Pendeja petera

Bueno, esto que cuento aca paso hace muchos años, yo tenía una noviecita, vamos a decirlo así, que era la típica pendejita en busca de aceptación social.
Tenía pocos amigos, y era bastante rara.
Nos conocimos en un colegio de Saavedra, en un recreo y poco a poco nos fuimos conociendo.
Empezamos con una relación de amistad al principio. Les cuento de ella, era una piba flaquita, morocha pelo atado, siempre usando calzas negras y zapatillas Vans, tenía unos labios hermosos, no tanta cola pero si unas tetas descomunales para su edad. No se podía creer, en la chomba del colegio parecía que no entraban esas tetas ahí.


Stefy, así se llamaba ella, tenía muy bajo autoestima y yo, al ser tan afectuoso, entre muy rápido en confianza con ella. Con el correr de los días, en los que intercambiamos redes sociales, nuestra confianza empezó a aumentar y debo decir que se enamoro de mi. 
Yo la verdad era un pendejo dos años mayor que ella, que tenía mucha leche y me importaba poco y nada estar de novio, solo quería ponerla como todos los de mi edad. Así que le di bola a la pendeja para sacarme las ganas.
Era tanto el afecto y el apego que me tenía, que al ponernos de novios, Stefy se soltó completamente conmigo. Durante un tiempo solo nos veíamos de mañana ya que de tarde, ambos teníamos nuestras actividades.
Literalmente la convertí en mi petera todas las mañanas.
Dos horas antes de entrar al colegio (casi siempre entrabamos a las 8am), nos encontrábamos en mi casa. Recuerdo verla llegar cagada de frío hasta la esquina con el uniforme de la secundaria y una campera solo para verme a mi... No perdía tiempo y entrabamos a casa. Ahí Stefy comenzaba su trabajo. Me sentaba en el sillón (a esa hora mis viejos laburaban y no había nadie) y Stefy se desnudaba de la cintura para arriba, dejando sus tremendas tetas al aire que con el frío del pleno invierno, ponía sus timbres bien paráditos. Se arrodillaba sin decir nada y se ponía a chuparme la pija con una dedicación increíble. Era hermoso ver a esa pendeja totalmente entregada mamandome la verga sin esperar nada a cambio. Se esforzaba por qué le entrara toda en la boca y jugaba con su lengua. Tenía boca de petera. Eran unos labios gruesos, de esos que hacen sopapa en la pija y la succionaba con mucha pasión. Le encantaba. La besaba. Después la escupía y con sus manitos esparcia la baba por todo mi falo. Sabía que me estaba haciendo feliz y eso era suficiente para que ella chupara y chupara sin parar. Tenía devosion por mi waska que tragaba sin asco y sonriendo como pendeja enamorada. Lo hacía durante las dos horas que nos veíamos sin cansarse. 
Eso me calentaba sobremanera porque era una especie de esclava a mi disposición, ella no quería cojer (no se animaba aun) entonces yo le exigía este tipo de cosas para que cumpliera conmigo. Imagínense, cada vez que tenía ganas de acabar, le mandaba un mensaje de texto (en esa época 0 WhatsApp) y la pibita caía en pleno invierno, con unos 2° grados a mi casa solo para verme y satisfacerme con su boca. La pendeja entraba al living e iba directo al piso para empezar a cabecear. Yo en las nubes y ella toda una trola.
Era totalmente una petera y disfrute como loco todo lo que duró la relación.
La segunda vez ella empezó a usar sus tetas para hacerme turcas increíbles. Acababa dos o tres veces en ese rato y siempre encima de sus tetas o directamente en su garganta. 
Luego nos íbamos al colegio abrazaditos como cualquier parejita de pendejos.


En cierto momento, los horarios del colegio cambiaron y el horario de entrada se mudo a las 7 AM. Eso disminunia el tiempo que tenía para petearme. Así que decidí obligarla a que entrara más tarde al colegio. Y como putita amante de la pija de su noviecito, ella no dudo. Las medias faltas se fueron acumulando pero no le interesaba. Ella solo quería ordeñarme la poronga a mi. Cuando terminaba su desayuno (literalmente, a veces caía sin desayunar a casa y lo único que ingeria era mi leche) se limpiaba e íbamos al colegio. (Casi quedamos libres ese año, pero que me importaba).


Alguna vez le pregunté si no le molestaba que nuestros encuentros sean solo eso y me dijo:


"-Soy tu novia y siento que te tengo que hacer acabar lo más posible."


Nada me ponía más al palo que alguien así de entregada. Solo quería sacarme la leche , era el paraíso. El sueño de cualquier pendejo de mi edad. Aunque cuando queria cojer tenía que cagarla, a veces con sus mismas compañeras de curso, pero bueno. Todo no se puede no?


Recuerdo que una vez, ella en pleno Pete, y yo boludeando con el celular en la mano mientras le sacaba fotos y la filmaba, decidí que antes de acabar le daría un regalo. 
Fui a la cocina y le prepare un café. Le dije que se lo tomara como premio por tan linda chupada. Pero antes de darle la taza, me pajie sobre el cafe hasta acabar chorros y chorros.
Ese día día Stefy fue al colegio después de haber desayunado un rico café cortado. 






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