Pasaron unos días después del encuentro con mi suegro, mientras, guardábamos las apariencias para evitar que en la familia surjan sospechas de que hay una relación demasiado cercana entre nosotros.
Lo que sí nos costaba era no provocarnos mutuamente a escondidas, a cualquier descuido de mi marido y mi suera nos tirábamos miradas de lujuria, besos, tocaditas en partes íntimas, me encantaba provocarlo subiéndome la falda y mostrándole mi culo grande, o ir en toalla al baño y quitármela frente a el cuando nos hacía la visita, también disfrutaba mostrarle mis tetas, él me mostraba su pene disimuladamente, eran juegos sexuales que nos calentaban.
Llegó el día de cumpleaños de mi querido suegro, como dije anteriormente, él se conserva muy bien, no sabía qué regalarle así que pensé en obsequiarle lo que le dí a probar, para ello, le dije a mi marido que a su padre le gustan las corbatas, que le comprara una en un centro comercial, él como no sabía qué darle me hizo caso y se fue, enseguida llamé a mi suegro y le dije que se apurara en llegar a mi casa para darle su regalo de cumpleaños.
Él ya se imaginaba qué era así que llegó pronto en su auto y abrió la puerta, lo esperé en mi cama totalmente desnuda en cuatro, le meneaba las nalgas diciéndole lo más cahonda posible: “suegrito, aquí está mi regalo de cumpleaños para usted”, mi suegro me dijo: “gracias, usted siempe tan considerada conmigo”.
Le dije que no podríamos demorar mucho porque podría llegar mi marido, así que empezó a darme lengüetazos por mi rajita hasta llegar a mi culo, yo gemía mucho sintiendo esa lengua dándome placer, me echó saliva en mi agujero anal y metió dos dedos suavemente, ya sabía por dónde me iva a penetrar el cabrón.
Suegro: qué rico se ve tu culo, mi regalo será abrírtelo más de lo que lo tienes.
Yo: claro suegrito, lo que se come su hijo también es suyo, venga para chupársela y ponérsela dura.
Me senté a borde de cama y empecé a darle una rica mamada, su pene no me cabía todo en la boca pero me lo metí lo más que pude, le escupía su cabeza y la lamía, succionándola con placer, era una de las vergas más sabrosas que me he metido a la boca, pasé mi lengua por sus imponentes guevos, era todo un semental.
Cuando se la puse dura me voltié y le ofrecí mi concha, sin esperar mucho pues sabía que el polvo no podía durar mucho, me la hundió con fuerza, mi concha se la tragó completa sin esfuerzo.
Suegro: ohh que rica estás perra, mi hijo se consiguió tremenda puta.
Yo: hay suegrito, haber sabido que usted la tenía así ya le estaría dando mi cosita rica desde hace rato, mmmm sigala metiendo así, uff que arrecha me pones, eres un macho de verdad.
Nos besábamos con lengua, él me chupaba mis tetas grandes, las lamía y succionaba duro, cosa que me ponía más cachonda, no me importó que no me diera su lengua en mi vagina, lo que me hacía me ponía muy exitada, teníamos nuestros cuerpos bien sudados y brillosos de la orgía sexual.
Yo: suegro reviénteme el culo, necesito su verga ya mismo por detrás.
Suegro: si perra ponte en 4 y dame ese culo grande, maldita zorra que rica estás.
Yo: si suegrito, húndemela (me había volteado y empinado bien).
El viejo me la hundió poco a poco hasta sentir sus guevos contra mis nalgas, empezó a meterla y sacarla más fuerte y más fuerte, yo gemía como perra, me estaba clavando durísimo, no me dolía mucho ya que mi culo lo han perforado ya muchas veces, pero sentir que fuera mi suegro me ponía más alborotada.
Yo: ahhh asi papi dame, no la saques, mmmm ricooo, que vergónn, ufff.
Me nalgueaba y halaba por el cabello, era su puta, pero lo gozaba, me llevó con su pene dentro de mi culo frente al espejo de cuerpo entero que tenía al lado de la cama y me dijo:
“mirate, eso es lo que eres, una zorra culeona, echa para follar y follar”.
Me vi frente al espejo y me veía sensacional siendo follada como una actriz porno, sólo nos faltaba la cámara que nos grabara en el acto sexual, empecé a disfrutar verme así, y sonreí fente al espejo, nos mirábamos frente a el y nos veíamos muy cachondos, mis tetas brincaban sin cesar tras cada penetración anal.
Mi suegro ya no aguantó más y me dijo que se iva a venir donde le daba la gana, me sacó su polla de mi culo y me dijo: “arrodíllate zorra que te voy a bañar en leche”, le hice caso y me bañó mi cara y tetas de semen, me tiró mucha leche, me traqué parte pero era mucha, como que durante esos días que no tuvimos sexo no lo había echo con nadie, me dijo: “mirate al espejo puta”, lo hice y me vi toda sucia de su semen, qué sensación tan sabrosa, me sentía toda una perra, con la ayuda del espejo recogía el semen y me lo metía a mi boca, qué exitada estaba, en verdad creí las palabras que me dijo: que soy una perra echa para culear.
El se vistió rápido y me dio las gracias por el mejor regalo de cumpleaños que le han dado, yo sonreida le dije que cuando quisiera podíamos repetir de nuevo, le di un beso con lengua, no le importó que tenía su semen en la boca, me nalgueó y se fue.
Veinte minutos después llegó mi marido, yo estaba en el baño duchándome, aún estaba cachonda y le pedí a mi marido que se me acercara y empecé a mamársela, no duró mucho en venirse por lo fuerte que se la chupé, qué rico probar la leche de hijo y padre en un mismo día, en la tarde fuimos a la casa de mi suegro a celebrar su cumpleaños, lo besé muy cerca del labio y al oído le dije:
“Cuando quieras culearme, solo llámame” y le mordí la oreja disimuladamente.
El resto de la tarde la pasamos amenamente, sin parar de vernos y sonreir después del polvazo que nos dimos, espero pronto se repita ya que no me duele engañar ya a mi esposo y mucho menos que con su suegro, el cual me ha enseñado que dentro de la familia se puede gozar.
Lo que sí nos costaba era no provocarnos mutuamente a escondidas, a cualquier descuido de mi marido y mi suera nos tirábamos miradas de lujuria, besos, tocaditas en partes íntimas, me encantaba provocarlo subiéndome la falda y mostrándole mi culo grande, o ir en toalla al baño y quitármela frente a el cuando nos hacía la visita, también disfrutaba mostrarle mis tetas, él me mostraba su pene disimuladamente, eran juegos sexuales que nos calentaban.
Llegó el día de cumpleaños de mi querido suegro, como dije anteriormente, él se conserva muy bien, no sabía qué regalarle así que pensé en obsequiarle lo que le dí a probar, para ello, le dije a mi marido que a su padre le gustan las corbatas, que le comprara una en un centro comercial, él como no sabía qué darle me hizo caso y se fue, enseguida llamé a mi suegro y le dije que se apurara en llegar a mi casa para darle su regalo de cumpleaños.
Él ya se imaginaba qué era así que llegó pronto en su auto y abrió la puerta, lo esperé en mi cama totalmente desnuda en cuatro, le meneaba las nalgas diciéndole lo más cahonda posible: “suegrito, aquí está mi regalo de cumpleaños para usted”, mi suegro me dijo: “gracias, usted siempe tan considerada conmigo”.
Le dije que no podríamos demorar mucho porque podría llegar mi marido, así que empezó a darme lengüetazos por mi rajita hasta llegar a mi culo, yo gemía mucho sintiendo esa lengua dándome placer, me echó saliva en mi agujero anal y metió dos dedos suavemente, ya sabía por dónde me iva a penetrar el cabrón.
Suegro: qué rico se ve tu culo, mi regalo será abrírtelo más de lo que lo tienes.
Yo: claro suegrito, lo que se come su hijo también es suyo, venga para chupársela y ponérsela dura.
Me senté a borde de cama y empecé a darle una rica mamada, su pene no me cabía todo en la boca pero me lo metí lo más que pude, le escupía su cabeza y la lamía, succionándola con placer, era una de las vergas más sabrosas que me he metido a la boca, pasé mi lengua por sus imponentes guevos, era todo un semental.
Cuando se la puse dura me voltié y le ofrecí mi concha, sin esperar mucho pues sabía que el polvo no podía durar mucho, me la hundió con fuerza, mi concha se la tragó completa sin esfuerzo.
Suegro: ohh que rica estás perra, mi hijo se consiguió tremenda puta.
Yo: hay suegrito, haber sabido que usted la tenía así ya le estaría dando mi cosita rica desde hace rato, mmmm sigala metiendo así, uff que arrecha me pones, eres un macho de verdad.
Nos besábamos con lengua, él me chupaba mis tetas grandes, las lamía y succionaba duro, cosa que me ponía más cachonda, no me importó que no me diera su lengua en mi vagina, lo que me hacía me ponía muy exitada, teníamos nuestros cuerpos bien sudados y brillosos de la orgía sexual.
Yo: suegro reviénteme el culo, necesito su verga ya mismo por detrás.
Suegro: si perra ponte en 4 y dame ese culo grande, maldita zorra que rica estás.
Yo: si suegrito, húndemela (me había volteado y empinado bien).
El viejo me la hundió poco a poco hasta sentir sus guevos contra mis nalgas, empezó a meterla y sacarla más fuerte y más fuerte, yo gemía como perra, me estaba clavando durísimo, no me dolía mucho ya que mi culo lo han perforado ya muchas veces, pero sentir que fuera mi suegro me ponía más alborotada.
Yo: ahhh asi papi dame, no la saques, mmmm ricooo, que vergónn, ufff.
Me nalgueaba y halaba por el cabello, era su puta, pero lo gozaba, me llevó con su pene dentro de mi culo frente al espejo de cuerpo entero que tenía al lado de la cama y me dijo:
“mirate, eso es lo que eres, una zorra culeona, echa para follar y follar”.
Me vi frente al espejo y me veía sensacional siendo follada como una actriz porno, sólo nos faltaba la cámara que nos grabara en el acto sexual, empecé a disfrutar verme así, y sonreí fente al espejo, nos mirábamos frente a el y nos veíamos muy cachondos, mis tetas brincaban sin cesar tras cada penetración anal.
Mi suegro ya no aguantó más y me dijo que se iva a venir donde le daba la gana, me sacó su polla de mi culo y me dijo: “arrodíllate zorra que te voy a bañar en leche”, le hice caso y me bañó mi cara y tetas de semen, me tiró mucha leche, me traqué parte pero era mucha, como que durante esos días que no tuvimos sexo no lo había echo con nadie, me dijo: “mirate al espejo puta”, lo hice y me vi toda sucia de su semen, qué sensación tan sabrosa, me sentía toda una perra, con la ayuda del espejo recogía el semen y me lo metía a mi boca, qué exitada estaba, en verdad creí las palabras que me dijo: que soy una perra echa para culear.
El se vistió rápido y me dio las gracias por el mejor regalo de cumpleaños que le han dado, yo sonreida le dije que cuando quisiera podíamos repetir de nuevo, le di un beso con lengua, no le importó que tenía su semen en la boca, me nalgueó y se fue.
Veinte minutos después llegó mi marido, yo estaba en el baño duchándome, aún estaba cachonda y le pedí a mi marido que se me acercara y empecé a mamársela, no duró mucho en venirse por lo fuerte que se la chupé, qué rico probar la leche de hijo y padre en un mismo día, en la tarde fuimos a la casa de mi suegro a celebrar su cumpleaños, lo besé muy cerca del labio y al oído le dije:
“Cuando quieras culearme, solo llámame” y le mordí la oreja disimuladamente.
El resto de la tarde la pasamos amenamente, sin parar de vernos y sonreir después del polvazo que nos dimos, espero pronto se repita ya que no me duele engañar ya a mi esposo y mucho menos que con su suegro, el cual me ha enseñado que dentro de la familia se puede gozar.
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