Habíamos tenido ya varios encuentros con parejas. Algunas me habían dejado una sensación tan rara que no estaba segura de tener ganas de seguir probando, aún con esa sensación seguimos buscando. Contactamos con una pareja, amantes, como nosotros, los arreglos se hicieron bastante rápido ya que teníamos los mismos horarios raros. Nos encontramos fuera del hotel, cada pareja en su auto, entramos. Como ellos eran asiduos concurrentes a ese lugar se encargaron de pedir la habitación. Ubicamos los autos, y subimos. Empezamos a charlar, pasé al baño y cuando salí ellos tres ya estaban sacándose la ropa. Me acerqué y los imité. Él me ayudo a desvestirme y de paso me empezó a franelear. En la parte de abajo de la habitación el jacuzzi y un sillón grande, en la parte de arriba la cama, con un ventanal que daba a una terracita. Él nos venía franeleando a las dos y una vez que quedamos frente a la cama se empezaron a cruzar las caricias. Él la acariciaba a ella, ella a mí, yo al hombre de ella. Ella me beso en la boca me acarició las tetas, yo con una mano la acariciaba a ella y con la otra le agarré la pija a su hombre y ella en un acto casi reflejo hizo lo mismo con la del mío. Éramos un amasijo de manos y lenguas, el calor y el sexo se dejaba sentir en el aire. Él la comenzó a acariciar a ella por atrás, como masajeando su espalda y fue bajando, por el culo, desde atrás le agarró la concha, ya estaba súper mojada, le introdujo dos dedos y ella que me estaba comiendo la boca a mí, se estremeció y en un segundo ya había mojado el piso con su squirt. Se rió y dijo, perdón, soy así, no puedo aguantar un segundo. Él y yo alucinamos con la situación. No hacía tanto tiempo que yo había logrado llegar a mi primer squirt y estar con una mujer a quien de solo tocarla lo lograba me intimidó bastante. Ella siguió besándonos a los tres indistintamente, y se detuvo en mí, me hizo acostar, bajo despacio, mi cuello, mi vientre, mi clítoris. Él mientras la pajeaba por detrás, el hombre de ella se recostó a nuestros lado y me pidió que le chupara la pija. Así la escena se parecía bastante a aquel primer encuentro que meses atrás habíamos tenido. Solo que ella era una máquina de acabar. Y de gozar, porque se movía al ritmo de la mano de él que entraba y salía de su muy mojada concha y me exprimía con su boca mis labios vaginales con ese ritmo. Fuimos cambiando de posición y me toco a mi chuparla a ella. Y esa lluvia incesante en mi cara, su dulce jugo en mi boca. Y ellos allí mirando a sus hembras darse placer y toda esa cama mojada. Y sus pijas duras, listas para más. Él quiso sentir esos jugos en su verga que estaba dura y venosa. Ella se puso en cuatro y él le entró, no le hizo falta lubricarle nada, estaba todo a punto, la tenía agarrada de las caderas y la cadencia con la que la llevaba y la alejaba de su pija era casi una sinfonía perfecta. Ella le entregó más y más. Y el apuró el ritmo. Mientras los miraba me pajeaba frotándome contra las rodillas del otro hombre a quien le chupaba la pija con esmero. De repente todo se sincronizó en un placer general. Ella acabó con mucha más fuerza que antes, él lo gozó, su hombre hizo un esfuerzo para no acabar en mi boca. Fue en ese momento en que él vino a mí, mi vagina estaba caliente, se sabía dueño de mi placer y vino a por él. Me abrió las piernas metió dos dedos y me empezó a dar caricias de adentro hacia afuera. Se tomo el tiempo necesario para que me calentura subiera al máximo, con todo ese sexo dando vuelta en el aire mis sentidos explotaban, le pedí que me lo hiciera más fuerte y lo hizo más y más, sentí como de a poco esa sensación de libertad se apoderaba de mi y grite con un sonido grave al mismo tiempo que mojaba la única parte de la cama que aún estaba seca. La otra pareja nos miraba mientras se acariciaban entre ellos. Apenas pude recuperarme el me pidió que me pusiera en cuatro y con el mismo movimiento armónico con que la había movido a ella me empezó a mover a mí. Entraba y salía de mi culo con paciencia, hasta que se terminó de abrir bien y ahí me dio toda su leche. Lo ví por espejo que tenía frente a mí como las venas de todo su cuerpo se hinchaban de placer. Cayó sobre mí. Nos quedamos los cuatro callados por unos minutos. Después las risas. Nosotros nos fuimos a duchar, ellos dijeron que iban a quedar un rato más. Cuando nos despedimos vi que ella había llevado una bolsa llena de juguetes que no habíamos usado, ella se dio cuenta que los vi y me dijo, la próxima los usamos, ¿querés? Claro, le dije, arreglemos el día, trato hecho dijo su hombre, nos fuimos. Al día siguiente cerca del mediodía recibí un ws de ella diciendo en 15 días a la misma hora en el mismo lugar. Ok contesté y empecé a pensar que a lo mejor esto me estaba gustando
Squirt
Habíamos tenido ya varios encuentros con parejas. Algunas me habían dejado una sensación tan rara que no estaba segura de tener ganas de seguir probando, aún con esa sensación seguimos buscando. Contactamos con una pareja, amantes, como nosotros, los arreglos se hicieron bastante rápido ya que teníamos los mismos horarios raros. Nos encontramos fuera del hotel, cada pareja en su auto, entramos. Como ellos eran asiduos concurrentes a ese lugar se encargaron de pedir la habitación. Ubicamos los autos, y subimos. Empezamos a charlar, pasé al baño y cuando salí ellos tres ya estaban sacándose la ropa. Me acerqué y los imité. Él me ayudo a desvestirme y de paso me empezó a franelear. En la parte de abajo de la habitación el jacuzzi y un sillón grande, en la parte de arriba la cama, con un ventanal que daba a una terracita. Él nos venía franeleando a las dos y una vez que quedamos frente a la cama se empezaron a cruzar las caricias. Él la acariciaba a ella, ella a mí, yo al hombre de ella. Ella me beso en la boca me acarició las tetas, yo con una mano la acariciaba a ella y con la otra le agarré la pija a su hombre y ella en un acto casi reflejo hizo lo mismo con la del mío. Éramos un amasijo de manos y lenguas, el calor y el sexo se dejaba sentir en el aire. Él la comenzó a acariciar a ella por atrás, como masajeando su espalda y fue bajando, por el culo, desde atrás le agarró la concha, ya estaba súper mojada, le introdujo dos dedos y ella que me estaba comiendo la boca a mí, se estremeció y en un segundo ya había mojado el piso con su squirt. Se rió y dijo, perdón, soy así, no puedo aguantar un segundo. Él y yo alucinamos con la situación. No hacía tanto tiempo que yo había logrado llegar a mi primer squirt y estar con una mujer a quien de solo tocarla lo lograba me intimidó bastante. Ella siguió besándonos a los tres indistintamente, y se detuvo en mí, me hizo acostar, bajo despacio, mi cuello, mi vientre, mi clítoris. Él mientras la pajeaba por detrás, el hombre de ella se recostó a nuestros lado y me pidió que le chupara la pija. Así la escena se parecía bastante a aquel primer encuentro que meses atrás habíamos tenido. Solo que ella era una máquina de acabar. Y de gozar, porque se movía al ritmo de la mano de él que entraba y salía de su muy mojada concha y me exprimía con su boca mis labios vaginales con ese ritmo. Fuimos cambiando de posición y me toco a mi chuparla a ella. Y esa lluvia incesante en mi cara, su dulce jugo en mi boca. Y ellos allí mirando a sus hembras darse placer y toda esa cama mojada. Y sus pijas duras, listas para más. Él quiso sentir esos jugos en su verga que estaba dura y venosa. Ella se puso en cuatro y él le entró, no le hizo falta lubricarle nada, estaba todo a punto, la tenía agarrada de las caderas y la cadencia con la que la llevaba y la alejaba de su pija era casi una sinfonía perfecta. Ella le entregó más y más. Y el apuró el ritmo. Mientras los miraba me pajeaba frotándome contra las rodillas del otro hombre a quien le chupaba la pija con esmero. De repente todo se sincronizó en un placer general. Ella acabó con mucha más fuerza que antes, él lo gozó, su hombre hizo un esfuerzo para no acabar en mi boca. Fue en ese momento en que él vino a mí, mi vagina estaba caliente, se sabía dueño de mi placer y vino a por él. Me abrió las piernas metió dos dedos y me empezó a dar caricias de adentro hacia afuera. Se tomo el tiempo necesario para que me calentura subiera al máximo, con todo ese sexo dando vuelta en el aire mis sentidos explotaban, le pedí que me lo hiciera más fuerte y lo hizo más y más, sentí como de a poco esa sensación de libertad se apoderaba de mi y grite con un sonido grave al mismo tiempo que mojaba la única parte de la cama que aún estaba seca. La otra pareja nos miraba mientras se acariciaban entre ellos. Apenas pude recuperarme el me pidió que me pusiera en cuatro y con el mismo movimiento armónico con que la había movido a ella me empezó a mover a mí. Entraba y salía de mi culo con paciencia, hasta que se terminó de abrir bien y ahí me dio toda su leche. Lo ví por espejo que tenía frente a mí como las venas de todo su cuerpo se hinchaban de placer. Cayó sobre mí. Nos quedamos los cuatro callados por unos minutos. Después las risas. Nosotros nos fuimos a duchar, ellos dijeron que iban a quedar un rato más. Cuando nos despedimos vi que ella había llevado una bolsa llena de juguetes que no habíamos usado, ella se dio cuenta que los vi y me dijo, la próxima los usamos, ¿querés? Claro, le dije, arreglemos el día, trato hecho dijo su hombre, nos fuimos. Al día siguiente cerca del mediodía recibí un ws de ella diciendo en 15 días a la misma hora en el mismo lugar. Ok contesté y empecé a pensar que a lo mejor esto me estaba gustando
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