a Aurora le daba de beber otra cosa jaja, tu me entiendes.
- Ermmm - dije yo.
- Naaaada, no hacen falta palabras. Si con tu cara lo dices todo jaja.
Me empujó con decisión hacia la calle, pero sin brusquedad, debido a que tampoco opuse resistencia. Cerró la puerta tras de mí y escuché el cerrojo.
Pegué la cabeza contra la puerta, pero al ser la puerta de calle, era demasiado gruesa, por lo que no podía escuchar nada.
Por mi cabeza pasaron diez mil cosas, ¿que estarían haciendo? ¿Aurora le seguiría el juego? ¿Se la estaría follando ya? Era imposible dilucidar lo que estaba ocurriendo en mi casa. Como el piso es un bajo, interior, y las ventanas y la puerta auxiliar dan al patio interior que mencioné anteriormente, pues no había forma de acceder al lugar sino era por dónde Paco me había invitado a marchar. Vaya faena!
Entre la sensación de impotencia y el morbo que me estaba entrando, en vez de ir a la tienda de la esquina a por hielo, me senté en el suelo apoyando la espalda contra la puerta y empecé a masturbarme frenéticamente.
No sé cuanto tardaría en correrme, pero no debió ser mucho tiempo debido al nivel de calentura alcanzado. Además de hielo, tendría que comprar unas toallas húmedas o algo para limpiarme las manos.
Lo dicho, en cuanto terminé, me dirigí a la tienda caminando a paso rápido y compré una bolsa de hielo y un paquete pequeño de toallitas, de esas que siempre vienen bien llevar para cualquier situación inesperada.
Volví a casa más rapido inclusive y me paré frente al portal. Llamé al timbre.
Nadie respondió.
Llamé de nuevo.
Silencio.
Me empecé a asustar, mi vecino, encerrado con mi novia, a ver si Aurora de verdad no siguió el juego y fue un montaje de Paco...
Aurora abrió la puerta.
4 LA DESPEDIDA
No se que esperaba encontrar. Describo la situación mejor.
Aurora me abrió la puerta... y estaba igual que cuando la dejé. La misma ropa, el mismo peinado, el mismo poco maquillaje. Avancé al salón y Paco estaba sentado, mirando su teléfono móvil. También vestido tal como llegó unas horas antes.
No había pasado nada! La mente a veces nos juega malas pasadas; sentí un poco de vergüenza porque mientras ellos estaban comportándose de forma completamente normal, yo me había pajeado en el portal de la casa. Por suerte, en el bajo sólo viviamos Paco y nosotros, por lo que ningún vecino podía pillarme. Si bajaban las escaleras tendrían que encender la luz y si entraran por la puerta que da a la calle, estaban en mi punto de vista y además harían ruido. Suerte tuve de todo esto, porque ni me paré un segundo a pensar en lo que hice.
Volviendo a la situación en mi casa, entré con el hielo y las toallitas. Paco me miró.
- Donde vas con eso vecino, que tardaste tanto, ¿tuviste un apretón?
- Jajaja, este Paco qu cachondo es - dijo mientras le daba un manotazo en el hombro.
- No sabes tu lo cachondo que soy jaja - correspondió Paco.
- Ermmm, bueno, ¿echamos el vinito o que? - interrumpí yo.
- Mmmm la verdad vecino, que se me ha hecho ya un poco tarde. Mañana quiero madrugar para ir a echar la lotería y dar un paseito, para mantener este cuerpo serrano!! - dijo Paco mientras se tocaba la panza.
- Eso eso, a cuidarse, que a una edad ya hay que tomar mejores hábitos - dijo Aurora.
- Bah, si yo estoy hecho un chaval!!
Todos reímos ahi.
Puse la bolsa de hielo en el congelador antes que se me deshiciera en las manos y acompañamos a Paco a la puerta auxiliar, la que da al patio.
- Bueno pareja, muchas gracias por la invitación. Sois muy buenos comensales y la cena deliciosa, sobre todo el postre.
- Coincido en lo del postre! La próxima la organizas tu ¿eh? - dijo Aurora.
- Trato! jaja - dijo despidiéndose Paco.
Cerré la puerta y al darme la vuelta, Aurora se me lanzó a besarme apasionadamente. Estaba muy caliente.
- ¿Oye que te pasa, que estás asi? - dije sorprendido.
- Calla y vamos al cuarto!
Nos lanzamos sobre la cama casi en plancha, riéndonos. Ella se quitó los pantalones, no sin trabajo y con parte de mi ayuda. Al verle el tanga con el mensaje de Paco, me puse burro.
- ¿Por qué te pusiste esto hoy y con ese pantalón eh? - pregunté.
- Tu que crees, porque sabía que te pondrías así jaja - me dijo ella, mientras abría y cerraba las piernas, mostrando a ratos el mensaje del tanga.
Se quedó quieta de repente, con la mano izquierda hizo el gesto de los cuernos y con la derecha se abrió el tanga hacia un lado.
- Aunque hayas llegado tarde, no creas que te vas a quedar sin tu postre. Ven a por él.
Me lancé literalmente de cabeza. Aurora estaba muy mojada y no se podía discernir el flujo que estaba saboreando, aunque viendo los resultados anteriores, a saber de que eran.
Tras varios minutos de lamidas, nos pusimos a follar como si no hubiera un mañana. Cayó rendida.
Yo permanecí un poco desvelado. Me puse a pensar que aunque no pasó nada con Paco, fue bastante morboso y que diablos, echamos un buen polvo.
Me levanté a orinar y al salir del baño e ir a por agua a la cocina, vi mi móvil en la mesa.
Retomé mi camino hacia el dormitorio, pero me detuve.
Me entró esta sensación que tenemos tanto hoy en día, de desbloquear el teléfono y ver si hay algún mensaje.
Volví sobre mis pasos y observé el terminal.
Un whatsap. De Paco. La hora era de cuando yo estaba, en la tienda, comprando hielo. Me empezó a latir el corazón vertiginosamente.
Lo abrí, era un vídeo, 4 minutos y medio.
5 EL POSTRE
De nuevo la imagen es muy tenue.
Un borrón pasa por delante. Habla alguien. Es Paco.
- Ponte esto asi, asi. Muy bien. Ahora me voy a sentar en este sillón, ya sabes lo que tienes que hacer.
Se sienta en el sillón. Está vestido.
Hay un zoom en la cámara. Se ve que Paco tiene un mando a distancia o similar. Se enfoca el bulto del paquete, bastante voluminoso.
Se vislumbra una mano, comienza a acariciar el bulto. La otra mano de la persona misteriosa, desabrocha la cremallera. Mientras termina de bajarla, mete la mano libre dentro y saca el pollón, duro pollón venoso de Paco.
Se queda un rato masajeando el tronco, la cabeza está roja. Paco ni se mueve, supongo que está disfrutando.
De repente aparece en pantalla parte de la mandíbula inferior, de una mujer. Abre la boca y saca un poco la lengua. Comienza a dar besitos al pollón. Para y recorre el mástil con la lengua de arriba a abajo, lame como si fuera un helado y para rematar intenta meterse el pollón hasta donde puede. Como la polla de Paco es muy ancha por el centro, la mujer se mete la polla hasta la mitad y permanece con la mandíbula casi desencajada.
Se escucha un timbre de fondo.
- Date prisa zorra. - dice Paco
La chica comienza a aumentar el ritmo de la felación y Paco aleja un poco el zoom. Ahora puede verse hasta la nariz de la mamadora.
Lleva como una venda en los ojos, no, no es una venda, es demasiado pequeño para ser una venda. Es rubia. Con la velocidad de movimiento tampoco se percibe mucho. No si al final tendré que comprarle a Paco una cámara en condiciones, no te jode.
Se escucha por segunda vez el timbre.
Paco empieza a temblar levemente. Se está corriendo, y de que forma. 6 sacudidas, parece su número de la suerte. La chica para y se queda con la mitad del pollón de Paco en la boca. Empieza a tragar, sin dejar escapar ni una gota.
- ¿Te ha gustado el postre? No olvides compartirlo, aunque solo sea una cucharada jaja - dice Paco, mientra se incorpora.
La chica sonríe y al incorporarse, se ve un primer plano fugazmente, pero no me da tiempo ver nada. El vídeo se corta. Pienso frenéticamente, en un monitor más grande se verá mejor.
Voy corriendo al ordenador en el salón y copio el vídeo desde el teléfono. Empiezo a verlo de nuevo, le doy hacia adelante, estoy impaciente.
Paro el vídeo justo cuando Paco se corre y empiezo a darle a cámara muy lenta.
La chica es rubia. A la chica solo se le ve una oreja, pero lleva un pequeño pendiente de plata en forma de espiral... La chica no lleva una venda, tal como visualicé. Es un tanga, colocado de forma que el frontal oculta los ojos y donde se puede leer del revés: "Por favor vecino Paco, devuelvelo... LLENO".
No puedo más, me la saco y me pajeo. La paja más rápida de la historia.
Empiezo a recuperar la respiración. Me calmo. Me levanto de la silla y al girarme, está Aurora en el umbral del dormitorio con una media sonrisa en la cara.
0 TARDE DE LIMPIEZA
- Mmmmmmmm, mmmmmmm, así chúpalo - gemía Aurora.
Yo me afanaba en limpiar su coñito de flujos (ya sabeis de que procedencia).
De repente paré y me dispuse a penetrarla, cual conejo ávido campestre. Pero ella me colocó las manos en los hombros, y me volvió a empujar hacia atrás.
- Amor no pares, no quiero penetración ahora, prefiero tu lengua - me soltó.
- Vale - dije un poco decepcionado, aunque mi polla indicaba justo lo contrario.
Comencé a pajearme mientras seguía lamiendo y succionando. Aurora comenzó a tocarse los pechos mientras temblaba con espasmos.
No puedo decir quien lo hizo primero, pero los dos nos corrimos. Eso sí, fue la primera vez mía de esa tarde.
1 VISITA SORPRESA
Los siguientes días no pasó nada en particular. Yo sabía ciertamente lo que había pasado, por todo lo comentado previamente,
pero no quería pensar mucho en ello porque me ponía cardíaco y tenía que ir corriendo a por el rollo de papel.
Aurora actuaba con normalidad, no quise sacar el tema porque la verdad no sabía como encauzarlo. Si había sido un calentón de ella pasajero, si iba a seguir con estos juegos, etc.
Con Paco no tuve nada de contacto, por extraño que parezca no se sentaba en el patio ni me lo encontré por el piso o al sacar la basura.
Por mi parte, aún conservaba el vídeo de Paco, con el que cayeron unas muy buenas pajas.
Uno de los pensamientos más redundantes que acudían a mi mente después de visualizar el vídeo era la frase del vídeo de Paco:
- La siguiente vez, me desplazo yo a tu domicilio jaja.
Yo pensaba, ¿de que forma va a ocurrir esto? ¿Aurora sigue en el papel de indiferencia frente al vecino o entrará en este morboso juego?. Estaba bastante intrigado y emocionado.
Estuve toda la semana en este plan, hasta que llegó el ansiado viernes. Al llegar a casa, Aurora dijo:
- ¿Cariño eres tú? Anda ven y ayúdame con esto.
Entre con el corazón en vilo en la cocina.
Lo que vi allí me sorprendió.
Aurora estaba con un delantal puesto y preparando bastantes platos de comida. Una empanada casera, lasaña y un rulo de carne mechada.
Este último era el culpable de la petición de socorro, porque hacían falta tres manos para mantenerla enrollada, rellenarla y atarla con el hilo.
- Vaya, pero que es esto, de quien es el cumpleaños!! - grité.
- De nadie, tontín. Es que mañana viene alguien a cenar con nosotros - me dijo con una sonrisa.
Me quedé un poco perplejo hasta que noté una presión en mi pantalón.
- Ah vale, ¿y quiés es? - dije, mientras iba andando hacia el baño.
- Ya lo verás amor - me contestó desde lejos, percibiendo el cachondeo en su voz.
Entré en el baño, cogí el móvil, puse el vídeo por decimocuarta vez en la semana y me la casqué.
2 LA CENA
Llegó el sábado por la tarde-noche.
Aurora estaba duchándose y acabándose de arreglar.
Yo estaba viendo la TV, comiendome las uñas. Estaba bastante nervioso. Nunca hubiera imaginado esta situación.
De no tener contacto con el vecino para nada, a que viniera a cenar a casa, tras haberse follado a tu novia y encima habiendo prometido en el mismo momento de la follada, que lo haría en casa. Es un poco fuerte.
Aurora salió por fin de la ducha, completamente vestida. La verdad que estaba normal, mirandola a la cara, sin maquillarse mucho, con unos pendientes de plata pequeños con forma de espiral, uno de mis primeros regalos de pareja y llevaba una blusa normal.
De parte de abajo... estaba el sofá delante por lo que no vi nada.
Ensimismado en esos momentos, sonó el timbre de repente. Paco había llegado.
- Ve tu a abrir cari - dijo y se alejó hacia la cocina, supongo que para sacar los platos del banquete. Al ver rápidamente, vi que llevaba unos pantalones muy ajustados, blancos, casi trasparentes. Me dije para mi mismo, la parte de abajo si está al nivel de Paco.
Cuando abrí la puerta, ahí estaba Paco, sonriente de oreja a oreja. Iba vestido con un jersey normalito y unos pantalones de pinza antiguos. Creo que es lo más arreglado que encontró por casa.
- Vecino que alegría verte coño!! Muchas gracias por invitarme. Mira he traido tres botellas de un vinito blanco de por aquí, es lo menos que podía hacer ya que no se me da bien cocinar - me comentó Paco.
- No tenías que haberte molestado. Pasa hombre trae acá - le dije.
La verdad que esperaba más tensión entre nosotros, pero todo era bastante normal.
- Anda que bien me tenéis el piso, vaya inquilinos más buenos que tengo jaja - dijo esto mientras lo guiaba al salón.
Aurora ya estaba sentada y los platos estaban en la mesa.
- ¿Que pasa Paco, como andamos? - dijo con una cálida sonrisa Aurora.
- Muy bien niña, no no, no te levantes, ya me acerco yo - diciendo esto, Paco se acercó y le dio dos besos en las mejillas.
Me quedé un poco atolondrado, porque o los dos eran muy buenos actores o no me coscaba yo de reacciones extrañas.
- Cariño que haces ahi de pie como un gato de escayola, anda sientate ya que se va a enfriar esto jaja - dijo mi Aurora.
- Cierto jaja, me quedé en blanco; bueno, buen provecho! - dije yo.
Comenzamos a cenar, mientras hablábamos de trivialidades.
Paco nos comentó que se vivía bien con los alquileres que tenía y que estaba muy tranquilo. Decía que para su edad, lo que buscaba era estabilidad.
- Paco ¿y tu has estado casado? - preguntó Aurora.
- Que va niña, he tenido algunas novias, pero en eso se han quedado, en escarceos jaja - dijo Paco - ¿Y vosotros no dais el paso?
- Nosotros somos pareja de hecho, no creo que nos casemos, estamos bien así - dije yo.
- Estas juventudes, tan abiertos de miras. Me gusta me gusta - diciendo esto Paco me guiñó un ojo.
Fue el primer atisbo de la picaresca de Paco que percibí.
Ya habíamos consumido casi toda la cena, y dos de las botellas de vino habían caído.
- ¿Quereis más vino? - pregunté yo.
Asintieron los dos, empecé a echarle vino a Aurora y al agarrar la copa, me indicó:
- Oye este vino está caliente. ¿Por qué no te acercas a por hielo a la tienda de la esquina y usamos la nueva cubitera que nos regalaron?
- Vale, vuelvo en unos minutos - dije yo.
- Nosotros iremos recogiendo la mesa y te esperaremos amor - diciendo esto, Aurora se levantó.
Nada más separarse de la mesa, vi que con su pantalón blanco casi transparente, se percibían unas letras.
Me quedé atolondrado hasta que caí... era el tanga de la frase famosa relacionada con Paco y el depósito.
Aurora se desperezó y cogió un par de platos.
Me quedé inmóvil en la silla y Paco justo a mi lado. Miré hacia él y me correspondió la mirada, con una sonrisa, pero esta vez no como la sonrisa de cuando abrí la puerta, esta sonrisa era verdadera.
3 EN BUSCA DE REFRIGERIO
Paco me acompañó a la puerta sin decir ni una palabra. Mi vecino, que había "llenado" a mi novia en su casa, estaba acompañándome a la puerta de mi propia casa, bueno, más bien una de sus casas, vaya situación.
No lo pretendía pero empecé a calentarme.
Abrió la puerta de la calle y dijo:
- Bueno ya sabes, traénos el hielo para el vino para que podamos seguir bebiendo. Aunque yo a Aurora le daba de beber otra cosa jaja, tu me entiendes.
- Ermmm - dije yo.
- Naaaada, no hacen falta palabras. Si con tu cara lo dices todo jaja.
Me empujó con decisión hacia la calle, pero sin brusquedad, debido a que tampoco opuse resistencia. Cerró la puerta tras de mí y escuché el cerrojo.
Pegué la cabeza contra la puerta, pero al ser la puerta de calle, era demasiado gruesa, por lo que no podía escuchar nada.
Por mi cabeza pasaron diez mil cosas, ¿que estarían haciendo? ¿Aurora le seguiría el juego? ¿Se la estaría follando ya? Era imposible dilucidar lo que estaba ocurriendo en mi casa. Como el piso es un bajo, interior, y las ventanas y la puerta auxiliar dan al patio interior que mencioné anteriormente, pues no había forma de acceder al lugar sino era por dónde Paco me había invitado a marchar. Vaya faena!
Entre la sensación de impotencia y el morbo que me estaba entrando, en vez de ir a la tienda de la esquina a por hielo, me senté en el suelo apoyando la espalda contra la puerta y empecé a masturbarme frenéticamente.
No sé cuanto tardaría en correrme, pero no debió ser mucho tiempo debido al nivel de calentura alcanzado. Además de hielo, tendría que comprar unas toallas húmedas o algo para limpiarme las manos.
Lo dicho, en cuanto terminé, me dirigí a la tienda caminando a paso rápido y compré una bolsa de hielo y un paquete pequeño de toallitas, de esas que siempre vienen bien llevar para cualquier situación inesperada.
Volví a casa más rapido inclusive y me paré frente al portal. Llamé al timbre.
Nadie respondió.
Llamé de nuevo.
Silencio.
Me empecé a asustar, mi vecino, encerrado con mi novia, a ver si Aurora de verdad no siguió el juego y fue un montaje de Paco...
Aurora abrió la puerta.
4 LA DESPEDIDA
No se que esperaba encontrar. Describo la situación mejor.
Aurora me abrió la puerta... y estaba igual que cuando la dejé. La misma ropa, el mismo peinado, el mismo poco maquillaje. Avancé al salón y Paco estaba sentado, mirando su teléfono móvil. También vestido tal como llegó unas horas antes.
No había pasado nada! La mente a veces nos juega malas pasadas; sentí un poco de vergüenza porque mientras ellos estaban comportándose de forma completamente normal, yo me había pajeado en el portal de la casa. Por suerte, en el bajo sólo viviamos Paco y nosotros, por lo que ningún vecino podía pillarme. Si bajaban las escaleras tendrían que encender la luz y si entraran por la puerta que da a la calle, estaban en mi punto de vista y además harían ruido. Suerte tuve de todo esto, porque ni me paré un segundo a pensar en lo que hice.
Volviendo a la situación en mi casa, entré con el hielo y las toallitas. Paco me miró.
- Donde vas con eso vecino, que tardaste tanto, ¿tuviste un apretón?
- Jajaja, este Paco qu cachondo es - dijo mientras le daba un manotazo en el hombro.
- No sabes tu lo cachondo que soy jaja - correspondió Paco.
- Ermmm, bueno, ¿echamos el vinito o que? - interrumpí yo.
- Mmmm la verdad vecino, que se me ha hecho ya un poco tarde. Mañana quiero madrugar para ir a echar la lotería y dar un paseito, para mantener este cuerpo serrano!! - dijo Paco mientras se tocaba la panza.
- Eso eso, a cuidarse, que a una edad ya hay que tomar mejores hábitos - dijo Aurora.
- Bah, si yo estoy hecho un chaval!!
Todos reímos ahi.
Puse la bolsa de hielo en el congelador antes que se me deshiciera en las manos y acompañamos a Paco a la puerta auxiliar, la que da al patio.
- Bueno pareja, muchas gracias por la invitación. Sois muy buenos comensales y la cena deliciosa, sobre todo el postre.
- Coincido en lo del postre! La próxima la organizas tu ¿eh? - dijo Aurora.
- Trato! jaja - dijo despidiéndose Paco.
Cerré la puerta y al darme la vuelta, Aurora se me lanzó a besarme apasionadamente. Estaba muy caliente.
- ¿Oye que te pasa, que estás asi? - dije sorprendido.
- Calla y vamos al cuarto!
Nos lanzamos sobre la cama casi en plancha, riéndonos. Ella se quitó los pantalones, no sin trabajo y con parte de mi ayuda. Al verle el tanga con el mensaje de Paco, me puse burro.
- ¿Por qué te pusiste esto hoy y con ese pantalón eh? - pregunté.
- Tu que crees, porque sabía que te pondrías así jaja - me dijo ella, mientras abría y cerraba las piernas, mostrando a ratos el mensaje del tanga.
Se quedó quieta de repente, con la mano izquierda hizo el gesto de los cuernos y con la derecha se abrió el tanga hacia un lado.
- Aunque hayas llegado tarde, no creas que te vas a quedar sin tu postre. Ven a por él.
Me lancé literalmente de cabeza. Aurora estaba muy mojada y no se podía discernir el flujo que estaba saboreando, aunque viendo los resultados anteriores, a saber de que eran.
Tras varios minutos de lamidas, nos pusimos a follar como si no hubiera un mañana. Cayó rendida.
Yo permanecí un poco desvelado. Me puse a pensar que aunque no pasó nada con Paco, fue bastante morboso y que diablos, echamos un buen polvo.
Me levanté a orinar y al salir del baño e ir a por agua a la cocina, vi mi móvil en la mesa.
Retomé mi camino hacia el dormitorio, pero me detuve.
Me entró esta sensación que tenemos tanto hoy en día, de desbloquear el teléfono y ver si hay algún mensaje.
Volví sobre mis pasos y observé el terminal.
Un whatsap. De Paco. La hora era de cuando yo estaba, en la tienda, comprando hielo. Me empezó a latir el corazón vertiginosamente.
Lo abrí, era un vídeo, 4 minutos y medio.
5 EL POSTRE
De nuevo la imagen es muy tenue.
Un borrón pasa por delante. Habla alguien. Es Paco.
- Ponte esto asi, asi. Muy bien. Ahora me voy a sentar en este sillón, ya sabes lo que tienes que hacer.
Se sienta en el sillón. Está vestido.
Hay un zoom en la cámara. Se ve que Paco tiene un mando a distancia o similar. Se enfoca el bulto del paquete, bastante voluminoso.
Se vislumbra una mano, comienza a acariciar el bulto. La otra mano de la persona misteriosa, desabrocha la cremallera. Mientras termina de bajarla, mete la mano libre dentro y saca el pollón, duro pollón venoso de Paco.
Se queda un rato masajeando el tronco, la cabeza está roja. Paco ni se mueve, supongo que está disfrutando.
De repente aparece en pantalla parte de la mandíbula inferior, de una mujer. Abre la boca y saca un poco la lengua. Comienza a dar besitos al pollón. Para y recorre el mástil con la lengua de arriba a abajo, lame como si fuera un helado y para rematar intenta meterse el pollón hasta donde puede. Como la polla de Paco es muy ancha por el centro, la mujer se mete la polla hasta la mitad y permanece con la mandíbula casi desencajada.
Se escucha un timbre de fondo.
- Date prisa zorra. - dice Paco
La chica comienza a aumentar el ritmo de la felación y Paco aleja un poco el zoom. Ahora puede verse hasta la nariz de la mamadora.
Lleva como una venda en los ojos, no, no es una venda, es demasiado pequeño para ser una venda. Es rubia. Con la velocidad de movimiento tampoco se percibe mucho. No si al final tendré que comprarle a Paco una cámara en condiciones, no te jode.
Se escucha por segunda vez el timbre.
Paco empieza a temblar levemente. Se está corriendo, y de que forma. 6 sacudidas, parece su número de la suerte. La chica para y se queda con la mitad del pollón de Paco en la boca. Empieza a tragar, sin dejar escapar ni una gota.
- ¿Te ha gustado el postre? No olvides compartirlo, aunque solo sea una cucharada jaja - dice Paco, mientra se incorpora.
La chica sonríe y al incorporarse, se ve un primer plano fugazmente, pero no me da tiempo ver nada. El vídeo se corta. Pienso frenéticamente, en un monitor más grande se verá mejor.
Voy corriendo al ordenador en el salón y copio el vídeo desde el teléfono. Empiezo a verlo de nuevo, le doy hacia adelante, estoy impaciente.
Paro el vídeo justo cuando Paco se corre y empiezo a darle a cámara muy lenta.
La chica es rubia. A la chica solo se le ve una oreja, pero lleva un pequeño pendiente de plata en forma de espiral... La chica no lleva una venda, tal como visualicé. Es un tanga, colocado de forma que el frontal oculta los ojos y donde se puede leer del revés: "Por favor vecino Paco, devuelvelo... LLENO".
No puedo más, me la saco y me pajeo. La paja más rápida de la historia.
Empiezo a recuperar la respiración. Me calmo. Me levanto de la silla y al girarme, está Aurora en el umbral del dormitorio con una media sonrisa en la cara.
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