Con mi esposo ya llevamos 5 años de casados, yo apenas estaba entrando en el mundo del derecho penal, tenía mis trabajos a la vez que mí amado esposo en su ingeniería. Por esas fechas estaban realizando una obra en un pueblo que queda a cinco horas de Bogotá, por la vía a Neiva. Lo que lo obligaba a ausentarse de la casa por varios días. Solo nos comunicábamos por teléfono fijo, un viernes por la noche me llamo a decirme que de la oficina iban a enviar unos planos para que se los recibiera y que no podía viajar por que se había presentado un problema. Al otro día a eso de la una de la tarde la persona que traía los planos llego. Lo que no me esperaba era que fuera el ingeniero Gonzales, un papacito divino me encanta ese hombre. Le autorice la entrada y yo estaba con un pantalón y un suéter manchado de pintura. Entonces corrí al closet buscando algo más sexy para lucirle y me coloque un top que apenas tapaba mis pezones dejando ver la redondez de mis tetas y unos shorts que dejaban ver medio trasero mío. El timbre sonó y fui a abrirle.
Ingeniero González pero que sorpresa tan agradable. – Señora Diana como me le va- - Haber muñeco hermoso no me diga señora si quieres me puedes decir dianita. Amor, muñeca, como quieras, pero sigue delante entra y me acompañas un rato. – Es que venía a dejarle unos planos para el ingeniero. - Si él me dijo que iba alguien a venir a traérselos pero no pensé que fuera usted y la verdad me encanta tenerte en mi casa.
Lo tome de la mano y se la coloque en mi cintura abrazándolo, me lo lleve para la sala, puse música y le ofrecí un trago de ron el que acepto, coloque la botella en la mesita para seguir tomando y hablando. Al rato le pregunte.
-¿Muñeco cuéntame ya almorzaste? -No dianita. - ¿quieres comer una rica lasaña que prepare? - Guau me encanta la lasaña. - Espera y veraz esta te va a gustar más.
Me fui a sacarla de la nevera y colocarla en el horno, yo también ya tenía un hambre ya que ni había desayunado.
Le conté que estaba pintando un cuadro de la caótica Bogotá y me lo lleve para el estudio en donde tenía la pintura mis manos agarraron las suyas y colocándolas en mi cintura lo abrace caminando, apenas estaba en negrilla y los colores los iba a empezar a montar. La calle era pleno centro en la carrera decima con calle trece en donde el movimiento es altamente congestionado. Para esa entonces no existía en ese cruce doble carril si no buses por todos los carriles formando largas filas de aguante y espera, en ambos sentidos.
- Guau en verdad esta fantástico tienes buen talento para la pintura. – Y eso que no está terminado. – No me gustaría verlo cuando lo termines te va a quedar fenomenal. – Yo te aviso para que lo veas.
Me acerque a él abrazándolo mientras seguíamos hablando.
– No se te olvide ¿y qué haces con los cuadros? ¿Has pintado más? - Si, si claro la mayoría los he vendido y otros se los he dado a mis hermanas, el grande de la sala ese es mío. – En serio pero está súper también.
La lasaña ya debería estar y me apresure a sacarla del horno y servirla en la mesa.
- Mi amor que pena molestarte ¿pero puede ir a la tienda por una coca cola? – Claro dianita. Ya voy entonces. – Listo muñeco hermoso acá te espero.
Al regresar de la tienda le abrí y recibiéndole la botella le di un beso en la boca.
- Gracias mi amor no tenía con que pasarla.
Y volví a besarlo por unos segundos
Me voltee para la cocina y abrazándolo por la cintura le deje en la sala. Dándole otro beso en la boca.
– Mi amor ¿tú no tenías algo que hacer hoy en la tarde verdad? - La verdad si iba a ir a visitar una tía que vino a la ciudad y se está quedando donde mi mama. – Ha que vaina muñeco y yo monopolizándote jejejejeje. – Mamita no hay problema puedo ir más tarde. – A bueno y tú tienes novia o estas casado. – Ando soltero y sin compromisos, tengo dos amigas con las que salimos pero sin compromiso.
Nos sentamos a la mesa y nos devoramos esa lasaña la que le encanto. Levante la mesa dejando todo en el lavaplatos para después lavar. Y poder seguir con Albeiro en la sala quien no dejaba de mirarme sobre todo la redondez de mis tetas. La charla continuo por varios minutos seguimos tomando ron uno que otro cigarrillo, mis manos inquietas tocaban sus piernas, lo que ayudo a relajarnos y acercarnos más en el sillón estando más junticos. En un momento en que prendí un cigarrillo lo vi mirándome las tetas y sonriéndole a la vez que me quitaba el top le dije.
- ¿Te gustan mis tetas?
Con ambas manos me las acaricie. Se quedó mirándolas.
– Me encanta mi amor están divinas.
Me le acerque colocando los pezones en su boca dejándolo que me las chupara, mis manos acariciaron su pantalón sobándole la verga. Me incorpore para quitarme el short quedando ya totalmente desnuda, coloque mis manos en mi cintura y le pregunte.
- ¿y te gusta lo demás? - Divina mi amor, sos divina por donde se te mire hechizas a cualquiera con tu belleza cosita rica. – Ven entonces camina para la pieza y profanas mi templo.
Lo levante acercándolo a mi nos besamos apasionadamente, mis manos bajaron su cremallera y buscaron su verga la que extrajeron hasta sus huevos para poder acariciarla.
- Camina papacito rico que tengo ganas de ti.
Y agarrándolo de la verga me lo lleve para el cuarto, en donde lo desvestí rápidamente, nos subimos a la cama acostándolo boca arriba para montármele encima en un 69 y así mamarle la verga por un buen rato. Para luego montármele encima agarrar su verga y metérmela por mi cuquita, disfrutar por 20 minutos de tanto placer que me llevo a tener dos orgasmos deliciosos, me baje para mamarle otra vez la verga lamérsela y chuparle los huevos, me acosté boca arriba levantando mis piernas asía los lados y dejar que me chupara mi cuquita por un buena rato, sus dedos y su lengua me hicieron vibrar mi cuerpo, haciéndome gemir del placer tan exquisito que sus caricias me daban por un buen rato para después volverme a clavar su rica verga hay duramos casi 40 minutos hasta que se vino dentro de mi inundándome la cuquita con su semen. Descansamos metidos entre la cama toda la tarde. Como no tenía nada que hacer le dije - Mi amor me gustaría que te quedaras conmigo esta noche y seguimos pasándola rico. – Listo muñeca yo con gusto de estar contigo pero voy y visito a mi tía y vuelvo. – ok acá te espero papacito rico.
Se fue y regreso a las tres horas le abrí la puerta y solo tenía una camisa puesta dejándole ver mi cuerpo desnudo.
–Hola mi amor ¿cómo te fue? – Muy bien dianita me demore porque fui al apartamento por ropa. – haja que bien mi amor.
Nos besamos apasionadamente
- Ha que rico tenerte acá mi amor me encantas una barbaridad.
Y nos fuimos para el cuarto a seguir nuestro romance sexual y apasionado que duro hasta el miércoles de esa semana porque mi esposo llegaba el jueves. Tocándonos ver con Albeiro entre semana en su departamento. Pero solo por 11 días porque mi esposo volvió a viajar y Albeiro se quedó esos días otra vez conmigo, romance que duro siempre varios meses en los que disfrute de momentos deliciosos hasta que se ennovio con una ingeniera.
Ingeniero González pero que sorpresa tan agradable. – Señora Diana como me le va- - Haber muñeco hermoso no me diga señora si quieres me puedes decir dianita. Amor, muñeca, como quieras, pero sigue delante entra y me acompañas un rato. – Es que venía a dejarle unos planos para el ingeniero. - Si él me dijo que iba alguien a venir a traérselos pero no pensé que fuera usted y la verdad me encanta tenerte en mi casa.
Lo tome de la mano y se la coloque en mi cintura abrazándolo, me lo lleve para la sala, puse música y le ofrecí un trago de ron el que acepto, coloque la botella en la mesita para seguir tomando y hablando. Al rato le pregunte.
-¿Muñeco cuéntame ya almorzaste? -No dianita. - ¿quieres comer una rica lasaña que prepare? - Guau me encanta la lasaña. - Espera y veraz esta te va a gustar más.
Me fui a sacarla de la nevera y colocarla en el horno, yo también ya tenía un hambre ya que ni había desayunado.
Le conté que estaba pintando un cuadro de la caótica Bogotá y me lo lleve para el estudio en donde tenía la pintura mis manos agarraron las suyas y colocándolas en mi cintura lo abrace caminando, apenas estaba en negrilla y los colores los iba a empezar a montar. La calle era pleno centro en la carrera decima con calle trece en donde el movimiento es altamente congestionado. Para esa entonces no existía en ese cruce doble carril si no buses por todos los carriles formando largas filas de aguante y espera, en ambos sentidos.
- Guau en verdad esta fantástico tienes buen talento para la pintura. – Y eso que no está terminado. – No me gustaría verlo cuando lo termines te va a quedar fenomenal. – Yo te aviso para que lo veas.
Me acerque a él abrazándolo mientras seguíamos hablando.
– No se te olvide ¿y qué haces con los cuadros? ¿Has pintado más? - Si, si claro la mayoría los he vendido y otros se los he dado a mis hermanas, el grande de la sala ese es mío. – En serio pero está súper también.
La lasaña ya debería estar y me apresure a sacarla del horno y servirla en la mesa.
- Mi amor que pena molestarte ¿pero puede ir a la tienda por una coca cola? – Claro dianita. Ya voy entonces. – Listo muñeco hermoso acá te espero.
Al regresar de la tienda le abrí y recibiéndole la botella le di un beso en la boca.
- Gracias mi amor no tenía con que pasarla.
Y volví a besarlo por unos segundos
Me voltee para la cocina y abrazándolo por la cintura le deje en la sala. Dándole otro beso en la boca.
– Mi amor ¿tú no tenías algo que hacer hoy en la tarde verdad? - La verdad si iba a ir a visitar una tía que vino a la ciudad y se está quedando donde mi mama. – Ha que vaina muñeco y yo monopolizándote jejejejeje. – Mamita no hay problema puedo ir más tarde. – A bueno y tú tienes novia o estas casado. – Ando soltero y sin compromisos, tengo dos amigas con las que salimos pero sin compromiso.
Nos sentamos a la mesa y nos devoramos esa lasaña la que le encanto. Levante la mesa dejando todo en el lavaplatos para después lavar. Y poder seguir con Albeiro en la sala quien no dejaba de mirarme sobre todo la redondez de mis tetas. La charla continuo por varios minutos seguimos tomando ron uno que otro cigarrillo, mis manos inquietas tocaban sus piernas, lo que ayudo a relajarnos y acercarnos más en el sillón estando más junticos. En un momento en que prendí un cigarrillo lo vi mirándome las tetas y sonriéndole a la vez que me quitaba el top le dije.
- ¿Te gustan mis tetas?
Con ambas manos me las acaricie. Se quedó mirándolas.
– Me encanta mi amor están divinas.
Me le acerque colocando los pezones en su boca dejándolo que me las chupara, mis manos acariciaron su pantalón sobándole la verga. Me incorpore para quitarme el short quedando ya totalmente desnuda, coloque mis manos en mi cintura y le pregunte.
- ¿y te gusta lo demás? - Divina mi amor, sos divina por donde se te mire hechizas a cualquiera con tu belleza cosita rica. – Ven entonces camina para la pieza y profanas mi templo.
Lo levante acercándolo a mi nos besamos apasionadamente, mis manos bajaron su cremallera y buscaron su verga la que extrajeron hasta sus huevos para poder acariciarla.
- Camina papacito rico que tengo ganas de ti.
Y agarrándolo de la verga me lo lleve para el cuarto, en donde lo desvestí rápidamente, nos subimos a la cama acostándolo boca arriba para montármele encima en un 69 y así mamarle la verga por un buen rato. Para luego montármele encima agarrar su verga y metérmela por mi cuquita, disfrutar por 20 minutos de tanto placer que me llevo a tener dos orgasmos deliciosos, me baje para mamarle otra vez la verga lamérsela y chuparle los huevos, me acosté boca arriba levantando mis piernas asía los lados y dejar que me chupara mi cuquita por un buena rato, sus dedos y su lengua me hicieron vibrar mi cuerpo, haciéndome gemir del placer tan exquisito que sus caricias me daban por un buen rato para después volverme a clavar su rica verga hay duramos casi 40 minutos hasta que se vino dentro de mi inundándome la cuquita con su semen. Descansamos metidos entre la cama toda la tarde. Como no tenía nada que hacer le dije - Mi amor me gustaría que te quedaras conmigo esta noche y seguimos pasándola rico. – Listo muñeca yo con gusto de estar contigo pero voy y visito a mi tía y vuelvo. – ok acá te espero papacito rico.
Se fue y regreso a las tres horas le abrí la puerta y solo tenía una camisa puesta dejándole ver mi cuerpo desnudo.
–Hola mi amor ¿cómo te fue? – Muy bien dianita me demore porque fui al apartamento por ropa. – haja que bien mi amor.
Nos besamos apasionadamente
- Ha que rico tenerte acá mi amor me encantas una barbaridad.
Y nos fuimos para el cuarto a seguir nuestro romance sexual y apasionado que duro hasta el miércoles de esa semana porque mi esposo llegaba el jueves. Tocándonos ver con Albeiro entre semana en su departamento. Pero solo por 11 días porque mi esposo volvió a viajar y Albeiro se quedó esos días otra vez conmigo, romance que duro siempre varios meses en los que disfrute de momentos deliciosos hasta que se ennovio con una ingeniera.
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