Nuestro primer contacto con un extraño
Mi nombre es Carlos y tengo 38 años. Llevo casado con María 10 años y un poco más. Nuestra vida de pareja fue siempre muy tranquila, aunque buena en lo sexual... A pesar de que cuando llegaron nuestros hijos el sexo se volvió menos frecuente. Mi esposa es una mujer muy bella, 1,60 de altura, lindos pechos sin ser grandes tienen una forma muy agradable, su cola es muy linda también, de buen tamaño, y bien parada. En nuestros primeros años de casados, una vez de casualidad en una visita de un odontologo a casa, que acudió a ver a nuestro hijo, sucedio algo que nos cambio el rumbo de nuestra sexualidad. Resulta que el Dr le coqueteaba a mi esposa. Y en una ocasión, mientras se despedía le robó un beso.
Mi esposa me contó cuando regrese a casa, y me quedo dando vueltas esto en la cabeza. Me pase la tarde pensando en eso. Lejos de producirme celos, me producía mucha calentura, pero obvio no le dije a mi mujer, aunque suponía que a ella también le gustó sentirse deseada por alguien, lo cual nunca está de más para el ego de uno.
Paso el día sin que habláramos del tema, aunque yo no dejaba de pensar en eso y de tener erecciones todo el tiempo. A la noche no veía la hora de que se duerma nuestro hijo. Una vez que se durmió, no dude un segundo y empecé a besarla y a tocarla, realmente estaba muy caliente. Empezamos a hacer el amor sin decirnos nada, notaba que ella también estaba caliente y con la cabeza en otro lado. Y no pude aguantar, le pregunté:
Te calento que te quiera besar ese viejo? Te gustó?
Ella no contestaba nada, pero notaba que se movía cada vez con más ganas. Insistí un poco más:
Te mojaste?
Un poco!! Dijo ella, y la pija me explotó. Acabamos juntos de una manera desenfrenada. Y quedamos como si quisiéramos seguir mucho tiempo más.
Luego de esto, nunca más supimos algo de este Dr. Pero nos abrio la cabeza a un mundo nuevo. Cada vez que teníamos sexo fantaseabamos con alguna situación similar.
Pasaron los años y no pasabamos de puras fantasías, de historias que nos imaginamos y cosas por el estilo. Hasta que una noche que decidimos salir a tomar algo, y no encontramos un bar que nos quisiera vender alcohol, debido a las restricciones de la cuarentena, así que decidimos comprar un fernet y una coca e ir a tomar algo en un lugar donde nadie nos dijera nada. Terminamos en el parque 9 de julio, más precisamente en el rosedal.
El lugar parecía bastante tranquilo, gente en vehículos, nadie molestaba a nadie, cada uno en la suya. A medida que pasaba el tiempo nos fuimos poniendo más cómodos y entendiendo como era la onda en el lugar. Había diferentes grupos, aunque la mayoría eran homosexuales. También había hombres que iban y volvían por calle donde estábamos, mirando siempre hacia adentro de los autos de manera muy insistente. Al lado nuestro había un muchacho en moto, sentado en la moto mirando hacia la puerta donde se encontraba mi mujer. Mientras conversábamos note que el chico no dejaba de mirarnos, más aún cuando le daba un beso a mi mujer o cuando le hacía una caricia. De repente note que, además de mirarnos con insistencia, se estaba haciendo una paja, es más, estaba con la pija afuera, aunque la tapaba con una campera que tenía puesto.
Al comienzo no creí lo que estaba viendo hasta que se lo comenté a mi esposa y ella lo vio y me confirmó que era cierto. Aunque no estábamos más que conversando, y no entendía que le calentaba al tipo, la situación nos calentó. Y empezamos a notar que no era el único sino que cada uno que pasaba miraba y se tocaba la pija o hacían señas. Así que entendimos que era algo muy común en ese lugar. Que era una especie de señal de que eran mirones y que si nos calentaba la onda que ellos estaban ahí para mirar nada más.
Empezamos a besarnos con María y a tocarnos cada vez más. De repente nos dimos cuenta que teníamos como 5 tipos alrededor del auto lo cual nos asustó, y más aún cuando empezaron a pelearse entre dos de ellos por tener una mejor posición para ver. Así que decidimos arrancar el auto y nos fuimos de ahí. Tampoco nos fuimos lejos, solo una cuadra más, porque la situación nos calentó mucho y queríamos que nos vieran bien. Al instante llego uno de ellos, un taxista, gordo de unos 35 años, y nos empezó a mirar desde lejos mientras se tocaba. Mi esposa me empezó a tocar la pija de una manera tal que se notaba que no veía las horas de que se la meta. De repente, cuando mi esposa estaba a punto de chupármela llegaron dos más, así que decidimos irnos nuevamente. La intención era dar una vuelta aunque nos dimos cuenta que nos estaba siguiendo, el taxista y otro auto más. Dimos muchas vueltas tratando de perderlos, muy asustados por cierto. Hasta que decidimos salir del parque e ir en dirección a nuestra casa. Habíamos perdido ya a uno de nuestros perseguidores, solo el taxista no nos perdía pisada. Y la situación se estaba volviendo un poco molesta y se nos estaba yendo de las manos. Así que decidí parar el auto y encarar al tipo. Pare el auto de golpe y el tipo se paró detrás nuestro y fui a encararlo bastante enojado. Me acerqué a pedirle explicaciones y el tipo, totalmente tranquilo me dijo:
No tengas miedo amigo los seguí solo para saber si seguían en otro lugar. Lo que pasa es que tu esposa es muy linda y me remil calentó.
Yo quedé desconcertado, y más caliente que ante por lo queme dijo el taxista. A lo cual respondí:
Pero amigo, cómo nos vas a seguir así? Mi esposa se puso muy nerviosa.
A lo cual el respondió: si amigo perdón solamente quería mirarlos, tranquilo si quieren hacer algo yo solo los quiero mirar.
La idea me voló la cabeza. De pronto sentí que otra vez se me ponía durísima la pija. Le dije:
Hagamos una cosa, vamos un par de cuadras más y paramos, y nos miras. A lo cual aceptó con una cara de alegría.
Nos siguio hasta la vereda de una cancha, donde paramos y el se acercó por detrás de nuestro auto.
Con María no dábamos más de calentura, empezamos a besarnos. Y a meternos manos por todos lados. Ella me sacó la pija del pantalón y empezó a tocarme. En su vidrio detrás estaba el taxista con la mano debajo del pantalón, claramente tocándose la pija. Yo todo esto se lo relata a ella que no se animaba a mirar. Se notaba que a ella le calentaba muchísimo. D repente se agachó y empezó a chupármela con unas ganas tremendas. Se arrodilló en su asiento para poder chupármela mejor. Yo le empecé a tocar la cola por sobre del jeans que tenía puesto. El tipo en la ventanilla se volvía loco. De repente le digo a ella cerca de su oído.. querés que te baje el pantalón? Querés que le mostremos tu cola?? Y ella empezó a gemir como loca. Y me decía que si. Le baje un poco el pantalón y el taxista se puso como loco... Dejo caer su pantalón y empezó a hacerse la paja en medio de la vereda sin importarle nada. Yo le tocaba toda la raya de su cola y el me pedía que le habrá un poco para que pueda verlo bien. Se lo comenté a ella y mientras me la seguía chupando, asintió con la cabeza. Le corrí la bombacha a un costado y le dejé ver todo al taxista que a esto parecía que le iba a dar un ataque al corazón. Yo seguía comentándole todo lo que pasaba a mí mujer que se comia la pija con desesperación. De repente se me ocurrió bajar un poco el vidrio para q el tipo pueda verlo mejor. Lo cual el agradecería con una sonrisa. Mientras ella seguia chupando mi pija, seguro pensando que el tipo tenía a la vista toda su cola y su concha, note que el me decía algo. Me hacía señas si podía tocarla, lo dude un poco pero la idea me voló la cabeza, así q le dije si y le guiñe el ojo. El tipo acerco su mano y ella de repente pego su cabeza a la mía con una mezcla entre una calentura que explotaba y miedo. Me dijo al oído: me está tocando!! Mientras se le entrecortaba la voz. Se dejó tocar un poquito y no aguanto más me pido subirse arriba de mi pija.
Se sacó el pantalón y se trepó desesperada. Se metió toda la pija de una y empezó a moverse como loca. Yo que no daba más de la calentura no podía aguantar mucho así que se la sacaba de vez en cuando, y ella me pedís por favor que se la volviera a meter. Le dije: te la meto pero quiero que mientras te la meta vos mires fijamente como se hace la paja por nosotros. Lo cual obedeció cabalgando como una puta...acabo mirandole fijamente la pija al taxista yo también acabe de una manera descomunal. Nos vestimos y nos fuimos dejándolo al tipo medio desnudo con la pija en mano.
Desde ese día empezaron muchas aventuras que iré contándoles a modo de relatos. Hoy en día hicimos realidad muchas fantasías y parece que cada vez tenemos más. Así que preparesen para nuestras historias y algo más....
Saludos Carlos y María
Mi nombre es Carlos y tengo 38 años. Llevo casado con María 10 años y un poco más. Nuestra vida de pareja fue siempre muy tranquila, aunque buena en lo sexual... A pesar de que cuando llegaron nuestros hijos el sexo se volvió menos frecuente. Mi esposa es una mujer muy bella, 1,60 de altura, lindos pechos sin ser grandes tienen una forma muy agradable, su cola es muy linda también, de buen tamaño, y bien parada. En nuestros primeros años de casados, una vez de casualidad en una visita de un odontologo a casa, que acudió a ver a nuestro hijo, sucedio algo que nos cambio el rumbo de nuestra sexualidad. Resulta que el Dr le coqueteaba a mi esposa. Y en una ocasión, mientras se despedía le robó un beso.
Mi esposa me contó cuando regrese a casa, y me quedo dando vueltas esto en la cabeza. Me pase la tarde pensando en eso. Lejos de producirme celos, me producía mucha calentura, pero obvio no le dije a mi mujer, aunque suponía que a ella también le gustó sentirse deseada por alguien, lo cual nunca está de más para el ego de uno.
Paso el día sin que habláramos del tema, aunque yo no dejaba de pensar en eso y de tener erecciones todo el tiempo. A la noche no veía la hora de que se duerma nuestro hijo. Una vez que se durmió, no dude un segundo y empecé a besarla y a tocarla, realmente estaba muy caliente. Empezamos a hacer el amor sin decirnos nada, notaba que ella también estaba caliente y con la cabeza en otro lado. Y no pude aguantar, le pregunté:
Te calento que te quiera besar ese viejo? Te gustó?
Ella no contestaba nada, pero notaba que se movía cada vez con más ganas. Insistí un poco más:
Te mojaste?
Un poco!! Dijo ella, y la pija me explotó. Acabamos juntos de una manera desenfrenada. Y quedamos como si quisiéramos seguir mucho tiempo más.
Luego de esto, nunca más supimos algo de este Dr. Pero nos abrio la cabeza a un mundo nuevo. Cada vez que teníamos sexo fantaseabamos con alguna situación similar.
Pasaron los años y no pasabamos de puras fantasías, de historias que nos imaginamos y cosas por el estilo. Hasta que una noche que decidimos salir a tomar algo, y no encontramos un bar que nos quisiera vender alcohol, debido a las restricciones de la cuarentena, así que decidimos comprar un fernet y una coca e ir a tomar algo en un lugar donde nadie nos dijera nada. Terminamos en el parque 9 de julio, más precisamente en el rosedal.
El lugar parecía bastante tranquilo, gente en vehículos, nadie molestaba a nadie, cada uno en la suya. A medida que pasaba el tiempo nos fuimos poniendo más cómodos y entendiendo como era la onda en el lugar. Había diferentes grupos, aunque la mayoría eran homosexuales. También había hombres que iban y volvían por calle donde estábamos, mirando siempre hacia adentro de los autos de manera muy insistente. Al lado nuestro había un muchacho en moto, sentado en la moto mirando hacia la puerta donde se encontraba mi mujer. Mientras conversábamos note que el chico no dejaba de mirarnos, más aún cuando le daba un beso a mi mujer o cuando le hacía una caricia. De repente note que, además de mirarnos con insistencia, se estaba haciendo una paja, es más, estaba con la pija afuera, aunque la tapaba con una campera que tenía puesto.
Al comienzo no creí lo que estaba viendo hasta que se lo comenté a mi esposa y ella lo vio y me confirmó que era cierto. Aunque no estábamos más que conversando, y no entendía que le calentaba al tipo, la situación nos calentó. Y empezamos a notar que no era el único sino que cada uno que pasaba miraba y se tocaba la pija o hacían señas. Así que entendimos que era algo muy común en ese lugar. Que era una especie de señal de que eran mirones y que si nos calentaba la onda que ellos estaban ahí para mirar nada más.
Empezamos a besarnos con María y a tocarnos cada vez más. De repente nos dimos cuenta que teníamos como 5 tipos alrededor del auto lo cual nos asustó, y más aún cuando empezaron a pelearse entre dos de ellos por tener una mejor posición para ver. Así que decidimos arrancar el auto y nos fuimos de ahí. Tampoco nos fuimos lejos, solo una cuadra más, porque la situación nos calentó mucho y queríamos que nos vieran bien. Al instante llego uno de ellos, un taxista, gordo de unos 35 años, y nos empezó a mirar desde lejos mientras se tocaba. Mi esposa me empezó a tocar la pija de una manera tal que se notaba que no veía las horas de que se la meta. De repente, cuando mi esposa estaba a punto de chupármela llegaron dos más, así que decidimos irnos nuevamente. La intención era dar una vuelta aunque nos dimos cuenta que nos estaba siguiendo, el taxista y otro auto más. Dimos muchas vueltas tratando de perderlos, muy asustados por cierto. Hasta que decidimos salir del parque e ir en dirección a nuestra casa. Habíamos perdido ya a uno de nuestros perseguidores, solo el taxista no nos perdía pisada. Y la situación se estaba volviendo un poco molesta y se nos estaba yendo de las manos. Así que decidí parar el auto y encarar al tipo. Pare el auto de golpe y el tipo se paró detrás nuestro y fui a encararlo bastante enojado. Me acerqué a pedirle explicaciones y el tipo, totalmente tranquilo me dijo:
No tengas miedo amigo los seguí solo para saber si seguían en otro lugar. Lo que pasa es que tu esposa es muy linda y me remil calentó.
Yo quedé desconcertado, y más caliente que ante por lo queme dijo el taxista. A lo cual respondí:
Pero amigo, cómo nos vas a seguir así? Mi esposa se puso muy nerviosa.
A lo cual el respondió: si amigo perdón solamente quería mirarlos, tranquilo si quieren hacer algo yo solo los quiero mirar.
La idea me voló la cabeza. De pronto sentí que otra vez se me ponía durísima la pija. Le dije:
Hagamos una cosa, vamos un par de cuadras más y paramos, y nos miras. A lo cual aceptó con una cara de alegría.
Nos siguio hasta la vereda de una cancha, donde paramos y el se acercó por detrás de nuestro auto.
Con María no dábamos más de calentura, empezamos a besarnos. Y a meternos manos por todos lados. Ella me sacó la pija del pantalón y empezó a tocarme. En su vidrio detrás estaba el taxista con la mano debajo del pantalón, claramente tocándose la pija. Yo todo esto se lo relata a ella que no se animaba a mirar. Se notaba que a ella le calentaba muchísimo. D repente se agachó y empezó a chupármela con unas ganas tremendas. Se arrodilló en su asiento para poder chupármela mejor. Yo le empecé a tocar la cola por sobre del jeans que tenía puesto. El tipo en la ventanilla se volvía loco. De repente le digo a ella cerca de su oído.. querés que te baje el pantalón? Querés que le mostremos tu cola?? Y ella empezó a gemir como loca. Y me decía que si. Le baje un poco el pantalón y el taxista se puso como loco... Dejo caer su pantalón y empezó a hacerse la paja en medio de la vereda sin importarle nada. Yo le tocaba toda la raya de su cola y el me pedía que le habrá un poco para que pueda verlo bien. Se lo comenté a ella y mientras me la seguía chupando, asintió con la cabeza. Le corrí la bombacha a un costado y le dejé ver todo al taxista que a esto parecía que le iba a dar un ataque al corazón. Yo seguía comentándole todo lo que pasaba a mí mujer que se comia la pija con desesperación. De repente se me ocurrió bajar un poco el vidrio para q el tipo pueda verlo mejor. Lo cual el agradecería con una sonrisa. Mientras ella seguia chupando mi pija, seguro pensando que el tipo tenía a la vista toda su cola y su concha, note que el me decía algo. Me hacía señas si podía tocarla, lo dude un poco pero la idea me voló la cabeza, así q le dije si y le guiñe el ojo. El tipo acerco su mano y ella de repente pego su cabeza a la mía con una mezcla entre una calentura que explotaba y miedo. Me dijo al oído: me está tocando!! Mientras se le entrecortaba la voz. Se dejó tocar un poquito y no aguanto más me pido subirse arriba de mi pija.
Se sacó el pantalón y se trepó desesperada. Se metió toda la pija de una y empezó a moverse como loca. Yo que no daba más de la calentura no podía aguantar mucho así que se la sacaba de vez en cuando, y ella me pedís por favor que se la volviera a meter. Le dije: te la meto pero quiero que mientras te la meta vos mires fijamente como se hace la paja por nosotros. Lo cual obedeció cabalgando como una puta...acabo mirandole fijamente la pija al taxista yo también acabe de una manera descomunal. Nos vestimos y nos fuimos dejándolo al tipo medio desnudo con la pija en mano.
Desde ese día empezaron muchas aventuras que iré contándoles a modo de relatos. Hoy en día hicimos realidad muchas fantasías y parece que cada vez tenemos más. Así que preparesen para nuestras historias y algo más....
Saludos Carlos y María
17 comentarios - Nuestro primer contacto con un extraño.... Pareja tucumana