Hola a todos, les escribe de nuevo Sofía, mujer casada, sin hijos, de 35 años que caí en una infidelidad por problemas económicos de mi marido Jorge.
Llega mi cumpleaños y mi marido con mucho amor me obsequia ese auto que tanto quería, un sedan de color blanco con hermosas líneas, nuevo, en ese momento fui la mujer más feliz ya que no tendría que trasladarme más en transporte público, en el cual les confieso que me iba mal ya que era presa de hombres atrevidos que me miraban con deseo como si estuviera desnuda dispuesta a darles lo más rico que tengo, mi problema era tener unas tetas grandes y firmes y un trasero poderoso como el de la Kim Kardashian.
Mi pobre marido lo compró con parte de un ahorro que tenía más lo que le prestó su amigo gringo Jhon, el cual incluso lo ayudó a buscar una agencia donde encontrara un auto a buen precio, ese gringo se aprovechó de nuestra necesidad dado que mi marido había tenido que aceptar un puesto más pequeño por problemas en la empresa y más que a sus 45 años tienden a reemplazarlos por jóvenes más preparados y actualizados. No puedo negar que para mi marido soy su sol.
El día de mi cumpleaños fue un dia hermoso pero como tenemos pocas amistades solo lo celebré con mi marido y los vecinos, algunos de mis parientes me felicitaron por teléfono, ya recién habia cumplido los 35, mis vecinas me felicitaron por tener un buen esposo, que ya todas quisieran uno que les obsequiara regalos tan costosos, yo apenada, recordé como le fui infiel con el miserable prestamista y amigo de él, ese gringo Jhon que me hizo lo que quizo valiéndose de mi deseo por tener un auto, sometiéndome a sus sucios deseos sexuales dentro de mi propio hogar estando mi marido ebrio y dormido.
No podía faltar Jhon, el cual al llegar me dio un beso en la mejilla felicitandome, sin embargo no desaprovechó para desirme al oido que hoy me iva a dar un buen regalo, yo me aparté penosa de que me vieran con él en actitud no apta para una mujer casada, así que todos empezamos a celebrar y beber, ese día mi marido como siempre se pasa de copas, yo bebi pero no suelo hacerlo en exceso, sin embargo, el alcohol hizo que mi sange se calentara más, bailé con varios vecinos, algunos de los cuales no paraban de ver mis senos bajo mi blusa escotada pero no podían hacer más dado que estaban con sus esposas y yo no les iba a permitir muchas libertades, Jhon no paraba de verme con deseo y cruzaba miradas conmigo, cada vez que lo veía recordaba su enorme pene atravesándome sin piedad en ambos de mis agujeros.
Era muy de madrugada cuando la última pareja se fue y Jhon le dijo a mi marido que tenía problemas con su auto que no le arrancaba, mi marido amablemente le dijo: ¡ Bueno Jhon, hay que estrenar el auto !, pero él muy astutamente le dijo: Jorge recuerda que estás muy ebrio y te pueden arrestar, yo también estoy ebrio pero está tu esposa que me puede ir a dejar a mi casa, eso si no hay inconveniente.
Sin pensarlo mi marido le dijo que no había problema, yo estaba nerviosa y más con lo que me dijo cuando llegó "te voy a dar un buen regalo" y como aún no me había regalado nada, no sabía qué me iva a dar, yo puse algunos peros pero mi marido insistió, inocentemente él ponía las manos en el fuego por su amigo sin imaginar siquiera que ya él había probado a su mujer de varias formas. Sin más remedio tuve que aceptar y conducir el auto con el lujurioso ese de pasajero, mientras mi marido se quedó en casa esperándome.
Durante el trayecto el miserable no paraba de tocar mis piernas, me decía que no paraba de recordar ese momento conmigo, que fui su mejor puta, yo le contesté groceramente: "deja de decirme insultos, respétame", sin embargo entre mis piernas un calor intenso emergía cada vez que me tocaba o me decia cosas sucias, se sacó su miembro semi erguido y me dijo: "nena el regalo que te daré es tu primera cogida en tu auto nuevo".
Debo reconocer que gracias a él obtuve este auto y además cuando me follaba lo hacia muy rico, solo que me remordía la conciencia de ponerle cuernos a mi marido, así se lo dije y él me dijo: ja ja no seas tonta, Jorge también te pone cuernos con la esposa de tu vecino Adrián, yo le dije que no me mintiera, sin embargo él me dijo que detuviera el auto y me explicó que tuvo una conversación con mi marido comentándole sobre lo buena que está esa mujer, hasta me dijo de un tatuaje que ella tenía en la parte baja del ombligo, cosa que ella me contó una vez, así que entré en celos inmediatamente, jamás pensé que yo teniendo este cuerpo voluptuoso iva a recibir una infidelidad de mi marido, no seguí hablando con él y seguí manejando.
Un impulso fuerte se me metió de manejar con una mano y masturbar el pene del gringo, la tenia bien grande, como me gustan, mucho más que la de mi marido, el gringo cabrón ya consiguió mi atención y me dijo que parara en un lugar solitario, así lo hice y me acerqué a el y empecé a chuparle con fuerza su miembro, el cabrón gozaba cada lamida, cada lengüetazo, se la escupía y me ahogaba con ese miembro completo en mi boca, el cabrón me animaba a continuar: "asi zorra, chúpala como tú solo sabes hacerlo", "vaya perra que tiene Jorge por mujer".
Cuando ya la tenia bien dura me baje el hilo y me sente en su enorme pene y empecé a cabalgarlo, así estrenaba el auto, dándome tremenda cogida con un amante, olvidé a mi marido y me dediqué a gozar de ese trozo de miembro sabroso en mi humeda raja, el auto se mecía una y otra vez conforme yo bincaba sobre mi amante, gemía y gritaba sin importarme más nada y más que podía hacerlo sin molestias de nadie. El gringo tenía bastante resistencia, no se venía, salimos del auto y el abrió la ventana de su asiento y me metió por la misma, dándome unas deliciosas embestidas en cuatro, yo gritaba como una perra mientras mis nalgas grandes se tragaban entero su sabroso sable, me decía: "you are a fucking bitch", "give me your ass hole", no le entendía nada hasta que me metió en el asiento trasero del coche y me puso de espaldas a el y me lamíió el culo, yo ya sabía lo que venía y lo esperé con mi culo pidiendo su verga.
Me la fue enterrando poco a poco por el culo y cuando ya la tenía completa sentía sus huevos chocando contra mis nalgas, poco a poco fue moviéndose con más velocidad, me dolía pero lo gozaba, no quería que la sacara de mi culo, le decia: "cabrón no pares de meterla", "clavame fuerte ese trozo por mi culo, es tuyo", me vine fuertemente y el no descansaba hasta que decidí sacarle esa leche, lo hice sentarse y me le senté de espalda sobre el, meneando mi culo lo más posible, cada vez que me sentaba en su pene cabezón se me clababa en mi culo ya bien abierto, yo me agarraba con mis manos sobre los asientos delanteros mientras mis tetas brincaban una y otra vez, él no pudo más y me inyectó toda su leche por dentro de mi culo tragón, dentro del auto olía a sexo y fluidos corporales, jamás pensé que iva a darle ese uso a mi auto y menos con el gringo desgraciado, me resigné a ser adicta a su pene y a sus sucios deseos.
Lo dejé en su casa y él me pidió que le obsequiara el hilo que traía así que me lo quité y se lo dejé como trofeo, justo cuando me di la espalda me dijo: "hermosa, disculpame pero lo de tu marido con la vecinita no era cierto, el amante de ella no es él sino yo, happy birthday ja ja" y cerró la puerta, me había engañado de la manera más tonta, fui una boba, caí fácil en su engaño, el detalle es que no me causó enojo, sino más bien me sacó una sonrisa, al regresar a mi casa encontré a mi marido durmiendo en el sillón, lo miré pensativa y por mi cerebro pasó esta frase: "Fui infiel de nuevo, lo gocé y no me arrepentí".
Llega mi cumpleaños y mi marido con mucho amor me obsequia ese auto que tanto quería, un sedan de color blanco con hermosas líneas, nuevo, en ese momento fui la mujer más feliz ya que no tendría que trasladarme más en transporte público, en el cual les confieso que me iba mal ya que era presa de hombres atrevidos que me miraban con deseo como si estuviera desnuda dispuesta a darles lo más rico que tengo, mi problema era tener unas tetas grandes y firmes y un trasero poderoso como el de la Kim Kardashian.
Mi pobre marido lo compró con parte de un ahorro que tenía más lo que le prestó su amigo gringo Jhon, el cual incluso lo ayudó a buscar una agencia donde encontrara un auto a buen precio, ese gringo se aprovechó de nuestra necesidad dado que mi marido había tenido que aceptar un puesto más pequeño por problemas en la empresa y más que a sus 45 años tienden a reemplazarlos por jóvenes más preparados y actualizados. No puedo negar que para mi marido soy su sol.
El día de mi cumpleaños fue un dia hermoso pero como tenemos pocas amistades solo lo celebré con mi marido y los vecinos, algunos de mis parientes me felicitaron por teléfono, ya recién habia cumplido los 35, mis vecinas me felicitaron por tener un buen esposo, que ya todas quisieran uno que les obsequiara regalos tan costosos, yo apenada, recordé como le fui infiel con el miserable prestamista y amigo de él, ese gringo Jhon que me hizo lo que quizo valiéndose de mi deseo por tener un auto, sometiéndome a sus sucios deseos sexuales dentro de mi propio hogar estando mi marido ebrio y dormido.
No podía faltar Jhon, el cual al llegar me dio un beso en la mejilla felicitandome, sin embargo no desaprovechó para desirme al oido que hoy me iva a dar un buen regalo, yo me aparté penosa de que me vieran con él en actitud no apta para una mujer casada, así que todos empezamos a celebrar y beber, ese día mi marido como siempre se pasa de copas, yo bebi pero no suelo hacerlo en exceso, sin embargo, el alcohol hizo que mi sange se calentara más, bailé con varios vecinos, algunos de los cuales no paraban de ver mis senos bajo mi blusa escotada pero no podían hacer más dado que estaban con sus esposas y yo no les iba a permitir muchas libertades, Jhon no paraba de verme con deseo y cruzaba miradas conmigo, cada vez que lo veía recordaba su enorme pene atravesándome sin piedad en ambos de mis agujeros.
Era muy de madrugada cuando la última pareja se fue y Jhon le dijo a mi marido que tenía problemas con su auto que no le arrancaba, mi marido amablemente le dijo: ¡ Bueno Jhon, hay que estrenar el auto !, pero él muy astutamente le dijo: Jorge recuerda que estás muy ebrio y te pueden arrestar, yo también estoy ebrio pero está tu esposa que me puede ir a dejar a mi casa, eso si no hay inconveniente.
Sin pensarlo mi marido le dijo que no había problema, yo estaba nerviosa y más con lo que me dijo cuando llegó "te voy a dar un buen regalo" y como aún no me había regalado nada, no sabía qué me iva a dar, yo puse algunos peros pero mi marido insistió, inocentemente él ponía las manos en el fuego por su amigo sin imaginar siquiera que ya él había probado a su mujer de varias formas. Sin más remedio tuve que aceptar y conducir el auto con el lujurioso ese de pasajero, mientras mi marido se quedó en casa esperándome.
Durante el trayecto el miserable no paraba de tocar mis piernas, me decía que no paraba de recordar ese momento conmigo, que fui su mejor puta, yo le contesté groceramente: "deja de decirme insultos, respétame", sin embargo entre mis piernas un calor intenso emergía cada vez que me tocaba o me decia cosas sucias, se sacó su miembro semi erguido y me dijo: "nena el regalo que te daré es tu primera cogida en tu auto nuevo".
Debo reconocer que gracias a él obtuve este auto y además cuando me follaba lo hacia muy rico, solo que me remordía la conciencia de ponerle cuernos a mi marido, así se lo dije y él me dijo: ja ja no seas tonta, Jorge también te pone cuernos con la esposa de tu vecino Adrián, yo le dije que no me mintiera, sin embargo él me dijo que detuviera el auto y me explicó que tuvo una conversación con mi marido comentándole sobre lo buena que está esa mujer, hasta me dijo de un tatuaje que ella tenía en la parte baja del ombligo, cosa que ella me contó una vez, así que entré en celos inmediatamente, jamás pensé que yo teniendo este cuerpo voluptuoso iva a recibir una infidelidad de mi marido, no seguí hablando con él y seguí manejando.
Un impulso fuerte se me metió de manejar con una mano y masturbar el pene del gringo, la tenia bien grande, como me gustan, mucho más que la de mi marido, el gringo cabrón ya consiguió mi atención y me dijo que parara en un lugar solitario, así lo hice y me acerqué a el y empecé a chuparle con fuerza su miembro, el cabrón gozaba cada lamida, cada lengüetazo, se la escupía y me ahogaba con ese miembro completo en mi boca, el cabrón me animaba a continuar: "asi zorra, chúpala como tú solo sabes hacerlo", "vaya perra que tiene Jorge por mujer".
Cuando ya la tenia bien dura me baje el hilo y me sente en su enorme pene y empecé a cabalgarlo, así estrenaba el auto, dándome tremenda cogida con un amante, olvidé a mi marido y me dediqué a gozar de ese trozo de miembro sabroso en mi humeda raja, el auto se mecía una y otra vez conforme yo bincaba sobre mi amante, gemía y gritaba sin importarme más nada y más que podía hacerlo sin molestias de nadie. El gringo tenía bastante resistencia, no se venía, salimos del auto y el abrió la ventana de su asiento y me metió por la misma, dándome unas deliciosas embestidas en cuatro, yo gritaba como una perra mientras mis nalgas grandes se tragaban entero su sabroso sable, me decía: "you are a fucking bitch", "give me your ass hole", no le entendía nada hasta que me metió en el asiento trasero del coche y me puso de espaldas a el y me lamíió el culo, yo ya sabía lo que venía y lo esperé con mi culo pidiendo su verga.
Me la fue enterrando poco a poco por el culo y cuando ya la tenía completa sentía sus huevos chocando contra mis nalgas, poco a poco fue moviéndose con más velocidad, me dolía pero lo gozaba, no quería que la sacara de mi culo, le decia: "cabrón no pares de meterla", "clavame fuerte ese trozo por mi culo, es tuyo", me vine fuertemente y el no descansaba hasta que decidí sacarle esa leche, lo hice sentarse y me le senté de espalda sobre el, meneando mi culo lo más posible, cada vez que me sentaba en su pene cabezón se me clababa en mi culo ya bien abierto, yo me agarraba con mis manos sobre los asientos delanteros mientras mis tetas brincaban una y otra vez, él no pudo más y me inyectó toda su leche por dentro de mi culo tragón, dentro del auto olía a sexo y fluidos corporales, jamás pensé que iva a darle ese uso a mi auto y menos con el gringo desgraciado, me resigné a ser adicta a su pene y a sus sucios deseos.
Lo dejé en su casa y él me pidió que le obsequiara el hilo que traía así que me lo quité y se lo dejé como trofeo, justo cuando me di la espalda me dijo: "hermosa, disculpame pero lo de tu marido con la vecinita no era cierto, el amante de ella no es él sino yo, happy birthday ja ja" y cerró la puerta, me había engañado de la manera más tonta, fui una boba, caí fácil en su engaño, el detalle es que no me causó enojo, sino más bien me sacó una sonrisa, al regresar a mi casa encontré a mi marido durmiendo en el sillón, lo miré pensativa y por mi cerebro pasó esta frase: "Fui infiel de nuevo, lo gocé y no me arrepentí".
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