-Si no te ponés algo, no puedo…
-¿Qué? ¿Te perturba mi bombachita?
-Me perturbás vos, que andás en pelotas por la casa. Y hoy quería hacerte una propuesta diferente.
-A ver, me muero por saber que nueva perversión diseñó papi para cogerme hoy. No sé, no sé… no estoy segura… dale, contame ¿Qué propuesta me vas a hacer?…
-No, no, tranquila. Hoy quiero hacer algo distinto. Quiero ir al hipódromo.
-Al Hipód… ¡Ah! ¿También burrero? ¿Desde cuándo?
-Desde chico. Siempre anduve de a caballo. Trabajaba en la casa de mis viejos en los arreos, pero para mí todo era un juego. Vos no tenés ni idea lo que es andar solo en el medio del campo, la relación que uno genera con el animal, con el horizonte. Una vez llegó a mi casa un pura sangre. Estaba lastimado y lo iban a matar, y la única chance que tenía de sobrevivir es que se recuperara a campo abierto. Lo único que hacía el hijo de puta era comer y cogerse a todas las yeguas del vecindario, hasta que se recuperó. Lo pusimos a entrenar y lo probamos en una cuadrera… me estás escuchando.
-No. Yo también me distraje.
-¿Con qué? ¿Por qué me mirás así?
-Dejá. Vicisitudes de una leonina.
-No, ahora contá… ¿Qué tendrá que tu zodíaco? ¡Y dejá de mirarme así, por favor!
-Ay, papi… le voy a explicar, porque hay que explicarle todo, usted es medio lenteja y hay que enseñarle. No sé qué mierda me estaba contando, pero no puedo verlo así, con la barbita esa despareja, y sí, no tengas ninguna duda de que los astros condicionan las estructuras psíquicas de las personas, y yo soy muy leonina…
-¿Eh?
-Si, nene, te cortaste mal la barba… y no puedo prestarte atención… odio los tipos con la barba así cortada… si andás con barba tipo candado, tenés que cortarla pareja, y ya ves lo que provoca… no te escucho, pasás de papi a nene sin estaciones intermedias.
-Pero… ¡Ah! ¡Es al pedo! Yo quiero ir al hipódromo, te estoy contando mi historia, después me decís que yo no te cuento nada de mi pasado, que sólo quiero tener sexo con vos, y justo cuando me desnudo, empiezo a contarte de mis más tiernas experiencias, te explico con detalles como si fueras mi terapeuta de dónde me viene el espíritu turfístico, me salís con eso… ¿Y ahora? ¿A dónde vas? Vení acá, vení acá, te estoy hablando… ¡Loca!
-¿A quién le decís loca?
-No, pará… ¿De donde sacaste eso? ¿Qué hacés?
-Era de mi papá. Yo también tengo secretos de mi más tierna infancia. Siempre quise hacer esto, y no te puedo prestar atención si tenés la barba así. Y menos si hoy es el día en que vas a desnudar, aunque sea tu alma. Quedate sentado, no te muevas, o tendré que tomar medidas más drásticas.
-Pero… está, está bien, yo me quedo quieto, pero vos no sabés usar una navaja… y no podés así en seco… siempre lo mismo… en seco no se puede.
-Te pido por favor que no me obligues a que te ate en la silla…
-Yo no me muevo, te dije… no hace falta que uses mi camisa para atarme… pará, por favor, no jodas, no … la corbata no… se arruga toda, pará…
-Usted señor quédese quietito, y así atadito en la silla está mejor. ¿Ve? Así me gusta. Que sea obediente. No puedo decir que sea un nene, porque los nenes no tienen barba, ni la tienen tan dura. Quiero que sepa, señor papi, que le voy a dejar todo suavecito, porque a mí no me gustan los señores grandes…
-¿Me vas a dejar así atado? ¿A dónde vas?
-¡Qué ansioso! ¿No ve que soy una nena buena y obediente? Le voy a poner algo de espumita en la cara, para no afeitarlo en seco
-¿Hace falta que te subas arriba mío?
-¿No querías cabalgar? Bueno… quedate quietito que yo te voy a mostrar lo que hace una yegua… o no, voy a hacer de jocketa, si, eso ¿Así que te gustan los caballitos? Pobrecito, seguro que el papá no lo llevaba a la calesita y le quedó el trauma… a ver si corta… siiii… esto me gusta… queda suavecito… así va a quedar parejito, de los dos lados iguales… levantá el cuellito, mi vida, no sea cosa que … ups…
-¡Me cortaste! ¡Me querés degollar! ¡Soltame! ¡Puta!
-Cálmate, bebé, tranquilo… que mamá te va a curar… sana, sana, colita de rana… ¿o colita de nena? ¡Colita de yegua!... a ver… mmmmm… ¡qué rico! ¡Me encanta el sabor de tu sangre! ¡Soy Drácula!
-Estás más loca que una cabra, soltame, querés…
-Si. Seguro. Mañana o pasado. Te tengo como quiero, y vos querés que te suelte… a ver, ¿Cómo era eso del jinete? Estás asustado, pero igual responde… así, quedate quietito, mira que calladito te quedaste ¿Te gusta que te monte? Callate, mejor. No digas nada… Dejame a mí, que yo me ocupo… ah! Cómo me gusta tenerte así… está tremenda… te estoy sintiendo… besame las tetas… llévame a tu campito, así me tenés comiendo y garchando todo el tiempo… quedate quieto… movete… ahí, ahí, justo ahí, sí, sí ¡el arriero va! ¿Qué pasó? ¡Ya no pedís que te suelte, putito! Ahhh qué rico está esto… te dije que no te muevas… ahhh! No… si, sí, ahhh! ¡Qué bien que se porta el bebé! Se ve que es un buen jinete… y también un buen potrillo.. ¡ufff! ¡Qué rico! Ya no te sangra más… quedó todo suavecito, suavecito. Y blandito.… ¿Qué me decías del hipódromo?
-¿Qué? ¿Te perturba mi bombachita?
-Me perturbás vos, que andás en pelotas por la casa. Y hoy quería hacerte una propuesta diferente.
-A ver, me muero por saber que nueva perversión diseñó papi para cogerme hoy. No sé, no sé… no estoy segura… dale, contame ¿Qué propuesta me vas a hacer?…
-No, no, tranquila. Hoy quiero hacer algo distinto. Quiero ir al hipódromo.
-Al Hipód… ¡Ah! ¿También burrero? ¿Desde cuándo?
-Desde chico. Siempre anduve de a caballo. Trabajaba en la casa de mis viejos en los arreos, pero para mí todo era un juego. Vos no tenés ni idea lo que es andar solo en el medio del campo, la relación que uno genera con el animal, con el horizonte. Una vez llegó a mi casa un pura sangre. Estaba lastimado y lo iban a matar, y la única chance que tenía de sobrevivir es que se recuperara a campo abierto. Lo único que hacía el hijo de puta era comer y cogerse a todas las yeguas del vecindario, hasta que se recuperó. Lo pusimos a entrenar y lo probamos en una cuadrera… me estás escuchando.
-No. Yo también me distraje.
-¿Con qué? ¿Por qué me mirás así?
-Dejá. Vicisitudes de una leonina.
-No, ahora contá… ¿Qué tendrá que tu zodíaco? ¡Y dejá de mirarme así, por favor!
-Ay, papi… le voy a explicar, porque hay que explicarle todo, usted es medio lenteja y hay que enseñarle. No sé qué mierda me estaba contando, pero no puedo verlo así, con la barbita esa despareja, y sí, no tengas ninguna duda de que los astros condicionan las estructuras psíquicas de las personas, y yo soy muy leonina…
-¿Eh?
-Si, nene, te cortaste mal la barba… y no puedo prestarte atención… odio los tipos con la barba así cortada… si andás con barba tipo candado, tenés que cortarla pareja, y ya ves lo que provoca… no te escucho, pasás de papi a nene sin estaciones intermedias.
-Pero… ¡Ah! ¡Es al pedo! Yo quiero ir al hipódromo, te estoy contando mi historia, después me decís que yo no te cuento nada de mi pasado, que sólo quiero tener sexo con vos, y justo cuando me desnudo, empiezo a contarte de mis más tiernas experiencias, te explico con detalles como si fueras mi terapeuta de dónde me viene el espíritu turfístico, me salís con eso… ¿Y ahora? ¿A dónde vas? Vení acá, vení acá, te estoy hablando… ¡Loca!
-¿A quién le decís loca?
-No, pará… ¿De donde sacaste eso? ¿Qué hacés?
-Era de mi papá. Yo también tengo secretos de mi más tierna infancia. Siempre quise hacer esto, y no te puedo prestar atención si tenés la barba así. Y menos si hoy es el día en que vas a desnudar, aunque sea tu alma. Quedate sentado, no te muevas, o tendré que tomar medidas más drásticas.
-Pero… está, está bien, yo me quedo quieto, pero vos no sabés usar una navaja… y no podés así en seco… siempre lo mismo… en seco no se puede.
-Te pido por favor que no me obligues a que te ate en la silla…
-Yo no me muevo, te dije… no hace falta que uses mi camisa para atarme… pará, por favor, no jodas, no … la corbata no… se arruga toda, pará…
-Usted señor quédese quietito, y así atadito en la silla está mejor. ¿Ve? Así me gusta. Que sea obediente. No puedo decir que sea un nene, porque los nenes no tienen barba, ni la tienen tan dura. Quiero que sepa, señor papi, que le voy a dejar todo suavecito, porque a mí no me gustan los señores grandes…
-¿Me vas a dejar así atado? ¿A dónde vas?
-¡Qué ansioso! ¿No ve que soy una nena buena y obediente? Le voy a poner algo de espumita en la cara, para no afeitarlo en seco
-¿Hace falta que te subas arriba mío?
-¿No querías cabalgar? Bueno… quedate quietito que yo te voy a mostrar lo que hace una yegua… o no, voy a hacer de jocketa, si, eso ¿Así que te gustan los caballitos? Pobrecito, seguro que el papá no lo llevaba a la calesita y le quedó el trauma… a ver si corta… siiii… esto me gusta… queda suavecito… así va a quedar parejito, de los dos lados iguales… levantá el cuellito, mi vida, no sea cosa que … ups…
-¡Me cortaste! ¡Me querés degollar! ¡Soltame! ¡Puta!
-Cálmate, bebé, tranquilo… que mamá te va a curar… sana, sana, colita de rana… ¿o colita de nena? ¡Colita de yegua!... a ver… mmmmm… ¡qué rico! ¡Me encanta el sabor de tu sangre! ¡Soy Drácula!
-Estás más loca que una cabra, soltame, querés…
-Si. Seguro. Mañana o pasado. Te tengo como quiero, y vos querés que te suelte… a ver, ¿Cómo era eso del jinete? Estás asustado, pero igual responde… así, quedate quietito, mira que calladito te quedaste ¿Te gusta que te monte? Callate, mejor. No digas nada… Dejame a mí, que yo me ocupo… ah! Cómo me gusta tenerte así… está tremenda… te estoy sintiendo… besame las tetas… llévame a tu campito, así me tenés comiendo y garchando todo el tiempo… quedate quieto… movete… ahí, ahí, justo ahí, sí, sí ¡el arriero va! ¿Qué pasó? ¡Ya no pedís que te suelte, putito! Ahhh qué rico está esto… te dije que no te muevas… ahhh! No… si, sí, ahhh! ¡Qué bien que se porta el bebé! Se ve que es un buen jinete… y también un buen potrillo.. ¡ufff! ¡Qué rico! Ya no te sangra más… quedó todo suavecito, suavecito. Y blandito.… ¿Qué me decías del hipódromo?
2 comentarios - Jineteando
el contexto? un sábado a la mañana, y una barba mal recortada..
el contexto? un sábado a la mañana, y una barba mal recortada..