A pesar de que mi intención era la de cobrar venganza de mí "amiga" Mony (por los acontecimientos anteriores) debo decir que las cosas no salieron como pensé, aunque no salieron mal.
Resulta que después de planear y planear por semanas como ver a solas a Mony sin levantar sospecha (hacía tiempo que no nos veíamos y además se había convertido en confidente y cómplice de mi esposa) no quería correr riesgos. Mientras yo me esforzaba al extremo tratando de formular un buen plan, Laura llegó a darme la noticia de que Mony, nos invitaba a una fiesta (de una amiga de ella o conocida o que se yo, pero era una buena oportunidad que no podía desaprovechar), el punto es que sin más esfuerzo podría ver a Mony, aunque ahora tenía que pensar como alejarla de mi esposa.
Los días pasaron lento y llegó el día esperado, después de dejar a nuestro hijo con sus abuelos maternos nos dirigimos al lugar donde Mony ya nos esperaba, no pude idear nada durante los 3 días previos a la fiesta, pero ya no importaba, le dejaría todo a la suerte.
Al entrar al lugar del evento pasaron solo unos segundos para que Mony nos encontrará, nos saludó con un efusivo "Hola", un beso en la mejilla y un abrazo para mi esposa e igualmente para mí. Vestía una blusa blanca de manga corta muy poco escotada aunque ceñida al cuerpo, lo que dejaba apreciar su hermoso par de tetas y compensaba en mucho su falta de escote, un shorts café claro que igualmente dejaba ver su firme trasero y en conjunto con sus zapatos de piso de correas como tipo sandalia griega color café (no sé de zapatos de mujer así que perdón por la descripción tan pobre) con su pelo castaño claro, suelto, lacio y hasta los hombros y casi nada de maquillaje, se veía realmente antojable en comparación de mi esposa que sabiendo que el evento no era muy importante, vestía una blusa blanca sin escote, un saco rosa pálido abierto, un pantalón de mezclilla azul cielo algo suelto tipo pescador y zapatos de piso igualmente rosas, el pelo suelto y poco maquillaje.
Acostumbrado a verla siempre impecable esta vez no le puso nada de empeño a su apariencia y es qué no tenía ganas de estar ahí, fue únicamente por compromiso así que quería regresar a casa lo antes posible. Mientras nuestra amiga nos guiaba a nuestra mesa no dejaba de hablar, lo único que entendí de su incesante parloteo fue que nos había tocado un mal lugar, lo cual corroboré al llegar, la mesa del rincón fue la que nos asignaron jajajaja, como sea no nos importó, para nosotros era mejor pasar desapercibidos.
El tiempo fue pasando y en un punto a Laura se le olvidaron las ganas de irnos rápido, entabló conversación con la amiga de Mony, que aunado a los tragos progresivos parecía que estaríamos ahí un buen rato, lo cual fue de provecho. Mony se sentó junto a mi, por alguna razón estaba especialmente amable conmigo, (culpa, supuse yo y tal vez el alcohol que ya había causado efecto) me costaba tratarla como siempre por el resentimiento que sentía lo cual se hizo evidente con los mordaces comentarios que le lanzaba ocasionalmente relativos a su falta de lealtad, hasta que ya fastidiada de mi negatividad me cuestionó al respecto.
En resumen para no alargar esto, le dije todo lo que sabía y la increpé por no solidarizarse conmigo siendo que nuestra amistad es más antigua que la que tiene con mi esposa, pero tajantemente me respondió que ese no es problema suyo y que no es ni su guardia ni mi espía ni nada por el estilo, que eso lo arreglará yo con Laura.
Quise responderle pues lo que dijo me molesto pero honestamente me dejo sin argumentos y antes de cualquier cosa se acercó más a mí poniendo su mano en mi pierna apretándola un poco y sonriendo pícaramente me dijo “vamos a cambiar de tema” me sorprendió mucho su acción tan explícita pues como ya antes lo mencioné es gay.
Al día de hoy no sé si lo que pasó fue porque tenía algún remordimiento y quiso compensarme, pero lo que haya sido agradezco que pasara. Al calor del alcohol que habíamos bebido comenzó a acariciar mi pierna bajo el mantel de la mesa que fungía como refugio clandestino, poco a poco y fingiendo sutileza entre platicas que ni siquiera recuerdo fue subiendo su mano hasta llegar a mi miembro completamente erecto para entonces, se dedicó a brindarme un placentero masaje que resultó ser sumamente delicioso gracias a la adrenalina teniendo a mi esposa y su nueva amiga frente a nosotros.
Poco a poco fue aumentando la intensidad hasta que en un momento perdiendo toda cautela aflojó mi cinturón y desabotonó mi pantalón lo cual ni siquiera traté de impedir por lo excitado que estaba, enseguida con una maestría sorprendente introdujo su mano, lo que le permitió palpar y masturbar mi miembro al desnudo, creando una mezcla de sensaciones tan exquisitas que no pude contenerme por mucho tiempo.
Al ver mi expresión y sentir mis convulsiones (que yo torpemente trataba de disimular), rápidamente envolvió mi escroto con su mano para contener mi eyaculación, lo que pronto fue imposible y terminé con mi ropa interior sucia.
Una vez que pasó la excitación me preocupé por la situación, temeroso miré a mi esposa y a mi alrededor y sorprendentemente nadie nos había notado, era como si no estuviéramos ahí, pero ¿Qué haría para justificar la evidente humedad en mis pantalones?...
Para mi gran fortuna, Mony iba a un millón de años luz delante de mí, de entre sus piernas sacó una servilleta de tela que utilizó para limpiar su mano mientras yo abrochaba mi pantalón y cinturón, antes de que yo pudiera reaccionar, derribó mi vaso derramando todo su contenido sobre mí, seguido de una actuación digna de Hollywood y una incesante serie de disculpas (obviamente falsas) dándome con esto la perfecta excusa para salir corriendo al baño para asearme un poco.
Al salir del baño con los pantalones mojados, me encontré con mi esposa que conteniendo la risa me pidió relajarme y no increpar a su amiga por el “accidente”, a lo que solo me limité a responder con un semblante serio “ya qué”, para después regresar juntos a la mesa donde Mony, esperaba falsamente apenada, y reanudo las disculpas que termine con un “no te preocupes, todo está bien”.
Muchos tragos después, decidimos irnos para mi fortuna, mi esposa y Mony acordaron seguir la fiesta en casa. Yo no tomé mucho pues tenía que manejar así que ellas se dieron vida con los tragos y ya estaban algo tomadas. Nos despedimos y después de una parada en el camino para comprar algunas cosas complementarias para la velada, llegamos a casa.
La verdad es que no hay nada interesante que contar del tiempo transcurrido ahí, ellas se dedicaron a platicar y yo a aburrirme, hasta que ya después de un rato Laura comenzó a discutir con Mony de la nada, la razón pudo ser cualquiera pues ya estaban muy tomadas y para terminar pronto Mony visiblemente fastidiada prefirió despedirse y retirarse.
Le pedí que no lo hiciera, que ya era tarde y que se podía quedar (obviamente con doble intención) pero ella se negó incluso no me permitió pedirle un taxi, simplemente se despidió de mí y se fue. Yo me senté a un lado de mi esposa y le pregunté que pasó, pero estaba completamente a la defensiva y remató conmigo exigiéndome de muy mal modo que no me metiera en lo que no me importa, solo respondí “ok” y me ofrecí a acompañarla a la cama.
Convencerla fue un reto, pero después de unos minutos accedió, una vez en la cama buscó cualquier excusa para comenzar una discusión la cual terminó con ella gritándome que me largara y la dejara en paz y conmigo azotando la puerta de la habitación.
Resulta que después de planear y planear por semanas como ver a solas a Mony sin levantar sospecha (hacía tiempo que no nos veíamos y además se había convertido en confidente y cómplice de mi esposa) no quería correr riesgos. Mientras yo me esforzaba al extremo tratando de formular un buen plan, Laura llegó a darme la noticia de que Mony, nos invitaba a una fiesta (de una amiga de ella o conocida o que se yo, pero era una buena oportunidad que no podía desaprovechar), el punto es que sin más esfuerzo podría ver a Mony, aunque ahora tenía que pensar como alejarla de mi esposa.
Los días pasaron lento y llegó el día esperado, después de dejar a nuestro hijo con sus abuelos maternos nos dirigimos al lugar donde Mony ya nos esperaba, no pude idear nada durante los 3 días previos a la fiesta, pero ya no importaba, le dejaría todo a la suerte.
Al entrar al lugar del evento pasaron solo unos segundos para que Mony nos encontrará, nos saludó con un efusivo "Hola", un beso en la mejilla y un abrazo para mi esposa e igualmente para mí. Vestía una blusa blanca de manga corta muy poco escotada aunque ceñida al cuerpo, lo que dejaba apreciar su hermoso par de tetas y compensaba en mucho su falta de escote, un shorts café claro que igualmente dejaba ver su firme trasero y en conjunto con sus zapatos de piso de correas como tipo sandalia griega color café (no sé de zapatos de mujer así que perdón por la descripción tan pobre) con su pelo castaño claro, suelto, lacio y hasta los hombros y casi nada de maquillaje, se veía realmente antojable en comparación de mi esposa que sabiendo que el evento no era muy importante, vestía una blusa blanca sin escote, un saco rosa pálido abierto, un pantalón de mezclilla azul cielo algo suelto tipo pescador y zapatos de piso igualmente rosas, el pelo suelto y poco maquillaje.
Acostumbrado a verla siempre impecable esta vez no le puso nada de empeño a su apariencia y es qué no tenía ganas de estar ahí, fue únicamente por compromiso así que quería regresar a casa lo antes posible. Mientras nuestra amiga nos guiaba a nuestra mesa no dejaba de hablar, lo único que entendí de su incesante parloteo fue que nos había tocado un mal lugar, lo cual corroboré al llegar, la mesa del rincón fue la que nos asignaron jajajaja, como sea no nos importó, para nosotros era mejor pasar desapercibidos.
El tiempo fue pasando y en un punto a Laura se le olvidaron las ganas de irnos rápido, entabló conversación con la amiga de Mony, que aunado a los tragos progresivos parecía que estaríamos ahí un buen rato, lo cual fue de provecho. Mony se sentó junto a mi, por alguna razón estaba especialmente amable conmigo, (culpa, supuse yo y tal vez el alcohol que ya había causado efecto) me costaba tratarla como siempre por el resentimiento que sentía lo cual se hizo evidente con los mordaces comentarios que le lanzaba ocasionalmente relativos a su falta de lealtad, hasta que ya fastidiada de mi negatividad me cuestionó al respecto.
En resumen para no alargar esto, le dije todo lo que sabía y la increpé por no solidarizarse conmigo siendo que nuestra amistad es más antigua que la que tiene con mi esposa, pero tajantemente me respondió que ese no es problema suyo y que no es ni su guardia ni mi espía ni nada por el estilo, que eso lo arreglará yo con Laura.
Quise responderle pues lo que dijo me molesto pero honestamente me dejo sin argumentos y antes de cualquier cosa se acercó más a mí poniendo su mano en mi pierna apretándola un poco y sonriendo pícaramente me dijo “vamos a cambiar de tema” me sorprendió mucho su acción tan explícita pues como ya antes lo mencioné es gay.
Al día de hoy no sé si lo que pasó fue porque tenía algún remordimiento y quiso compensarme, pero lo que haya sido agradezco que pasara. Al calor del alcohol que habíamos bebido comenzó a acariciar mi pierna bajo el mantel de la mesa que fungía como refugio clandestino, poco a poco y fingiendo sutileza entre platicas que ni siquiera recuerdo fue subiendo su mano hasta llegar a mi miembro completamente erecto para entonces, se dedicó a brindarme un placentero masaje que resultó ser sumamente delicioso gracias a la adrenalina teniendo a mi esposa y su nueva amiga frente a nosotros.
Poco a poco fue aumentando la intensidad hasta que en un momento perdiendo toda cautela aflojó mi cinturón y desabotonó mi pantalón lo cual ni siquiera traté de impedir por lo excitado que estaba, enseguida con una maestría sorprendente introdujo su mano, lo que le permitió palpar y masturbar mi miembro al desnudo, creando una mezcla de sensaciones tan exquisitas que no pude contenerme por mucho tiempo.
Al ver mi expresión y sentir mis convulsiones (que yo torpemente trataba de disimular), rápidamente envolvió mi escroto con su mano para contener mi eyaculación, lo que pronto fue imposible y terminé con mi ropa interior sucia.
Una vez que pasó la excitación me preocupé por la situación, temeroso miré a mi esposa y a mi alrededor y sorprendentemente nadie nos había notado, era como si no estuviéramos ahí, pero ¿Qué haría para justificar la evidente humedad en mis pantalones?...
Para mi gran fortuna, Mony iba a un millón de años luz delante de mí, de entre sus piernas sacó una servilleta de tela que utilizó para limpiar su mano mientras yo abrochaba mi pantalón y cinturón, antes de que yo pudiera reaccionar, derribó mi vaso derramando todo su contenido sobre mí, seguido de una actuación digna de Hollywood y una incesante serie de disculpas (obviamente falsas) dándome con esto la perfecta excusa para salir corriendo al baño para asearme un poco.
Al salir del baño con los pantalones mojados, me encontré con mi esposa que conteniendo la risa me pidió relajarme y no increpar a su amiga por el “accidente”, a lo que solo me limité a responder con un semblante serio “ya qué”, para después regresar juntos a la mesa donde Mony, esperaba falsamente apenada, y reanudo las disculpas que termine con un “no te preocupes, todo está bien”.
Muchos tragos después, decidimos irnos para mi fortuna, mi esposa y Mony acordaron seguir la fiesta en casa. Yo no tomé mucho pues tenía que manejar así que ellas se dieron vida con los tragos y ya estaban algo tomadas. Nos despedimos y después de una parada en el camino para comprar algunas cosas complementarias para la velada, llegamos a casa.
La verdad es que no hay nada interesante que contar del tiempo transcurrido ahí, ellas se dedicaron a platicar y yo a aburrirme, hasta que ya después de un rato Laura comenzó a discutir con Mony de la nada, la razón pudo ser cualquiera pues ya estaban muy tomadas y para terminar pronto Mony visiblemente fastidiada prefirió despedirse y retirarse.
Le pedí que no lo hiciera, que ya era tarde y que se podía quedar (obviamente con doble intención) pero ella se negó incluso no me permitió pedirle un taxi, simplemente se despidió de mí y se fue. Yo me senté a un lado de mi esposa y le pregunté que pasó, pero estaba completamente a la defensiva y remató conmigo exigiéndome de muy mal modo que no me metiera en lo que no me importa, solo respondí “ok” y me ofrecí a acompañarla a la cama.
Convencerla fue un reto, pero después de unos minutos accedió, una vez en la cama buscó cualquier excusa para comenzar una discusión la cual terminó con ella gritándome que me largara y la dejara en paz y conmigo azotando la puerta de la habitación.
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