Hoy les voy a contar lo que me pasó ni bien llegué de lo de mi prima (la del interior) durante ese par de días que estaba peleada con mi novio.
Una cosa rara:
Esa tarde estaba embolada y me fui a tomar un frapuccino a Sturbaks, al que está por Scalabrini Ortiz y Cabello, para fumarme un pucho me senté afuera. Estaba vestida normal, con un jean y una blusa, nada como para que alguien piense que estoy de levante, y aparte había mucha gente.
La cosa es que al rato se sienta en mi mesa un chico, grandote, muy alto, tendría entre 20 y 22 años, fachero, buen aspecto, nada, que podría ser como cualquiera de los amigos de mi novio.
Me empieza a chamullar, y como estaba embolada lo dejé, me dijo que estudiaba en la UADE, que jugaba a rugby y nos quedamos hablando como una hora, el pendejo tenía buena onda, divertido gracioso, hasta que le digo que me tengo que ir, me dice si no me molesta que le de mi número y algún día me llamaba, y como estaba peleada con mi novio se lo di.
A la noche me llama y quedamos en encontrarnos al día siguiente, en una esquina cerca de donde estábamos.
Aunque les cueste creerme, fue la primera vez que me levantó un pendejo así en la calle de la nada, nunca lo había hecho jaja. Era salir con alguien que casi no conocía sin saber en qué podía terminar, ¿cómo me iba a portar? Si me avanzaba, ¿lo iba a dejar?, ¿me animaría a portarme como una trolita? O me iba a asustar y no pasaría nada no sé, me hacía mil preguntas.
Me puse una pollerita, y para las chicas que me leen me van a entender, no era de esas ajustadas (no me gusta que se me marque mucho el culo), sino de esas que son amplias y que cuando te sientas no se te sube toda la pollera que se te ve hasta la bombacha, y aparte si pasa algo, para el hombre es más fácil meter mano jeje.
La cosa es que llegué a donde quedamos y no lo veo, pero me tocan bocina de un auto (no entiendo mucho de autos, pero era un auto importado y muy bueno, me dio confianza, porque pensaba que era un chico bien y no iba hacer nada raro.
Me subo al auto, nos quedamos hablando, boludeces, me dice que tenía muy lindas piernas, que ayer debería haber estado vestida así, y SIC, me mete un beso. Ahí pensé en que hacía: o me portaba como una trolita o lo sacaba cagando, pero la adrenalina que tenía y la curiosidad en saber cómo sería si me portaba como una trolita ganó.
Dejé que me besara, ahh yo estaba sentada con las piernas cruzadas y él me seguía besando, lo hacía con mucha ternura (las chicas me van a entender), pero me empezó a tocar las piernas, para que las abriera, pero las seguía cruzando como si tuviera un candado.
Después de un rato de tanto insistir, las descrucé y como siempre ¡ahí cagué!, me empezó a tocar las entrepiernas y cada vez los besos eran más apasionados, y yo me pongo como para su lado, cosa de dejar mi colita a su disposición y me la empieza a tocar, yo estaba ya bastante caliente y su pija la tenía ya reparada, no me pude resistir y sobre el jean se la acaricié, y él ya me estaba tocando mi conchita.
Obvio me dice de ir a un lugar más tranquilo y me lleva a un telo, la verdad es que no estaba arrepentida de lo que estaba haciendo, quería portarme como una putita y lo estaba haciendo.
La cosa es que entramos en la habitación y me empieza a dar unos besos, pero ya no eran esos con ternura, me partía la boca, parecía un animal, y me empieza a tocar por todos lados, yo ya no lo sentía como caricias, era como que me manoseaba por todos lados, de una me saca la blusa, el corpiño y él se pone en bolas. En ese momento me sentí una boluda, no sabía qué hacer. Yo pensé que de a poco me iba a ir sacando la ropa hasta desnudarme y dejarme recaliente, pero no, no fue así
No me quedó otra que solita sacarme la pollerita y la bombacha y él se tira en la cama y me dice: “chúpame la pija”, ¡un animal!, le digo que está en pedo que quien carajo se piensa que soy, y hago como que voy a agarrar la ropa mía y me dice, que no vinimos hablar de política, que me deje de joder, que yo era una putita que me gustaba coger, que a los diez minutos de estar en el auto ya estábamos tranzando, y todo eso, me dice déjate de joder y empieza a chupar.
La verdad es que la tenía reparada, pero yo no estaba ya caliente, pero se la empecé a chupar igual, y me decía de todo: que bien la chupas, que putita sos, me empezó a tocar la cola, tetas, todo, obvio al final terminé calentándome, un poco a la fuerza, pero traté de gozar esa hermosa pija que tenía en la boca.
Después de estar así me pone en la posición de perrito y me cogió, ¡que pija tenía!, me hizo gritar de placer.
Estuvimos un rato nada más, después me dice que era demasiado linda para ser tan putita.
La verdad es que no me quedé bien ese día, no me gustó como fue, pensé que iba a ser distinto, me quedé con miedo de que otra vez me pase lo mismo, porque si no hacía lo que me pedía tenía miedo que lo quisiera hacer a la fuerza.
Bueno esta es otra de las cositas que me pasaron.
Una cosa rara:
Esa tarde estaba embolada y me fui a tomar un frapuccino a Sturbaks, al que está por Scalabrini Ortiz y Cabello, para fumarme un pucho me senté afuera. Estaba vestida normal, con un jean y una blusa, nada como para que alguien piense que estoy de levante, y aparte había mucha gente.
La cosa es que al rato se sienta en mi mesa un chico, grandote, muy alto, tendría entre 20 y 22 años, fachero, buen aspecto, nada, que podría ser como cualquiera de los amigos de mi novio.
Me empieza a chamullar, y como estaba embolada lo dejé, me dijo que estudiaba en la UADE, que jugaba a rugby y nos quedamos hablando como una hora, el pendejo tenía buena onda, divertido gracioso, hasta que le digo que me tengo que ir, me dice si no me molesta que le de mi número y algún día me llamaba, y como estaba peleada con mi novio se lo di.
A la noche me llama y quedamos en encontrarnos al día siguiente, en una esquina cerca de donde estábamos.
Aunque les cueste creerme, fue la primera vez que me levantó un pendejo así en la calle de la nada, nunca lo había hecho jaja. Era salir con alguien que casi no conocía sin saber en qué podía terminar, ¿cómo me iba a portar? Si me avanzaba, ¿lo iba a dejar?, ¿me animaría a portarme como una trolita? O me iba a asustar y no pasaría nada no sé, me hacía mil preguntas.
Me puse una pollerita, y para las chicas que me leen me van a entender, no era de esas ajustadas (no me gusta que se me marque mucho el culo), sino de esas que son amplias y que cuando te sientas no se te sube toda la pollera que se te ve hasta la bombacha, y aparte si pasa algo, para el hombre es más fácil meter mano jeje.
La cosa es que llegué a donde quedamos y no lo veo, pero me tocan bocina de un auto (no entiendo mucho de autos, pero era un auto importado y muy bueno, me dio confianza, porque pensaba que era un chico bien y no iba hacer nada raro.
Me subo al auto, nos quedamos hablando, boludeces, me dice que tenía muy lindas piernas, que ayer debería haber estado vestida así, y SIC, me mete un beso. Ahí pensé en que hacía: o me portaba como una trolita o lo sacaba cagando, pero la adrenalina que tenía y la curiosidad en saber cómo sería si me portaba como una trolita ganó.
Dejé que me besara, ahh yo estaba sentada con las piernas cruzadas y él me seguía besando, lo hacía con mucha ternura (las chicas me van a entender), pero me empezó a tocar las piernas, para que las abriera, pero las seguía cruzando como si tuviera un candado.
Después de un rato de tanto insistir, las descrucé y como siempre ¡ahí cagué!, me empezó a tocar las entrepiernas y cada vez los besos eran más apasionados, y yo me pongo como para su lado, cosa de dejar mi colita a su disposición y me la empieza a tocar, yo estaba ya bastante caliente y su pija la tenía ya reparada, no me pude resistir y sobre el jean se la acaricié, y él ya me estaba tocando mi conchita.
Obvio me dice de ir a un lugar más tranquilo y me lleva a un telo, la verdad es que no estaba arrepentida de lo que estaba haciendo, quería portarme como una putita y lo estaba haciendo.
La cosa es que entramos en la habitación y me empieza a dar unos besos, pero ya no eran esos con ternura, me partía la boca, parecía un animal, y me empieza a tocar por todos lados, yo ya no lo sentía como caricias, era como que me manoseaba por todos lados, de una me saca la blusa, el corpiño y él se pone en bolas. En ese momento me sentí una boluda, no sabía qué hacer. Yo pensé que de a poco me iba a ir sacando la ropa hasta desnudarme y dejarme recaliente, pero no, no fue así
No me quedó otra que solita sacarme la pollerita y la bombacha y él se tira en la cama y me dice: “chúpame la pija”, ¡un animal!, le digo que está en pedo que quien carajo se piensa que soy, y hago como que voy a agarrar la ropa mía y me dice, que no vinimos hablar de política, que me deje de joder, que yo era una putita que me gustaba coger, que a los diez minutos de estar en el auto ya estábamos tranzando, y todo eso, me dice déjate de joder y empieza a chupar.
La verdad es que la tenía reparada, pero yo no estaba ya caliente, pero se la empecé a chupar igual, y me decía de todo: que bien la chupas, que putita sos, me empezó a tocar la cola, tetas, todo, obvio al final terminé calentándome, un poco a la fuerza, pero traté de gozar esa hermosa pija que tenía en la boca.
Después de estar así me pone en la posición de perrito y me cogió, ¡que pija tenía!, me hizo gritar de placer.
Estuvimos un rato nada más, después me dice que era demasiado linda para ser tan putita.
La verdad es que no me quedé bien ese día, no me gustó como fue, pensé que iba a ser distinto, me quedé con miedo de que otra vez me pase lo mismo, porque si no hacía lo que me pedía tenía miedo que lo quisiera hacer a la fuerza.
Bueno esta es otra de las cositas que me pasaron.
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