Historias breves con mi hermana ll (con fotos)

Tomamos toda la noche, dormimos mal y apenas terminamos elalmuerzo proponen jugar con prendas.
     Thiago y Brenda…darse un piquito- pronuncia con maldad Jimena y me mira como diciendo: si, contu novia.
     La foto la sacami mejor amigo.
     Los miramosbesarse, todos los presentes, pero solo yo no puedo dejar de pensar en que hoya la mañana, Brenda quiso que cogiéramos  y a mí no se me paro la pija.





Golpeo con fuerza y aunque me pide que espere, empujo lapuerta y entro.
-Que pasa amor- dice, molesta. - Ahí salía- insiste mientrasfrente a mis ojos, se abrocha el corpiño antes de subirse la tanga y el short.Pienso: que sexys le quedan las marcas del biquini. Pienso: que hacia sincorpiño y con la ropa baja en el sótano donde tiene sus cosas el portero y por último, pienso, durante días lo pienso,porque se despidió con un beso suave en los labios del encargado, y leagradeció los masajes que, según dijo, siempre le hacía.
 



     Pago a mi hermanapor verla desnuda. Ella tiene amigos, lugares donde salir, usa la ropa que estáde moda y le gustan los celulares de lujo. Yo en cambio tengo como único círculosocial a la computadora y mi amigo Sebastián.
     Todo empezó unavez que me atrapo espiándola. Regresaba de bailar, hermosa en un vestidoajustado de color negro, y apenas entro en su cuarto me puse de rodillas frentea la cerradura para verla desnudarse, antes de dormir. Ella abrió la puerta degolpe y no pude ponerme de pie. Me avergonzó, me insulto, me amenazo concontarle a nuestros padres, dejo de hablarme por semanas.
     Un sábado, queríasalir y mis padres no querían darle dinero, discutieron por eso y cuando creíque se encerraría en su habitación para pasar el resto de la noche, golpeo enla mía y me hizo la propuesta.
- Pajerito, me queres ver desnuda- empezó- págame y te muestro-dijo mirándome a los ojos.
     Ahora, nuestraeconomía se desequilibra y soy yo quien no tiene dinero porque lo gasto todo enella.
 





 
     Hicimos un grupode Wsp, Brenda, mi novia, Thiago, su amigo de la secundaria y me pusieron comoadministrador, porque las manos de ellos siempre están ocupadas.
-Mándale un audio- se escucha decir a Thiago y riendo, laoigo a ella contestarle –  y que le digo…amor hoy como acá…-.
     No me engaño. Amoa Brenda y lo que tenemos puede ser difícil de entender para algunos. Su cuerponecesita a veces un sexo que no puedo darle y su amigo  sí.









     Desde que losaben no dejan de pedirlo. Nos bajamos la malla y ellas se ríen porque elcontraste es fuerte. @ tiene una pija que parece el brazo de un pulpo, encambio la mía, parece un pequeño hongo de cabeza roja.
     Mucho después,cuando la madrugada avanza y las bebidas hace rato desfilan por nuestrasgargantas, mi hermana, biquini blanca, pide de nuevo que nos bajemos lasmallas, pero esta vez, en lugar de reírse acaricia con la mano la pija que, aundormida, parece enorme.
     A cada sacudidaparece crecer un poco más, extenderse y engordar. No le alcanzan las dos manospara cubrirla, le sobra pija.
     Con Brenda nopodemos dejar de mirar. Mi pija a su lado parece una broma cruel, un chisteinsatisfactorio.
     -Como haces conel- señala mi hermana al pequeño gusano que parece achicarse aún más.
     - Ay, si lescontara- pronuncia teatralmente, arrodillándose ella también frente a la pija parada.
     - Me dejaspitito- pregunta Brenda y aunque me avergonzaba mostrarles mi pequeña pija, queconozcan mi apodo me hace poner colorado.
     Mi hermana sesuma – Dale Marian déjala- pide poniendo una voz infantil.
     Lo besan, lopajean, se la chupan. Se alternan en dejarse coger o en sentársele encima. Lotocan y el, mete sus dedos en ellas y las acaricia también. Usan las lenguas,las manos. Siempre tiene parada la pija, como si fuera un bastón de alguna madera muy dura, y ellas se loacarician con las tetas, con las colas, se lo dejan meter y se quejan cuando lededica un tiempo de más a la otra.
     La noche sealarga en escenas entre ellos tres.